CONCURSO "Queridos Reyes Magos..."

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Me ha parecido gracioso, se me ha ocurrido sin más... no sé, creo que me gustaría leer vuestras cartas a los Reyes, que sean originales... y la que más me guste recibirá una sorpresita el día de Reyes... Aquí tenéis la mía... ¡Un besito!



Queridos Reyes Magos...

Este año he sido muy buena, mucho más que otros años. He trabajado mucho, he estudiado (esto último quizá no demasiado, pero he hecho todo lo que he podido), he dedicado mi tiempo a escribir una historia para entretener a gente de todo el mundo, he sido amable con mis pesados clientes, he aguantado las borracheras de mis compañeros, me he perdido fiestas descomunales por tener que trabajar, he soportado situaciones que jamás pensé que podría superar... en definitiva. Creo que he crecido como persona, que he intentado hacerme mejor a mí misma y mejorar la vida de los que me rodean (ya sea en un sentido geográfico o simplemente circunstancial).

Por todas estas razones, les pido a ustedes, señores que todo lo ven, que este año me concedan aquello que llevo pidiendo desde hace tantos años. Más bien... me gustaría pedirles un cargamento de tíos buenos... y que sean buenos en todos los sentidos. Chicos tipo Seth, que nos alegren los días y nos ayuden a sobrellevar la pesada rutina. Les aseguro que ese cargamento irá repartido a chicas, que como yo, nos merecemos que nos traten bien de una puñetera vez.

Les doy las gracias por adelantado, pero a pesar de todo... tengo que darles un aviso. Es la última vez que les escribo, ya son muchos años y estoy cansada... SÍ. CANSADA. Verán... sé que es algo malo, que la envidia es un sentimiento deshonesto y que puede llegar a volver loco a la gente... pero la cosa pinta así. Yo, alguien que sólo quiere regalar su tiempo y compartir un trocito de su corazón, tengo que soportar estar rodeada de chicas que, sabiendo que pueden hacerlo y que podrían tener al mejor tío del planeta, llegan y los maltratan, los desquician, juegan sucio con ellos... y siempre escogen a los mejores para ser crueles. Esto está llevando a situaciones como esta... quedan pocos buenos por esas brujas. Ahora bien, si no recibo mi regalo, al menos espero que este año revisen bien los envíos, no puede ser que en una niña mala reciba mis tíos buenos y ustedes me den a mí lo que ella no ha querido. POR FAVOR, seamos serios... con todo mi respeto, prefiero que no haya nada bajo mi árbol a que me den la devolución de la niña mala... para eso, con todos mis respetos: Métanselo en el culo.






Un cordial saludo. Una niña buena que ha crecido mucho.

Capítulo final...

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Este capítulo improvisado... más bien líneas improvisadas van dedicadas a Gwen, que me he reído cacho cuando me ha recordado que hace unas semanas le dije que igual hacía un final "Serrano" jajajajajaja








El despertador volvió a sonar... media hora más tarde.



Rodé en mi cama y me levanté de un salto... me di una ducha y bajé para encontrarme a mi madre aovillada bebiendo un café en el salón.
-Buenos días...
-Buenos días... -Suspiró mi padre al verme bajar-. ¿Te vas ya?
-Sí... -Le abracé y sonreí-. Pasa buen día...
-Igualmente, conejita.

Anduve pensativa todo el camino, dándole vueltas a su imagen, aquella piel bronceada, su sonrisa, Londres...
Cuando llegué al instituto Meg, Kev y Ryan me esperaban en un banco al lado de la puerta de entrada en el instituto. abracé con fuerza a Meg, que me miró de manera un poco extraña.

-¿Va todo bien?

-Sí... sólo he tenido un sueño extraño...



xDDDDDDDDDDDD Tenía que ponértelo tía... XDDDDD

Os llego a poner este final y creo que me masacráis directamente XDDDDDDD



Espero que paséis un feliz fin de año... y pronto os pondré el otro final VERDADERO... que era, más o menos, el que yo había pensado incluso antes de comenzar esta historia.



Besos para todas.

Capítulo LXXIa: Niña apacible.

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Aquí va el segundo capítulo del primer final... (vaya lío, ¿no?) Bueno, que sólo me queda a estas alturas agradeceros el apoyo por enésima vez, agradeceros que hayáis soportado la tardanza y hayáis sido comprensivas conmigo... no sé. No me voy a poner demasiado "moñas" porque la Navidad no es mi momento favorito del año a pesar de todo... aquí están.
Catorce páginas para vuestro disfrute personal :D
De nuevo, siento el retraso...

Gracias por todo chicas, sois las mejorcicas.
Silvy (K) ^^



Alice y Nessie me empujaron y me encerraron en el baño. Empecé a ducharme a mala gana, lo único que me apetecía era estar con Seth un rato más y ellas habían estropeado el corto momento en el que podíamos estarlo.
Cuando salí ellas no paraban de mirarse, sabía que estaban teniendo una conversación de la cual yo no me enteraba. Me dieron un pantalón viejo y una camisa, me vestí mientras las fulminaba con la mirada y ellas reían. Tenía ganas de salir para ver a Seth…
-Ni te lo imagines, no está… Jake y Vera han secuestrado a Meg y a Seth…
-Y nosotras vamos a secuestrarte a ti… -Sentenció Alice mientras analizaba mi pelo dándole una forma de bucle-. Creo que suelto estará mucho mejor…
-¿Segura? ¿Qué tal un moño a medio hacer? Media melena suelta y lo demás recogido atrás, en lo alto… -Dijo jugando con mi cabeza-. Así está preciosa…
-Sí, decidido…
-¿Vamos? –Nessie miró a Alice que se quedó ida por unos instantes, sonrió y asintió-. Vale… no quiero saber qué pasará después…

Rieron ante un chiste que evidentemente yo me perdí. Empezaron a revolver mis cajones y Alice acabó bufando, me empujaron escaleras abajo. Cuando salimos Maila empezó a ladrar y a gruñir, correteó a nuestro alrededor y Nessie le tiró algo que ella fue a coger mientras me metía a la fuerza en su coche, Alice la miró fijamente haciendo que asintiera mientras salía disparada difuminándose ante mis ojos.
-¿Qué me pierdo?
-Nada que debas saber… -Dijo riendo-. Ahora… -Sacó una tela negra y me la tendió-. Ponla sobre tus ojos, no quiero que veas donde te llevamos… -Rodé los ojos y la miré mal-. Oye, es una sorpresa…
-Vale… -Suspiré pesadamente poniéndome el pañuelo-. Sé que me habéis hecho una fiesta sorpresa, seguramente Alice haya ido a buscarme algo decente que ponerme… -Suspiré de nuevo-. Creo que el único secreto que podéis ocultarme es dónde va a ser la fiesta…
-Y eso te molesta, lo noto… -Dijo riendo-. Pero tendrás que esperar una hora al menos para saber de qué va todo…
-Genial… -Dije irónica-. Espero que al menos no me estropeéis la noche…
-No, no vamos a estropear eso, no me sentiría bien. Reconozco que he tenido que cambiar los planes ligeramente para darte tu noche a solas con Seth y que puedas darle… -Noté que frenó y unos fuertes brazos rodearme-. Enhorabuena, ahora que puedo decirlo…
-Gracias… creo.
-No te preocupes… -Dijo reanudando la marcha-. Carlisle me ha dicho que el único problema será que quizá tengan que volver a hacerte una cesárea… -Suspiró-. Bueno, cambiemos de tema…
-Sí, no me apetece hablar de temas sangrientos estando a solas con una medio vampiro… -Reí y ella conmigo, suspiré y lo medité-. No me da miedo lo que pueda pasarme a mí…
-Lo sé… -Suspiró y noté su mano en mi rodilla-. Ella estará bien. Te lo aseguro…
-¿Ella?
-O él… -Carraspeó-. Da igual.
-Ya… -Reí-. Gracias por avanzarme algo más…

Nos quedamos en silencio y no pude evitar recordar aquel día, cuando al entrar al hospital nos dijeron que había complicaciones. Yo no paraba de llorar y Seth hacía lo posible para mantener la calma mientras hablaba con los médicos, los cuales no tenían grandes esperanzas de sacar a Meg adelante. Fue por ello que optamos por un parto por cesárea, algo que no terminaba de agradar a Seth, pero yo decidía y no me arrepiento de haberlo hecho así. La pequeña tuvo ligeros problemas respiratorios y estuvo varios días en la UCI, fueron realmente horribles, pero salió adelante. Quizá fue la angustia, algo más bien psicológico o que realmente no podía descansar bien temiendo que algo malo pudiera pasarle a mi pequeña, pero no cumplí las indicaciones de los médicos respecto a mi descanso y a las pautas a seguir tras una cesárea. No lo hice hasta que el médico me advirtió que podía tener problemas realmente serios si no cumplía, podría tener hemorragias graves, perder la capacidad de concebir o incluso tener que someterme a más intervenciones. Vi a Seth realmente preocupado, me suplicó que guardara reposo, se desvivió porque yo me dejara cuidar… sonreí al recordar aquella semana en la que no nos dejó salir de la cama a ninguna de las dos. Cualquier cosa que necesitáramos, él nos la llevaba.
Nessie rió y yo me sonrojé ligeramente, estaba espiando mis pensamientos y suspiró pesadamente cuando recordé el fugaz pensamiento que cruzó mi cabeza aquel día en la consulta. ¿Realmente alguna vez querría más hijos? ¿Pasar de nuevo por lo mismo? La cara de Seth me hizo planteármelo seriamente, pensé que se enfadaría realmente cuando le dijera que no quería pasar por eso de nuevo, pero se limitó a decir que se conformaba con que Meg y yo estuviéramos sanas, no necesitaba más que eso, ya éramos una familia.
-¿Acaso no le conoces? –Bufó Nessie-. Mentiría incluso sobre su nombre si eso te hiciera feliz… va a babear cuando se lo digas.
-No sé si será así esta vez… realmente parecía convencido, como si no quisiera pasar de nuevo por eso, realmente lo pensaba, sus ojos me lo decían.
-Quizá en parte, no fueron plato de gusto para nadie aquellos días, ni para él los siguientes días donde tú dejabas hasta de dormir por vigilar a Meg… pero seguro que se emociona muchísimo cuando sepa lo que viene, esa niña va a ser algo realmente diferente… puedo notarlo.
-¿Algo realmente diferente?
-Tiene un aura diferente… Jasper no paraba de pensarlo cuando he llegado a casa…

Aura diferente… noté que el coche frenaba. Ella bajó dando un sutil portazo, después abrió mi puerta y me ayudó a bajar, me condujo un par de pasos hasta que noté que cargaba conmigo. Me sorprendí, sabía que ella era fuerte, pero no tanto…
Subimos un montón de escalones, no podría asegurar si un piso o dos, fue demasiado rápido como para que pudiera asimilarlo. Me sentó en lo que parecía una banqueta, era cómoda y cuando la toqué su tacto era suave y aterciopelado… en conclusión, caro.
Pronto noté una sutil corriente de aire, un aire que me trajo un olor a flores conocido. Sonreí al escuchar a Alice reír ante seguramente algún mensaje de Nessie.
-Rosalie está al caer, está ayudando a Emmett…
-Genial… -Nessie rió-. Ya queda menos, entonces…
-Podíais ahorraros la conversación… -Sugerí-. Sé que sólo lo hacéis para ponerme más nerviosa, algo que estáis consiguiendo…

Rieron y escuché la puerta… ¿Me habían dejado sola? Suspiré y me acomodé en el asiento, me entraron ganas de quitarme el pañuelo, en el momento en el que lo pensé unas manos sujetaron el pañuelo y en mi cabeza resonó un “Ni se te ocurra”.
Suspiré y asentí, no soltó mi cara hasta que pensé realmente que era mejor esperar… no quería tener problemas con vampiros. Esperé durante unos minutos cuando escuché una dulce risa, una risa infantil e inocente que me encantó, una que me alegraba la vida.
-¡Mami! –Sus brazos me rodearon y yo correspondí al abrazo-. ¡Abre los ojos!
-No sé si puedo…
-Ya puedes… -Dijo Nessie a la vez que escuchaba unos pasos en la madera-. Espera, te lo quito yo cuando todo esté listo…
-¡Abuelos! –Mi hija me soltó y yo me sorprendí-. ¡Woo! ¡Qué bonito! ¿Es para mí? ¿Y ese para mamá? ¡Mami abre los ojos!
-Espera… -Nessie rió tapando mis ojos mientras notaba que el pañuelo caía-. Dale algo más de intriga… quiero que esté nerviosa y emocionada…
-¿Más aún? –La risa de mi madre me emocionó y me puso más ansiosa-. Déjala ya…

Noté ceder la presión y abrí los ojos despacio, me quedé sin habla, tuve que tragar y asimilar lo que mis ojos estaban viendo… Rosalie y Alice sonrieron hacia mis espaldas mientras yo me aferraba a la mano de mi madre para levantarme. Ella sonrió mientras mi padre me agarraba del otro brazo y sonreía besándome en la mejilla.
-Tenemos que ir abajo… -Mi padre le tendió la mano a mi madre y yo asentí-. Feliz aniversario… -Me besó de nuevo en la mejilla-. Grace…
-Felicidades cariño… -Mi madre me besó riendo-. Espero que cuentes esto como un regalo doble, por tu cumpleaños y por tu aniversario… -Asentí sin poder hablar aún-. Estaremos abajo…
-No le des más detalles… -Nessie rió a mis espaldas-. Primero deja que asimile lo que ve…
-Mami… vaya cara de tonta tienes… -Reí y la abracé-. ¿Te imaginas? Rosalie me ha regalado el vestido… ¿Te gusta? –Asentí y ella me miró raro-. Me gusta más el tuyo…
-No… -Limpié las lágrimas de mis ojos y abracé a mi hija mirando a esos seres fríos… tan cálidos para mí-. Gracias… no sé qué decir…

Examiné ambos vestidos. No me dio tiempo a reaccionar cuando Rose estaba empujando a mi pequeña cargando con el vestido, me quedé algo paralizada hasta que Nessie aplaudió en mi oreja, devolviéndome a la realidad. Me obligó a sentarme y Alice y ella empezaron a trabajar en mi pelo y en mi maquillaje, empecé a pensar en si Seth sabía algo de esto cuando Nessie rió.
-No podría haberlo sabido… -Nessie suspiró-. Se lo hemos ocultado a todos para que no lo supiera ninguno de la manada, yo sabía que siempre que celebrabas tu aniversario pensabas en algo así… con tu peque de dama de honor…
-Gracias…
-Bueno, esto ya está… -Se concentró y rió-. Vaya cara a puesto cuando Jake le ha enseñado el traje… -Rió de nuevo negando-. Veamos…
-¡No toques ese brillo de labios! –Alice cogió a Nessie de la muñeca cuando iba a retocarme-. Déjame el maquillaje a mí, ¿quieres?
-Vale, vale… Iré a ver qué necesitan abajo…
-Vale, vale… -Alice rió y Nessie le sacó la lengua, cuando se fue me miró y sonrió-. Se le ha pegado esa contestación de Jake… es gracioso, a Bella también se le pegó una buena temporada…
-Sí… -Reí-. A Seth se le quedó mi “Genial”… -Reí y ella asintió-. Alice… -Toqué su fría mano y ella sonrió negando-. Déjame decírtelo, por favor…
-No es necesario, lo sé…
-Pero yo necesito decirlo… -Ella rodó los ojos mientras daba leves pinceladas en mis mejillas-. Gracias por todo. Y cuando digo por todo, es que desde antes de que yo supiera nada de toda esta locura tú ya me ayudaste. Y después… y siempre. No sé cómo voy a poder agradecerte…
-Cállate y cierra los ojos… -Dijo riendo-. Es una buena manera de agradecer nada.
-Sabes que es mucho…
-Cierra… -Suspiré y cerré los ojos-. Siempre estuviste con mi sobrina, desde el principio. Lo vi desde el primer día… sólo te devuelvo lo que tú has hecho por mi familia. No hay nada que agradecer.

