Capítulo XVI: Mezcla de olores.

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Una mano cálida me zarandeaba, abrí los ojos y vi su rostro con una leve mueca. Emití una especie de ronroneo y su gesto se contorsionó levemente.


-Son las once de la mañana… -Me miró con una mueca de precaución-. Sé que no hemos dormido mucho… pero creo que tienes que volver para la hora de comer, ¿no?


-Sí… -Mi voz sonaba demasiado cascada, me avergoncé un poco y él sonrió-.


-Si quieres puedes descansar un rato más, calculo que me costará como una hora y media dejarte en tu casa… quizá dos…


-No… -Me froté los ojos mientras él sonreía-. No quiero llegar tarde…


-Bueno… -Se irguió-. Voy a preparar algo para desayunar… ¿Qué te apetece?


-No te molestes… en serio.


-No puedo dejar que te vayas sin desayunar… -Torció el gesto y olisqueó-. Hum… creo que nos traen el desayuno… -Le miré confusa-. Me huele a híbrida, a chocolate y gofres y a mi jefe… -Rió-. Te esperamos abajo…



Salió de la habitación y me tumbé de nuevo. Me dolía la cabeza, aún tenía sueño. Me estiré y miré por la ventana, el cielo estaba encapotado y parecía que iba a llover… llegaría chipiada a casa. Me levanté corriendo y me duché en cinco minutos, cepillé mis dientes y bajé las escaleras corriendo. Nessie se echó a reír al verme cogerme una coleta rápida con el pelo chorreando.


-Creo que va a empezar a llover…


-No… -Nessie negó-. No hasta que estemos cerca de Monroe… -La miré extraño-. Alice es la mejor mujer del tiempo…


-Lo olvidaba… -Bufé-. ¿Ha visto cómo mi madre me mataba al enterarse de esto?


-No… no puede ver nada de tu futuro ahora…


-¿Qué?


-Estás con nosotros… -Seth bufó-. Al parecer somos un punto ciego en su divino poder… -Hizo una mueca-. Aunque creo que divino no es la palabra correcta… -Nessie siseó y yo me asusté levemente-. Lo siento… no me refería a que ella sea mala, ni nada de eso… ya me entiendes…


-No intentes arreglarlo… -Nessie parecía enfadada-. Chucho pulgoso…


-Va, venga… haya paz… -Jake sonrió-. Sabes que a veces no piensa antes de hablar… es tu tío… y tú no te ofendas, no tienes pulgas pero eres un cánido, al menos en parte.


-Un chucho apestoso, pulgoso y…


-Sobrinita… -Seth le tapó la boca y Jake comenzó a reír-. No creo que quieras seguir hablando así de tu tío… mucho más sabiendo que puede correr más rápido que tú…


-No lo creo…


-¿Una carrera hasta Monroe?


-¡Vale!


-¡Parad! –Jake rodó los ojos-. ¿Por qué no podéis daros un abrazo y ya está, como las personas normales?


-Porque no son personas normales… -Reí levemente y ellos me miraron, me quedé helada pero Jake empezó a reír-. Bueno… no es nada malo.



Me senté y comencé a comer sintiéndome observada, me giré y Nessie se sentó a mi lado, mientras Seth me miraba con una mueca divertida y Jake sonreía mientras comía. Cuando terminé Ness desapareció y apareció en dos segundos frente a mí con mi mochila. Seth salió rápido de la cocina y volvió con un chubasquero rojo enorme. Alzó una ceja.


-Es enorme… pero al menos… no te mojarás tanto…


-Tanto…


-Es inevitable mojarse un poco… -dijo sonriendo-. Además… -miró el chubasquero y se echó a reír-. Tiene su gracia…


-¿Qué?


-Es rojo… -Jake bufó rodando los ojos y yo le miré extrañada-. Piensa en cuentos infantiles… un lobo y una capa roja…


-Ya… -reí levemente-. El cuento cambia levemente, aquí el lobo no es malo ni quiere zamparse a nadie… la lleva a casa… ¿no?


-Bueno… -Nessie se empezó a reír-. Yo que tú me lo pensaría… igual te está engañando como en el cuento… -Se acercó a mí y susurró en mi oído-. Igual sí que se te quiere comer…



Noté mi cara arder, mientras él reía despeinando a Nessie. Me hizo un gesto para que pasara y yo bajé la mirada, saliendo algo avergonzada de allí. Nessie echó a correr y Seth la siguió, mientras Jake se puso a mi lado y me miró curioso, pero sin decir una sola palabra. Andamos por diez minutos hasta que noté algo moverse rápidamente a nuestro alrededor. Pronto Nessie estaba abrazándome por la espalda y tenía a un lobo enorme rugiendo frente a mí.


Jake rodó los ojos y le hizo a un gesto a Nessie para que me soltara, la cual me dio un beso en la mejilla antes de dejarme. Jake suspiró mientras se alejaba y el lobo se arrodilló frente a mí para que me montase.



Fue algo fantástico. Iba montada a lomos de Seth, Nessie corriendo delante de nosotros haciendo eses y Jake correteando con ella dibujando una especie de hélice. Supuse que hacían esto porque yo retrasaba a Seth, lo que me hizo sentir mal. En una de las ocasiones en las que se cruzaron Nessie saltó sobre el lomo de Jake y este aulló, y Seth como respuesta.



No entendía nada pero pude ver a Nessie poniendo su nariz en la nuca del lobo, así que hice lo mismo en un acto estúpido. Olía genial, no podría describirlo, pero me encantó y me aferré a su cuello en otro acto estúpido, haciendo que él aullara de nuevo. Me alejé en ese instante y el aullido cesó. Nessie comenzó a reír y yo podía notar mi rostro arder.



Estábamos llegando a Seattle cuando empezó a llover. El lobo paró dándome tiempo a ponerme el chubasquero. La lluvia me daba irremediablemente en la cara, por lo que me agaché ligeramente con miedo de volverme de nuevo estúpida por su olor y encaramarme a él como si fuera un peluche.



Cuando frenaron me di cuenta que había una casa, hasta que caí en la cuenta de que era en la casa del Doctor Cullen. Alice estaba en las escaleras del jardín esperando con un gesto gracioso, mientras Nessie correteaba hacia ella mientras la lluvia caía ahora más tenuemente. Bajé del lomo de aquel lobo algo avergonzada, pero un lametazo me hizo sentir algo menos incómoda. Entré dentro con Nessie que me ayudó a quitarme el empapado chubasquero y a secar un poco la ropa. Seth y Jacob aparecieron riendo y yo me despedí, tenía que volver a casa.



Cuando llegué tía Cyntia me miraba curiosa, pero apenas dije nada. Mi madre me preguntó que tal el trabajo, así que le dije que bien, sabiendo por una mirada de mi tía que todo estaba controlado. Subí corriendo y llamé a Kevin para contarle porqué había necesitado que me cubriera, aunque omití el detalle de que me había ido de fiesta hasta Forks. Le conté que Nessie había venido con los chicos y habíamos ido a Redmond.


