Capítulo XXVII: El problema con el amor es…

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-Sí… -Sonreí, no sabía si era capaz de mentirle-. Mis padres están bastante bien… así que estoy contenta…

-Y lo demás… ¿también bien?

-Sí… -Debía escabullirme antes de que siguiera-. Bueno… debo entrar en casa…

-Oye… te noto rara desde hace unas semanas… -Quería salir corriendo, no iba a poder mentirle…-. Espera… -¡Mierda! ¿Me estaba secuestrando? ¡Genial! Paró en el puente de Skykomish-. Así no tienes tentaciones de huir a tu casa sin explicarme por qué estás así…

-Porque… no quiero que tú… no sé… no quiero acercarme más a ti, me da miedo, porque no quiero que me pase como con Kevin… no quiero que desaparezcas, pero sé que lo harás… y no quiero que de la noche a la mañana pase eso… así que tengo que acostumbrarme…

-No voy a separarme de ti…

-Claro que sí, en el momento que te diga lo que pienso, lo vas a hacer… y no quiero que pase… -No digas nada más… no puedes decirle la verdad…-. Oye, déjalo… es una estupidez, así que…

-No… ¿qué?

-Que sé que acabarás dejándome por ella… -No digas más… no digas más…-. Sí, por tu chica… sé que acabarás yéndote con ella y casi no recordaras a la llorona de tu amiga…

-Oye… es una tontería… Tú eres mi chica… -¿Se burlaba de mí? Seguro que Jake le había contado o mostrado lo del salón de actos… ¡genial!-. ¡Eh!

-Déjame Seth… volveré a casa andando…

-Te estoy diciendo que tú eres la chica, no hay ninguna otra… nunca la ha habido, en el fondo lo sabes, sé que lo sabes… así que no debes huir…

-¡Claro que debo!

-No… no si tú quieres quedarte conmigo…

-¿Y si yo no quiero? –Pareció congelarse. Quería pero no podía… y no quería explicarle más las razones-. Ya te dije que no quiero nada de eso, no me creo la historia tonta del amor para siempre, no puedo creerlo, así que olvídalo… olvídame…

-No puedo… aunque no quieras nada conmigo, aunque me odies, yo no puedo hacer otra cosa, eres la persona ideal para mí…

-No, no puedo creerte…

-Si no estás preparada, yo tampoco, yo no quiero nada que tú no quieras… no quiero tener citas románticas si tú no las quieres, sólo quiero ser tu amigo y estar cuando te sientas sola…

-Pero yo no me siento capaz de estar contigo… no me veo casada y con hijos como Kim, Emily o las gemelas… todos pensarían que estás loco… y yo no podría soportarlo.

-Vale… pero no me digas que no quieres ni siquiera mi amistad, eso es lo que yo no podría soportar…

-No puedo ser más que tu amiga, yo no quiero pasar por lo mismo otra vez, no quiero algo espectacular… sólo quiero a mi amigo.

-Vale… como amigo, deja que te lleve a casa… ¿vale? –No me apetecía cruzar el parque ahora… así que asentí. Cuando entramos al coche sonó una canción. Escucha… -Subió el volumen-. Es perfecta… -No podía creerlo… no era perfecta. No era posible que él estuviera volviéndose loco por mí… sólo estaba encaprichado, como mucho. Cuando llegamos a casa me miró triste-. ¿Puedo al menos abrazarte?




-Sí… -Le abracé y por mi mente pasó la idea de decirle la verdad, pero no podía… mejor dejarlo así-. Buenas noches Seth…

-Buenas noches…

Entré en casa y mi madre y mi padre me miraron raro. Yo negué, estaba a punto de llorar y no quería, así que subí a mi cuarto y me encerré allí. No podía decirle la verdad, no podía decirle que estaba enamorada de él, y que yo quería eso de lo que me hablaba, pero no lo quería sabiendo que él acabaría cansándose de mí. No lo quería después de haber tenido una relación parecida, sabiendo que posiblemente acabase sin él… no quería perder su amistad, no quería odiarle después de todo… no era capaz. Además sabía que él había tenido citas, citas con chicas mayores que posiblemente le hubieran dado cosas que yo no podía, como me había pasado con Omar. Mi padre llamó a la puerta y me dijo que tenía que bajar a cenar. Me senté en la mesa y ambos me miraron raro.

La cena fue extraña y ellos parecían tensos, así que nada más terminar volví a mi cuarto. Me puse el pijama y me metí a la cama, pensando en él… estaba volviéndose una obsesión.

Las voces de mis padres me despertaron, bajé las escaleras y pude oírles, hablaban sobre mí, mi padre decía que no sería bueno, que pensaría que no confiaba en ellos, aunque mi madre decía que sí, que era lo mejor. La conversación degeneró en una discusión sobre si mi padre pensaba que mi madre no confiaba en mí y en él… papá salió de la cocina resoplando y me miró. Me levanté asustada y él entró al salón, recogiendo sus cosas y llamando al taxi. Se acercó después a mí y me abrazó, parecía dolido por algo y yo le ayudé a recoger, esperando que me contase de qué hablaban, pero no me dijo nada.

Cuando se marchó mi madre le abrazó levemente, pero mi padre se marchó sin más, apenas reparó en ella cuando se metía en el taxi.

Después de comer subí a mi cuarto y me puse a estudiar, no tenía ganas, pero era lo mejor que podía hacer. Mi madre me llamó y cuando bajé Seth estaba en la puerta. Le miré raro y me dijo que se marchaba, que pasaba a despedirse. Asentí y le di un abrazo, él me miró curioso e intenté sonreír, aunque creo que me salio una mueca. Le abracé de nuevo, esperando que se marchara sin más preguntas. Él se despidió de nuevo y se marchó. Me asomé a la ventana para verle marchar, evitando las ganas de salir y contarle que hoy estaba preocupada por mis padres, por él… y porque todo el mundo que me rodeaba ahora, ése que parecía haberse arreglado, se estaba desvaneciendo.

El lunes cuando llegué a clase Nessie me miró raro. Sabía que algo iba mal, así que a la hora de comer me preguntó sobre el tema. Pero yo tenía un as en la manga, ella no quería hablar del tema de Alice, así que yo tampoco sobre el tema Seth. Le dije que seguía siendo mi amigo y que no estaba enfadada con él, pero que estaba preocupada por mis padres. Le conté lo que había pasado y ella hizo una mueca. Le pedí que no le dijera nada a Seth, que no quería que él se preocupara por mí… que se lo contaría cuando creyera necesario. Ella lo prometió y nos metimos a clase.

Seth me llamó por la noche y estuvimos hablando poco rato, no tenía ganas de hablar, aunque escuchar su voz me consolara. Pasó la semana así, cortando rápido sus llamadas y viendo que mi madre se preocupaba más por mí. El jueves por la tarde cuando llegué Cameron estaba en casa, por lo que miré a mi madre rápidamente y muy preocupada. Ella sonrió y me hizo tomar asiento.

-Cariño… le he llamado porque sé que hay algo que te preocupa, posiblemente no quieras contárnoslo, pero él sabes bien que puede ayudarte. Él me ha ayudado, acudí a él gracias a vosotros… yo no sé si soy capaz de ayudarte, pero él seguro que sí…

-Oye… no es necesario…

-Cariño… -acarició mi mejilla-. Vendré a la hora de cenar, he quedado con Catherine para ir de compras… ¿vale? –Beso mi mejilla-. Te quiero…

-Hasta luego mamá… -Me giré para verla salir y de vuelta al señor Cameron, que me hizo un gesto para que me sentara frente a él-. Oye, no sé qué te habrá dicho mi madre… pero no necesito ayuda para saber qué me pasa… y no hay solución.

-Tu madre ha tenido que luchar mucho, ella tampoco creía que tuviera ningún problema al principio…

-Pero no es lo mismo. Yo sé lo que me pasa, no es nada que no tenga solución… pero es difícil tomar la decisión correcta… aunque sé cual es…

-Entonces… compártelo conmigo. Quizá pueda facilitarte esa decisión.