Suspiré y ella terminó de pintarme. Me dejó a solas frente a un conjunto de lencería blanco inmaculado y me cambié, ella apareció para cerrar la cremallera del vestido y volver a retocar mi maquillaje. Llamaron a la puerta y Rose la abrió dejando pasar a mi pequeña. Alice masculló algo sobre su maquillaje, pero no pude evitar dos lágrimas y salir corriendo para abrazar a mi pequeña princesita.
-¿Por qué lloras mami? ¿Tan fea estoy? –Dijo riendo-. Vas a estropear tu maquillaje…
-Estás preciosa, princesa…
-Gracias… -Dijo con su risueña risa-. Tú más…
-El novio espera ansioso… -Jasper apareció sonriente y Alice palmeó-. ¿Emocionadas?
-¡Ya sabes que sí! –Alice saltó sobre los brazos de Jasper y le besó-. Sabes que me encantan las bodas… no hay nada mejor.
-Viene alguien, chicos… -Rose adecentó el vestido de mi hija y mi padre se asomó, su cara era de inmensa felicidad y emoción-. Iremos bajando todos a la segunda planta, os esperaremos allí…
-Gracias… -Mi padre les dejó pasar abrazando a su nieta y me miró emocionado de nuevo-. Estás preciosa… -Se acercó y tomó mis manos para besarlas-. Tu madre está emocionada, siempre había querido ver tu boda… y tú lo arruinaste, guapa… -Reímos y le abracé-. Es genial que te hayan organizado esto… estás preciosa y por fin tu madre va a cumplir su sueño…
-¿Sólo ella está emocionada? –Él rió conmigo y tomé su mano-. ¿Acompañas a tu hija al altar por segunda vez?
-No… -Sonrió-. La acompaño por primera vez, para ver su segunda boda con su único amor verdadero…
-Un poco cursi para ti, ¿no crees?

Asintió riendo conmigo y empezamos a caminar. Al llegar a la segunda planta los Cullen al completo estaban allí para darme la bienvenida, me susurraron consejos y palabras agradables, besé a mi hija y algunos bajaron. Fue entonces cuando vi a cuatro personas al final del pasillo. Cuatro personas importantes en mi vida, tanto que solté a mi padre para correr a abrazarles.
-Es verdad que las novias se emocionan demasiado… -Kevin rió y besó mi mano dulcemente-. También es verdad que la novia siempre está preciosa.
-Gracias…
-Enhorabuena… -Cassy me abrazó cuidadosamente-. Preciosa…
-Preciosa es poco… -Wanda me abrazó del mismo modo y sonrió-. Deslumbrante.
-Ahora veremos al deslumbrado… -Ryan rió besando mis manos y me guiñó un ojo-. Déjalo babeando, encanto.

Reí y me giré, cuatro personas más esperaban en lo alto de las escaleras. Mis amigos fueron bajando en primer lugar, Rose y Emmett ayudaron a Meg a bajar, yo esperé hasta que ella llegó a la primera planta. Miré a mi padre y asintió, mis piernas temblaban y una sensación extraña recorría todo mi cuerpo, especialmente en el vientre. Puse mi mano allí, sujetando el ramo contra mi vientre y aferrándome fuerte al brazo de mi padre.
Mis ojos le buscaron antes incluso de bajar las escaleras, Vera y Leah esperaban cercanas a él, mi madre sentada junto a Sue y Charlie… Jake tapándole los ojos y hablándole al oído con una sonrisa. Puse el pie en el suelo y Jake le destapó los ojos, los abrió y tragó mostrándome una enorme sonrisa, noté en sus labios cómo suspiraba para volver a sonreír. Muchos rieron al ver su reacción, mi hija se acercó a él tirando pétalos mientras yo pisaba los que había dejado por el camino. Seth le tendió la mano y la giró mirándola por un corto instante mientras volvía a fijarse en mí.

Me quedé algo extrañada al ver al maestro de ceremonias, era un hombre con rasgos nativos y vestido de blanco, parecía concentrado en unos papeles. Miré de nuevo a Seth y él se encogió de hombros sin dejar de sonreír, me tendió la mano y mi tembloroso padre cogió la mía para ofrecérsela.
-No puedo decir lo típico… no puedo entregarte a mi hija ya que hace muchos años que ella misma se entregó a ti. Sólo… cuídala como hasta ahora… -Seth asintió con un gesto de enorme felicidad y mi padre me besó dulcemente-. No llores… que te conozco.
-Vale… -Dije riendo con los que lo habían oído-. Gracias por traerme…
-Queridos familiares y amigos de la pareja… -Comenzó aquel señor mientras mi padre se sentaba y Seth me indicaba que hiciera lo mismo en unas sillas preparadas para nosotros-. Estamos hoy reunidos para celebrar la conmemoración de una unión y afianzar los lazos que esta pareja ya se juró –Mi hija se sentó en la rodilla de Seth y miró al señor con curiosidad. Seth apretó mi mano y sonreímos-. Dado que es una ocasión especial, tenemos una banda sonora especial… -Miré a Seth y rió cuando empezó a sonar la canción con la que aquel día había caminado hasta el altar-. Escuchemos las sabias palabras que se dedicaron aquella noche…
-Te quiero… -Susurró Seth de manera casi imperceptible y besó mi mano con dulzura-. Siempre viviré por tu amor…



Nuestra hija nos miró atenta, sonreía y Seth le susurró que estaba preciosa mientras me miraba, nos miramos escuchando aquella preciosa canción. Tras el primer estribillo el señor carraspeó y le miramos a disgusto.
-Pongámonos en pie para escuchar los votos de la pareja… -Nos pusimos en pie y él volvió a carraspear, miró a mi hija y sonrió-. Jovencita, los anillos…
-¡Sí! ¡Perdón! –Mi hija se levantó del tirón y se acercó corriendo a Nessie que reía entregándole una cajita. Mi hija abrió la boca cuando se los mostró y ella rió cerrando la caja y mandándonosla de vuelta-. Aquí están… -Miró a Seth apenada-. Lo siento…
-Dame… -Seth le guiñó un ojo y la acercó a él, ella se encaramó a su pierna mientras Seth abría la caja para sacar mi anillo y se quedaba perplejo. La risa de Nessie resonó y él la miró fugazmente para mirarme a mí-. Vale… tengo que añadir a mis votos que por fin tienes el anillo de casada que te mereces… -Sonrió negando y me los mostró, me quedé helada y él volvió a negar cogiendo uno y dándole la caja a Meg-. Darlene McBrown… -Sonreí con él-. Jamás pensé que hubiera un día mejor que aquel que nos prometimos amor de una manera completamente compulsiva… pero me equivoqué. Convertiste el 16 de marzo en una fecha que recordaría toda mi vida, no sólo por ser la víspera de tu cumpleaños, también por haberme hecho el hombre más feliz del mundo aquel día. Nueve meses después, un precioso día nevado, aquel diecinueve de diciembre volviste a hacerme de nuevo el más feliz… -Seth miró a nuestra hija que sonreía-. Y en eso tú también tienes que ver… -Ella rió y él volvió a mirarme-. Y hoy las dos os juntáis para volver a sorprenderme. Para volver a recordarme la razón por la que cada mañana me levanto con una sonrisa, por la que deseo salir pronto del trabajo y por la que no veo la hora para sentarnos juntos en el sofá a disfrutar de las dos mejores compañías que puedo tener… -Sonreí y él suspiró colocando aquel anillo, sin llegar a ponerlo-. Gracias a nuestros amigos puedo decirte esto y preguntártelo yo… -Reí levemente y él sonrió alzando una ceja-. ¿Quieres seguir haciéndome tan feliz como hasta ahora con tu simple presencia?
-Sí… -Sonreí y asentí-. Claro que quiero… -Seth puso el anillo y mi hija me tendió la cajita, cogí el anillo y tomé su mano como él había hecho conmigo-. Seth Clearwater… -Suspiré-. Cada 16 de marzo desde hace cuatro años he soñado con algo así, con tener a nuestra pequeña presenciando nuestros votos, con poder decirte de nuevo las palabras que acabo de pronunciar y esperando. Esperando poder hacerte al menos una décima parte de lo feliz que tú me haces, esperando poder seguir viviendo tal y como lo hemos hecho, pudiendo seguir con la conversión que has hecho de mí –Me miró raro y sonreí-. Pasé de ser una adolescente hipersensible y enamoradiza a ser la chica que siempre quise, la chica amada por el hombre perfecto, de ahí a volverme loca buscando algo que no sabía qué era, para encontrarme de nuevo a mí misma y volver a ti… y acabar convirtiéndome en lo que ahora soy. Una adolescente encerrada en el cuerpo de una madre llena de amor por el hombre perfecto –Sonrió enormemente y yo alcé una ceja-. Y ahora espero que respondas lo mismo que hace cinco años, lo que llevo esperando tanto tiempo… -Sonrió y asintió antes de tiempo-. ¿Quieres seguir haciéndome sentir todo eso cada día?
-No lo dudes… -Coloqué el anillo y él tomó mi mano fuertemente-. Siempre.
-Siempre así… -Sonreímos, fueron las primeras palabras que me dedicó como esposo-. Siempre.
-Podéis besaros…
-¡Gracias! –Seth se lanzó a mis labios provocando las risas de los presentes y una dulce risa bajo nuestro beso-. Dar…
-No lo digas… -Le besé dulcemente y le miré-. Déjame decirlo a mí primero esta vez… -Sonrió y asintió-. Te quiero siempre así.
-Voy a rectificar nuestro tratado… -Sonrió y cogió a Meg en brazos, la besó y yo hice lo mismo mientras ella reía-. Siempre os quiero así.

Una lluvia de arroz, confeti y serpentina nos lleno a los tres, todos reían y se acercaban a felicitarnos, me fijé en que habían servido una mesa a modo de buffet y todo el mundo cenaba en las mesas ubicadas en el jardín.

Eran las once y media cuando Leah y Vera se acercaron a nosotros y nos felicitaron, diciendo que ahora llegaba su regalo de bodas… llamaron a los niños avisando de que había que salir ya para acampar. Corretearon y el resto del mundo fue despidiéndose. Sue invitó a mis padres a casa de Charlie y se despidieron de mí. Seth sonrió tomándome de la mano y me condujo hasta nuestro coche, me ayudó a entrar y fue él quien condujo hasta casa. Ayudó a sacar mi vestido del coche y rió cuando se enredaron mis pies en él. Maila empezó a ladrar al vernos y correteó a nuestro alrededor. Seth me cogió en brazos y me guiñó un ojo, reí y entramos en casa, cerró la puerta dejando a Maila fuera. Me subió hasta nuestra habitación, me besó dulcemente y me dejó en el suelo.
-Estás preciosa…
-Tú también… -Acaricié sus hombros y empecé a quitar su chaqueta, él rió y se la quitó tirándola sobre la silla-. Déjame deshacerte el nudo… -Tiré de su corbata y rió-. Veamos que hay debajo…
-¿Crees que voy a dejar que me desnudes así por así? –Rió cuando paró mis manos en su segundo botón-. ¿Así de frío? Sin besos ni nada…
-Cállate… -Reí y le besé-. ¿Me ayudas?

Sonrió y asintió despacio. Empezó a ayudarme a quitar su camisa, aunque realmente me ralentizó haciendo que lo deseara más todavía. Acaricié su pecho y le miré, le besé y le abracé. Acarició mi rostro y siguió por mi cuello, mi hombro… suspiré sonriendo cuando acarició mi espalda y pude notar sus dedos cálidos acariciar la piel que iba quedando descubierta al bajar la cremallera del vestido. Su sonrisa era… indescriptible. Imaginé que como la mía.
Me alejé y dejé caer el vestido, lo miré con pena y lo recogí del suelo, él sonrió y besó mi frente, cogiendo mi mano cuando me alejaba para dejarlo bien puesto. Le miré y sus ojos estaban posados en mi trasero, alcé una ceja riendo y él suspiró imitándome. Me acercó a él y me besó dulcemente, acarició mi rostro con cariño y yo su cintura.
Mis dedos aferraron su cinturón y lo quitaron con facilidad mientras él me acunaba, sonrió en mis labios cuando al tirar del cinturón se atascó ligeramente. Mordí su labio y él gruñó, empujándome y dejándome caer con cuidado sobre la cama, bajó sus pantalones y los lanzó de nuevo a la silla, reí.
-No sabes lo afortunado que me siento en este mismo instante… -Sonreí y creo que me sonrojé por su divertida mirada-. He podido casarme por segunda vez con la mujer de mi vida teniendo a todos nuestros amigos y familia viéndolo… teniendo a nuestra hija allí… -Negó-. Nada podrá estropear jamás este día… -Alcé una ceja-. Sé que antes estaba molesto, pero ni eso me importa ya…
-¿En serio?
-En serio… -Sonrió y besó mi nariz-. Realmente estaba molesto porque pensaba que había algo que te alejaba de mí, llevas unos días tan ausente que realmente estaba asustado. Pero ahora he comprendido que sigues aquí, que aunque te guardes tus cosas y que no me cuentes el cien por cien… seguiría siendo feliz con que tú quisieras darme sólo un uno… -Lloré y él hizo una mueca, besó mis mejillas y acarició mi pelo-. Sé que estás preocupada por algo y preferiría que me lo contaras, pero créeme que entiendo que quieras tu espacio. Sólo… -Se encogió de hombros y sonrió-. Deja de llorar y deja de alejarme. Podré soportar cualquier cosa, menos eso…
-¿Realmente crees que quiero volver a alejarte? –Él negó limpiando mis lágrimas-. Más vale que empieces a creértelo de verdad… no voy a irme a ninguna parte.
-No me importaría que te fueras… siempre que supiera que vas a regresar.
-Si me alejara… sabes que siempre volvería… -Sonreí y le besé, él hizo una mueca-. Déjame alejarme dos minutos… prometo regresar…
-Está bien…

Se apartó y me dejó levantarme. Le miré y me tiré sobre él para besarle, quería que borrase ese resquicio de preocupación de su cara. Me metí al baño y me lavé la cara, justo entonces vi una tarjeta colgando de los pomos del armario. Alice…
Abrí el armario y dentro había un camisón a juego con la lencería que me había proporcionado… suspiré negando y reí, me puse el “trapito” y me miré en el espejo, algo en mi estómago se removió. Lo acaricié y me miré de nuevo al espejo, tenía que decírselo…
Me apoyé en el lavabo y recordé vagamente aquel día de finales de abril. Mi estúpida mente no acababa de recordar el día exacto, sólo que era un viernes. Estaba cerrando el vivero… había sido un día realmente ajetreado. Descolgué el teléfono y marqué su número.
-¿Te queda mucho?
-Sí… -Suspiré-. No creo que pueda ir hoy hasta la reserva… estoy muy cansada y no me encuentro bien, Seth…
-¿Quieres que vaya a buscarte? Yo salgo en un momento también…
-No… tú también estás cansado y no quiero que corras tanto sólo para verme caer en la cama… -Suspiré-. En serio, mañana cuando me despierte te llamo y voy a casa, ¿vale? –Ainhoa me miró raro cuando me tocó la frente-. Tengo que colgar…

Empujé a Ainhoa y salí corriendo al baño tirando el móvil al suelo. Ella me ayudó a levantarme después y me miró preocupada.
-Tienes mala cara… -Hizo un mohín-. Te quedas en casa esta noche, ¿vale? No quiero que te vayas conduciendo hasta Monroe así…
Asentí y mi móvil volvió a sonar, ella sonrió y me instó a que no contestara, pero carraspeé y contesté. Como ella había vaticinado, Seth se preocupó.
-Seth… estaré en casa de Ainhoa y Maca…
-Vale… luego te veo…
-Mañana… -Bufé-. Te conozco vete a descansar y mañana te veo…

Remoloneó pero acabó aceptando mi propuesta, me fui a casa de mis amigas y nos sentamos en el sofá para ver unas películas. Reímos cuando se nos quemaron las palomitas y cuando nos vimos a las tres en el sofá encogidas con una manta cada una…
-¿Y si llamamos a los pequeños? –Maca alzó una ceja-. Seguro que los tenemos aquí en menos de una hora…
-No hace frío… ¿porqué nos tapamos?
-Creo que es algo psicológico… -Reí comiendo palomitas-. Es como una especie de manera de echarlos de menos…
-Seguro que eso es teoría de Gabi… -Maca rió negando-. Voy a por más palomitas…
-No las quemes esta vez… -Dije riendo y ella me sacó la lengua-. Espera… te ayudo.

