Capítulo XV: Mi cuarto.

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Hacía una semana que las clases habían comenzado. Ahora todo era ligeramente distinto, Kevin y Ryan estaban todo el día con sus chicas, las cuales eran encantadoras, pero Ness y yo… ya no encajábamos allí como antes. El secreto que ella me había confesado, el descubrimiento de otro mundo completamente diferente al que había vivido hasta ahora… suponía un despertar en mi interior, una enorme curiosidad.


Como colofón, mi madre estaba asistiendo a la terapia, el Doctor Cameron me llamó de propio para informar de que veía las posibilidades, lo que me animó. Nunca antes había pasado nada parecido, así que mis pensamientos y los de mi tía Cyntia estaban siendo muy positivos… lo malo era mi padre, que a veces… lo notaba tan triste, tan apenado… no sé.


Miré a Nessie que sonreía al hablar con Jake por teléfono. Saqué el mío y miré las fotos del viaje a Disney World, el hotel era de los más lujosos, por no decir el que más. Había puesto como fondo de mi móvil una foto que nos tomó Leah, salíamos Nessie y yo cargando con un enorme peluche cada una y abrazadas por Jake y Seth. La sonrisa de Jake era casi idéntica a la de Seth, pero el abrazo era distinto. Nessie aferraba a Jake fuerte, como él a ella, pero Seth y yo parecíamos más incómodos… yo parecía algo desubicada en la foto, aunque ahora me sentía desubicada en todo momento.


Cuando estaba con ellos me sentía demasiado… normal. Ahora, estando aquí sentada, viendo a mis amigos con sus novias y con Nessie al lado… una semi vampira… y yo era la única que lo sabía. Bueno, no la única… Alice entró danzando por la cafetería, sus andares siempre me hacían envidiarla y ella siempre me sonreía, como si supiera que yo pensaba en cómo sería ser como ellos.


-¿Te parece bien Darlene?


-¿Qué? –Kevin me miró sorprendido-. Perdona… estaba pensando en otras cosas…


-Realmente debió ser un viaje genial… -Miró a Nessie con cara de payaso-. Desde que habéis vuelto estáis un poco… idas.


-Es que fue realmente genial… -sonreí a Nessie que me guiñó un ojo-. Bueno… ¿qué me decías?


-Estábamos hablando de ir este fin de semana al cine… -Miró a Nessie-. ¿Tú vuelves a casa, no?


-No lo sé… -Su cara era de diversión-. Puede que os secuestre a Darlene de nuevo… ¿No te apetecería un día de fiesta en casa de Seth?


-No sé… -Apetecerme no, lo siguiente… pero estaba tan avergonzada…-. No creo que sea muy buena idea, la verdad es que va a pensar que soy un poco plasta…


-¿Quién? ¿Seth?


-Sí…


-¡Qué va! Si a él le encanta que la gente sea tan… espontánea –comenzó a reír y yo me sonrojé, mientras los chicos nos miraban curiosos-. No creo que se molestase…


-Ya… pero yo sí me molesté… -Me sonrojé-. Creo que no he hecho tanto el ridículo en mi vida… estar contigo me trastorna…


-¿Qué nos perdemos? –Wanda nos miraba aferrada a los brazos de Ryan-. ¡Contad!


-Es que… -Suspiré-. En la fiesta de fin de año me desmadré… creo que nunca había bailado así en ningún sitio… mucho menos con un chico. El caso es que cuando nos fuimos de vacaciones yo dormía con Nessie y Jake y Seth en la habitación de al lado… y el último día nos fuimos con los más mayores del grupo a un karaoke… Seth es… -Suspiré de nuevo-. Guapo se queda corto, y majo también…


-¿Te sonrojas sólo por pensar en él?


-¡Kev! ¿Quieres que siga o no?


-Claro, claro… prosigue…


-Bueno, pues cuando estábamos en el karaoke yo perdí la cordura por culpa de alguien… -miré mal a Ness-. Ella me incitó –nunca mejor dicho- a subir a cantar con ella, y allí nos plantamos, las dos cantando con dos chicos que no conocíamos de nada una canción demasiado picante… Una de Maroon 5 y Rihana. Los dos chicos se pensaron que queríamos más que cantar con ellos, y estuvieron toda la noche siguiéndonos, así que Nessie se colgó del brazo de Jake y el chico que le insistía pasó. Pero el otro chico, más bien diría hombre, seguía hablándome y al final… me colgué del brazo de Seth. El pobre estaba hablando con un par de chicas muy, muy, muy guapas…


-No le importó…


-Eso dices tú… -Rodé los ojos-. El caso es que el hombre aquel no paraba de hablarme, aún colgada del brazo de Seth. Él se levantó y subió a cantar… y para que el hombre se marchara se puso a cantar una canción de Lenny Kravitz, “Can’t get off my mind”…


-¡Esa es preciosa! –Wanda sonreía, pero algo en mi cara le indicó que no era buena idea-. ¿Qué paso? –Negué y escondí la mirada de la de ella-. ¡No será tan grave!


-¡No! ¡Apenas! –Casi gruñí-. El chico la cantaba todo emocionado, porque sé que le encanta, pero me metí tanto en el papel para quitarme al hombre de encima, que me abracé a él como una quinceañera a su ídolo… -Puse la mano en mi frente escondiéndome de las miradas de mis amigos… y de sus risas-. ¡Genial!


-No fue tan grave… -dijo Nessie riendo y tocando mi brazo-. Sabes que a él le gusta que la gente sea natural… y que te salió del alma no lo niega nadie…


-Pero fue patético Ness…


-Que no… además, ya te dijo en la despedida que quería verte más veces de fiesta… y ya sabes que él es así de cariñoso también…


-Pero aún así… no es plan de que vaya ahora… No tengo tanta confianza como para ir a su casa en plan ¡Hola! ¡Me auto-invito a tu fiesta!


