Capítulo XXXIII: Agridulces diecisiete: La canción.

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Hola a tod@s, bueno el tan esperado cap...
que esperar de este cap...

amm yo diría que hay una pizquita de pasión sin llegar a ardiente pasión claro XD
se podría calificar como no recomendado para menores de ¿13?
ni idea jeje según a Silvy se le fue algo la pinza, yo tengo que decir que a mi me encantan los capítulos en los que se le va pinza... y este no es menos :D pero bueno juzgad vosotr@s mism@s... Ya no me enrollo mas... Que disfrutéis del cap... y siento mucho la tardanza...

Firmado: Gwendylow

.:·:.^^.:·:.

La canción seguía sonando cuando le besé, me perdí en sus labios y él me sujetó mientras mis piernas cedían ante la gravedad. Creo que perdí la noción de lo que pasaba a mi alrededor, cuando me separé y le miré me fijé que no había ya nadie en el escenario y mucha gente estaba empezando a salir. Él sonrió pareciendo adivinar lo que estaba pasando, me besó más dulcemente y apoyó su frente en la mía, algo que agradecí, ya que estuvimos así el tiempo necesario para que mis piernas empezaran a reaccionar.

Me sacó de la mano, debía hacer bastante frío, al parecer todo el mundo llevaba una ligera chaqueta y yo notaba la mano de Seth arder. Él se volvió y me puso su americana, envolviéndome en su abrazo y yendo más despacio que el resto del mundo, que se empujaban para salir.

Caminamos despacio abrazados hasta el coche, me abrió la puerta pero antes de entrar le abracé y le besé, mientras él apoyaba las manos en el techo del coche y yo me aferraba a él, acercándole lo más posible. Besé su cuello y él suspiró, apartándose un poco mirándome con gesto divertido.

-Vamos… no será bueno que llegues tarde a tu propia fiesta… y ya son las doce pasadas… y aún tenemos dos horas de camino…

-Vale… jo… -Le besé y él rió-. Vale… vámonos…

Me encantó verle conducir con esa sonrisa, cómo besaba mi mano, cómo hacía dibujos en mi mano con su dedo pulgar… fuimos en silencio todo el viaje y no me incomodó en ningún momento. Cuando llegamos a su casa la fiesta estaba en pleno apogeo, así que nos metimos de lleno en la fiesta, bailando y riendo, sorprendiéndome de lo marchosas que eran Wanda y Cassy.

Kira se acercó a la cabina, donde Seth preparaba las siguientes canciones y apoyó la mano en su hombro, susurrándole cosas al oído que hacían que Seth riera y asintiera. Ella empezó a señalar la pantalla, parecía que estaba escogiendo canciones y Ruth apareció por allí también, imitando a su amiga.

Suspiré al ver que Jeannette y Leslie estaban fuera, llamando la atención de él... Leah se volatilizó a mi lado y rió al verme morder mis labios. Alzó una ceja y me reí, era una tontería que estuviera celosa después de todo… pero en cierto modo era inevitable. Sabía que él me quería, pero ver cómo chicas así le acechaban… acababa con la poca confianza que tenía en mí misma.

Sonó una canción que hizo que las chicas aplaudieran y Seth riera. Levantó su vista y me miró guiñándome un ojo… no pude evitar hacer lo mismo y sonreír. Me ayudé de Jared para bajar del cubilete y su respuesta fue clara, saliendo de allí mientras las cuatro se contoneaban al ritmo de la canción...

...la cual me parecía muy acertada para mí, recordando que una vez paseé por esta casa, mi casa, con ella puesta a todo volumen. Él sonrió al girarme y tomarme por las caderas, acercándose a mi oído.

-No sé si te lo he dicho… -Me mordió en el cuello algo fuerte-. Por más que te pellizquen, te muerdan… no tengas miedo, porque no pienso desaparecer…

-Más te vale… -Me giré y le besé-. Que tú desaparezcas es mi mayor miedo, mi pesadilla… así que no lo hagas…

Me besó recordándome al beso que le había dado antes de entrar en el coche… y como anteriormente también se apartó, suspirando mientras apoyaba su frente en la mía. Besó mi nariz levemente mientras pude ver a Collin y Brady mirándome con cara rara, hasta que Seth alzó una ceja en su dirección y se hicieron los despistados. Reí y le besé levemente, yendo a saludarles y bailando un poco con ellos mientras me felicitaban y se disculpaban por el retraso.

Seth se subió y apagó la música, mientras Collin y Brady le miraban y él hacía un gesto extraño, como si fuera un gesto de mando. Ellos me miraron con la disculpa grabada y me sentaron en sus hombros, mientras todos comenzaban a cantar el cumpleaños feliz. Me tapé la cara mientras los que me conocían reían. Después Seth me dedicó una canción que dijo que sabía que me iba a gustar… los chicos me bajaron y empezó a sonar “Miss Independent” de Kelly Clarkson. Negué mientras me acercaba a Wanda y a Cassy, que me hicieron bailar con ellas y con Nessie. Las chicas de la manada hicieron círculo alrededor nuestro, con los chicos mirando divertidos desde una posición algo más alejada.

Seth subió a uno de los cubiletes y me llamó, yo no quería, pero mis amigas me empujaron a subir a bailar con él… me moría de vergüenza viendo cómo mis amigos, conocidos y gente que no sabía ni quién era me miraban. Algo se apoderó de mí, imaginé que Nessie, y me solté el pelo, dejando que mi pelo se moviera al ritmo de la música.

Él reía como yo y mis amigas me animaban más desde abajo. Cuando la canción acabó siguió otra que no identifiqué, empujando levemente a Seth que sonreía mientras repelía mi empujón y me besaba. Bajé de un salto y la mano de Jared, con una cara divertida, evitó que me estampara contra el suelo. Quil estaba frente a mí parado, haciendo también amago para recogerme…

-¿Tan torpe soy?

-Sí… -Dijo Seth saltando a mi lado y riendo-. Para qué nos vamos a engañar… -Besó mi pelo-. Pero eres adorable también…

-¿Debería consolarme? –Él asintió feliz-. Pues vete a buscar a una que se consuele con ser adorable… -levanté una ceja girándome mientras Jared y Quil reían y Kim me seguía riendo-. Tú no te rías encima, apóyame…

-No, si yo te apoyo… pero es que eres graciosa… -Se encogió los hombros-. No hace mucho tuve una conversación parecida con Nessie, es inevitable… -La miré mal-. ¿Ya has probado el termómetro?

-No me he puesto mala, de momento…

-¿Mala? ¿Así lo llamas? –La miré raro-. ¡Uh! –Ella miró a Seth que nos miraba de reojo mientras Leslie le hablaba-. Ven… tenemos que hablar… -Me cogió de la mano y me sacó de la sala, subiendo las escaleras diciéndole a Nessie que nada de licántropos arriba. Subimos a mi cuarto y cerró la puerta, entramos al baño y cerró-. Creo que… -Abrió la cabina de la ducha y nos metió dentro-. Es que así es más probable que no nos oigan… -Rió-. Seth me matará, pero veo que si yo no te lo cuento, él no lo va a hacer… y quiero ser buena amiga…

-Estoy ligeramente perdida… -Señalé a mi alrededor-. ¿Qué tiene que ver esto con el termómetro, ponerme mala y Seth?

-Porque bueno, cuando me has dicho lo de ponerse mala pesaba que te referías a… -Mi cara debió mostrarle que no me enteraba de nada-. No sé, cuando estás con Seth un poco… acaramelada, ya sabes… -Sentí mi cara arder-. Veo que lo coges… ¿No has notado nada raro en él cuando estáis así?

-Kim… no sé si…

-¿Crees que ellos no hablan del tema? Quizá no hablen, pero lo ven todo en las cabezas del resto… así que esto es simplemente igualar marcadores… tienes derecho a saber esas cosas que él posiblemente no te vaya a contar hasta… no sé –La miré raro y suspiró-. Lo del termómetro era una coña, porque una de las cosas que tienen los chicos es que cuando se acaramelan su temperatura sube, y no es algo metafórico, es literal, se calientan.

-¿Qué? –Mi cara debía ser un cuadro, ella rió y yo lo pensé, a veces lo había notado más cálido…-. ¿No es cosa mía?

-En parte es cosa tuya… tú lo provocas… -Rió-. El caso, es que de ahí viene nuestro regalo, es para que pruebes con él… -Rió de nuevo-. Seguro que no te había dicho nada… -Negué-. Bueno, pues lo divertido está en que tú puedes controlar eso, mi regalo es que pruebes a subir su temperatura tres grados… te lo pasarás genial…

-¿Tres grados?

-Sí… -Hice una mueca-. Se lo comenté el otro día, pero no parece muy dispuesto porque piensa que tú eres muy joven, pero yo creo que debes saberlo, además tú puedes controlarlo… pero nunca pases de los cinco… a no ser que quieras… -hizo un gesto obvio que me hizo sonrojar al extremo-. Bueno… para eso te lo regalamos, para que controles…

-Espera, para… ¿Y qué se supone que tengo que hacer? –Ella alzó las cejas-. Me refiero, no es plan… no sé… ¿cómo voy a sacar el termómetro así? Es… es una locura…

-Bueno… no sé, eso es cosa tuya, o simplemente puedes avisarle… pero es algo curioso que queríamos que supieras…

-¿Queríamos?

-Bueno, las que ya hemos pasado por eso… esperábamos que Nessie te lo explicara ya que tenéis más confianza… pero tú vas más rápido que ella y Leah se negó en rotundo a hablarte del tema… no quiere saber nada de la vida sexual de su hermano…

-Kim… gracias pero…

-Vale, muchos detalles… -la miré raro-. Cuando hablé con él puso la misma cara, pero en serio, hazme caso… tres grados y ya me contarás si quieres… si no, pásalo bien igualmente…

-Esto es… -Cerré los ojos y ella rió-. Raro, muy raro… completamente surrealista…

-Lo sé… bienvenida al mundo de la manada… -Rió y me miró-. Vale, ahora relájate antes de bajar, seguro que Seth se imagina… pero si te ve bajar con esa cara va a matarme… -Rió y fue a abrir la cabina de la ducha pero la paré y ella me miró curiosa-. Dispara…

-¿Me arrepentiré si te hago caso? –Ella sonrió y negó-. Tres grados…

-Tres grados…

Suspiré y ella rió mientras salíamos de la ducha. Me miré al espejo y pensé en lo que Leah me había dicho sobre mi pelo. Kim me miró divertida y me ayudó a recogerlo de nuevo.

