Capítulo XLVIII: Maila.

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Holaaa sorry pero por problemas tecnicos no pude subir ayer el capitulo...
Asique prometo compensaros subiendo otro capitulo mañana o esta noche si me da tiempo...
Bueno a ver que os parece el capitulo!!!! Comentad y valorar...

Gwendylow
 

No pude dejar de llorar en todo el viaje. Mi serenidad desapareció en el momento que escuché su aullido. Bajé del autobús aún llorando, mientras un muchacho algo angustiado me ayudaba a sacar la maleta. La arrastré como pude hasta el baño y me mojé la cara mientras las mujeres presentes me miraban con pena. Empecé a respirar con dificultad y una mujer me ofreció un pañuelo. Me dijo que me sentara y que iba a avisar a un médico, pero me negué y le dije para calmarla que iban a venir a buscarme. La mujer no se lo tragó y tuve que llamar a mi tía. La buena mujer se quedó allí conmigo en el baño hasta que mi tía apareció. Le dio las gracias y me sacó de allí, esperando Michael en la puerta para mi sorpresa.
Me llevaron a casa y mi tía me preparó una tila, pero sólo podía llorar y aferrarme a la almohada que aún conservaba algo de su olor. Les pedí que me llevaran a Monroe y me dijeron que primero debía calmarme y contarles qué había pasado. Me costó mucho levantarme… me tomé la tila y les dije que yo le había dejado, que no quería que se sacrificara por mí tanto y tampoco quería hacerle sufrir.
-Bueno… -Mi tía alisó mi pelo-. Está bien… es lo correcto. Sois demasiado jóvenes para ataros tanto y arriesgar tanto. Todo irá bien, aunque ahora no te lo parezca, lo superarás…
-¿Puedo irme a casa, por favor?
-Vamos… -Michael me ayudó a levantarme-. Yo te llevaré…

Me sentí culpable, mi tía tenía que ir a un turno de tarde y ya llegaba tarde… Michael me llevó a casa donde mis padres salieron a recibirme, no había duda de que les habían avisado.
Me abrazaron pero yo sólo quería llegar a mi cuarto y estar sola. Cerré la puerta y me tumbé en mi cama. Mis padres vinieron a darme las buenas noches, esperé a oír sus ronquidos y me levanté, abrí la puerta del armario y me encerré allí. Lloré más aún, era lo único que podía hacer, mi corazón dolía a cada latido y mi cuerpo reclamaba su consuelo, pero no podía hacerlo. No podía hacerle sufrir más.

El armario se abrió y mi madre me miró apenada, mi padre entró y me abrazó, sacándome de allí y tumbándome en la cama. Mi madre le pidió que nos dejara a solas y me ayudó a ponerme el pijama mientras yo no paraba de llorar. Ambos se quedaron a mi lado hasta que conseguí dormir.
Cuando me desperté pude oír unas voces en el piso de abajo. Vi mi reflejo en el espejo, pijama y pelo enmarañado. Me daba igual. Bajé las escaleras y al verle solo pude empezar a llorar de nuevo y abrazarle.
-¡Tata! –Dijo con tono apenado-. Vamos, no llores más… -Acarició mi pelo mientras me acunaba-. ¿Qué ha pasado?
-No podía más… no sé qué me está pasando…
-Os dejamos solos… -Mi padre besó mi pelo y después mi madre mientras se marchaban-. Estaremos en Seattle, pero volveremos en cuanto lo necesites…
-Tranquilo… -Kevin le indicó que se marchara-. No pienso dejarla sola…

Seguimos abrazados por un rato, él me acunaba y me consolaba como podía, pero mi llanto parecía no tener freno. Me llevó hasta el sofá y nos sentamos, me tumbé sobre sus piernas mientras él peinaba mi pelo y yo seguía llorando abrazando una almohada.
-¿Vas a contarme qué ha pasado?
-No lo sé… simplemente creo que me he agobiado… no sé si estoy haciendo bien… pero siento que no debo llamarle y volver con él por mucho que quiera…
-¿Puedo saber qué le has dicho o qué te ha dicho?
-Muchas cosas, Kev… demasiadas.
-No será tan grave… -Sonó el timbre y yo me asusté, le miré y negué temiendo que fuera él-. Tranquila, le diré que te has ido… -Hice una mueca, no iba a servir de nada, él sabría que estaba aquí-. Me inventaré algo, no te preocupes…
-¡Kev! –Me hizo un gesto para que estuviera tranquila y me acurruqué en el sofá expectante. Cuando entró empecé a llorar de nuevo, no esperaba esa precisa visita. Me abrazó y sonrió-. ¿Por qué has venido? No tenías…
-¿Crees que voy a dejar que mi mejor amiga esté así? ¿Qué ha pasado?
-¿Cuándo has vuelto?
-Ayer por la noche… Collin nos llamó y le pidió a Jake que regresara… que le necesitaban porque… -Miró a Kev e hizo una mueca, así que me mostró que Seth estaba completamente descontrolado, por lo que empecé a llorar más-. ¿Qué ha pasado?
-No lo sé… creo que me he vuelto loca… no entiendo porqué lo hice… pero tampoco siento que debamos volver, siento que nuestra relación es injusta para él…
-¿Por qué dices eso? Sabes que eres lo más importante en su vida… que no hay nada que no daría por estar contigo…
-Por eso mismo… es injusto que de tanto y yo tan poco…
-Pero el amor es así…
-No debería… -Lloré en su hombro-. No sé qué me pasa…
-Yo creo que es una simple crisis… -Kev me miró sonriendo y se acercó a acariciar mi pelo-. Dicen que las chicas siempre tenéis una crisis a los veinte…
-No tengo veinte…
-Lo sé, pero siempre has sido más adelantada… quizá estés teniendo la crisis existencial de los veinte a los dieciocho… -Se encogió de hombros-. Estás muy rara desde hace tiempo…
-¿Tú también lo crees? –Asintió con gesto de cuidado-. No entiendo porqué…
-A ver… -Nessie me cogió por los hombros-. Seamos serios, ¿qué te pasaba por la cabeza cuando le dejaste? –Me miró con cuidado, una mirada que me traspasaba-. ¿No es tu vida como esperabas? ¿Esperabas otra cosa? –La miré fijamente, sabía que estaba viendo mi cabeza mucho mejor de lo que yo podía verla-. A ver… ¿cómo imaginabas tu vida cuando eras pequeña?
-Yo… -Intenté recordar e iluminé aquellas partes oscuras de mi mente que casi nunca miraba-. Conocería a mi novio en la universidad, me graduaría… me regalaría un cachorrito de labrador… -Reí y lloré al recordar cómo una pequeña Darlene pintaba su futura vida-. Y el mismo día en que me lo regalase me diría que estaba enamorado de mí, no antes…
-Yo creo… y no es que sea psicólogo ni muy experto en mujeres… -Kev suspiró-. Creo que te estás agobiando, que te has sentido demasiado atada… a mi me ha pasado algo parecido con Cassy… le he pedido que no venga a la misma universidad, es mejor que cada uno haga la vida que tenía pensada… es un agobio depender de alguien cuando eres universitario… es la mejor época de la vida.
-Gracias… -Nessie alzó una ceja-. ¿Me estoy perdiendo lo mejor?
-Siento decirlo… pero sí –Kev rió-. Pero no sé, tú eres distinta… eres más radical… Darlene siempre ha tenido una imagen clara de lo que quería hacer, cuando las cosas no salen a su parecer se agobia… y creo que Seth no ha tenido en cuenta eso.
-¿No quieres estar con Seth? –Nessie me miró asombrada y apenada-. No ahora…
-Quiero estar con él… pero no quiero que se ate a mí tanto… suena mal decirlo… pero es una carga el estar disfrutando de algo que me gusta y no poder disfrutarlo del todo porque sé que él va a estar ahí esperándome… no quiero que haga eso, quiero que disfrute de su tiempo libre como hubiera hecho antes de conocerme. No sé si…
-Lo entiendo… -Me mostró que ella había pasado por algo parecido, una conversación de una niña de la edad de Claire con Jake-. Créeme…
-No quiero que sufra… te lo prometo. No es mi intención hacerle sufrir más, pero sé que últimamente le estaba dando muchos disgustos y sin querer… no creo que sea bueno eso, yo me siento mal y él peor… pero me da tanta rabia…
-¡Darlene…! –Me abrazó mientras lloraba de nuevo-. Mira, si tú estás así de mal, él va a estar peor… si él ve que la decisión que has tomado te hace feliz… estará bien. Te lo prometo.
-¿Vas a cuidar de él?
-Sí… pero no digas eso como si jamás fueras a volver… no es el único que lo está pasando mal pensando que no vas a volver por allí…
-No iré en una temporada… no creo que sea bueno… además en unos días empiezo los exámenes… no voy a tener tiempo de ir…
-Vale… -Sonrió y acarició mi rostro-. Pero no olvides que hay una niña pequeña que se puso a llorar a mares cuando Quil le explicó que te habías marchado… -Sonreí pensando en la pequeña Claire y asentí-. ¿Quieres que le diga algo de tu parte?
-Que iré pronto… en cuanto acabe el último examen iré a verla… pero no sé si estaré preparada para verle a él…
-Tranquila… -Sonrió-. Todo estará bien cuando regreses, lo prometo.

