Capítulo III: Como dos gotas de agua… una fría y otra cálida.

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Caminé hasta llegar a la puerta, donde encontré a Sullivan con una sonriente Mary. Apenas me dio tiempo de abrazarla y darle la enhorabuena, ya que Sullivan iba a acompañarla con sus padres. Justo cuando se iban apareció Meg, que abrazó a la chica de una manera que me pareció sincera, me alegraba ver que no había ningún tipo de rencor entre ellas.


-Haremos una fiesta, me quedo sola en casa con mi prima… seguro que no hay inconveniente…


-Gracias… -Sonrió mientras se alejaba-. ¡Mañana nos vemos!


-Tus padres te matarán…


-No, Darlene… ayer Sully me dijo lo que pasaba y ya se lo he preguntado.


-Vale… entonces iré a ayudar, ¿vale?


-¡Perfecto!


Kevin y Ryan aparecieron allí, dejándome a solas prácticamente con Kevin, mientras ellos se perdían en un beso intenso. Pude ver un coche bien conocido, y bajar a Ness de él. Corrí hacia ella olvidando la estampa que tenía detrás y la abracé.


-¡Hay novedades! A los padres de Mary les han concedido la custodia de Allison. Han estado por aquí, se acaban de marchar para ir a recoger a Allison al aeropuerto. Mañana vendrán a clase. ¿No es genial?


-Sí, me alegro un montón por ellos. No puedo imaginar lo que ha debido de pasar la pobre Allison… al menos ahora está con su hermana, eso debe ser un consuelo.


-Sí, eso sí…


-¡Nessie! ¡Hay novedades! –Meg venía arrastrando a Ryan y Kevin iba por detrás-. ¿Ya se lo has contado? –Me miró y le asentí contenta-. ¿A qué es genial?


-Sí, es genial…


-Vamos a hacer una fiesta este fin de semana, para darles la bienvenida. ¿Te apuntas, verdad?


-Le preguntaré a mis padres pero no creo que se opongan…


-Me voy a quedar sola en casa, mis padres se van a ver a mi hermano a Oregón, así que tendremos la casa libre. Mi prima se queda conmigo, pero ya se lo he preguntado y no ha puesto ninguna pega… así que podemos hacer todos los planes que queráis…



La mañana se me pasó volando, apenas presté atención a las clases, pensando en cómo deberíamos recibirla… pobre chica. Kevin me dio un ligero coscorrón, sonriéndome y haciéndome volver a la tierra mientras íbamos a la cafetería.


-¿Qué música le gustará a la chica?


-No sé… tenemos toda la semana para averiguarlo… no te angusties tanto, Dar…


-Pero no sé… ¿Crees que le gustará la música comercial? Es lo mejor para una fiesta, ¿no?


-No sé… yo puedo llevar un par de CDs de música dance… incluso puedo pinchar algo nuevo y grabarlo para la fiesta…


-No… odio cuando pinchas… no te ofendas, pero a mí esa música me hace estallar la cabeza, para un rato es perfecta, pero para toda la fiesta… se hará muy pesado.


-¡Mira! ¿Dónde has estado todo el día, tío? –Kevin se tocó la cara mientras se volvía hacia Sullivan, que venía sonriente-.


-He estado… bueno… me he ido a recoger a Allison con Mary, me han dejado aquí antes de ir a casa. Mary estaba muy nerviosa y me ha pedido que fuera con ella, además así Allison ya conocería a alguien del grupo…


-¿Cómo es? –Kevin parecía un baboso, lo odiaba cuando se ponía así…-.


-Rara, muy rara… -hizo una mueca-. No he hablado mucho con ella… pero es extraña. Viste muy raro, además estaba demasiado callada…


-¿No te has planteado que igual estaba avergonzada? O, no sé, sólo quizá, ¿acaba de perder a sus padres? ¿Cómo estarías tú? –No sé porqué me enfade tanto, pero no pude evitarlo-. Dudo que te apeteciera tirar cohetes el primer día que llegas nueva a una ciudad con desconocidos y sin tus padres.


-Pero estaba su hermana…


-Ya, pero no se conocen tan bien como tú con tus hermanos, no han convivido juntas… hay que darle un tiempo para que se adapte. Más vale que mañana seáis bien amables con ella, o conoceréis mi ira…


-Dar, cariño… -Meg me miraba dudosa-. Tampoco creo que sea buena idea que nos vea tan efusivos, quizá se sienta mal si la colmamos ahora de amor.