-Es un chico… sé que tengo que dejar de verle, pero no sé cómo… es como una especie de obsesión, debo alejarme de él porque me hace daño… pero… -Me encogí de hombros-. Es difícil…

-¿Te hace daño?

-No me pega ni nada de eso… -Se relajó-. Simplemente creo que no me sienta bien estar con él… es como no sé… soy otra persona cuando estoy con él, es como si tuviera doble personalidad o algo así… no sé… -Él rió conmigo-. Quiero quitarle de mi vida, pero no sé como.

-¿Él sabe que quieres dejar de verle? –Negué-. Ése es el primer paso… debes decírselo. Si quieres olvidarte de él, debes poner todo en una caja, guardar todo, cualquier cosa que te lo recuerde… y dejar esa caja en un sitio que no veas a diario, en el fondo del cajón, en el trastero… eso ayudará.

-No sé… -Hice una mueca y él me miró raro-. No creo que porque meta sus cosas en una caja no vaya a pensar más en él, no creo que desaparezca así como así…

-No es ése el objetivo. Es que puedas estar en tu cuarto sin que des un paso y le recuerdes. Es que puedas vivir sin estar rodeada de cosas que te lo recuerden, fotos, regalos…

-¿Regalos? –Él asintió… pero era mi libro favorito-. No puedo dejar nada… ¿ni un libro?

-Es mejor que no… -Hizo una mueca-. ¿Eso es lo que te angustia tanto últimamente? Tu madre estaba muy preocupada, te veía muy distinta… ausente.

-Bueno… aparte de exámenes y que no sé que va a pasar con mis padres… -Sonreí-. No hay nada más que me angustie… ¿Puedes decirme algo sobre ellos? Discutieron y no sé…

-No puedo… -Hizo una mueca-. Pero no debes preocuparte por eso, espero que mañana lo arreglen, ella irá a verle. Ahora eres tú la que debe estar bien para ayudarla… debéis ayudaros mutuamente y yo estaré para cualquier imprevisto…

-Gracias… -Sonreí y él se levantó, así que le acompañé a la puerta-. Gracias por todo…

Fui al garaje y cogí una caja, subí directa a mi cuarto y empecé a meter cosas en ella. Fotos, entradas de cine, su pañuelo… su camiseta… la olí antes de ponerla en la caja. El CD que me había regalado… el libro. Bajé todo al garaje, incluyendo aquel peluche enorme que había traído de Florida.

Cuando mi madre vino la abracé y le dije que estaba oficialmente en terapia, por lo que ella rió. Cenamos y ella me contó que había estado cogiendo un vuelo para Chicago, que llamaría a papá cuando estuviera allí para sorprenderle. Me alegré y me fui a la cama un poco apenada, esperaba que mamá tuviera suerte en su viaje.

Cuando me desperté desayuné con ella y se fue preocupada, cuando me dejó sola… Las escaleras, mi cuarto, el sofá… todo me recordaba a él. Y cuando llegué al instituto… Nessie.

El día pasó algo raro, Kevin notaba mi angustia y le conté que no debía decírselo a Nessie, que quería decirle a él primero que debíamos separarnos… él lo comprendió y estuvo pendiente de mí todo el día. A la salida me cogió por los hombros, intentando hacerme sonreír… pero sabía que tenía que volver a mi casa y todo me recordaría a él. Cuando salimos él me soltó e hizo una mueca, señalándolo. Era mi oportunidad para decirle que debía alejarse de mí… pero conforme me acercaba a él mi voluntad empequeñecía. No pude evitar abrazarle. Él besó y acarició mi pelo, haciéndome sentir vulnerable pero a salvo… no pensaba que fuera a venir después de lo que le había dicho.

-¿Todo bien? – ¡No! Quiero alejarme de ti… y estoy aferrada a ti… y se siente tan bien…-. Deberías habérmelo contado… sigo siendo tu amigo y sigo queriendo saber todo lo que te preocupa… nada ha cambiado –No podía hacerlo, no podía alejarme…-. Mi niña… Vamos… te llevaré a un sitio donde estemos más tranquilos…

Sí… era lo mejor. Debía decírselo cuanto antes, pero no quería hacerlo aquí… pero si nos quedábamos solos… Mi mano cobró vida propia y tocó la suya, haciendo que el resto de mi cuerpo quisiera tocarle de nuevo.

-¡Ey…!

-No sabía si ibas a volver…

-Claro que he vuelto… estoy aquí, contigo… ¿Dónde iba a estar mejor? –Alejado de mí… pero él estaba aquí… y quería besarle… lo hice como último capricho y él me dedicó una de esas sonrisas que me reconfortaba-. Eso está mejor…

Durante el trayecto no paraba de mirarle… definitivamente empezaba a ser una mal sana obsesión. Me enfadé conmigo misma por haber sido débil, era una estúpida.

-Te vas a hacer daño… -Acarició mi rostro y no quería que lo hiciera-. Dime algo… No sé, dime que estoy loco, que soy un gilipollas, que me odias… no sé.

-No puedo… Cada vez que pienso en algo así… sólo puedo odiarme a mí… -Era cierto y dolía… él era perfecto y quería alejarlo por eso… Todo empezaba a ir mal de nuevo y no podía sufrir por él ahora-. No sé qué demonios he hecho mal… te lo juro. Todo había ido bien durante el fin de semana, el año empezó bien… pero ahora no sé qué pasa, no sé porqué no pueden seguir yendo las cosas bien… no sé ni si quiera porqué han discutido…

-Lo siento… -Me abrazó, él se preocupaba por mí… Pero estábamos aquí por mí y por él. Tenía que acabarlo-. Lo siento, en serio…

-Lo sé… Por eso me duele mucho más lo que tengo que decirte. No puedo verte más. No quiero seguir sintiendo esto, no puedo estar todo el día esperando tu llamada, o a verte… para que luego cuando estés a mi lado me sienta tan bien… y tan mal a la vez.

-Tú… ¿te sientes mal cuando estás conmigo?

-Sí… me consuelas y eres mi amigo, pero no estoy a gusto cuando estás a mi lado… sufro cuando estoy junto a ti. Más que cuando no estás.

-No… -negó-. No lo dices en serio…

-Claro que sí… No es justo para ti ni para mí… la relación que tenemos nos hace sufrir…

-Oye, no puedo creerte… yo no sufro, para nada, solo sufro cuando no te veo…

-Pero yo sí. Seth… entiendo que quieras venir a ver a Nessie… pero por favor, avísame cuando lo hagas. No quiero volver a cometer el mismo error de hoy, necesitaba abrazarte en parte… y quería verte para hablar contigo. Pero… no creo que pueda soportar esto mucho más… no puedo…

-Oye, mira… piénsalo. Mañana, no sé… mañana podemos hacer algo en grupo, para que no te sientas mal, pero…

-Seth… -No debía pensarlo. Había tomado una decisión, por mucho que doliera-. No quiero estar aquí, no quiero que pases a buscarme ni que te cueles en mi casa… no quiero nada.

Me soltó y quise chillar que me abrazara de nuevo, que impidiera que me fuera… pero debía ser fuerte, así que me fui de allí antes de venirme abajo. Corrí a través del parque, corrí como una loca hasta mi casa. Todo volvía a recordarme a él. El teléfono sonó, mi madre estaba con mi padre y parecía más animada, lo que me consoló. Me dijo que si necesitaba algo tía Cyntia estaría en media hora, así que le dije que la iba a llamar. Le conté todo lo que me pasaba, podía confiar en ella, siempre había sido buena en asuntos del corazón, ella había sufrido mucho pero también había aprendido. Vino a buscarme y me fui con ella a su casa, avisando a mamá cuando íbamos hacia Seattle.

Dejé mi bolsa en el cuarto de aquel apartamento. No era una casa enorme, pero el apartamento de mi tía siempre me había resultado acogedor. Tenía una habitación para ella, con una cama doble y además un cuarto con dos camas para cuando íbamos de visita. Recuerdo que cuando iba de niña ella dormía conmigo en esa habitación y mis padres en su cuarto. Ella se sentó en la cama de al lado, viéndome sacar el pijama.