Asentí y me acomodé en su pecho mientras Kev me miraba algo sonriente pero preocupado a la vez. Llamaron de nuevo al timbre y Wanda y Cassy arroyaron a Kev para sentarse rodeándome. Ryan pasó e hizo una mueca mostrando una tarrina enorme de helado de chocolate. No pude evitar reír mientras lloraba, una cosa extraña que le hizo reír. Se acercó a mí y besó me frente, tomando mi barbilla y mirándome para después darme un beso en la mejilla.
-¿Sabes qué te diría Meg? –Asentí-. Pues eso…
-¿Qué diría? –Cassy nos miró con precaución-. Si no…
-Tranquila… -Asentí-. Diría que soy muy joven, que era tonta y que estaba rompiendo su promesa… cuando éramos niños prometimos que la universidad serían los mejores años de nuestra vida, que seríamos libres y felices y que no nos preocuparíamos por absolutamente nada.
-Y Sully te diría que deberías comerte esa tarrina antes de que empezara él… -Kev cogió unas cucharas y las repartió, metiendo su cuchara él primero-. O yo…
-Mary te diría que eres un mal educado… -Dije parando su cuchara con la mía-. Primero las damas… -Reí llorando y recordé sus rostros-. También me diría que dejara de llorar y fuera fiel a mis principios… o eso creo.
-Te diría exactamente eso… -Nessie peinó mi pelo-. Y Allison diría algo así como… “que le den al indígena” –Rió y luego hizo una mueca de disgusto-. Yo no te voy a decir eso porque es Seth… sabes lo que él es para mí… pero tú también eres muy importante… y no quiero meterme en esos temas, pero al menos intenta suavizar las cosas… él estará mejor si puede saber de ti…
-No creo que…
-No ahora… -Sonrió-. Pero sí estaría bien que le llamaras en un par de días… o no sé… si te sientes bien… no quiero obligarte a nada pero… te lo agradecería… -Asentí-. Bueno… vamos a probar eso que huele de maravilla…

Cogió una cucharada y me la metió en la boca, reí y luego Ryan intentó lo mismo, pero me manchó toda la nariz. Nessie empezó a reír como el resto y así seguimos durante un buen rato. Degustando con lengua y algo de piel aquel helado. Acabamos con las caras manchadas, pero riendo de un modo que no esperaba… no esperaba reír de nuevo en mucho tiempo y sin querer lo había hecho. Sólo podía pensar después en que esperaba que él estuviera haciendo lo mismo…

Cuando mi madre llegó nos miró extrañada. Debía de ser un cuadro, todos mal sentados por el sofá, el suelo o la mesa, con la cara manchada de chocolate y riendo como niños.
-Hola…
-Mamá… -La abracé-. Siento haberte asustado…
-Vaya… -Me miró y sonrió-. Vaya pinta tienes… -Dijo acariciando mis ojos, probablemente hinchados y rió al aplanar mi pelo-. Me alegra verte más animada… -Miró a los chicos-. ¿Eso es helado de chocolate? –Kev asintió ofreciéndole-. Gracias cariño… -Cogió una cuchara y comió-. Umm… está delicioso… -Me miró sonriente-. ¿Os dejo solos de nuevo?
-¡No! Quédate mamá… -Tomé su mano y me senté a su lado y junto a Nessie-. Estábamos recordando cuando Kevin era un renacuajo y se disfrazó de sheriff…
-¡Sí! ¡Me acuerdo! Llevaba una pistola de balines y no pudimos acercarnos a él hasta que se quedó sin munición… era un trasto…

Seguimos riendo un rato recordando viejas anécdotas y atendiendo a las nuevas de la universidad o del instituto. Me encantó vernos así… mucho más a mi madre, que parecía haberse integrado en el grupo de un modo que jamás hubiera imaginado.

Pasé el resto del día en casa con mi madre, estudiando e intentando no pensar en que ya no iba a haber más Seth por una buena temporada… intentando no pensar en cómo estaría él e intentando no sentirme culpable por haberle dañado tanto.
Me puse a leer aquellos correos que nos habíamos mandado y no pude evitar llorar… mi padre hizo una mueca al llegar y verme allí… le abracé un rato y me calmé. Era mi decisión… y era algo que debía hacer por el bien de los dos.