Me animé bastante cuando bajé a comer y mi madre sonreía hablando con tía Cyntia. Nos sentamos las tres después a comer helado junto a la chimenea, yo escuchaba atenta las historias que contaban de cuando eran niñas.


El timbre sonó y tía Cyntia se levantó a toda prisa, ya que mi madre estaba abrazándome en ese momento. Eso se sintió genial, sentía que por fin esto era real, que se estaba recuperando, que estaba empezando a superar todo el dolor y a verme. Mi tía carraspeó y mi madre y yo nos volvimos. Me quedé helada al ver a Seth plantado bajo el arco de la puerta.


-¿Qué haces aquí?


-Hola… -parecía incómodo, por lo que me levanté y me acerqué, sacándolo a la entrada para que dejara de ser escaneado por mi madre y mi tía. Le miré divertida y alcé una ceja-. Bueno… -Se mordió el labio-. No sabía muy bien si venir, Jake y Nessie se han ido… a comer algo, y he pensado que quizá te apetecía dar una vuelta… no sé. Pero veo que estás ocupada… así que bueno… -Se rascó la cabeza y sonrió-. Mejor vuelvo otro día…


-¡Oye! –Me mordí el labio y me asomé al salón. Mi madre hacía un gesto para que me fuera-. Déjame que me despida, ¿vale?


-Claro…


-Mamá… -creo que estaba algo colorada, pero intenté disimular-. Lo siento, pero… es que está solo… y no sé…


-¡Dile que pase! –Mi madre le animó y él apareció a mis espaldas-. Y tú eres…


-Seth Clearwater… -Se acercó a mi madre y le tendió la mano, que mi madre tomó con una enorme sonrisa-. Encantado de conocerla…


-Igualmente… -Hizo una mueca-. ¿Cuántos años tienes?


-¡Mamá!


-Veinte… -hablamos a la vez y él me sonrió-. He venido con un amigo, que tiene una especie de cita con una amiga de Darlene… así que he pensado que era mejor dejarlos solos y que Darlene me enseñara la ciudad…


-Ya…


-Bueno… -mi tía me salvó-. Será mejor que os llevéis un paraguas… creo que hoy va a llover…


-Sí… mamá… ¿puedes traerme uno?


-Claro… -Se levantó y desapareció mientras el salón se quedaba en un silencio incómodo. Le hice un gesto a Seth que me siguió hasta la puerta, donde mi madre me dio el paraguas-. Seth Clearwater… -murmuró y me miró-. Recuerda que mañana tienes clase…


-No se preocupe… -Seth sonrió amablemente-. Estará aquí antes de la hora de cenar… cuidaré bien de ella… -Sonrió más ampliamente-. Es mi guía en la ciudad…


-Eso espero…



Abrí la puerta y le hice un gesto para que saliera mientras mi tía y mi madre me hacían un gesto extraño, algo que me incomodó bastante y me hizo cerrar la puerta rápidamente.


Bajé las escaleras y él sonreía. Me puse a su lado mientras nos íbamos calle abajo, en silencio, sin cruzar una palabra. Yo balanceaba el paraguas y él andaba con una sonrisa enorme y las manos en los bolsillos.


-Lo siento… -hablé por fin-. No están acostumbradas a que un chico me venga a buscar… bueno, a veces Kevin viene… pero…


-Tranquila… estoy acostumbrado…


-¿Muchas citas? –Reí un poco avergonzada-.


-No… -Me sonrojé, quizá le había echo creer que yo pensaba que esto era una cita-. Pero suelo tratar mucho con las madres de las novias de los chicos… creo que es la primera vez que conozco a la madre de una chica que no sea de… bueno, de la manada. Ni siquiera conozco a la madre de Kira…


-¿No?


-No… creo que su madre me odiaría… -Le miré curiosa-. ¿Qué hubiera pensado tu madre si hubiera sabido que anoche te secuestré y te llevé a una fiesta en mi casa?


-Posiblemente…


-Me hubiera echado a patadas, por lo menos… ¿no?


-No sé… -Reí-. Sí, posiblemente te hubiera dado con el paraguas en la cabeza…



Reímos y seguimos paseando. Llegamos hasta el parque y empezó a llover bastante. Abrí el paraguas y él tomó mi brazo, cargando él con el paraguas mientras intentaba que yo me mojase lo menos posible. Noté que él se estaba calando e intenté torcer un poco el paraguas, pero su fuerza me lo impedía. Me paré y él también, me miró sorprendido.


-Te estás mojando…


-Da igual… tú eres mucho más frágil que yo… y le he prometido a tu madre que cuidaría de ti. Tengo que cumplir mi palabra…


-¿Me estás llamando frágil?


-No… -hizo una mueca-. Pero reconoce que eres más frágil que yo…


-¿Eso crees? –Nuestras sonrisas eran amplias, era agradable hasta discutir con él-. A ver quién aguanta más…



Di un paso hacia atrás, dejando que algunas gotas me cayesen. Él se acercó tapándome. Hice una mueca y bufé, dando dos pasos, pero él me seguía. Comencé a andar de espaldas y él seguía cubriéndome. Me giré y comencé a correr, pero era en vano pues él era más rápido y me cubría. Cambié de dirección y zigzagueé bajó la lluvia mientras él intentaba taparme. Comencé a reír y él me pedía que parase, así que no pude más que seguir haciéndole rabiar.


Él se quedó parado a cuatro pasos. Suspiró y cerró el paraguas.


-Ahora verás… -gruñó levemente y corrió hacia mí, cogiéndome con un brazo y cargándome en su hombro mientras yo pataleaba en el aire-. ¿Quieres mojarte?


-¡Sí! –Grité como una niña y él empezó a reír, corriendo hasta que estuve empapada-. ¡Pero bájame! –Él empezó a reír y me bajó-. Vale… has demostrado que eres más rápido y más fuerte… pero eso no quiere decir que yo sea más frágil…


-Vale… pero ahora vamos… -Señaló la caseta-. No quiero que te enfríes…


-¿Qué? –Reí-. ¿Cuántos años crees que tengo?


-Bueno… menos de los que aparentas…


-¿Me estas diciendo que parezco una vieja?


-¡No! –Me reí y él rodó los ojos-. Ya sabes… pero bueno, no cambies de tema… ¿Vas a hacer que cargue contigo otra vez?


-¡No! –Reí y me alejé un poco, así que me eché a correr. Él me dio alcance y retrocedí hasta que me di cuentas que me estaba acosando de tal modo que me dirigía a la caseta. Le saqué la lengua y empecé a reír, yendo corriendo a la casita-. ¡Soy más rápida!


-Ya… -empezó a reírse mientras yo intentaba recuperar el aire-. Y en el intento de ganarme… te has calado entera y te has dejado por ahí los pulmones… -le pegué flojo intentando frenar mi respiración-. Oye… ¿pero estás bien?


-Sí… -me senté para coger aire y él se reía-. No es justo que tú no te canses…


-Hombre, reconoce que para ti es bueno que yo no me canse… -Alcé las cejas-. ¿Qué persona normal puede correr más de dos kilómetros sin cansarse?


