Capítulo XXIV: Saltos de altura y distintos tipos de amor. ₪ Seth POV.

17:20 0 Comments A+ a-


-Dar… -Subió a mi pecho-. Dar…


-No quiero caerme al vacío… Aquí hace frío…

-¿Tienes frío?


-El aire Seth… -la abracé y ella gruñó-. Gracias… gracias Seth…


-¿Por qué? –Reí-. ¿Qué pasa?


-Deberías estar con tu chica, no salvándome… no sé qué haces aquí… pero gracias por no dejarme caer… -Se acurrucó en mi pecho-. Gracias…



La observé y parecía dormida, volvía a hablar en sueños… o eso parecía. La zarandeé levemente y no se movió. Se aferraba a mí fuerte y parecía sufrir, pero no se despertaba.


-Dar… ¿qué pasa?


-Quiero que te vayas…


-¿Quieres que me vaya?


-No… dame sólo unos minutos. Me conformaré con eso antes de que me dejes… sólo quiero sentirme así un poco más.


-Dar… -Suspiré y la miré, parecía sufrir y eso me angustiaba-. ¿Qué sientes?


-No sé… me siento bien ahora… pero sé que debes irte…


-No hasta mañana… -La acaricié-. ¿Estás angustiada? –Ella se aferró a mi pecho de nuevo-. ¿Qué pasa? ¿Qué piensas?


-Que no quiero que te vayas, sé que te vas con ella… y entiendo que la quieras más… pero yo me conformo con esto, me conformo con estos minutos…


-No te entiendo… -La acaricié-. Dar… descansa cariño… -Besé su pelo-. Descansa…


-Me encanta verte volver… me encanta estar aquí… -Metió sus manos bajo mi camiseta y me abrazó-. Me encanta tu olor… aunque sé que quieres tener a tu chica y no a mí… a mi no me importa…


-¿Qué dices?


-No me importa que te vayas, siempre que regreses.


-Volveré siempre que quieras…


-Entonces vuelve siempre… y vete con ella cuando duerma para no verte marchar…


-¿Irme con quién? No hay ningún sitio mejor que este…


-Déjame escuchando esas canciones…


-¿Canciones? –Reí-. ¿Cuáles?


-Las que quieras… -susurró-. Cualquier canción que escuche contigo me hace sentir que me quieres… aunque sea una locura.


-No es una locura…


-Lo es… pero yo me conformo con los pocos minutos que puedas darme… no me importa por pocos que sean… -Se removió en mi pecho-. Tengo frío…


-Ven… -la abracé y la tapé con la colcha, pero ella removió sus manos por debajo de mi camiseta-. ¿Estás bien?


-Mis manos están bien… -me quedé helado notando sus caricias a mis flancos-. Ojala todo pudiera estar tan bien…


-¿Qué? –Se acurrucó pegando su cara a mi brazo, estaba bastante fría-. ¿Mejor?


-No… -Removió sus piernas así que acerqué mis pies a los suyos, haciendo que ella suspirase levemente-. Mejor… -Reí-.


-¿Algo más? –Acaricié su brazo y ella empezó a llorar-. ¿Qué pasa?


-No puedo… -Estaba tan asustado al verla así…-. Quiero más pero no puedo, pero sé que te vas a ir y aún quiero más…



Me angustié tanto que me incorporé, ella se arrodilló en el hueco que había entre mis piernas y se aferró a mi pecho. Yo la acuné y acaricié su cara, que mostraba un sufrimiento que me rompía el alma. Besé su cara y ella me devolvía los besos, acariciando con sus dedos la piel de mi espalda. Acaricié su brazo izquierdo mientras ella pegaba el derecho a mi torso, levantando levemente mi camiseta. Ella posó sus labios delicadamente en mi cuello, acariciando mi espalda y levantando un poco más mi camiseta. La miré y sus ojos seguían cerrados, su rostro mostraba menos angustia, así que quedé así por un rato, mirándola dormir en mi hombro. Besó mi cuello un par de veces más y levantó un poco más mi camiseta, lo que me llevo a preguntarle.


-¿Quieres que me la quite? –Asintió contra mi hombro-. Dar… -Respiró profundamente y sus latidos eran lentos, seguía durmiendo-. Esto es de locos…


Suspiré y ella besó de nuevo mi cuello, así que no pude evitarlo. Me quité la camiseta y la tumbé sobre mi pecho. Ella se acomodó, colocando mi mano en su espalda y aferrando mi mano, llevándola a mi corazón. Miraba hacia la ventana y eso me mosqueó un poco, quería ver su rostro.


-Acaríciame.


-¿Qué? –Me quedé helado-.


-Me duele la espalda… -Se giró hacia mí suspirando-. Por fa…


-¿Aquí? –Acaricié su columna y ella asintió, suspirando y acomodando su rostro a centímetros del mío-. ¿Puedo decir algo? –Ella negó rozando su nariz con la mía-. Vale…



Besé su nariz y sonrió. Ahora su cara no mostraba sufrimiento, sólo felicidad y paz. Sus latidos siguieron el mismo ritmo por más de una hora, hasta que al final me dormí con ellos.


Noté cómo intentaba levantarse, abrí los ojos y parecía asustada, así que los cerré y sonreí, acercándola a mí… ahora era yo el que la quería cerca.


-Es muy temprano… -Acaricié su mano que parecía temblar-. ¿Ya no tienes sueño? –Acaricié su espalda que estaba algo fría, la miré y se mordía el labio, se sonrojó y miró hacia la ventana, parecía avergonzada por lo que besé su mano por no poder besar su rostro, dejé nuestras manos unidas en el mismo sitio y la solté, no quería violentarla. Se incorporó y miró la cama vacía con confusión-. Veo que no te has enterado de nada…


-¿Qué?


-Nada… las dos habéis estado hablando en sueños… -su confusión aumentó-. No sé… Jake la ha despertado y se ha llevado a Nessie preocupado por ella, estabais hablando en francés entre vosotras… creíamos que realmente estabais despiertas… -Reí, una parte de mí así lo quería, que hubiera estado despierta-. Pero cuando Jake la ha tocado, ha visto que estabais en la playa de Jenner, así que se la ha llevado… Te has puesto histérica cuando se ha ido. Luego has dicho que tenías mucho frío y me has pedido que no te soltara, que no querías caer al vacío, repitiendo que allí hacía mucho frío…


-Me estás tomando el pelo…


-Bueno… Sólo un poco… -La acerqué a mi pero giró la cara, me incorporé para mirarla y pareció sonrojar, lo que me hizo reír-. ¿Ya te has acordado? –Me miró de un modo que supe que no-. Bueno… creo que es hora de que me vaya…


-¿Ya vuelves a Forks?


-No… -Su cara era de miedo, como cuando me había pedido que no la soltara, así que acaricié su pelo sin que ella modificara su rostro. Quería animarla y sabía cómo podía hacerlo-. Pero… -Me puse la camiseta-. Me he dejado algo en el coche…


-¿Me vas a dejar sola?


-Si quieres que vuelva… volveré –Recordé lo que había dicho en sueños, eso que me había alegrado el alma-. No tengo ningún sitio mejor al que ir…


-¿Por qué me da la sensación de que me pierdo algo?


-Tranquila… -Sonreí-. Voy a comprar algo de desayunar y vuelvo… creo que hoy no me apetece nada cocinar… -Acaricié su pelo de nuevo y pareció tan cansada…-. Descansa.



Antes de salir de su casa me asomé a verla y estaba dormida. Salí rápidamente y llegué a la cafetería del otro día, comprando un par de cafés, zumos y esas magdalenas que le gustaron. Al volver pasé por un mercadillo y paré, buscando algún puesto en el que comprar frambuesas. Llegué a su casa y dejé la compra en la cocina, subiendo a su cuarto para esconderle el regalo… Ironías de la vida, ahora no me atrevía a dárselo directamente. Dejé el libro debajo de la primera manta, y al cerrar ella se sobresaltó, mirándome confusa.


-Buscaba una manta… Iba a desayunar, pero me has dicho que tenías frío… no sabía si despertarte o no… ¿Quieres desayunar? –Asintió frotándose los ojos-. Te espero abajo…



Esperé que no le diera ahora por mirar bajo las mantas… supuse que la sacaría esa misma noche, cuando yo no estuviera para darle calor… eso me dolió levemente. Empecé a poner las cosas en la mesa cuando la escuché ducharse. Preparé la mesa al detalle y fui a la cocina a tirar la caja de las frambuesas cuando la escuché bajar. Se quedó parada bajo el arco del salón, así que la cogí de la cintura, haciendo que ella gritara y yo riera.