-Ya… pero sí tienes confianza para dormir con él… -Alzó una ceja y los ojos de mis amigos parecían intentar escapar de sus cuencas-. Ya…


-No es lo mismo…


-No… ¡para nada! –Wanda me miró casi enloquecida-. Quiero que me cuentes todo…


-A ver, fue porque me quedé a dormir en su casa, estaba muy cansada y me dormí en el sillón, él me llevó a mi cuarto y pues no sé… se durmió conmigo…


-Eso te da pie para que le abraces tantas veces como quieras… -Casandra se echó a reír con Wanda y Kevin-. ¡Vamos! No es tan grave…


-Me voy…



Me levanté de la mesa y salí directa a clase mientras mis amigos seguían riéndose. El resto del día pasó tranquillo, salí a hacer la compra y mi padre me llamó para decirme que había puesto dinero en mi cuenta, como los últimos dos jueves.


El viernes fue un día extraño. Me había levantado demasiado ansiosa, mi madre desayunó conmigo en una aparente tranquilidad, pero sabía que quedaba poco de tranquilidad. Ella misma se levantó y llamó al Doctor Cameron antes de ponerse más histérica. Tía Cyntia llegó antes de que me fuera a clase, lo que me relajó en cierto modo.


Cuando llegué al instituto Kevin me miró y supo que algo no andaba bien, al igual que Nessie. Les conté lo que había pasado y entristecieron un poco, pero en seguida me hicieron ver el lado positivo, ella misma se había dado cuenta de lo que le pasaba y había pedido ayuda. Eso era bueno…


A la hora de comer Nessie hablaba por el teléfono con Jake me hizo un gesto para que me acercara y me tendió el teléfono.


-Es para ti…


-¿Sí? –Mi cara debía mostrar el sentimiento primordial… confusión-.


-Hola… ¿Qué tal va todo?


-Bueno… va, que no es poco…


-Nessie me ha dicho que no quieres venir este fin de semana… ¿Tan mal te traté?


-No Jake… pero… no sé… No pinto nada allí, es una fiesta vuestra… no sé… además, no me parece bien el plantarme allí en la fiesta de Seth como si estuviera invitada…


-A ver… eres parte de la familia ahora, conoces el secreto…


-Sí… pero no sé. Sigue sin parecerme bien…


-¿Necesitas una invitación oficial?


-No… no es eso…


-Espera… -Suspiró-.


-¿Qué es eso de que no quieres venir a mi fiesta? –Seth reía al hablar-. No digas tonterías, quiero que vengas… Es una invitación oficial… y si Jake te trató mal en su casa, puedes quedarte en la mía, sabes que tendrás tu propia habitación…


-Seth… gracias, en serio… -Nessie sonreía-. Me encantaría, pero debo quedarme… -Nessie rodó los ojos-. Tengo que estudiar, hacer un trabajo y cuidar de mi madre…


-¿Qué tal está?


-Bueno… hoy no ha sido un buen día para ella, no creo que deba irme este fin de semana. Estaré encantada de ir en otra ocasión, si quieres que vaya…


-La invitación oficial es una especie de invitación permanente… así que cuando quieras puedes venir… y espero que la aceptes… ¿Vale?


-Te prometo que en otra ocasión iré…


-Tomo nota…



Le devolví a Nessie su teléfono, ahora su sonrisa era ligeramente más pequeña, pero parecía feliz de todos modos. Habló por unos minutos más con Jake y colgó.


Nos despedimos a la salida, ella volvió a insistirme en que si la cosa mejoraba fuera a verles a Forks, que alguno de ellos me vendría a buscar si no me apetecía conducir.


La tarde pasó tranquila, mi tía se quedó a pasar el fin de semana, ayudando a mi madre a controlar su medicación y enseñándome a mí qué debía hacer si algo iba mal algún día que estuviéramos solas.


El sábado me levanté temprano, mi madre estaba llorando, además las pastillas le habían echo enfermar del estómago… y yo tenía que estudiar…


Mi tía me ofreció que me fuera a estudiar a la biblioteca, pero lo que realmente me apetecía era estar sola, así que cogí mis libros y me fui a la casita de picnic del parque. Estaba congelada, como de costumbre… La manta abrigaba, pero aún así había veces que tenía que ponerme a andar porque me entraba la tiritona.




En uno de esos paseos me asomé a la ventana de la casita, pudiendo ver a un padre y a una madre con su hija corriendo, buscando refugio para la lluvia que comenzaba a caer.



Una leve angustia me invadió. Mi padre era el que cuidaba siempre de nosotras y ahora él estaba lejos y solo. Le echaba tanto de menos…


El cielo despejó poco después, así que me decidí a dar un paseo por el parque para descansar de tanto estudiar. Apenas llevaba andando cinco minutos cuando llegué a un banco que era familiar, al igual que su ocupante. Me quedé paralizada cuando otra chica diferente a la que había visto en el centro comercial se acercó a él y le besó de un modo apasionado.


De nuevo la angustia me invadió, salí corriendo de allí y volví a la caseta. Llamé a Kevin, que se asustó, quería venir pero estaba con los padres de Casandra en Seattle. Estuve hablando con él por casi un cuarto de hora, pero decidí que debía dejarle disfrutar de su día en la gran ciudad.



Poco después un mensaje llegó a mi móvil. Era un mensaje multimedia, una canción. Details in the fabric. Kevin me la dedicaba con un corto texto. La ayuda va en camino. Eso provocó que empezara a llorar, lloré hasta que ya no salieron lágrimas. Me acurruqué en aquel banco de la caseta y me dejé llevar por la angustia, por aquellos extraños sentimientos que cada vez se apoderaban más fuertemente de mí.


Sentía que necesitaba un abrazo… como los abrazos que Kevin me había dado durante tanto tiempo atrás.


La angustia crecía al saber que no podía tenerlos, que tampoco podía consolarme mi padre, mucho menos mi madre… y que Nessie estaba lejos. Tampoco podía acudir a tía Cyntia, estaba bastante ocupada y no era justo cargarle con más problemas de mi familia, aunque también fuera su familia. No era justo.