-¿Sabes? Querría pegarle… -la miré raro-. ¿En serio te hizo saltar de un acantilado?

-Tía… -Suspiré-. Lo peor es que me gustó… fue genial, nunca me había sentido tan… viva… ni tan… no sé… fue genial.

-Inoportuno y estúpido. Esas palabras lo definen mejor… ¿En serio montaba esas fiestas? No sé… -la miré raro-. Las chicas deben rifárselo… seguro que es un golfo. Espero que tú y él no…

-¡No! –La miré pasmada-. No a todo… él no es un golfo… no al menos cuando yo estoy delante. Aunque al parecer antes sí lo era… no sé… no me apetece hablar de él, en serio…

-Vale, vale… -Me abrazó y se sentó conmigo-. ¿Quieres que mañana te presente a mi novio? –La miré sonriente y asentí-. Como estás acostumbrada a fiestas… creo que puedo llevarte a conocerle, aunque estará trabajando…

-¿En qué trabaja?

-Bueno… es camarero en uno de los clubs a los que voy por la noche… es muy simpático y la verdad es que tiene una sonrisa… -Rió-. Bueno… mañana le conocerás… que hoy creo que debemos descansar… ¿Has cenado? –Negué-. Vale… pues ves poniéndote el pijama que yo bajo a por un poco de comida china… ¿Te sigue gustando? –Asentí-. Pues ya verás… es genial…

Bajó danzando y sonreí, era genial estar con ella. Era como mi madre, pero mejor… era bastante más joven que ella, se llevaban diez años… ella tenía quince cuando yo nací… así que era la tía más enrollada que había en el planeta. Cuando subió estuvimos cenando en su pequeño sofá, comiendo con los palillos del envoltorio, algo por lo que mi madre siempre le reñía y a mí me hacía reír.

Estuvimos viendo alguna película romántica que me puso mal cuerpo, cuando me fui a dormir ella me miró apenada, pero le dije que estaba bien y apagué la luz de la mesilla, pudiendo notar su mirada a pesar de todo. No podía dormir, de hecho me desperté en mitad de la noche y le dije que había sido la cena, que tenía mucha sed, aunque en realidad es que había estado llorando. Pensaba que aquí nada me lo recordaría, pero el frío me lo recordaba. Nunca había pasado frío estando él cerca. Me tumbé en la cama pero cuando sonó el despertador de mi tía, apenas había dormido de nuevo.

La acompañé hasta una cafetería, donde había varias chicas. Se besaron y mi tía me presentó. Había varias enfermeras del antiguo hospital donde trabajaba y otras compañeras de universidad. Después vino aquella chica que había conocido hace años, Silvia, que se abrazó a mi tía y me dio otro a mí. Se sentó a mi lado y empezó a preguntarme por todo, al parecer mi tía la tenía al corriente de mi situación. Mi tía miraba el reloj ansiosa, hasta que hizo una mueca y me miró seria.

-Tengo que ir a trabajar… -Hizo una mueca-. ¿Quieres venir a la consulta, o prefieres ir a casa?

-Me da igual… aunque casi prefiero ir a la consulta…

-¿Vas a llevarla a trabajar? –Silvia la miró mal-. Qué poco considerada eres, guapa. ¿A ti te hubiera gustado estar un día metida en una consulta o encerrada en casa de tu tía pudiendo visitar Seattle? –Rió-. ¿Te apetece que demos una vuelta?

-¿Hacer turismo?

-Si quieres… o podemos ir de compras… o no sé… pero no creo que sea bueno que estés encerrada en casa, mucho menos que estés toda la tarde encerrada en una consulta…

-¿No te importa?

-No… a mi tampoco me apetece encerrarme ahora en casa, acabo de salir de una guardia en urgencias… necesito distraerme… -Sonrió-. Además… tu tía me ha dicho que os vais de fiesta hoy… podemos ir a comprar algo si te apetece.

-Bueno, yo me tengo que marchar… -Mi tía rió y despeinó a su amiga-. ¿Te vienes o te vas con la koala esta?

-Pues… -las miré a ambas… la verdad es que no me apetecía encerrarme en casa de mi tía y mucho menos en una consulta…-. Creo que me voy con tu amiga…

-Vale… seguro que te cuida bien… -Me dio un beso en la mejilla y otro a su amiga, despidiéndose del resto-. Cuidadme bien a mi sobrina…

Estuvimos allí un rato más, con las amigas de mi tía, hasta que Silvia miró su móvil y me sugirió que era hora de salir. Me dijo que me iba a llevar a un sitio curioso, aunque yo no estaba muy animada. Cuando llegué al mercado de Pike Place… me encantó. Había muchos puestos y todos llenos de objetos de artesanía. Hubo un collar que llamó mi atención. Era larguísimo, de cuero blanco y con piedras semipreciosas a lo largo. Lo miré curiosa y Silvia sonrió, diciéndole al artesano que lo quería comprar. Me asusté y le dije que no, que no podía aceptarlo, pero ella insistió y el artesano lo quitó de mis manos para ponerlo en una bolsa con una enorme sonrisa. Me sentí un poco mal, pero ella parecía contenta y empezó a decir que llevar todas esas piedras daba buena suerte…

-¡En serio!

-Ya… -rodé lo ojos y empezamos a reír-. ¿En serio?

-No sé… algunas culturas usan minerales para mejorar la salud… sobre todo la mental… aunque ellos lo llaman… salud espiritual –Empezó a reír-. No sé si es cierto… pero lo cierto es que cuando lo mirabas estabas más tranquila, más relajada… se te veía en paz. Además dicen que algunas atraen el amor verdadero…

-No necesito nada de eso…

-¿No? –Negué-. Entonces es que eres afortunada… -La miré raro-. Cuando alguien dice eso es que ya sabe quién es su amor…

-No tengo novio…

-No hace falta tenerlo. Yo no tengo novio, pero sí sé quien es el amor de mi vida… y aunque él está con otra… yo soy feliz de verle feliz.

-¿No sufres al verlo con otra?

-Claro… algo duele, porque te gustaría ser ella… pero en realidad, no sé… él me hizo descubrir partes de mí que no conocía, me hizo sentir viva… -Sonrió-. Y esa leve sonrisa que intenta salir es que tú sabes quién es el amor de tu vida… ¿me equivoco?

-Es un amor imposible…

-¿Está enamorado de otra?

-No… -Suspiré y ella me miró curiosa-. Dice que está enamorado de mí… pero no me lo creo. Es una estupidez, él está rodeado de chicas muy guapas y mayores… creo que es sólo un capricho…

-Ya… -Ella asintió con una mueca extraña y sonrió-. Eres un capricho porque crees que todas las demás son mejor que tú… que pueden darle más… ¿no? –La miré confundida-. ¿Te trata bien? –Asentí-. Entonces, le quieres, te quiere… -Puse mala cara y ella alzó las cejas con un gesto de comprensión-. Tu tía le odia, porque piensa que realmente te hace daño… pero… bueno, quizá me meto donde no me llaman, pero creo que lo que realmente te pasa es que no crees en ti misma.

-No es que no crea, sé lo que hay… y sé que estar con él hace que me vuelva loca… ¿Sabes que salté de un acantilado con él? –Ella rió-. Es que… en mi vida había ido a una fiesta… y ahora me encantan. Nunca me había escapado de casa…

-Ya… -Rió-. Tu tía me cuenta que tiene que cubrirte a veces… -Reíamos un poco y ella se puso seria-. ¿No será que tienes miedo de estar descubriendo algo de ti que no conocías?

-No sé… pero aún así… él estaría mejor con Kira…

-Ya… imagino que Kira es la chica que crees perfecta para él… ¿no? –Asentí con una mueca y ella suspiró-. Yo creo que deberías dejar salir a esa personita que estás descubriendo. Igual él lo ha visto en ti… y está enamorado de esas cosas que te hacen diferente a esa chica perfecta.

-No… no está enamorado de mí… no lo conoces. Si lo vieras lo entenderías…

-No sé… -Sonrió y se encogió de hombros-. ¿Quieres que vayamos a buscar a tu tía y cenemos por ahí?

