Capítulo XVII: Sin hacer nada… ₪ Seth POV

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Me quedé mirando cómo entraba a su casa. Ahora parecía sentirse feliz conmigo e incluso me había parecido sentir que no quería alejarse de mí. Monté en el coche y llevé a Nessie a casa, después nos dirigimos a Forks.


Apenas crucé una palabra con Jake, sólo podía acariciar el pañuelo que ella me había dado mientras conducía. Él me miraba sonriente y yo sólo podía pensar en la sonrisa y el leve rubor que me mostró al darme su pañuelo y recibir el mío.



Jake se bajó del coche cuando lo paré frente a mi casa y se despidió con un leve saludo y una sonrisa. Bajé del coche apenado, oliendo ese olor que me hacía sentir en la gloria.


Me metí en casa y anduve hasta el frigorífico… pero no tenía hambre… Leah se estaría partiendo de risa al ver que yo no tenía hambre… Reí y subí a la habitación de mi chica. Me tumbé sobre la cama y olí el pañuelo. Puse la música que necesitaba oír hasta que la ansiedad me llenó. Hoy tenía ronda con Leah… ¡genial!



Bajé y comí algo a la fuerza, para después salir a hacer mi ronda. Dejé fluir las canciones que había oído para no estar pensando en ella, pero aún así… era inevitable. Leah se unió a mi cabeza imaginando a Ephraim durmiendo en sus brazos.




-¿Qué tal el pequeño?


-Bien… hoy ha estado viendo bailar a Claire y ha intentado imitarla… estaba tan gracioso…


-Ya veo… -me distraje de mis propios pensamientos tomando los suyos, viendo un resumen del fin de semana en Forks-. Interesante…


-Y vosotros… ¿Qué?


-Bueno… -le mostré el susto que nos dieron y la angustia que sentí al pensar qué demonios hacían solas en la madrugada en un parque-. Ha sido algo… angustioso…


-¿Crees que realmente se sienten tan mal porque les agobiamos?


-No lo sé Leah… no lo sé.


-Yo no creo que se sientan siempre mal por eso… al menos no el resto. Creo que es en parte porque estáis separados, porque ven que hacéis vuestra vida a parte de ellas y cuando tenéis la oportunidad queréis aprovecharla… pero ellas no se dan cuenta de que cuando estáis aquí os pegáis más tiempo con la mente allí que aquí.


-No sé… quizá no estén tan a gusto con nosotros como creemos…


-Eso es imposible…



Me mostró un recuerdo que me dolió, aquella conversación, donde ella nos contó por todo lo que había pasado, la muerte de su hermanita y la locura de su madre. Mostró cómo me vio esa noche y cómo se veía ella en la fiesta. Gruñí y Leah entendió que debía dejarme antes de que sus recuerdos me volvieran loco. Pero los míos seguían allí.


Su rostro me produjo una sensación de angustia nunca experimentada. Su dolor me corroía como ácido por mi cuerpo y no sabía qué hacer. Nessie la metió en casa


-¿Qué va mal Dar?


-Todo… mi madre, mi padre, yo… -Estaba paralizado, Jake me señaló el coche pero no podía moverme-. Es una larga historia… os lo contaré a todos mañana…


-De eso nada, algo que te tiene tan… -Ness cogió aire e hizo una mueca-. Vamos, aunque veamos amanecer quiero que me cuentes qué ocurre…


-Veréis… -Parecía tan serena ahora, pero confusa… algo la angustiaba y me iba a volver loco, quería saber qué le pasaba así que esperé a que ella comenzara-. Hace cinco años tuve una hermanita, era preciosa y se llamaba Abigail. Tenía apenas cuatro meses cuando una mañana ella… -suspiró y algo me rompió el alma-. A veces les pasa a los niños pequeños, muerte súbita… eso dijeron los médicos –Tenía necesidad de tocarla, de consolarla, pero me frené antes de hacerlo, quedándome sentado a su lado. Jake me lanzó una mirada de aviso sentándose frente a ella y tomó las manos de las chicas. No estaba fuera de lugar que la consolara… ¿no? Pasé mi brazo por sus hombros, lo que me tranquilizó, podía consolarla y eso me hacía sentir menos angustiado-. Mi madre se hundió, entró en una gran depresión junto a mi padre. Mi tía Cyntia estaba entonces estudiando enfermería, así que vino a pasar una temporada con nosotros, cuidando de mí la mayor parte del tiempo. Mi padre se recuperó, en cierto modo, nunca podremos olvidar a aquella personita… -ella sonreía ahora-. Pero pronto se dio cuenta de que yo seguía allí, debía ocuparse de mí. Mi tía se quedó un par de semanas, pero debía volver a sus estudios, por lo que mi padre la animó a marcharse, prometiendo cuidar de mi madre. Tras unos meses mi madre seguía igual, mi padre intentó buscarle ayuda pero no accedía a asistir a las terapias…


-Debió ser duro para ellos… y para ti… -Acaricié su brazo, aunque lo que más quería era tenerla pegada a mi pecho siendo rodeado por sus brazos-. Lo lamento.