-Vale… -suspiré-. Déjame reponerme…



Él rió mientras yo apoyaba la cabeza en la pared. Comencé a sentir frío y subí las piernas al banco, abrazándolas. Él se sentó frente a mí y me miró preocupado.


-Esto es algo así como tu refugio… ¿no? –Le miré extrañada y asentí-. Un refugio debería ser… no sé… -negó-. No deberías necesitar un lugar así…


-Oye… -Suspiré-.


-Lo siento. No quiero meterme donde no me llaman…


-No, no es eso… -dudé y le sonreí-. ¿Cómo me encontraste?


-Bueno… -se sonrojó-. Digamos que tengo un olfato muy fino… al igual que el oído. Todas las personas tienen un olor distinto… es más o menos fácil reconocerlo.


-¿Huelo?


-Bueno… -rió-. Todo el mundo tiene un efluvio diferente. Nessie huele a dulce, demasiado, algo como… no sé. Agridulce… sin embargo su familia para nosotros huele como… no sé. Es algo demasiado empalagoso, y llega a resultar molesto.


-¿En serio?


-Sí… es algo que se puede reconocer a kilómetros… ellos huelen así para nosotros para que podamos detectarlos mejor…


-Y… -me daba miedo preguntar-. ¿A qué huelo?


-Bueno… -comenzó a reír-. Es difícil describirlo… -tomó mi mano-. ¡Vaya… estás helada! –Se sentó a mi lado y pasó su brazo por mis hombros, abrazándome levemente y llevando mi muñeca a su nariz-. Es… dulce. Pero no empalagoso… -Me sonrojé y él rió-. A frambuesas, o algún tipo de fruto rojo… no sé.


-¡Me tomas el pelo!


-No… -Negó y volvió a oler mi muñeca. Suspiró-. Me recuerda a un pastel que preparaba mi madre cuando era niño…


-¿Huelo a pastel?


-Sí… -Reímos-. Siempre hacía ese pastel para mi padre y para mí, cuando era más pequeño… a veces me llevaba de pesca con él, cuando yo aún quería hacer esas cosas… -entristeció-. Me recuerda a eso, a él… a mi infancia.


-Bueno… -sonrojé y tomé su muñeca. El mismo olor que antes pero más tenue-. Tú hueles… -Suspiré-. No sé cómo clasificarlo…


-Nessie decía de pequeña que todos olemos a bosque… -Rió-. En cierto modo tiene razón, para mí cada uno de mis hermanos huele a una planta silvestre distinta.


-Madera… pero es… no sé… -Me miró curioso mientras olía su muñeca-. Tierra húmeda, canela… no sé.


-¡Vaya mezcla! –Rió y se olió-. No sé… yo no noto nada…


-Soy un poco mala… no tengo una nariz supernatural… -Me olí-. Yo tampoco noto nada…


-Y bueno… que me has distraído… ¿Qué te pasó ayer para entristecer tanto?


-Pues… mi madre estaba mal, aunque hoy está mejor gracias a mi tía… -Sonreí-. Pero no sé, era un mal día… Vine aquí a estudiar, y vi por la ventana a unos padres con su hija… no sé. Eché de menos a mi padre y los tiempos en los que ellos paseaban por aquí conmigo… -Hizo una mueca-. Pensé que dando una vuelta se me pasaría un poco, pero me topé con Omar… bueno, él es…


-Un gilipollas –no me dejó terminar y su mirada daba miedo-. Lo siento… -Se tocó la sien-. Jake… no podemos evitarlo…


-Bueno… -me sonrojé un poco y él me animó-. Para las vacaciones le vi con una chica en el centro comercial, pero ayer estaba con otra… no sé…


-Un gilipollas… -Repitió negando-. ¿Te dijo algo?


-No… -negué-. Creo que ni siquiera me vio… pero no sé. Él me escuchaba y sabía todo por lo que había pasado, me ayudaba, no sé… aunque creo que si sólo hubiéramos seguido siendo amigos todo hubiera ido mejor…


-O puede que no… -Torció los labios-. Bueno, no sé. Pero a esos tipos… habría que darles algún susto…


-No merece la pena… -me miró asombrado-. Eso sería venganza, y para alguien como yo, no existe la venganza…


-¿En serio?


-Sí… creo en la justicia divina, o karma… o como quieras llamarlo… -le miré fijamente y sonreí. El estuvo serio hasta que sonrió-. ¿Ves? Te he dado una sonrisa, y tú me la has devuelto, si me vengara por algo, alguien se vengaría de mí por algún acto malo que haya hecho… aunque fuera sin querer.


-Ya veo…


-Así que no merece la pena. No sé… -Suspiré-. Te parecerá una locura, pero creo que no sé, que algún día pensaré en estos días que me he refugiado aquí… y me reiré.


-Lo harás…


-Lo sé… -Sonreí-. No sé, quizá te suene… raro. Echo de menos a mis amigos, pero… no sé. No entendía la razón y es injusto y podría haber pasado de todos modos, pero posiblemente no hubiera conocido todo el mundo que me rodea ahora si las cosas hubieran pasado de otra manera. Yo podía haber ido en ese coche, o Kevin…



Estaba a punto de llorar y él me abrazó. No pude seguir, sabía que siempre les echaría de menos, pero ya había mantenido una conversación parecida con mi padre y decidí que debía alegrarme por no haber ido con ellos. Que no era justo, para nada, pero era así.


No lloré, simplemente me abracé a él. Me sentía extraña en su abrazo, era como los que tantas veces me había dado Kevin, pero más intenso, más placentero… más reconfortante.



No sé cuanto tiempo estuvimos abrazados, sólo sé que se irguió de repente. Arrugó la nariz y sonrió.


-Creo que me buscan… -Reí-.


-Yo no huelo nada… -Intenté olfatear y él rió-. En serio… nada.


-Lo sé… -rió y pellizcó mi nariz-.



Se levantó y me ofreció su mano para levantar. Me costó un poco, pues estaba algo entumecida. Él se dio cuenta y me tendió su otra mano. Salimos y a lo lejos una pareja preciosa venía hacia nosotros. Había dejado de llover y mi ropa estaba ligeramente húmeda. Me acompañaron hasta mi casa y me despedí de ellos en la puerta.



Mi madre y mi tía salieron, mi tía se marchaba ya también. Me dio un abrazo enorme y se montó en el coche con una enorme sonrisa. Mi madre se disculpó y se metió a casa, haciéndome un gesto para que no tardase. Abracé a los chicos y a Nessie y me dirigí a mi casa. Estuvimos cenando mientras mi madre me interrogaba, comenzaba a sentirme algo molesta.



Después de cenar me di un baño y me puse el pijama. Olí mi piel y no podía notar más que el olor del jabón. Sonreí por el recuerdo. Cogí mi ropa sucia para bajarla a la lavadora, sin evitarlo, la olisqueé levemente. Inspiré después hondo, pudiendo encontrar ese aroma que había notado a lomos de Seth. Tiré mi camiseta sobre la cama y bajé el resto de la ropa.