Cuando llegué a Seattle mi tía me miró con cautela, la abracé y miré a Michael, pidiéndoles disculpas a ambos por haberles asustado de ese modo. Dejé mis cosas en casa y empecé a sentirme algo agobiada en aquel cuarto, cogí mi móvil y miré la hora. Las seis y cuarto del domingo veintiocho de mayo. Cogí mi chaqueta y mi pequeña mochila y me dirigí a aquella casa a la que sabía iba a ser bien recibida… me sorprendió ver al grupo ahora completo.
-¡Eh! –Mark me abrazó-. Pensaba que vendrías ya mañana… ¿Tu novio te ha dejado salir tan pronto? –Rió y mi cara debió descomponerse-. ¿Qué?
-Ya… -Suspiré y miré a todos-. Ya no…
-Lo siento… -Gabriela tomó mi mano y me abrazó-. ¿Estás bien?
-Sí… he pasado un par de días en Monroe, con mis padres y mis amigos y ha sido una especie de cura… no sé… no quiero hablar del tema, ¿vale?
-Oye… -Mark hizo una mueca-. Lo siento, no sabía nada…
-Tranquilo… está bien… -Suspiré y reprimí de nuevo la ansiedad-. ¿Qué hacéis todos reunidos? Creía que sólo iba a ver a The Flattery…
-Bueno… ya no existe… -Alcé una ceja al ver a Tara reír-. Ahora somos New Expirience…
-¡Eh! Suena bien…
-Pues aún no has oído nada… -Mark y Aaron hicieron un gesto para que bajara al sótano. Me reí al ver la pancarta que había hecho y cómo habían recolocado los instrumentos, la batería seguía atrás, pero más a la derecha, el piano a la izquierda de la batería, la guitarra delante, el bajo delante de la batería y en el centro mi guitarra y dos micrófonos-. ¿A que queda mejor?
-Distinto… -Reí-. Está bien…
-Suena mejor… así… -Alcé una ceja-. No me mires así, es verdad… hemos estado preparando algunas canciones para el concierto de tu tío… puedes añadir alguna más…
-Yo… -Miré la lista-. Cuatro canciones…
-Hemos pensado que como tú las vas a cantar… -Tara hizo una mueca-. Tú escojas el resto… es lo justo…
-¿Del estilo?
-Por ser tú… -Allen suspiró-. Lo que sea… es que no nos ponemos de acuerdo… esas están bien… Walk Away ya me parece demasiado… -Sacó la lengua como si fuera a vomitar-. Hemos metido la de iris para que Aaron pueda lucirse un poco… y las otras dos les han gustado a Tara y Gabriela…
-No sé si… -Tara me miró con precaución, los títulos ya me dejaban claro… Can we go back y Addicted-. No sé…
-¿Ya las tenéis? –Asintieron-. Entonces no hay más que hablar… yo escojo el resto…
-Genial…

Estuve con ellos y me sentía un poco extraña, como vacía en parte. Gabriela parecía muy pendiente de mi y sonreía cada vez que la pillaba mirándome. Los chicos empezaron a hablar de una fiesta genial en un club de la ciudad, querían ir y Tara se animó, subió y bajó vestida bastante sexy y muy bien maquillada. Pude ver la boca de Mark desencajarse y recomponerse al ver mi mirada.
-Vamos… va a ser una larga, larga noche…
-Mark… -Alcé una ceja-. Recórtala un poco, ¿sí?
-Mensaje captado… -Hizo un gesto militar-. ¿Seguro que no os apetece venir?
-No… -Gabriela negó con una mueca-. Estoy muy cansada… prefiero quedarme en casa… -Me miró-. ¿Te quedas a cenar?
-Claro…
-Bueno… pues aquí os quedáis guapas… -Tara me dio un beso y otro a Gabriela-. No me esperéis despiertas…
-Ten cuidado, anda… -Gabriela rió al verla salir saltando-. Está como una cabra… -Negó y me miró-. ¿Y tú como estás? –Me quedé algo parada-. Te veo… no sé. Intentas aparentar normalidad pero no creo que estés muy contenta después de haberlo dejado con tu novio… ¿no?
-Es mejor así… -Asintió-. Sólo es un paréntesis… o eso creo.
-¿Me dejas decirte algo? –Asentí-. No creo en los paréntesis. Cuando algo se acaba… -Suspiró-. Si superas la prueba de la semana… lo entenderás…
-¿La prueba de la semana?
-Si eres capaz de estar una semana sin tener contacto alguno con él… no hay marcha atrás. Pero en tu caso creo que es lo mejor… en la facultad nos han enseñado mucho y yo soy bastante curiosa…
-¿Vas a psicoanalizarme? –Alzó una ceja, como si pudiera hacerlo sin que yo quisiera-. Venga… inténtalo. No creo que consigas nada…
-Eres un caso típico de adicción… -Alcé una ceja, no me consideraba nada típico, mi situación y mis circunstancias habían sido de todo menos típicas-. Él es tu droga.
-No creo que sea comparable…
-No… a mi parecer y al de otros muchos, es mucho peor –La miré asombrada-. Seguramente le conociste en un mal momento, fue algo así como tu salvador. Te sentías insegura y él era tu refugio… pasó de ser un amigo a algo más… posiblemente incluso haya sido el primer amor de tu vida, o eso crees… pero ha llegado el momento en que empiezas un nuevo camino. Estás viendo cosas que harías si él no estuviera, cosas que dejas de hacer porque él está… -Me quedé paralizada y ella sonrió-. Es una adicción. Peor que otra droga, con la que puedes usar fármacos para paliar la abstinencia… para esto no hay sustitutivos. Sólo aprender a estar solo, a ser independiente para que no te vuelva a pasar.
-Creo que es mucho más que eso…
-Nadie se muere de desamor… pero la personalidad de la gente puede morir a causa de la idea del amor. La gente deforma su manera de ser de formas insospechadas para encajar con la persona que creen que es la indicada. La persona indicada te dará la libertad necesaria para que no tengas que deformarte.
-¿Me estás diciendo que soy deforme? –Reí con ella-. En parte… no sé. Me estás dejando muy alucinada… en serio. Pero tengo claro que le quiero, que es la persona con la que quiero estar…
-Pues aprende primero a quererte, a saber cómo eres tú… -Sonrió-. Disfruta de tu vida, haz locuras… aprende de ti. Sólo así podrás mostrar a los demás quien eres.
-Sé quien soy… -Alzó una ceja-. ¿No te lo crees?
-No sabrás quien eres hasta que no hagas las locuras que habías soñado cuando eras niña. Yo ansiaba hacer psicología, pero también ansiaba hacer un grupo. No empecé a hacerlo porque mi novio decía que yo era suficientemente lista como para tener que ir a la universidad. Decía que yo era perfecta así, que sólo quería que estuviera con él… y es que él era tan inseguro que pensaba que si iba a la universidad le dejaría…
-¿Y le dejaste?
-Sí… -Hizo una mueca-. Es un encanto… pero es muy posesivo. No entendía que yo quisiera hacer psicología y ayudar a la gente, él deformaba la realidad y creía que no le quería, que sólo quería hacer esto para conocer a hombres…
-Pero tenía razón… le dejaste.
-No… él siempre estará en mí… -Me mostró un colgante-. Sigo amándole en cierto modo, quiero a la persona que conocía… pero no en lo que se convirtió. Quería que yo fuera como una parte de él… quería manejarme y tenerme siempre ahí… y eso anula a las personas.
-Entiendo en parte lo que dices… es lo que intenté explicarle. Quizá yo he sido más egoísta… he hecho mi vida y él ha estado siempre ahí, porque yo quería que estuviera… hemos ido dejando de hacer cosas que nos gustaban… no sé. Pero sigo queriendo salir corriendo y pedirle que venga… he tenido que venir porque no soportaba más estar en mi casa, en Monroe todo me recordaba a él… y aquí también. Esta casa creo que es el único lugar en el que él no ha estado… pero está Mark… y él me lo recuerda en cierta manera… todo me lo recuerda.
-Sé a qué te refieres… -Sonrió-. Por eso vine a Seattle… y por eso me iré a Londres. Sólo voy a estar unos días en San Antonio… no soy capaz de estar más de dos semanas desde que lo dejé con él. ¿Pero sabes qué? –La miré con curiosidad-. Creo que han sido los mejores años de mi vida. Descubrí que me encantaba la música, que soy buena haciéndolo… me apasiona mi trabajo. He sido feliz sin necesidad de tenerle a él conmigo, algo que seguramente no hubiera conseguido si me hubiera quedado en San Antonio… hubiera acabado volviendo con él. No era capaz de hacer cosas por mí misma, no era capaz ni de cruzar la calle… era algo desmesurado y nadie lo entendía…
-¿Cómo lo hiciste?
-Una amiga de la infancia, ella ya había empezado a estudiar y me facilitó un libro… Espera… -Se levantó y buscó en el mueble, sacando un libro y tendiéndomelo-. Te irá bien… daré una charla sobre el tema unos días antes de marcharme… si has acabado los exámenes podrías pasarte. Me haría ilusión verte allí… -Asentí-. Bueno, vamos a cenar… que para eso te has quedado…
-Vamos…