-Desde entonces nada ha sido lo mismo, mi madre pronto comenzó a beber, parecía haberse recuperado, pero hace año y medio que volvió a beber. Mi padre no podía soportar los reproches de mi madre, le culpaba siempre, aunque ninguno tuvimos la culpa… Después de un día como esos venían dos de depresión y otro de disculpas… pero mi padre ya no podía soportarlo más. Quería que me fuera, pero no me atrevía a dejarla sola… pero estos días ha sido complicado cuidar de ella, ya no sé que hacer, le he pedido a mi tía Cyntia que se quede estos días con ella, que intente convencerla de que debe hacer terapia, o ingresarla, no sé… algo. Odio verla hundida de ese modo, entiendo que algo así es difícil de superar… pero…


-Todo irá bien. Seguro que en estos días se da cuenta del error que está cometiendo…


-Eso espero Seth, eso espero.


-Lo lamento Dar… -Ness miró mi mano en el brazo de Dar- ¿por qué nunca me has contado nada de esto?


-No me gusta hablar del tema, además Meg y Kevin estaban al tanto de la situación, pero estos días sin Meg y con Kevin lejos… lo he pasado realmente mal. Te agradezco muchísimo que te quedaras hasta Nochebuena, en serio. Y mucho más que me hayáis invitado… -Su sonrisa era sincera y eso me animó en cierto modo, pero ella había sufrido demasiado y yo no había podido hacer nada-. Gracias.


-No hay de qué… no es una casa muy lujosa… pero mis desayunos no están mal… al menos los chicos no se quejan… -Jake me miró de un modo que entendí, debía controlarme-.


-No, no hay queja alguna…


-Vamos, quiero enseñarte toda la casa… ¿recuerdas el balcón?



Nessie tiraba de ella mientras yo las seguía. Tenía ganas de tomar su mano y ser yo quien la llevara por toda la casa, que tuviera la confianza que tenía con mi sobrina. Cuando nos sentamos en el sofá quería tomar su mano, pero me consolé con tener mi pierna pegada a la suya, mientras hablábamos de qué haríamos al día siguiente. Nos pusimos a ver la tele y ella se acomodó en el sofá ligeramente alejada, lo que me puso algo histérico. Me sorprendió que levantara los pies como Jake y Nessie y los puso sobre la mesa, quedando medio tumbada. Cuando su cabeza se apoyó en mi brazo, la miré. Tenía los ojos cerrados y estaba… simplemente preciosa.


Me moví ligeramente para rodearla con mis brazos. La observé apoyada en mi pecho durmiendo, se sintió genial. Nessie me miraba con la ceja alzada y Jake serio.


-Quizá deberías llevarla a la cama…


-¿Tú crees?


-Hombre… -Nessie rió-. No estaría nada mal que la llevaras en brazos, a ella seguro que le encantaría despertar en brazos de alguien como tú…



En ese momento sonó en mi cabeza esa canción, “Someone like you”. Decía todo lo que estaba sintiendo desde el momento en que la vi.




¿Cómo era posible que su madre no se diera cuenta de lo que tenía delante? ¿Cómo era posible que fuera tan fuerte después de todo lo que había pasado? ¿Cómo conseguía sonreír a pesar de todo?


Esas preguntas me atormentaban a cada momento desde aquel día…



La presencia de Jake se hizo notar en mi cabeza, podía sentir su preocupación por mí y cómo Leah había acudido a él para que me ayudase.


-¿Qué te pica, pulgoso?


-Lo mismo que a ti… la distancia, la impotencia… no sé… -Suspiré-. Me han entrado tantas ganas de besarla desde el momento en que la vi… no sé…


-¿Cómo no me has dicho nada en todo el viaje?


-Porque… no sé. No sé qué pensar, qué hacer… cómo actuar con ella…


-Pues actúa como un amigo. Y ya está. Aunque te torture el querer besarla y tocarla a cada momento, ella es feliz así ahora… no creo que necesite nada más que el cariño de un hermano o un amigo… y eso sabes hacerlo bien.


-¿Cómo soportas el tenerla lejos?


-Porque sé que yo no puedo dejar de pensar en ella… así que es posible que ella piense en mí en algún momento dado… y eso me consuela.


-Pero… no sé…


-¿Crees que ella no piensa en ti? –Rió al ver mis pensamientos-. Venga… teniendo a Nessie al lado todo el día, en algún momento se tendrá que acordar de ti. Además… ahora ella tiene algo tuyo, cuando lo vea… será inevitable que piense en ti.


-Bueno… si no lo ha escondido en el fondo del armario…


-Seguro que ha hecho eso… porque apestas, pulgoso…



Me dejó a solas mientras su risa aún resonaba en mi cabeza. Me pegué toda la noche corriendo por nuestro territorio junto a Leah y antes del amanecer me fui a casa a dormir. No pude evitar la tentación de dormir en su cama, que aún olía débilmente como ella.