Cuando desperté, mi camiseta, que había puesto como funda de la cama, apenas tenía ya ese olor que tanto me había echo soñar. Soñé con el viaje, con aquel frondoso bosque del Parque Nacional, con su sonrisa y con su abrazo, con la casita…



El lunes anduve hasta clase y me sorprendí al ver a Nessie conduciendo el volvo. La miré con la duda en la cara y ella suspiró.


-Me lo llevé a Forks… -Rodó los ojos-. ¿Qué tal en casa?


-Bien… -Me sonrojé un poco-. Mi madre me ha preguntado esta mañana por los chicos, se piensa que estoy saliendo con Seth o algo así…


-Y…


-¡Ness! –Rodé los ojos-. Mi madre se piensa eso porque, aparte de Kevin, nunca han venido chicos a buscarme sin previo aviso…


-Bueno… pero no te olvides de que sé que te gusta…


-No tiene nada que ver… -Rodé los ojos-. Es guapísimo, majísimo… pero nada más. Bueno… huele genial.


-Ya… -Ella se echó a reír-. Vi cómo olías su pelo… -Alzo las cejas-. A mí también me gustaba hacerlo… y me gusta.



Por la tarde estuve hablando con mi padre. Parecía estar bien, me echaba de menos y se alegró muchísimo de que mamá estuviera mejorando, pero al parecer él tenía mucho trabajo ahora, así que no le quise molestar demasiado.


Mi madre me preguntó por el, creo que hizo un enorme esfuerzo en controlar sus nervios, por lo que me sentí muy orgullosa al ver que realmente se esforzaba.


El martes no hubo gran novedad, aunque por la tarde el Doctor Cameron me llamó para que fuera con mamá a la sesión del miércoles.


En la sesión ella le contó lo que había pasado por su cabeza cuando le conté cómo le iba a papá, por lo que me asustó levemente. El Doctor Cameron me explicó que era una reacción más o menos normal, pero que lo mejor de todo era que ella sabía que debía controlarse y lo hizo, por mucho que le costara. Además, al reconocer los pensamientos que enturbiaron su mente, había mostrado que era capaz de identificar los malos pensamientos y expresarlos, aunque ahora tuvieran que trabajar en la manera en la que los expresara.



El jueves me desperté con una sensación extraña. Tuve un escalofrío y me tapé bien, esperando un poco más a levantarme. Al hacerlo me mareé un poco, y tenía la sensación de que mi cabeza estaba embotada. Me cambié rápido de ropa y bajé a desayunar. Al beberme la leche noté mi garganta dolorida… ¡Genial! Seth había tenido razón… me había enfriado. Nessie bromeó sobre eso cuando vio mi cara y escuchó mis estornudos.


A la hora de la comida aproveché para hablar con papá. Le conté todo lo que había pasado la tarde anterior y se sintió mal por ella, pero cuando le dije que según el Doctor era bueno, pareció alegrarse un poco.



El viernes por la mañana llegué a clase con un poco de retraso y cuando entré miré la cara de Nessie, que parecía mosqueada. Esperé hasta el cambio de clase y le pregunté.


-¿Pasa algo?


-Nada… da igual… -Suspiró-. ¿Tienes algún plan para este fin de semana?


-No… en principio. Estoy abierta a sugerencias… -Sonreí-. ¿No te vas a Forks? –Ella volvió a suspirar y negó-. ¿Y no viene Jake?


-No… -Suspiró-. Billy está un poco enfriado, Jake está en su casa y le ha tenido que dejar la suya a Rebeca y Embry porque al parecer se les ha inundado… y me parece mal ir allí, sería una molestia para Jake y Billy…


-¿No te puedes quedar con tu abuelo?


-No… -Suspiró de nuevo-. Si voy allí con mi abuelo, mi madre se queda sin verle… así que es mejor que me quede, aunque sólo sea este fin de semana…


-Bueno… -Sonreí-. Ya planearemos algo para este fin de semana…


-¿Seguro…? –Me sonrió-. No es por nada… pero sigues teniendo un poco de mala cara…


-Sí… -Mi voz aún sonaba extraña-. Luego me tomo algo para estar bien por la noche… -Sonreí-. Sino seguro que tu abuelo puede ayudarme…


-Si quieres… -Ambas reímos-.



Nessie me miraba bastante rara durante las clases, al igual que Kev y Ryan… imagino que era porque no paraba de toser.


A la salida una chica repartía unos folletos para un acto benéfico en uno de los locales de la ciudad. Era un concierto de imitadores, así que me pareció buena idea y animé a Nessie a que fuéramos. Quedamos a las ocho ya que el concierto empezaba a las nueve.


Decidí que ya que era la primera noche que salíamos oficialmente por Monroe, una noche de chicas, debía ponerme ropa para la ocasión. Llamé a Nessie para saber si ella se iba a arreglar mucho, al parecer Alice ya había pensado en eso y había dejado nuestras ropas en casa de sus padres. Me reí y acudí allí a las siete de la tarde.


Me sorprendió ver que Alice estaba con ella cuando llegué. Mucho más me sorprendí al subir a la verdadera habitación de Nessie. Había sido estúpida creyendo que realmente la habitación del segundo piso era la suya. Era enorme, con todas las paredes de cristal y llena de color… perfecta, simplemente.


-Esto es… -No sabía cómo seguir-. ¿Increíble? ¿Maravilloso?


-Sí… -Nessie sonrió-. Por eso nunca habías estado aquí… no es una habitación muy… normal. Pero ahora que sabes todo… -Acaricié la suave tela que colgaba del dosel y la colcha-. Puedes venir cuando quieras…


-Gracias… -Sonreí-.


-Bueno… -Alice torció el gesto-. Creo que es hora de que os cambiéis, va a haber mucha gente en ese concierto y… -Se quedó callada y Nessie preguntó con la mirada-. Bueno, que es mejor que vayáis antes… por si acaso. Habrá mucha gente allí…


-Tía Alice… -Nessie la empujó-. Déjanos solas… tenemos que elegir ropa…



¿Elegir? Me giré y vi a Nessie sacar bolsas sin cesar de un armario tan grande como mi habitación. Hizo dos montones, uno a un lado de la cama, cerca de mí y otro en el otro extremo. Ella sacó varios vestidos que no eran de su talla, más bien eran de la mía. La miré con pánico y ella me miró dudosa. Su padre asomó la cabeza por las escaleras, cuchicheando algo en el oído de Nessie que me miró con una sonrisa. En mi mente resonó su voz, pero ella no movía sus labios.


-No digas lo que estás pensando… no deberías ni pensarlo. Es un regalo, si dices algo como lo que estabas pensando y Alice te oye… -una carcajada resonó en mi cabeza-. Ahora que sabes todo, puedes imaginar que el dinero para ellos tiene poco significado, Alice es buena invirtiendo en bolsa… -otra risa-. Así que acostúmbrate a los regalos, no han tenido muchos amigos humanos, exceptuando a mi madre… así que su concepto de los límites con los regalos es… peculiar.