Ainhoa gritó dos minutos después y pudimos escuchar un par de risas masculinas, cuando me giré Seth esperaba con una mueca apoyado en el marco de la puerta.
-¿Qué haces aquí?
-Ya es mañana… -Mostró su reloj-. Técnicamente, pasan de las doce, así que… -Rodé los ojos y sonrió, le abracé-. Hola, preciosa…
-Bueno… te dejo con tu marido. Que no se quemen las palomitas, eh…

Reí… pero se quemaron. Volvimos al sofá, pero esta vez sin mantas. Seth se sentó en el centro y yo sobre él, Maca y Ainhoa estaban una a cada lado, los chicos sentados en los brazos del sofá rodeándolas con sus brazos pero sin llegar a tocarlas. Diez minutos después me fijé en que ellas había apoyado sus cabezas en ellos y Seth estaba dormido apoyado en mi cabeza. Intenté dormir yo también, pero cuando la película acabó las risas me espabilaron ligeramente. Seth me miró frotándose los ojos y disculpándose, yo negué y le abracé.
-¿Vamos a casa? –Susurró en mi oído con la ceja alzada-. Creo que deberíamos dejarles solos… se supone que somos un matrimonio y ya no estamos para noches locas…
-¿Lo dices en serio? –Reí-. ¿Quieres que seamos ese tipo de matrimonio? –Volví a reír y él sonrió ampliamente-. Creo que acabaré muy aburrida…
-Sólo me apetece estar a solas contigo… -Murmuró en mi cuello-. Y Vera no está en casa…
-Veamos… -Miré a mi alrededor, los cuatro estaban bromeando y parecían ajenos a nosotros-. Quizá se molesten…
-Largaos ya… -Sean relinchó-. Realmente apesta teneros alrededor…
-¡No seas así! –Maca le dio un golpe seco en el cogote-. Deja que hagan lo que quieran… -Me miró y sonrió-. No me molestaré… -Miré a Ainhoa y negó-. Podéis iros tranquilos…
-No tenéis porqué aguantar esta guardería… -Ainhoa rió empujando levemente a Kyle-. Ve a disfrutar de tu fin de semana…

Seth alzó una ceja, ese tipo de gesto que hacía cuando tenía razón. Rodé los ojos y me levanté, nos despedimos de nuestros amigos y caminamos hasta mi coche, me apoyé en la puerta antes de entrar, estaba realmente cansada.
-Déjame las llaves… -Seth me miró haciendo una mueca-. Aprovecha el viaje para descansar, yo ya he dormido un poco…
-Sólo media hora…
-Más que tú… -Besó mi frente y me empujó levemente guiándome hasta la puerta del copiloto-. Vamos, no me hagas usar la fuerza…
-Qué miedo… -Rodé los ojos y me metí riendo, cuando entró empezó a conducir y yo no podía dejar de mirarle, él sólo sonreía y tomaba mi mano-. Aunque suene mal, aunque no debería ser así porque es un poco egoísta y deberías haberte quedado en casa durmiendo… -Suspiré y él sonrió-. Me alegra mucho que hayas venido… tenía ganas de verte.
-Ven aquí conmigo… -Me abrazó levemente y me quedé apoyada en él, que seguía conduciendo con una mano mientras con la otra acariciaba mi pelo-. Descansa, llegaremos rápido.
-Si corres demasiado y…
-Sí, sí… lo sé… -Rió besando mi frente y apoyando su mejilla en mi cabeza-. Yo pago la multa. Pero tú descansa…

Cuando llegamos él intentó sacarme del coche sin despertarme, pero no lo logró. Sonreí acomodándome en su cuello mientras él cargaba conmigo, le besé y él sonrió. Mi estómago hizo un sonido raro y él alzó una ceja, me mordí los labios y le pedí que me dejara en el suelo de la entrada, fui directa a la cocina y él estuvo al segundo sujetando mi frente.
-¿Estás bien? –Negué y él hizo una mueca-. ¿Quieres algo? –Negué de nuevo y él cogió una silla sin soltarme, se sentó y me sentó a mí en su regazo acunándome-. Cuando te encuentres mejor vamos a dormir, ¿vale? –Asentí y él sonrió besándome en la frente-. ¿No te mareas cuando te llevo a lomos y sí cuando te llevo en el coche dormida?
-No es eso… -Susurré casi sin voz-. No me encontraba bien antes, pensé que las palomitas me habían asentado el estómago…
-¿Ahora las palomitas son curativas? –Rió y negó-. ¿Te llevo arriba?
-Pero haz una parada en el baño, ¿vale?

Rió y me llevó hasta el baño, me cepillé los dientes con fuerza y él seguía con sus manos en mi cintura, mirándome como si fuera una modelo posando en un cuadro… y sin embargo estaba horrible, unas marcadas ojeras, el pelo algo revuelto y un color blanco amarillento en mi piel.
Me enjuagué la boca y él me guió de nuevo hasta el cuarto, me tumbé y me acurruqué a su lado, apenas se quejaba ahora cuando notaba mis helados pies enredarse en sus piernas, aunque siempre daba algún pequeño respingo.
Pasé una noche horrible, me levanté al baño unas cinco veces y Seth parecía preocupado. Me tumbé con él en la cama, aunque no podía dormir al menos descansaba. Vi cómo amanecía y él seguía ahí despierto, acariciando mi pelo y besando mi frente de vez en cuando. Me abracé fuerte a él y él hizo lo mismo, pero no ayudó mucho y tuve que salir corriendo de nuevo al baño. Seth suspiró y mojó mi nuca levemente, pareció ayudar… pero aunque él me sujetaba yo quería caer en el suelo y ponerme a llorar.
-Ven… -Me abrazó-. Volvamos a la cama… -Empecé a llorar y él suspiró-. ¿Quieres que vayamos al médico?
-No… -Gimoteé mientras él limpiaba mis lágrimas y me abrazaba-. Quiero que se pase.
-Vale… -Dijo sonriendo y besando mi frente-. Entonces, para que se pase, vamos al médico. Seguro que puede darte algo para que te encuentres mucho mejor…
-Cuando deje de llorar…
-Vale… -Rió levemente y me abrazó-. Eres como una niña pequeña cuando estás enferma, ¿lo sabías? –Le miré mal y él rió-. Si no fuera porque lo pasas tan mal, incluso creo que disfrutaría de esto…
-No mientas… -Alzó una ceja y apoyé mi mejilla en su pecho-. Ya estás disfrutando…
-Sólo un poco… -Acarició mi pelo y me hizo mirarle-. Siempre te pones así de tontorrona unos días al mes… y me encanta… -Sonrió y fue entonces cuando pensé que tenía una semana de retraso, mi sonrisa se borró. Él me miró extrañado y borró su sonrisa poco a poco, como a cámara lenta. Fue a decir algo y cerró la boca, miró al suelo pensativo y volvió a mirarme a mí-. Ya has dejado de llorar…
-Creo que quiero empezar de nuevo… -Tragué y él me miró con una leve mueca-. ¿Y si…?
-Pues… -Inspiró y después acumuló el aire en sus mejillas, lo soltó de golpe y se encogió de hombros, evitando una enorme sonrisa-. Tampoco sería algo malo… ¿no?

Empecé a llorar de nuevo y él hizo una mueca de dolor. Me acompañó hasta la cama y sollocé en su pecho por mucho rato, tanto que acabó sonriendo diciendo que al menos el susto me había hecho mejorar. Cuando abrí los ojos ya era de noche, Seth miraba por la ventana y acariciaba a Maila que estaba parada junto a la cama. Le miré y él hizo una mueca, parecía preocupado por algo.
-¿Has estado aquí todo el rato? –Asintió una sola vez, eso era mala señal. Cuando sólo asentía una vez, algo malo pasaba-. ¿Qué va mal?
-¿Estás mejor?
-Sí, pero no intentes cambiar de tema. Suéltalo, Clearwater.
-Te has disgustado tanto… -Hizo una mueca y acarició mi pelo-. ¿Tan malo sería si…? Quizá no sea el momento adecuado, estoy de acuerdo. Pero… parecías aterrada.
-No sé… -Suspiré-. Mi sobrina me encanta, en serio… y me lo he planteado.
-Pero sigues aterrorizada con la idea, ¿no?
-¿Y si algo malo le pasara? No sé si podría soportarlo, mi madre acabó loca… y yo no sé si podría superar algo así.
-Jamás dejaría que le pasara nada malo, velaría sus sueños para que tú pudieras descansar tranquila –Hice una mueca y me miró preocupado-. ¿Qué?
-No sé si estoy preparada.
-Ya hablamos de eso hace un tiempo… -Sonrió-. No me cabe la menor duda de que vas a ser la mejor madre del planeta, ahora o dentro de un tiempo. Sea cuando sea… -Se encogió de hombros y volvió a sonreír-. La mejor…
-No me queda tan claro… -Le abracé-. Al menos, tú estarás conmigo…
-No dudes eso ni un segundo… -Besó mi pelo y su estómago rugió, reí y él conmigo-. ¿Tienes hambre? ¿Quieres que prepare un poco de arroz?
-¿No has comido nada en todo el día? –Negó y yo reí-. Deberías preparar un par de kilos para saciarte… -Reí con él y me incorporé-. ¿Preparas la cena mientras me doy una ducha?

Asintió entrecerrando sus ojos y se marchó. Yo suspiré y me metí al baño, realmente tenía mejor aspecto que horas antes. Me metí a la ducha y él apareció minutos después, reí y me dijo que la cena estaba haciéndose, pero que prefería ducharse conmigo que ver hervir el agua… pero sólo consiguió que a mí me hirviera la sangre con sus besos.
Me ayudó a ponerme el pijama y me bajó en brazos a la cocina, cené poco y reí viéndole engullir, él gimoteó fingiendo estar ofendido por mi mirada, aunque sabía que a él también le resultaba gracioso. Le ayudé a recoger a pesar de que apenas me dejaba moverme, al terminar le abracé y me miró fijamente, suspiré viendo la duda en sus ojos.
-¿Hay tiendas abiertas a estas horas?
-En Port Ángeles seguro… -Hice una mueca y él otra-. Dame unos minutos, estaré de vuelta en menos de media hora… -Besó mi frente y me guió hasta el sofá, me tumbé y volvió a besarme acuclillado frente a mí-. Veinte minutos…

Sonreí y cuando se fue yo empecé a ser un manojo de nervios. Acaricié a Maila durante un cuarto de hora, era relajante pero no conseguía calmarme. Me levanté y subí al piso de arriba, entré al baño del pasillo y eché un tapón entero de jabón para después llenarla de agua tibia. Seth puso su mano sobre la mía cuando cerraba la llave.
-¿Vas a darte un baño ahora? –Asentí y él alzó una ceja-. ¿Ya?
-Estaba nerviosa… -Me encogí de hombros y extendí mi mano-. Dámelo y nos daremos un baño mientras esperamos.

Me hice la prueba y entré con él en la bañera, me acurruqué entre sus brazos y miré aquel palito con angustia, él tabulaba su mirada entre el objetivo de la mía y mi rostro. Cuando sonó la alarma de su reloj le miré angustiada, besó mi frente y estiró el brazo para coger la prueba, no dejó de mirarme mientras lo hacía, me la tendió.
-¿Quieres…?
-No… -Me acurruqué con él y la cogí, le miré y apoyé mi cabeza en su hombro. Cuando la giré las dos rayitas nos daban nuestro positivo. Sus manos recorrieron mis brazos y tomaron mis manos, besó mi mejilla y esperó a que yo hablara-. ¿Vamos a ser papás?
-Eso parece… -Me miró amortiguando una sonrisa y yo hice lo mismo. Una lágrima cayó por mi mejilla y él la limpió-. Todo irá bien, lo prometo…
-Lo sé… -Empecé a llorar y le abracé-. ¡Vamos a…! –Reí y le miré, parecía extremadamente feliz y cauteloso a la vez-. No sé qué vamos a hacer, Seth…
-¿Estás feliz? –Asentí y él sonrió ampliamente, me besó frenéticamente y reí con él-. Tú sólo encárgate de disfrutar de cada momento… -Me besó dulcemente y sonrió-. De lo demás me encargo yo.
-Pero… ¿Qué vamos a hacer? No sé si podré dejar…
-No tienes que dejar nada. He estado pensándolo al volver, nos mudaremos a Seattle.
-No quiero que tú dejes… -Negó-. Seth, aquí tienes tu casa, tu trabajo… tienes tu vida, no es justo que siempre… -Me besó silenciándome, yo gimoteé-. Seth…
-Tú eres mi vida.
-¿Estás…? –Suspiré-. Estás loco. Pero te quiero.
-¿Siempre así de loco? –Sonrió-.
-Siempre así…

Sonreí recordando los dulces besos que me regaló aquella noche y cómo vimos amanecer abrazados el uno al otro. Suspiré y me miré al espejo, tenía que hacerlo. Salí y él me esperaba tumbado en la cama, su sonrisa se borró quedándose impactado, me sonrojé.
-Vaya… -Se incorporó y se sentó en el borde de la cama cogiendo mi mano y acercándome a él para cogerme de la cintura-. ¿Cuándo te has caído del cielo, mujer? –Reí y le besé, puse una rodilla a cada lado de su cintura y me senté sobre él-. Espero que mañana no tengas nada que hacer… -Me besó y reí-. Mataré a aquel que ose perturbar nuestro descanso…
-¿Descanso?
-Sí… mañana por la mañana necesitarás descansar…
-¿Mañana por la mañana? –Alcé una ceja y él sonrió, besó mi cuello y suspiré-. ¿Y por qué no por la tarde?
-Porque te aseguro que cuando amanezca me suplicarás que te deje dormir… -Reí y él mordió mi oreja-. Y quizá esto no sea Jenner, pero voy a estar haciendo lo mismo que aquellas dos semanas…
-Suena bien… -Ronroneé y le abracé, él acarició mi espalda y noté que su cálida piel ya no lo era tanto, le miré y él sonreía dulcemente confuso-. Creo que tenemos que hablar. Quiero contarte lo que me preocupa…
-No es necesario, no te lo he dicho para me lo cuentes… sólo…
-¡Cállate! –Puse un dedo en su boca y sonreí, él hizo lo mismo y asintió-. Realmente… -Suspiré y me puse algo más seria-. También tiene que ver contigo…

Entrecerró sus ojos divertido y yo me asusté mucho. No sabía cómo decírselo. En principio, todo iba a ser mucho más fácil, esta vez no teníamos que buscar un piso pequeño en Seattle, ya teníamos una casa familiar y ya no éramos novatos. Pero aún así me asustaba mucho, ya no era sólo por mí, estaba preocupada de que algo fuera mal en el embarazo o en el parto y volviéramos a sufrir como aquellos primeros horribles días. Tenía miedo de que Meg se sintiera mal, que tuviera celos cuando hubiera alguien más… Él se puso realmente serio y tenso. Le miré, estaba convirtiendo algo que se suponía una buena noticia en algo malo, no podía hacer lo que siempre hacía, tenía que pararlo.
-No te equivocabas en cierto modo… -Suspiré e intenté sonreír, él me miró confuso-. Creo… bueno. Hay algo que nos está separando.
-¿He hecho algo mal? –Me sorprendí y él me miró serio-. Cambiaré lo que sea… sólo dímelo.
-Bueno… -Estuve a punto de reír y él pareció divertirse al verme reír-. Digamos que hiciste algo mal… -Reí y él se quedó en blanco-. Y sí, tendrás que cambiar alguna cosa…
-¿Qué…? –Se quedó congelado y yo sonreí-. ¿Nos está separando? –Asentí al ver una pequeña sonrisa en su boca-. ¿Ahora mismo? –Volví a asentir y rió incrédulo, sus ojos empezaron a brillar y me miró emocionado-. ¿En serio?
-Pues… creo que nos seguirá separando durante siete meses más.
-¿Estás…?
-Sí, estoy segura. Por eso me he ido a la hora de comer, he ido a hablar con Carlisle… -Sonreí mientras él no paraba de reír-. Y al parecer, según Nessie… va a ser una niña.
-¿¡Otra niña!? –Rió y me abrazó-. Eso es… -Me alejó y me miró, miró mi vientre y lo acarició-. ¡Qué idiota soy…!
-Lo siento, debí habértelo dicho antes, es normal que estuvieras molesto, realmente te huía…
-No… -Negó sonriente-. No me refiero a eso. He sido un tonto pensando que no podías hacerme más feliz… y acabas de hacerlo –Sonrió ampliamente y me besó-. Rodeado de mujeres… -Rió-. ¿Quién dice que no existe el cielo?
-Seth… -Reí mirando sus ojos, una lágrima cayó-. ¿Estás llorando?
-No sabes… -Cogió mi mano y la llevó a su pecho-. Me estoy ahogando… -Rió y yo limpié sus lágrimas-. Realmente te juro que… -Tragó y suspiró-. No sé qué decir.
-Pues… podrías decir que me quieres. Y que todo va a salir bien…
-No sé… -Negó y me besó-. Mejor te digo que te amo y, no que todo irá bien… todo irá genial. Que… tengo ganas de… no sé qué hacer para demostrarte cómo me estoy sintiendo.
-Prométeme algo… -Me miró emocionado-. Que no pasará como la última vez… -Negó y apareció mi pelo-. No quiero sentir que tú te alejas de mí…
-Ven… -Me cogió de los muslos y me acercó más a él-. Esto es lo más lejos que vas a estar de mí hasta mañana por la tarde… -Sonrió y me besó-. Y más vale que te acostumbres… -Acarició mi espalda llevando consigo el camisón y tirándolo lejos-. Porque te quiero así de cerca cada noche…
-Hombre… -Hice una mueca y reí acariciando mi vientre-. Cada día nos alejará un poco más…
-Yo creo todo lo contrario… -Me acercó aún más a él y noté su calor en mi piel-. No voy a ponérselo fácil, te lo aseguro…