Abracé mis rodillas y apoyé mi frente en ellas. Había comenzado a calmarme, pero pensar en todo lo que quería me recordaba que no tenía nada, que en este momento estaba sola y que lo que más ansiaba no estaba cerca de mí ahora y que era una locura. Comencé a sollozar acurrucada sobre mí misma, echa un ovillo de amargura que crecía y me invadía como un agujero negro.



Una mano cálida se posó en mi pelo. Levanté la vista y no podía creer lo que veía, estaba acuclillado frente a mí con el rostro lleno de dolor. Mi angustia aumentó y mi sollozo también. Él acabó arrodillado y arrastrándome a él, a sus brazos, a su pecho… a su abrazo.



No entendía cómo, ni porqué, ni qué era lo que hacía allí… pero tenía algo que calmaba mi angustia, tenía lo que había querido y me aferré a ello con fuerza. Lloré en su hombro hasta que toda aquella angustia fue desapareciendo y dejándome exhausta.


Apenas tenía fuerzas ya, pero él no me soltaba, sólo me sostenía y me tumbaba sobre su pecho, acunándome de ese modo que siempre me había calmado.


El tiempo fue pasando, llevándose la angustia y trayendo miles de dudas, ¿cómo sabía donde estaba? ¿Cómo había llegado tan rápido?


Posiblemente lo del tiempo era una cuestión aparte. Quizá hubiera estado más tiempo del que creía llorando…


Otra pregunta resonó en mi cabeza… ¿Por qué había dejado sus compromisos por mí? Por mucho que buscaba una respuesta, miles de dudas más aparecían en mi cabeza.



Comenzaba a sentirme realmente confusa, nada podía hilarse en mi cabeza, así que dejé que ese sentimiento de hermana en brazos de su hermano me invadiera como otras veces había hecho.


El tiempo fue pasando lento, sus brazos seguían sosteniéndome. Su mano acariciaba mi espalda despacio, como cuando un hermano consuela a su hermana, sus susurros me consolaban también… pero lo mejor era el calor de su abrazo.


Me alejé levemente, pero su sonrisa me mostró que no era tan patética como me estaba creyendo, que comprendía que estuviera tan angustiada.


-¿Cómo has venido? ¿Cómo me has encontrado?


-Bueno… cuando una amiga está en apuros, un sexto sentido se despierta… -sonrió y me contagió la sonrisa, miré mi reloj y no había pasado más que una hora desde la llamada-. Tampoco hay límites de velocidad…


-Pero… -dudé, muchas preguntas se agolparon en mi mente pero sólo una se verbalizó-. ¿Les has dejado plantados?


-Sí… habrá más ocasiones, pero tú me necesitabas más… o eso creo… -Sonrió-. ¿Estás mejor? ¿Más tranquila? –Asentí y él me abrazó de nuevo, acunándome como antes-. Entonces ha merecido la pena darles plantón…



No supe qué contestar, sólo me aferré a él comenzando a llorar de nuevo sin explicación alguna, no entendía nada, la confusión me hizo querer saber todo, pero me daba miedo preguntar y darme cuenta de que todo carecía de sentido y que estaba soñando.


-¡Ey! –Me sonrió-. Pensé que estabas más tranquila…


-Pero no entiendo nada…


-No hay nada que entender ahora, sólo quiero que te calmes, que sueltes toda esa angustia que me muestran tus ojos y poder ver la chica alegre que conozco.



Le abracé de nuevo, pero esta vez sin llorar. No podía llorar ahora, era feliz, él estaba aquí, conmigo, consolándome y abrazándome, haciéndome sentir que nada iba mal, que todo iba a ir bien en el momento en que saliéramos de allí. Ordené todas las preguntas en mi cabeza y escogí la que más levantaba mi curiosidad. Le miré y él alzó las cejas, expectante, sonriendo, sabiendo que iba a preguntar algo a lo que seguro tenía respuesta. Mi cara reflejó la duda y su sonrisa se marcó más.


-No hay límites de velocidad, ni paredes de piedra… nada que me impida correr, aunque sea a cuatro patas, cuando una amiga me necesita.


-¿A cuatro patas?


-Es más rápido que a dos… -Ambos reímos-. No creo que haya radares que detecten lobos enormes correr por pleno Parque Nacional de Olympic…


-¿Has cruzado el parque?


-Sí… más o menos…


-¿Cómo, por qué? No entiendo nada…


-Es difícil de explicar… básicamente Kevin ha llamado a Nessie, que estaba ayudándome a preparar la fiesta. Cuando me ha contado que estabas mal… no he podido evitar entrar en fase, he venido lo más rápido que he podido…


-¿Por qué?


-Porque eres mi amiga… -Sonrió de un modo que mi corazón se aceleró. Alzó una ceja y se ruborizó levemente-. ¿Necesitas un motivo mejor?



Miles de respuestas se pasaron por mi mente, su mirada me hacía sentir querida de un modo difícil de explicar, como si estuviera a punto de besarme y estuviera pidiéndome permiso, o quizá sólo era la ilusión que tenía yo porque un chico como él me besara… Quizá, sí, vale, calla y bésame… opté por contestar en silencio y abrazarme a él negando.


-No deberías haber venido…


-No hay nada interesante en Forks… -Rió-. Quizá una fiesta en casa de un chiflado, pero creo que el chiflado ha huido… así que…


-Ya veo…


-Además, si no hubiera venido, posiblemente hubiera andado a tres patas por los restos, Nessie estaba tan angustiada… Jake ha tenido que controlarse mucho para no salir corriendo cargando con ella… -Ahora me lo había dejado claro, había venido por Nessie, algo que me encajaba más en el esquema. Asentí levemente-. Si quieres, puedes venir, aún tenemos tiempo de llegar a mi fiesta…


-Gracias… pero no. Debo quedarme…


-Está bien… -Intenté levantarme pero él me aferró fuerte-. No tengo prisa…



Me cogió y me sentó encima de él, como si estuviera cargando a un bebé. Aquella casita, que siempre había sido tan gélida estas épocas del año, empezaba ahora a ser incluso cálida con él dentro. El silencio y el cansancio, junto con el calor que desprendía… pudieron conmigo y me dormí allí.