-Pero… es demasiado…


-¡Sh! –Hizo un gesto para que me callase-.


-¿Qué es demasiado? –Alice apareció por allí con cara de preocupación y Nessie rodó los ojos-.


-Esto… -Señalé el montón de ropa-. Hay más ropa aquí que en mi armario…


-Bueno… -Ella torció el gesto y sonrió-. Creo que pronto tendrás otro armario que llenar… así que he pensado que sería un buen regalo…


-Pero… no puedo…


-Darlene, si quieres que nos llevemos bien fuera de las aulas, es mejor que cierres la boca y sonrías… -Se volatilizó frente a mí y tiró de la comisura de mis labios-. Así está mucho mejor… aunque creo que deberías practicar…


-Tranquila… -Bella puso una mano en la muñeca de Alice y me miró-. Discúlpala… ella no entiende el concepto de moderación… -Sonreí levemente-. Yo también me molestaba al principio… pero no tienen remedio… Es lo normal para ellos…


-Bueno… -Me sonrojé-. Gracias.


-¡De nada! –Alice dio palmitas y salió danzando mientras Bella la seguía con una sonrisa y un encogimiento de hombros-.


-Oye… -miré a Nessie que reía-. ¿A qué se refería con lo de otro armario? ¿Me ha visto marchar a Chicago?


-No… -me miró divertida-. Al parecer, por lo que me ha dicho mi padre, ella ya no ve tu futuro con mucha claridad… -No entendía nada y ella rió al notarlo-. Al parecer vas a pasar mucho tiempo conmigo en Forks y con los chicos…


-No creo…


-Bueno… -Ella sonrió-. Alice se equivoca pocas veces… así que ha pensado que puedes llevarte lo que quieras a casa y si quieres puedes poner algo de tu ropa en casa de Jake… tengo algo de espacio en mi armario.


-No sé… mi madre me matará si voy con todo esto a mi casa… -Reí-. Pensará que me he vuelto loca y he gastado dinero de mi fondo para la universidad…


-Bueno… -Me sonrió-. Si te va a traer problemas, puedo hacerte un espacio en mi armario… -abrió del todo su armario y empujó un montón de ropa, haciendo un hueco para mi nueva ropa-. Para ti…


-Yo… -no sabía qué decir, estaba alucinando-. Bueno, gracias…



Ella rió y comenzó a rebuscar en las bolsas. La imité y volcamos las bolsas en la cama. Escogí unos vaqueros oscuros y una camiseta gris marengo con brillo. Empecé a toser de nuevo y ella me miró raro.


-Será mejor que pasemos antes por casa de mi abuelo… -Me miró preocupada-. ¿Estás segura de que quieres salir?


-Sí… -Sonreí-. No te preocupes… es sólo un poco de tos…


-Llevas todo el día…


-¿Nunca has estado enferma, o qué? –Su cara me hizo ver que no-. Bueno… pues es normal estar unos días tosiendo y con esta voz… -Reí-. ¿Nunca has enfermado? Eso debe ser muy raro…


-Un poco… -Rió-. Pero bueno, yo me quedaré más tranquila si eso que dices me lo repite mi abuelo…


-Vale… -Me rendí-. Como quieras…



Nos cambiamos de ropa y nos dirigimos a casa de su abuelo, él me examinó mientras Alice y Rose salían corriendo por una urgencia según Nessie. Cuando llegaron nos tendieron un paquete a cada uno y ella se emocionó al ver que nos habían comprado unos botines para cada una, iguales pero de distinto color, para ella en negro y para mí en rojo. Habían traído además complementos, un collar para Nessie, que le quedaba genial con el conjunto que llevaba, una camiseta en palabra de honor con estampados y unos vaqueros.


Alice me dio una pequeña bolsa de papel de una tienda de complementos y Rose me sonrió.


-No queremos que cojas más frío… así que es un regalo con motivo, ¿vale?


-Vale… -Reí-. Gracias.


De allí saqué un pañuelo rojo, a juego con las botas, el cual el Doctor Carlisle anudó rápidamente a mi garganta con una sonrisa.



-Será mejor que esta noche no grites mucho… -Sonrió y besó a Nessie en la mejilla-. Pasadlo muy bien…


-Y tened cuidado… -Esme besó a su nieta y me dedicó una amable sonrisa-. Que os divirtáis.


Salimos directas hacia el local. Yo estaba emocionada con la idea de una noche para nosotras, lo único que ambas pensamos en que nunca habíamos hecho esto antes… e inevitablemente pensamos en cómo hubiera sido si además estuvieran el resto de las chicas. Siempre había hablado mil veces con Meg de cómo sería salir por la noche en Monroe, de fiesta… eso me hizo sentirme un poco mal pero Nessie tomó mi mano antes de entrar al local y me miró con gesto triste.


-Oye… creo que si vamos a hacer esto, debemos hacerlo bien… ¿Qué dirían ellas si nos vieran?


-Yo creo que nos dirían que dejásemos de preocuparnos y nos lo pasáramos bien…


-Yo opino lo mismo… -sonreímos-. Así que lo mejor que podemos hacer es entrar, reír, bailar y pasárnoslo genial… ¿Sí?



Asentí y pagamos la entrada para acceder al local. Era bastante grande, con mesas alrededor de una pista de baile y con un escenario en el centro de la pista. Nos acercamos a la barra y el camarero se acercó sonriente, podía ver que no quitaba ojo a Nessie, así que pedimos un par de refrescos y nos sentamos antes de que empezara a hablar demasiado.


Comenzaron a subir imitadores de artistas, algunos acertando bastante y otros desafinando demasiado… pero al menos hacían reír a la gente.



Cerca de las diez de la noche hicieron una pausa y el presentador del acto informó que iba a haber después un DJ muy famoso de Seattle. Miré a Nessie y ella no tenía problemas para quedarse… pero mi madre…


-No te preocupes… -Sonrió-. Voy a llamar a mi madre, le digo que vamos a decirle a tu madre que te quedas a dormir en casa y ya está… si llama tu madre a mi casa, ella nos cubrirá… ¿vale?


-Bueno… -Torcí el gesto-. Pero primero voy a llamar a mi tía, si puede ir a casa me quedo, si no me iré… no quiero dejarla sola toda la noche… -Ella asintió comprensiva-.



Llamé a tía Cyntia y se echó a reír al saber que me había aficionado a mentir para irme de fiesta. Me dijo que iba a ir a comprar cena para llevar, así que ya de paso llamaría a mi madre para ir a cenar con ella. Le pedí que llamara antes que yo para que mi madre no se enfadase tanto. Esperé unos minutos y tía Cyntia me mandó un mensaje para decirme que llamase a mi madre cuando quisiera. Al poco rato, antes de que volviera a empezar el show, salí a la calle acompañada por Nessie y avisé de que no iría a casa a dormir. Mi madre no pareció muy molesta, así que me alegré de que mi tía fuera tan genial y me cubriera siempre.