-Meg, cariño… -la imité algo molesta-. No estoy diciendo que estemos pendientes de ella durante toda la mañana, pero que vea un ambiente agradable, que Kevin no se le tire encima, por ejemplo… -todos rieron-. O que al menos alguien le pregunte sobre gustos musicales, para poder poner algo que le guste en la fiesta…


-Bueno, vale, en eso estoy de acuerdo…



Siguieron hablando pero yo me sumergí de nuevo en mi furia repentina, intentando controlarme para no llorar… no entendía qué demonios me pasaba. Nos dirigimos a clase y me senté sin mirar a nadie, ofendida por algo que no llegaba a comprender del todo, quizá fueran los comentarios de Kevin.


Una bola de papel impactó en mi mesa. Me giré y Kevin hizo un gesto extraño, como para que disimulara y así lo hice, hasta que la profesora se dio la vuelta y se puso a escribir en la pizarra.


“¿Qué demonios te pasa hoy? Estás… como agresiva, como no sé… ¿Estás con la regla o algo?”


Gruñí instintivamente.


“No, quizá sea que odio que seas tierno a ratos y a otros parezcas un zopenco cualquiera, que trates de parecer tan genial con esas bromas cuando lo único que haces es quedar en ridículo… ¿Lo habías pensado? Déjame un rato, por favor…”



Se la tiré con toda mi rabia y le ignoré por el resto del día. Al salir vino conmigo y parecía realmente apenado, incluso estuvo a punto de hacerme pensar que me había pasado, pero solo a punto.


Mi padre me miraba curioso cuando cenábamos, pero no me apetecía hablar y él lo sabía y lo respetaba. Subí a mi cuarto y terminé las tareas para después abrir mi correo, tenía un mensaje nuevo. El asunto lo dejaba claro… lo siento tata. Tata… comenzó a llamarme así meses después de que Abi muriera, cuando le conté que me daba rabia porque ya había imaginado como me llamaba tata y nadie más me lo iba a decir jamás, ya que mis padres no parecían querer volver a pasar por algo así.


“Lo siento mucho.


Posiblemente me haya comportado como un completo idiota, lo reconozco, pero ya sabes que no lo hago a mala idea, sólo quiero, no sé, ser divertido… Sullivan sabe que sólo lo digo por hacer el tonto, al igual que el resto… no sé.


Espero que puedas perdonarme, pero a partir de mañana te prometo controlar todos mis comentarios y disculparme en el acto si algo de lo que digo veo que te ofende. Que pases buena noche… Te quiero tata…”



Suspiré y pensé en contestarle, pero la verdad es que no sabía muy bien qué decir, posiblemente si lo tuviera delante le daría un abrazo, pero no había palabras que fluyeran en mí para expresar lo que me había hecho sentir aquella única palabra.


A la mañana siguiente pude verle esperar sentado en el bordillo de la acera de mi casa. Mi padre me despertó para que me asomase a la ventana y lo viese. Me vestí lo más rápido posible y bajé, su cara parecía la de un perrito triste y no pude más que abrazarlo, mientas mi padre salía y nos miraba feliz. Él sabía que no veía a Kevin de esa forma, aunque posiblemente alguna vez la idea hubiera rondado por mi cabeza.


Le invité a desayunar y mi madre parecía algo extrañada de verle en casa, no fue muy acogedora con él, pero tampoco desagradable… apatía definiría bien lo que pareció sentir. Fuimos juntos a clase, sin apenas hablar, pero hizo algo que me hizo sentir feliz. Cogió mi mano y la pasó por su brazo, haciendo que yo me aferrase a él mientras los dos sonreíamos. No hacía eso desde el penúltimo curso de la escuela, cuando unas chicas se rieron porque decían que al ir así éramos novios.



Estábamos llegando cuando me fui a soltar, pero él aferró mi mano y seguimos andando con las manos unidas y los brazos entrelazados. Sullivan nos miró raro, por lo que le solté mientras le guiñaba el ojo, había captado el mensaje. Por muy zopenco que fuera a veces, siempre iba a estar ahí para mí, siempre iba a ser mi amigo, mi tato.


Sullivan torció el gesto mirando hacia mis espaldas, así que me giré para ver a aquellas chicas. El rostro idéntico, pero las pintas… ¡Vaya pintas! Mary se acercó algo avergonzada a nosotros.


-Hola chicos… esta es Allison.


-Hola… -hizo un asentimiento con la cabeza hacia nosotros y miró a Sullivan, que cambió su rostro radicalmente-.