-Por cierto… -Bajó el tono, casi gesticulando-. Si te pregunta, hemos hablado de si te habías probado el camisón… yo no te he contado nada… -Arregló un poco mejor mi pelo-. Y que sepas que no deberías acercarte a Jeannette, no al menos con un vestido blanco… -Hizo una mueca-. Fliparían si te cambiaras…

-¿Ahora? –Ella asintió y me sacó al cuarto, buscando en mi armario sacando y mostrándome un vestido gris de tirantes con algo de pedrería bajo el pecho-. ¿No es demasiado?

-¿Para tu cumpleaños? No nena… es perfecto.

Me cambié con su ayuda y bajamos a la fiesta, viendo cómo Seth alzaba las cejas al ver mi cambio de vestuario. Me sonrojé sin poder evitarlo y Kim rió, empezando a bailar y alejándose mientras Seth intentaba despeinarla. Se acercó a mí tragando en seco y me tendió la mano, no la cogí e intenté bajar con la mayor dignidad del mundo, no podía olvidar que me había enfadado ligeramente con él… pero todo se fue al traste cuando mi tacón derecho se retorció y caí un sus brazos mientras él rodaba los ojos divertido.

-Ni una palabra… -Me quité los zapatos y se los enseñé-. Un solo comentario y te los tragas, lo juro… -El amortiguó una risa y negó una vez-. Borra esa estúpida mueca de tu cara, porque luego seré yo la que me ría cuando tengas ardor de estómago… serás todo lo grande que quieras, pero dudo que se te dé bien digerir el metal del tacón…

-¡Uh! –Hizo una mueca de sorpresa-. Esta faceta tuya de chica agresiva no la conocía… -Rió levantando sus manos-. Eso sí, la próxima vez espera a bajar los últimos escalones a después de las amenazas… si tienes que bajar la cabeza para ver cómo te amenazan no acojona tanto… -Rió y yo gruñí-. Vale, vale… sólo era un consejo…

Se marchó andando hacia atrás mientras intentaba no reír ante su mueca… pero cuando desapareció y Kevin y Cassy me miraron, no pude evitar reírme. ¡Genial! Miré mis pies… era mejor ir descalza que con esa trampa mortal… me asomé a la cocina y Jeannette hablaba con Seth mientras tomaban algo, ella se contoneaba de un modo raro… Nessie se puso a mi lado y me tendió un vaso mientras ella bebía.

-Deberíamos darle una lección… -La miré raro y ella parecía tener un plan-. Tendrías que ir a darle un morreo o algo, dejarle claro que es tuyo…

-¿Como una leona meando en su terreno? –La miré divertida y ella me miró raro-. Déjala, que siga soñando, no le quitemos la ilusión… -Bebí un trago mientras ella me miraba confusa-. Puede hablar y tontear todo lo que quiera, pero la que duerme con él soy yo… a la que besa y a la que le prepara un cumpleaños perfecto es a mí… así que me da igual lo que quiera imaginar… -Me miro curiosa mientras yo rumiaba un poco furiosa-. Yo imaginaré que la arrolla un trailer de siete ejes.

Nessie empezó a reír mientras nos dábamos la vuelta y nos metíamos a la sala. El resto de la noche pasó tranquila, riendo y bailando con todos hasta que Wanda empezó a bostezar un poco y Ryan se mofó por eso. Poco después fue Cassy la que bostezó contagiando también a Nessie, así que me reí con ganas. Se despidieron de mí mientras Jake y Nessie discutían porque ella no quería hacerle marchar por ella, aunque él rodó los ojos y no le hizo ni caso, yéndose los seis a casa de Jake. Kim y Leah se pusieron a bailar conmigo, uniéndose Quil al corro y poco después la chupi panda… Las cuatro fantásticas se subieron a los cubiletes exhibiendo sus piernas extra largas, haciendo babear a los chicos. Me reí al ver a Collin y Brady boquiabiertos contemplando las piernas de Leslie. Se movía genial y era preciosa… eso me hizo sentir extraña, no pude evitar la comparación de lo que Seth había tenido y lo que ahora tenía…

-¿Me sujetas el vaso, preciosa? –Seth me miró divertido, viendo cómo la miraba y lo cogí. Él desapareció en la cocina y se acercó a los chicos con una fregona, haciendo reír a todos los que estaban alrededor y volviendo a mi lado riendo-. Es que no me apetece recoger sus babas…

-Ya… -Le devolví su vaso-. Pero es normal… son…

-Chicas... –Alzó una ceja y sonrió-. Yo prefiero a mi leoncita… -Rió besándome-. Me ha costado mucho no reírme cuando te he escuchado… -Cerré los ojos queriendo que la tierra me tragase en ese momento…-. Un trailer de siete ejes… eres un poquito salvaje, ¿no?

-Seth…

-Tranquila… -Cogió mi rostro y me miró-. Si te sientes mal, no me separaré de ti en toda la noche, no quiero que te sientas mal porque hable con otras…

-No, ya me has oído, me da igual que hables con ellas o que imaginen lo que quieran… -Sonrió y me besó-. Mientras no pasen de eso… -Alzó una ceja-. Vale… me callo…

-No, no quiero que te guardes nada… -Sonrió-. Pero me alegra saber que piensas así de mí, que sabes que me da igual lo que me digan o lo que quieran de mí, soy sólo tuyo… -Me besó de nuevo-. Además de lo divertido que resulta ver salir a esa pequeña leoncita…

-Calla… -Besó mi frente y rió-. Deja de reírte de mí o acabarás conociendo mi ira… y no quieres verme enfadada…

-No… -Dijo divertido-. No quiero que me desees que me atropelle un trailer… -Le empujé y él rió, acercándose a mi oído-. Preciosa.

Le miré raro mientras se alejaba hacia la cabina… no pude evitar sonreír. Kira se acercó a mí para bailar y me quedé un poco sorprendida, me sentí un poco incómoda pero cuando Kim se unió a nosotras esa sensación desapareció.

Estaba empezando a amanecer cuando la gente empezó a marcharse. Cuando el sol salió por completo sólo quedaban Kim, Jared, Collin, Brady, Rebeca, Embry, Leah, Quil y la chupi panda. Estaba empezando a sentirme cansada y no pude reprimir un bostezo, así que Leah alzó una ceja y rió, dando un par de palmadas.

-Venga chicos, vamos a dejar a la cumpleañera descansar… ya es hora de irse a casa, creo que hemos tenido suficiente fiesta por este fin de semana… -Se acercó a mí y me abrazó un poco forzada-. Feliz cumpleaños, cuñadita…

-Nos vemos pronto… -Sonreí mientras ella me guiñaba un ojo-. Gracias por todo…

Nos despedimos de todos y miré la habitación… un desastre. Empecé a recoger algunos vasos pero Seth los cogió, tirándolos al suelo y abrazándome. Me resultó tan tierno, que no pude evitar aferrarme a él y acunarnos un poco en el abrazo, era una sensación genial…

-Vamos a dormir…

-Pero hay que recoger… -Negó-. Seth… no seas perezoso…

-Lo recogeré mañana, ahora sólo quiero que duermas… -Me tomó de la cintura y puso una mirada que me resultó excesivamente sexy-. No me apetece gastar tiempo haciendo otra cosa que no sea abrazarte… cuando no estés ya me preocuparé de ocupar mi tiempo en otras cosas, como recoger este desastre… pero mientras tanto… -Se agachó y me cogió las piernas, cargándome sin apenas darme cuenta-. No pienso separarme de ti…

-Me parece bien… -Sonreí y le besé-. Pero creo que sería mejor si hacemos primero mi maleta y luego descansamos… ¿te parece? –Él rodó los ojos y me bajó al suelo-. Tengo que hacerlo… tengo un montón de regalos por recoger…

-Vamos, quiero acabar rápido…

Subí las escaleras corriendo y cuando llegué arriba y me giré él sonreía de un modo raro. Me quedé con la duda, ya preguntaría después… Entramos a mi cuarto y dejé la bolsa sobre la cama, guardando primero el cofre y después los pendientes. Miré el bozal y la pelota y alcé una ceja mientras él negaba resignado, así que le lancé la pelota y la cogió.

-Creo que esto se queda aquí… -Reí-. Los juguetes deben estar con las mascotas… -Me miró falsamente ofendido-. Yo no necesito eso en Monroe…

-¿Mascota? –Asentí divertida-. Pensé que era tu novio… -Hizo una mueca cogiendo el regalo de mis amigos-. ¿Te lo llevas?

-No… -Cogí la caja mirando aquel arsenal y suspiré-. Creo que será mejor guardarlo en el fondo del armario, no quiero ni verlo… -Él alzó una ceja divertido mientras guardaba la caja -. Vaya ideas…

-Bueno… -Me abrazó por la espalda y besó mi cuello-. Espero que al menos lo hayas pasado bien… -Asentí algo ida por su aliento en mi cuello-. No me gustaría pensar que algo te ha hecho sentir mal en tu cumpleaños… me alegra que todo haya ido bien… me sentiría culpable y no sabría cómo arreglarlo…

-Pero ya no es mi cumpleaños… -Dije viendo el regalo que tenía para él-. Aunque sigue siendo un día especial… -Me miró curioso-. Tengo algo para ti… -Saqué el regalo y se lo di, mientras él me miraba algo confuso-. Bueno, hoy hace un mes desde nuestro primer beso… así que es algo así como nuestro… no sé… quería regalarte algo…

-Oye, no… -Suspiró-. Yo no he preparado nada…

-No importa, ya me has regalado demasiado… -Sonreí-. Me dijiste que esta iba a ser mi casa… ¿no? –Asintió-. Pues quiero tener algo que la decore… son sólo unos cuadros… pero espero que te gusten y que no sé… -Me encogí de hombros-. Ábrelos…

-Vale… -Tomó mi mano y nos sentamos al pie de la cama mientras él rasgaba el primer papel que envolvía ambos, le señalé que primero tenía que abrir el rojo. Cuando desenvolvió la foto de la manada rió-. ¡Vaya! Esto fue hace… -Suspiró-. Al menos hace cinco o seis años… o más… -Rió-. ¡Qué cara de crío tengo! ¿De dónde la has sacado?