Asentí y fuimos a recoger a mi tía. La consulta era amplia y acogedora y mi tía estaba tras el mostrador de recepción. Nos indicó que esperásemos hasta que el doctor salió para darle unos informes y nos miró. Él dio un gran abrazo a Silvia y después mi tía me lo presentó… se llamaba Seth. Una congoja extraña me entró, quise ponerme a llorar allí mismo, intenté hasta que salí por la puerta y me pareció verle con su coche. Mi corazón se aceleró y me quedé paralizada. Mi tía y su amiga me miraron preocupadas y me llevaron a casa de mi tía. Me prepararon una tila y Silvia empezó a preguntarme cosas, así que empecé a llorar y a contarles todo lo que echaba de menos de él, cómo me consolaba… todo lo que podía contarles a ellas. Después mi tía y su amiga cogieron mis manos, presionando mis muñecas de un modo extraño, que me hacía sentir relajada y calmada. Me acompañaron a la habitación y Silvia se quedó conmigo, haciendo un leve masaje en mi cabeza que me dejó relajada y calmada, estaba a punto de dormirme. Ella sonreía y asentía, como si supiera que estaba alucinando con eso. Salió del cuarto y oí cómo cuchicheaba con mi tía, para después pasar a despedirse. Estuve un rato calmada, hasta que decidí que mi tía no tenía que verme así, que era un fin de semana para pasarlo bien, un fin de semana en Seattle…. Además, esta noche conocería a su novio… no debía estropearle la noche. Salí a la salita y ella hablaba por teléfono.

-Ya… -Bufó-. No sé porqué hago esto… -Suspiró-. Trinity Night Club. Esta noche. Ponte guapo… estaremos en la sala grande –Me miró y colgó, intentando sonreír-. ¿Mejor?

-Sí… no sé…

-Es buena… -Sonrió-. Yo nunca había creído en esas historias de medicina oriental que contaba… pero va bien cuando estás estresada… esos masajes relajan a cualquiera…

-La verdad es que me siento mejor… -Me senté a su lado-. ¿Con quien hablabas?

-Con un amigo… ¿Lista para salir?

-¿Puedo cambiarme? –Asintió-. Estoy lista en diez minutos…

-Te ganaré…

Saltó riendo y se metió en su habitación, por lo que corrí a la mía y vi la bolsita del collar que Silvia había dejado en la cama de mi tía, el cual me puse. Salimos al cuarto de hora y cuando llegamos al club estaba casi vacío. Había dos chicos muy guapos en la barra, uno de ellos se sentó en ella y salió, dándole un tierno beso a mi tía para después saludarme amablemente. Michael, el novio de mi tía, nos indicó que le siguiéramos y nos llevó a una sala bastante lujosa donde había cosas para cenar. Cuando salimos de allí había bastante más gente, atravesamos toda la aglomeración para llegar a la parte final de la barra, donde había algunas chicas que había conocido en la cafetería y algún amigo de mi tía. Fueron muy amables y el novio de mi tía nos invitó a chupitos, algo que no agradó a mi tía hasta que le dijo que el mío iba sin alcohol.

Uno de los amigos de mi tía se acercó a mí, teniendo la delicadeza de recordarme que se llamaba Simon. Posó su mano en la parte baja de mi espalda, empujándome hacia la barra donde mi futuro tío político nos puso otro par de chupitos, sin alcohol para mí, por supuesto. El hombre se acercó a mí demasiado y me susurró al oído.

-Clark no sabe que eres menor, llámale y pide lo que quieras…

-¡Clark! –El chico se acercó sonriente-. Dos tequilas… -Sonreí-. Por favor.

-Claro… -El chico los sirvió y Simon le pagó-. Gracias, Simon…

El camarero puso cara rara, noté que mi vaso desaparecía y él se lo bebía. ¿Qué hacía aquí? Simon le miró mal, pero él daba miedo, por lo que me miró con una mueca y se marchó.

-¿Qué haces aquí?

-Bueno… -Se encogió de hombros-. Me apetecía irme de fiesta… ya sabes… Y tú… ¿Qué haces aquí…? Deberías estar durmiendo…

-¿Me vas a decir también que es una casualidad que estés aquí? –Hizo una mueca, sabía que pretendía cambiar de tema-. Ya… si me quieres tanto… haz lo que te pido –Me marché, no podía mirarle y repetirlo-. Aléjate de mí…

-Lo haría… -me sujetó por la cintura y susurró en mi oído-. Si supiera que eso no te iba a hacer sufrir lo haría, si tú fueras feliz sin mí, juro que lo haré… pero hasta entonces no voy a dejar que hagas tontadas como la que estabas haciendo…

-¿Qué? – ¿Cómo podía decirme eso? Me seguía... me acosaba… ¿Y era yo la que hacía tontadas? ¡Increíble!-.

-Mira… -Suspiró y me miró de un modo que mi corazón se estremeció. Parecía… tan triste, nunca le había visto así-. Sólo… ándate con cuidado, no quiero tener que pegarme porque algún capullo se pasa de la raya… estaremos en la otra punta de la sala… -Me acarició y susurró de nuevo-. No vas a hacer que deje de quererte, digas lo que digas.

Me quedé allí plantada, viéndole marchar. Jake y Nessie le miraban preocupados y apenados… ¿Realmente sufría por mí? No podía creerlo… Mi tía se acercó y la miré mal.

-Venga… tienes que pasarlo bien…

-¿Hablabas con él antes? –Se quedó estática-. Genial… ¿Por qué lo has hecho? –Hizo una mueca y negó-. No ha estado bien… Ha sido… Inoportuno y estúpido.

-Vale, de acuerdo… pero el chico parece sentirlo de verdad… ¿no crees?

-Pero no es asunto tuyo, además seguro que si cualquier chica guapa le dijera algo se olvidaría de mí… no deberías haberle llamado… sólo voy a sufrir más cuando vea eso…

-Lo siento… -hizo una mueca y me cogió de los hombros-. ¿Perdonarás a tu tía si baila como una estúpida para que te rías?

-Bueno… -Sonreí-. Pero muy mal tienes que hacerlo…

-Todo lo mal que pueda…

La verdad es que se esforzó para hacerlo mal… y consiguió hacerme reír alguna vez. Pero no podía pasarlo bien, no sabiendo que él estaba allí y estábamos separados por cientos de personas. Una parte de mí quería cruzar la sala y abrazarle. Mi tía sacó su móvil y empezó a mandar mensajes y a cruzar miradas con un grupo de chicas del fondo, la miré raro y ella se encogió de hombros. Me cogió de los hombros de nuevo cuando le buscaba, cuando le encontré su mirada buscaba la mía… Mi tía tiró de mí y me llevó hacia él. Le supliqué pero dijo que quería saludar a Nessie y luego ir al baño. Así que cuando llegamos cogió a Nessie y la arrastró con nosotras al baño.

Nessie me miró apenada y me abrazó, mi tía Cyntia apartó un poco mi pelo y me miró apenada, mirando después a Nessie que me miraba de igual modo.

-No pasa nada… estoy bien… -Alzaron una ceja a la vez y reí-. Vale… es raro. Me gustaría bailar con él y pasarlo genial como siempre… pero ahora va a ser raro, mucho más después de lo que le he dicho…

-¡Qué va! Si estáis muy unidos… si quieres bailar con él, hazlo… sabes que él es así de simple, si quieres algo pídelo…

-Ya… no sé. Pero quizá me sienta… rara, no sé… -Miré a Nessie-. ¿No os enfadáis porque esté en la otra punta, no?

-Un poco… -hizo una mueca y sonrió-. Preferiría que estuvieras con nosotros… pero sabes que con ellos nunca te aburres… y nunca se te acercan pesados.

-Pero… -Me sentía tan mal-. No debo estar con él… no me siento bien, todo irá a peor y… -Unas chicas entraron al baño y una de ellas le dijo algo a mi tía, la cual tiró de mí y me sacó del club mientras Nessie se iba con ellos-. ¿Qué haces?