Sus dedos jugaban ahora con mi pelo mientras él inspeccionaba mi mano, la cual tomaba con una delicadeza que nunca había visto. Suspiré contra su cuello y él me miró sonriente.


-Hola dormilona…


-¡Lo siento! –Me intenté levantar del tirón pero él no me dejó-. ¡Tendrías que estar en tu fiesta, Seth!


-Tranquila… -Sonrió-. Seguro que pueden empezar sin mí… además… no puedo irme sin estar seguro de que vas a estar bien…


-Lo estaré… -miré hacia el parque, ahora oscurecido-. Es demasiado tarde, debo irme a casa… -Intenté moverme pero mi propio cuerpo me lo impedía-. Y tú a tu fiesta…


-Ya te lo he dicho antes… -Sonrió-. No tengo prisa…



Tomó mi mano de nuevo, inspeccionándola como si no hubiera nada más entretenido en el mundo, como si no llevásemos todo el día allí, sin comer y sin movernos… como si no tuviera nada mejor que hacer. Retiré mi mano levemente y me miró, me ayudó a levantarme y a recoger mis cosas. Me acompañó hasta casa y se despidió con un corto abrazo.


-¡Espera!


-¿Sí? –Me giré y él estaba en el mismo sitio, me miró preocupado e hizo una mueca-. Puedo esperar un poco más…


-¿Qué?


-Bueno… estaba pensando… -Sonrió de un modo que mi corazón se aceleró, mucho más cuando se acercó a mí y me miró. Se acercó más lentamente y susurró a mi oído-. Entiendo que quieras quedarte, pero cuando ellas necesiten dormir… -Se alejó levemente y sonrió, guiñando un ojo haciendo que mariposas revolotearan en mi estómago-. Te esperaré detrás…



Comenzó a alejarse de espaldas con una sonrisa mientras yo lo meditaba. Alzó las cejas esperando una respuesta e hice una mueca. En eso tenía razón, estaba mal que me fuera, pero si ellas dormían no pasaría nada… Asentí levemente y él hizo un gesto de victoria que me hizo reír y meterme a casa.


Las cejas y la mirada de mi tía evidenciaban que iba a someterme a un tedioso interrogatorio… así que lo evité.


-¿Qué tal va?


-Bien… -dijo sin cambiar su cara-. Pero veo que tú estás de mejor humor… -No supe qué contestar y ella se echó a reír-. Es muy guapo… desde aquel día supe que ibais a tener algo…


-No tenemos nada. Sólo ha venido para que Nessie no lo haga… -Mi tía alzó las cejas, ahora había algo de preocupación… quizá no debí haber dicho nada…-. Estaba en el parque y me he puesto un poco triste… He llamado a Kevin, que estaba en Seattle, Kevin a Nessie… -Pensé rápido-. Seth estaba en Everett, recogiendo unas piezas… así que Jake al ver que Nessie estaba muy preocupada lo ha enviado…


-¡Vaya!


-Sí… la he liado buena… -Suspiré y me entristecí-. Creo que voy a llamar a Kevin…


-Bueno… luego hablamos…



Hablé con Kevin y después bajé de nuevo a la cocina para ayudar a tía Cyntia con la cena. Mi madre se levantó un poco apenada, por lo que mi tía propuso ver una película de risa en la tele, lo que la animó un poco. Pensé en Seth, seguramente se hubiera ido… ya había pasado mucho rato. Me asomé a la ventana trasera del salón sin gran esperanza, pero una cabeza asomó por la valla.


-¿Qué pasa hija?


-Nada mamá… quería ver si estaba nublado… -Mi tía Cyntia se asomó curiosa y miré, pero él ya no estaba-. Parece que está despejado…


-¿Te preocupa tanto el tiempo?


-Bueno… mañana quiero madrugar bastante, tengo que hacer un trabajo con Kevin, así que hemos quedado temprano…


-Ni que viviera tan lejos… -Mi madre resopló-. Lo siento… -Negué-. ¿De qué es el trabajo?


-Biología…


-Bueno… pues entonces será mejor que te vayas ya a la cama…


-Claro mamá…



Le di un beso al igual que a mi tía, subiendo y asomándome a la ventana trasera del segundo piso. ¿Podría oírme desde aquí? Abrí ligeramente la ventana y saqué la cabeza, hablándole a la noche.


-Voy a tardar un poco más… -Suspiré y negué… debía estar loca…-. Deberías marcharte…


Una cabeza asomó con una mueca de fingida decepción. Se limitó a negar y a sonreír. Reí y cerré la ventana, me giré y mi tía Cyntia me miraba desde el pie de la escalera. Echó un vistazo al salón y subió sigilosa.


-Si vas a escaparte, al menos espera a que ella se duerma… -Me asusté y ella sonrió-. ¿Acaso crees que no lo he hecho yo también? –Ahora reía-. ¿Volverás a dormir?


-No lo sé… en principio vamos a ir… -Me callé y ella me miró curiosa-. Lejos. Intentaré estar aquí al amanecer…


-Si te has inventado una excusa para mañana por la mañana… es que no piensas venir a dormir… -Se echó a reír-. Yo en mis tiempos decía que iba a dormir con una amiga para poder irme de fiesta… No te preocupes, yo te cubro. Pero ven mañana a comer… o se notará mucho.


-Yo…


-Ve a ponerte guapa… ¿A que hora vienen a buscarte?


-Bueno… -mi mirada se desvió ligeramente a la ventana sin poderlo evitar-.


-¿Te está esperando ya? –Asentí y ella resopló-. Bueno, cámbiate y cierra la puerta de tu cuarto, ya me las ingeniaré para que tu madre no entre… puedes salir por el garaje…


-Eres… -la abracé-. Genial.