-Leah me la dejó… me pareció que deberías tener una foto de la manada en casa, sé que son tu familia y no sé… -Señalé el azul-. Espero que te guste…

-Miedo me da… -Dijo riendo mientras rasgaba el papel, cuando su cara cambió por completo. Se quedó serio y tragó cuando vio la foto. Me asusté un poco al verle tan paralizado-. Es… -Me miró y volvió a mirar la foto sonriendo-. Fue uno de esos días de pesca, Billy tomó la foto… -Cogió aire-. Fue antes de que toda esa locura de las trasformaciones empezara… tendría… trece o catorce años… -Acarició la foto, al borde de las lágrimas. Me miró cuando una lágrima bajaba por su mejilla-. Gracias. En serio… es simplemente perfecto.

-Yo… -Hice una mueca y limpié sus lágrimas-. Creí que te gustaría tener fotos de tu familia, tienes muchas de tus amigos en tu cuarto…

-Ven… -Tomó los cuadros y mi mano, bajándome al salón. Se metió en el rincón de la mesa de comedor y dejó los cuadros sobre la mesa, saliendo disparado a la cocina y volviendo con un martillo y dos clavos. Puso la foto de su familia en la pared del fondo y la de la manada en la pared de la cocina-. Es genial… en serio… -Me besó y miramos las fotos-. Creo que te debo un regalo enorme…

-Con que duermas conmigo y no te separes de mí, es suficiente… -Me besó-. ¿Me ayudas a terminar la maleta?

-Por supuesto… -Subimos abrazados hasta mi cuarto y empecé a meter la poca ropa que había traído, viendo el termómetro sobre la cama-. Casi me lo dejo… -Dije riendo mientras lo cogía y él sonreía-. ¿Debería llevármelo?

-No sé… -Hizo una mueca-. Espero que no lo hagas, pero es más probable que tú enfermes a que lo haga yo…

-Perdona… señor nunca enfermo… -Bufé-. Ya ves… -Lo cogí y tomé mi temperatura, 35’6º C-. Estoy sana como una manzana… -Él miró la cifra e hizo una mueca-. ¿Y tú, señorito? –Tomé su temperatura mientras él me miraba curioso, 41,0º C-. Tienes fiebre…

-Ya… -Rió y dejó el termómetro en la bolsa-. ¿Algo más que guardar? –Negué-. Entonces ponte el pijama y a dormir… esta tarde te llevaré a casa y no quiero que tu madre piense que soy un irresponsable que no te deja dormir…

-Vale… -Me puse de espaldas-. Ayúdame… -Él bajó la cremallera y yo dejé caer mi vestido a posta, girándome mientras él me miraba pasmado-. ¿Pijama corto? –Él asintió algo paralizado-. ¿Te estás sonrojando?

-Yo… -Rascó su cabeza y señaló la puerta-. Voy a… -Tomé su mano y sonreí, alzando una ceja-. Te espero en mi cuarto…

-No… has prometido no separarte de mí, ¿no? –Él cerró sus ojos por un momento mientras mordía sus labios y asentía-. Pues no te vayas…

Él respiró hondo y asintió, por lo que sonreí y le besé, haciendo que él suspirase. Me mordí los labios y me dirigí al armario para coger el pijama mientras él se sentaba en la cama. Le miré divertida y tiré mi pijama en la cama, sentándome sobre él y tumbándole, cayendo sobre su pecho. Su corazón latía rápido y eso me hizo sentir de un modo que no me había sentido nunca… besé su cuello y él respiró hondo de nuevo. Me acerqué a sus labios y no me dio tiempo a besarle, él rodó y se colocó sobre mí besándome de un modo algo frenético que me hizo sonreír. Acaricié su pecho y me dirigí al primer botón de su camisa, desabrochándolos uno a uno mientras sentía su corazón latir. Cuando acabé con el último botón él se quitó la camisa rápido, sin separar nuestros labios y acaricié su pecho, que ahora parecía más cálido.

Le empujé un poco y me puse sobre él besándole despacio mientras él respiraba tratando de calmarse. Acaricié su pecho con la duda en la cabeza y posiblemente también en la cara.

-Kim te lo ha dicho… ¿cierto? –Hice una mueca intentando reprimir la risa pero no pude-. ¡Genial! –Puso una mueca rara poniendo sus manos en mis rodillas-. La mataré…

-No… si no sabría que se me ha escapado… -Puse cara de pena-. Pero era algo que debía saber… ¿no crees? –Hizo una mueca-. ¿No pensabas contármelo?

-Sí… pero no ahora… -Le miré raro-. Ya hemos hablado del tema…

-¿Puedo preguntarte algo? –Él me miró raro pero asintió-. ¿Te había pasado antes? –Su cara cambió a confusión-. Quiero decir… sé que tú has estado con otras chicas antes… pero…

-No… -Suspiró-. Nunca me he sentido así con nadie… -No pude evitar sentirme especial con esa mirada que me dedicaba, reprimí mis ganas de sonreír pero él no-. Bueno, ahora que estamos preguntando… ¿Puedo preguntarte a ti por algo? –Asentí-. Anoche, en el concierto… lloraste con una canción… ¿por algo en especial, o sólo por emoción?

-Bueno… -Reí-. Es porque bueno, mi nombre viene de esa canción… -Alzó las cejas-. Mi madre estaba muy rara con mi padre, así que pelearon y mi padre le dedicó esa canción… y cuando mi madre le dijo que estaba embarazada… pues no sé, luego cuando pensaron en que nombre poner, mi madre volvió a escuchar la canción… así que por eso me llamo así…

-Vaya… -Acarició mi rostro-. No lo sabía… -Se sentó y me besó-. Es el mejor nombre del mundo… -Sonrió mirándome preocupado-. Todo se arreglará entre ellos, ya verás…

-No sé… -Suspiré-. Pero ahora no quiero pensar en cosas tristes, sólo quiero disfrutar de tu sonrisa… -Él sonrió un poco más-. ¿Me dejas darte un beso?

-¿Sólo uno? –Rió mientras le besaba-. Mi leoncita…

-¿Ahora vas a llamarme así? –Asintió riendo-. Vale, mordisquitos…

Rió y mordió mi hombro, haciéndome suspirar. Después le dedicó un poco de tiempo a rozar mi cuello con sus labios, haciendo yo lo propio. Sus manos acariciaban delicadamente mi espalda hasta que noté que su piel calentaba de nuevo como antes mientras mis manos recorrían sus brazos. Cogí una de sus manos y la llevé a mi cadera, donde él empezó a acariciar mis muslos quitando con cuidado la media. Me estremecí ante su contacto y él me miró con cautela, besándome en los labios dulcemente.

Acaricié su rostro y él sonrió, de nuevo la curiosidad me estaba matando, así que él suspiró asintiendo. Reí y cogí de nuevo el termómetro, 42’5º C. Él rió y me besó, suspirando después mientras me abrazaba y acariciaba mi tobillo deshaciéndose de la media.

-Aún queda otra… -Reí mientras él negaba-. ¿No?

-No… -Me besó dulcemente-. No quiero aprovecharme de tu curiosidad…

-Eso es injusto… es lo que quiero… -Le besé tumbándole sin que opusiera mucha resistencia-. ¿Cuánto ha sido el máximo que has alcanzado?

-Creo que dos grados, más o menos…

-Lleguemos a los tres… -Él me miró algo divertido-. No sé… sólo hasta los tres… -Negó-. ¿Hasta los dos coma nueve?

-Dar… -Suspiró-. ¿Quieres que me de algo? No sabes el esfuerzo que me está costando estar así ahora… ¿Quieres hacerme sufrir?

-No… -Dije con cara de pena-. Sólo un poco… -Reí y él suspiró. Me abracé a él y besé su cuello, haciendo que inspirase hondo-. Sólo hasta los dos y medio…

Suspiró muy fuerte y me tumbó en la cama, besándome de un modo que me hizo sentir la más feliz del planeta. Su mano se deshizo con delicadeza de la media que quedaba puesta, mientras sus labios recorrían mi cuello y su lengua hacía contacto con él, volviéndome loca. Me aproveché de la situación lo máximo posible, le besé como nunca había hecho, sus manos me acariciaban de un modo menos dulce al que me tenía acostumbrada, pero eso era algo que no me molestaba, sino que me hacía sentir mejor si era posible. Nos regalamos mil besos y caricias, hasta que él empezó a respirar muy hondo y se separó levemente, pasando ahora de lo que parecía locura a dulzura. Le miré prudente y él negó como si estuviera dándose de cabezazos interiormente. Reí un poco y tomé su temperatura, 43,8º.

-Te has pasado… -Dijo con una voz ronca, con un deje de desesperación que me hizo sonreír-. Me las pagarás… -Mordió levemente mi mandíbula y me susurró al oído-. No pienso olvidarlo… tengo memoria de lobo, así que cuando menos te lo esperes…

-Pero por dos décimas… -Le besé y él rió viendo mis intenciones-. No creo que sea para tanto…

-No… sólo estás haciendo que sienta como si me pasaran ahora mismo cuatro tráilers de esos que le deseabas a Jeannette por mi orgullo… -Le miré raro-. No me gusta romper promesas…

-¿Y si la modificamos de mutuo acuerdo?