-No quería…


-¿Estás loco? Deberías hacer más ruido cuando te acercas… Me vais a matar a sustos…


-Perdona… Esto no ha sido intencionado, que conste… -No parecía creerme, así que sonreí y cambié de tema-. ¿Desayunamos?


-Pero es… -Miró la mesa y cogí una par de frambuesas-. ¿Cómo sabes lo que…? –Puse una en su boca y la comió mirándome un poco mal-. ¿Por qué me haces sentir siempre como una niña pequeña?


-No sé… -Sí lo sabía… pero era complicado, quizá había llegado el momento de decirle la verdad-. Pero lo hablamos después… es hora de desayunar…



Desayunamos sin hablar del tema, hablamos sobre la fiesta, sobre los niños de la fiesta… sobre porqué siempre acababa haciéndose daño cuando estaba con nosotros… hasta que terminamos y su madre llamó para decirle que se retrasaría.


Llamé a Jake mientras tanto y quedamos con ellos para ir a comer a “Mi Tierra”. Ella subió a cambiarse, quitándome la idea de decírselo al ver cómo salió huyendo de allí. Oí un ligero ruido y pensé que se había golpeado de nuevo, pero cuando llegué a su habitación ella estaba recogiendo el montón de mantas. Cogió el paquete y me miró raro, así que me encogí de hombros… ¿Qué debía decir?


-¿Es… tuyo?


-Es una tontería… Lo encontré y me acordé de ti…


-Oye yo…


-Tranquila… es un regalo porque sí… lo encontré y lo cogí, nada más… no le des más vueltas…


-Pero… me siento mal… no tengo nada para darte…


-Oye… -No quería que pensara mucho, le había hablado del tema aunque ella no sabía que era ése el regalo por el que había hecho llamadas interestatales-. Ábrelo ya.



Rió nerviosa y rasgó el papel levemente, mirándome asombrada. Sonreí levemente y ella rasgó el papel despacio, mirando aquel libro como si fuera algo realmente importante… estaba emocionada y eso me alegró… mucho más cuando se lanzó a mis brazos.


-¡Seth! Esto… -Me miró sorprendida-. ¿Dónde…?


-Ábrelo… -Sonreí y miró la primera página con la dedicatoria-. Es de la autora, y en la segunda página hay una mía…


-¿Qué? –Sonrió y leyó-. Para alguien que tiene la suerte de estar abierta al mundo, al amor y a la amistad, pese a todo lo pasado. Te deseo una vida gris perlada… -Sonrió de nuevo ampliamente-. ¿Cómo lo has conseguido?


-Es… una tontería…


-Espera… -Miró la siguiente página… horror-. Para que mi chica no vuelva a derramar una sola lágrima, para que recuerdes que estoy a tu lado siempre, aunque no esté aquí… Seth. –Me miró seria y yo quería haber borrado los últimos segundos y que lo hubiera encontrado cuando yo estuviera lejos-. ¿Por qué…? –Se calló y sonrió-. Gracias.


-No tienes que darlas… -Nos quedamos en un incómodo silencio, que trajo alivio a mi acelerado corazón-. ¿Estás lista? –Asintió y dejó el libro en la mesilla-. Vamos…



Me di cuenta de que se había asustado, quizá la había liado mucho con esa dedicatoria… pero ella anoche parecía tan feliz… aunque había dicho que sabía que yo quería estar con otra… y yo sólo ansiaba estar con ella. La despedida fue algo fría en comparación con otras… mucho más comparando con su comportamiento aquella misma noche. No entendía la razón, pero sentía que era culpa mía por la dedicatoria y el regalo… Jake se puso a mi lado cuando nos íbamos, animándome a echarle una carrera.


La verdad es que eso distraía bastante, por lo que el trayecto pasó volando… pero mi angustia era la misma, ella se había molestado, o al menos eso parecía…


Acudí a casa de mi madre, ella me notó raro y le conté lo que había pasado. Ella me reprochó el haber sido tan poco reflexivo y el haberme comportado tan impulsivamente. Le dije que la llamaría esa misma noche para contarle todo y disculparme, pero Leah dijo que sería mejor que esperase a que ella me llamase.


Me pegué media noche en vela, escribiendo cientos de mensajes que no envié, esperando que ella me enviase uno al que poder responder. Cuando me levanté por la mañana y llegué al taller Jake rodó los ojos, al igual que Quil y Embry. Les conté lo que había pasado y Quil y Embry me dijeron que era un zopenco y un impaciente, aunque Jake me dijo que no me preocupara… él sabía lo que era estar enamorado por completo de una adolescente… de alguien que no sabía si quería ser tu amiga o tu pareja… él estaba tan confuso como yo.



A la hora de comer estuvo hablando con Nessie, al menos ahora él tenía una buena etapa, estaba claro que sólo eran amigos y nada más… pero yo… quizá ahora me odiaba. Jake me hizo una mueca a lo lejos y se giró, saliendo con el teléfono en la mano.


-¡Tito Idiota! ¿Qué haces?


-Aquí… arreglando coches… ¿Y tú, sobrina diabólica? ¿Sabes que eso de hablar en sueños con alguien y en otro idioma da que pensar…? Parecías algo así como la niña del exorcista, por lo menos… -Jake me dio un cogotazo que apenas noté-. Dabas miedo.


-¿Sólo yo daba miedo? –Rió y cuchicheó-. Dice que dábamos miedo… que parecíamos las niñas del exorcista…


-He dicho que tú, no que…


-Bueno, que tenemos que colgar… dile a Jake que hablamos luego…


-¡Jake! Que te quiere mucho… -Reí mientras Nessie refunfuñaba por el teléfono-. Sí, sí… te la debo… -Reí-. También le diré que le echas de menos y que estarás preparando la boda para el fin de semana… adiós sobrinita…



Colgué y recibí otro cogotazo, haciendo que una risa conocida resonara en mi cabeza mientras se acercaba a nosotros.


-No le pegues más en la cabeza… ya sabes que a mi madre se le cayó en repetidas ocasiones de la cuna… no le da para más.


-Ya, ya…


-¿Qué? ¡Ah! ¡Leah! Pensé al verte de lejos que eras el tirillas de Quil… -Su mirada me traspasó pero se calmó antes de pegarme-. No me pegues… que con esos brazos de camionero seguro que me haces daño…


-Serás… -Comenzamos a pelearnos hasta que Jake intervino-. Dale gracias al jefe por salvarte…



Antes de cambiarme para irme a cenar con mi familia miré mi móvil, tenía un mensaje.


¿La niña del exorcista? Hablaremos al respecto…



Suspiré y contesté rápido antes de irme a cambiar.


Sólo era por Nessie, tú parecías más bien una linda niña perdida… caperucita o algo así… No sé… estabas muy tierna, aunque me hiciste pasarlo mal… menudas cosas me dijiste… Hablaremos al respecto…



Me cambié rápido sabiendo que contestaría pronto, no parecía enfadada… y si lo estaba seguro que le daba qué pensar y se le olvidaba el mosqueo.


No sé qué te dije, pero no cambies de tema… la que está ofendida soy yo… tendrás que regalarme miles de libros dedicados para que te perdone… Sobre lo de caperucita… ya me gustaría, así podría encontrar un leñador que acabase contigo… aunque creo que tener una amiga como Nessie me quita ese problema…



¿Estas diciendo que Nessie parece un leñador? Espera a que se lo diga… te sacará los ojos cuando le enseñe este mensaje… yo que tú cerraría las ventanas y las puertas esta noche…



Reí y salí a mi coche, arrancando y poniendo esa canción que me encantaba, “Love, love, love”. Y es que había estado casi todo el día pensando que estaba enfadada, ella era lo único que necesitaba y aquí estaba… Grité el estribillo hasta que sonó mi móvil de nuevo.


No… no estoy diciendo que parezca un leñador, estoy diciendo que puede contigo… y no hace falta que cierre nada, el único que se mete en mi casa como un delincuente eres tú… ;)



¿Cómo un delincuente? Hubiera preferido que me hubiera dicho como Romeo, o como cualquier otro personaje de libros que entraba por las ventanas o balcones… ¿Debía decírselo? Igual era pasarse… pero me apetecía tomarle el pelo, el ver que me contestaba me había puesto de buen humor. Aparqué en la puerta de casa de mi madre y bajé escribiendo.