Pasé la semana durmiendo allí, llevando su pañuelo en mi muñeca y oliéndolo cuando me ponía ansioso, por lo que Quil y Embry se mofaban. Siempre había estado metiéndome con ellos por su neurótico comportamiento, así que era justo que ahora me lo hicieran a mí. Comportamiento completamente opuesto al de mi madre, que siempre que me veía tan triste sonreía y me susurraba cosas como “La espera merecerá la pena”, “Todo irá bien” o lo que yo prefería “Seguro que ella está haciendo lo mismo”.


El jueves me alegré muchísimo cuando vi a Jake colgado al teléfono a la hora de comer. Me acerqué a su despacho y entré sin llamar mientras él me fulminaba con la mirada.


-Espera… -Gruñó-. Hay otro perro que creo que quiere acaparar el teléfono… Sí… -Rió-. ¿Te lo paso?... Ten…


-¿Qué me he perdido? ¿Os estabais riendo de mí?


-Sólo un poco Seth… no te ofendas…


-¡Genial! Oye… -Miré a Jake que me ponía caras raras y le di la espalda-. ¿Puedo hacerte una pregunta? –Hizo un sonido raro que entendí como afirmación-. Ella… ¿Está contigo? –Hizo el mismo sonido-. Y… bueno… ¿lleva algún pañuelo o algo?


-Todos los días –Creo que di un salto de alegría con esas tres palabras-. ¿Quieres hablar con ella?


-Bueno… no creo que ella… -Oí cómo le pasaba el teléfono y cogí aire ¿Qué le iba a decir?-. Hola… -Bueno, era un buen comienzo… Jake se rió a mis espaldas y le hice un gesto para que cerrase la boca-. ¿Qué tal la semana?


-Bien… ¿Y tú?


-Trabajando… -Suspiré-. ¿Qué vais a hacer este fin de semana?


-Pues… -Suspiró-. Iba a venir mi padre de visita, pero al final no puede… -La noté algo triste- así que no tengo grandes planes…


-Bueno… entonces, podemos apañar algo… -Reí-. Bueno, si quieres…


-Claro… ¿Vendréis mañana? –Miré a Jake que torció el gesto-. No creo… Quil tiene que hacer de canguro y Embry terminar de arreglar su casa… así que nos tenemos que quedar a cargo del taller…


-¡Vaya!


-Pero podéis venir… ya sabéis…


-Claro… no sé. Me lo pensaré. Bueno, tenemos que ir a clase… nos vemos…


-Sí… nos vemos.



Le pasé el teléfono a Jake que volvió a hablar con Nessie mientras yo salía al taller ante las risas de mis amigos. Leah y mi madre aparecieron con Emily, Sam y Ephraim… agradecí que mi madre hubiera hecho la comida… añoraba sus guisos.



Por la noche estaba improvisando algo para cenar, pensando en qué le gustaría a ella para que mi madre me enseñara a cocinarlo. Miré mi móvil como siempre esperanzado. No sabía si había sido una buena idea darle mi móvil y no pedirle su número… quizá era mejor, si no posiblemente la agobiaría a llamadas. Cené solo, mirando la tele sin ver nada. Recogí y me tumbé sobre su cama, abrazando la almohada ilusionado con la imagen de que fuera ella a la que abrazaba y no una estúpida almohada. Maldije el fin de semana, pues por unas cosas y otras posiblemente me quedara sin verla… ahora entendía la angustia de Jake cuando no podía ir un fin de semana…


Por la mañana me levanté tarde, así que cogí una manzana y salí corriendo hacia el taller. Jake rodó los ojos cuando me vio llegar, hoy me tocaba abrir a mí y él había llegado antes… ¡genial!



Me cambié y me puse a arreglar un Ford del 98. Miré el reloj al ver a los chicos entrar, las siete y media de la mañana. Una música extraña salía de mi móvil, esa que tenía para números no guardados. Salí corriendo y descolgué sin pensar.


-¿Sí?

-¿Seth? –Su voz me emocionó, pero cuando me di cuenta del deje de su voz, comprendí que estaba llorando y me angustié-.


-¿Darlene? ¿Qué pasa?


-Lo siento… yo… no sabía a quien llamar…


-¿Qué te pasa? ¿Estás llorando?


-Yo… -Rompió en llantos y me angustié, salí a la parte trasera del taller acompañado del resto de mis camaradas-. No sabía a quién llamar, es una estupidez que te haya llamado, pero…


-Tranquila… cuéntame.


-Bueno… mi madre… estoy en el hospital. Se ha despertado muy temprano, se ha puesto histérica y he llamado al Doctor Cameron, han decidido ingresarla, pero no sé qué va a pasar… no sabía a quien llamar…


-¿Estás sola?


-Sí…


-Bueno, yo… -Quería ir… miré a Jake y asintió-. Mira, llama a Nessie, ella te hará compañía hasta que llegue yo, ¿vale?


-Oye, no… yo sólo quería hablar, no…


-No digas chorradas. Nos vemos en un rato… ¿Vale? Pero llama a Nessie, no quiero que estés sola tanto rato, me costará un poco llegar… ¿Vale?


-Vale… gracias…


-Si quieres… puedo llamarla yo… ¿Te parece?