Ella rió y yo entré a mi cuarto. Al buscar por el armario vi el pijama y me lo puse, bajé de nuevo con el pijama puesto y me despedí de nuevo de mi madre y mi tía, la cual me guiñó un ojo. Busqué por mi armario pero no sabía qué ponerme… rebusqué y suspiré.


-¿Problemas? -Estuve a punto de gritar pero él tapó mi boca-. Lo siento, no quería asustarte… -me soltó despacio-. Ahora que estás cubierta… te recomiendo que cojas algo para cuando vuelvas mañana… y si quieres un pijama. Puedes quedarte a dormir en mi casa… -Alcé las cejas sin poderlo evitar-. O en la de Jake… sabes que hay habitaciones de sobra…


-Vale… pero… ¿Cómo vamos a ir?


-Bueno… -Alzó las cejas y se señaló-. Coge ropa de abrigo…



Estuve a punto de entrar en shock… pero me dio por reír levemente. Cogí la mochila de clase para meter la ropa para la fiesta, y unos vaqueros y una sudadera para el viaje. Me giré y le miré, no podía salir para ir al baño a cambiarme ahora… se notaría mucho.


-¡Oh! –Hizo una mueca-. Yo… -Se sonrojó y dio tres pasos, entrando en mi armario. Lo miré sorprendida y él asomó la cabeza con gesto divertido-. Puedes echar la llave si no te fías, no me molestaré…


Empujé levemente la puerta del armario riendo y lo pensé, pero no eché la llave. Me cambié y abrí la puerta para encontrármelo con un gesto muy gracioso, cerrando los ojos y sonriendo.


-Ya… -Abrió un ojo despacio y sonreí-. No estoy muy aceptable, pero…


-Qué va… estás perfecta… -Me miró y dudó-. ¿Tienes miedo a las alturas? –Me quedé helada y negué-. Vale, mejor…



Tomó mi mano y se paró en la puerta, abriendo despacio y escuchando. Se giró y me hizo un gesto para que fuera sigilosa, se asomó por la barandilla y paró. Me hizo otro gesto parecido y se acercó a la ventana, abriéndola suavemente mientras miraba escaleras abajo. Me hizo un gesto extraño, como para que me subiera a su espalda y yo negué asustada. Él insistió y yo me quedé paralizada. Él tomó mi mano de nuevo y la puso sobre su hombro, haciendo que me aferrara a su cuello. Pasó una pierna por la ventana, sentándose con un pie fuera y otro dentro. Me ayudó a sentarme igual y miré para abajo, estaba bastante alto. Le miré asustada y él sonrió mientras sostenía la ventana con una mano y cogía mi tobillo con la otra. Subió mi pierna, encaramándola a su cintura y me hizo una señal. Sacó la otra pierna y cerré los ojos.


-¿Asustada? –Dijo sonriendo mientras yo abría los ojos, encaramada a su espalda como si fuera una especie de salvavidas. Negué levemente y fui a soltarme pero él lo impidió. Salió corriendo y saltó la valla, como si yo no pesara nada-. ¿Y ahora?


-No…


-Pues agárrate fuerte…



Corría más rápido que cualquier chico normal, pero su aliento no cambiaba a pesar de mi peso. Él seguía riendo hasta que llegamos a las afueras. Paró y jadeó un poco, guiñándome un ojo y echándose a reír.


-Es mejor que bajes, creo que iremos más rápido si voy a cuatro patas… -Le miré asustada mientras me soltaba-. No te angusties, no hay nadie cerca y estaré a diez metros… -Señaló los árboles-. Ahora vengo…



Me quedé paralizada mientras acariciaba mi mejilla levemente al alejarse. Intenté escuchar pero sólo pude oír las ramas partirse. El lobo se agachó levemente y yo me encaramé a él. Me sujeté y se levantó. Emitió una especie de relinche, señal de que íbamos a salir.


Comenzó a correr y el frío impactó en mi cara. Me agaché ligeramente, poniendo mi cara detrás de la cabeza del lobo en el que iba montada corriendo a una velocidad increíble. Apoyé mi cara sobre su espalda, viendo a un lado los árboles pasar a toda velocidad. El lobo saltaba y podía ver que alcanzaba una gran altura, sintiendo que iba en una especie de montaña rusa. En uno de los saltos me asusté y tiré de su pelambrera fuerte. Al caer el lobo aflojó su velocidad y paró. Emitió un leve sonido e intenté respirar, pero era difícil. Se agachó para que bajara pero no podía moverme, no de momento. Volvió a emitir un sonido y palmeé su lomo, intentando bajar de allí. En cuanto estuve de pie el lobo me miró, juraría que me miraba preocupado. Desapareció y me asusté, pero pronto apareció Seth, con la camiseta en la mano y corriendo.


-¿Estás bien?


-Yo… -me costó retirar la mirada de su pecho, pero asentí ligeramente avergonzada, bajando la mirada. Él me miró, agachándose un poco-. Estoy bien…


-Quizá he corrido mucho…


-No… -Tragué en seco-. Estoy bien…


-Podemos andar un poco, si quieres… -Su sonrisa se ensanchó-. Estamos en pleno Parque Nacional…


-Yo… -miré a mi alrededor y la vegetación era espesa, más de lo que había creído ver desde su lomo-. Esto es precioso…



Comencé a andar y él me siguió sin decir una sola palabra. Me maravillé con la vegetación y me volví, viéndolo sonreír.


-¿Cuántas veces has estado aquí?


-Aquí, justo aquí… creo que nunca… pero si te refieres al Parque en general… digamos que es parte de nuestro territorio… así que muchas.


-Nunca había estado en un sitio tan bonito…


-Tienes que verlo de día… -Sonrió y bajó la mirada para volver a mirarme-. Si quieres podemos volver otro día, a Nessie también le encanta esto… -Miré alrededor mientras asentía y él se acercó-. No es por nada, pero… no me gusta esta zona de noche cuando estoy tan lejos de la manada…


-¿En serio? –Le miré y por alguna extraña razón me asusté-. Vamos…


-Pero antes… -me cogió de los hombros y me dio la vuelta-. Dame un segundo.