-No me convence mucho… seguiría sintiéndome culpable… no sólo me lo prometí a mí, si no también a ti…

-Pero si yo quiero cambiarlo no deberías sentirte culpable… -Se encogió de hombros-. ¿Y si te doy algo a cambio? –Me miró raro-. Quiero probar… y eso irá contra tus principios… ¿no? –Asintió poco convencido-. Entonces te daré algo a cambio…

-No me parece del todo justo, porque lo dices como si yo lo fuera a pasar mal cuando ceda… -Alcé una ceja-. Déjame pensarlo, vale… hoy no. Vamos a dormir… y esta semana lo pensaré un poco…

-¿Y si nos pasamos de los tres?

-No sé… -Se encogió de hombros-. No me des más razones para no hacerlo, anda… si quieres que lo piense realmente, no me digas que vas a intentar pasar de los tres, porque entonces no te dejaré y tendremos una gran discusión… -Alcé las cejas-. Ahora a dormir…

Me abracé a él pero tomó mi pijama y me lo puso, tratándome como aquella noche en mi casa. Dormí abrazada a él y desperté del mismo modo, siendo la más feliz del mundo cuando su sonrisa me dio las buenas tardes.

Me llevó a Monroe y se quedó a cenar, ya que mamá insistió. Se fue oficialmente a las diez de la noche, pero a las once lo tenía en mi cama, dejándome dormir de nuevo en él. Cuando desperté ya no estaba, pero a cambio había una nota donde ponía “Prometo pensarlo, nada más”. Suspiré, sentía una extraña sensación de triunfo.

Bajé a desayunar y toda la alegría que había en mí se fue de un plumazo. Mi madre lloraba con una botella en la mano y un vaso lleno en el otro.

-Mamá… -Me miró espantada y soltó el vaso y la botella, abrazándose a mí llorando-. Mamá… qué pasa… Oye…

-Lo siento, he estado a punto, pero he recordado tu canción, no puedo hacerlo, no puedo volver a fallarte… no quiero hacerte sufrir más, no te lo mereces…

-Pero mamá… ¿Qué te pasa? –La miré asustada-. ¿Qué ha pasado? Pensaba que estabas bien… no debí haberte dejado sola… ¿es eso? Lo siento mucho…

-No cariño… -Me acarició y sonrió-. No es culpa tuya, es que yo… también pensaba que tu padre iba a volver, no sé cómo manejar esto… os escuché la otra noche, él dijo que ahora estamos mejor que antes y en parte tiene razón… pero yo quiero más… aunque sé que quizá no esté preparada…

-Mamá… -La abracé-. No vuelvas a hacerlo… ¿De dónde has sacado la botella?

-He ido a primera hora a por ella… no he podido dormir… no puedo dejar de llorar, Darlene, no sé qué hacer… yo pensaba que todo había pasado…

-¿Por qué no me has llamado?

-Porque no quería preocuparte… se te ve tan feliz ahora que no quiero que por mi culpa vuelvas a estar triste, no es justo para ti y no quiero que cargues con mi dolor… -La miré apenada-. Lo siento… debí habértelo dicho antes… pero cuando tu padre se fue y cuando vi al pequeño en casa de Sue… la niña que te regaló los pendientes… -La miré apenada-. Lo siento…

-No pasa nada… tranquila… -Limpié su rostro y le di un enorme beso en la mejilla-. Todo saldrá bien, es normal que tengas dificultades… pero recurre a mí, no vuelvas a eso… -Miré la botella-. No vuelvas a eso, por favor…

Ella la miró fijamente y después miró mi rostro mientras lo acariciaba. Se acercó al vaso y a la botella y los vació en la fregadera con un gesto que rayaba el dolor y el miedo. Tiró la botella vacía a la basura y me miró con miedo.

-No sé… -Hizo una mueca que rompió mi corazón-. No creo que pueda…

-Claro que podrás… -Intenté sonreír-. Mira, voy a llamar al instituto, les diré que estoy enfriada y te acompañaré a ver a Cameron… seguro que él te ayudará…

-No… ve a clase, iré a hablar con él… no quiero que pierdas clase por mí… -Se acercó y me abrazó-. Ve a vestirte, le llamaré mientras tanto…

Subí algo apenada y dejé la puerta abierta, oyendo cómo hablaba con Cameron llorando, sonando tan desesperada y angustiada…

Cuando estaba preparando mi mochila ella se asomó a mi cuarto y me abrazó como despedida, Cameron había cancelado su cita para poder atenderla… no sabía cómo iba a poder agradecerle todo a aquel hombre…

Me asomé a la ventana para ver marchar a mi madre, momento en el cual todo se me vino encima y lloré. Hablé con Seth y quería venir, pero le dije que iba a ir a clase y que no quería que estuviera preocupado, sólo necesitaba contárselo a alguien… nada más. Cuando llegué a clase Nessie y Kevin lo notaron en seguida y estuvieron pendientes de mí en todo momento. Seth no paró de llamarme y preguntarme cómo estaba por mensajes. Llamé a mi madre a la hora de comer pero no lo cogió, quizá estaba aún con Cameron.

Salí corriendo llamándola, pero me dijo que me esperaba en casa y que estaba algo mejor, pero que quería que llegara a casa rápido. Cuando llegué ella estaba sentada en las escaleras con una maleta a los pies. La miré sorprendida y ella hizo una mueca apenada.

-Hemos estado hablando casi toda la mañana… cree que es mejor que me interne, al menos durante una semana –Asentí algo perdida-. No me atrevo a estar sola, aunque no quiero influir en tu rutina… sé que puedes estar bien sola, pero he avisado a Samantha y le he contado lo que ocurría… si quieres me ha dicho que puedes ir con ellos esta semana…

-Pero… ¿Dónde vas?

-Voy a otro centro con el que Cameron colabora. Él dice que cree que soy fuerte y que podría llevarlo sola, pero yo no estoy tan segura de ello. Por eso me ha dicho que puedo ir a pasar esta semana allí, hasta que me estabilice, lejos de tentaciones como el alcohol… -Se le quebró la voz en la última palabra-. Quiero creer que soy fuerte, pero prefiero evitar la tentación ahora… además me ha dicho que allí hay un grupo de apoyo parecido al de Seattle… dice que me ayudará mucho estar allí, me quedaré en principio una semana… y luego posiblemente tenga que ir allí cada fin de semana…

-¿Dónde…?

-En Redmond. No te preocupes… puedo recibir llamadas… aunque prefiero que no vayas a verme allí, no creo que sea un sitio al que debas ir…

-Te llamaré todos los días… y quiero que disfrutes estando allí, quiero que te mejores y vuelvas tan fuerte como siempre… -La abracé-. Confío en ti, eres fuerte y sé que sólo es un mal día… sé que lo superarás… sé que puedes y te apoyaré siempre…

-Vale, venga… -Se separó abriendo los ojos para evitar llorar-. No me hagas llorar ahora que he parado… -Dijo riendo-. Volveré la semana que viene, deberías llamar a Samantha y pasar la noche allí… al menos hoy, me quedaría más tranquila…

-Vale…

-Bueno… -Me abrazó de nuevo-. Cuídate mucho, conejita…

Salió temblorosa por la puerta mientras cargaba nuestro coche, despidiéndose con la mano mientras lo encendía. Le hice un gesto para que parase y fui al garaje a buscar la vieja polaroid de papá. Salí corriendo y nos hice una foto con el coche y se la di. Ella sonrió y asintió mientras me alejaba y se marchó. Cerré la puerta y lloré, pero pronto Kevin tocó a mi puerta y me miró preocupado. Llamé a Seth cuando íbamos de camino a casa de Kevin explicándole la situación.

Samantha me abrazó cuando llegué y me sonrió, al igual que John. Ella me hizo pasar a la cocina y me preparó una tila, lo que agradecí pues aún estaba temblando.

-Es fuerte… -John sonrió-. Ha sido muy valiente, ha venido y nos ha explicado lo que había ocurrido… sólo ha sido un pequeño bache…

-Lo sé…

-Se le ha juntado un poco todo… y en plena recuperación… pero ella misma se ha dado cuenta, lo ha explicado con entereza y nos ha dicho que sólo quiere pasar una semana tranquila sin que tú te preocupes por ella, me ha pedido que te vigile…

-Estoy bien… -Asentí-. Sólo que no me lo esperaba…

-Puedes quedarte el tiempo que quieras, cariño…

-Gracias… -Kevin me miraba preocupado-. No me mires así… estoy bien. Todo va a salir bien, lo presiento… -Bebí un poco de tila-. Todo tiene que salir bien.

Al día siguiente la llamé al amanecer, al igual que a Seth que seguía preocupado. El día en clase fue raro y cuando salí cené con la familia de Kevin, pero insistí en que quería dormir en mi cama. Cuando llegué volví a llamar a mamá y le dije que no debía preocuparse, que estaba bien y que no iba a quedarme en casa de Kevin, ya que sólo eran unas vacaciones. Ella tenía que pensar que sólo eran eso, unas vacaciones.

Colgué y llamé a Seth, no pudiendo evitar llorar un poco cuando me despedí. Me acurruqué en el sofá preocupada y llorando, estando así un buen rato, hasta que el teléfono sonó y hablé con papá. No quise contarle nada, no quería preocuparle así que cuando preguntó por mamá le dije que estaba durmiendo, que le diría que había llamado. Cuando colgué me sentí peor y me dirigí a la nevera, mirando con detenimiento qué podía comer y cogiendo un poco de lasaña que había ya preparada. Cerré la puerta y me asusté, dejando caer la lasaña.

-¡Dios!

-¡Perdón! –Se agachó para recoger el recipiente que, por suerte, era de plástico-. No quería asustarte… -Dejó el envase en la encimera y me abrazó-. Estaba preocupado… iba a venir ayer, pero como me dijiste que ibas a estar con Kevin… deberías haberte quedado allí hoy también…

-No tendrías que haber venido… -Me abracé y noté que su corazón iba demasiado rápido-. ¿Has venido corriendo?