Me besó y yo sonreí. Fue delicado en cada caricia, se tomó su tiempo para amarme durante toda la noche, sólo con la luz del alba pausó sus caricias. Sonreí acariciando sus tensos brazos que soportaban su propio peso para no aplastarme. Depositó un dulce beso en cada uno de mis pechos y después en mi boca.
-Hora de dormir…
-Creo que realmente… es hora de despertarse, ¿no crees?
-Bueno… -Bajó besándome y acarició mi vientre mientras lo besaba-. No quiero que me odie antes de tiempo por no dejarla descansar…
-No se ha quejado… -Reí-. O al menos eso parece…

Negó y me besó, me contentó hasta que me acomodé en su pecho para ver el sol, aspiré el perfume de su pecho y noté que algo se revolvía en mi vientre… le miré y sonrió.
Sus dulces y cariñosos besos me despertaron con la mejor de las sonrisas, me ayudó a levantarme y examinó mi cuerpo desnudo, hizo una mueca de apreciación y reí abrazándole.
-No me importaría que fueras así siempre… pero creo que es mejor que te vistas para que vayamos a celebrar tu cumpleaños… -Me besó en la mejilla pausadamente-. Feliz cumpleaños de nuevo… -Susurró-. Ahora deberías echarme para que no estropee la fiesta sorpresa que le han preparado a mi chica… -Me abracé a él más y rió-. Como sigas pavoneándote desnuda te arrepentirás mucho esta noche… ¿sabes?
-Ya… ¿Y Meg?
-Tengo todo planeado… -Lo pensó-. Ponemos una cama en la oficina y le decimos que es su nueva tienda de campaña…
-¡Seth! –Le empujé y él rió abrazándome de nuevo-. Más te vale que sea broma…
-Sí… -Dijo fingidamente-. Claro, sólo… esperaremos a que se duerma. Podemos… ¿Insonorizar la habitación? Sería un buen plan B… digo… A.
-¡Qué tonto eres! –Reí besándole-. Vamos… quiero verla ya…
-Lo sé… -Puso un gesto de interesante-. Por eso he ido a buscarla… está abajo, merendando y esperando a que su mami baje a explicarle algo.
-¿Se lo has dicho ya?
-No… -Sonrió-. Quería esperarte, pero tampoco quería despertarte… así que sólo le he dicho que teníamos una sorpresa para ella…
-¿Y si se pone celosa o algo así? –Negó sonriente-. No quiero que se sienta mal…
-Lo sé… por eso he ido de compras antes de recogerla…
-¿Cuánto rato llevas despierto?
-Unas tres horas… -Rió-. Le he comprado la bici que quería…
-¡Seth! –Le miré molesta-. ¿Vamos a regalarle todo lo que quiera cuando no sepamos cómo actuar? No puedes hacer eso…
-Lo sé… -Dijo con una extraña mueca-. Pero te he comprado un bonito vestido para que no te enfadaras…
-Seth… -Le miré mal y él arrugó su nariz y me besó-. Tenemos que hablar de eso…
-Sólo quería teneros contentas… estoy tan feliz y emocionado que tenía que compartirlo…
-Más te vale que aprendas otro método… -Alcé una ceja-. O cada vez que hagas eso dormirás tú en la oficina… ¿Te queda claro? –Arrugó su nariz disgustado y reí señalando la puerta-. Ve a vigilar a tu hija… que no me tienes nada contenta…
-¿No? –Me abrazó y besó mi cuello-. Si quieres…
-¡Seth! –Me alejé riendo-. No me hagas enfadar, Clearwater…

Señalé la puerta y él se fue con una sonrisa. Realmente me deshice, no me cansaría de él jamás… pero tenía que bajar al mundo real y recordarme a mí misma que mi pequeña estaba abajo para no salir corriendo como Dios me trajo al mundo y suplicarle que me devolviera a nuestro lugar favorito.
Suspiré y miré la caja en el escritorio. Me metí a la ducha y me envolví en la toalla, me vestí y vi aquella caja. Tenía que reconocer que el vestido era precioso, me lo puse y dejé mi pelo suelto y mojado, bajé las escaleras y escuché los pasos apresurados de mi pequeña, que me abrazó antes de que pudiera terminar de bajar.
-¡Hola mami!
-¡Hola princesa…! –Me agaché para besarla y sonreí, Maila apareció y la acaricié también-. ¿Cómo lo has pasado?
-¡Genial! Hemos estado durmiendo en tiendas muy viejas, hacía mucho frío… pero dentro se estaba muy bien. Hemos dormido todas las chicas con Vera y Leah se ha quedado con los chicos… ha sido muy divertido, de verdad. ¿Me dejaréis ir a la próxima?
-Lo pensaré… -Sonreí y acaricié su pelo-. ¿Te has bañado ya?
-Sí…
-¿También el pelo? –Miré a Seth que hizo una mueca, ella hizo otra y yo suspiré cuando asintió despacio-. ¿Y esta hoja de aquí?
-¡Jo! ¡Es que papi me da muchos tirones cuando me lo desenreda él!
-Vamos… -Señalé las escaleras-. Sube ahora mismo a lavarte el pelo… -Miré a Seth mientras ella subía pesadamente las escaleras-. Ya te vale…
-No quería amargarla… se disgusta mucho cuando le cepillo yo el pelo…
-¡Arriba tú también! Ya te vale…

Reí al ver subir a los dos al mismo paso, miré a Maila que bostezó y se tumbó sobre la alfombra mirándolos con desgana, andaban como si hubieran sido sometidos al peor castigo del mundo. Subí detrás dándoles palmadas para que corrieran más, pellizqué a Seth en el trasero y corrí para coger a Meg cuando llegó arriba y llevarla en brazos. Ella decía que le encantaba que la hiciera volar… siempre extendía sus brazos y gritaba con emoción cuando cargaba con ella.
Lavé su pelo y puse su suavizante preferido, de sandía. Lo aclaré con cuidado y la senté sobre mí para cepillar su pelo, Seth se quedó sentado en la alfombra con Maila mirándonos… sus ojos destilaban emoción y yo suspiré sonriendo.
-Deberías ir aprendiendo a cepillarle el pelo sin darle tirones… -Él asintió y se sentó a mi lado, le tendí el peine y Meg se escabulló-. Quieta ahí, jovencita…
-¡Me va a hacer daño!
-No… si te lo hace, yo le tiraré del pelo a él… -Hizo una mueca y se apartó cuando Seth pasó el cepillo, yo tiré del pelo de Seth y ambos me miraron extrañados-. Si le haces daño… yo tiraré de tu pelo. Así sabrás lo que se siente y aprenderás antes…
-Menuda se me espera… -Negó y cepilló con más cuidado-. Sometido al yugo femenino hasta el final de mis días… -Meg y yo reímos, Maila ladró-. Encima de víctima, bufón de los verdugos.
-No te quejes tanto… -Me apoyé en la cama y tragué, un ligero ardor subió por mi boca y Seth me miró preocupado-. ¿Papi te ha dicho que teníamos algo que contarte, verdad?
-¡Sí! ¿Qué es?
-Pues… -Suspiré y sonreí mirando a Seth-. ¿Recuerdas hace unos meses, cuando fui a buscarte al cole y estaba la mamá de Kathy?
-¿Cuándo Kathy me presentó a su hermanito? –Asentí-. Sí…
-Pues… -Suspiré y miré a Seth-. Nosotros…
-¿Te gustaría una hermanita a ti también? –Seth se lo soltó de golpe y ella nos miró asustada-. Alguien con quien jugar…
-¡Pero Kathy dice que sólo llora y hace caca! –Se encogió de hombros indignada-. Pensaba que sería como una muñeca… pero dice que no, que huele muy mal –Me reí con ganas y Seth también-. Os hará mucha gracia… pero a mí ninguna. No quiero que mi casa huela mal… -Me llevé la mano a la boca para reír y Seth se rascó la frente riendo-. ¡No es gracioso!
-Vale… -Seth la quitó de mi regazo y la sentó en sus rodillas, agradecí el gesto ya que mis ardores se calmaron-. ¿Y si hacemos un trato? –Ella le miró raro-. Nosotros te prometemos que no olerá mal… -Rió levemente al decirlo-. Si tú prometes ser cuidadosa con ella y quererla mucho.
-¿Podré jugar con ella sin que huela mal? –Seth asintió expectante-. Bueno… entonces sí que me gustaría. Delia tiene una hermana mayor y juega mucho con ella, le deja todos sus juguetes y la peina muy bien… ¡y la lleva a la playa!
-Claro… tener hermanas está genial… -Seth sonrió-. Sólo que tú serás la mayor…
-Entonces… -Lo pensó y me miró-. ¿Le tendré que dar mis juguetes?
-No… -Sonreí y negué acariciando su pelo-. Pero podrás jugar con ella, siempre serás más lista que ella y podrás enseñarle cosas… -Sonreí mirando a Seth-. ¡Y podrás peinarla para que no sufra como tú con tu padre!
-¿Y yo que gano?
-Pues…
-Algo que ella jamás podrá quitarte… -Seth me guiñó el ojo para sacarme del apuro-. ¿Recuerdas cuando fuimos a comprar con Vera para la acampada? –Ella asintió-. ¿Algo que te gustó?
-¡No! –Abrió los ojos-. ¿La bici? –Seth asintió y ella le abrazó, me abrazó y empezó a saltar en la cama, se colgó de Seth y besó su mejilla-. Te quiero papi, te perdono todos los tirones… ¡Genial! ¡Quiero una hermanita! ¿Y mi bici?
-¡Vamos a por tu bici!

Seth se levantó y la llevó a sus espaldas, les seguí y ella empezó a gritar cuando vio la bici, se montó en ella y empezó a pedalear, yo miré a Seth mal y él me abrazó contento mientras veíamos a Maila correr tras la bici de nuestra pequeña, ambos parecían emocionados… aunque yo le hice una mueca a Seth, no me gustaban los chantajes.
-Es una niña… -Puso cara de bueno y suspiró-. No le des más vueltas…
-Y tú un mal criador… -Suspiré y le besé-. Pero te quiero muchísimo…

Seth empezó a correr detrás de ellas, reía y yo no pude evitar disfrutar de mi momento en familia pensando que pronto seríamos uno más. Una más…


***

Me revolví en la cama buscando una postura cómoda. Seth hizo una mueca acariciando mi abultado vientre y yo otra por no encontrarme cómoda. Me puse de lado dándole la espalda y temblé de frío, él me rodeó con sus brazos. Minutos después sonó su despertador, las siete de la mañana, lo apagué de un golpetazo.
-Puedo quedarme… -Seth besó mi mejilla-. Puedo llamar a Jake y decirle que no has pasado buena noche… es sábado, no creo que…
-No… -Negué y le miré sonriente-. En serio, estoy bien.
-Me siento culpable… -Sonreí y negué, él me miró apenado-. Llamaré a mi madre y le llevaré a Meg, así podrás descansar…
-Es muy temprano para despertarla…
-Ya dormirá allí… no te preocupes. Además ella puede soportar madrugar un sábado, pero dudo que tú hoy puedas seguirle el ritmo –Sonrió y me besó-. ¿Quieres que me quede hasta que te duermas?
-Por favor…

Le besé dulcemente y me acomodé con su cálido cuerpo rodeándome. No me costó demasiado dormirme, estaba realmente cansada.
Noté un suspiro en mi cara, unos dedos acariciándome con cuidado, apenas me rozaban. El pelo de mi cara me hizo cosquillas al ser apartado, unos labios cálidos besaron mi frente.
-¿Seth? –Abrí los ojos y él estaba saliendo, se giró e hizo una mueca-. ¿Qué hora es?
-Las nueve. Sólo quería ver cómo te encontrabas, no quería despertarte… -Se acercó y me besó de nuevo-. Duérmete un poco más… volveré para comer, ¿vale? Mi madre me ha dicho que preparará ese salmón que tanto te gusta y lo traeré…
-Dale las gracias de mi parte… -Le besé-. ¿Tienes que volver ya? –Negó sentándose a mi lado-. ¿Puedes retrasarte un poco más?
-Depende cuánto…
-¿Diez minutos? –Alcé una ceja y le besé, suspiró hondo y me miró sonriente-. He soñado contigo… y te he echado de menos…
-No vas a convencerme ahora. Ya lo hiciste anoche y mira… -Acarició mi pelo y yo hice una mueca de disgusto-. Me quedo para que duermas…
-¡Jo! –Gimoteé y me acomodé de nuevo, él rió besando mi cuello-. ¿Puedo convencerte?
-No… -Besó mi pelo y rió-. Pero cuando hayas descansado realmente llámame y volveré…
-Suena bien…

Abrí los ojos lo que a mí me pareció poco después, pero ya eran las diez y media. Le llamé y él suspiró riendo, le supliqué que volviera y estuvo en casa a los cinco minutos. Rió cuando le besé desesperadamente y me dijo que no podía quedarse mucho, que les había dicho a los chicos que me había dado un urgente antojo. No mentía, tenía un gran antojo de él. Y por lo que me demostró, él de mí.
Me abrazó fuerte después y nos cubrió con la sábana, estuvo diez minutos acariciándome y regalándome dulces besos, puso su oreja en mi tripa y sonrió.
-¿Se oye bien?
-Su corazón está calmado… -Sonrió-. Debe ser la costumbre…
-Es buena chica… -Acaricié mi vientre y él asintió-. Será una niña realmente apacible…
-Ayer estuve mirando el libro de los nombres… -Sonrió-. Creo que debería llamarse Damara… ¿Qué te parece?
-Es un poco… raro, ¿no?
-Bueno, no sé. Fue una idea furtiva… -Rió y se alejó-. Te veo luego, ¿vale?
-¿Ya tienes que irte?
-He dejado un coche a medias… y no me gusta dejar nada a medias. Por eso he vuelto aquí, como te prometí… pero tengo que volver.
-Pero… –Puse morritos-. ¿Volverás a la hora de comer?
-Y antes si me lo pides con esa vocecita… -Sonrió besándome-. ¿Necesitas algo? –Alcé una ceja y él rodó los ojos-. Ahora vengo… -Me besó y se marchó para volver con batido de vainilla y un helado de chocolate-. ¿Qué tal esto?
-¡No sabes lo que te quiero…! –Reí y le besé-. Me apetecía muchísimo…
-Lo sé… y no quería irme sin hacerte feliz… -Me besó dulcemente-. ¿Está bueno?
-Me gustan más tus labios… -Sonrió y me besó de nuevo-. Pero me conformaré… -Comí una cucharada-. ¿A qué hora comeremos? Me apetece muchísimo el salmón…
-¿Vuelvo en hora y media? –Asentí-. Espera… -Desapareció y volvió con mi libro favorito, dejé el helado en la mesilla y le empujé hacia mí, tensó sus brazos para no aplastarme y me besó apasionadamente-. ¿Eso es porque me quieres mucho o porque te apasiona el libro?
-Ambas… -Reí y él rodó los ojos-. Hora y media, guapo…

Asintió y se marchó, seguí comiendo mi helado de chocolate y bebiendo helado de vainilla mientras leía. Mi hija se revolvió, algo poco habitual. No paró hasta que me levanté, bajé y vi el libro de los nombres, busqué el significado por curiosidad y reí. Cogí el teléfono y me senté en el sofá, acaricié mi enorme tripa mientras Maila apoyaba su cabeza en mi regazo, él descolgó al segundo tono.
-¿Va todo bien?
-¿Niña apacible…? –Reí-. La verdad es que la niña apacible me está dando un día muy movidito… ¿Cuándo vuelves?
-Sólo ha pasado media hora… -Le imaginé sonriendo-. ¿Cómo va todo? ¿Estás mejor? –Me entró muchísima calor y resoplé-. ¿Hola?
-Seth… ¿para qué has puesto la calefacción tan alta?
-No quería que pasaras frío… -Me levanté y la apagué-. Por cierto, me ha llamado Kira. Vendrán a pasar el fin de año con nosotros, pero las navidades van a ir a Texas…
-Eso suena genial… -Me senté y suspiré, me acomodé escuchando los detalles de la visita cuando me sentí mojada-. ¡Mierda!
-Bueno, si no quieres que vengan…
-No… no es eso Seth. ¿Tienes mucho trabajo?
-Un poco… pero dime qué necesitas.
-Creo… -Suspiré y miré el reloj-. Creo que nuestra comida de salmón va a tener que esperar… no te asustes, ¿vale?
-¿Qué pasa? ¿Te estás mareando o algo? ¿Quieres un antiácido o algo así?
-Seth… creo que acabo de romper aguas.
-¡¿Qué?!