Cuando llegué a casa hice lo que Gabriela me había pedido, me leí los esquemas sólo una vez más y me eché a dormir. Me desperté con el martilleo del despertador y me empecé a poner nerviosa, no creía ser capaz de concentrarme en el examen, había estado soñando con él… estaba fatal.
Cuando llegué al examen… leí las preguntas y las respuestas venían prácticamente solas a mi cabeza… salí histérica, radiante. Necesitaba llamarle y abrazarle… saqué mi móvil y me quedé helada. No podía hacer eso…
-¿Qué tal ha ido? –Me giré algo asustada y Mark sonrió-. ¿La cagarás de nuevo?
-No creo… -Sonreí levemente-. Creo que ha ido bien, no me he dejado ni una sola pregunta…
-¿En serio? –Pareció gratamente sorprendido-. ¡Eso es genial! ¿Qué haces con esa cara tan larga? Vamos a por un sándwich para celebrarlo, venga…

Después del sándwich fuimos a estudiar, llegué a mi casa de noche y cansada. Así fueron pasando los días, hasta el viernes. Justo hacía una semana.
Mark me llamó y me propuso ir en moto… acepté, iba a necesitar despejarme y el aire en la cara ayudaría. Intenté borrar todo de mi cabeza, centrarme en el examen de Economía. Mark salió antes y le hice un gesto para que no me esperase. Cuando salí me quedé algo parada. Él sonrió levemente apoyado en su coche, parecía tenso, incómodo. Tragué en seco y no sabía muy bien qué hacer.
Mis pies cobraron vida propia y empezaron a andar hacia él, que se incorporó y se acercó a mí quedándose parado frente a mí con una mirada que me torturaba.
-¿Qué tal Economía?
-Creo… -Me encogí de hombros-. Espero aprobarlo.
-Seguro que sí… -Sonrió levemente-. Te dejaste unos apuntes de Sociología en mi casa… pensé que los necesitarías… -Señaló el coche-. Nessie me dijo que te los podía traer ella, pero… -Suspiró-. Mentiría si dijera que sólo he venido por los apuntes…
-Seth, yo…
-Tranquila… sólo quería verte. Asegurarme de que estabas bien… -Sonrió-. Te doy los apuntes y me marcho… ¿vale? –Asentí y le acompañé al coche, sacó los apuntes del asiento del copiloto y me los tendió-. Estudia mucho…
-Claro… -Asentí y me miré los pies… él besó mi pelo y yo cogí aire esperando no echarme a llorar en ese mismo momento, mientras veía cómo se metía en su coche. Cerró la puerta y de manera inconsciente me agaché para asomarme por la ventanilla-. ¡Espera! –Tragué en seco y las palabras salieron sin que realmente quisiera que lo hicieran-. ¿Te importa acercarme a casa?
-Claro… -Sonrió y mi estúpido cuerpo se metió en el coche-. ¿Monroe?
-No… a casa de mi tía… -Asintió mordiendo sus labios-. Oye, si te va mal…
-No, tranquila… -Sonrió y arrancó-. Sabes que no me importa conducir… sólo será un pequeño desvío… así aprovecharé para pasarme por el centro comercial… -Le miré curiosa-. Quil ha estado pensando toda la noche en una pintura de cerámica que no había encontrado… quizá pueda encontrarla allí… así me quitaré esa obsesión… -Rió-. Es una especial para hornos… no sé…
-Deberías… -Suspiré y me miró raro-. Métete por la siguiente calle a la derecha, después la tercera a la izquierda… -Me miró confuso-. ¡Vamos! ¡Te la vas a pasar!
-Tú mandas… -Giró y salí despedida, le miré mal e intentó no reír-. ¿Dónde se supone que voy?
-A una tienda de manualidades para niños… -Alzó una ceja-. Seguro que allí lo encuentras antes… he pasado alguna vez por allí y tienen de todo… Es enorme… así podrás decirle que me acuerdo de ella cuando paso por allí… ¿Sí? –Asintió-. Seguro que lo tienen…
-Eso espero… no soportaría otro pensamiento más sobre pinturas de cerámica… -Hizo una mueca de angustia-. Es obsesivo, ¿sabes? Tengo el olor de ésa pintura metido aquí… -Se tocó la nariz de una manera que me hizo reír-. No es gracioso…
-Sólo un poquito… -Contuve mi risa y él pareció hacer lo mismo. Estuvimos callados durante un rato hasta que paramos en un semáforo. Una pareja pasó por delante del coche, tomados de la cintura y riendo, le miré y él hizo lo mismo, retiré mi mirada y él suspiró-. ¿Estás bien?
-Pues… te mentiría si te dijera que sí… pero también si te dijera que no –Le miré raro-. Preferiría poder… -Suspiró-. Preferiría poder saber que puedo besarte sin que te enfades o te sientas mal… pero prefiero estar así contigo a como he estado esta última semana…
-Yo…
-Tranquila… sé que sólo estás aquí ahora porque quieres hacer feliz a Claire…
-No es sólo… -Me miró y suspiré-. No quiero pensar que estás sufriendo por mi culpa… No quiero eso. Yo también quiero asegurarme de que estás bien, ¿sabes? –Asintió y emprendió la marcha de nuevo mirando a la carretera y sin hablar-. Es aquí…