-Claro… no iba a poder dormir sabiendo que estabas sola, triste y lejos de mí… -Acarició mi rostro-. Creo que he batido mi propio récord, sólo he tardado una hora y diez minutos…

-No hacía falta… -Me abracé fuerte-. Aunque me agrada verte…

-Entonces ha merecido la pena… -Sonrió y besó mi pelo-. Te echaba de menos…

Me abrazó por un rato y cenamos juntos, quedándonos un rato viendo la televisión. Sólo noté cuando me cargaba y me llevaba a la cama, tumbándose a mi lado por mi súplica. Noté que se movía y abrí levemente los ojos, estaba empezando a amanecer. Él parecía algo dormido, así que le dejé y me acomodé en él de nuevo. Ya no me pude dormir, pero me sentía mucho mejor teniéndole conmigo, eso no podía negarlo. Le miré mientras dormía de nuevo, era el ser más bello del planeta, no había duda. Le abracé fuerte y él se removió, besando mi pelo y abrazándome.

-Buenos días, leoncita… -Me besó levemente-. ¿Cuánto llevas despierta?

-Un ratito…

-Ya… -Miró el reloj-. Ven… aún es muy pronto… -Me acomodó en su pecho y empezó a hacerme cosquillas-. Duerme un poco más…

-No tengo sueño… -Dije en medio de un bostezo y él rió-. En serio…

-Ya…

Noté que alguien paseaba por la habitación y abrí los ojos. Me dedicó una sonrisa y fulminé con la mirada la almohada que abrazaba. Él acercó una bandeja con dos vasos de leche y galletas, sentándose a mi lado y dedicándome una enorme sonrisa.

-Gracias…

-Venga, desayuna… -Comió una galleta-. No pienso dejar que te vayas a clase sin alimentarte bien… -Miré la bandeja, había dos paquetes de galletas-. El desayuno es la comida más importante del día… así que venga…

-Ya veo… -Reí-. ¿Por eso te comes paquete y medio de galletas? –Me miró raro y me acerqué a besarle-. Me encanta que me traigas el desayuno… pero estoy bien… no hace falta que seas tan sobre protector conmigo… soy más fuerte de lo que crees…

-Lo sé… -Besó mi frente-. Pero yo no soy tan fuerte, así que necesito cuidarte mucho para estar seguro de que nunca me dejarás… -Rodé los ojos y él rió mirándome amenazante-. Desayuna…

Desayunamos allí en la cama, aunque no podía evitar que mis ojos se fueran directos a esos brazos que me hacían suspirar… Cuando terminamos me besó dulcemente y se llevó todo del cuarto, dejándome sola para que me cambiara. Después llamé a mi madre y me dijo que también estaba desayunando y se alegró al ver que había madrugado… aunque no sé si se hubiera alegrado tanto si supiera que era porque él me había despertado…

Me enfadé ligeramente cuando vi que había fregado todo y no me había dejado hacer nada, mucho más cuando encima me acompañó hasta el instituto dando un paseo… pero se me pasó al andar con él de la mano, como una pareja más, como si nada ocurriese… su mirada y el tacto de su mano era tan dulce… me derretía.

El día pasó rápido y cuando llegué a casa me sentí rara. Mi tía Cyntia llamó y me reprochó que no le hubiera dicho nada, para después ofrecerse a venir a pasar la semana conmigo algo que rechacé, era capaz de cuidarme sola aunque el resto del mundo pareciera no creerlo. Puse música y encontré una canción que me encantó… subí a mi ordenador y saqué la partitura y la letra, cogiendo mi guitarra para practicar… hasta que se hizo de noche. Era un gran pasatiempo, algo que me evadía y no me hacía pensar en lo mucho que echaba de menos a mamá, papá y a Seth. Los llamé a los tres, para después cenar rápidamente y volver con mi nueva amiga, mi compañera de soledad.

El sueño vino poco después, quedándome dormida sobre mi cama y con la ropa de calle. Cuando me desperté miré el reloj, era tarde. Me levanté corriendo y cogí la ropa sin detenerme a mirar qué cogía, yendo a la ducha y saliendo en un tiempo récord. Bajé las escaleras y cogí una manzana que me comí de camino al instituto mientras llamaba a la vez a mi madre. Llamé a Seth sólo para decirle que estaba bien y que tenía que entrar a clase, no quería que se preocupara pensando porqué no le habría llamado.

A la hora de comer nos sentamos y pensé que apenas habíamos hablado del viaje, y la verdad es que sentía cierta curiosidad por qué les había parecido el sitio.

-Fue genial, en serio… -Wanda sonreía-. Lo que me dio un poco de pena el pobre Jake… se pegó todo el fin de semana durmiendo en el sofá… a mí me daba pena pero no hacía ni caso cuando le decíamos que nosotros podíamos dormir en el sofá…

-Fue muy caballeroso… -Cassy sonrió-. El pobre seguro que se ha pegado un par de días con dolor de espalda…

-¡Que se fastidie! –Bufó Nessie y la miré raro-. Sarna con gusto…

-Noto algo de… ¿enfado?

-Ya le dije que durmiera conmigo y no quiso… me metí en su cama y cuando vi que no venía me dormí con él en el sofá, pero sólo conseguí que me cargara cuando me dormí y me desperté en su cama sola… así que si hubiera querido podía haber dormido conmigo, ya se lo dije…

-Estás algo… rara con él, ¿no? –Me miró mal y me callé-. Vale, no he dicho nada… -Reí-. Oye… mañana… -la miré con duda-. ¿Irás a verle?

-La verdad es que Charlie y Sue van a venir… pero si quieres, podemos ir… -Hizo una mueca-. No creo que ellos puedan venir este fin de semana…

-Me gustaría… -Sonreí-. Pero si quieres quedarte, lo entiendo…

-No, tranquila… está bien… -Acarició mi pelo-. Creo que nos sentará bien un fin de semana tranquilo, podíamos hacer algo especial… no sé. Ya planearemos algo…

Cuando llegué a casa me desplomé en el sofá, llamando a mi madre y hablando con ella un rato bastante largo. Me dijo que me fuera, que no quería que estuviera sola en casa y que ella estaba mucho mejor, que incluso habían estado haciendo manualidades y me había hecho un atril en el taller de marquetería. Después me dijo que había hablado con papá y que al final le había contado lo que pasaba y estaba preocupado por mí… debía llamarle. Colgué y marqué el número de su móvil, lo cogió y preguntó muy asustado qué pasaba.

-¿Qué ocurre?

-Nada, sólo que he hablado con mamá y me ha dicho que debería llamarte…

-¿Estás bien?

-Sí…

-¿Cómo… -suspiró- cómo no me dijiste nada?

-Pues porque no quería preocuparte, sé que andas muy liado con la mudanza a Memphis… ¿cómo va? ¿Ya te has instalado?

-Más o menos… -suspiró de nuevo-. Oye, cariño, estoy en una reunión… luego te llamo y me explicas todo con detalle… ¿Seguro que estás bien?

-Sí, no te preocupes… sigue tranquilo con la reunión, todo está bien…

-Vale… luego hablamos. Te quiero, pequeña…

-Y yo…

Colgué y me tumbé para relajarme un poco, pero mi teléfono volvió a sonar. Era Samantha que me invitaba a cenar, aunque le dije que no, que estaba bien… ella parecía preocupada así que le expliqué amablemente que no necesitaba nada. Colgué y subí a mi cuarto, me apetecía tocar un poco esa canción que me hacía pensar en él, me cambié de ropa, me puse cómoda y me puse a tocar. Pero mi teléfono no tardó mucho a sonar de nuevo… empezaba a ser desquiciante. Esta vez era tía Cyntia, preguntándome si estaba bien, si necesitaba algo y ofreciéndose a venir a cenar conmigo algo preocupada, así que volví a explicar que estaba bien.

Me senté y cogí mi guitarra, estuve tocando un rato cuando alguien llamó a la puerta… Suspiré algo aborrecida ¿Es que no me iban a dejar tranquila? Bajé con mala gana las escaleras, seguro que Samantha me había enviado a Kevin… Abrí la puerta del tirón y me quedé embobada. Sonrió y me ofreció un ramito pequeño de flores recién cortadas… o arrancadas, más bien.

-No quería asustarte, así que hoy he llamado a la puerta… -Hice una mueca y él rió-. Bueno, hemos terminado hoy pronto en el taller, así que he cogido el coche y he venido… me apetecía verte…

-Pero… -Me mordí el labio y suspiré, no podía hacer otra cosa-. Estoy bien, no es necesario que me agobiéis a llamadas y visitas…

-¿No me vas a dejar pasar? –Dijo tendiéndome las flores-. Las he cogido por el camino… creo que es ilegal, pero no me importa…

-Anda, pasa… -Dije riendo y cogiendo las flores, olían genial-. Vaya, parece que estás aprendiendo… me gusta eso de que llames a la puerta… -Me besó-. Estás guapísimo…

-Sí, bueno… -me abrazó-. No hay comparación, tú estás mucho mejor…

-Sí, claro… -Le alejé y le miré, y después reparé en mi pantalón de pijama de ositos, mis pies con calcetines de colores chillones y no quería ni saber cómo llevaba el pelo-. Además tendré que creerte… -Asintió-. ¿Te quedas toda la noche?

-Si tú quieres… -Acarició mi pelo-. No pensaba hacerlo, sólo quería comprobar que todo estaba bien… -Sonrió-. Por cierto, te oía tocar desde dos calles más abajo… lo haces genial… ¿lo sabías?

-Hago lo que puedo… -Reí-. Bueno, imagino que aún no has cenado… -Negó-. No me apetece cocinar, iba a llamar al tailandés… ¿Te apetece?

-Si quieres puedo cocinar…

-No, no quiero morir esta noche intoxicada… -Reí y él hizo una mueca-. No, en serio, no quiero más que sentarme contigo en el sofá a ver una peli…

-Eso suena genial… -Besó mi frente-. Pero por favor, nada de comedias románticas… -Rodó los ojos-. Una de miedo me parece mejor… -Le miré mal mientras se ponía a buscar en mi mueble y sacaba una película algo vieja, La Alianza del Mal-. No da tanto miedo… además me quedaré esta noche… no tienes porqué preocuparte… -Besó mi mejilla y rió ante mi mirada-. Para ser una fierecilla, eres un poco miedica, leoncita…

Le pegué un manotazo y él rió, seguro que apenas lo había notado. Me acerqué a la mesita para llamar al tailandés mientras él se sentaba en el sofá. Estaba esperando a que me contestaran cuando me tomó de la cadera y me tiró al sofá sobre él, dándome un beso que me dejó algo ida mientras preguntaban al otro lado de la línea. Él rió mientras yo pedía y ponía sus manos en mi cintura, que estaba un poco al aire y al parecer fría… y nada mejor para calentarla que sus manos… y sus labios. Me costó como cinco minutos hacer que el chico que me estaba cogiendo el pedido me entendiera, Seth no paraba de reír mientras besaba y acariciaba mi cintura. Cuando colgué puso cara de inocente, pero ya era tarde… mis manos se enredaron en su pelo y lo acerqué a mí, besándole mientras él reía.