-Gracias…



Miré a Jake que ya había sacado su móvil, metiéndose hacia el taller. Él también venía. Los chicos no dijeron nada, se limitaron a mirarme preocupados mientras me cambiaba y salía corriendo.


-¡Espera! –Jake cogió mis llaves-. Conduzco yo, me conozco mejor el camino…



Jake tenía razón, cogió desvíos y en poco más de una hora estábamos en Sequim. No paraba de olisquear su pañuelo, pero eso ya no me consolaba, sólo quería abrazarla. Cuando paramos frente al hospital no esperé a Jake, bajé del coche de un salto y corrí hacia el hospital buscando algún olor que me indicara dónde estaba.


Me topé por el pasillo con Carlisle que se limitó a decirme dos palabras “Planta undécima”. Cogí las escaleras y subí como un loco hasta la planta de psiquiatría. Entré en la sala de espera y ella estaba allí, abrazada por Nessie a un lado y el tal Kevin al otro. No me contuve, quizá fui hosco, pero la solté del abrazo de sus amigos y la levanté en mis brazos. Ella lloró aferrándose fuerte a mí y después se alejó un poco, así que la bajé al suelo.


-No hacía falta…


-No digas nada… -limpié sus lágrimas e intenté sonreír-. ¿Cómo está?


-Bueno… le han quitado los sedantes hace un rato, así que pronto podré pasar a verla… además mi tía estaba en camino… ha llegado hace un rato… en serio, no era necesario…


-Claro que sí… -le di un sonoro beso en la mejilla que la hizo sonreír y sonrojar y Nessie rió-. Jake está abajo, por si quieres ir…


-No, ya estoy arriba… -Jake se acercó a Darlene y acarició su pelo-. ¿Mejor que antes? –Ella asintió levemente sonrojada y fue a decir algo pero Jake la interrumpió-. ¿Has comido algo? –Ella negó y Jake sonrió a Nessie-. Ni tú tampoco… -Nessie sonrió-. ¿Qué queréis que os traiga?


-No sé… -Nessie abrazó a Darlene algo tensa-. ¿Te importa que le acompañe? –Ella negó, aún sin soltarme-. Bueno… ¿Y qué va a ser?


-No sé… no tengo hambre… no ahora…


-Vale… -Nessie acarició su pelo y sonrió, mirando al chico-. ¿Quieres algo?


-Sí… pero creo que os acompaño, mi madre está abajo con Cyntia…


-Kevin… -Darlene se soltó de mí y odié a ese chico por un instante, el instante en que los brazos de mi chica le rodearon y mucho más cuando ella le besó y él a ella-. Gracias… en serio. Luego bajo a ver a tu madre, ¿vale?


-Perfecto… -Él me miró de un modo extraño-. ¿Te podrás hacer cargo?


-Claro… -Sonreí hacia ella que pareció sonrojarse-. ¿Me acompañas? –Tendí mi brazo y ella me miró raro-. Es una sorpresa…



Ella agachó la cabeza y tomó mi mano mientras acompañamos al resto a los ascensores. Me miró sonrojadísima y yo le sonreí, acudiendo a la puerta de las escaleras donde sostuve la puerta para ella. Ella me miró como si estuviera loco y le hice un gesto para que confiase en mí. Entró con la mirada en el suelo, algo que me volvía loco, pues no sabía si era por timidez o porque, como yo, pensaba en lo bien que se había sentido el abrazo y el beso que yo le había dado.


Ella bajó medio tramo de escaleras y se sentó. Me senté a su lado y parecía tan ausente en ese momento que tendí mi mano, sin pensar en cómo podría reaccionar ella. Metió sus brazos en el hueco de de sus rodillas y miró la ventana, suspirando. Di la vuelta a mi mano y aferré mi rodilla con rabia, había sido un estúpido.


Pasó un instante y apoyé mis codos en el escalón anterior, recostándome levemente. Ella seguía mirando por la ventana con una extraña serenidad, algo que me hizo querer saber qué pasaba por su cabeza ahora mismo, qué pensaba… todo lo que sentía.


Cambió su postura, pasando sus manos por su pelo, trayéndome su dulce aroma, y posando después sus brazos en las piernas. Me incorporé y tomé su mano, de nuevo cometía la misma estupidez, pero necesitaba hacerlo. Ella me miró fugazmente y volvió a mirar la ventana.


-¿Qué piensas?


-No sé… no entiendo esto… -hizo una mueca mirando mi mano, quizá estaba actuando demasiado rápido… quizá Jake tenía razón-. Creí que todo iba bien, que estaba mejorando… -Me había equivocado, quizá no estaba tan molesta conmigo… Apoyó su cabeza en mi hombro y mi corazón se aceleró-. El Doctor me ha dicho que está bien, que está mejorando… que ella misma se había dado cuenta y que por eso me había despertado… No sé, igual yo he sido muy dura con ella, o quizá no he estado pendiente… no sé…


-Oye, oye… -Cogí su rostro con mi otra mano y ella estaba tan angustiada-. No es culpa tuya, ¿vale? Eres muy joven, no sabes cómo manejar esta situación, pero no es tu culpa. Simplemente… aprenderás a llevarlo. Pero no te tienes que torturar, nada de lo que te ocurre es por ti, en serio.