Entramos y actuaron cinco o seis imitadores más, para después dar paso al DJ tan famoso. La verdad es que era bueno, así que nos animamos y salimos a la pista a bailar. Era la una de la madrugada cuando la fiesta terminó, así que comenzamos a pasear hacia casa de Nessie. Ella paró en mitad de la calle arrugando la nariz, la miré extraño y ella sonrió y miró hacia los arbustos, de donde salió Alice.


-Los chuchos han venido a veros… querían ir a buscaros pero no les he dejado…


-¿Qué? –Nessie la miró ceñuda-. ¿Por qué?


-Porque estaban enfadados porque os hubierais ido las dos solas por ahí, de fiesta y de noche. Incluso han gritado a tu padre por permitirlo… iban a aparecer por allí y seguro que iban a hacerlo como elefantes en una cacharrería.


-Ya veo… -Nessie sonrió-. Así que ellos se pueden ir por ahí sin nosotras, pero nosotras no… ¿es eso?


-Es una forma de decirlo… ya sabes lo sobre protectores que son…


-Pues… -Parecía molesta y la miré raro-. Que se fastidien… diles que no hemos querido volver a casa…


-Ness… sabes que harás que se enloquezcan…


-¡Me da igual! –Tomó mi mano y tiró de mí-. ¡Vamos!



Comenzó a tirar de mí de un modo que no pude resistirme a seguirla. Parecía bastante enfadada así que me limité a callar y a seguirla con algo de miedo. Cuando estábamos alejándonos demasiado me armé de valor y me paré.


-¿Por qué te enfadas tanto?


-Porque… ¡no tienen derecho! ¿Qué se piensan? ¿Qué no tenemos vida sin ellos? Odio cuando se ponen en ese plan… es como si no pudiéramos hacer cosas sin ellos… no sé…


-Bueno… pero no te enfades.


-¿Tú no estás enfadada?


-No tengo motivos… no me han hecho nada… -Ella me miró ceñuda y me dio un poco de miedo-. Bueno, vale, quizá son un poco posesivos… pero ¿qué quieres hacer?


-Hacerlos rabiar… que vean que no dependemos de ellos para pasarlo bien… no sé. Algo que les haga enfadar tanto como me han hecho enfadar a mí…


-¿Qué quieres? ¿Qué vaguemos sin rumbo toda la noche hasta que te encuentren y tengas que discutir con ellos?


-¡Sí!


Su mirada destilaba rabia e impotencia, y la verdad es que hacía demasiado frío, al menos para mí, como para estar toda la noche deambulando por la calle. Suspiré y la miré algo nerviosa.


-Mira… si lo que quieres es que no volvamos a tu casa en un rato… deberíamos buscar un sitio dónde estar… no creo que sea muy seguro para nosotras andar por la calle a estas horas… -ella me miró de una forma que entendí que la única que corría peligro ahora era yo-. Bueno… hace frío… al menos yo tengo frío. ¿No hay ningún sitio donde podamos ir?


-Seguro que nos buscarán en todos los lugares que se me ocurran…


-Pero… -Lo pensé-. Mira, nos están buscando por ti, así que irán a los sitios que tú suelas ir… pero no a los que yo suelo ir.


-Nos encontrarán, nos buscan a las dos…


-Ness… ¡hazme caso! No creo que piensen que estás… estamos, tan locas para ir allí de noche. Quizá tú sola sí… -Alzó las cejas- porque no es peligroso para ti… pero yo no iría allí sola a estas horas ni loca…


-¿Dónde?


-A mi refugio…



Me miró dudosa pero asintió y nos encaminamos hacia el parque. Llegamos allí y, la verdad, daba miedo en plena noche cerrada. Me aferré al brazo de Ness que rió levemente. Llegamos a la caseta y nos sentamos en el banco, calladas y a oscuras mientras ella parecía calmarse. Comenzaba a aburrirme un poco y ella lo notó.

-Podemos poner música, si quieres… -Sacó su móvil y puso la radio-. ¿Esta es la emisora que te gusta?


-Sí… -Sonreí y pasaron dos canciones mientras ella me miraba curiosa-. Es que estas canciones me hacen querer bailar…


-¡Pues bailemos!



Subió el volumen de su móvil y comenzamos a bailar alumbradas con la luz de la pantalla de su móvil. Pronto se puso seria y apagó su móvil. Pude ver pasar por la ventana una sombra, y después por la puerta… me asusté cuando ella se acuclilló y siseó. Las sombras dejaron de rodear la caseta y ella cogió el móvil enfadada. La miré y Jake y Seth aparecieron en la puerta. Antes de que dijeran nada Nessie casi ladró.


-¡Largaos! –Ambos se pararon con cara de enfado en la puerta-. ¡He dicho que os vayáis!


-¿Estáis locas? –Seth parecía mosqueado, su mirada me hizo sentir culpable por algo, aunque no lograba entender muy bien porqué, supuse que se había preocupado aún más por mi idea de traer a Nessie aquí-. ¿Sabéis qué hora es?


-¿Sabéis el susto que nos habéis dado? –Jake me miró de un modo parecido y yo bajé la cabeza, sintiéndome como una niña recibiendo un regaño por hacer algo mal-. ¿Cómo se os ocurre venir aquí ahora?


-¡Porque no somos unas crías! –Nessie se volvió y su mirada destilaba furia-. ¿Acaso creéis que no podemos vivir sin vosotros? ¿Qué vosotros podéis iros de fiesta y nosotras no?


-¡Sabes que no he venido antes por Billy, no por estar de fiesta!


-¡Me da igual! ¡Sois unos estúpidos, los dos!



Yo seguía con la cabeza agachada y sintiendo que estaba de sobras en la discusión. Quizá había sido culpa mía venir aquí… pero no había tenido opción… ella me daba más miedo que lo que pudieran decirme ellos… o eso creía antes de ver las caras de los chicos.


-Oye… -miré tímida hacia Jake-. Ha sido culpa mía… yo he dicho que estaría bien venir aquí… No creí que os ibais a preocupar tanto porque la retuviera un poco más…


-¿Un poco más? –Seth me miró asombrado-. ¿Pero sabes qué hora es? ¿Sabes el susto que me he dado al ver que no llega…? -Se quedó mudo-.


-No la pagues con ella, no sabe nada –Ness se encaró con ellos-. Ella no tiene la culpa de que… -Miró a Jake y él parecía ahora más apenado que enfadado-. Me he pasado… ¿no?


-Os habéis pasado mucho… -Seth me miró del mismo modo que Jake miraba a Nessie-.


-No entendéis… -Jake estaba más relajado, pero con un ligero aire de impotencia-


¿No entendéis que lo hacemos por vosotras?