El timbre fue lo único capaz de separarnos, aunque yo no quería, él se separó sonriendo y besándome en la tripa por enésima vez, saliendo del salón de un modo que me hizo suspirar… no me quitaba ojo y su sonrisa… Suspiré muy hondo, provocando su risa pícara. Cuando volvió dejó la bolsa en la mesa mientras yo le miraba tumbada desde el sofá, rió y palmeó mis piernas, le miré raro y me indicó con la mirada que quería sentarse. Rodé los ojos y aparté mis piernas con algo de renuencia. Empezó a sacar la comida y me tendió unos palillos, después se levantó yendo a por bebida y puso la película.

Se sentó y empezamos a ver la película mientras cenábamos, aunque cuando acabamos de cenar me acurruqué en su pecho y él me abrazó. Me asusté en algunas escenas y él no paraba de reírse, mofándose de mí, y recordó la primera vez que entró en fase delante de mí, cuando me desmayé…

Cuando la película acabó me acompañó a mi cuarto y se tumbó a mi lado. Le fulminé con la mirada cuando vi que se metía con vaqueros y camisa, pero sólo conseguí deshacerme de su camisa con la excusa de que así estaría más calentita… algo de lo que no quedó muy convencido, pero a lo que accedió.

Me despertó temprano, aún no había amanecido. Hizo una mueca y me besó en la frente mientras se separaba levemente.

-Lo odio… pero tengo que irme… ¿Nos vemos esta noche?

-Sí, iré con Nessie… -Le abracé fuerte-. Te voy a echar de menos, aunque sé que te veré luego… pero aún así… no quiero despertarme luego sin ti…

-Lo sé, yo no quería despertarte, pero sabía que si me iba sin despedirme me matarías… -Sonrió y besó mi frente de nuevo, levantándose y cogiendo su camisa, para volverse a besarme-. Te quiero, leoncita.

Suspiré mientras me arropaba y se marchaba de ese modo sexy, saliendo con la camisa en la mano mientras me sonreía. Me levanté y me asomé por la ventana, viéndole marchar poniéndose la camisa antes de entrar al coche y volviéndose para mirar mi ventana, dedicándome una enorme sonrisa mientras se marchaba. Suspiré y volví a mi cama, que aún tenía algo de su olor y su calor.

Cuando sonó el despertador hice una mueca, aún no me había dormido… me di una ducha y me envolví en una enorme toalla, volviendo a mi cuarto y tumbándome en la cama, no podía parar de pensar en él, su olor… me levanté algo desganada y abrí el armario para sacar mi ropa, unos vaqueros oscuros y un jersey rojo. Lo dejé en mi cama y vi el cofre en el escritorio. Me senté y lo abrí, oliendo su aroma y suspirando. Quería revisar algún otro botecito, había como unos quince de la misma forma que el que acababa de oler, y luego había otros con distintos colores. Abrí el de color rojo y me invadió un agradable olor a sándalo, me agradó y puse una gotita en el interior de mi muñeca.

Sonreí y cerré el cofre, iba a ser muy útil. Me vestí y bajé a la cocina, abriendo algo desganada la nevera, estaba bajo mínimos… cogí un poco de leche y la puerta sonó. Nessie sonrió y levantó una bolsita de papel con una enorme sonrisa.

-He madrugado un poco para ir con mi padre y mi madre a… -Hizo una mueca-. Bueno, hemos ido a desayunar y como he vuelto pronto he pensado en pasarme para desayunar contigo… a lo clásico.

-¿A lo clásico? –Reí y la hice entrar, cuando arrugó su nariz-. ¿Qué?

-Huele… a sándalo –me miró extrañada y olfateó de nuevo-. ¿Y a Seth? –Reí y rasqué mi cabeza-. Ya veo…

-Se ha ido hace un par de horas… -La invité a pasar a la cocina-. ¿Quieres… -cogí la leche y la dejé- zumo, mejor?

-Sí, gracias… -Le serví un vaso y ella sacó esas magdalenas de arándanos tan ricas-. He pensado que si quieres podemos cargar mi coche ya, así podemos ir directas cuando salgamos del instituto…

-Eso suena bien…

Terminamos de desayunar y llamé a mi madre para decirle que me iría directa, le comenté la idea de pasarme a verla pero me dijo que no quería, que no era lugar para mí… Suspiré y llamé a mi padre, que se disculpó y me dijo que había terminado muy tarde la reunión y por eso no había llamado de nuevo. Me entretuve un poco hablando con él mientras hacía la mochila, explicándole lo que había pasado pero sin mencionar la parte en la que mamá me dijo que se sentía mal por su marcha… no quería que se sintiera mal. Me dijo que tuviera cuidado en el viaje y que le llamara.

El día pasó raro, aún a pesar de que estaba preocupada, no podía evitar estar feliz por alguna macabra razón, me sentía alegre y eso se notaba, o eso me dijeron las chicas.

El viaje se me hizo eterno, pero cuando Nessie paró en el taller bajé casi antes de que frenara por completo. Todos se rieron al verme saltar literalmente hacia Seth, que me cogió al vuelo y me besó rápidamente. Nos quedamos allí viéndoles arreglar coches mientras comíamos maíz que Quil nos había dado. Era una bolsa enorme, al parecer a Claire le había empezado a gustar…

Cuando terminaron Embry nos recordó que teníamos que ir hoy a cenar a su casa, Rebeca había estado todo el día cocinando… Nessie me dio mi mochila y mi guitarra y Seth me miró raro. Cuando llegamos él sacó todo y abrió la puerta, subiéndolo a mi cuarto mientras me sonreía.

-¿Ahora vas a ir con la guitarra a todas partes? –Hice una mueca y me sonrojé-. No, me parece bien… -Besó mi frente-. Sólo que me resulta raro, nunca me habías dicho nada…

-No sé… creo que fue por cómo dejé de tocarla… imagino que me traumaticé un poco por el hecho de que mi madre la destrozara tan rabiosa… significaba mucho para mí y verla así, no sé… creo que mi mente bloqueó todo aquello para que no sufriera… no sé… Es una tontería…

-Bueno… voy a darme una ducha, estoy contigo en diez minutos… -Me besó y le aferré fuerte, atrayéndolo lo máximo posible a mí y haciendo que él sonriera en mis labios, seguramente viendo mis intenciones-. Darlene…

-¿Sí? –Dije con cara de buena chica-. Sólo quería un beso…

-Ya… -Me besó de nuevo de modo que me dejó algo ida, pero se separó rápidamente con una sonrisa-. Que sepas que aún no me he olvidado… me vengaré de algún modo algún día…

-¿Y también has pensado lo que me prometiste? –Él rodó los ojos cerrándolos para después mirarme con una media sonrisa amortiguada-. ¿Y bien?

-Aún no me he decidido… no me queda muy claro qué propósito persigues… -Rió y besó mi frente-. Seguro que luego me traicionas y me haces algo como la otra vez… no creo que pueda fiarme…

-¿No te fías de mí? –Puse carita de pena y él me miró de ese modo que me recordó a cómo me miraba mi padre cuando de pequeña hacía alguna travesura, prometiendo no volverla a hacer cuando él sabía que ya estaba tramando la siguiente-. Me portaré bien, lo prometo…

-Ya… -Rió y besó mi frente-. Ahora vuelvo…

Me senté en la cama y saqué mi guitarra, volviendo a tocar esa canción y recordando la letra mientras la tocaba. Me mordí el labio y Seth apareció poniéndose la camisa minutos después, dejándome embobada mirando su pecho mientras él me sonreía dulcemente.

-Suena genial… esa canción es la que tarareabas el otro día, creo… -Le miré raro-. Es que… cuando estabas cocinando hace un par de semanas en tu casa… tarareabas una canción… creo que es la misma… no sé.

-Es posible… -sonreí-. Bueno, ¿estás listo? –Asintió-. Entonces… -hice una mueca con más ganas de que me besara que de que saliéramos por la puerta-. ¿Nos vamos?

-¿Lo preguntas? –Dijo divertido-. ¿No quieres ir? –Hice otra mueca y él sonrió de ese modo sexy, acercándose a mí y acelerando mi corazón, haciendo que sonriera más ampliamente-. Ya veo… -Apoyó su rodilla en la cama y me tumbó con cuidado, poniéndose sobre mí y besándome despacio-. Es una pena que no quieras ir… -Susurró mientras recorría mi mandíbula con sus labios-. Quizá verte allí, me hubiera hecho cambiar de opinión… -Le miré y sonreía, rodé mis ojos-. ¿Qué?

-Lo dices por decir… no es justo que me chantajees…

-¿Estás segura de que lo digo por decir? –Dijo mientras besaba mi cuello y mi corazón se aceleraba más-. Nunca digo nada por decir… -Mordió levemente la parte más baja de mi cuello- pero si no quieres ir… -Se alejó un poco-. Tendré que buscar una película para que veamos esta noche…

-Eres… -Alzó una ceja mientras se alejaba más-. Vámonos…

Rió mientras me ayudaba a levantar, mordiéndose el labio y besándome en la mejilla feliz. Cuando llegamos Nessie estaba colgada al cuello de Jake como Kim de Jared. Parecían realmente una pareja, aunque Jake sólo la cogía con un brazo a diferencia de Jared que cogía a Kim con ambos.