-No sé… me da la sensación de que tendría que ser más fuerte…


-Y lo serás… -Sonreí-. Más aún de lo que eres. ¿Crees que mucha gente a tu edad es capaz de capear cosas como estas? Muchos ya se hubieran escapado, o no sé… hubieran ido por mal camino. Pero tú estás junto a tu familia, estás aquí ahora… y eres capaz de sonreír… -Acaricié su mejilla-. ¿Ves?


-Yo… -suspiró y dio un apretón a mi mano-. Gracias. Nessie siempre me ha contado cosas sobre vosotros… pero no creí que nadie fuera capaz de consolarme en tan poco rato… me haces sentir bien… es increíble… -mi corazón latía ahora lleno de alegría, tanto que reí. Ella bajó la mirada y soltó mi mano-. Aunque ya sé que es una tontería…


-No… -Pasé mi brazo por sus hombros y la acerqué a mí, haciendo que apoyara su cabeza en mi hombro-. Es algo innato en nosotros… o eso nos dicen…


-¡Fantasma! –Rió-.


-Sí… -mascullé-. Un poco… pero te hago reír… -Ella se alejó y me miró mal-. ¿Ves…? Es innato… y yo soy el mejor…


-Vale, vale… no te emociones…



Rió y se levantó así que la seguí. Volvimos a la sala de espera y se sentó suspirando, me senté a su lado y Kevin apareció por allí con su madre y Cyntia. Se pusieron a hablar los cuatro mientras yo esperaba sentado y Jake y Nessie aparecían con un café, dándoselo a Darlene y viniendo a mi lado.


-¿Vas bien? –Jake miró a Nessie y entendí la pregunta a la perfección-.


-Podré soportarlo…


Kevin se despidió de Dar con un sentido abrazo que me hizo sentir extraño, después se marchó con su madre y Dar se sentó a mi lado, seguida por su tía…


-Gracias por el café… -Sonrió a Nessie-. Pobre Samantha… -Rió-. ¿Le ha tenido que insistir mucho a Kev?


-Sí… -Cyntia sonrió-. Ya sabes que le cuesta separarse de ti… desde que sois pequeños…


-Sí… -¿Eso era verdad? ¿Estaban tan unidos?-. Es un cielo…


-¿Es algo así como tu novio? –Jake y Nessie me miraron espantados, igual que Dar y su tía-. No sé… se os ve… unidos.


-Es… -Darlene sacudió su cabeza y me miró extrañada-. Está con Casandra… -Asentí levemente-. Pero él sabía todo desde el principio… siempre ha sido mi mejor amigo… -Volví a asentir y Nessie tiró de Jake y le hizo un gesto a Darlene-. ¿Qué?


-Vamos… quiero que comas algo…


-Eso… -me levanté con ella-. No vaya a ser que te tengas que quedar aquí tú también… -Ella sonrió negando-. Soy capaz de torturarte si no bajas…


-Vale, vale…


-Vamos… -Cyntia se levantó y puso una mano en mi hombro-. O le ayudaré… -Darlene rodó los ojos y comenzó a andar con Nessie y Jake, pero la mano de su tía me decía que debía esperar. Me miró con algo de ira y yo me sorprendí-. Le haces bien… cuando está contigo está distinta… feliz. Se nota que eres un buen amigo para ella, pero espero que tengas claro que ella es como es… -La miré extrañado-. Puede parecer fuerte, pero está llena de dudas, es insegura y muy sensible, le viene por parte de padre…-Asentí-. Con eso quiero decir que yo no soy como ella, por lo que si la haces sufrir te torturaré yo a ti… -Sonrió amablemente, pero amenazante-. ¿Lo entiendes no?


-Claro… -Asentí serio-. Si te sirve de algo, si le hiciera daño sería una tortura para mí… y no tengo tendencias masoquistas…


-Mira… -Se puso seria-. Más te vale…



Ella se adelantó y yo la seguí. El desayuno fue tenso, Darlene parecía no querer comer y su tía me miraba con algo de rabia y algo de preocupación. Cuando volvimos estuvimos esperando un rato, hasta que los médicos dejaron a Darlene pasar a ver a su madre. Cuando salió parecía algo más contenta, al igual que su tía Cyntia.


-¿Y bien?


-Bueno… -mi curiosidad aumentaba cada segundo-. Ella está bien. Está como días atrás, me ha pedido que me vaya el fin de semana con tía Cyntia, que no esté aquí. Se va a quedar el fin de semana, para recuperarse y hacer terapia de grupo. El doctor dice que le va a ir bien y que es mejor que le haga caso… se siente culpable por coartar mi adolescencia o algo así… -Reímos con ella pero se sonrojó-. Lamento haberos preocupado y haber hecho que vinierais… en serio…


-No te preocupes… -Jake sonrió aferrado a Nessie-. Al menos así nos podremos llevar a la pequeña…


-Ya veo… -Sonrió-. ¿Prepararéis alguna fiesta en Forks?