Negó y se dio la vuelta saliendo seguido de Seth, que tenía el mismo gesto que Jake. Miré a Nessie que tenía ahora una cara que reflejaba la misma culpabilidad que sentía yo, había hecho que se preocuparan por ella aún más… Salimos juntas y vimos que ellos se habían encaminado hacia casa de Nessie. Les seguimos y cuando estuvimos en una calle ella corrió para alcanzarlos, saltando sobre la espalda de Jake y dándole un beso en la mejilla. Los tres se volvieron hacia mí y Nessie hizo una leve mueca que reproduje.


Jake alzó una ceja en mi dirección y miró a Nessie, que volvió a darle un beso fuerte en la mejilla y le pidió disculpas. Él cargó mejor con ella y comenzó a andar mientras Seth sonreía hacia ellos y después me miró algo incómodo mientras Jake andaba con Nessie a la espalda.


Suspiré y él sonrió, extendiendo un brazo cuando me acercaba y pasándolo por mis hombros al estar a su lado. Agradecí el gesto cuando pasó su mano por mi brazo, hacía bastante frío y él era cálido.


-Oye… no os enfadéis con ella… en serio.


-No estamos enfadados… sólo estábamos preocupados. Cuando Alice nos ha dicho que no queríais volver nos lo hemos tomado a broma, pensando que Nessie se había retrasado por no meterte prisa… pero cuando no habéis llegado… hemos pensado que os había pasado algo.


-¿Qué nos puede pasar?


-No sé… -me miró sonriente-. Hemos ido a buscaros a casa de Carlisle… incluso a casa de Rose. Todos han empezado a preocuparse, menos Alice y Ed… así que al final Alice nos ha dicho la verdad… hemos estado por tu casa pero no había rastro de Ness… así que he imaginado que estaríais en tu refugio…


-¿Habéis estado en mi casa?


-No hemos llamado, tranquila… -sonrió-. No volváis a hacer una cosa así… no es que seamos… no es que pensamos que no podéis vivir sin nosotros… es que nosotros no podemos vivir sin vosotras…


-Ya… -me sonrojé y reí-. Si te oyera tu novia…


-No tengo, así que no me preocupa…


-Pero dijiste que sí… que estaba lejos… ¿Lo habéis dejado?


-No… no te dije que fuera mi novia… -Sonrió de un modo que hizo que mi corazón se acelerase-. Sólo que es alguien por lo que siento algo muy fuerte y que está lejos, la palabra novia no salió de mi boca…


-Bueno… es lo mismo… -Él negó-. Vale, no es lo mismo, pero es parecido…


-Como quieras…



Llegamos a casa y Bella abrazó a Nessie como si hiciera siglos que no la viera. Le regañó por preocuparla tanto al igual que a Edward por no contarle lo que sabía. Nessie me llevó a su cuarto y rebuscó en las bolsas de mi nueva ropa, encontrando un pijama con pantalón marrón chocolate y camiseta rosa. Bajé al baño y me lo puse mientras oía a los chicos hablando con Bella en la cocina. Al salir me topé con Jake que me sonrió y con Seth, que bajó la mirada levemente. Un golpe sordo me hizo girar para ver a Nessie en pijama, que había saltado el tramo de escaleras de un salto.


Me dio una palmada en la cadera para que la siguiera y así lo hice, mientras los chicos se metían en la habitación. Bella sonrió y nos ofreció algo para comer, pero no tenía hambre. Los chicos bajaron y Seth despeinó a Nessie que se revolvió para morderle haciendo reír a Jake y a Edward. Se pusieron a pelear y Jake se desplomó en el sofá de enfrente riendo, así que yo empecé a reír también pero me dio por toser.


Seth se asomó por el sofá mirándome raro, sujetando a Nessie para que dejara de pegarle. Edward puso una mano en mi frente y la noté helada. Seth le miró preocupado y Edward se esfumó para volver del mismo modo con un tazón de leche caliente.


-Ten… -Me tendió una pastilla-. Tienes un poco de fiebre, seguramente hayas empeorado por estar tanto rato pasando frío… -Hizo una mueca y miró a Nessie, que me miraba ahora apenada-. Tú sientes el frío y no enfermas… pero ella es distinta…


-Lo siento… -Ness me miraba apenada-. No lo había pensado…


-Tranquila… -Sonreí un poco-. Mañana estaré bien…


-Pero debí haber pensado que empeorarías… -Torció el gesto-. Lo siento…


-¿Empeorar? –Seth me miró dudoso-. ¿Ya estabas mala?


-Sí… -sonrojé-. Un poco…


-Ya… -acarició el pañuelo rojo-. Debí haberme dado cuenta con tu voz, pensé que habría sido por cantar… -rió-. ¿Ves como tenía razón…? –Le miré mal-. Bueno… ya me reiré de esto cuando estés bien…



Pasó su brazo por mis hombros, era cálido y me agradaba, así que no me quejé por mucho que eso pudiera subir aún más mi temperatura. Empezó a entrarme sueño y bostecé sin querer, haciendo que todos se levantaran para ir a dormir. Eran más de las tres de la madrugada.



Me desperté y la cama estaba vacía, Nessie ya se había levantado. Miré el reloj y apenas eran las ocho de la mañana. Bajé sigilosa y Nessie salía del salón haciendo un gesto para que fuera sigilosa. Me asomé y Seth dormía a pierna suelta en el sofá. Me acerqué levemente y cogí la manta que había en el suelo para ponérsela. Él se removió y me miró extraño.


-No la necesito… -dijo sonriendo-. Pero gracias… -Asentí sonrojándome-. ¿Qué tal has dormido?


-Bien… -mi voz sonó demasiado ronca y él alzó una ceja-. Creo… -Su cara era extraña, sonreía pero parecía tan cansado…-. Bueno, descansa un poco…


-No… -se estiró-. Me iba a levantar ya…


-Seth… -Nessie rió-. Mejor di que te ibas a echar ya… apenas ha dormido diez minutos… -Rodó los ojos-. Haz caso a Darlene y descansa…


-Eso… -Reí-. No vaya a ser que te pongas tú también malo…


-No… -dijo levantándose-. Yo nunca enfermo…



Jake bajó las escaleras y miró a Seth con mala cara, negando y riendo. Nessie bufó y Edward parecía divertido, pero yo no entendía nada. Imaginé que eran cosas de seres extraños y me limité a sentarme a desayunar.


Querían acompañarme a casa pero yo me negué, se iba a notar mucho si llegaba a mi casa acompañada por todos… era mejor que fuera yo sola. Me despedí de todos y comencé a andar, pero a los dos minutos me sentí observada. Me giré y Seth me seguía por la misma acera y Nessie y Jake por la de enfrente. Rodé los ojos y bufé algo molesta…


-Vale que sea una frágil humana en comparación… pero soy capaz de llegar sola a mi casa… -apenas levanté la voz pero noté que Seth corría hacia mí y me adelantaba-. ¿Qué haces?


-¿Yo? –Se volvió con una mueca divertida-. Andar… ¿por qué me sigues?