Esperé por unos segundos y escuché un ruido de ramas. Me giré y el lobo se agachó para que subiera. Podía notar que ahora su velocidad era menor a la de antes, pero aún así impactaba mucho.


Me asusté cuando empezó a gruñir pero un aullido extraño me relajó. Empezó a aflojar su marcha y gruñó de nuevo, apareciendo a su lado un lobo gris aullando. Iba directo a chocar contra nosotros pero Seth frenó y saltó, pasando por encima del lobo gris. Pronto el lobo frenó en seco y se agachó. Me bajé y me lamió la cara mientras salía corriendo a atacar al lobo gris.


-¡Darlene! –Me giré pero no la veía-. ¡Hola! –Nessie cayó de la copa de un árbol-. ¿Estás bien?


-Bueno… no sabría decirte… -dije alucinada-. ¿Sabes de qué va esto?


-¿Eso? –Señaló a los lobos y pronto otro lobo caoba aulló a su lado. Asentí-. Leah venía hacia la fiesta y os ha visto, ha venido a saludaros pero se ha metido un poco con Seth, que se ha enfadado… al menos eso me ha dicho Jake… -La miré dudosa-. Cuando han empezado a aullar Jake ha entrado en fase y ha visto vuestra posición… y hemos venido a recibiros…


-Vale… si tú lo dices, me lo creeré, aunque no entienda nada…


-Cosas de hermanos… -Me asusté cuando la chica apareció por allí con un ligero vestido blanco-. Seth a veces es un poco fantasioso… y tengo que bajarle los humos…


-Leah… -Jake hizo un gesto de reproche para luego reparar en mí y guiñarme un ojo-. La próxima vez muérdele cuando salte así para asustarte…


-No lo he hecho para asustarla… -Seth bufó-. Quería llegar pronto, podía imaginar que la enana no pararía de incordiar hasta que llegásemos… -Despeinó a Nessie-. Encima que lo hago para que no tengas que aguantarla…


-¡Idiota! –Nessie le mordió y Jake, Leah y yo reímos mientras él lamía su brazo-. ¿Vamos?


-Si… -Leah bufó y sonrió-. La casa está llena de chicos… así podréis deshaceros de estos pesados…



Nessie se echó a reír mientras Jake y Seth miraban mal a Leah. Yo me limité a aferrarme del brazo que Nessie me tendió y a caminar por el bosque. Diez minutos después llegamos a un claro donde estaba la casa de Seth. Las luces de colores se veían desde fuera y la música se oía desde lejos… toda una fiesta.


La casa estaba tan llena como recordaba en la fiesta de año nuevo, había muchos chicos y chicas, algunos de los chicos de la manada y sus novias, que me recibieron muy amables. Aquella chica rubia, Kira, se acercó a saludarnos de la mano de un chico bastante mono. Otro chico moreno se acercó a Seth y chocaron las manos dándose un leve abrazo. El chico me miró de modo raro, me hizo sentir que no pintaba nada allí.


Nessie tiró de mí y me llevó con las chicas de la manada. Miré sus ropas, elegantes… y yo en vaqueros y sudadera. Tiré levemente de la mano de Nessie y levanté mi mochila, ella asintió y llamó a las chicas.


Tiró de mí y subimos las escaleras seguidas por Kim, Kira, Leah y las hermanas de Jacob. Me metieron en aquella habitación en la que ya había dormido y Ness me quitó la mochila, sacando mi ropa.


-Toma, cámbiate rápido… Iré a por mi maquillaje…



Me sorprendí al verla saltar por la ventana mientras las chicas reían. Entré a cambiarme y me miré… mi pelo estaba recogido en una deficiente coleta y mi cara pálida, posiblemente por el viaje. Me cambié y salí con mis pantalones negros y una camiseta de tirantes morada… fruncí el ceño al ver las miradas de las chicas.


-Hay que hacer algo con tu pelo… -Kira soltó mi coleta y sacudió mi pelo-. Mejor mójalo un poco, sacaremos esos rizos.


-Yo te maquillo… -Dijo Kim abriendo el maletín de Nessie-. Un ahumado morado te irá bien… -miró a Nessie y las dos rieron-. ¡Y labios rosas!


-¡Como a mí! –Se señaló-.



Me fijé en Nessie y mi alma cayó al suelo. Estaba preciosa con el vestido rosa palo y pintada como habían dicho que me pintarían. Su pelo estaba perfecto, suelto y rizado. Intenté sonreír pero una leve angustia volvió a crecer en mí, aunque apenas pude expresarla, pues Kira me estaba arreglando el pelo y Kim pintándome.


Bajamos al salón y mi mirada se encontró con la suya. Él bebía de un vaso de color verde, pero dejó de beber para mirarme como si estuviera viendo a un ángel, como en las películas románticas. Me giré y Nessie y Kira sonreían al saludarle. Suspiré aliviada, eso hubiera sido demasiado para mí…



Comenzamos a bailar y Kira nos preparó algo de beber. Eran las dos de la mañana cuando recordé que había posibilidades de que mi madre llamase a Kevin por la mañana, así que le escribí un mensaje para que me cubriera. Seth se apoyó en la encimera a mi lado, mirando el mensaje y asintiendo divertido. Cuando lo envié me quitó el móvil de las manos y comenzó a mirarlo. Intenté quitárselo pero lo puso en alto y no llegaba a cogerlo. De repente pasó su brazo por mis hombros y dio la vuelta a mi móvil. ¿Una foto? Tapé el objetivo con la mano y él bufó.


-¿Tan feo soy? –Dijo en tono ofendido-. ¡Venga! ¡Sólo una!


-Odio las fotos…


-Por fa… -Puso cara de pena y rodé los ojos, mientras él me aferraba de nuevo-. ¡Sonríe!



Hizo la foto y se puso de espaldas a mí, mientras yo intentaba quitarle el móvil. El tocaba los botones mientras yo no alcanzaba sus manos. Se giró serio con el móvil en alto.


-¿Cuántos números tienes?