Paró y aparcó, me bajé del coche y él me tendió una mano. Quizá quedó algo grosero, pero me apoyé en la puerta y no cogí su mano, sabía que si la cogía no iba a querer soltarla… y eso no iba a ser justo para ninguno de los dos. Entramos a la tienda y subimos al segundo piso, encontrando la pintura. Bajamos al primero para ir a la caja y me quedé parada al ver anunciados unos colmillos reflectantes. Los cogí y los miré empezando a reír.
-¿Colmillos reflectantes? –Seth los miró alucinado-. ¡Flipa! Esto es como… un poco surrealista, ¿no crees? Si los vampiros existieran… no tendrían colmillos como estos…
-¿Acaso no existen? –Reí-.
-No me digas que te crees todo eso… -Alzó una ceja y se acercó a mí como si fuera a decirme un secreto-. ¿Vas a decirme que también crees en los hombres lobo? –Me lo dijo con una sonrisa pícara que me hizo morder mi labio, reí y asentí. Se humedeció los labios de un modo que estuve a punto de besarle, pero una mano se metió por en medio para coger los colmillos y se apartó un poco con una sonrisa de satisfacción-. ¿También en los duendes y gnomos?
-No… gnomos no…
-¿Duendes sí y gnomos no?
-Bueno… los gnomos no son muy creíbles… pero de lo demás creo que he visto de todo…
-Tienes una imaginación algo alocada… Duendes y vampiros… pero, ¿hombres lobo? Son realmente terroríficos, con sus transformaciones con la luna y todo eso… no querría conocer a ninguno… pueden morderte sin saber que eres su amigo ni nada… no confiaría en ellos…
-Sí… pero no me refiero a esos… -Me miró alzando las cejas al borde de la risa-. Yo me refiero a los que se convierten en lobitos tiernos y dóciles… en plan cachorrito…
-¿Cachorrito? –Me miró falsamente ofendido-. Eso no es para nada terrorífico…
-Es que no lo son… -Alcé una ceja y le saqué la lengua-. Un cachorrito me daría más miedo que un hombre lobo así…
-No me hagas enfadar… -Dijo riendo-. ¿Vas a coger unos colmillos reflectantes… o…?
-No… vamos… -Nos dirigimos hacia la caja-. Oye… ¿Crees que este es el color adecuado? No creo que a Claire le guste mucho este color…
-No sé… es el primero que he cogido… -Rodé los ojos y bufé-. ¿Qué? Es pintura…
-Espera aquí…

Me marché negando y subiendo de nuevo las escaleras, miré los botes y los colores, seguro que le apetecía un color claro, no un morado casi negro. Pero había montones… tomé un esmalte de color blanco, otro rosa claro y uno verde. Bajé de nuevo y me metí por un pasillo distinto, empezando a reír cuando vi otro complemento de disfraz. Le llevé los botes a Seth y cargó con ellos, salí corriendo de nuevo al pasillo y cogí la máscara, poniéndosela en la cara y empezando a reír.
-Estás muy guapo así… -Él se quitó la máscara y la miró… el lobo feroz-. Creo que mejor con la máscara…
-Ja, ja… muy graciosa… -Sacudió levemente su cabeza y alzó las cejas mirando a mis espaldas-. Estarías guapa con esas trencitas rubias… -Me giré y había un disfraz de caperucita con unas trenzas rubias de lana trenzada. Le miré alzando una ceja de mala leche-. ¿Qué? Has empezado tú… -Me sacó la lengua y miró los botes-. ¿Va a necesitar tantos?
-Si le da por hacer tantos jarrones como ceniceros… -Reí asintiendo y él rodó los ojos-. Dile a Quil que no la deje pintar mucho a ella… se mancharía y no se va de la ropa…
-No te preocupes… seguro que él está en todo… -Rió y miró el bote mientras yo me alejaba. Cuando volví pude ver que me miraba por el rabillo del ojo. De repente dibujó una O con sus labios y dejó los botes en el mostrador, dejando a la dependienta algo descolocada. Se acercó a mí corriendo y tomó mi mano-. ¡Ven! Te vas a reír… -Me arrastró por el pasillo del final hasta la esquina y señaló un paquete en el que apenas reparé… Mi mano sentía un hormigueo extraño que me hizo sentir mal-. Yo… -Soltó nuestras manos-. Perdón… no…
-Lo sé… -Intenté sonreír-. ¿Qué…? –Miré el paquete y empecé a reír de una manera compulsiva. Él rió y alzó una ceja mirándome. Me doblé y me sujeté la tripa que empezaba a doler por el esfuerzo de reírme-. ¡Es genial! –Dije entre risas-. Mortal…
-Como sigas riéndote así puede… -Empezó a reír alto-. ¿Qué te ha dado?
-¡No lo sé! –Dije riendo muy alto, la gente pasaba por el pasillo y se asomaba de propio para verme. Me empecé a sentir avergonzada y Seth me miró riendo-. ¡Para! ¡No me mires!
-¡Señor…! –Rodó los ojos mientras seguíamos riendo y puso el paquete frente a mi cara. Lo cogí y me escondí mientras calmaba mi risa, me erguí y suspiré antes de quitarlo, pero su mano cálida se posó sobre la mía y apartó el paquete mientras me miraba con una mueca divertida-. ¿Ya se te ha pasado?
-Creo que sí… -Reí más bajo mirando el paquete...-. Les va al pelo, a ella le gustará seguro…
-Y a él… no te engañes… -Rió y negó. Miramos aquellos delantales, uno grande y uno pequeño. En el pequeño ponía “I’m the boss” y en el grande “I am the faithful servant of my small”-. Creo que se lo voy a regalar a la pequeña para su cumple… será un puntazo…
-¡No! Se me había olvidado por completo… no creo que me de tiempo a… -Me mordí el labio-. ¿Tú vas a ir?
-Si me lo pierdo posiblemente la niña se vuelva loca y me apuñale… -Rió-. Y si no será Quil… así que sí, iré… -Hice una mueca y él suspiró-. Me gustaría que tú también fueras…
-Yo no sé si… -Hice una mueca-. No sé si me dará tiempo, saldré tarde del examen... además sé que acabaría volviendo muy tarde… y no me apetece conducir un viernes por la noche por Seattle…
-¿A qué hora sales del examen?
-No lo sé seguro… empieza a las dos del medio día… imagino que acabaré sobre las cinco o así… llegaría allí casi a la hora de cenar… Claire lo entenderá…
-No… no lo entenderá… -Negó riendo y se puso algo más serio-. Me apuñalará a mí porque tú no vas… pero creo que si le regalo esto me perdonará…
-Dile de mi parte que no te apuñale… que iré a verla cuando acabe los exámenes… si le explicas que son tres horas de ida y tres de vuelta… lo entenderá. Son demasiadas horas de viaje para pasar una tarde… y ni eso. Sólo podría quedarme a cenar.
-Puedes quedarte en casa… -Le miré cautelosa y él también-. Tienes cosas allí… tu cuarto… ya sabes –Hice una mueca-. Bueno… sólo piénsalo… aunque sólo sea para evitar que la niña me apuñale como un monstruito rabioso… con sus ojos de loca… -Reí levemente-. Ya sabes…
-Lo pensaré…