-No… vosotros me seguís a mí…


-No… -sonrió-. Sólo estábamos dando un paseo… tú estás andando por nuestra ruta… -Rodé los ojos y él paró y me abrazó levemente, dejando un brazo en mi cintura-. No es porque seas frágil en comparación… simplemente queremos cerciorarnos de que llegas bien a casa… -le miré mal-. Imagínate que te mareas o algo… yo me sentiría fatal, al igual que ellos…


-Vale… -Suspiré-. Será mejor que contrate un guardaespaldas, por si acaso… -Rodé los ojos y él rió. Me paré ¿Se reía de mí?-. ¿Qué?


-Que eres graciosa… -Se encogió de hombros-. Pero no hace falta un guardaespaldas teniéndonos a nosotros cerca… -acomodó mi pañuelo y mi chaqueta, mirándome de un modo que me hizo sonrojar. Fui a retirar su mano pero él no se dejó-. Para… no quiero que cojas más frío…



Cuando estábamos cerca de mi casa paré y les dije que desde aquí podían ver como entraba a mi casa sin que les vieran, para que se quedasen tranquilos. Comí con mi madre y mi tía, la cual pensó que tenía resaca, y después me fui a dormir. Me llamaron para cenar y volví de nuevo a mi cama, me quité el pañuelo que aún llevaba y leí un mensaje de Nessie que me preguntaba cómo estaba.


Estaba soñando con aquella caseta, con aquel día de lluvia… pero algo cambiaba, él me besaba bajo la lluvia y después acariciaba mi cara. Seth… suspiré. Podía notar el calor de su mano en mi cara y en mi cuello.


¿Podía notarlo? Abrí los ojos de repente y me asusté al verle allí. Él se retiró levemente y me pidió disculpas.


-Lo siento… no quería despertarte… -Le miré extrañada-. Estábamos preocupados porque no has llamado, y quería ver si seguías con fiebre…


-Pero… ¿Qué haces aquí, en mi cuarto? ¿No sabéis llamar como las personas normales?


-Es que extrañaba tu olor… -Amortiguó una amplia sonrisa-. Bueno… -Acarició mi cara como había hecho en el sueño, pasando cerca de mi nariz su muñeca, así que aproveché para olerle y él sonrió ampliamente-. Te dejo dormir… tienes que descansar y ponerte bien…


-¿Cuándo os vais?


-Mañana…


-¿Por la mañana?


-No… creo que por la tarde, quizá casi de noche… -Asentí apenada-. Ya vendremos a despedirnos…


-Vale…



Me besó la frente dejándome algo descolocada y saltó por mi ventana. Apenas pude dormir, eran ya las cuatro de la mañana y no tenía sueño. Me levanté y me tomé un medicamento para el resfriado, notando que mi voz estaba algo mejor que ayer. Me miré en el espejo y vi mi pañuelo al cuello… Sonreí y bajé a preparar el desayuno. Después me tumbé en el sofá y me debí de quedar dormida, pues mi madre apareció allí diciendo que ya eran las once de la mañana.


Les ayudé a hacer la comida mientras mi tía me miraba curiosa. Se acercó a mí y apartó ligeramente el pañuelo examinando mi cuello. La miré raro y sonrió, susurrándome al oído.


-Pensé que escondías alguna marca del viernes noche… -Rodé los ojos y ella rió-. No sé… yo lo hacía.



Comimos riendo y después nos sentamos juntas a ver la tele. Al rato sonó el timbre de mi casa y me levanté de un salto mientras mi tía y mi madre cuchicheaban algo. Abrí y Nessie sonreía y señalaba a la acera de enfrente, donde Seth y Jake estaban apoyados en el coche de Seth. Mi madre y mi tía se asomaron curiosas al no oír nada y sonrieron a Nessie.


-¿Qué tal estás?


-Mejor… -sonreí-. Bastante mejor…


-Vienen para despedirse… se van ya…


-¿Ya?


-Bueno… eso creo. Íbamos a tomar algo antes de que se marcharan… -Miró a mi madre y a mi tía y después preguntó con duda-. ¿Quieres venir?


-Bueno… -miré a las cotillas que miraban por la ventana y se giraron con el gesto que hicieron el día anterior-. Creo que sí…


-¿De dónde salen chicos tan guapos? –Mi tía empezó a reír-.


-De La Push… -Nessie rió siguiendo el juego a mi tía-.


-Bueno… tenemos prisa, ¿verdad Nessie? –Ella asintió riendo-. Adiós…



Cerré la puerta y mientras Seth se levantaba palmeando y rodeando el coche y Jake sonreía al abrirnos la puerta. Nos fuimos a “Mi Tierra” y estuvimos tomando unos refrescos hasta que dieron las ocho de la tarde. Ambos parecían tristes por tener que irse y me llevaron a casa. Seth paró el coche y me ayudó a bajar, mientras Jake ayudaba a Nessie.


-Bueno… -Sonreí y abracé a Jake-. Buen viaje…


-Nos veremos el fin de semana que viene, ¿no?


-No sé… -Me encogí de hombros-. Eso espero… -Sonreí y Nessie me abrazó, montando al coche junto a Jake. Seth se puso a mi lado y cruzó la calle conmigo-. Estoy delante de mi casa… es difícil que me pase algo en cinco metros…


-Nunca se sabe… -Rió-. Bueno… -Miró hacia el coche donde Nessie y Jake hablaban sonrientes-. Me voy con la parejita…


-Cuídate… -le abracé y noté que él pegaba su nariz a mi cuello. Al separarnos le miré raro-.


-Lo siento… -Se sonrojó-. Es que me encanta… no puedo evitarlo… -Rió-. Lo siento…


-No pasa nada… -Reí y me sonrojé-. ¿Nos veremos el fin de semana que viene?


-Eso espero… -sonrió-. No sé si voy a poder soportar una semana sin los recuerdos que me provoca tu olor…


-Ya… -Reí con él y me sonrojé-. Seguro… -Acomodó de nuevo mi pañuelo y me sonrojé al ver que me miraba de un modo nostálgico-. Bueno… si te trae recuerdos buenos de tu infancia… -Me quité el pañuelo y se lo di-. No quiero ser la culpable de hacer que recorras tantos kilómetros solo para recordar…


-Bueno… -Él lo miró y sonrió-. Gracias… -Él se quedó con una mueca extraña y se quitó un pañuelo que llevaba en la muñeca, tendiéndomelo-. No puedo dejar que lleves el cuello descubierto… me sentiría culpable si así fuera…


-Gracias…


-De todos modos, respecto a lo de los kilómetros… -Me miró feliz-. Creo que tendré que venir de todos modos…


-Entonces… -Le abracé-. Nos vemos pronto…



Me separé y me metí en mi casa girándome varias veces por el camino, él caminaba de espaldas a su coche, mirándome entrar. Cerré la puerta y olí el pañuelo, oyendo a mi tía y a mi madre en la cocina. Me asomé para ver el coche marchar y a las cotillas de mi familia salir. Escondí el pañuelo y lo guardé durante la cena en el bolsillo. Antes de dormir lo saqué y volví a oler esa mezcla de canela, tierra mojada y bosque… Una encantadora mezcla de olores.