Lo pasamos bastante bien, sobre todo cuando Claire alucinó con la bolsa de dos kilos de maíz crujiente que Quil le regaló. Fue divertido ver cómo la niña saltaba hiperactiva por el sofá. Puso un pie a cada lado de las piernas de Quil, mientras él la sujetó con cuidado y la niña le tiró maíces a la boca y rió, hasta que Quil la levantó un poco y empezó a mordisquear la tripa de la niña haciéndola reír…

Cuando volvíamos a casa empecé a notar un poco el cansancio, aunque no podía olvidar que Seth me debía una respuesta. Me dijo que viera la tele mientras me preparaba algo, pensé que quizá había conseguido mi propósito. Bajó las escaleras y me indicó que le siguiera, así que subí hasta el piso de arriba donde me mostró la bañera, llena de agua y espuma… un olor a lavanda me invadió y le miré curiosa.

-Disfruta del baño, tengo que ir a preparar algo más… -besó mi frente y le miré mal-. Tienes el albornoz y la toalla detrás de la puerta… -seguí mirándole mal-. ¡El pijama!

-¿Pijama? –Rió mientras le vi entrar en mi cuarto y buscar en el armario, sacando aquel pijama que le había gustado, dejándome ver la cama abierta con unas velas en la mesilla-. Vaya…

-¡Al baño! –Dijo sacándome del cuarto-. Es una sorpresa, no me la estropees… -Alcé una ceja ante la mueca de niño pequeño que puso-. Date un baño, es el tiempo que necesito para terminar de preparar todo…

-¿Lo has pensado ya?

-¡Al baño!

Me empujó suavemente al baño y cerró la puerta, haciéndome reír y suspirar… salí y le pedí mi mochila, así que él me la dio volviendo a besar mi frente y cerrando la puerta mientras me mordía los labios, estaba feliz. Saqué mi neceser de la mochila y me metí a la bañera, repasando mis piernas y dándome suavizante en el pelo, desenredándolo a conciencia. Salí y me puse el albornoz, cepillando mis dientes durante un buen rato y sacando de la mochila un conjunto de ropa interior gris claro. Me puse el pijama y recogí todo el baño, respirando hondo antes de salir. Me dirigí de puntillas a mi cuarto y él me miró sonriente, había puesto velas en la mesilla y toda la habitación olía a lavanda, como el baño. Tomó mi mano y me besó dulcemente, llevándome despacio y tumbándome en la cama mientras me besaba.

Me miró sonriente y besó mi frente, llevándome con él, sentándome sobre su cuerpo dejando al alcance de mis manos su torso desnudo. Él acarició mi cintura, llevándose mi camiseta con ella y suspirando fuertemente cuando la quitó. Se levantó, quedando sentado frente a mí. Giró conmigo y me tumbó, besándome dulcemente mientras acariciaba mi vientre. Se alejó levemente y me hizo un gesto para que esperase, yéndose a su cuarto y volviendo con algo que dejó bajo la cama, sentándose a mi lado e indicándome que me diera la vuelta. Le miré raro pero le hice caso, poniéndome boca abajo mientras le miraba. Se untó las manos con un aceite y empezó a darme un masaje en la espalda con una enorme sonrisa, guiñándome el ojo mientras soplaba las velas.

Abrí con algo de dificultad los ojos. Me giré, tenía dos mantas encima de mi cuerpo y una nota en la mesilla.

Buenos días, dormilona. Estamos en el taller, cuando te despiertes acude allí, tenemos plan para esta tarde… Espero que hayas descansado lo suficiente… te quiero, leoncita.

Hice una mueca al ver que las velas aún seguían allí. Me había quedado dormida… ¡genial! Me sentí fatal al pensar en todo lo que había preparado y que yo me había quedado dormida con su masaje. ¡Estúpida! Me deshice de las mantas y me levanté para ir al baño aún medio dormida. Al pasar por el espejo retrocedí, mirando mi espalda. Había un perfecto corazón que abarcaba casi toda mi espalda en rojo, parecía gena. Reí y miré a aquella chica, mordiéndose el labio en el espejo, en sujetador y con un enorme corazón en su espalda. Cuando me duché miré de nuevo mi espalda, ahí seguía ese corazón, algo más borroso, pero aún se notaba bastante. Me vestí y bajé corriendo las escaleras, cogiendo las llaves del coche que él había dejado al lado de las mías en el mueble del recibidor.

Cuando llegué Nessie saltó del capó de un coche y me miró con cautela, examinando mi ropa. Me había puesto unos vaqueros claros y una camiseta gris.

-Creo que te vas a manchar un poco… -Miré sus pantalones negros y su camiseta marrón con la duda reflejada en mi rostro-. Nos vamos de excursión… ya te dije que haríamos planes…

-¿Excursión?

-¡Hola leoncita! –Dijo cogiéndome por los aires y besándome-. ¿Podríais ir vosotras a buscar a Claire? Su madre acaba de llamar a Quil, al parecer le ha contado que nos vamos de excursión y se ha puesto insoportable, dice que no para de berrear y que ya no sabe qué hacer…

-Iba a ir yo… -Quil se rascó la cabeza con una mueca-. Pero tenemos un poco de jaleo…

-No te preocupes… -Nessie sonrió tomándome de la mano y arrastrándome al coche-. Te la traeremos en seguida…

Cuando la niña nos vio llegar empezó a saltar, mientras su madre nos pedía disculpas por arruinarnos el plan, aunque le explicamos que no era nada… Claire estaba histérica no, lo siguiente. Cuando su madre terminó de prepararle la mochila le dio un beso rápido y salió disparada hacia el coche gritando que nos diéramos mucha prisa. Reímos y su madre volvió a disculparse, aunque no era nada molesto, más bien gracioso…

-¡Que guay! –Empezó a aplaudir en el coche-. ¿Dónde vamos de excursión?

-Al Parque Nacional, ¿te parece bien?

-Bueno… fui hace poco con los profesores, ¡pero será mucho más divertido ir con vosotros! Me encanta estar con Quil…

-Lo sé… -Nessie rió-. Menuda estás hecha tú…

-Es el mejor hermano del mundo… -La miré sonriente-. Bueno, no es mi hermano… pero es mucho mejor, él no me roba cosas como los hermanitos de mis amigas… él me lleva a todas partes y me regala todo lo que quiero…

-Es que eres su niña favorita… -Sonreí más-. No encontrarás a otro igual…

Cuando llegamos al taller bajó como un torbellino hacia Quil, que la cogió al vuelo mientras todos reían al ver la efusividad de la niña. Una vez habían terminado nos despedimos de Embry y montamos en el coche con Quil y Claire mientras Jake nos seguía con la moto con Nessie.

Paramos en Forks para coger comida y seguimos por la carretera hasta llegar a un camino que se estrechaba y paramos allí. Comenzamos a andar y Quil cargó con Claire hasta que llegamos a un pequeño claro, donde Quil sacó de la mochilita una manta de picnic donde comimos. Terminamos y seguimos andando un poco más, quedándome fascinada con la vegetación mientras Seth me miraba feliz llevándome de la mano… tenía que disculparme.

-Oye… -hice una leve mueca-. Siento haberme quedado dormida…

-No te preocupes… estabas cansada, has tenido una mala semana… -Me guiñó un ojo-. Además, ya me he vengado lo suficiente… -Acarició mi espalda riendo-. Ni te enteraste…

-Lo siento, en serio…

-No te preocupes… -Oí una risotada de Nessie que se quedó parada en el camino intercambiando una mirada con Seth-. ¿Te has caído o algo?

-No… pero eres un tramposo… encima haces que se sienta culpable… -La miré raro mientras reía-. Preparó todo para que te quedases dormida… ¿Por qué crees que usó lavanda y no cualquier otra cosa? –Me sonrojé-. Qué tramposo…

-¿Sabes? Empiezas a ser realmente molesta, deberías aprender un poco más de discreción, tu padre no resulta tan irritante con su don…

-No ahora y no para ti… -Dijo Jake emprendiendo en camino y revolviendo el pelo de Claire, en brazos de Quil, que nos miraba confusa-. Ya verás cuando lleguemos… hay unas flores preciosas…

-¿Flores? –Preguntó la niña mientras Nessie nos adelantaba sonriente-. ¡Quiero flores!

-Tú… -Seth hizo una mueca de niño bueno-. ¿Por qué?

-Oye yo… -Tomó mi mano y esperó un poco a que los cuatro se adelantaran-. Creo que sé más o menos lo que pasará… y no sé qué es lo que esperas… me da un poco de miedo que… no sé. No quiero estropearlo… el otro día ya tuve que controlarme bastante…

-Pero si tampoco pasó nada… -Me encogí un poco de hombros-. No es para tener miedo, creo…

-Porque me controlé y mucho… -Suspiró y me miró apenado-. ¿Estás enfadada?

-No… enfadada no… -Me miró apenado-. Un poco, no sé… -hice una mueca-. Quizá no sé, quizá un poco decepcionada… no sé…

-Lo siento mucho… -Me miró de un modo que no pude evitar perdonarle en ese mismo instante-. No volveré a engañarte, lo prometo…

-Más te vale… -Me acerqué a él y le besé despacio-. Si no quieres… esperaré… pero se supone que esto era al revés… -Reímos-. Vamos…

Paseamos por el parque hasta llegar a un precioso mirador, encontrando aquellas flores que me había traído a casa… “por el camino…” reí al pensarlo. Estuvimos jugando con la pequeña por allí durante gran parte de la tarde, hasta que empezó a oscurecer un poco. Quil miró el cielo y desapareció con Seth y Jake, apareciendo poco después tres lobos. Claire aplaudió emocionada y corrió hacia Quil, siendo ayudada por Nessie a montarse. Me sonrojé un poco al ver que Seth se agachaba para llevarme, iba a ser el primer paseo en mi novio lobo. Reí y me subí a sus lomos, sintiendo de nuevo aquello que sentí la última vez que me llevó así. Era genial, estupendo… llegamos al coche en diez minutos.