Nos dirigimos a la caja y cogí el paquete para pagarlo. Seth me miró mal y lo cogió él, directo para pagar. Puse mi mano sobre la suya y negué.
-Tú le regalas los botes y yo el delantal…
-Vale… pero lo pago yo… -Le miré mal negando-. Yo tengo trabajo y tú no… así que pago yo… cuando puedas sacar dinero te dejaré pagar regalos…
-Entonces pago yo… -Sonreí-. Me voy a sacar trescientos limpios… ¿sabes? –Me miró curioso-. Nos van a pagar dos de los grandes por una actuación… así que pago yo…
-Bueno… pero eso no es mucho, guárdalos para el verano…
-Seth… déjame pagar al menos los botes… quiero darle un regalo de mi parte… -Suspiró y asintió algo molesto-. Los pondré en una caja y se los das de mi parte, ¿vale?
-Me vas a dejar sin regalo… -Suspiró-. Ahora tendré que buscar otro…
-Tienes el delantal…
-Pero le prometí dos regalos el otro día… -Suspiró mientras pagábamos y le miré curiosa-. El otro día me pidió que saltara con ella el acantilado… como regalo de cumpleaños. Evidentemente le dije que no y a cambio de esperar a ser mayor para saltar me chantajeó… tengo que prepararle la fiesta y hacerle al menos dos regalos cada cumpleaños hasta que pueda saltar…
-Vaya con la niña… -Alcé las cejas y él rodó los ojos asintiendo-. ¿Y Quil qué dice?
-Que me aguante… que yo le di la idea del salto de acantilado, así que yo me tengo que comer el marrón… muy majo el chico…
-¿Le diste la idea?
-Sí… –Asintió mientras cogía las bolsas y salíamos con una mueca en su cara-. Cosas que se dicen sin pensar delante de una niña demasiado avispada…
-Deberíais dejar de considerarla una niña… -Asintió y me di cuenta de que montábamos de nuevo en su coche como cualquier otro día haríamos. Me miró curioso y negué, entrando al coche sin más pensamientos-. ¿Cuántos años tiene ya?
-Va a hacer doce…
-Ya no es tan niña… pronto empezará el instituto… deberíais dejar de considerarla una niña, está demasiado acostumbrada a estar rodeada de gente mayor… y eso marca. Sus doce son… como unos veinte normales… -Reímos mientras Seth asentía-. ¿Qué más vas a regalarle?
-No sé… me he quedado sin ideas… algún peluche o algo así…
-Seth… ¿Qué acabamos de decir? –Suspiré y él rodó los ojos-. Arranca, anda… vamos al centro comercial… te ayudaré… -Rodé los ojos cuando me miró-. No quiero que la pobre acumule ocho peluches cada año hasta que Quil se decida a verla como algo más que su niñita…

Sonrió a punto de reír y arrancó, parecía radiante y me sentí un poco culpable porque pudiera pensar que era por algo más que por Claire… aunque al mirar por la ventana y ver mi sonrisa en el retrovisor empecé a plantearme yo misma porqué estaba en ese coche de compras con él…
Cuando llegamos paseamos por el centro comercial hasta dar con la tienda que buscaba. Me miró algo extraño y remoloneó, tuve que tirar de su brazo para hacerle entrar. Vale, de acuerdo… la tienda por fuera era algo extraña, muy cursi, toda de rosa decorada con nubes, con ropa interior juvenil en el escaparate y mil cosas más para adolescentes… pero era perfecta para regalos a adolescentes y pre-adolescentes. Tenía miles de cosas de esta tienda, mi padre y mi tía habían recurrido a ella en muchas ocasiones… así que sabía que había cosas mejores que las del escaparate.
-¿Por qué me haces esto? Quil me matará…
-No… si se enfada muéstrale esto… -Levanté mi dedo corazón mirándole mal y él alzó las cejas-. Es la mejor tienda para regalos así… mi tía y mi padre venían aquí a por mis regalos… fue mi fábrica de regalos desde que… -Suspiré y él hizo una mueca-. En serio, encontraremos algo bueno…
-No creo que esto sea “algo bueno” –Dibujó las comillas en el aire señalando una caja rosa con el dibujo de una pareja desnuda en la tapa-. ¿Qué madre, padre o familiar en su sano juicio le regalaría eso a una niña de doce años?
-Pues… sería un regalo divertido… -Me miró mal y alcé una ceja-. Sólo imagina la cara de Quil… -Evité la carcajada pero él pareció meditarlo y sonrió maliciosamente-. Juro que le regalaré esa caja para sus quince…
-Vale, pero yo no quiero saber nada cuando Quil quiera matarte… -Alzó las manos riendo-. Ahora piensa en otra cosa, anda.
-¿No tienes ojos para ver? –Señalé a mi alrededor-. Tú también puedes buscar, ¿sabes? Va a ser tu regalo… yo ya tengo el mío…
-El que me has quitado, claro… -Cabeceó de una manera graciosa y reí, él se puso algo más serio con una leve sonrisa-. Estás preciosa cuando te ríes así…
-¿Puedo ayudarles? –La dependienta sonrió y nos sacó de la burbuja-. ¿Quieren ver la caja sorpresa?
-¡No! –Dije riendo-. No este año… estábamos buscando un regalo adecuado para una chica de… ¿Catorce? –Miré a Seth que parecía confuso-. Bueno, tiene doce… pero…
-Ya… algo que sea más suave… ¿no? –La dependienta rió cuando asentí-. Creo que encontraréis algo mejor en el pasillo dos… síganme…