-Hola… -le tendí la mano-. Yo soy Darlene.


-Me parece bien, aunque no es algo que me interese demasiado…


-¡Allison! –Mary la miró mal-. ¡Por Dios!


-Yo me llamo Meg, mi novio Ryan y él es Kevin… -dijo señalando a cada uno-. Yo… -dudó-. Sentimos lo que ha pasado, en serio.


-¿Qué? –La chica bufó-. ¿Acaso crees que me importa lo que tú sientas, o crees que me voy a hacer amiguita tuya sólo por eso?


-Allison… por favor.


-Mary, no necesito que me presentes a tu chupi pandilla… tú y tus amigos… -pareció realmente cabrearse por un instante-. ¡Dais pena!



La chica se metió al instituto dejándonos en el banco, mientras Mary parecía estar a punto de llorar. Intentamos consolarla y algunas chicas del colegio se acercaron a ver qué había pasado al ver a Mary al borde de un ataque de nervios. Pude ver cómo Nessie se paraba a ver la escena y entraba al instituto. Entramos todos a clase pero ella no estaba aún y no apareció en toda la hora. En el cambio de clase apareció y respondió algo molesta cuando Sullivan le preguntó.


-Estaba en la sala de estudio, ayer me dejé unos ejercicios de mates por hacer…



La verdad es que parecía ofendida por algo, pero Mary parecía necesitar más mi atención ahora… no entendía para nada a su hermana. A la hora de comer hablaba con Sullivan sobre el tema, todos escuchábamos aunque intentábamos no molestar en una conversación que parecía de dos.


-Es que simplemente no la entiendo… ha estado llorando toda la noche, luego se ha levantado y se ha puesto esa ropa, se ha empezado a poner los pendientes… mis padres estaban alucinados. Ha puesto la música a tope en el baño y ha salido de esa guisa. Luego llegamos aquí, y ya has visto como se ha puesto… ¡Sólo quería que conociera a mis amigos! ¡Y se pone a gritarles de todo! Con lo amables que estaban siendo, no entiendo cómo me ha hecho esto. Creía que nos llevábamos bien. Además, no ha venido ni a una sola de las clases… el juez la va a ingresar al centro de menores si en dos meses no ha mejorado su conducta… no sé qué hacer Sully, no sé qué decirle, en serio, quiero ayudarla, pero se ha cerrado en banda… -comenzó a sollozar y se apretó en los brazos de Sullivan-.


-Prueba con la ironía y el sarcasmo, parece ser lo suyo… -Nessie parecía despistada, pensando algo más que no decía-.


-¿Cómo?


-Yo… -Pareció avergonzarse por un segundo-. Bueno, lo siento, no he podido evitar oír vuestra conversación… pero un amigo mío cuando estaba así, funcionaba bien el hecho de contestarle. Es como cuando tienes cuatro años… si ella te dice algo en plan borde, contéstale en plan borde sin miedo. Si ella ve que tú… bueno, que te da miedo el contestarle y ella cree que le das pena, aún será peor. No te compadezcas de ella, no tengas piedad. Al menos, no hasta que confíe en ti.


-¿Crees que funcionará?


-Mejor que compadecerla… al menos, eso quiere aparentar. Igual es una tontería, no sé… no me hagas mucho caso…



Todos nos quedamos callados por unos minutos cuando aquella macabra versión de Mary apareció. Se sentó al lado de su hermana con un humor extraño, menos agresiva que antes pero igual de fría y… borde, porqué no decirlo.


-¡Buenos días hermanita! ¿Qué tal las aburridas clases?


-Bien… deberías haber venido…


-¿Para conocer más amiguitos? –Derrochaba sarcasmo algo que me ofendió, intenté reprimir una cara que pareciera desagradable a ella. La chica miró curiosa a Ness y ladeó la cabeza para leer el mensaje que le acababa de llegar-. Creo que deberías buscar otras amigas… la afición por el rosa no es buena…


-Yo creo que tú deberías buscarte amigos, así no te meterías en cosas en las que nadie te pide opinión.


-¡Nessie! –La miré algo sorprendida-.


-¿Nessie? ¿Ése es tu primer nombre? –comenzó a reírse, así que se conocían-. Y creía que Carlie era hortera…


-¿Más hortera que Allison? Al menos mi nombre tiene su historia…


-¿Sí? Por favor… ilumíname…


-Sí, mi nombre completo es Renesmee Carlie, que es un nombre compuesto por los nombres de mis abuelos paternos y los maternos… Sin embargo… ¿Allison? ¡Por favor!