¿Delincuente…? Preferiría que pensaras otra cosa, pero bueno… Igual voy a colarme esta noche de nuevo, así no tendrías que sufrir por caerte al vacío… estaría yo para que te sujetaras :-P



Mi madre me miró curiosa y me hizo pasar mientras lo enviaba. Le di un beso en la mejilla y revolví el pelo del pequeño que correteaba por allí. Saludé a Charlie con una palmada en el hombro y mi madre dejó la cena en la mesa.


-Pareces de mejor humor…


-Lo estoy mamá… -Sonreí-. Me ha mandado mensajes… así que no está mosqueada ni nada… y es lo mejor que me podía haber pasado hoy…


-Bueno… me alegro… -Me besó-. Mucho más porque cuando estás de buen humor no escatimas lo besos…


Estábamos riendo cuando me mandó otro mensaje y lo leí.



No necesito que nadie me sujete… puedo sostenerme yo solita… Además, con eso de que soy la niña del exorcista, posiblemente pueda levitar… así que no te necesito… No quiero ningún lobo feroz disfrazado…



-Seth… estamos cenando… llámala más tarde…


-Tranquila… -Charlie me guiñó un ojo-. Ya me estoy acostumbrando a verlos a todos colgados con los móviles… -Rió-. Se te ve… enamorado…


-Mucho…


-Dale recuerdos de mi parte… -Leah bufó-. No sé cómo te aguanta…


-Leah… -Mi madre la regañó-. Mándale un beso de mi parte también… y deja de mandarle mensajes, seguro que ella también está cenando…



Bueno… ¡Tocado y hundido! Mi madre y mi hermana te mandan recuerdos… y me dicen que te deje tranquila que seguro que estás cenando… Luego te llamo, si no quieres hablar conmigo… cuélgame XP



Guardé el móvil y cené con mi familia, saludando a Kim, Jared, Sam y Emily, que vinieron a recoger al pequeño, que se abrazó a mi hermana a modo lapa. Creo que sonó incluso cuando los separaron. Fue una especie de “Pop”.


Me quedé hasta que Charlie se marchó, por lo que aproveché y me fui con él. Salí disparado ante una feroz mirada por su parte, pero parecía empezar a acostumbrarse a mis adelantamientos. Llegué a casa emocionado y ella no colgó, lo que me animó mucho.


Me pegué toda la semana hablando con ella a la hora de comer y por las noches, e incluso la llamé algún día a la hora de desayunar. El viernes a medio día nos dijeron que no podían venir, que les habían puesto un examen para el lunes y tenían que estudiar… hablé con Jake y planeamos todo para poder ir al menos a verlas el domingo.


Fuimos a comer a casa de Emily, que había preparado una barbacoa para celebrar su aniversario de bodas o algo así. El caso es que nos pusimos las botas y fuimos al taller por la tarde andando con cierta dificultad, había comida para toda una ciudad…



Estaba con Jake revisando un Toyota cuando él alzó la cabeza mirándome con una sonrisa. Olisqueamos a la vez y cerramos el capó del coche, saliendo a la puerta viendo un coche derrapar en la puerta. Ambas reían al ver nuestras caras, debíamos parecer bobos, nos habían colado por enésima vez.


Jake salió corriendo y abrazó a Nessie como siempre hacía, yo me contuve un poco más, aunque también la abracé fuerte. Ella me dedico una enorme sonrisa y fueron a casa de Jake a dejar sus cosas… iba a dormir allí, así que no se quedaría conmigo… eso dolió un poco.


Cenamos en casa de Jake y estuve allí hasta las dos de la mañana, cuando me di cuenta de que ella no iba a venir conmigo, así que me fui un poco apenado. Me metí en la cama un poco chafado, esperaba que a partir de ahora se quedase siempre en mi casa, pero ella parecía estar algo distante… al menos físicamente…



-Seth… -Alguien me zarandeaba y abrí los ojos. Ella se sonrojó un poco-. Lo siento… he llamado varias veces pero…


-¿Ahora eres tú la delincuente?


-Eso parece… -hizo una mueca y rió-. Aunque en realidad me ha abierto Leah… así que no es allanamiento…


-¡Venga enano! –Leah me tiró un juguete de Ephraim a la cabeza-. El pequeño quiere que vayamos a la playa… He pasado a buscarla para que vea cómo es un sábado playero…


-¡Vamos! –Leah dejó al pequeño en el suelo, que se subió a mi cama y empezó a saltar-. ¡Vamos, vamos, vamos! –Rió-. Mis padres, Quil, Claire, los gemelos… ¡Todos van a ir! Y tengo que llegar antes que Claire…


-¿Tienes que ganar a Claire? –Asintió de un modo que me hizo reír, por lo que el niño se colgó de mi cuello. Mi hermana le miró feliz y decidí molestarla un poco-. Al final… acabarás saliendo con Claire… mucho vas con ella… -Otro juguete del crío voló a mi cabeza, impactando en la pared-. Pierdes puntería cuando te enfadas…


-Es que no quería darle a él… -Sonrió ofendida-. Vamos Ephraim… no quiero que el enano te mal influencie…


El niño lanzó su mano esperando que Darlene la tomara y saltó entre mi hermana y mi chica… era todo un ligón, eso estaba claro… mi hermana lo pasaría mal. Suspiré y cogí mi bañador y una camiseta de tirantes… bajé corriendo cogiendo las chanclas antes de salir. Me las puse conforme andaba y Darlene me miró raro.


-¿Qué?


-Nada… -Sonrió-. Es que… -Miró a Ephraim-. Estabais muy divertidos… no tienes pinta de que te gusten los niños… pero parece que le caes bien…


-Yo le caigo bien a todo el mundo… -Alcé una ceja y ella rió-. No sé… está todo el día en mi casa… es un pequeño demonio… así que me cae bien. Me ayuda mucho cuando quiero hacer rabiar a Leah… es genial.


-¿Por qué?


-Bueno… -Seth… eres un bocazas-. Algún día te lo contaré… pero es un secreto de familia… o de manada, como prefieras…



Asintió curiosa y pronto vi a Jake cargando con una sombrilla, una esterilla y mil cosas más. Reí al imaginar lo que había tenido que esperar por Nessie, así que me metí con ella por eso. Ella me dijo que había sido él el que había cogido tantas cosas, pero luego entendí que algunas de ellas las había traído para sus hermanas y los gemelos, lo que me hizo sentir raro… me pareció que ahora era más familiar incluso que antes, más… él.


Darlene y Nessie se acercaron a la orilla y pasearon, así que me quedé mirando a Darlene, hasta que los niños empezaron a gritar a mi alrededor y ellas se volvieron riendo. Yo empecé a perseguirles haciendo un poco el payaso, hasta que me dejé caer y comenzaron a sepultarme en arena. La broma estuvo bien hasta que Kim y mi hermana tuvieron la genial idea de poner el mantel de picnic sobre la arena en la que estaba sepultado, poniendo toda la comida allí. Darlene y Nessie rieron y se sentaron alrededor, como todos. Pasé a hacer funciones de mesa de picnic hasta que noté un cosquilleo. Algo recorría mi pierna y me moví, pero la arena me hacía ser lento y sentí un escozor terrible en la parte trasera de mi muslo. Los ojos de Nessie se abrieron y salió corriendo, mientras yo intenté moverme lo menos posible para darle tiempo a huir. Mi hermana había apartado a Kim y Darlene, evitando males mayores. Cuando dejé de oler a Nessie salí de la arena, viendo un chorro de sangre salir de mi muslo. Darlene se asustó mientras todos reían.


-No te asustes… soy fuerte…


-Pero… estás sangrando mucho…


-Curará rápido… -Sonreí pero ella parecía angustiada-. Tranquila… espera… -Limpié un poco la herida, que ahora era mucho más pequeña-. ¿Ves? No es nada… Me curo rápido… como todos.


-¡Vaya! –Rió-. Entonces… ¿Si me enfadas mucho puedo apuñalarte sin problemas?