-Es posible… -sonreí-. Las fiestas del tito Seth están empezando a ser infrecuentes… y no puedo consentirlo… -Ella sonrojó-. Bueno… imagino… -Dudé-. Bueno, que si quieres… si te animas…


-No… -dijo apenada-. Debo irme con tía Cyntia…


-Bueno… -Cyntia me miró y miró a su sobrina-. Si tu madre no quiere coartar tu adolescencia… yo tampoco… -Retiró el pelo de mi chica-. Si quieres… y si me prometes que no beberás ni harás ninguna otra locura… puedes irte con tus amigos… seguro que te lo pasas mejor que en casa, aburrida conmigo…


-Sabes que no me aburro contigo…


-Ya… -Sonrió-. Pero ver pelis y estar sola mientras trabajo es peor plan que un fin de semana con amigos…


-¿En serio? –Cyntia asintió peinando el pelo de Darlene-. ¿No te importa?


-No… para nada. Ve con ellos y pásalo bien… -Darlene la abrazó, eso me ilusionó, porque parecía que realmente ansiaba venir-. Y no quiero que te preocupes por Grace… sabes que aquí va a estar bien y yo estoy a media hora de camino si algo pasara… así que no tienes que preocuparte… ¿vale? Sólo tienes que disfrutar y pasarlo bien, nada más…


-Vale… -Dijo abrazada aún-. Eres la mejor tía del planeta, la mejor con diferencia…


-Claro… te cubro y te dejo hacer lo que quieres… -Rió-. Vamos… vete, yo me quedo para firmar los papeles de la estancia y después me iré…


-¿Necesitas ayuda?


-No… sólo necesito que te vayas… he visto a un médico guapísimo y si estás tú por en medio me lo estropearás… -Rió-. ¡Vete!



Dar volvió a abrazar a su tía y nos marchamos. Paramos en casa de Darlene y Nessie y Jake fueron a coger las cosas de Nessie. Yo no sabía muy bien qué hacer, si irme o quedarme… pero hice caso a mi necesidad de estar con ella y me quedé. Me sentí extraño allí, era la primera vez que estaba con ella en su casa, a solas. Me miró divertida y alzó una ceja.


-No tengo que decirte dónde está nada, ¿no?


-¿Qué?


-Bueno… no es la primera vez que estás en casa… puedes acomodarte… o si quieres ayudarme… no sé. Puedes comer algo también si quieres…


-Comeré cuando lo hagas tú… apenas has desayunado…


-Vale… -Rió-. Pero antes voy a hacer la maleta…


-Te ayudo, entonces…



La seguí por las escaleras hasta su habitación, recordé que siempre me había colado por la ventana del segundo piso y era la primera vez que entraba así en su habitación, invitado, sin parecer un delincuente. Ella mencionó el mismo detalle y reímos. Cuando entré me di cuenta de que su cama estaba deshecha, habían salido corriendo y eso me dejó ver cómo dormía.


En la cama había un peluche enorme, ése que había conseguido en Disney World. El peluche, un osito marrón claro, llevaba puesto mi pañuelo al cuello. Ella lo quitó de la cama en seguida y comenzó a hacerla, avergonzándose un poco.

-Lo siento… esto es un caos, pero… no me ha dado tiempo a recoger…


-Tranquila… no te preocupes… -Reí-. No has visto mi casa entre semana…


-Ya… -hizo una mueca-. Bueno… no sé muy bien qué llevarme…


-Pues… -me encogí de hombros-. No soy muy diestro en temas de ropa de chica… -Ella rió-. Pero vamos, si vienes el fin de semana, un pijama y poco más…


-Claro… -ella bufó-. A ver…



Comenzó a rebuscar en su armario y metía cosas a su maleta. Yo empecé a mirar todo lo que había en su escritorio y vi varios libros algo desgastados y doblados. Ella abrió un cajón de la cómoda y sacó un neceser, saliendo hacia el baño. Su móvil sonó y ella vino corriendo, hablando con Nessie y diciéndole que sería genial que llevara su ropa. La miré raro y me contó que Alice le había regalado un montón de ropa y que como no le cabía en el armario, iban a guardarla en Forks.


Pensé en que Alice era un genio, pero ahora iba a tener que ser yo el genio, para hacer que ella dejara ropa suya en mi casa. Bajamos a la cocina y ella abrió la nevera con algo de desgana, así que me animé y comencé a pensar en qué le gustaría.



Cogimos una pizza para hacer al microondas y comimos en su cocina. Era una sensación extraña, estar en su casa, a solas con ella… no era igual que cuando estábamos en la mía, yo me sentía algo incómodo pero ella parecía feliz. ¿Le pasaría lo mismo a ella en mi casa? Quizá fuera así… así que debía esmerarme por hacer su estancia la más agradable del mundo. Oí el motor del coche de Nessie, salí con ellos y sus ojos estaban algo más brillantes, con un poco menos de ojeras… era bueno.


-¿Tanta sed tenías? –Reí-. ¿No te alimentan bien?