-¿Cómo? –Él alzó las cejas-. No sé…


-Bueno, pues ya tienes uno más… -Me tendió el móvil sonriente-. Además de un bonito fondo de pantalla…



Me despeinó como había hecho con Ness y desapareció. Miré mi móvil y había puesto la foto que nos acabábamos de hacer, yo le miraba de reojo a él, igual que él a mí.


Le miré y él bailaba ahora con una chica guapísima, pero pronto cruzó su mirada con la mía, sacándome la lengua. Posiblemente mi sonrojo se viera a leguas.


Miré a mi alrededor, buscando a Nessie pero al ver que ella bailaba con Jake me abstuve de acercarme. Alguien carraspeó a mi espalda, Leah estaba apoyada en la encimera.


-¿Lo estás pasando bien? –Asentí sonriente-. Creo que deberías ir con mi hermano a bailar… si no te lo recordará siempre…


-¿Cómo?


-Siempre que una chica deja de bailar con él en una fiesta, se lo recuerda hasta que otra le hace lo mismo… -Alzó una ceja-. Así siempre baila con todas…


-No sé… -me apoyé a su lado-. Me da vergüenza bailar así, delante de todos…



Ella me miró y rodó los ojos, yéndose de mi lado y dejándome algo alucinada. Se acercó a su hermano y le susurró algo al oído. Él me miraba y alzó las cejas, para después posar una mano en el hombro de su hermana y encaminarse hacia mí.


-No puedo permitir que una chica esté sin bailar en una de mis fiestas… -Me tendió la mano y negué-. ¡Vamos!


-No, en serio… estoy cansada…


-¿Cansada? Ni que hubieras corrido cuatrocientos kilómetros… -Dijo riendo mientras yo me sonrojaba-. Solo un baile… no te pido nada más en toda la noche…


-Es que esta música… -Él alzó las cejas-. No sé…


-Ya… -Hizo una mueca-. Ven… -Cogió mi mano y me llevó a la cabina de la sala, enseñándome una pila de CDs-. Escoge el que quieras…


-Pero… -Suspiré-. No sé…


-¡Seth! –Kim se asomó-. Ponme mi canción…


-Si la convences de que baile conmigo… -Dijo Seth señalándome mientras la chica reía-. Si no nada…


-Yo que tú lo haría… -Dijo Kim alegre-. Si no estará por los siglos de los siglos recordándotelo…


-Sí… yo se de una chica que no bailó conmigo en la fiesta del cumpleaños de Jared…


-¿Ves?


-Ya veo… -Dije riendo y algo sonrojada-.


-¡Dar! –Nessie se asomó por encima del cristal-. Sal de ahí y ven conmigo…



¡Salvada por la campana! Salí corriendo pero Seth tomó mi mano, alzando las cejas… esperaba que él se olvidara del tema, aunque ahora no pareciera que fuera a hacerlo. Me llevó a un círculo que habían montado las chicas, bailaban todas a la vez y de vez en cuando alguna era empujada por la de al lado y bailaba en el centro. Pasaron varias canciones, incluida una famosa que le gustó mucho a Kim y a Ness. Unas guitarras sonaron con un ritmo conocido y Seth se volatilizó tras de mí… Alzó las cejas y reí, era bastante insistente, así que me puse a bailar con él “Are you gonna go my way”. Me reí mucho y lo pasé en grande. Jake empezó a bailar a su lado y me liberó de la vergüenza que estaba pasando.



La fiesta se alargó hasta las seis de la mañana, cuando la gente empezaba a irse. Nessie y Seth seguían bailando con Kim, mientras yo estaba sentada en uno de los cubiletes viéndolos bailar. Jake se agachó a mi lado y señaló la cocina. Salí y allí Leah preparaba un bizcocho enorme junto a Rebeca.


Me senté en la mesa de la cocina junto a Jake, Jared y Embry, que parecían estar bastante cansados. Rebeca se metió con su hermano y con su marido, mientras Jared protestaba defendiendo a sus amigos y quejándose de que su novia siguiera con la marcha.


-¡Que rico huele…! –Seth pizcó un trozo de bizcocho y se sentó riendo en la silla ante la mirada asesina de su hermana-. ¡Vamos hermanita! –La cogió de la cintura y la sentó en su pierna-. Reconoce al menos que me echas de menos… todos lo sabemos, pero queremos oírtelo decir…


-Ni lo sueñes enano… -Ella negó-. Estamos muy tranquilas en casa sin ti…


-¡Bah! –La empujó y ella empezó a reír-. Además, creo que voy a cambiar tu habitación, voy a poner una cuna para Ephraim… Ya que un niño se ha ido de allí, habrá que poner alguien que crezca algún día…



Todos reímos mientras comíamos de aquel gigantesco bizcocho. Nessie estaba sentada a mi lado, Kim y Rebeca sentadas sobre sus chicos y Leah sobre su hermano. Me sentí mal pensando que ella estaría sobre Jake si no fuera por mí.


-Bueno… -Dijo Leah levantándose-. Yo me voy a mi casa, que ya es hora…


-Sí… -Rebeca se levantó-. Nosotros también deberíamos irnos… -Embry remoloneó-. Vamos… Seguro que Seth quiere disfrutar de su casa…


-¡Cierto! –Kim saltó en el acto-. ¡Vamos Jared! Dejemos solos a los jóvenes… -Dijo riendo-. Nos vemos…


-¡Ey! –Seth se asomó-. ¿Me vais a dejar todo esto empantanado?


-Es tu casa, hermanito… -Dijo Leah riendo mientras salía-.


-¡Genial! –Jake y Nessie se empezaron a reír-. Esto me pasa por juntarme con perros…


-Si bueno… -Nessie se estiró y yo bostecé, lo que hizo que ella empezara a reír-. Pues no esperes que las humanas te ayudemos… porque creo que nos vamos a quedar dormidas en la silla… -Se apoyó en Jake-. ¿Me llevas?


-Creo que estás muy crecidita para que te lleve… ¿no?