La seguí y Seth sacudió la cabeza como si estuviera aturdido. La dependienta nos mostró diarios, relojes, colgantes… nada que me pareciera original. Entonces vi algo que me recordó a un regalo que mi padre me hizo. Tomé aquella caja de color azul y la abrí, era casi igual que la mía.
-Algo como esto… -Miré a la dependienta y Seth me miró confuso-. En otros colores… más pastel, ¿sabes?
-¿Rosa?
-No sé si… -Hice una mueca y miré a Seth, parecía en su mundo y la dependienta lo miró de refilón para volver a mirarme, sacudí mi cabeza y negué-. Creo que será mejor alguno con colores tierra… no creo que le guste tanto rosa…
-Tengo uno por aquí… -Sacó uno del fondo-. Tiene marrones mate, un par de tonos dorado y cobrizo con brillo, además de tonos vainilla, melocotón, blanco, negro y chocolate… es bastante completa, además lleva un espejito, colorete y un par de brillos de labios…
-Genial… -Sonreí y miré a Seth… Suspiré y miré a la dependienta-. ¿Podría envolverlo para regalo? –Ella asintió riendo mientras miraba a Seth que parecía ido-. ¡Seth! –Chasqué los dedos en su cara-. ¿Se puede saber qué demonios te pasa?
-Yo… -Me miró confuso-. Nos estaban siguiendo. Bueno, te seguían… -Le miré confusa-. No sé quien es, pero nos ha seguido desde el aparcamiento. Huele como… no sé. Cítricos…
-¿Qué? –Intenté pensar… pero nada-. No sé… no soy tan buena con eso…
-No la he visto, pero me ha llamado la atención ese olor cuando salíamos del coche, había pasado… y luego ha vuelto y el olor me ha venido como si fuera corriendo para volver… -Alzó las cejas-. Nos ha visto y cuando me he girado solo he visto el pelo negro moverse… -Se encogió de hombros-. No parece que sea nadie peligroso… pero…
-Me estás asustando, Seth…
-Sería alguien que te conoce… -Sonrió-. No te preocupes… pero me ha llamado la atención su olor porque venía en oleadas, como si se estuviera asomando a la puerta y escondiéndose de nuevo… no sé… -Rió-. Luego cotillearán sobre ti… con lo que eso te gusta.
-Idiota… -Mascullé y él me sacó la lengua-. ¿Te has enterado de lo que le vas a regalar?
-Sí… una cajita llena de potingues para que se maquille con nombres de cosas dulces… -Rió-. Es alucinante la de tonos que sacáis de un simple marrón…
-Vale… -Le señalé a la señorita y él se acercó sonriente, más despejado. Le pagó y cogió la bolsa, la dependienta le guiñó un ojo de un modo descarado y yo no pude evitar alzar las cejas. Él se acercó guardando su cartera y me miró raro mientras la dependienta evitaba mi mirada-. ¿Vamos?
-Yo que tú me daría la vuelta, cogería uno de los bolígrafos del bote y la mano de la dependienta… y le escribiría tu teléfono en la mano… -Alzó sus cejas y la miró sorprendido-. Creo que si fuera por ella ya estarías desnudo y en la trastienda…
-No había pensado yo en eso de las trastiendas… -Rió y alzó una ceja. Lo pensó y me miró acercándose-. Lo añadiré a las cosas que hacer antes de volarme la tapa de los sesos… -Me quedé algo parada y él rió-. Es una frase que por alguna estúpida razón siempre he querido decir… Vamos… no me gusta cómo me mira el chico de la entrada… y hay cosas que no quiero añadir jamás a mi lista…

Reí y alcé una ceja mirando al chico… reí más al ver que realmente le ponía ojitos, incluso le tiró un par de besos cuando salimos y empecé a desternillarme cuando estuvimos fuera. A la salida del centro comercial había una tienda de animales… mi perdición. Me acerqué como si un imán me atrajera, me agaché al último habitáculo, un cachorrito de labrador me había robado el corazón.
-Qué cosita…
-¿Cachorro de labrador? –Seth alzó la ceja agachándose a mi lado. Fue gracioso porque todos los perros empezaron a ladrar y él se tuvo que alejar dando un salto para atrás-. Es el único que no me ha ladrado… volveré esta noche y me comeré a un par de ellos para enseñarles a no ladrar al jefe…
-¡Idiota! –Le empujé y le tiré al suelo. Los perros empezaron a aullar y el labrador rascó el cristal angustiado-. Ves, se alegran de que te haya tirado, eso es que no les caes bien…
-Parece que a este sí… -Seth golpeó levemente el cristal-. Bueno, esta… es hembra.
-Ahora lo entiendo todo… -Empecé a reír y él rodó los ojos golpeando de nuevo el cristal, la cachorrita parecía emocionada-. Parece que le gustas de verdad…
-Señor… -Un hombre con una chapita de la tienda nos miró mal-. Debería dejar de golpear el cristal… -Señaló el cartel en el que ponía “No golpeen el cristal”-. Los perros se alteran…
-Claro… perdón… lo siento…
-Por favor…

El dueño se metió para dentro y empecé a reírme… no pude evitarlo y Seth apoyó la mano en el cristal y escondió la cara en su brazo riendo. Yo tuve que apoyar mis manos en el suelo para no caerme de culo en el suelo… no podía parar.
-No es gracioso… ¿sabes?
-Mucho… -Seguí riendo-. Se ha debido de pensar que eres tonto o algo… -Empecé a reír más alto-. ¡Qué caras! Era para grabaros… pero es que… ¿no has visto el cartel?
-¡No! –Rió-. ¿Cómo no me avisas?
-¡Yo que sé…! Pensé que te daba igual el cartel… -Seguí riendo-. Qué idiota…
-¿Idiota? –Me empujó levemente y me tuve que sujetar para no caerme. Él alzó una ceja, sabía que sólo un leve movimiento y yo estaría en el suelo-. ¿Algo que decir? Lo siento o algo así… o perdona Seth… la próxima te aviso…
-Sí… -Alzó las cejas-. Sí, Clearwater… la próxima me reiré más…
-Serás… -Empezamos a forcejear y no sé cómo, pero me sostuve. La gente nos miraba como si estuviéramos locos, la perrita arañaba el cristal emocionada hasta que me caí y empecé a escuchar un aullido lastimero. Seth rió pero al oír el aullido se giró y la miró, me miró y me ayudó a levantar-. Le gustas… -Sonrió y la miró, la perrita volvió a rascar el cristal-. Tiene un ojo de cada color… ¿Te has fijado?
-No… -Me fijé y era cierto-. Es preciosa…
-Maila… -Le miré sorprendida y él sonrió hacia el interior de la tienda, le seguí pasmada y se acercó al dependiente-. ¿Cuánto por la cachorrita de labrador?
-Tenemos otros mejores… tiene…
-No, quiero esa.
-Señor… tiene una pata herida… estoy esperando que venga el veterinario y…
-¿Cuánto? –No le dejó acabar y el hombre se quedó algo paralizado-. Simplemente diga un precio… no me importa que esté herida…
-Señor puedo recomendarle… -Seth alzó una ceja de un modo amenazante, yo misma sentí pánico de esa mirada, no entendía nada hasta que recordé la conversación con Nessie. Cuando me di cuenta le miré y el dependiente asentía-. La prepararé ahora mismo…
-Seth… -Le miré confusa-. No es necesario que lo hagas… -Me miró confuso-. Sé que lo haces por lo que Nessie dijo pero…
-¿Nessie? –Me miró más confuso aún-. ¿Qué tiene que ver?
-¿No… no es por nada que ella haya dicho?
-No… -Parecía sorprendido-. Es porque me da pena… es distinta y especial… -Sonrió-. Además tú misma lo has dicho… le gusto…
-¿Por qué ese nombre?
-Me ha recordado a ella… mi padre tenía una hembra de pastor alemán, tenía un ojo de cada color… se llamaba así… sé que a mi hermana y a mi madre les hará ilusión… -Sonrió y me miró confuso-. ¿Qué pasa?
-Nada… me ha sorprendido, nada más…
-No sé… es preciosa… ha sido un poco impulsivo, ¿no? –Asentí riendo-. Me ha robado el corazón… -Vimos cómo la metía a la jaula de transporte y se acercó. Seth abrió la jaula y la sacó, la perrita lamió su mano y él miró su pata-. Pobrecita… -Hizo una leve mueca-. Tiene la patita rota… mira… -Me lo mostró-. Tendrás que estar una temporada sin andar, pequeña…
-Que mona… -La acaricié… era tan bonita…-. Hola, Maila… -La perrita lamió mi mano y reí-. Que cosita tan tierna… -Mordí mi labio-. Es tan pequeñita…