Treinta segundos después la puerta se abrió de un golpetazo y Seth me miraba pasmado. Empecé a respirar calmadamente, él se quedó paralizado y yo le llamé.
-Seth… -Sus ojos se posaron en los míos-. Necesito que me ayudes a levantar… tenemos que llegar hasta el coche e ir al hospital –Se quedó parado por un momento hasta que reaccionó y tomó mi mano, aunque en vez ayudar a levantarme se agachó y me levantó en volandas. Me sacó corriendo al coche y me metió con cuidado, fue a poner las llaves al contacto y se le cayeron-. Seth, tranquilo, ¿quieres? No me apetece estar pensando en que voy en un coche con un hombre lobo desquiciado.
-Vale… tú tranquila. Inspira, espira… inspira, es…
-¡Seth! –Grité-. ¡Arranca de una vez!
-Claro…

Arrancó y tomó mi mano, empezamos a respirar juntos y yo empecé a ponerme muy nerviosa, me daba miedo que algo saliera mal.
-Tranquila… todo va a ir bien.
-Es raro… -Respiré-. No es normal… -Volví a respirar-. Ha estado demasiado intranquila hoy…
-Porque va a nacer…
-Se adelanta de nuevo, es como si volviera a pasar… -Empecé a ponerme histérica y lloré-. ¡No quiero parir, Seth!
-¡Eh! –Frenó y paró-. ¡Eh, escúchame, mírame…! –Cogió mi cara-. Vamos a llegar allí, vas a dar a luz y todo va a salir genial. ¿Vale? ¡Genial! Y dentro de un par de días estaremos en casa, nos reiremos de esto… así que venga, respira conmigo… -Seguí su respiración y él pareció relajarse conmigo-. Bien, sigue así… -Tomó mi mano-. Ahora voy a arrancar y vamos a llegar calmados allí, todo va a ir bien.

Todo fue un caos cuando llegamos. No estaba el tocólogo de guardia, la matrona estaba asistiendo en otro parto y yo empecé a desquiciarme. Seth no paraba de gritar a todo el mundo, creo que no había escuchado tantas veces en mi vida la palabra incompetente seguida de tantos tacos. Pero cuando se giraba y me miraba se deshacía en palabras dulces que intentaban relajarme, aunque cuando grité por el dolor todo aquello desapareció y empezó a chillar de nuevo, una enfermera vino corriendo y nos dijo que acababa de llegar la matrona de guardia, los celadores me separaron de Seth y me desesperé.
El parto fue rápido, pero yo no paraba de llorar angustiada por oír un llanto. Cuando vi a aquella niña colgada de los pies mi corazón se paró y no volvió a latir hasta que lloró. Creo que me desmayé en aquel momento.
-¡Enhorabuena padrazo!
-Baja la voz… aún duermen…
-Vaya preciosidad…
-Deja que su tía la vea… -Abrí los ojos ligeramente para ver a Vera y Leah sonriendo y la espalda de Seth-. ¡Qué ricura! –Leah me miró sonriente-. Gran trabajo…
-¡Eh! –Seth se giró sonriente y entonces la vi-. ¿Quieres cogerla? –Asentí acomodándome y me la dio, lloré al verla y Seth lloró conmigo, besó mi pelo y acarició su carita-. Está perfecta. Dormida, pero muy sana… -Besó mi pelo de nuevo-. Mírala… -Dijo cuando abrió los ojitos. Él cogió su manita y la movió-. Hola mami… -Rió y le miré, le besé y me apoyé en él para mirarla-. Ya estoy aquí…
-Nuestra niña… -Le miré y él sonrió-. ¿Y Meg?
-Está de camino… -Sonrió y besó mi frente-. Viene con su abuela y al parecer está emocionada por conocer a su nueva hermanita…
-Damara… -Susurré y me acomodé de nuevo en mi marido que asentía-. Nuestra niña apacible…




Espero que hayáis disfrutado de este final... para las inconformistas, pronto subiré el otro final... pero ya sabéis, ando fatal de tiempo y tardaré algo más... un beso para todas y gracias por acompañarme en este viaje. De corazón, no puedo más que verle cosas buenas a esto... sólo por compartir una ilusión con vosotras, por vivir pensando en que mi tiempo vale la pena para alguien, aunque sólo sea para entretener a alguien que está en otro continente a un océano y miles de kilómetros de distancia... o que está en el mismo país que yo a unas cuantas horas en coche. Ha valido la pena la experiencia sólo por estar rodeada de gente tan maravillosa como vosotras, chicas. Os adoro y os deseo lo mejor para el próximo 2011 :)
PD: Que si alguna me quiere regalar un Seth para Reyes... ¡por favor! Podéis hacerlo... ¡escribir ya la carta! XP

Capítulo LXXa: Flash Back.

14:41 0 Comments A+ a-

Lo prometí, lo sé... y he tardado un día más, pero es que realmente estoy muy pero que muy estresada y casi no tengo tiempo ni de dormir... pero aquí está.
Ya le he comentado a Gwen... habrá que acabar censurando el blog, pero es que no me resisto... ¿No os gustaría un Seth así, o qué? Ains... xD
Bueno, disfrutad del capi, la primera parte del final alternativo A... seguramente no sea tan romántico como esperábais, o no sé... quizá os decepcione, pero ya me daréis opiniones :D El final B tengo previsto subirlo más adelante, como regalo de Año Nuevo... XP

Un besazo!! Silvy ^^

Aparqué el coche y suspiré. Apagué el motor y pude ver el coche de Leah parando en la puerta, escondí la bolsa en la guantera cuando vi salir del coche a Ephraim. Pareció reír mucho por alguna broma de Leah, ella negaba y reía dentro del coche indicándole que entrara al instituto. Me miró de refilón y levanté mi mano provocando una sonrisa en mi rostro, ella saludó y a cambio hizo una mueca de preocupación.
Leah, no… no lo hagas Leah… no, no, no… Vi cómo aparcaba el coche y bajaba para acercarse al mío, sería mejor bajar. Por favor, que no haya hablado con Seth, que no…

-¿Cómo vas, cuñada?
-Bien… -Sonreí y cerré la puerta del coche con llave-. Todo bien. Veo que has venido a traer a Ephraim… -Sonreí-. ¿Va todo bien?
-Claro… -Sonrió ampliamente y le miró, después sacudió su cabeza y me miró extrañada-. ¿Llevas el móvil encima? –Abrí mis ojos de par en par-. Mi hermano te ha estado llamando, me ha dicho que te has ido antes incluso de que se despertara y no le contestas…
-Estaba corrigiendo exámenes… -Ella entrecerró los ojos-. No puedo concentrarme con tu hermano cerca… ¿sabes?
-¡Eh! –Puso cara de asco-. Bueno, llámale… estaba algo preocupado… -Asentí-. Por cierto, feliz aniversario…
-Gracias… -Sonreí y asentí-. Imagino que esta noche haremos una barbacoa o algo…
-Estaría bien… te veo luego…

Asentí y me di la vuelta. Muchas cosas habían cambiado en mi vida… más aún de las que yo pensaba que serían posibles… y ahora esto. Entré algo preocupada al instituto y al abrir la puerta se me cayeron los exámenes… ¡Genial!
Ephraim se acercó a recogerlos con una sonrisa y me miró atento, le sonreí y cuando recogimos todo me miró curioso.
-¿Tan despistada el día de tu aniversario? –Reí y asentí-. ¿Haréis algo?
-Ya le he dicho a Leah… imagino que como cada año…
-Genial… ¿Qué tal me ha salido el examen, por cierto?
-Anda… -Señalé el pasillo-. Ve a clase o llegarás tarde, ya hablaré contigo de eso después… -Me miró asustado-. Ya te vale… resulta que has descubierto un nuevo elemento… -Me miró espantado-. ¿Fluoro? ¿Qué es eso? Creo que deberías investigar más, quizá te den un Nobel… -Se sonrojó tanto que reí-. A clase… luego lo verás.
-Vale… hasta luego…

Suspiré viéndolo marchar, negué y entré a secretaría para fichar y dirigirme a mi despacho. Dejé los exámenes y me senté mirando la foto de aquel día en casa de mis padres… reí al recordar porqué Seth salía con esa cara de sorpresa.

Nunca olvidaré ese día. Empezó como un viernes normal, viernes 15 de mayo del 2020.
Estaba en el vivero de Seattle tras un examen. Las chicas se habían marchado ya y yo estaba a punto de cerrar. Seth apareció con una camisa negra y unos vaqueros oscuros… estaba realmente sexy, mucho más con aquella sonrisa. Me besó dulcemente y estuvo ayudándome hasta que cerré. Le dije que tardaría un poco más, que tenía que preparar ramos para el siguiente día y que podía ir con los chicos si quería, habíamos quedado a cenar en casa de Maca y Ainhoa. Él negó y me dijo que me ayudaría, se quedó cerrando el TPV y haciendo caja mientras yo hacía unos ramos. Sus manos taparon mis ojos y yo reí, me giré para encararlo y me besó dulcemente.
-Hoy estás especialmente guapa… ¿Lo sabías?
-¿Tú crees? –Asintió besándome-. No creo que esté muy sexy con un delantal verde manchado de tierra… pero tú mismo.
-Preciosa… -Acarició mis muslos sobre la falda y sonrió-. Me encanta esta falda… -Acarició con un dedo el borde de mi camisa y quitó un botón-. Y la camisa más…
-Ya… -Reí y me giré para evitarle-. Zalamero…
-Estás sexy… -Susurró besando mi nuca, temblé sin poder evitarlo y le imaginé sonriendo mientras besaba mi tatuaje-. He preparado algo especial para el domingo… -Le miré y sonreí-. ¿Pensabas que iba a olvidar tu cumpleaños? No puedo olvidar el cumpleaños de mi chica… mucho menos si es alguien tan sexy…

Me abrazó fuerte y pude notar su excitación en mi muslo, no bromeaba, estaba claro. Me mordí el labio pensándolo, nunca lo habíamos hecho en el invernadero y era algo que siempre había pensado… acaricié su nuca mientras él besaba mi cuello y dejé las flores. Tomé su mano y la llevé a mi vientre, acaricié su brazo y giré mi cara para besarle, él sonrió.
-¿Sabes hace cuantos días que no te veo?
-Sólo cinco… -Sonreí-. Tenía que estudiar… -Asintió-. ¿Sabes lo que me ha costado aprenderme el temario y lo estoy olvidando todo por tu culpa?
-¿Sabes que en cinco días he empezado a tener dudas sobre tu anatomía? –Reí y negué-. ¿Me dejas que repase? No me gustaría suspender… -Reí mientras me besaba y desataba mi delantal-. Déjame ver si recuerdo todo bien… -Sacó mi delantal y lo tiró sobre la mesa-. Casi olvido esa minúscula pequita de tu labio… -Lo besó-. Sería una pena… me gusta especialmente…
-Ya…

Le besé sonriendo y volvió a posar sus manos en mi cintura, una subió hasta alcanzar mi pecho y otra acarició mi vientre despacio. Poco a poco fue desabrochando mi camisa y coló una de sus manos bajo mi sujetador haciéndome suspirar, él gruñó y se pegó un poco más a mí, clavé mis uñas en su nuca.
-Seth… deberíamos irnos.
-No se van a molestar… -Me besó apasionadamente y olvidé mi réplica, me giró bruscamente y se acercó más a mí, acariciando mi muslo y subiendo mi rodilla a su cadera-. ¿Tú te vas a molestar? –Negué y suspiré al notar su cálida mano levantar despacio mi falda mientras acariciaba mi muslo-. Lo suponía… -Rió y besó mi cuello-. No tardaremos mucho… lo prometo.

Le recriminé dulcemente que nos hiciera llegar más de media hora tarde, él se encogió de hombros abrochando su camisa y me besó, ayudándome después a abrochar la mía para acariciar mi cuello y mis pechos suavemente.
-Clearwater… -Dije con retintín-. Tenemos que irnos…
-¿Diez minutos más? –Suspiré y me besó, me subió de nuevo a la bancada de trabajo hasta que recobré la cordura y le aparté-. ¿Cinco?
-No… -Abroché el par de botones que él ya había desabrochado y sonreí-. Aguántate hasta después… -Puso cara de pena y reí-. No es tanto… -Miré mi reloj-. A las dos podemos ir a casa… -Alcé una ceja-. Y parar por el camino.
-Queda mucho…
-No… sólo cinco horas… ¿No eres capaz de aguantar ni cinco horas? –Reí y él negó-. Quiero que te comportes… estaremos con mis tíos y no quiero que… -Señalé su pantalón-. No quiero que seas demasiado evidente…
-Dame cinco minutos para arreglarlo… -Me abrazó de nuevo y me besó, yo reí y negué-. Cruel… chica cruel…
-Seth, hablo en serio… -Le señalé y le miré intentando permanecer seria-. Nada de escapadas al guardarropa, ni al baño… no –Me mostró su labio inferior y suspiré-. Son sólo cinco horas…
-Cinco horas… que no sean dos días que luego se convierten en cinco –Sonreí y asentí-. Haces conmigo lo que quieres…
-¿Y lo que te gusta? –Reí cuando me besó asintiendo-. Veo que no vas a aguantar…
-¿Me estás retando? –Asentí y él suspiró-. ¿Qué te apuestas a que puedo aguantar hasta… mañana a estas horas?
-Si consigues aguantar tanto… -Reí-. Soy capaz de casarme contigo… -Su cara cambió y yo sonreí-. Hasta el sábado a las nueve…
-¿Hablas en serio? –Asentí riendo-. ¿Mañana a las nueve?
-Tengo tanta fe en que no lo conseguirás… -Reí y él rodó los ojos-. Si eres capaz de aguantar hasta mañana a medio día, dejo que me lleves a Las Vegas para casarnos en el acto –Noté que temblaba y reí-. No vas a conseguirlo… -Le besé despacio-. Me encargaré de eso… -Acaricié su bajo vientre y tembló gruñendo-. Si gano yo… tendrás que pedir una semana de vacaciones para que nos vayamos a Jenner… -Sonrió y le miré alzando una ceja-. Semana en la cual tendrás que satisfacer todas y cada una de mis necesidades… -Tembló y cerró sus ojos, cerré mis piernas alrededor de sus caderas y lo acerqué a mí-. Hasta la más mínima fantasía…
-Haremos ese viaje… -Mordió mi oreja y sonreí-. Justo después de que te conviertas en la señora de Clearwater… -Me embistió ligeramente y gemí-. Hasta mañana a las nueve… -Besó mi cuello y se alejó sonriendo-. No sabes lo que has hecho…
-Voy a jugar sucio… -Le acerqué de nuevo a mí y él tiró su cabeza para atrás, suspiró y apoyó sus manos en mis muslos, me miró y los acarició despacio, sonriendo-. Serás mío a las dos en punto.
-Te repito… no sabes lo que has hecho. Si hay algo que podía ansiar más que hacerte el amor… era hacerlo contigo como mi esposa –Me besó dulcemente y sonrió-. Disfruta de tu última noche como soltera, señora McBrown…