-No… sólo tengo cinco años… -Dijo riendo sobre su hombro-. Anda… Por fa…


-Eso te pasa por juntarte con híbridas… -Seth comenzó a reír señalando a Jake-. Sabes que te va a tocar llevarla, se va a dormir en cinco minutos…


-Sí… -Jake sonrió y acarició el pelo de Nessie-. Ella es capaz de dormirse de pie mientras baila…


-¡Oye! –Nessie le dio un codazo a Jake mientras se reían. Me miró sonriente-. ¿Te vienes?


-No… -Me quedé helada y Seth rió-. Creo que deberías quedarte… cuando está tan cansada se pone insoportable… ¡Mírala! –La señaló-. Ya está ahí preparada para que Jake la lleve en brazos y la acune como si fuera un bebé… sólo le falta ponerse a llorar como Ephraim… -Ness le lanzó un vaso de plástico-. ¡Ves! Tío… no sé cómo la aguantas…


-Porque yo no soy tan idiota de meterme con ella cuando está tan cansada… -Ness le dio otro codazo-. ¡Au!


-Y eso que no has dicho nada… -Ness gruñó de un modo que me asustó un poco. Seth y Jake empezaron a reír-. Si quieres tienes un cuarto para ti solita, alejada de esta bestia que tienes por amiga…


-Ya vale… -Nessie murmuró medio dormida-. Dile claro que quieres que se quede, no hace falta que te metas conmigo para eso…


-¡Jo, jo! –Jake se empezó a reír con Nessie mientras Seth la despeinaba-. ¿Tienes miedo de quedarte solito?


-¡Bah! –Su color era más rojizo, mientras yo me notaba la cara arder. Tendría que devolverle a Nessie esta alguna vez-. Yo lo hacía para que no os tuviera que aguantar así a los dos… os ponéis demasiado cariñosos cuando tenéis sueño… -Alzó las cejas muy seguido y comenzó a reír-. ¿Os vais a dar besitos por la cocina otra vez?


-¿Otra vez? –Mi voz sonó algo ronca y él me miró curioso-.


-¿No te lo ha contado? ¡Jo, jo! –Se frotó las manos-. Eso es que no le gustó tío…


-O quizá que le gustó demasiado… -Le seguí y me asomé para ver a Nessie asesinarme con la mirada-. ¿Cómo no me lo has contado? –Ella se encogió de hombros y miré a Seth que miraba a los dos con una enorme sonrisa, después se levantó y se puso a recoger-. Bueno… -me levanté y comencé a recoger un poco la mesa-. Iros adelantando que yo iré en un rato… -Nessie me miró curiosa-. No voy a dejarle recoger solo, encima que me ha traído…


-Oye no es…


-¡Calla! –Le corté y me giré hacia Jake y Nessie-. ¡Venga! ¡Largo!


-¿Segura? –Jake me miró divertido-. Yo no me fiaría de él…


-Bueno, déjame preocuparme a mí por eso… -Hice un gesto para quitar importancia-. Sabré manejarlo… -Reí y le miré mientras se sonrojaba un poco y reía, no se había ofendido-.



Jake cogió en brazos a Nessie, que se encaramó a él y me sonrió apoyada en su hombro mientras se iba. Me mostró una imagen de las suyas en mi cabeza, me quedé aturdida hasta que reaccioné sonrojándome. Una imagen de Seth besándome. Me giré hacia él y estaba en una situación parecida a la mía, comencé a temer que nos hubiera mostrado lo mismo a los dos como venganza.


-Y tú sabes que se liaron porque…


-Lo vi todo… -Puso cara de interesante-. Cuando estamos en fase vemos lo que piensan todos… Así que digamos que poco más lo viví en primera persona, ese pensamiento estaba en la mente de Jake tan clavado que pensé que era yo quien besaba a Nessie…


-¡Vaya! –Le miré aturdida-. Eso tiene que ser… raro.


-Mucho… -Puso cara de asco-. Lo peor era cuando Embry o Paul entraban en fase, Jake sentía asco y yo no sabía muy bien… debe ser raro eso de sentir como besan a tu hermana… -tembló ligeramente-. Menos mal que ninguno se imprimó de Leah.


-¿Imprimó?


-Bueno… -se quedó paralizado y tragó en seco-. Es una de esas cosas extrañas que pasan a la manada… -le miré curiosa-. Es difícil de explicar… es como una especie de flechazo, pero a lo bestia. Cuando te imprimas de alguien es… no sé, como… -Negó-. No sé explicarlo.


-Y… ¿Todos estáis i…?


-¿Imprimados? –Sonrió-. Sí.


-¿Y dónde está tu novia?


-Bueno… -Se giró y me dio la espalda-. No todos tienen la suerte de imprimarse de alguien cercano…


-¿Está lejos?


-Un poco… -Se giró con una leve sonrisa-. Más lejos de lo que me gustaría…



Asentí y me limité a recoger en silencio junto a él. Cuando la cocina estaba limpia nos asomamos al salón… desastre. Él dejó caer su cabeza y resopló.


-Anda… -Negó-. Mañana lo recojo… -Me miró y torció los labios-. ¿Quieres que te acompañe, o prefieres quedarte?


-No… puedo ir sola… ya has andado mucho hoy…


-¡Bah! Ha sido un pequeño paseo… -Sonrió-. No me sentiría bien dejándote andar dos kilómetros tú sola a estas horas…


-Pues yo no me sentiría bien haciéndote caminar dos kilómetros para que luego tengas que volver solo…


-Pues entonces quédate en tu cuarto… -Dijo con una sonrisa que me dejó noqueada. Él debió de notar porqué me había quedado congelada y corrigió-. Bueno, has dejado todo en ese cuarto, ¿no?


-Sí…


-Bueno… pues tuyo es ahora… -Dijo sonriendo-. ¡Vamos!



Hizo un gesto para que subiera las escaleras y me encaminé al piso superior seguida de él. Abrí la puerta y me giré para despedirme, su sonrisa me dejó noqueada mientras entraba a mi cuarto