Seth asintió y me la dejó cargar, le dio al dependiente la tarjeta de crédito y la acarició un poco en mis manos. La perrita no dejaba de intentar morder a Seth, a mí simplemente me lamía y eso me hizo mucha gracia.
El dependiente nos vendió una leche especial para los cachorros, nos regaló un pequeño biberón y nos dio unas muestras de alimentos preparados para cachorros, papillas de transición de distintas marcas. Cuando salimos de allí me dio pena y le dije que quería comprarle una cama decente… él se negó y dijo que me dejaba escogerla, pero que no me iba a dejar pagarla.
Me resigné a eso y escogí una camita, Seth le compró un juguete que pareció gustarle cuando se lo dimos. La sacamos de la jaula y parecía sedienta. Cogí el biberón y me acerqué a la fuente para llenarlo, cuando volví me reí al ver a la perrita lamer la nariz de Seth mientras él la arrugaba y presionaba sus labios.
-Estás hecho todo un padrazo… -Reí y le tendí el biberón, la pobre estaba sedienta-. Más te vale cuidarla o me la quedaré yo…
-De eso nada… -Negó-. Pienso mimarla lo que no está escrito… -Alcé una ceja y él me miró-. ¿Qué? Está herida… habrá que mimarla, ¿no?
-Sí… -Asentí y me acerqué a él. Apoyé mi cabeza en su hombro sin dar la orden exacta para hacerlo. La perrita ladró y me aparté un poco asombrada mientras reía-. Sí que le gustas, sí…
-Tendré que replantearme la cantidad de mimos a administrarle… -Reímos y me miró de esa manera que me hipnotizaba-. Pero es muy lista… -Le miré confusa y él sonrió-. Sabe de quién tiene que tener celos…

Podía ver sus labios acercarse peligrosamente a mí, creo que yo también empecé a acercarme… los tenía tan cerca… pero Maila se adelantó y empezó a ladrar. Seth inspiró y cerró los ojos, estuvo a punto de reír, pero suspiró. Yo me alejé y reí levemente, acaricié a la perrita… tendría que darle las gracias de alguna manera. Seth la fulminó con la mirada y levantó una ceja, metiéndole el biberón en la boca como si quisiera que se atragantara.
-Vas a ahogarla… -Reí-. Trae… déjame… -La cogí y la acuné en mis brazos como si fuera un bebé… era muy linda-. Si la vas a tratar así siempre, tendré que quedármela…
-Parece que está muy a gusto… -Rió-. Creo que es demasiado lista…
-Es que nos entendemos bien… -Suspiré-. Bueno… creo que es hora de irse… tengo que estudiar…
-Claro… vamos, te acerco…

Cogió la jaulita y nos dirigimos al aparcamiento. Me dio tanta pena meterla allí… pero era lo mejor. Seth condujo hasta mi casa y paró frente a mi puerta… pero por alguna extraña razón mi cuerpo no quería moverse de allí. Me miró apenado y yo miré mis manos…
-Bueno… mucha suerte en los exámenes…
-Sí… gracias… ¡Y gracias por traerme!
-Con un poco de… ruta turística… -Rió-. Pero has llegado, ¿no?
-Sí… lo he pasado bien… -Él asintió-. Por cierto, se me olvidó decirle a Collin… -Hice una mueca-. Mi tío está buscando a alguien que quiera pinchar en su discoteca, creo que estaría bien que hiciera la prueba, le he dicho que es bueno… así que dile que, si le interesa, me llame, ¿sí? –Asintió-. Bueno… cuídala mucho, eh. Y no la atragantes con el biberón… es una buena chica… -Me giré y metí el dedo en la jaula, ella lo lamió y reí por las cosquillas-. Qué precios…dad… -Su rostro estaba al lado del mío cuando me giré, no había contado con que se había asomado para verla. Me miró de ese modo de nuevo, se acercó a mí y ahora el espacio era menor, sus labios se pararon a escasos centímetros de los míos. Me acerqué un poco más y le di un beso en la mejilla. Cuando me alejé sus ojos estaban cerrados y mordía sus labios-. Da recuerdos a todos…
-Claro… -Se rascó la cabeza y se apoyó en el respaldo-. Cuídate…
-Sí… lo haré. Haz lo mismo… -Me giré hacia Maila-. Cuídale mucho, preciosa… -Le sonreí y él me sonrió algo apenado-. Gracias de nuevo…

Asintió y bajé del coche. Me giré cuando estaba abriendo la puerta y pude ver cómo cabeceaba y arrancaba… mi corazón dolió, había vuelto a hacerle sufrir… Pegué en la puerta con mi frente y entré en casa, cogí mis apuntes e intenté estudiar, pero no podía dejar de darle vueltas a la cabeza… lo había tenido tan cerca… me dormí pensando en él, imaginando lo bien que estaría durmiendo entre sus brazos… y sin poder evitarlo, también soñé con él.

2 comentarios

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YOAN Mextli
AUTHOR
17 de octubre de 2010, 10:52 delete

oye quien rayos a estado comentando que tus fics son malos ya he visto en varIAS ETIQUETAS

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Ashley_Silvy
AUTHOR
17 de octubre de 2010, 14:24 delete

jajajajajajaja pues no lo sé, la verdad... pero tampoco me resulta algo desagradable. Entiendo y comprendo que no a todos les va a gustar mis fics, algún capi concreto... o simplemente mi manera de escribir. Realmente sabéis que yo siempre sigo a mi ritmo, guste a quien le guste... y al que no le guste no entiendo que hace perdiendo el tiempo... xDDD yo cuando empiezo a leer alo que no me gusta lo dejo xD

Bueno, de todas maneras sirva esto para que sepáis que yo esos comentarios o etiquetas las tomo en consideración pero tomo mucho más en cuenta las vuestras, aquellas que me seguís y me apoyáis desde el principio... :) Sigo por vosotras. Gracias.

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