-Mientras el cuchillo no sea de plata… -Bromeé y ella me miró raro cuando reí-. Es broma… es mejor que no probemos… -Miré al fondo donde Jake y Nessie regresaban-. Debo darme un baño… no quiero que me muerdan…



Me metí al agua y Nessie corrió hacia mí, seguida de Jake. Me acojoné un poco, mucho más cuando me alcanzó. Ella se tiró sobre mí, hundiendo mi cabeza en el agua hasta que Jake hizo que me soltara. Salí y ellos reían, mientras Darlene miraba angustiada. Salí corriendo hacia ella que me miró asustada, así que me vino una idea a la cabeza y ella pudo verlo.


-No… no llevo bañador… -Empezó a andar de espaldas-. Ni se te ocurra Seth, me enfadaré muchísimo… lo sabes.


-Bueno… ¿Seguro que no tienes bañador? Porque vas a ir al agua hoy… ya sea con bañador o con ropa de calle…


-¡Para! –Gritó-. Quizá en tu casa… iré con Leah… -Negué-. Con Nessie…


-Menos aún… -Reí-. Va, te acompaño… no creo que tardemos mucho si te llevo a cuatro patas… Diez minutos como mucho…


-Seth… -Leah bufó-. La llevo yo, no creo que se sienta cómoda si tú la estás esperando…



Darlene sonrió a Leah y se marcharon juntas, tardaron a volver casi una hora, yo ya estaba empezando a pensar que Leah se había perdido por su estupidez, cuando algo dio en mi cogote, Leah me había lanzado una piedra estando a cien metros de distancia y había atinado.


-¡No soy tan mala! –Gritó riendo con mi chica-. Espera a que llegues a casa…


-¿Qué? –Me levanté y corrí hacia ellas-. ¿Qué habéis hecho en mi casa? ¿Sabéis el rato que habéis tardado? Espero que no la hayáis destrozado ni tocado nada, u os juro que os la devolveré…


-Seth… -Leah bufó-. Tranquilízate, teníamos que hacer cosas de chicas… -Miró a Darlene y rió-. Le ha costado un rato cambiarse…


-Bueno… pues venga… al agua…


-Seth… -Leah me miró mal-. No seas pesado, deja a la chica en paz, ¿vale? –La miré raro y ella me empujó hacia el agua, haciéndome una llave y susurrándome al oído-. Dale algo de tiempo… tengo una cuñada un poco acomplejada… así que dale tiempo.


-¿Acomplejada?


-Seth… -Me miró de un modo raro, como si fuera aquella chica que era antes-. Sé que tú la ves preciosa… y es preciosa… pero ella no lo ve así… dale un poco de tiempo a acostumbrarse a la manía que tenemos por el destape… ¿vale? No todo el mundo está acostumbrado, ni todo el mundo se siente cómodo quitándose ropa delante de la gente… ¿vale?



Asentí y seguí a mi hermana por el agua, hasta que Ephraim se metió y la acaparó de mala manera, haciendo que me sintiera un poco… solo. Miré hacia la orilla y Darlene se estaba quitando la chaqueta deportiva que llevaba sobre el bañador. Me miró y se giró, sentándose en la arena. Torcí el gesto y salí directo hacia ella, que se puso algo nerviosa y se sonrojó.


-¿Tú también tienes miedo al agua como Nessie? –Reí y me senté junto a ella-.


-No… -hizo una mueca-. Pero no me apetece mucho bañarme… además, seguro que el agua está helada… no sé…

-Bueno… estando nosotros alrededor… no creo que esté tan fría… -Reí-. Venga… vamos… -Tendí mi mano y ella me miró con una mueca-. Vas a meterte, con ropa, con bañador… pero vas a bañarte conmigo… -Me levanté y tiré de ella, haciendo que tropezara y cayera sobre mi pecho, así que aproveché para rodearla con mis brazos, parecía estar a punto de llorar-. Oye…


-Seth… déjame… -Se separó y cogió su chaqueta, saliendo andando por la orilla y me pareció que se limpiaba una lágrima. Salí detrás de ella y me puse a su altura-. Déjame… siempre me ves llorar y lo odio… -Se giró y dio media vuelta, así que la abracé-. Seth… por favor…


-Si no quieres que te vea llorar, no llores… pero si lloras es porque te pasa algo… y si te pasa algo me preocupo… Así que suéltalo y después vamos a bañarnos y a pasar una buena tarde…


-No quiero bañarme…


-Vale… pues no nos bañamos… -Me miró mal y me encogí de hombros-. Pero yo creía que te gustaba bañarte y hacer el tonto en el agua…


-Y me gusta… pero… no sé, la última vez fue con mis amigos, y han cambiado muchas cosas… con ellos me sentía más cómoda… No sé… les echo de menos y me siento rara aquí…


-¿Te sientes rara? –Asintió-. ¿Incómoda? –Volvió a asentir-. ¿Por qué?


-Porque… no sé… -miró hacia las chicas y después al suelo. Nessie corrió hacia nosotros-.


-Seth… déjala sola, ¿vale? Yo me encargo…



Me alejé un poco y Leah apareció cargando de Ephraim, que gritaba que quería volver al agua con ella para que le lanzara.


-Te he dicho que no la presionaras… -La miré mal-. Cree que los chicos van a juzgarla, se siente mal con ella misma y no quiere que se rían…


-¿Quién se va a reír?


-Seth… -Suspiró-. Nunca lo entenderías… pero… no sé, recuerdas cuando… -miró a Ephraim e hizo una mueca-. La primera vez que salí de fase, cómo me sentí… -Recordé lo avergonzada que estaba-. Sólo era porque me sentía diferente allí… y ella se siente diferente.


-No lo entiendo…


-Normal… eres un tío… -Rodó los ojos-. Cuando estábamos eligiendo, tenía varios bikinis y sólo un bañador… y ha escogido el bañador. No se siente cómoda con su cuerpo, me ha dicho que nos envidiaba por nuestra figura… -Mi hermana me dejó noqueado-. ¿Lo entiendes ahora?


-Ella es preciosa…


-Sí… pero ella no se ve con los mismos ojos que nosotros podemos verla… con los ojos que tú la ves… ella se… -Mi hermana sonrió hacia ellas y se quedó muda, miró a Ephraim-. ¿Vamos con tía Nessie al agua a hundir a Jacob?


-¡Sí! ¡Vamos! –Ephraim se emocionó y miró a mi chica-. Tú también… -Darlene se sorprendió-. Quiero que vengas… es divertido y quiero que te lo pases bien con nosotros… eres simpática.


-Vaya… gracias –rió-. Tú eres un muchacho encantador…


-¡Lo sé! –Abrazó a mi hermana-. Lee-Lee me lo dice siempre… ¡Al agua!


-¡Vamos! –Mi hermana y Nessie gritaron a la vez con un tono que me hizo sopesar quien de los tres era más infantil-. ¡Al agua!


-¿Vienes? –Tendí mi mano y ella negó-. ¿Ni aunque te suplique? –Ella hizo una mueca evitando sonreír-. Soy capaz de arrodillarme…


-Dame unos minutos… ¿vale? –Alcé una ceja-. Dos minutos…


-Ciento veinte segundo exactos… -Rió y yo me metí al agua sonriendo. Conté cuarenta y tres segundos y la miré de reojo, se estaba quitando los pantalones sentada en la arena. A los ochenta y ocho segundos se quitó la chaqueta y se tapó con la toalla. A los ciento cuatro se levantó con la toalla puesta y se mojó los pies poniendo mala cara. Me acerqué a ella buceando y salí a dos metros de su posición. Me miró sorprendida y se sonrojó-. Ciento dieciocho… ciento diecinueve…


-Seth… está helada… -Alzó una ceja-. Y hace frío… -Miré a los niños que jugaban en bañador bañados por el sol y la miré alzando una ceja-. Tengo frío.


-Bueno… -Me acerqué a ella y se alejó un poco-. Confía en mí… -Suspiré y me puse detrás de ella, mientras temblaba-. ¿Tiemblas de frío? –Toqué su brazo-. No parece que lo tengas…


-Seth… creo que no quiero…


-Calla… -La abracé fuerte pero su corazón iba rapidísimo, estaba nerviosa-. Tranquila… -Parecía que iba a empezar a llorar de nuevo, así que la cogí en volandas y ella me miró sorprendida-.