-Al menos tiene un significado…


-¿Sí? Por favor… ilumíname… -parecían seguirse el juego-.


-La que brinda protección… -dijo llena de orgullo y sonriendo-.



El timbre sonó y nos levantamos sin decir una sola palabra más, saliendo de la cafetería y dejándola allí, posiblemente saltándose el resto de las clases. Al salir esperaba en uno de los bancos fumando un cigarrillo y mirándonos con prepotencia. Su hermana se encaminó directa.


-Aprovecha para fumar el último cigarro de tu día, hermanita…


-¿Perdona?


-No vas a fumar ni un solo cigarro más, al menos no hoy…


-¿Tú me lo vas a impedir? –comenzó a reír-. Vamos, por favor…


-Mira, si tú quieres morirte de un cáncer, me parece perfecto, pero en casa no vas a fumar. Ninguno de nuestros padres lo hace, yo tampoco, así que… no vas a hacer que nosotros enfermemos por tu causa… -dicho esto le quitó el cigarro y lo tiró. Allison se quedó atónita y Ness pisó el cigarrillo. Mary le sonrió en agradecimiento-.


-¿Habéis hecho un complot contra mí, acaso?


-No hermana, pero no me dejas otra opción. Si vas a ir de macarra, yo también puedo hacerlo. No voy a permitir que me pisotees, no voy a permitir que contestes como no es debido a mí o a mis amigos. Así que vete acostumbrando a tu nueva vida aquí, si no puedes hacer las maletas y largarte con tu panda de macarras al reformatorio…


-Lo pensaré… -Allison sonreía-. Quizá deba irme con los macarras, las pijas os estáis asociando para destrozar mi orgullo… lo nunca visto… -dijo riendo-.


-Ahora vamos a casa, debemos hablar de las reglas del juego.


-¿También hay reglas?


-¿Tienes algún problema con las reglas?


-No, me encantaría conocer esas reglas nuevas, debes saber cuáles son para poder saltarlas… -seguía riendo y Mary suspiró de forma cansada-.


-¿En serio vamos a hacerle una fiesta de bienvenida a esa macarra en mi casa? –Meg estaba muy ofendida-. No quiero que fume en mi casa, es asqueroso.


-Debemos ser algo más comprensivos con ella… -Meg me miró con una mirada que me hubiera asesinado si eso fuera posible-. Tened en cuenta que es un cambio exagerado, debe estar aterrada… la teoría de Nessie ha parecido funcionar, así que… la mía se apoya en ella. Está tan aterrada que ha creado esa fachada para nosotros…


-No –interrumpió-. Esa fachada está desde hace años creada… no puedes ser así en sólo unos días, dudo incluso que se pueda llegar a crear una coraza así en meses… pero bueno, eso no debe importarnos. No fumará en tu casa, se va a comportar… para eso vamos a estar todos…


-Está bien… pero no me hace mucha gracia…


-Tranquila… confía en mi, ¿vale?



Meg pareció relajarse ante las palabras de Ness, mientras ella miraba en dirección a Nahuel, que tonteaba en la puerta con Sayen. La sonrisa que se dibujó en su cara me hizo imaginar el exhaustivo interrogatorio al que lo sometería. Se fue contenta mientras Meg refunfuñaba por lo bajo.



Al día siguiente hubo un examen de francés, el cual me costó lo mío terminar no quedando muy satisfecha con el resultado. Fui algo zombi hasta el aula de Biología, mientras Kevin me convencía de que seguro al final aprobaría.


El profesor empezó su lección pero fue interrumpido por aquella gemela diabólica. Casi me hizo reír verla entrar con aquellas pintas, la música a tope… la cara del profesor era un cuadro.


-Usted es…


-Allison Summerland.


-¡OH! Vale, sí… de acuerdo. Pase… -El señor Scott miraba atónito a Mary y a Allison-. Siéntese donde pueda…


-¡Hola Carlie! He decidido que debía venir a darle emoción a vuestras clases… ¿Qué estabais haciendo?



Toda la clase la miraba raro, así que yo dejé de seguir a la manada e intenté captar la atención de Kevin para terminar pronto las tareas de hoy. A la hora de comer la chica se sentó con nosotros, la verdad es que los chicos la miraban como un bicho raro, algo que me hizo sentirme mal por la chica, no había empezado con buen pie, pero no era para que le hicieran el vacío de esa manera.