-¿Sabes quien era esa chica? –Negué-. Ellen… es como… no sé… tío que quiere, tío que consigue. Le he pedido que acosara un poco al de la camisa azul que iba a saludar… y me ha dicho que no ha habido manera, que incluso ha rechazado su tarjeta. Ese chico te quiere… no hay ni un tío que se le resista, ya tenga novia, esté casado… -La miré mal-. Lo sé, soy un poco metomentodo… pero es porque si hubiera ido con ella, hubiera tenido una excusa para chafarle la cabeza, por mentirme. Le he llamado yo, Silvia me ha dicho que eres tú la que está asustada… y tenía razón. Me dijo algo parecido cuando Michael me rondaba… y tenía razón. Yo estaba asustada, porque bueno, es camarero y está rodeado de chicas… eso hace que me sienta insegura, pero no puedo perder algo tan maravilloso por eso. No te digo que salgas con él… pero… al menos entra y pásalo bien.

Dicho esto indicó que fuera en primer lugar, aunque conforme entrábamos me iba retrasando y ella cogió mi mano para acercarnos a ellos. Sacó a Nessie a bailar, arrastrándome con ellas mientras yo pensaba en mi tía y en Ellen… la chica despampanante del baño. ¿La había rechazado? ¿Por mí? Eso era imposible… Mi tía Cyntia se puso a bailar con Seth, dejándome bailar con Nessie y con Jake que parecían algo más relajados que al principio. Les miré y se hablaban lo justo, pero se alejó y se acercó a mí, diciéndome que debía quedarme con mis amigos, que ella estaría en la barra. Remoloneé y me dijo que lo hiciera por Nessie. Asentí y se marchó, por lo que Nessie se puso a bailar conmigo. Poco después con Seth, por lo que Jake me sacó a bailar mientras veía a Seth asintiendo. Nessie se soltó y se acercó a mí, cogiendo el colgante y bailando hacia mí, haciéndome reír. Cuando Seth se acercó a Jake y pasó el dedo por su pecho… empecé a reírme sin poder evitarlo. Jake le miró con muy mala cara, haciendo que él se quedara un poco descolocado. Nessie rió y saltó hacia Jake, dándole un enorme abrazo, algo que me hacía querer saltar y abrazar a Seth, que ahora me miraba y se acercaba. Sonrió y tocó mi colgante.

-Yo creo que si me lo dejas, Jake se pondrá tontorrón… -Reí negando-. En serio… o al menos se pondrá celoso cuando Nessie juegue con él…

-Vamos a probarlo… -Me lo quité y se lo puse pensando en qué pasaría si Nessie bailara con él del mismo modo que había bailado conmigo… le pegaba seguro-. Eso sí, antes de que Jake te pateé, devuélvemelo… no me gustaría que se rompiera…

-Vale, vale… -Rió y se puso a bailar con Nessie, que le siguió el juego mientras yo reía… y Jake también-. Esa es mi sobri…

Estábamos riendo cuando él se acercó y señaló a mi tía, que parecía marcharse. Corrí hacia ella y la sujeté. Ella miró a Seth, que se despidió a lo lejos. Quería correr y abrazarle, parecía tan triste… Nessie le dio un beso y Jake revolvió su pelo, pero aún seguía triste cuando volvía su cara. Mi tía alzó una ceja.

-Tienes llaves… -Asentí con una mueca-. Si llegas tarde… hazme el desayuno… -Me besó y me miró guiñándome un ojo-. Pásalo bien…

Asentí y sonreí, volviéndome hacia ellos. Seth se volvió sujetando el collar, me miró sorprendido y miró a lo lejos con una mueca de divertida confusión.

-Tengo llaves, me apetece quedarme un poco más… -Sonreí y él pareció agradado-. No me gustaría perderme como Jake te patea…

Cogí su collar y reí, bailando un poco con él. Le costó un poco reaccionar pero bailó conmigo como si nada hubiera pasado. La noche fue genial, Michael tuvo que pedirnos que nos fuéramos lo que me resultó divertido, así que nos marchamos y Seth me llevó a casa. Les di un beso a cada uno, igual de fuerte a los tres… quería darle uno enorme a él, por eso lo hice así, para que no se notara tanto.

Mi tía me miró divertida mientras preparaba el desayuno, estuvimos hablando y me miró divertida cuando me levanté para dormir.

-¿Sabes? –Me giré y ella hizo una mueca-. No sólo te quiere, si no que te da libertad…

-¿Libertad? ¿Dónde se queda el acoso?

-No creo que viniera por acosarte… -Hizo una mueca-. Creo que vino para recuperar a su amiga… eso no es acoso… creo. Mucho menos habiéndole dicho yo dónde estabas… -Hizo otra mueca-. El caso es que él te ha dado opción a marcharte… -La miré raro-. Cuando bailábamos, le he dicho que me iría sin decirte nada, iba a esperar fuera un rato y volver por ti… pero no ha hecho falta. Él te ha avisado cuando me he ido.

-Eso… eso es…

-¿Inoportuno y estúpido? -Asentí y reímos-. Es un buen amigo… no deberías perderle…

-Pero ése es el problema… Que él quiere más que eso… pero yo no sé si quiero… -Alzó una ceja-. Si que quiero en parte… pero no quiero que me pase como con Omar…

-Oye eso…

-Tía… -la interrumpí-. Déjalo. Debo alejarme de él, es mi decisión. Iré a dormir hasta que venga mamá a buscarme…

Mamá vino a buscarme y mi tía nos llevó hasta Monroe. Dejé las cosas en mi cuarto y estuve hablando con mamá. Habían discutido por mí, porque papá no pensaba que sería algo como para que lo consultara con Cameron, pero cuando lo hablaron más detenidamente mi madre le convenció de que quizá sería bueno. Eso llevó a una leva discusión, yo no estaba loca, así que no iría a más reuniones con él, algo que mi madre parecía querer. Llamaron a la puerta cuando mi madre estaba en la cocina, así que abrí yo. Allí estaba él, como si supiera que le necesitaba… me mostró el collar y me dio por reír… lo había olvidado y era algo que quería conservar.

-He venido a devolvértelo… al final me lo llevé puesto…

-Sí… Y al final me quedé sin ver cómo Jake te pateaba… -Reímos-. Bueno… gracias… -Me guiñó un ojo y retiré la mirada, no por favor…-. Me lo pasé bien…

-Sí… yo también… -¿Debía reconsiderar mi decisión? ¿Debía decirle que era una estúpida?-. Bueno, debo irme…

-¿Volvéis ya a Forks? –Asintió-. Oye yo… -No, Darlene, se iba ya… eso te ha dado la respuesta, siempre acabará marchando… Debe estar lejos-. Lo siento, en serio… sería mucho más fácil si tú no… Eso de la imprimación… no me parece justo.

-¿Recuerdas qué dijiste cuando te lo conté?

-Sí… pero es distinto…

-No veo la diferencia… -Claro que sí… no es justo para él acabar conmigo, podía tener a cientos de chicas mejores-. Bueno… debo irme… ¿Nos vemos el fin de semana que viene?

-No Seth… lo de ayer no cambia nada. Preferiría que no… no sé… creo que es lo mejor…

-¿En serio? –Asentí levemente-. ¿Puedes hacerme un favor? –Le miré, estaba tan apenado…-. ¿Puedes abrazarme, por favor? –No podía negárselo… iba a ser nuestro último abrazo…-. Esperaré de todos modos…

-Seth… -No por favor… no me líes más-.

-Ya sabes dónde encontrarme si cambias de opinión…

Seguro… sólo podía esperar que él acabase olvidando a su amiga llorona, aquella chica que siempre se consolaba en sus brazos… Me despedí con la mano y cerré la puerta, apoyando mi frente en ella y mirando el collar. Debía ir a la caja. Mi madre me miró preocupada y negué, bajando al garaje. Ella me siguió y me miró con pánico.

-¿Por qué lo guardas ahí? –Se acercó a la caja-. ¿Guardas tu libro favorito?