-Fui de caza anoche… -me miró seria-. Es por ella…


-Seth… -Jake me miró serio-. Es mejor que duerma en tu casa… -Nessie bufó-. Sé que podrías soportarlo, pero es mejor que no forcemos las cosas…


-¿No forzar qué? –Darlene apareció sonriente pero creo que todos estábamos demasiado serios-. ¿Qué pasa?


-Dar… -Nessie parecía avergonzada-. ¿Recuerdas todas las veces que me has dicho que me notabas rara? –Darlene se quedó estática-. ¿Lo entiendes?


-Sí… pero… ¿Puedo hacer algo?


-Es mejor que te vayas con Seth… -Jake hizo una mueca ante la mirada asesina de Nessie-. Ya te lo he dicho, no es que no me fíe de ti, pero sé que te hace sufrir… y Seth la va a tratar como una reina…


-Pero… -Darlene hizo una mueca-. Si quieres puedo irme con mi tía, no quiero estropearte el fin de semana…


-Tranquila… -Nessie sonrió al ver mi cara de pánico-. No hay de qué preocuparse… ya sabes que es un pesado… -empujó levemente a Jake-. Si quieres puedes quedarte con nosotros…


-Yo… -parecía avergonzada y yo no me enteraba muy bien del asunto-. Lo siento…


-Pero, ¿por qué? A mi ni me importa que te quedes… ya lo sabes… pero… -miré a Nessie-. ¿Qué mosca te ha picado? –Todos se quedaron en silencio, y Nessie y Jake miraban a Darlene, que parecía querer ser tragada por la tierra-. ¿Qué me pierdo?


-Nada… -tiró de mí-. Creo que será mejor que vaya contigo… -miró a Ness-. ¿No? –Nessie miró a Jake que ya asentía-. Bueno… entonces vamos…



La miré extrañado mientras Jake y Nessie se metían en el Mazda. Darlene tropezó antes de entrar al coche y parecía pensativa, rara… no sé. Entré en el coche y salimos, pero ella no paraba de mirar el paisaje como si estuviera dándole vueltas a algo…


-¿Qué te pasa? ¿Estás preocupada por tu madre?


-Un poco… -Sonrió-. No sé… me siento torpe.


-¿Por qué?


-Porque debería haberme dado cuenta antes de porqué Nessie estuvo rara ayer y hoy, porque debería haberme dado cuenta de que mi madre estaba mal, de que mi padre está agobiado… no sé… parezco algo estúpida…


-Mira… lo de tu madre… ya te lo he dicho… y por tu padre no debes preocuparte. Es duro el cambiar de ciudad, las separaciones son duras, pero en cuanto se establezca allí estará bien. No le des más vueltas… -Ella hizo una mueca-. ¿Y porqué Nessie está tan rara?


-Pues… -Se sonrojó-. Siempre está rara cuando… -volvió a suspirar-. Está más distante cuando tengo el periodo… -Pareció hundir la cabeza entre los hombros-. Debo ser estúpida por no darme cuenta… no sé… debí haberlo pensado antes de decirle a mi tía que me iba con vosotros… Además, a veces me pongo insoportable…


-No te preocupes… -Me sentí algo extraño-. No es algo que puedas controlar, ella lo sabe… y es precavida, nada más… -Ella parecía muy incómoda, así que bromeé-. Además, yo ya estoy acostumbrado a todas esas cosas, si he sobrevivido a mi hermana, a mi madre… y a Nessie… -Me miró asombrada-. Quiero decir, que estoy acostumbrado a todo eso, que no me voy a sorprender… no creo que seas peor que Nessie en ese aspecto, desde que le pasó a ella… creo que lo de mi hermana era fácil. Y mi hermana era muy…


-Oye… -me miró raro-. Déjalo… no hace falta que intentes arreglarlo…


-¿Tanto la he cagado?


-Un poco…


-¿Y no hay manera de que lo arregle? –Le miré divertido y ella sonrió, pero escondió su sonrisa y negó-. Bueno… no pararé de intentarlo…



Puse la radio y busqué un CD, sabía que canción quería y la puse. “Dig In”. Canté hasta que ella comenzó a reír. Llegamos a Forks y Nessie me siguió. Bajaron del coche y pasaron a mi casa. Ella le dio unas bolsas a Darlene, la ropa de Alice…


sin hacer nada habían acabado en mi casa. Me alegré por ello tanto que estuve a punto de abrazar a mi pequeña sobrina medio vampiro que había hecho que no tuviera que darle vueltas a cómo hacer que mi chica acabara en mi casa.


Jake se fue al taller a ver cómo había ido el día, y me dijo que esta vez me tocaba preparar a mí la cena. Nessie y Darlene estuvieron tomándome el pelo, pero al final me ayudaron a cocinar. Jake vino y no solo, había invitado a todos a cenar, hasta a Rachel, que me llamó para decirme que no podía venir porque tenía que cuidar de los pequeños.



Jake disfrutaba, pero yo sólo tenía ganas de asesinarle. No veía el momento para volver a estar cerca de ella, ya que en la cena, se sentó en la otra punta con las chicas, que hablaban de los gemelos y de nosotros.