-Seth… bájame…


-Dime qué te pasa, te juro que si me lo dices te dejo en paz…


-Seth… -Me miró furiosa y pataleó-. ¡Déjame! –Negué y su mirada me traspasó-. ¡No quiero que me veáis en bañador…! ¿Vale? –Me dejó noqueado, no podía creer que mi hermana tuviera razón-. No me gusta ir a la playa si no es con alguien que me conozca desde niña, incluso con Nessie me costó… no me gusta que me miren mal…


-¿Quién te iba a mirar mal? ¿Por qué? Es una tontería… todos vamos en bañador…


-¡Pero yo estoy gorda Seth! ¿Es lo que querías oír? ¡Bájame! –Pataleó y me miró con ojos llorosos, pero yo no podía consentirlo-. ¡Bájame!


-No… -Siguió pataleando y entré un poco más al agua donde la bajé y la cogí para que no se fuera-. No seas tonta. Eres preciosa… -Me miró mal y yo rodé los ojos suspirando-. Te doy un poco más de tiempo, pero ni se te ocurra huir, sabes que te alcanzaría… -me miró furiosa-. Y si me haces salir corriendo, posiblemente acabes sin toalla… -Lo pensé y sonreí-. Y sin bañador… -Me miró sorprendida por unas décimas de segundo y yo reí-. Te veo dentro…



Entré caminando despacio, pudiendo oír cómo salía. No quise volverme y pude oír cómo se acercaba a mí, así que no pude evitar sonreír. El agua me llegaba más arriba de la cintura, por lo que noté unas manos en mis hombros y su cuerpo muy cerca del mío.


-¿Me llevas?


-No sé… -la salpiqué y ella se escondió en mi espalda-. Habrá que pagar por el viaje… -La miré y se apoyó en mi hombro con una mueca-. ¿Preparada?


-¿Para qué?


-Agárrate… ¡y coge aire!



Sujeté sus piernas y ella se aferró a mi cuello, me metí bajo el agua y buceé hasta la posición del resto, que estaban unos cien metros más lejos llegando en dos segundos a ellos. Ella me miró sorprendida y yo reí, sumergiéndonos de nuevo en el sitio para asustarla. Siguió colgada a mi espalda durante toda la tarde, hasta que todos dijeron de ir a cenar y salimos. Ella bajó y se acercó a Nessie, que la miró raro, suspiró y asintió. Empezamos a salir pero ella iba más despacio, incluso más despacio que Kim o Emily. Nessie me mandó una imagen, quería quedarse un poco más con ella, que dijera a todos que se adelantaran a casa de Rachel y que irían después. La miré y rodé los ojos.


-Ven… -Ella me miró raro-. Ven… yo te llevo. Sube…


-No… prefiero quedarme un poco más…


-Estás tiritando de frío… -Ella miró a la orilla, todos empezaban a irse pero quedaban unos chicos, entre los que reconocí a Collin y Brady-. Son amigos de la manada… Ven… -Le tendí la mano-. Te vas a congelar…



Ella se acercó con una mueca y cogió mi mano, por lo que la cogí y la puse delante de mí, abrazándola. Ella iba frenando conforme el agua cubría menos, pero yo no cedía a su petición de parar. Nessie alzó una ceja y yo le hice un gesto para que se fuera. Soltó la toalla y la dejó en la arena, yéndose con Jake que la esperaba en la moto y despidiéndose de los chicos.


-Traidora… -Gruñó Darlene-.


-Ni que te dejara en mala compañía… -La miré y ella bajó la cabeza-. Venga, venga… que ya salimos… -Ella empezó a correr cuando apenas había agua, así que yo la retuve, yendo al mismo ritmo con la que la había sacado. Cuando llegué a la orilla la solté un poco pero ella me aferró-. Veo que o tienes mucho frío… o te gusta que te abrace…


-Idiota…


-Espera… -Me separé un poco de ella y cogí la toalla, donde ella se metió rápido-. Ven… -La abracé dándole un poco de calor y la miré de frente-. Estás preciosa…


-Seguro…


-Sí… así con el pelo mojado… -Ella me empujó y reí, viendo a los chicos acercarse-. ¡Chicos!


-¡No! –Gritó Collin-. ¿He perdido veinte pavos?


-Eso parece… -Brady reía mientras chocaba nuestras manos y Collin se lamentaba acercándose para chocar las manos conmigo-. ¿Qué tal, campeón…?


-Genial…


-¡No! –Collin hizo un gesto derrotista y miró a Darlene-. Perdón… soy Collin… -Tendió su mano y ella se aturulló con la toalla para sacar su mano-. Y tú eres…


-Darlene… -le miró raro, imaginé que por el calor de la mano de Collin-. Encantada…


-Yo soy Brady… -Levantó su mano pero no la tocó-. Hace un poco de frío para bañarse… ¿no?


-Un poco… -Darlene hizo una mueca intentando sonreír y me miró-. Pero no demasiado…


-Tranquila… -Sonreí-. Con ellos tampoco pasarías frío…


-¡Sí! –Brady gritó y Darlene se asustó-. Perdón… es que cuando os hemos visto he apostado con Collin a que tú eras...


-La amiga –interrumpí- de la que les he hablado… ¿verdad chicos? –Brady y Collin me miraron callados e hice un gesto al cual asintieron-. Bueno… tenemos prisa chicos… pasarlo bien.


-Claro… encantados, Darlene.



Los chicos se fueron y suspiré, habían estado a punto de decir la palabra que no quería que ella oyera por ahora… o al menos, no que lo supiera por ellos. Cogimos su ropa y le dije que podíamos pasar por mi casa para que se pudiera poner ropa seca, ella se limitó a asentir y no dijo nada en todo el camino. Cuando bajó, estaba preciosa, con un vestido de color morado y una chaqueta negra. Le abrí la puerta del coche y ella me miró algo sonrojada. Le sonreí y la miré fijamente y ella me miró raro mientras se sentaba en el asiento. Me quedé apoyado en la puerta mientras ella seguía mirándome.


-¿Qué?


-Nada… -Cerré la puerta y seguí mirándola mientras me metía-. ¿Te importa que demos un rodeo? –Me miró confusa-. Pequeñito…


-Es tu coche…-Se encogió de hombros-. Pero no me gustaría retrasarme más…


-Es que me apetece improvisar… -Me miró raro-. Sí, no sé… hacer algo… diferente… ¡Ya sé! ¿No llevas el bañador, verdad? –Ella me miró raro y negó-. Cámbiate…


-¿Otra vez? Seth… ¿te has golpeado o has tomado algo?


-¿Drogas? No… y bueno, ya ves que de los golpes me curo bien… -Reí-. ¡Vamos! Ponte algo debajo, quiero llevarte a un sitio antes de cenar… -Puso cara de que estaba loco y la miré mal-. Mira, te doy diez minutos. Puedes bajar y coger ropa de repuesto, o ir a la cena calada…


-Seth… vamos a llegar tarde, deja tus aventuras para después… ¿vale?


-¿Para después de cenar? –Asintió algo dudosa-. No… sé que después te irás con Nessie y me dejarás sin plan… Además las locuras se hacen cuando surgen… si lo planeamos…


-Yo no sé nada, además… no sé… -Alcé las cejas-. Me das un poco de miedo… -Hice una mueca y ella otra-. Miedo… -Rió-. Bueno, vale… ¿Qué tengo que coger?


-Vamos… -Bajé del coche y ella me siguió-. Necesitamos un bañador, quizá un par de toallas y… bueno –lo pensé-. Acepto tu condición de que sea después de cenar, así no tendremos que volver a cambiarnos ni nada… así que va…


-Pero mi bañador está mojado…


-Pues ponte otro… ¿No tienes más?


-Sí… pero son bikinis… y es de noche, me congelaré…


-No estando yo cerca… -alcé una ceja-. Venga… va… -Corrí al piso de arriba arrastrándola y haciéndola reír-. Mira… -Le enseñé mi bañador hawaiano-. Así, veraniego… dará menos sensación de frío, ¿no? Dicen que es algo psicológico…


-No sé qué estamos haciendo… -Rodó los ojos-. Estoy empezando a pensar que estás muy loco… que debería llamar a Nessie para que me rescate…


-Venga… te ayudo a escoger bikini… -Ella dejó caer su cabeza y los hombros, pero cogí su mano y la llevé a su cuarto-. ¿Dónde están?


-Deja…. Lo cojo yo… -Empezó a rebuscar y a hacer muecas y yo le hice un gesto para que se diera prisa-. Seth… no es buena idea…


-No, no… lo has prometido… -La miré raro-. Si no quieres que hurgue en tus cajones, coge el primero que veas…


-Es que son muy… -hizo una mueca-.