Se alejó riendo y dejándome con las ganas. Me asusté realmente al verlo tan decidido, cenamos y estuve toda la cena intentando provocarle, pero no hubo manera de que perdiera demasiado el control. Decidí pedirle que me llevara a casa, quería cambiarme para ir al Luxury.
Saludamos a mis padres y subimos a mi habitación, busqué en mi armario y encontré lo que quería, un con
junto de lencería de tres piezas que me había regalado mi madre por mi cumpleaños. Abrí la caja y se lo enseñé, él tensó su mandíbula y reí por su mueca. Plegué con cuidado el camisón y lo guardé de nuevo en la cajita, la cual metí en mi bolso mientras le miraba. Parecía que iba a estallar de un momento a otro, temblaba y sus puños estaban cerrados como su mandíbula.
-Mejor lo guardo en el bolso… -Me acerqué a él y le besé-. Al menos cuando pierdas, quiero que tengas un buen motivo para que no te sientas culpable…
-No pienso perder… -Medio gruñó-. Guárdalo para tu noche de bodas…
-Seth… -Susurré en su oído y paseé mi mano sobre su camisa, colocando con la otra su mano en mi cintura-. El problema es que no sé si yo podré soportarlo… -Mordí el lóbulo de su oreja y sonreí cuando gruñó temblando-. Voy a ver qué me pongo… ¿Esperas a que me dé una ducha? –Asintió tenso y sonreí de nuevo-. Una pena que mis padres estén abajo… podrías colarte sin que se den cuenta y ducharte conmigo… ¿No te apetece?
-Escoge algo bonito… -Besó mi mejilla muy tenso y me soltó-. Iré a hablar con Grace… -Se alejó y negué-. ¿Qué?
-Deberías esperar si quieres hablar con mi madre… -Señalé su pantalón con la mirada y reí-. Creo que a Nick no le gustaría que hablaras así con ella…

Le besé apasionadamente y me alejé cuando empezó a gruñir, me dirigí a mi armario y él se tiró en plancha en mi cama, parecía realmente perjudicado. Escogí el vestido de navidades, sabía que le encantaba. Cogí la lencería con descaro y me marché a la ducha. Me relajé un poco, a decir verdad yo también estaba sufriendo por no poder hacer lo que más deseaba.
Cuando salí de la ducha sequé mi pelo y lo recogí dejando mi nuca a la vista, eso le sacaría de sus casillas. Me puse el vestido y me maquillé ligeramente, puse el brillo de labios de frambuesa que tanto le gustaba y bajé las escaleras despacio. Al asomarme al salón vi cómo aferraba la almohada que tenía sobre sus piernas y tensaba la mandíbula. Me alegré de que mis padres estuvieran distraídos alabándome y no vieran lo tenso que estaba Seth.
-Estás preciosa…
-Muy elegante…
-Bueno… -Seth se levantó y sonrió ampliamente, más relajado… hice una mueca que le hizo suspirar y reír-. No sé qué decir, estás… -Suspiró-. ¿Nos vamos ya?
-¡Espera! –Mi madre corrió hacia los cajones-. Quiero haceros una foto antes de que os marchéis… estáis muy guapos…
-Claro… -Seth se puso a mi lado mientras mis padres buscaban la cámara y se acercó a mi oído-. Sonríe… posiblemente sea la última foto que te hagas como soltera…
-Seguro… -Rodé los ojos y negué-. Sonríe antes de perder la calma…

Me aferró por la cintura y yo le abracé, colocando mi mano en su trasero el cual pellizqué mientras salía el flash. Reí y me acerqué a ver la foto, reí al ver sus ojos más abiertos de lo normal, por lo que pedí que repitieran la foto…
Nos marchamos y él estuvo intentando evitarme toda la noche, yo intentaba llamar su atención y parecía que estuviera hecho de hielo, empezaba a desquiciarme. Me puse a bailar con él y me acerqué más de lo que solía, besé su cuello mientras él suspiraba resignado en el mío.
-Seth… -Le miré y sonreí, le besé y volví a mirarle-. Creo que me he dejado algo en el bolso… ¿Me acompañas a cogerlo al guardarropas? –Tensó su mandíbula y alzó una ceja-. En serio, quiero enseñarte algo… no es broma…
-Vamos… -Suspiró pesadamente-. Pero olvídate de ganar… -Le arrastré hasta el guardarropas y Handy rió al vernos entrar con relativa urgencia. Rebusqué en mi bolso y saqué el neceser donde solía guardar los preservativos, los conté mientras él me miraba raro-. No vas a convencerme…
-Sólo quiero contarlos… -Alcé una ceja-. Sólo hay diez, tendremos que comprar unos cuantos más cuando vayamos a Jenner… -Le cogí de las manos y las coloqué en mi trasero mientras yo subía por sus brazos para juguetear con mis dedos en su cuello-. ¿Cuántos crees que necesitaremos? –Sonreí cuando se mordió el labio, estaba perdiendo…-. Yo creo que quizá con cuatro o cinco cajas…
-Darlene… -Rió besando mi hombro-. Mejor que sean diez… -Reí y le mordí en el cuello-. No sigas cariño, no quiero que te sientas rechazada…
-¿Rechazada? –Acaricié su pantalón y gruñó temblando-. Sólo con verte así ya me siento satisfecha… -Mordí su cuello y lo lamí despacio para besarle apasionadamente, temblaba y jadeaba, no quedaba mucho-. Aunque me gustaría más que hicieras lo que más estoy deseando…
-Darlene… -Gruñó empotrándome contra la pared mientras me besaba ferozmente, coloqué mi rodilla en su cintura y él acarició mi muslo-. Lo haré cuando estemos casados… -Me quedé completamente helada, no sabía cómo, pero estaba logrando controlarse más de lo que jamás creí-. Y recuerda que todo lo que me hagas pasar ahora te volverá elevado a la décima potencia… cuando estemos casados y en Jenner.

Se acercó más a mí y gemí. No pude evitarlo, estaba realmente desquiciada y él tensó su mandíbula para después relajarse y sonreír mientras yo le miraba atónita. Él jamás hubiera aguantado algo como eso, nunca lo había logrado y en su mirada podía verlo, iba a tener que esperar. En el mismo momento me di cuenta de que estaba completamente loca, quería a ese hombre como a nadie, nadie en el mundo provocaba sentimientos tan profundos en mí, ni ingleses, ni franceses, ni españoles, ni italianos, ni holandeses… sólo el Quileute que tenía delante, sonriéndome como si estuviera viendo lo más precioso del mundo, dedicándome la única mirada que hacía que hasta la última de mis células se sintiera amada y deseada. Fue mi momento de inspiración.
-Vámonos ya –Él entrecerró sus ojos y sonrió-. Quiero que nos vayamos ahora, sin decirle a nadie nada, simplemente quiero que me dejes coger mis cosas y salgamos de aquí. Deja el coche, deja todo… sólo llévame al bosque y entra en fase.
-¿Qué?
-Hazlo, sácame arrastras y llévame a Las Vegas. Ahora –Me miró pasmado y le dediqué una dulce sonrisa-. No puedo esperar más, así que más te vale que seas rápido.

Su sonrisa llenó mi pecho, le besé dulcemente y me miró aún atónito. Le abracé y seguí besándole dulcemente hasta morderle, momento en el que gruñó y me miró serio. Sonreí y asentí, él cogió mi mano y mis cosas para sacarme corriendo de allí. Handy nos miró sorprendida y me despedí con la mano riendo mientras Seth salía encenegado hacia el parque colindante. Me dio la chaqueta y me la puse mientras andábamos deprisa, paró en su coche y sacó una bolsa de viaje pequeña, me miró y empezó a reír, parecía tan emocionado como yo. Me dio el bolso y seguimos andando mientras él se desabrochaba la camisa, me la tendió y la cogí mientras se quitaba los zapatos y los pantalones, no pude evitar medio gruñir al verlo desnudo, él se limitó a sonreír y a alejarse para entrar en fase. Recogí su ropa en la bolsa y me monté en él riendo. Estaba realmente cálido, posiblemente empezaban a fluir todos los gestos que había tenido con él esa noche…
Le abracé fuerte y besé a aquel lobo, era una estupidez, pero sabía que estaba besándole a él, me aferré fuerte y disfruté del viaje. Pasaron más de tres horas, miré mi reloj mientras él no paraba de correr, eran casi las cuatro de la mañana. Estaba emocionada y le abracé fuerte, empecé a besar su pelaje, me encantaba y quería que sintiera las ganas que tenía de llegar. Frenó en seco y bramó, bajé sorprendida y salió de fase mirándome contrariado.
-¿Ya hemos llegado?
-No… estamos llegando a la frontera con Nevada… aún queda mucho.
-¿Necesitas descansar?
-¿Por qué haces esto? –Le miré confusa-. No quiero… -Suspiró y cogió mis manos sonriéndome, yo alcé la ceja curiosa porque hablara-. Si lo haces sólo por tenerme… -Negó y empezó a besar mi cuello, me perdí en sus besos y susurró-. Hagámoslo ahora.

Dejé caer la bolsa a mis pies, quería acariciar sus hombros, su espalda… cada centímetro de su piel. Sus manos no tardaron en encontrar el camino correcto para desnudarme, me tumbó y empezó a acariciarme, me encantó cuando me di cuenta de lo que pasaba. Estábamos perdidos en medio de la nada, en plena naturaleza sintiendo los instintos más básicos. Empezó a temblar y a gruñir, posiblemente recordando todo lo que le había hecho pasar y me hizo el amor de un modo realmente pasional y salvaje. Noté su calor dentro de mí con nuestro último suspiro compartido, me miró y empezó con el ritual de besos y caricias que acostumbraba.
-Perdóname… -Susurró contra mi hombro mientras lo besaba-. No pensaba con claridad… -Besó mi cuello y después mis labios para sonreírme-. Mi chica preciosa…

Besó mi mejilla y cada centímetro de mi cara, con uno de aquellos besos y caricias me quedé profundamente dormida.
El sol me molestaba en los ojos, miré a mi derecha y descansaba sobre mi hombro, acaricié su mejilla y sonreí. Él me devolvió la sonrisa y besó mi hombro, acaricié su pelo y le miré por un largo rato, finalmente suspiré y él sonrió.
-¿Volvemos a casa ya? –Le miré raro-. Creo que descansarías más en tu cama… -Rió-. Además creo que necesitamos una ducha… -Miró su pecho, la forma de mis manos dibujadas con barro-. Será difícil de explicar…
-Vamos a un hotel… -Él alzó las cejas y rió asintiendo-. ¿Queda mucho hasta Las Vegas? –Entrecerró sus ojos-. Eran más de las dos…
-¿Quieres ir allí?
-Sí… -Sonreí y le abracé, tumbándome sobre su pecho-. Quiero ir y casarme allí.
-Darlene… -Rió y besó mis manos negando-. No pienso hacerlo… -Me quedé algo helada, él sonrió como si no pasara nada y me besó-. Vámonos a casa…
-Pero yo…
-Tú has hecho una estúpida apuesta que me ha hecho perder la razón, pero no es motivo para que nos vayamos a hacer una locura de la que dentro de unos días puedes arrepentirte…
-Ya… -Suspiré y me senté sobre él, el cual flexionó sus piernas para darme respaldo-. Veamos… -Miré cómo nuestras manos jugueteaban en el aire y sonreí-. ¿No quieres casarte conmigo? –Él bufó y yo reí-. Entonces… vístete, busca un hotel donde pueda ducharme… y nos casaremos. Cuando lo hayamos hecho, y sólo cuando ya sea tuya de todas las formas posibles… llamarás a Jake y le dirás que no vas a volver en una semana… -Lo pensé-. Mejor en dos… -Él empezó a reír y me escuchó atentamente-. Si te pregunta un motivo dile que tienes que hacerle el amor urgentemente a tu esposa y que no puedes dar más explicaciones…
-Suena muy bien, ¿sabes? –Reí y asentí, me acerqué a besarle y apoyé mi espalda en sus rodillas-. Pero tengo que rechazar la oferta. No quiero que te arrepientas…
-No lo haré…
-Ya… aunque así fuera. ¿Una boda en Las Vegas? –Negó y me miró-. Te mereces algo más que eso… además, ¿imaginas el berrinche de Alice, Nessie, Claire…? ¿Nuestras familias?
-Seth… -Suspiré y lo pensé, le miré y sonreí-. ¿Realmente te preocupa eso?
-Quiero que tengas lo que te mereces… nada más.
-Vale… -Sonreí y le miré-. Voy a decirte algo, quiero que me escuches muy atentamente… -Él asintió con mirada curiosa-. Hace casi exactamente cuatro años… tuve el mejor regalo de cumpleaños de mi vida… me volví loca poco después y te dejé, estuve huyendo de ti porque me daba miedo mi futuro, no estaba segura de nada… pero hoy he visto claro algo. He estado en mil sitios, he conocido a cientos de personas y ninguna de ellas me hace sentir una mínima parte de lo que tú me haces sentir… -Sonrió ampliamente y suspiré-. Suena cursi, pero cada célula de mi cuerpo se vuelve loca cuando me miras.
-Cada célula de tu cuerpo me vuelve completamente loco a mí… -Se encogió de hombros sonriendo-. No puedo evitarlo…
-Lo sé… y por esa misma razón me preocupa poco o más bien nada que se enfade la gente, que no tenga una boda a lo grande… -Negué-. No necesito eso, lo único que necesito es lo que no he podido dejar de mirar en toda la noche, lo único que no he podido olvidar desde el primer día que te vi en aquel estúpido baile de Navidad… -Sonreí-. Sólo te necesito a ti –Se quedó tan paralizado que le miré, estábamos serios y sonreí levemente-. ¿Puedo preguntarte algo? –Asintió algo confuso-. ¿Realmente tú necesitas una boda por todo lo alto? –Sonrió levemente-. ¿Quieres eso?
-Sólo quiero que todo sea perfecto.
-Pues no estropees nuestro momento… -Le besé y sonreí a un centímetro de sus labios-. Lo más perfecto es que ahora mismo me lleves al sitio más cercano y nos casemos… que me regales una boda impulsiva y espontánea por mi cumpleaños…
-¿Hablas en serio? –Asentí sonriendo-. Creo… -Acarició mi espalda-. Creo que primero voy a asegurarme de que tengas una buena despedida de soltera… -Rodó y se puso sobre mí-. Quiero asegurarme de que no olvidarás cómo son las relaciones prematrimoniales…

Reímos y empezamos a besarnos para acabar haciendo el amor calmadamente. Después me vestí y él entró en fase, cuando llegamos a Las Vegas era casi la hora de comer. Paramos a las afueras y él se vistió, fuimos paseando hasta un hotel de la periferia donde nos dimos una larga ducha. Pedimos que nos subieran la comida a la habitación y comimos juntos, después le miré con una sonrisa y él asintió.
-Dame dos horas… -Asentí-. Quiero buscar un sitio bonito dentro de lo posible, un anillo y hacer todo esto en condiciones…
-Seth… -Miré por la ventana-. Quiero que sea por la noche.
-¿Alguna petición más?
-Sí… -Le besé despacio-. Asegúrate de disfrutar de esta tarde… quiero que hagas todo lo que quieras, ves a los sitios que más te apetezcan, no pienso enfadarme… es tu despedida.
-¿Crees que quiero ir a algún club o algo por el estilo? –Rió cuando me encogí de hombros-. La única mujer que quiero ver bailando desnuda la tengo delante… -Abrí mi boca riendo y él rió besándome la mejilla-. Me marcho… si finalmente te arrepientes, avísame.
-Tardaré, pero llegaré…
-¿Tardarás?
-Sí, lo haré a posta… quiero que el novio esté nervioso y ansioso por verme… -Me encogí de hombros-. Siempre me ha gustado eso en las películas…
-No hace falta que me hagas esperar, estaré ansioso por verte nada más que traspase la puerta… -Me besó y pareció quedarse pensando en algo. Me miró confuso y rió-. ¿Tú quieres ir a un club o algo?
-¿Qué? –Empezamos a reír y negué besándole, me tumbé sobre él pero parecía curioso o angustiado por eso-. No necesito ningún musculitos bailando en tanga… es antierótico, ¿sabes? –Le besé-. Y sería muy estúpido por mi parte siendo que tengo al hombre más atractivo y caliente del planeta…
-¿Lo de caliente…?
-Caliente en todos los sentidos… -Reí besándole-. ¿En serio tienes que irte ya? –Puse cara de pena-. Déjame disfrutar una vez más de los placeres de la soltería…
-Si lo pides así…

Reímos y volvimos a las andadas. Empecé a preguntarme si esto era normal, era pura obsesión por él… suspiré cuando vi cómo se vestía, me tapé con la sábana y me sonrió besándome el pelo. Cuando fue a salir me guiñó un ojo y me dijo que me vendría a recoger para cenar. Sonó mi teléfono y era mi madre, realmente no me apetecía hablar así que corté la llamada y le escribí un mensaje, seguramente sólo necesitara saber que estaba bien… y es lo que le dije.
Miré mi vestido y lo pensé… necesitaba unas urgentes compras. Me puse el vestido ya que no tenía otro y bajé con algo de prisa preguntando por una tienda de ropa. El señor con una sonrisa algo petulante me indicó donde podía ir. Era una tienda normal y corriente, lo que necesitaba ahora. Compré una falda negra y una camiseta morada, añadí unas bailarinas negras para mi tarde de compras. Volví al hotel y me cambié, me fui viendo como el mismo recepcionista parecía divertido al verme. Realmente, se había quedado de piedra cuando llegamos, parecía que habíamos sido asaltados en mitad del desierto.