Cuando todos se fueron ella intentó ayudarme a recoger, pero no la dejé y la mandé a la cama. Me miró mal, pero le insistí en que era mi invitada y que, además, con su edad hacía rato que tendría que estar durmiendo. Pareció ofenderse porque le dijera eso, pero me hizo recordar que no era tan mayor como parecía y me hizo sentir complejo de hermano mayor, por lo que dadas las circunstancias, agradecí ese sentimiento.



Terminé de recoger y ella bajó despacio las escaleras. Llevaba un pijama rojo con flores negras, se abrazaba a sí misma y parecía temblar. La miré y ella hizo una mueca.


-La ventana de la habitación… estaba abierta y… hace frío. ¿Tienes alguna manta más?


-¿Me la he dejado abierta?


-No… creo que la he abierto antes yo… no sé… el caso es que parece una nevera… -Rió-.


-Vaya… -Me acerqué y tomé sus manos-. Sí que estás helada… -Reí-. Ven… -le ayudé a bajar las escaleras y la senté en el rincón del sofá, que hacía L, sentándome yo detrás. Ella me miró extraño y yo me quité las chanclas, atrapando sus piernas con las mías y subiéndolas al sofá mientras la recostaba sobre mi pecho-. Y no sólo tienes las manos… -Reí al ver que tenía los pies helados, incluso con calcetines. La abracé un poco y ella tembló-. ¿Mejor?


-Un poco… -Se sonrojó y me miró desde mi pecho-. ¿Siempre hacéis función de calefactor?


-No siempre… a veces es molesto, en verano… pero en invierno… mi madre siempre se sentaba a mi lado en el sofá…


-Entiendo… -Se acurrucó un poco más y me hizo sentir en la gloria-. No está nada mal…



Estuvimos viendo la tele por un rato, hasta que ella empezó a bostezar muy seguido y la mandé a la cama. Me miró mal y le dije que yo también me iba a ir a dormir, así que ella se levantó remoloneando, lo que me agradó, y subió tras de mí por las escaleras.


Me metí a mi cuarto y me tumbé en la cama, pensando en lo afortunado que había sido ese día, cómo las cosas habían tomado el rumbo que quería sin hacer nada.



Me quedé mirando por la ventana cuando oí la madera del pasillo crujir. Un leve toque en mi puerta me hizo sonreír, mucho más cuando Darlene asomó su cabecita algo avergonzada.


-Siento molestar, pero… al final no me has dado la manta…


-¡Anda! –Salté de la cama-. Es verdad… -Abrí los cajones de mi cómoda, pero no había ninguna manta. Fui a su cuarto pero allí tampoco-. Si creía que había otra…


-¿Una roja y blanca? –Asentí-. Es la que he cogido antes… -Hizo una mueca-. Ya me he puesto dos mantas pero…


-Bueno… -Miré la ventana, la cerré bien y me rasqué la cabeza. Salí a mi cuarto y cogí mi colcha, echándola por encima. Ella me miró agradecida y se metió en la cama, tiritando un poco-. ¿Más frío aún?


-Sí… que las sábanas están heladas…


-Sí… creo que de pequeño lo odiaba… -Hice una mueca-. ¿Sigues teniendo frío?


-Un poco… pero ya se pasará…


-De eso nada… me senté y puse mis manos a los lados de su cara-. No pienso dejar que te enfríes en mi casa… -Ella sonrió y volvió a temblar-. Iré a casa de Jake a por más mantas… seguro que él tiene de sobras…


-No… -dijo cogiendo mi mano-. No hace falta… está mejor…


-¿Seguro?


-Sí… -pareció ser víctima de otro escalofrío y le miré alzando una ceja-. Mi cara está bien… el problema son los pies… los tengo congelados… y las manos… -Aferró mis muñecas con sus manos-. Pero no importa… ya me he puesto calcetines. En cuanto se pase el frío de entrar a la cama estaré bien…


-No… -me tumbé a su lado y la abracé-. No pienso dejar que pases frío en mi casa, ya te lo he dicho…


-Vale… -tiritó-. Pero si quieres hacerlo, métete dentro… -Dijo riendo-.


-Eso está hecho… -Quité las mantas y las sábanas y me metí dentro con ella. Se abrazó a mí como imaginé horas antes que habría abrazado a su peluche y me alegré por ello-. ¿Mejor? ¿Más calentita?


-Sí… -Dijo medio dormida-. Mucho mejor contigo aquí… Eres un anfitrión genial…


-Lo sé… -besé su pelo y la miré… casi dormida-. Todo lo que necesite mi chica…



Hizo algo que me dejó noqueado por completo. Se abrazó más a mí y pasó su pierna por encima de mi cuerpo, besando mi pecho. Me quedé estático y ella se durmió. Y allí estaba, mejor de lo que nunca habría creído, durmiendo con ella en un fin de semana en el que había perdido incluso la esperanza de verla. Y ahora, sin hacer nada, la tenía entre mis brazos, durmiendo en mi casa y con el armario lleno de su ropa. Me abracé fuerte a ella y me dejé llevar por el sueño.