-¿Muy de Alice? –Ella hizo una mueca de disgusto y asintió, por lo que reí-. Entonces coge el que sea, cualquiera te irá bien… en tema ropa siempre sabe lo que hace… -Ella sacó un bikini rojo a rayas blancas y lo miró mal-. Vamos… ese mismo, cámbiate, te espero abajo…


Bajó con el mismo vestido que dejaba ver un poco el bikini, así que se puso la chaqueta encima mientras salíamos. Estuvimos en casa de Rachel cenando, por lo que vi a Paul babear con sus gemelos y me mofé un poco de él, mientras Sam y Embry me decían que ya me llegaría la hora de babear…



Darlene estuvo mirando su móvil en varias ocasiones y salió a la puerta a hablar. Volvió triste y eso me hizo querer salir de allí para llevarla de escapada, sorprenderla y distraerla.



Cuando salimos de casa de Rachel, Nessie miró a Darlene y después a mí, por lo que pensé que nos estaba mostrando lo mismo, a los dos abrazados saliendo del agua cuando se había marchado de la playa. Después nos mando un mensaje de “No trasnochéis, mañana hay que volver”, por lo que no pude evitar contestarle.


-¿Tanto estar con los gemelos ha hecho que salga tu instinto maternal? –Ella me miró mal-. No lo acoses mucho… no vaya a ser que hagas a Charlie bisabuelo… quedaría muy raro…


-Seth… -Jake me miró mal-. No hagas que te responda… -Miró a Darlene por un segundo y le hice un gesto de disculpa-. Pues eso…



Reí y me llevé a Darlene a toda velocidad por el sendero que llevaba al acantilado. Cuando paramos ella me miró raro, así que apagué el motor y la miré.


-¿Preparada?


-¿Para qué?


-Para quitarte el vestido, abrazarte a mí… -señalé el acantilado-. Y saltar. Es una locura, pero no sé… me apetece saltar y que saltes conmigo, quiero que sientas cómo es realmente caer al vacío… pero sin que tengas miedo, no es malo caer… y el otro día estabas tan asustada, que no sé… se me ha ocurrido.


-El otro día soñé que me caía… y estaba aterrorizada… ¿y tú quieres que salte?


-Sí… -Me miró raro-. No vas a sentir frío, si quieres puedes abrazarte a mí para evitarlo… pero la sensación de caer… es genial.


-No me da miedo caer… -me miró sonriente-. Dicen que cuando te enamoras sientes como caer… y me gusta esa sensación…


-¿Estás enamorada?


-Eso creo… -se sonrojó un poco-. El caso es que me gusta sentirme así… pero no me gusta lo que sigue…


-¿Lo que sigue? –La miré y ella hizo una mueca-. No entiendo…


-Pues… la relación. Prefiero estar enamorada de alguien que no sé… que no sabe lo que siento a decirlo… es mejor…


-¿Mejor? –Me quedé algo helado-. No sé… mis hermanos son realmente felices… así que no veo lugar para el dolor o el miedo…


-Pero el amor conlleva eso –la miré raro-. Da igual… déjalo, no es buen día para hablar de todas estas cosas… quizá tengas razón y necesite saltar para olvidarme de todo…


-Oye… -Fue a salir pero tomé su mano-. ¿Ha pasado algo?


-Has escogido el peor día posible para hablar de amor… simplemente… -La miré con la duda en los ojos y ella suspiró-. Omar me ha mandado un mensaje. No le he dicho nada a Nessie, porque sabía que cuando volviéramos ella… -Sopló-. Dice que lo siente, que quiere verme de nuevo…


-Y… -Intenté calmarme, aunque solo pensaba en arrancarle la cabeza a ese desgraciado-. ¿Qué vas a hacer?


-Nada… -Se encogió de hombros-. No quiero nada, no me siento cómoda con una relación, no me gustó… así que no quiero más relaciones, ni más desengaños… nada.


-Pero eso… -me callé y ella hizo una mueca-. Creo que es como lo que te decía, es como saltar. Depende de cómo saltes, cuándo y con quién. Si saltas solo, en un día de tormenta y de cabeza, lo más posible es que te des un golpe, la corriente te arrastre y te ahogues porque nadie puede ayudarte… -Rió-.


-Entonces… ¿tengo que saltar con alguien, en un día despejado y de pie? –Asentí y ella volvió a reír-. Ya… con la suerte que tengo saltaría así, me dejarían sola, se haría una tormenta repentina y me golpearía con las rocas haciendo que entrara de cabeza…


-Bueno… pero encontrarás a alguien que no te suelte nunca… yo no pienso soltarte… -Me miró sonrojada y sonreí-. Y mucho menos vas a ahogarte… seré un perro… pero nado bien…


-Vale, vale… -Rió-. Y luego… ¿Cómo subimos? ¿Escalando?


-Si quieres… -Alcé las cejas y ella negó saliendo. Me quité la camiseta y ella me miró raro-. ¿Vas a saltar con el vestido? Cogerás un pasmo…


-Más si salto sin él…


-No… porque luego cuando salgas del agua vas a querer ponerte algo seco… -Alcé las manos-. Pero como quieras…


-Es que… -hizo una mueca y bailoteó en el sitio-. Me da vergüenza… -La miré mal-. ¿Qué?


-¿Lo dices en serio? –Ella asintió avergonzada-. Como quieras… pero luego no digas que no te he avisado… -Le tendí la mano y nos pusimos en el borde, ella miró asustada al vacío y luego a mí-. No pienso soltarte… -Ella se mordió el labio-. ¿Quieres que le pida a Charlie unas esposas a estas horas?


-No… -dijo riendo-. Como me sueltes… te juro que…



No le dio tiempo a acabar pues tiré de ella hacia el vacío. Entramos al agua de la mano, ella gritando y yo riendo. Cuando salimos a la superficie se agarró a mi cuello asustada y yo reía como un loco, lo que hizo que se enfadara y me pegara un bofetón.


-¡Eh!


-¡Tendrías que haber avisado! –Me miró furiosa y yo reí, sacándole la lengua-. No es gracioso…


-¿No ha sido emocionante?


-No… -Rodé los ojos y la sumergí, cuando salimos me miró apenada-. Perdón… -La miré raro-. ¿Te he hecho daño? –Alcé las cejas divertido y ella hizo una mueca-. ¿Nada?


-Sólo un poco… -¿Parecía sentirse mal por no haberme hecho daño… o me lo parecía?-.


-Lo siento… -Tomó mi cara y me dio un ligero beso en la mejilla-. Estaba asustada… -Se encogió de hombros y sonrió-. Pero tenías razón… ¡ha sido emocionante!


-Sabes… creo que me duele aún… -Puse la mejilla pero ella me miró mal-. Tenía que intentarlo… -Reí y la sumergí de nuevo, saliendo a la superficie mientras ella ponía mala cara-. Es emocionante ver como te enfadas…


-¿Quieres que te ahogue yo? –Pareció pensarlo de nuevo-. Vale… quizá te apuñale cuando lleguemos a casa…


Se alejó nadando mientras yo me quedaba pensando en sus palabras. A casa. No a mi casa… nadé hasta que la alcancé y la cogí por la cintura, llevándola en volandas hasta la orilla mientras ella pataleaba. Empezamos a andar hacia el coche, nos costó casi veinte minutos. Ella iba abrazándose a sí misma, así que la rodeé con mis brazos. Cuando llegamos saqué mi camiseta y se la dí, me miró raro y me hizo darme la vuelta para que se cambiara. Entró al coche y cuando vi sus piernas… tuve que respirar hondo. Ella me miró raro y yo sonreí.


-No entiendo porqué no las enseñas más a menudo… -Me miró pasmada-. Es sólo un comentario… -Me miró peor-. Vale, olvídalo…


-Mejor… -Fui a arrancar pero ella posó su mano sobre la mía-. Espera… -Sonrió-. ¿Qué tal si conduzco yo de vuelta?


-¿Qué? ¿Crees que estoy loco?


-¿Después de hacer que salte por un precipicio a estas horas? Sí… -Rió-. Eso es más locura que dejarme conducir de vuelta a tu casa… -Encendí el motor y ella hizo una mueca que me partió el alma-.