La semana pasó lenta, hasta que el viernes nos dieron las notas del examen. Al final había aprobado el examen y Kevin lo había suspendido, algo que me hizo sentir ligeramente mal, por lo que a la salida le propuse ir a ver una de esas tediosas películas que a él tanto le encantaban.


Cuando se lo dije a mis padres insistieron en que le invitara a cenar, pero gracias al cielo él puso la excusa de que tenía un compromiso familiar. Nada más cenar me cambié de ropa y mi madre subió a mi habitación.


-¿Estáis saliendo?


-No mamá…


-Es que… -se sentó en mi cama y me hizo sentar a su lado-. El otro día estabas muy triste y cuando lo viste por la mañana… Era como si os hubierais enfadado…


-Sí, fue una tontería… pero eso no quiere decir que estemos saliendo…


-Yo empecé así con tu padre, ¿sabes?


-Mamá… sabes que él y yo sólo somos amigos, no lo concibo como nada más… -mi madre asintió dándome a entender que ella pensaba lo mismo de mi padre-. No es igual, mamá, en serio.


-Bueno… pero ponte guapa… quizá te cruces con el hombre de tu vida esta noche…


-¡Vaya tonterías…!



Reí pero accedí a que ella me ayudase, no por el hecho de que creyera que iba a encontrar el amor de mi vida en una salida con mi mejor amigo, si no porque por una vez estaba lúcida y tenía a la madre que echaba de menos cuando se deprimía. Cuando me fui pareció entristecer de un modo extraño, así que la abracé fuerte antes de irme.


Sonreí al ver a Kevin subido en la bicicleta esperándome. Me senté y puse los pies en las barras que tenía en los ejes de las ruedas, agarrándome al sillín mientras él pedaleaba y derrapaba y subía y bajaba las rampas de las aceras sólo porque sabía que eso me hacía reír.


Fuimos bastante lejos, así que el llegó muy cansado, pero el Galaxy era el mejor cine que había por aquí… así que él se pidió una coca-cola de un litro mientras yo me reía de verlo jadear teatralmente. Después me llevó hasta mi casa y cuando vimos las luces y la música encendidas… un escalofrío recorrió mi cuerpo y me hizo temblar.


-¿Quieres que me quede?


-No… será peor…


-¿Quieres esperar a entrar?


-No, si llego tarde sólo empeorará… -suspiré-. Gracias por llevarme, lo he pasado muy bien… -Me miró de modo que me hizo reír-. Vale, la película era un asco, pero lo he pasado bien… Buenas noches Kev.


-Dar… -cogió mi mano y me hizo girarme-. Si necesitas algo, hablar o lo que sea… sabes que vendré en el momento que me lo pidas.


-Lo sé… -asentí y lo abracé-. Gracias.



Me miró con rostro apenado mientras me metía en mi casa para ver a mi madre en la cocina encarándose con mi padre, que intentaba quitarle una botella de la mano.


-¿Qué estás haciendo mamá?


-¡Tú cállate! ¡Esto es culpa tuya! No te importa absolutamente nada de lo que yo piense, de lo que sienta… ¿Quieres abandonarme tu también? ¿Quieres dejarme sola? ¡Pues lárgate!


-¿Pero qué…?


-Darlene, cariño… ve a tu habitación… -Negué cabreada-. Cuando te has ido, tu madre se ha visto sola y se ha deprimido un poco… pensé que estaba durmiendo, así que esto es culpa mía por no vigilarla bien, lo siento. Ve a dormir.


-¿Ahora me tenéis que vigilar? ¡Yo no soy mala persona! ¡Ni mala madre! ¡Eres tú el que se alía con ella y me hacéis esto! ¿Dejas que se vaya? ¡Pues ahora que no vuelva!


-Darlene cariño… -mi padre me cogió cuando abría la puerta-. No te vayas, sabes que no lo dice en serio, no es ella la que habla.


-Papá… lo siento. Pero ya empiezo a dudar que mi madre regrese de verdad… siento dejarte solo, pero necesito irme papá…


-¿Dónde vas a ir?


-A casa de Kev. Su madre seguro que me deja quedarme…


-Vuelve mañana para comer, ¿vale?


-Lo prometo… -mi padre limpió mis lágrimas-. Te quiero.


-Y yo, Darlene… -miré hacia mi madre, que parecía más calmada-. Yo me ocuparé.