Paseé buscando un vestido perfecto, hasta que lo encontré. Un vestido blanco
muy sencillo. Lo peor vino después, con los zapatos. Me costaba mucho encontrar los adecuados, todos tenían demasiado tacón o eran demasiado planos… no quería hacer el ridículo cayéndome por el camino… hasta que los encontré. Después me dispuse a buscar algún conjunto bonito para la boda, quería algo azul. Encontré un conjunto de dos piezas de encaje azul claro con la liga a juego, era perfecto.

Volví al hotel de nuevo, satisfecha con mis compras y me sentí un poco nerviosa, era una tontería… pero no podía evitarlo. Le llamé algo ansiosa y no me contestó, algo muy raro en él…
Diez minutos después llamaron a la puerta, la abrí corriendo con una sonrisa y él alzó una ceja, llevaba una bolsa de traje en la mano y unos pantalones negros con camisa blanca.
-¿Estás lista? –Asentí nerviosa, no podía hablar. Él me besó en la frente y me miró ilusionado-. Tenemos mesa en el Binion's Ranch Steakhouse. Creo que te gustará… -Le abracé y asentí-. ¿Estás bien? –Asentí en su pecho y él pasó a la habitación cerrando la puerta y mirándome-. Oye, si no quieres…
-Sólo… -Me encogí de hombros sonriendo-. Estoy nerviosa. Es normal… ¿no? –Asintió y me besó-. ¿Tenemos que irnos ya?
-¿Necesitas coger algo? –Asentí y cogí las bolsas, él intentó mirar pero las escondí en mi espalda-. Voy a verlo luego…
-Pero no le quites emoción… -Le empujé-. Vámonos…

Rió y asintió, paseamos cargando con las bolsas por la ciudad hasta que llegamos a aquel maravilloso restaurante. Re
almente me quedé embobada, era perfecto, precioso y muy romántico. Noté que me miraba satisfecho y con una enorme sonrisa, me acompañó hasta la mesa y me ofreció la silla como buen caballero, reí y le miré aún más nerviosa.
-Este sitio es perfecto… -Le miré y negué-. Seguro que es muy caro, Seth…
-Oye… -Suspiró-. No le quites la magia al momento, ¿quieres? –Reí y asentí-. Estás preciosa, no necesito mirar por la ventana para tener las mejores vistas de la ciudad… -Me sonrojé y me mordí el labio, como si fuera la primera vez que lo decía-. Bueno… ¿Qué vas a querer cenar?

Cenamos algo nerviosos y emocionados, la gente allí iba vestida realmente bien… me sentí mal por no haber pensado en esto, iba con la misma ropa con la que me había ido de compras. Disfrutamos de una cena exquisita, reímos, charlamos y nos dedicábamos alguna que otra mirada que delataba lo nerviosos que estábamos. Cuando nos sirvieron el postre él cogió mi mano y sonrió, empezamos a comer y al terminar pagó pidiendo como colofón dos copas de champagne, reímos cuando brindamos y él me miró mordiéndose el labio.
-¿No crees que falta algo? –Le miré raro-. No sé… -Se levantó e hincó una rodilla en el suelo, puse una mano en mi frente mientras me sonrojaba, algunos se volvieron y realmente estaba avergonzada aunque nadie me conociera, él reía-. Ya que no vas a tener una boda decente… al menos quiero que tengas una pedida decente… -Reí negando-. Darlene McBrown… -Negué y él rió-. ¿Querrías hacerme el ser más afortunado del planeta casándote conmigo?
-Seth… ya sabes que…


Me quedé sin habla cuando abrió la cajita de terciopelo negro. No sabía qué hacer, era perfecto, tenía que haberlo imaginado. Mis manos y el resto de mi cuerpo empezaron a temblar, no sabía si gritar, reír, llorar o tirarme a sus brazos. Sólo pude llevarme una mano a mi boca y mirar cómo él reía al verme emocionada.
-No he encontrado los anillos de boda perfectos, pero al menos quería que tuvieras un buen anillo de pedida –Reí-. ¿Qué me dices?
-Que te quiero… -Le besé dulcemente-. No hay nada que más ansíe que casarme contigo… -La gente empezó a aplaudir y yo quería morirme-. Y que te odio un poco por hacerme esto…
-Lo sé… -Rió besándome y le abracé-. Te quiero Darlene, en mi vida jamás he estado seguro de nada salvo de esto… -Puso el anillo con delicadeza y sonrió-. Quiero que seas mía para siempre.
-Para siempre…

Le besé y pasé el momento más vergonzoso y más feliz de mi vida hasta el momento. Bebí de la copa y me levanté con él, salimos de la mano y me llevó paseando lentamente hasta una capilla. No me dejó ver nada, me tapó los ojos y me pidió que los mantuviera cerrados. Escuché una puerta cerrarse y su leve risa. Cuando me destapó me quedé sorprendida.
Era una sala preciosa, dejé caer las bolsas a mis pies y le miré, él sonrió y me besó despacio, acariciando mi rostro con dulzura.
-Te espero fuera… -Sonrió nervioso-. No tardes…
-Vale… -Asentí y le besé-. ¿Estarás ahí? –Alzó sus cejas y asintió feliz-. Más te vale… no quiero salir y quedarme sola… sería ridículo.
-Tonta… -Me besó con dulzura-. Jamás haría eso. Voy a ponerme un poco más elegante… -Alcé una ceja y él rió-. ¿Estás segura? Podemos volver y organizar algo…
-Seth… ve a cambiarte y espérame allí.

Él asintió nervioso y se marchó, mi estómago se retorcía, estaba re
almente histérica. Me miré al espejo y recogí mi pelo en un moño lo más perfecto que pude. Retoqué suavemente mi maquillaje y me puse el vestido muy nerviosa. Llamaron a la puerta y una señora de unos cuarenta años pasó con una sonrisa, me miró algo sorprendida y yo me asusté.
-Soy Rose… -Me tendió la mano-. Voy a ser vuestra testigo junto a Chris…
-Hola…
-¿Nerviosa? –Asentí y reímos-. Tranquila… -Tocó mi pelo y colocó bien un par de mechones-. Estás preciosa… él ya está esperándote, muy nervioso, he de decirlo… -Sonrió y me miró algo confusa-. Supongo que tú eres Darlene… -Asentí y ella asintió como si no lo creyera-. Es un chico muy guapo… -Asentí y ella dejó un ramo en el brazo del sillón con una sonrisa-. Te esperamos fuera…
-Vale…



Suspiré y me miré al espejo. Seguramente no esperaba verme a mí, esperaría alguien tipo Halle Berry o del estilo… Suspiré y negué, sabía que él era para mí y al parecer… yo para él. Suspiré de nuevo y noté mis manos temblar, cogí el pequeño ramo, eso lo disimularía.
Abrí la puerta y un hombre bajito y calvo me sonrió, imaginé que era Chris. Me tendió el brazo y lo cogí temblando, me dedicó alguna palabra agradable, pero apenas lo escuché, ya que antes había dado una señal al pianista que hizo sonar una preciosa canción.

Respiré hondo y recorrimos calmadamente el pequeño hall. Me quedé sin habla al ver por las cristaleras la terraza, pero cuando le ubiqué debajo de aquel arco… se giró y su sonrisa fue realmente abrumadora, sus ojos brillaban y apenas pestañeó, no pude evitar sonrojarme. Me concentré en mis pasos, no quería caerme y dudaba de la fuerza de Chris para soportar un traspié. Cuando estuve a dos metro de él… mi corazón dolió al encogerse de alegría, él suspiró y me ofreció su mano, la cual tomé rápidamente haciendo reír a Chris y Rose. Besó mi mano con dulzura y sonrió, me ayudó a subir el pequeño desnivel y besó mi mejilla delicadamente.
Dijimos nuestros votos casi en un susurro, nuestras manos no se separaron en la media hora que duró la ceremonia, creo que apenas miré al hombre que la oficiaba… Seth tampoco.

Los pelos se me ponían de punta cada vez que recordaba aquel día… suspiré y dejé la foto en su lugar. Me quedaba media hora para la siguiente clase, me daba tiempo. Salí y saludé por el pasillo a la señora Cope, éste era su último año aquí y parecía ansiar la jubilación.
Llegué a mi coche y saqué la bolsita de mi guantera, entré a los baños del profesorado y me encerré. Suspiré y abrí la caja para sacar el test, suspiré algo nerviosa y me lo hice, me senté allí esperando sola recordando un momento bien diferente.
Llamaron a la puerta y recogí todo, tuve que esconder el test en el bolsillo y salí sonriendo, Gabriela me miró raro.
-¿Te encuentras bien…? Estaba en mi despacho y he visto que tardabas…
-Estoy bien… -Sonreí-. ¿Esta noche vendréis, verdad? –Asintió algo confusa y suspiré-. Voy a mi despacho, tengo que terminar de corregir unos exámenes…
-Claro…

Me miró de ese modo. Sí, ese modo cuando alguien que te conoce sabe que te pasa algo y que no se lo quieres contar, esa mirada de… sé que algo va mal. Cerré la puerta de mi despacho con el pestillo y dejé el test sobre la mesa, justo mi teléfono sonó.
-¿Sí?
-¡Ey! ¡Qué bien que te pillo…!
-Siento haberme ido esta mañana así… es que tenía que corregir los exámenes, en serio…
-Tranquila… lo sé, no pasa nada. Sólo te llamaba para decirte que esta noche a partir de las doce tendremos la casa para nosotros solos… -Remarcó la palabra “solos”-. Tú y yo…
-Seth… -Reí-. Tengo que terminar, aún me quedan un par de exámenes por… -Miré el test-. Seth… tengo que dejarte.
-¿Algo va mal?
-No… -Tragué-. ¿Pasáis a buscarme por el vivero a última hora?
-¿No vas a venir a comer?
-No… no puedo. Tengo una reunión… -Pensé rápido-. Cosas de orientación, para los de último curso… -Eso dejaba a Gabriela libre-. Lo siento, de verdad… pero prometo que a las siete soy toda vuestra… ¿de acuerdo?
-Vale… -Suspiró-. Te veo luego…
-Seth… -Suspiré-. En serio, lo siento. Prometo compensároslo… sé que te hacía ilusión que comiéramos los cuatro juntos…
-Tranquila… -Pude imaginarle sonriendo-. A las siete pasaremos a buscarte.

Suspiré y examiné el test con detenimiento, el teléfono volvió a sonar y no reaccioné hasta el cuarto tono, en el cual descolgué.
-¿Sí?
-¿Qué tal está la profesora más sexy del mundo? –Reí-. ¿Estás ocupada?
-¿Vas a tardar mucho en contarme tu nuevo logro? –Reí y él bufó-. Cuéntame, Kev… sabes que para ti siempre tengo tiempo libre…
-¡Nos vamos a Nueva York! –Oí las risas de Cassy-. Me han destinado allí, es genial… ¡Voy a tener mi propia sección de deporte en las noticias!
-¿Qué? –Reí-. ¡Enhorabuena! Eso es… ¡estupendo!
-Sí… ya he hablado con Ryan, nos deja quedarnos en su casa hasta que encontremos algo… ¡Empiezo el lunes!
-¡Fantástico! –Reí-. Oye, dale muchos besos a Wanda y a Ryan de mi parte…
-Tenemos que celebrarlo…
-Por supuesto… -Miré el reloj-. Kev, tengo que colgar, tengo que ir a clase…
-Claro… luego te llamo, ¿vale?
-Genial… un beso.

Colgué y puse los exámenes en la carpeta, miré de nuevo el test y lo tiré a la papelera suspirando. Salí de mi despacho y observé el pasillo vacío. Aún recuerdo el primer día que llegué para sustituir al señor Reynold… después de terminar el curso mis ganas de estudiar crecieron, me incorporé algo más tarde al curso, pero acabé graduándome en Químicas mientras nuestro negocio crecía. Fueron cuatro caóticos y duros años, mi relación con Seth fue complicada hasta el extremo, alquilamos una casa a cuatro manzanas de mi tía Cyntia, él tenía que correr un mínimo de tres horas todos los días para ir al trabajo, tuvo que pedirle a Jake reducir sus horas de trabajo para estar más en casa mientras yo estudiaba, atendía el negocio… todo hasta febrero de 2024.

Seth se enteró de la jubilación anticipada del señor Reynold y me pidió que probara suerte, era mi oportunidad de trabajar en algo para lo que había estudiado. Nuestra familia se lo merecía, sería mucho más fácil para todos que nos trasladáramos, teníamos una casa, por lo que nos íbamos a ahorrar el alquiler de la de Seattle… además era mucho más grande. Vera, Leah y Sue estarían más cerca para ayudarnos, aunque mis padres y amigos estarían algo más lejos… aún así no me lo pensé mucho, él había estado tres años sacrificado por mí… mucho más que eso.
Las chicas lo pensaron, habíamos abierto a lo largo de los años dos viveros más en el norte y en el sur de Seattle… no era demasiado arriesgado abrir otro en Forks. En julio inauguramos el nuevo recinto de nuestro negocio, ya teníamos cuatro viveros abiertos, redistribuimos al personal más cualificado por las tiendas para asegurarnos y tanto Maca como Ainhoa se trasladaron conmigo a Forks.
Ashley seguía en el vivero original, Collin seguía trabajando con mi tío… y Gabriela encontró su hueco en el instituto sustituyendo a la señora Liverpool, la antigua orientadora del instituto de Forks.

Gabriela… suspiré y llamé a su puerta, cuando entré ella hizo una mueca, ese tipo de mueca que me decía que me esperaba. Le expliqué la situación y le dije que teníamos coartada para la hora de comer, ella llamó a Brady para explicarle que teníamos una reunión… aunque no era para lo que habíamos dicho.
Me dirigí a mi clase y el día pasó lento y tedioso, cuando se hizo la hora Gabriela me esperaba en la puerta del despacho. Condujimos hasta Kalaloch, cuando vi aquella casa enorme algo se removió en mis entrañas… Alice me esperaba con una sonrisa.
-Te he visto… -Me abrazó y saludó a Gabriela-. Carlisle te espera arriba… -Sonrió levemente y se encogió de hombros-. Enhorabuena.
-Oye…
-Tranquila, no le hemos dicho nada a Nessie. Seguro que prefieres contárselo tú… no te preocupes –Asentí-. Si quieres… -La miré y ella sonrió-. Han organizado tu fiesta de cumpleaños, sería un buen momento para decirlo…
-Gracias por el apunte, Alice…

Subí y Carlisle sonrió al verme. Me hizo una ecografía y el miedo me invadió, me alegré mucho cuando Jasper apareció en la habitación y me calmó.
-Pensé que ya no podría…
-Todo está bien. No debes preocuparte.