-Vale… -Suspiré y bajé del coche, cruzándome con ella y mirándola bailotear hacia el asiento del conductor. Entramos y arrancó, mirándome dudosa-. Todo tuyo… pero yo escojo la música…


-Vale…


-Genial… -Busqué esa canción que había venido a mi mente, y subí la radio-. ¿Has escuchado esta? Es preciosa… Por cierto… por si no te lo había dicho antes, antes de que me estampes con mi propio coche… Te quiero.




-¡Idiota!


-¿No vas a decirme que tú también me quieres?



Ella negó levemente y empezó a salir de allí, atendiendo a mis indicaciones y conduciendo despacio hasta que llegamos a la carretera. Yo la miraba mientras la canción sonaba y ella se ponía algo sonrojada, y me preguntaba si iba por el camino correcto. Cuando llegamos ella abrió la puerta y la cerró, me miró avergonzada y me reí, bajando primero y abriendo su puerta para acogerla en mis brazos, hacía bastante frío al parecer. Cuando entramos en casa dejó sus zapatos chipiados en la puerta, subiendo descalza por las escaleras. Ese sonido de oírla corretear por mi casa, me encantó. Bajó con el pijama puesto y secándose el pelo con una toalla, me quedé mirándola y ella parecía incómoda, así que me centré en el vaso de leche y pregunté.


-¿Hoy también quieres la leche fría? Yo creo que es mejor que te la tomes caliente…


-¿Has preparado leche? –Asentí y ella se acercó a mí, secando su pelo-. Es que caliente… -Hizo una mueca por lo que saqué un bote de cacao-. Bueno… eso estaría mejor… -Rió-. Es raro verte tan protector a veces y luego… tan alocado.


-Bueno… es que me aburre hacer siempre lo mismo… -Ella rió y a mí me entraron ganas de besarla, por lo que mordí mis labios por intentar hacer lo que no era correcto-. Aunque a veces sería más loco de lo que nadie puede llegar a imaginar…


-¿Más aún? –Rió y yo asentí-. No sé… -Se sentó en la encimera y me miró-. Cuéntame alguna locura que hayas estado a punto de hacer… o no sé, algo que te gustaría hacer y no harías jamás…


-Si tú me cuentas algo así… yo te contaré…


-Vale… -Pareció pensarlo-. He querido estampar tu coche… -La miré mal-. No estamparlo, pero sí correr mucho más… me da miedo la velocidad… y me gusta cuando vosotros conducís, porque no me siento insegura… pero si conduzco yo…


-Eso está bien… Tus reflejos son peores… y tú te harías mucho más daño que nosotros… -Hice una mueca-. No lo hagas nunca… -Ella alzó las cejas en señal de que me tocaba-. Bueno… no sé… -Querer besarla era una locura… más que nada porque podrían encerrarme, pero no podía decirle eso…-. Yo… no sé… Realmente ahora no se me ocurre nada que haya pensado y no haya hecho…


-Ya… eso no es justo, yo te lo he contado…


-Pero lo mío sería incurrir en un delito, así que es mejor que no te lo cuente… No quiero volver al calabozo… a mi madre le daría algo si Charlie tiene que detenerme de nuevo…


-¡Qué tramposo! –Rió-. Va… cuéntamelo…


-No… no puedo, en serio… -La miré y ella parecía aburrida-. ¿Te aburres?


-No… me frustra el que yo siempre acabe contándotelo todo y tú no me cuentes todo lo que piensas… quiero saberlo…


-Te lo contaré cuando seas mayor… -Reí y ella bufó-. Deberías tomarte el chocolate e ir a dormir… mañana tienes que hacer un largo viaje…


-¿Y tú qué vas a hacer?


-Escuchar música… -Ella alzó las cejas-. ¿Por qué?


-¿Puedo escuchar música contigo? –Yo la miré sorprendido-. Si no te importa… me gusta conocer la música que escuchas… es buena y me gusta…


-Vale… -Hice una mueca-. Podemos hacerlo en la sala o en mi cuarto… yo me iba a ir a la sala para no molestarte…


-Mejor en tu cuarto… así me tumbo… -Rió-. Es que estoy un poco cansada… Así cuando me entre sueño tengo que andar menos hasta mi cama…


-Toma… -Le di el chocolate-. Vamos arriba, te voy a enseñar canciones que seguro te gustarán… -Se sentó en mi cama y se acomodó, apoyándose en el cabecero y dejando el chocolate en la mesilla después de beber un poco. Acerqué la mini-cadena a la cama y me tumbé a su lado, poniéndole Say When, de The Fray-. Esta es genial… cuando la escuché me viniste a la mente… -Me miró raro-. No sé… me pasa a veces… escucho una canción y me acuerdo de alguien…


-A mí me pasó hace poco… -Sonrió-. Pero como tú no me has contado tu propósito de delito, no pienso decirte que canción es…


-¿No? –Ella negó sonriendo y bebiendo un poco más-. Vale… pues la quito… -Reí y busqué otra-. Esta también es genial… Ojala yo también pudiera hacer lo que dice… -Me miró curiosa-. Pero no puedo… es un secreto.




-Ya… -suspiró-. Como si alguna chica pudiera resistirse a tus encantos… -le miré sorprendido-. Si yo fuera Kira, hace tiempo que hubiera hecho lo imposible para tenerte…


-Pero yo no quiero a Kira… -Me miró bufando-. Es verdad, es mi amiga y quizá ella haya confundido cosas a veces… pero no es nada más. No la quiero a ella. Quiero a mi chica…


-Ya… -Se bebió la taza y se levantó-. Buenas noches…



Salió por la puerta y me quedé algo pensativo. Cuando la vi entrar me acerqué y le pedí un beso de buenas noches, a lo que ella se sonrojó y me dio un rápido beso en la mejilla. Quería que esa niña creciera ya, para poder explicarle todo lo que sentía sin ningún miedo. Cuando se marchó… me dolió en el alma, pero la semana pasó rápido hasta que el coche de Nessie apareció por la playa aquel viernes por la noche.


Corrí hacia ellas y no tuve miedo de abrazarla esta vez, habíamos estado hablando toda la semana y ella estaba ansiosa por verme al parecer. No se molestó para nada que la abrazara así, ni que esa noche le pusiera otra canción que había escuchado y me la recordó...




El viernes por la noche se quedó en mi casa hasta el sábado, pero el sábado nos fuimos de nuevo a la playa y ella acabó durmiendo en casa de Jake. El domingo por la mañana pasé a despedirme, dándole un CD con canciones que me habían gustado para ella. Ella sonrió y cuando llegó a Forks me llamó, diciéndome que le habían encantado.


El jueves estuvo contándome que su padre iba a ir ese fin de semana, así que se iba a quedar allí. Se lo comenté a los chicos y accedieron a cambiarnos turnos para que Jake y yo pudiéramos pasar el fin de semana allí.


Por la noche estuve hablando con ella, me dijo que estaba triste, que estaba preocupada por cómo podía afectar la visita de su padre a su madre y porque estaba preocupada por algo más que no conseguí que me dijera. Le prometí que el viernes iría a buscarla, que me darían igual las compañeras y que le daría el abrazo más grande que le habían dado en toda su vida para que se animara. Ella rió y me dijo que igual no le importaba tanto que la mirasen… lo que me hizo suponer que realmente me necesitaba.



Jake y yo fuimos haciendo carreras todo el camino, cuando llegamos a la puerta Alice nos miró mal, pero luego nos sacó la lengua y se esfumó. Los chicos empezaban a salir y pronto pude ver a Nessie saltando las escaleras y corriendo hacia los brazos de Jake. Dar salió cabizbaja, bajó las escaleras y se paró al verme. Sonrió y empezó a andar a paso ligero, acabando entre mis brazos con una enorme sonrisa.


-Pensaba que no ibas a venir… -Dijo en mi pecho-. Me apetecía mucho verte…


-A mí también… te he echado de menos… -Sonreí-. ¿Qué tal todo? ¿Cuando llega tu padre?


-Ya estará en casa… -Sonrió-. Pero me ha llamado y me ha dicho que se iban a ir a hablar con Cameron… no sé… -Se encogió de hombros y volvió a abrazarme-. Gracias por venir.


-No hay de qué…



Estuvimos dando un paseo y luego la llevé a su casa para acudir a casa de Bella y Ed. Pasé la tarde allí hasta que mi móvil sonó, con un mensaje donde decía que necesitaba verme… y que necesitaba una buena fiesta. La llamé y estaba animada, pero me dijo que su padre se había llevado a su madre a Seattle con su tía Cyntia, en plan cena de cuñados para que conocieran al novio de Cyntia, así que estaba sola y quería celebrarlo. Miré a Jake y él me enseñó el reloj, las nueve de la noche. Daba tiempo de sobras.