Llevamos a la pequeña a su casa y reímos cuando su madre tuvo que tirar fuerte para soltarla del cuello de Quil, que no paraba de reír. Montó en el coche con nosotros pero poco antes de salir a la carretera se asomó entre los asientos y me dio un beso en la mejilla, saltando del coche en marcha. Le miré pasmada mientras Seth reía al ver mi cara de susto… tendría que acostumbrarme a que saltaran de los coches en marcha.

Entramos en casa y estaba realmente cansada, Seth puso sus manos en mi cuello y lo acarició, haciéndome ronronear. Subí con dificultad las escaleras mientras él reía a mis espaldas. Cogí el albornoz y la toalla del baño del pasillo y le di un beso mientras me metía derrotada a mi cuarto y él se quedaba parado observándome. Me di una ducha y me puse el pijama, saliendo del baño y encontrándomelo en la cama mirando sus manos.

Me tumbé junto a él y le abracé, mientras él besaba mi frente y me abrazaba, mirándome de un modo algo extraño. Hizo una mueca y me besó. Lo que empezó siendo un dulce beso, pasó a uno pasional que me hizo olvidar lo que habíamos hablado, tomando mi cuerpo vida propia y sentándome sobre él, quitándome yo misma mi camiseta mientras él me miraba calmando su respiración. Me besó de nuevo mientras él se deshacía de su camisa y rodaba sobre mí, besando mi cuello mientras mis manos acariciaban su espalda que ahora estaba algo más cálida.

Sus labios se entretuvieron con mi cuello mientras su mano acariciaba mi pierna con cuidado, aferrándome por la espalda con la otra. Colocó mi pierna tras su espalda, bajando sus labios hacia mi pecho y haciéndome temblar levemente. La mano de su espalda se deshizo sin problemas de mi sostén, siguiendo el camino que había empezado a trazar y produciéndome sensaciones que nunca había tenido.

Sus labios hacían un recorrido incesante hacia mis labios y volviendo al punto de partida, haciéndome difícil respirar, hasta que me quedé sin aire y él mordió mi cuello. Se levantó, llevándome con él mientras sus labios no se separaban de mi cuerpo. Entró al baño y nos metió en la ducha, abriendo el agua que caía tibia, pero me resultaba fría en comparación con su piel. Posó su cabeza en mi hombro, respirando contra mi cuello, sintiendo el calor que desprendía.

-Está fría… -Dije en su oído haciéndole reír-. Me gusta más la calidez de tu cuerpo que la del agua… -Mordí el lóbulo de su oreja y él suspiró, mordiendo mi cuello y dando con mi espalda en la pared de la ducha-. ¡Au! –Me miró asustado y reí-. La llave de la ducha…

-Lo siento… -Me miró preocupado y le besé riendo-. ¿Te he hecho daño?

-Cállate y sigue besándome…

Capté sus labios y empezamos a besarnos de nuevo, haciéndome temblar cuando su pecho rozó el mío. Me sacó de la ducha y puso una toalla sobre mí, como si pensara que temblaba de frío… mordí levemente su labio y él aferró con fuerza mis piernas, subiendo hasta que me aupó tomándome de un sitio que dejaría de calificar como piernas. Me estremecí y él me sacó a la habitación, mientras mis brazos rodeaban su cuello y me llevaba hasta la cama. Volvió a besarme del mismo modo, mientras mis dedos jugaban con su pelo y sus manos no dejaban de acariciarme hasta dejarme sin aire otra vez. Besó mis labios y sus brazos me soltaron, apoyándose en la cama para intentar separarnos, aunque me aferré a él para impedirlo. Se desplomó sin dejarme notar mucho su peso y volvió a besar apasionadamente mi cuello, dejándome algo ida hasta que mi mano se lanzó a la mesilla, tirando la lámpara que se rompió.

Nos miramos algo paralizados, a punto de reír, pero cogí su rostro y le besé de nuevo, notando su piel tan cálida que volví a intentarlo, consiguiendo abrir el cajón de la mesilla, haciendo un esfuerzo por coordinar mis manos mientras sus besos me volvían loca. Me aferré fuerte a él y mordí su cuello al notar sus dedos acariciar mi pecho y su lengua rozar mi cuello. Tomé la temperatura en ese momento exacto, 44’2º C. Su mano dejó de acariciar mi pecho y acarició todo mi brazo hasta llegar a mi mano para quitarme el termómetro, mirándolo y dejándolo en la mesilla, mientras sus labios volvían a lo que estaban haciendo y los míos a su piel.

Le empujé para ponerme sobre él, mis manos tenían una clara intención, deshacerse de sus pantalones lo antes posible. Pensé que se opondría pero no lo hizo, me ayudó y se puso sobre mí, besándome más frenético aún y acariciando la parte interior de mi muslo. Me estremecí y él resopló en mi cuello, posando sus manos en mi espalda e intentando separarse, aunque no le dejé. Volvió a cargarme y fue directo de nuevo a la ducha, besándome apasionadamente mientras el agua tibia nos empapaba de nuevo. Gemí molesta y él me besó negando y cogiendo mi mano que iba directa a la llave para cerrar el agua, llevándola a su espalda para que le abrazara mientras él ponía su cabeza en mi hombro y me apoyaba con cuidado en la pared, evitando la llave.

-Te has pasado, guapa… -dijo en tono burlón mordiéndome el cuello levemente-. Ahora te quedas aquí, conmigo… -Me miró sonriente y me besó, mirándome de un modo que me hizo sonrojar-. ¿Ahora te sonrojas? –Mordí mis labios y él me besó, acariciando suavemente mi pecho haciéndome estremecer de nuevo mientras él reía-. Me encantas…

-Está fría… -Hice una mueca y él negó-. Sí…

-No puedes tener frío teniéndome a cuarenta y cuatro grados… -Alzó una ceja-. Yo sería el que tendría que tener frío…

-¿Lo tienes?

-Ojala pudiera decir que si… -me besó y me bajó, sujetándome con sus brazos pero algo más alejado, lo que me hizo darme cuenta de que sólo llevábamos puesta nuestra ropa interior… y yo sólo la mitad. Me giré y él me abrazó por la espalda, mirándome preocupado-. ¿Qué?

-¿Cuándo me has quitado los pantalones?

-Bueno… -Rió-. Creo que ha sido cuando me he dado cuenta que necesitaba volver a la ducha… -Hizo una mueca-. Lo siento… -Me sonrojé y él me besó cariñoso, mirando mi cuerpo y haciéndome sentir rara, no me gustaba que me viera así y él miró mis ojos de nuevo preocupado-. ¿Qué?

-Es que… es… -Alzó las cejas-. Me siento muy rara estando tan… -Hizo una mueca ante mi silencio-. Me siento rara ahora, no sé… estando así, prácticamente sin ropa… no me gusta verme así…

-¿Quieres vestirte? –Hice una mueca y él sonrió besando mi cuello y susurrando-. A mí me gusta… -Acarició mi pecho de nuevo y yo me estremecí-. Pero creo que va a ser demasiado… -Cogió una toalla y me envolvió con el único objetivo de taparme, pues la toalla se caló bajo el agua-. No hay que tentar tanto a la suerte… -Me abrazó fuerte y me besó de una manera dulce y yo acaricié su brazo, mirándole preocupada ahora-. Tranquila… estoy bien…

-¿Seguro?

-Sí… -Dijo con una sonrisa-. Sólo dame un par de minutos más… si quieres puedes esperarme fuera… no quiero que te sientas mal…

-No… -Me envolví con sus brazos-. Ahora estoy genial…

Estuvimos abrazados bajo el agua por unos minutos más, hasta que él cerró la llave del agua y cogió el albornoz, separándose un poco y quitándome la toalla para poner el albornoz sobre mis hombros y atarlo mientras me daba un sonoro beso en la mejilla. Se agachó y cogió mis piernas, cargándome en brazos y sacándome a la habitación con una enorme sonrisa. Se arrodilló en la cama y me dejó con cuidado, dándome un beso en la frente y acariciando mi rostro, apartando mi pelo mojado.

-Vuelvo en seguida, no te muevas…

Me besó en los labios y se marchó, saliendo por la puerta empapado… estaba guapísimo, no pude evitar morderme los labios al verlo salir. Pataleé en la cama y reí, rodando y amortiguando un chillido de felicidad en la almohada. Miré a mi alrededor aún sin creerme lo que había pasado, cuando vi mi mochila y mi guitarra. Me levanté y la cogí, pero me vi en el espejo y me parecía algo ridículo esperarle en albornoz. Busqué y localicé mi sujetador, poniéndomelo y viendo también el pantalón de mi pijama… o lo que quedaba de él…

Reí… “lo siento” había dicho… pero no pensé que fuera por haberlo roto… Busqué y encontré su camisa en la cama, lo pensé por un segundo y me la puse, mirándome al espejo. No estaba nada mal… Apareció con dos tazas de leche, que me bebí rápido como él mientras me miraba.

-Te sienta bien… -dijo apuntando a mi camisa y besándome-. Me gusta…

-Gracias…

Se levantó y cogió mi taza, llevándoselas, momento en el cual preparé mi guitarra. Toqué para encontrar los acordes con los que empezaba la canción, parando para retirar mi pelo que desprendía gotas. Volví y empecé a tocar, cantando bajito aunque sabía que él podría escucharme. Miré cada pocos segundos la puerta entrecerrada, hasta que pude ver que se abría levemente y me miraba con una sonrisa, apoyándose en el marco de la puerta mientras me miraba a los ojos. Se acercó a mí, sentándose a mi lado, mientras no separaba sus ojos de los míos.

Terminé de tocar y él se acercó besándome despacio. Para después sonreír mordiéndose el labio y quitarme la guitarra, besándome y tumbándome en la cama, para luego recostarme sobre su pecho, donde me dejé ir con las caricias de sus dedos en mi nuca.

La sorpresita de Ashley_Silvy :D




Y por fin teneis el cap :D
espero que lo hayais disfrutado...
No os olvideis de dejar algun comentario eeh...

y naaaa tarde redonda para nuestra Autora...
España gana a Portugal...
mañana se va a ver Eclipse... Como yo!!! :D
y CAPITULO XD

jaja Xaooo Bs hasta el proximo Capitulo