-Son sus regalos… Cameron me dijo que lo hiciera, que era lo mejor para olvidarle… -Me miró asustada-. Es lo que quiero mamá… no quiero engañarme más…

-Darlene… -Cogió mis manos-. No debes olvidarle. Yo hablé con Cameron porque creía que tenías problemas con él, problemas de pareja… pero viene a despedirse… tu tía me ha contado… es un buen chico. Te hace sonreír… aunque estés triste cuando no está… te está cambiando, te veo mucho más feliz y radiante cuando hablas de él o viene… ¿Qué ha pasado?

-Mamá… -empecé a llorar y la abracé, por lo que me consoló-. No lo sé, estoy hecha un lío. No quiero que se vaya, pero por eso no quiero estar con él. Sé que se irá, sé que acabará cansándose de su capricho, que me dejará y dolerá mucho más que con Omar. Siento cosas por él, siento cosas demasiado intensas que me cuesta manejar… no sé qué hacer… sólo quiero que esta angustia pase, pero tampoco quiero perderle…

-Cariño… cálmate… -Me limpió las lágrimas-. No todo es dolor y amargura. Es algo que he aprendido… si evitas algo por miedo al dolor… te pierdes lo mejor… Ven, quiero enseñarte algo… -Subí con ella y se paró en el cuarto de Abi. Me asusté cuando abrió la puerta, pero ella sonrió-. Los abrimos por primera vez hace un par de semanas, cuando estabas en el cine… -Miré la habitación, había colgada una foto con un marco de un oso. El que yo le había comprado como regalo de navidad a Abi-. Si no los hubiera abierto nunca… tenía miedo al dolor, pero eso no me dejaba disfrutar de una maravillosa foto, la foto de mis dos hijas. Y eso… -Se mordió los labios intentando no llorar-. Duele, pero me hace feliz a la vez… me muestra lo mucho que has cambiado y que ella hubiera tenido una hermana estupenda.

-Mamá…

-Cariño… el miedo a veces nos impide ser felices. No todas las relaciones van a ser igual, no todos los tipos son como ese estúpido de Omar… no debes tener miedo. Y aunque creas que el chico no es el adecuado, que se va a ir con otra… eso no quita para que aproveches lo máximo posible su amistad. ¿Te imaginas qué hubiera pasado si te hubieras planteado hace años que Kevin se echaría novia?

-No sé qué hubiera hecho sin él…

-Lo ves… todos esos momentos buenos, o momentos malos que él te ha ayudado… todo eso no hubiera existido por miedo a que se hubiera acabado. Dale una oportunidad a ese amigo… creo que te hace bien el tenerlo cerca… es un gran sustituto de Kevin…

-No es un sustituto… es otro amigo más… Kevin no es reemplazable… y él es diferente…

-Vale… -Hizo un gesto de rendición riendo-. Retiro lo dicho, es un buen amigo, como Kevin… -Asentí riendo-. ¿Vamos a cenar?

-Sí…

Por la noche apenas pude dormir. El lunes fue peor, mucho más cuando Nessie me mostró que estaba emocionado porque yo lo había pasado bien el sábado. No le dije nada y sonreí, no quería que supiera que yo era una estúpida y que había vuelto a decirle que se alejara… pero no había solución… ya no. No sabía cómo decirle que volviera, no me atrevía a llamarle… ni sabía qué decirle en un mensaje, se me quedaba corto. Llegué a casa y Wanda me llamó, dándome la clave. Me dijo que Kevin le había contado a Cassy… y Cassy le había contado a Wanda… así que se había enterado de que estaba algo deprimida por cosas de amor, así que me mandó un listado de canciones de desamor, para que llorase y me desahogase como ella había hecho antes de salir con Ryan. Una de ellas me llegó al alma, me sentía así, había frases que identificaban mis sentimientos, los sentimientos hacia mi relación con él y cómo me hacía sentir él, cómo era…

Busqué su dirección y empecé a escribir escuchando esa hermosa canción.


Lo siento… Estoy tan confusa… no sé qué quiero, no sé porqué quiero que estés lejos, no sé si realmente lo quiero, o si lo que quiero es que no te separes. Quizá he dicho cosas que no han estado bien, pero… no sé cómo tomar esto. Nunca en mi vida me había imaginado tener a alguien como tú a mi lado, un gran amigo, un hermano… algo que anhelaba, alguien como tú… pero cuando apareciste… mi vida era un desastre. Todo iba mal, pero tú estabas ahí. Contigo estoy feliz, y cuando no estás… necesito a ese amigo. Y a veces pienso en ti como algo más… pero no veo posible que pueda funcionar… y eso me duele. Tú eres más alocado, más extrovertido, más… no sé, irreal. Pero eso me encanta… es como la canción que Wanda nos ha mandado hoy… a veces siento cosas como las que dice… quizá así puedas comprenderlo…


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Así me siento a veces. Me gustaría poder mantener un equilibrio contigo, pero a veces creo que sería imposible… Por eso te pedí que te marcharas, pero no hace ni un día que te has ido y todo se está volviendo raro. Mi madre ha vuelto feliz de Aurora… y no tenía ganas de contárselo a nadie, excepto a ti.

Espero que a pesar de todo, quieras seguir siendo mi amigo, porque no hay nadie que me haga sentir como tú…

Estuve escuchando la canción tumbada en mi cama, hasta que mi madre subió a decirme que era hora de cenar. Le dije que le había mandado un correo disculpándome y él me llamó mientras cenaba. No contesté y volvió a llamar, por lo que colgué. Mi madre me miró con una mueca y sonrió.

-Puedes cogerlo…

-Estamos cenando…

-No importa…

-Pero tampoco sé qué quiere decirme… ni qué le debo decir ahora… prefiero tener tiempo para pensarlo, es más cómodo así…

-Como quieras…

Terminamos de cenar y me fui directa a la cama. Cuando me desperté y me senté a desayunar con mi madre vi el móvil. Cuando ella se marchó miré la hora y tenía un mensaje.

No busco otra cosa que verte sonreír, poder verte despertar a mi lado como alguna vez he hecho… los momentos más felices de mi vida han sido contigo… y aunque sea bonito, tienes razón, a veces soy un desastre. Pero cambiaría cada cosa que te hiciera pensar eso, cada cosa que te hiciera creer que soy un desastre… Me gustaría poder estar a tu lado ahora para repetirte lo que ya sabes… Te quiero.

Me quería… lo había dicho alguna vez. Pero ahora parecía tan real… no sabía qué decirle. Me encantaba todo de él, no quería cambiar nada. No había entendido que el desastre era yo, no él… él era hermoso, más de lo que debería tener…

Estuve todo el día pensando en él, en cada vez que había perdido la cabeza con él, cada vez que había dejado a mi cuerpo expresar lo que no le dejaba a mi voz. Cada beso o cada abrazo inapropiado. Él a veces había hecho lo mismo… Cuando llegué a casa empecé a escuchar de nuevo la canción, escuchando su CD... buscando más canciones de esa cantante. Muchas de sus letras me hicieron pensar, como Trouble with love is…




Pero había algo en otra canción que reflejaba lo que quería decirle y reflejaba aquellas palabras que habían venido a mi mente, pronunciadas por la amiga de mi tía. “¿No será que tienes miedo de estar descubriendo algo de ti que no conocías? Igual él lo ha visto en ti…”


He estado todo el día dándole vueltas. Cuando he leído el mensaje esta mañana… no sabía qué decirte… así que me he pasado la tarde escuchando canciones estúpidas, las canciones de tu CD… y no sé qué decir aún. Has sido mi mejor amigo, parece que desde que entraste a mi vida todo ha ido un poco mejor, poco a poco mi vida se ha ido solucionando… y ahora no sé qué pensar… sólo puedo darte las gracias y dedicarte esta canción.




Gracias por encontrarme, gracias por soportar todo lo que has soportado… Y después de todo sigues queriendo estar a mi lado… y diciendo que me quieres, cuando debería ser yo la que tendría que suplicarte que estuvieras conmigo y no al revés… Gracias por enseñarme partes de mí que no conocía, como esa que se atrevió a saltar de un acantilado o la que se picó las clases por primera vez con un chico por una cita falsa… Buenas noches.


Al rato me llamó, pero no tuve el valor de contestar. Me quedé escuchando aquellas canciones, mientras pensaba en qué era lo que estábamos haciendo, qué hacía yo… Estaba a punto de dormirme, me levanté a apagar el ordenador pero tenía un nuevo correo suyo.