Llamé a mi hermana y le dije que fuera preparando todo, que íbamos en camino. Pasé a buscar a mi chica y ella agitó un CD en las manos, mi CD. Cuando bajé cogió mi mano y me sorprendí, pero ella la retiró intentando quitarme las llaves. Me pidió que quería conducir y la dejé un rato, para parar pasada una hora y empezar a conducir yo. Posiblemente Jake y Nessie estarían sacándonos ventaja con el coche de Ness, ya que Jake había dejado la moto por consejo de Charlie y mamá, que habían ido a Monroe.


Cuando empecé a conducir y puso el CD. Ella carraspeó y buscó algunas canciones que al parecer habían llamado su atención.


-Esta me ha gustado mucho… Es muy divertida y sexy…





-¿Tú crees? –Asintió-. Pero ya la habías escuchado… ¿no?


-Sí… pero me gusta. Cuando la escuché contigo la primera vez me pareció un poco… no sé. Pero la he estado escuchando y me encantaría que alguien me dedicara esa canción… -La miré curioso-. A ver, soy realista, sé que no lo harán, pero es una canción… sexy. Me gusta…


-Es perfecta… como tú… -Ella rodó los ojos-. Y como vuelva a oír de tu boca un solo menos precio hacia ti… te morderé…


-Bueno… cambiemos de tema… -Rió y puso la siguiente canción.También me ha encantado…





Llegamos a la fiesta y lo pasamos realmente bien. Mi hermana lo había organizado a la perfección, pero al estar allí tuvimos que prometerles a Quil y Embry que iríamos el sábado a trabajar. Mi hermana se quedó en mi casa, y Darlene se marchó bailoteando con Nessie. A media noche Jake la trajo a casa y se metió a su cuarto, durmiendo con Leah. Al parecer iba a tener que llevarla yo de vuelta a casa el domingo, pues Nessie no iba a poder aguantar estar tan cerca de ella durante cuatro horas.


Me levanté temprano y mi hermana ya estaba cocinando, por lo que me sorprendí. Me dijo que quería hacer algo rico para Darlene y para Ephraim, que se la iba a llevar a verle y luego irían al taller. Me quedé satisfecho al ver a Darlene menos preocupada que por la noche, le di un beso en la mejilla antes de irme y ella sonrió de un modo que me dejó anonadado.


Estuve un par de horas en el taller, hasta que ella llegó asustada, Nessie saltó del banco y corrió hacia ella, que parecía en shock. La metió a la sala de reuniones y mientras entraba miraba a Quil con algo de miedo. Las seguí y ella me miró raro, al igual que Jake.


-¿Qué pasa? –Leah apareció corriendo cargando con Ephraim y ella los miró con pánico. Leah me miró con una mueca y lo entendí-. Ven… -le tendí mi mano a Darlene y ella me miró asustada-. Confía en mí… por favor… -Ella cogió mi mano y me la llevé dando un paseo por el bosque-. Leah te ha dicho algo… ¿no?


-Me dijiste que… ¿Tú también estás enamorado de una niña?


-No es nada como lo que te hayas podido imaginar…


-Pero Quil y Claire… tu hermana y Ephraim… es… ¡Es horrible!


-No… nada de eso. Ya has visto cómo les tratan, no es nada horrible, simplemente son las criaturas a las que adoran, no es nada romántico, es simplemente… que los protegen y los aman.


-¿Qué?


-Es… no sé… Nessie y Jake. Es el ejemplo más claro. No tienen nada romántico aún… no han empezado a sentir nada raro hasta que Nessie lo sintió, además pudiste ver que hay elección… aunque su elección fuera distinta a la normal y no acabara bien…


-¿Allison?


-Sí… ella la quería… no sé si hubiera llegado a olvidar a Jake o si hubieran durado mucho más, pero si ella realmente hubiera querido a Allison, él hubiera esperado. Leah se porta mejor con él que conmigo cuando yo era pequeño… y Quil tiene ahora a la hermana pequeña que nunca ha tenido.


-Entonces… ¿Por qué Claire dice que se va a casar con él?


-Porque es así… -Reí-. Ella sabe más o menos lo que es la imprimación, pero sin que nadie se lo haya explicado. Ha visto que ha tenido a Quil siempre a su lado, que Nessie también y que Emily y Kim han llegado a casarse, como Rachel y Rebeca… así que asume ya que Quil será su hombre… -Reí-. No es nada malo, muchas niñas de su clase me dicen que se quieren casar conmigo… -Bufé y ella me miró mal-. Pero no, yo no estoy imprimado de ninguna niña.


-Pero estás imprimado…


-Sí… -Sonreí-. Nunca entendía la obsesión de mis hermanos… hasta que me fijé en ella. A partir de entonces he comprendido mucho mejor todo… aunque haber sido el último en fijarme no me da ventaja… aunque sí ayuda tener a alguien que pueda aconsejarte…


-¿Por eso dijiste que estabas algo así como comprometido? ¿Esa es la tradición de la que hablabas aquel día?


-Sí… aunque creo que sólo nos pasa a los lobos… o a los que tienen el gen… no sé. Al parecer los ancianos creen que es por eso, por la genética… aunque no sé si es muy correcto…


-¿Por qué?


-Bueno… -Suspiré, era difícil de explicar-. Se supone que es para que el gen perdure, pero no sé si Nessie es capaz de engendrar una camada de lobeznos… o si mi hermana podrá algún día, ya que ahora no puede… -Me miró asombrada-. Al menos no ahora… quizá cuando deje de entrar en fase pueda… pero es algo que la ha estado trastornando mucho, por eso me alegré cuando se imprimó de Ephraim… él era un bebé y es el hijo de Sam…


-Y qué importa que sea el hijo de Sam… sigue siendo… raro al menos.


-Bueno… mi hermana y Sam estuvieron juntos, pero después Sam se imprimó de Emily, así que digamos que fue complicado… de hecho mi hermana llegó a fugarse, Emily es nuestra prima y ellas eran como hermanas… Así que Sam y Emily están ahora felices de que Leah sea feliz, de que ellos hayan podido hacerla feliz después de todo lo que ha pasado.


-Entonces… ¿todos estáis imprimados? –Asentí-. ¿Y no tenéis elección? ¿No podéis cambiar de parecer? –Negué-. Y si alguien te dijera que está enamorada de ti…


-¿Por qué crees que no tengo nada con Kira? Tuve alguna cita con ella, pero sabía que no era ella la elegida… pensaba incluso que nunca me imprimaría… pero tampoco tuve nada serio con ninguna chica y ahora me arrepiento de haber tenido citas…


-¿Ella no lo entiende?


-No lo sé… pero espero que entienda que desde el momento en que la encontré, no pienso en nada más que en ella… e incluso he pensado en infringir alguna ley por ella…


-¿Por qué?


-Porque no es una niña… pero tampoco tiene una edad adecuada para mí, en principio…


-¿Es mayor?


-No lo suficiente… -Reí-. ¿Crees que estoy loco?


-No lo suficiente… -Sonrió-. Me parece bonito que encontréis a alguien así, no sé… que sepáis que estáis hechos para esa persona… No veo motivo por el que ellas quieran escoger a otros… sería una locura… una estupidez…


-¿Tu crees? –Ella asintió-. Espero que recuerdes tus palabras para otras ocasiones… -Reí y ella me miró raro-. Es broma…


-¿Hay más leyendas raras?


-Espero que no… -Sonreí-. Espero que no…



El sábado por la noche se marchó a dormir temprano y el domingo la llevé a Monroe acompañada por el coche de Nessie, Jake fue con ella para volver con su moto. En cualquier otra ocasión me hubiera parecido una locura, pero por estar unas horas más con ellas hacíamos estas burradas…



Pasaron así tres semanas, ella estaba feliz con su familia y apenas salía el fin de semana, pasábamos a buscarla e íbamos al cine los sábados, pero mi contacto con ella se limitaba a eso. Incluso las llamadas me parecían más cortas y sus abrazos no eran como antes. El último sábado la acompañé a casa y Jake se llevó a Nessie en la moto, por lo que pude quedarme a solas con ella por un momento.


-¿Todo va bien?