Asentí y me marché con Gabriela tras degustar una deliciosa comida a la que Esme nos invitó. Cuando llegué al vivero empecé a darle vueltas al tema, no podía dejar de estar feliz, pero a la vez preocupada. Pasaron las horas lentamente, estaba siendo un día realmente largo. Las chicas me preguntaron pero no quise decirles nada, me puse a hacer un ramo distraídamente.
-¡Mami! ¡Mami! ¡Mami! ¡Mami! ¡Mami! ¡Mami!

Me giré sonriendo, Seth la dejó en el suelo y vino corriendo a mí, se abrazó a mi pierna y yo la cubrí de besos… Meg, la razón por la que había tardado en empezar el curso de Químicas. La razón por la que había decidido mudarme, por la que moría cada día, por la que el diecinueve de diciembre ahora era una fecha remarcada en mi calendario. El fruto de aquella pasión en medio de la nada… o al menos lo que quiero creer, una niña tan preciosa tuvo que ser concebida en ese preciso momento, un momento perfecto. Nació un par de semanas antes de lo esperado, tuvieron que hacerme una cesárea y ella tuvo que pasar un par de días en la incubadora. Fueron los peores dos días de mi vida.
-¡Te he echado de menos, mami!
-Lo sé… -La abracé fuerte olvidando aquellos horribles días y volviendo al dulce presente-. Yo también a ti, princesa… -Acaricié su rostro y sonreí-. ¿Cómo ha ido el día? ¿Te has portado bien?
-¡Claro! –Ella asintió feliz-. La tía Vera me ha llevado con la yaya Sue, después he ido al cole y me he pegado una hora entera pintando… después hemos hecho muñecos de plastilina, jugado a polis y cacos… ¡y nos han leído un cuento!
-¿Ah, sí?
-¡Sí!
-¿No vas a contarle qué has comido? –Seth se acuclilló con nosotras y me miró sonriente-. Hola preciosa… -Me dio un dulce beso y sonreí-. ¿Todo bien?
-Sí…
-¡Papi! –Meg protestó-. Que me aplastáis… -Seth rió y se apartó un poco de mí, sujetándola mientras ella se sentaba en su rodilla-. Pues la tía Vera ha preparado un estofado riquísimo… la receta era de la yaya Sue, pero le ha salido buenísimo…
-¿No hay besos para las tías? –Ainhoa apareció riendo y Meg se tiró a sus brazos-. Hola, encanto… ¿Vienes conmigo? Tengo algo para ti…
-¿Dibujos para colorear? –Ainhoa asintió riendo y mi hija gritó-. ¡Bien!
-¿Pasa algo? –Seth me miró y me ayudó a levantar, yo negué-. ¿Seguro? –Me miró ceñudo-. Estabas muy pensativa, demasiado…
-No… -Negué y sonreí-. Te he echado de menos… -Le besé-. Siento lo de la comida… -Él hizo una mueca seria de preocupación-. ¿Va todo bien?
-Sí… -Asintió serio y me miró-. ¿Dónde habéis ido? –Me quedé paralizada y él suspiró-. Quil estaba de ronda cuando ha visto tu coche, creía que teníais una reunión…
-Sí… -Suspiré cuando entró un cliente-. Voy a…
-Dar… -Me miró apenado y yo hice una mueca de frustración-. Ve… luego hablamos.

Cuando nos fuimos de allí y llegamos a casa Meg me arrastró hasta su habitación. Seth y yo nos habíamos trasladado a mi habitación y la suya se había convertido de una habitación azul a una rosa… no pareció importarle en absoluto. Vera se había ido a vivir a una casa un kilómetro más al norte, algo que nos había ido muy bien, nos ayudaba mucho con Meg como en su día nos ayudaron mi madre y mi tía.

Meg empezó a enseñarme el cuento que habían leído en clase, Seth nos miraba con aire preocupado sentado en la cama, bostecé enormemente y Meg me miró preocupada.
-Mami, ¿tienes sueño o te aburro?
-No… -Reí-. Tengo sueño…
-¿Me cuentas el cuento para dormir? –Asentí y ella corrió a nuestra habitación-. ¡Yo en medio!
-Vale… -Reí y miré a Seth, seguía serio-. Oye… -Me senté sobre él e intenté sonreír-. ¿Qué te parece si dormimos un poco hasta que la casa se llene de gente?
-Creí que íbamos a hablar…
-Esta noche, cuando estemos solos –Intenté sonreír de nuevo-. ¿Vale?
-¿Tan cansada estás? –Bostecé sin querer como respuesta y él rió-. Vale…

Asintió y me llevó en brazos hasta la habitación, Meg empezó a reír y él sonrió tumbándose a su lado y yo al otro. Las dos nos acurrucamos a su lado y él empezó a leer, creo que Seth se llevó de vuelta a su habitación a Meg, al menos su voz se iba alejando con su calor.

Me removí en la cama, él murmuró a mi lado y sonreí algo frustrada. Me acurruqué entre sus brazos y él me besó dulcemente… como los últimos cuatro meses.
-Buenos días, preciosa… -Me besó dulcemente y sonrió dirigiéndose a mi abultado vientre y lo besó-. Buenos días, pequeña Meg…
-Buenos días, papi… -Reí y me besó-. ¿Tienes que ir a trabajar hoy?
-No… -Negó besándome-. Jake me ha dado este fin de semana libre… -Alcé una ceja-. Seis semanas seguidas sin poder disfrutar de un sábado contigo es realmente tortuoso, ¿sabes? –Sonreí algo raro y él me miró curioso-. ¿Qué te apetece hacer? ¿Tienes que ir hoy al vivero?
-No… -Negué-. Tenemos todo el día para nosotros…
-Suena genial… -Ronroneó besándome y sonrió-. ¿Te apetece que vayamos a escoger las cortinas para el cuarto de Meg? –Suspiré pesadamente y asentí-. Si estás cansada… vamos por la tarde, no hay prisa… -Sonrió y me besó-. ¿Qué te apetece desayunar?
-Me da igual… -Me encogí de hombros-. Voy a la ducha… -Me miró de esa forma-. No me mires así, Seth.
-No te he mirado de…
-¡Seth! –Le tiré una almohada y él rió-. ¡Qué bien!

Salí de la pequeña habitación y me dirigí al baño. Mi vejiga no tenía la misma capacidad que hace cuatro meses… muy sexy. Me metí a la ducha y salí a los cinco minutos empapada… miré mi vientre en el espejo y dibujé con mi mano la misma curva. Seis meses de embarazo, cuatro desde que se lo dije… momento en el que dejó de mirarme como antes lo hacía. La noche que se lo dije fue la última que habíamos estado juntos… me miré y realmente lo entendía. Mis pechos inflamados, mi vientre parecía a punto de estallar… Seth se asomó algo despeinado por el baño y yo tapé mi cuerpo con la toalla, bajando mi mirada y escabulléndome de lo que seguro iba a ser una situación lacrimógena.
-Lo siento… -Hizo una mueca y suspiró-. No sé qué he hecho, pero seguro que lo tengo merecido… -Intenté cerrar la puerta pero él se coló dentro antes de que la cerrase-. ¿Ha sido por las cortinas? Oye, si no quieres hacer eso…
-¡Seth!

Le empujé y salí del baño, me metí en la habitación y cerré la puerta. Por alguna estúpida razón empecé a llorar… aunque ya me habían advertido, cuando me di cuenta de que todo era por las hormonas ya era tarde. Salí y Seth ya no estaba en casa, me sentí peor y lloré sobre la cama.
-¡Ey! –Vino a mí corriendo dejando una bolsa y un ramo de flores en el suelo-. Venga… -Me abrazó y lloré, creo que intentó por todos los medios no reírse-. He ido a por tus magdalenas favoritas… -Besó mi pelo-. Vamos, sécate el pelo y a desayunar… -Negué en su pecho y él rió-. Pues lo haré yo…
Me cogió en brazos y me llevó hasta el baño, cogió el secador y un cepillo y cargó conmigo de vuelta a la habitación. Reí y él me miró raro.
-Vaya tontería. Podías haberme evitado el viaje… y a ti el peso extra…
-No importa… -Sonrió-. No quería separarme de ti… y he conseguido que rieras. Así que no ha sido una tontería… ¿Vas a contarme qué ha pasado por tu cabecita? –Negué-. Vale… pues no pienso decirte lo que me ha pasado en el mercado… -Me dio un beso rápido y rió conectando el secador, fue delicado y me sentí mejor-. ¿Desayunamos aquí?
-No seas vago… -Reí-. Ahora no tienes que bajar escaleras para ir hasta la cocina… sólo tienes que salir y cruzar un arco… -Alzó una ceja y yo hice una mueca-. ¿Eres feliz aquí?
-No podría serlo más… -Sonrió y me besó-. Sí, mi casa ahora es mucho más pequeña, no tiene dos pisos… pero eso me hace feliz, no tengo que andar tanto para encontrarte si quiero abrazarte… -Me abrazó y yo me crispé ligeramente de nuevo-. ¿Qué?
-Vamos a desayunar… creo que es mejor que llenes tu bocaza de comida…
-¿Pero qué he dicho aho…? –Se quedó callado-. Da igual, vamos a desayunar…
-Voy a vestirme antes…

Bufé abriendo el armario y cogiendo un vestido de premamá. Seth salió y
colocó las flores y el desayuno mientras me miraba entrar al baño. Cerré la puerta y me puse la ropa interior… sujetador extra grande para mis… ahora, ubres extra grandes. Hice un mohín al verme de nuevo en el espejo donde vi a Seth reflejado, me miró como si hubiera entendido todo y se acercó para abrazarme por la espalda. Hice otro mohín y él rodó los ojos negando, besó mi cuello y sonrió acariciando mi vientre.
-Estás preciosa…
-Sí, lo sé… -Medio bufé-. Preciosa pero embarazada… -Me miró raro y yo bufé-. Debe ser que ahora no soy tan manejable.
-Espera… -Seth se irguió y me miró con cara rara, como si pensara que no podía ser verdad lo que estaba pensando-. ¿Con eso te refieres a…?
-Sí. Sexo. Eso que hace cuatro meses que no tenemos –Alzó sus cejas y puso una mueca de incredulidad, podía ver a sus labios luchando por reír-. Y no te preocupes, lo entiendo… no estoy en mi mejor momento, pero…
-Cállate… -Me besó y sonrió-. ¿Tengo que pensar en descartar lo de las cortinas? –Le fulminé con la mirada y él rió besándome-. Perdón, perdón… -Dijo riendo y apoyándose en mi hombro-. Realmente no pensaba que tú quisieras… -Suspiró y noté su piel algo más acalorada-. Como después de decírmelo estuviste algo esquiva, pensé que… -Se encogió de hombros-. Después siempre parecías tan cansada que no quería molestar…
-Da igual Seth… -Intenté separarme pero él siguió abrazándome. Suspiré con desgana-. ¿Vamos a desayunar?
-Pues… -Llenó sus carrillos de aire y lo soltó negando, me besó sonriendo y yo rodé los ojos-. Es que ahora la verdad que no me apetece desayunar… -Rodé los ojos de nuevo y él me detuvo de mi intento de escape. Cogió mi cara y me obligó a mirar el espejo, dos lágrimas corrieron por mis mejillas-. Preciosa… -Besó mi cuello mientras me miraba en el espejo-. ¿Por qué lloras?
-No hace falta que finjas, Seth…
-Ya… -Se acercó a mí y sonrió levemente cuando me rozó-. ¿Crees que puedo fingir eso? –Rió pero yo me quedé inmóvil, no sabía qué decir. Se apartó un poco y me abrazó-. Verás… -Acarició mi vientre-. Más vale que vayas mentalizándote de que cuando ella nazca, su habitación no va a tener cortinas… -Reí sin poderlo evitar y él sonrió-. Ahora que sé que me deseas tanto como yo a ti, no va a haber minuto libre que no te haga sentir lo mucho que me gustas…

Sonrió de tal modo que no pude evitar sonreír. Me giró y limpió delicadamente las dos lágrimas de mis mejillas, las besó y yo le abracé fuerte. Reí y él me miró algo raro.
-Creo que algo nos separa… -Reí cuando me besó sonriente-. Siento lo de antes, yo…
-Oye… -Me besó y suspiró-. Hay algo que llevo queriendo hacer desde hace muchos días… he de confesarte que el otro día quise hacerlo mientras dormías, pero me sentí culpable y tuve que darme una ducha de agua helada… -Reí con él y me miró-. ¿Puedo?

Me encogí de hombros y asentí. Él me cogió de los muslos y me subió besándome, puso su brazo firme para que me sentara allí y me sostuvo mientras otra mano se deslizaba por mi espalda para quitar mi tapa-ubres. Me sonrojé y negué cuando él me miró a los ojos con una sonrisa de pícaro que me hizo reír. Me besó y después posó su boca en mis pechos. Me aferré a él mientras él parecía desfogarse por todas las veces que no lo había hecho. No paró hasta hacerme suspirar, cuando me besó delicadamente y me llevó hasta la habitación. Empezó a acariciar cada parte de mi cuerpo con sumo cuidado, acarició mi vientre con una sonrisa haciendo un mohín divertido.
-Más vale que se tape los oídos ahí adentro… -Me besó riendo conmigo-. Y más vale que los vecinos hagan lo mismo…

Reí y me besó dulcemente para regalarme todas esas caricias que solían enloquecerme, solo que todo parecía intensificado por la hipersensibilidad de mi piel y el ansia de los meses sin ellas. Me fijé en que él estaba temblando y gruñendo, me aferré a su espalda buscando lo que ansiaba, pero era algo difícil por la curva de mi vientre. Gimoteé de rabia y él se puso de rodillas sentándose sobre sus pies. Me arrastró con él y me acomodé sobre él, se flexionó ligeramente hacia atrás dejándome el espacio que necesitaba y me besó mientras yo tomaba las riendas de la situación. Noté su desesperación cuando tomó mis caderas para guiarlas, no pude más que susurrar su nombre dulcemente cuando llegué al paraíso. Sus besos y caricias se prolongaron hasta que noté una gran patada, él alzó una ceja.
-Vaya… -Rió, la había notado por la proximidad de nuestros cuerpos-. ¿Crees que se habrá enfadado conmigo por alterarte tanto?
-Puede…
-Pues… -Frunció sus labios y sonrió-. Más vale que vaya acostumbrándose…

Empecé a reír sin poder evitarlo, le abracé fuerte y él me acunó mientras besaba mi hombro y ayudaba con sus caricias a que mi corazón se calmara.

-Darlene… -Noté sus dedos acariciándome el pelo-. Dar, cariño… -Abrí los ojos y le vi mirándome algo preocupado-. No es que a mí me moleste, pero deberías dejar de gemir así mi nombre cuando tu hija está a punto de dormir…
-¿Qué? –Me senté en la cama mientras él me miraba divertido-. ¿Qué hora es?
-Pronto… -Sonrió-. Acaba de dormirse… nos tienes preocupados a los dos… -Me miró curioso-. ¿Qué estabas soñando? –Negué y él hizo una mueca-. Si necesitas algo… -Me besó y sonrió-. Siento que últimamente no hayamos tenido tiempo para…
-Ha sido culpa mía. He estado muy liada con el trabajo y me siento culpable por eso… -Negó y me besó dulcemente-. Cuando has dicho que esta noche estaríamos solos…
-Sí, Vera y Leah han pensado en hacer una acampada… -Sonrió-. Se han ofrecido amablemente a llevarse a su sobrina…
-¡Paso, paso, paso, paso! –Nessie entró como un torbellino con Alice en la habitación-. Seth, lárgate… Jake te espera abajo…
-¿Qué hacéis…?
-Vamos, mala amiga, a la ducha… -Nessie empujó a Seth fuera y me miró raro, mandándome un mensaje mental-. Ya te vale… ¿Se lo dices a Gabriela y a mí no? No te mereces mi regalo… ¡A la ducha!