No tienes que darle vueltas a nada, no quiero que lo hagas. Todo ha mejorado por ti, no por mí… tú has cambiado tu vida, tú has hecho que todo vaya bien… el momento en que yo apareciese no tiene nada que ver. Yo también debo darte las gracias, me has hecho sentir lo que creí que jamás sentiría, me has enseñado a querer a alguien de modos muy diferentes… Sigo queriendo estar a tu lado porque haces que mi corazón se sienta vivo, sólo se para cuando tú no estás o quieres que me vaya de tu lado. No te suplico que seas mi chica, ya lo eres… no hay otra manera. Me da igual cómo quieras ser, si mi chica como amiga, o mi chica como algo más que todo eso. Eres mi mitad, así que tú has completado mi vida, he aprendido cosas de mí que jamás hubiera conocido sin ti… Aquella cita falsa fue la mejor cita que he tenido nunca, la primera, así que para mí no fue tan falsa.

Creo que el problema está en que quizá debí haberte dicho esto mucho antes… tendría que haberte llevado a hacer locuras antes, en vez de traerte a conocer a todos, antes de que supieras muchas cosas, como los matrimonios precipitados de las chicas o no sé… Sólo me viene una canción a la cabeza cuando pienso en qué quiero hacer contigo…




Me gustaría que pudieras olvidar todas las historias que te impidan ver un futuro conmigo, todas las cosas que haya dicho o hecho que no fueron correctas, todos los comentarios de los chicos, sus bromas… que olvides todo lo que la gente pueda decir, porque no me importa nada, sólo quiero preocuparme por lo que tú sientas, no por lo que los demás te hagan sentir. No me des las gracias, sólo soy un egoísta que quiere verte feliz, porque así yo soy feliz. Un egoísta que lo único que quiere es tenerte a su lado a cada minuto… porque lo único que tengo claro es que te quiero… y sé que no tiene nada que ver con magia. Te he conocido, me he reído contigo, he sufrido contigo… eres tú la que hace que mi corazón se acelere cuando te veo, no la magia. Ojala pudiera empezar de cero y decirte en el primer momento que corrí por ti que me había enamorado, quizá me tomarías por un loco, pero quizá hubiera evitado todo esto… Lo siento.


Recordé aquella tarde que había aparecido en mi refugio. La segunda vez que lo vi. Leí de nuevo el mensaje viendo que había contestado a todas las cosas que alguna vez le había dicho. Intenté imaginar qué hubiera pasado si me lo hubiera dicho antes… no sabía qué decir… Quería escucharle, pero colgué al primer tono sin saber qué le iba a decir. Corrí al ordenador y fue lo único que pude escribir. “No sé qué decir”.


No quiero que digas nada que no quieras decir, sólo lo que sientes. Yo te he dicho lo que pienso, quizá tienes miedo por algo que he hecho o dicho… pero sólo vienen canciones que querría dedicarte a cada momento, como esta




o como esta





o como cualquier otra que hable de lo que siento realmente. Ahora mismo estaba pensando en momentos que hemos pasado, algunos de los que he desperdiciado. Quizá debí decirte aquella noche en la cocina que el delito que quería cometer era besar a una chica demasiado joven, pero que me vuelve demasiado loco. Quizá debí haberte besado en aquel instante… pero ahora me doy cuenta de que quizá no es lo que quieres… Así que siento si en algún momento te he hecho sentir confusa o si en algún momento te he incomodado. No le des más vueltas… sólo quiero ser lo que necesites ahora. Seré tu amigo para siempre si es lo que necesitas… ahora sé que necesitas descansar… así que buenas noches, preciosa.



Había sido cierto. Aquel estúpido pensamiento que desterré de mi mente había sido acertado. Esa noche estaba tonteando conmigo. Lo único en lo que se equivocaba era al pensar que yo no quería… lo ansiaba, pero estaba tan… confusa. Confusa y cansada. Aún estando lejos él sabía que necesitaba descansar y me mandaba a la cama… Me dormí pensando en aquella noche, aquellas canciones que me había puesto… las busqué y las escuché de nuevo, Say When… No me preocupaba ahora que él me viera y me quisiera en el momento, él también estaba aterrorizado por lo que venía, aunque mucho menos confuso que yo. Él sólo quería que le dijera cuando… y una parte de mí se moría por decirle ya mismo.

Invalidé a esa parte y empecé a pensarlo seriamente. Estaba dejando de nuevo volar a mi imaginación... Me dormí dejándola volar, lo que hizo que me despertara bastante triste al no verle allí, conmigo. El día pasó tedioso e intenté contestarle, pero no sabía qué decirle. No podía decirle ahora que le amaba, después de haberlo alejado así y haberme comportado como una idiota. Era lo que una parte de mí gritaba, pero otra me gritaba que era una estúpida, que me estaba dejando confundir. Hablé con mi madre durante la cena y empezó a decirme que el chico merecía una oportunidad, sin que yo dijera nada. Me preguntó que si ya le había perdonado, que si ya le había dicho que lo sentía y que si ya sabía qué sentía por él. Le dije a todo que sí, pero cuando me dijo que si yo tenía claro qué sentía le dije que no, al igual que le dije que él conocía esta confusa circunstancia, dejando a mi madre descolocada y callada. Entonces me di cuenta de que estaba a punto de llorar, así que terminé de cenar y me refugié en mi cama, llorando por mi propia estupidez, por no saber si escuchar a mi cabeza o a mi corazón. Mi madre entró y me calmó, me puse el pijama y cerré la ventana, lo que menos necesitaba era sentir frío esa noche. Más calmada comencé a llorar, pero ya no sentía esa angustia… simplemente las lágrimas salían sin que pudiera evitarlo. Esa noche volví a soñar con él, con sus besos… con un “buenas noches” susurrado.

Abrí los ojos con dificultad, escocían y la luz no ayudaba en la tarea de abrirlos. Cerré la ventana bien, dejando la habitación medio a oscuras. Encendí la luz de la mesilla, que alumbraba un poco menos, y empecé a buscar qué ropa me pondría ese día. Mi madre llamó a la puerta y dijo que venía a despertarme, me besó y se marchó. Cuando cerró la puerta me quedé noqueada. Me acerqué y cogí la nota pegada en la puerta.




Mi corazón empezó a latir con fuerza, parecía querer ser vencedor. Corrí a mi ordenador y encontré un archivo en el centro de la pantalla. “Buenos días, preciosa”…


Odio que te hayas quedado dormida llorando y que no me hayas llamado para contarme qué sucedía… mucho más sabiendo que posiblemente sea por mi culpa. Como no quiero que te pases todo el jueves pensando en cosas tristes… mira esta página antes de irte.




Prometo venir el sábado… así que más vale que sonrías cuando llegue. Te quiero, preciosa. Que pases un día genial…



Escuché la canción y sólo el ritmo del principio me hizo reír. Escuché la letra con atención y mi corazón saltaba de alegría, mucho más cuando releía la penúltima frase del correo. Puse de nuevo la canción, bailando mientras me vestía. Bajé a desayunar y mi madre me miró raro, pero subí y grabé la canción en mi mp3 y escribí mi respuesta con un asunto relacionado con la nota.


“Sellaré las ventanas de mi casa, lo juro”.


¿Realmente piensas eso? ¿Realmente soy tu todo? Me cuesta mucho creerlo, sé que cuando estamos juntos parece que te lo pasas bien… pero acabarás cansándote de mí, acabarás con una chica del estilo de Kira… más guapa y más divertida…

No lloraba por ti… si no por mí. Porque si fuera lista te estaría diciendo lo que realmente quiero decir desde hace tiempo, pero no me atrevo porque es una locura que alguien como tú quiera estar con alguien como yo. ¿Por qué no me has despertado?


Mi madre gritó que iba a llegar tarde, así que salí corriendo escuchando la canción. Entré tarde a clase, con la música a tope y lo apagué corriendo. Me senté algo avergonzada y el día pasó largo, pero feliz. Preguntaron por mi actitud en la comida y les dije que había estado hablando con Seth, por lo que no preguntaron más, entendieron a la primera que las cosas iban bien.

Cuando llegué a casa miré con ganas su respuesta, pero no había ninguna. Volví a escuchar la canción, bailando como una loca por más de una hora. Oí a mi madre llegar y bajé a saludarla, me dijo que había hablado con papá y que habían hecho planes para el fin de semana… aunque no presté demasiada atención. Cuando subí ya tenía mi respuesta. Mi corazón saltaba y mis manos temblaban.


Si te hubiera despertado me hubiera sentido peor, porque posiblemente te hubieras sentido algo acosada… Y ahora me voy a poner serio… muy serio.

Tú lo eres todo para mí. Si no te lo crees, habla con mi madre… dice que nunca me había visto tan radiante ni tan triste… radiante cuando estoy contigo y triste cuando me faltas.

No sé si has escuchado bien la canción, deberías volver a ponerla… Nunca querré irme con otra, porque tú eres mi todo… y no tengo que mentir cuando te lo digo, porque es la pura verdad. Siento no haberte contestado antes, pero he estado todo el día en el taller… y tenía el móvil al lado esperando que me contestaras… pero no había pensado en el correo. Espero que esta noche te duermas sonriendo, o soy capaz de volver (si no me duermo mientras corro) y hacerte cosquillas hasta que te duermas riendo. Buenas noches, preciosa.



Suspiré, seguro que se había pasado más de media noche en vela por venir a verme. ¡Y no me había despertado! Suspiré… posiblemente tenía razón, me hubiera sentido confusa… o posiblemente le hubiera dicho que estaba loca por él… si mi corazón se aceleraba así sólo con la idea de que hubiera estado en casa… Golpeé mi frente, dándole tiempo a mi cerebro a rebatir ese estúpido pensamiento, pero por una vez no hubo respuesta, lo que me animó a escribir el correo sin ningún miedo. Ahora sólo podía pensar en que quería que me hubiera despertado, quería verle… pero no podía pedirle otro viaje así…


Claro… si me despiertas es algo horrible, pero que te cueles, escribas en mi ordenador y me dejes notas que mi madre puede leer… no es acoso, ¿no?

Esperaré a que sea de día para llamar a tu madre… seguro que ella me dice toda la verdad…

Teniendo en cuenta que quizá debería creerte… quiero creerte y te creo… debería decirte muchas cosas, pero prefiero dejarlas en esta canción de la misma cantante que te he enviado en otros correos.




Espero que entiendas que quiero que me avises antes de que llegues el sábado… tengo una agenda un poco apretada ese día… así que tendré que hacer un gran esfuerzo para verte el sábado… algo que espero que tengas en cuenta. Que descanses…


Quería verle, pero no quería decirle que quería que viniera ya… no quería sonar desesperada, no podía dejarle pensar que estaba loca por él hasta ese punto… aunque lo estuviera. Esa canción dejaba entrever demasiado mis sentimientos… la necesidad de que me volviera loca, del miedo que había sentido y quería que desapareciera en sus brazos… que estaba lista para aceptar que pudiera ser verdad. Escuché la canción y la canté gritando. Mi móvil sonó la cuarta vez que la escuchaba, quité la música y descolgué, sin saber muy bien qué decir.

-¿Hola?

-Hola… -Parecía tonta… ¿Qué voz es esa? ¿Por qué hablas así?-.

-Así que una agenda apretada…

-Sí…

-¿En serio? –No hables, anda…-. Podemos retrasarlo para el domingo si te va muy mal… puedo esperar un día más… aunque luego no te quejes si me cuelo en tu casa de noche…

-Siempre tienes una excusa para colarte en mi casa… no sé cómo lo haces… -Esa voz está mejor… pero olvida las risas tontas…-. Pero bueno, no hay problema, he llamado para que vengan mañana a sellarlas…

-¿Mañana? –Asentí sin voz-. Bueno, tendré que acostumbrarme a llamar a la puerta e inventar una buena excusa para que tu madre me deje subir a darte las buenas noches a partir de ahora…

-¿Te atreverías?

-¿Por verte sonrojar y darte las buenas noches? Sí… no sabes lo mucho que me gusta verte sonrojar… mucho más cuando es por una rabieta… -¡Ah! ¡Le odiaba! Pero a la vez… ¡lo quería tanto!-. Apuesto a que ahora estás sonrojándote…

-No…

-Ya… -Rió… me había pillado-. Puedo notarlo incluso por tu tono de voz… -No pude evitarlo y reí-. Entonces… ¿qué planes tienes para el sábado? Por saber a qué hora tengo que pasar a recogerte…

-Pues no sé... estaré muy atareada viendo películas, leyendo y haciendo tareas… posiblemente me cuelgue del teléfono para hablar con Nessie… no sé…

-¿Vas a dejar esos maravillosos planes para quedar conmigo?

-Intentaré acortar lo máximo posible… pero no puedo prometerte nada… Además mi madre va a ir a Chicago a ver a mi padre… por lo que tengo que hacer miles de tareas en casa… así que no sé…

-Bueno, creo que si te va muy mal podré soportarlo hasta el domingo…

-No… -¿Qué haces? ¡El sábado! ¡Ya! Pero cuanto antes mejor…- el domingo tengo miles de cosas más por hacer…

-Vale, ya veo que me estás dando largas… -Hacerme la dura era divertido…-. ¿Te gusta hacerme sufrir o algo así? ¿Sabes las ganas que tengo de verte?

-Me hago una idea… pero tú llevas ventaja, te colaste en mi casa anoche… así que no te quejes… deberías haberme despertado…

-Bueno… la próxima vez lo haré…

-Eso espero…

-O sea, que esperas que me vuelva a colar en tu casa, pero mandas sellar las ventanas… -Mi madre se asomó por la puerta con una mueca divertida- eso me da mucho que pensar…

-Espera… -dije riendo-.

-¿Hablas con Seth?

-Sí mamá…

-¿Estás bien?

-Tranquila…

-¿Seguro?

-Sí…

-Estoy haciendo lasaña, ¿Bajas ya a cenar?

-Vale, ya voy… -Le hice un gesto para que me dejara y ella salió riendo-. Oye… tengo que bajar a cenar… ¿Hablamos luego?

-Sí… si no te lo cojo insiste, porque es posible que me duerma en cuanto cuelgue… -Rió-. Luego hablamos… un beso, preciosa.

-Un beso…

Colgué y empecé a saltar como una loca por mi habitación. Cuando me relajé bajé, intentando frenar esa estúpida sonrisa que se había formado en mi cara… pero mi madre me miró raro.

-¿Ya estáis bien? ¿Ya lo habéis arreglado del todo?

-Sí…

-¿Sois amigos de nuevo?

-Sí…

-¿Más que amigos?

-No… -limité mi sonrisa y ella alzó una ceja-. No, en serio. Somos amigos.

-Pero estás tan sumamente enamorada de él, que no puedes borrar esa enorme sonrisa de tu cara… ¿no? –Escondí mi rostro y ella rió-. ¿Él está igual de tonto que tú?

-No sé… habla con su madre… -Reí y ella me miró raro-. Eso creo… -Alzó una ceja-. Pero no somos novios, mamá… simplemente, disfrutamos de hablar el uno con el otro, pero no hay nada de besos de tornillo ni esas cosas de las películas… No es el momento.

-Entonces… ¿Sólo amigos?

-Sólo amigos…

Ella me miraba y se mofaba de mí mientras cenábamos, aunque yo no podía evitar sonreír como si me hubieran grapado las comisuras de los labios a las orejas. Cuando le llamé no lo cogió, así que no insistí y le mandé un mensaje, para que no pensara que no le había llamado. Bajé al garaje y cogí la caja, subiéndola a mi cuarto y abriéndola, metiendo allí también la nota, durmiendo con el enorme peluche.

Me levanté de un humor excelente, bailando al ritmo de esa canción mientras sacaba la ropa del armario y me vestía… aunque me refrené antes de salir al pasillo. Miré el calendario, 18 de Abril. Un día maravilloso.