Asentí y salí de casa, abriendo el garaje para coger mi bicicleta y salir disparada hacia la casa de mi mejor amigo. Cuando llegué su madre me abrió y me hizo pasar mientras me abrazaba y Kevin venía conmigo. Seguramente Samantha me estuviera esperando como cada noche que Kevin presenciaba algo así en mi casa. Kevin siempre le contaba todo a su madre, y ella se preocupaba por mí, incluso llamaba a casa alguna vez cuando sabía que había alguna discusión para preguntar por mi estado. Había sido gran amiga de mi madre, pero después de que Abi muriera mi madre y ella discutieron, nunca me contaron la razón pero supuse que era por mí.


Kevin me aferró y me llevó a su cuarto, como cuando era más pequeña y me escapaba, pero hacía años que no había vuelto por allí en plena noche. Me sentó en su cama como cuando éramos niños y lloré en su hombro, mientras él me consolaba y me acunaba.


Cuando desperté estaba sola, Kevin entró minutos después y me besó en el pelo.


-Ha venido tu padre a buscarte… -me sonrió y tomó mi mano-. Dice que todo está bien ahora, pero puedes quedarte a comer si quieres…


-No… -miré su mano y le abracé-. Gracias, en serio…



Cuando bajé mi padre me esperaba con cara de preocupación, pero le abracé y todo pasó, no sentía la rabia y el dolor ahora, solo decepción conmigo misma por haberle dejado solo anoche. Kev y su madre nos despidieron en la puerta y mi padre cargó mi bicicleta en el coche. Mi madre me abrazó y lloró hasta que se cansó sin cesar de pedirme perdón.


Me pidió que fuéramos a comer y de compras, quería regalarme algo y pensó que sería buena idea algo de ropa para la fiesta. Compramos unos pantalones negros, con una camiseta marrón chocolate, ceñida hasta debajo del pecho y después caía recto hasta la cadera. Como iba a hacer frío mi madre insistió en comprar una jersey grueso y lo elegí en color blanco.


Después de comer volvimos a casa y me ayudó a arreglarme. Cuando oí la puerta bajé corriendo y me quedé sin palabras al ver a Ness, no había comparaciones posibles, así que las obvié a favor de mi autoestima. Cuando entré y me topé con el novio de la Señora Cullen… ella era preciosa, pero él… intenté imaginarlos juntos y sólo podía pensar en la pareja perfecta.



Cuando llegamos April nos abrió. Meg iba también espectacular. Llevaba unas mallas negras y un vestido hasta mitad del muslo de punto y ceñido, resaltando su figura, en un color gris marengo, con cuello en U y de manga corta.


Nos pusimos a preparar todo, su prima April nos ayudó. Ness se puso a hacer fotos con su cámara, algo que odiaba… no me gustaban nada las fotos. A la media hora aparecieron los chicos en el coche de los padres de Sullivan. Los tres iban con vaqueros y camisa, Sully de color negro, Kevin en color rojo Burdeos y Ryan en un color gris.


Cuando eran casi las seis de la tarde aparecieron las gemelas. La verdad es que… estaban guapas, cada una a su manera. Mary llevaba un abrigo negro que le llegaba por las rodillas, debajo iba con un vestido de corazón a cuadros, en blanco y negro con unas mallas grises y botines blancos. Allison llevaba unos pantalones piratas bombachos en color gris marengo y una camiseta de tirantes negra, con la tripa al aire, por supuesto. Encima llevaba una chaqueta negra y sus zapatos eran preciosos, en negro también, y con un tacón bastante alto. Su maquillaje había mejorado, tenía el pelo recogido en una cola de caballo y los tonos de su maquillaje no eran tan oscuros, sus ojos estaban pintados en marrón tierra y los labios en marrón chocolate con brillo. No me parecía la misma que iba tan macarra a la escuela. Todos nos quedamos atónitos.


-¿A que está más guapa así que con el maquillaje que se pone ella?


-Esta… está muy buena… -Kevin parecía hipnotizado-.


-No flipes niño, no creas que vas a sorprenderme con alguno de tus poco ingeniosos comentarios… -parecía furiosa-. ¿Esto es una fiesta? ¿Dónde están la música y las bebidas?



Comenzamos a comer, a sacar refrescos y pusimos un poco de música dance que le gustaba a los chicos y a Meg. Comenzó a dolerme la cabeza así que puse el CD de la radio que había traído. Cuando habíamos escuchado tres canciones Allison lo paró y puso un disco de los que había traído. Entonces nos quedamos atónitos mirando cómo bailaba. La verdad es que ninguno nos habíamos arrancado a bailar demasiado, parecía que nos daba vergüenza, pero ella se había limitado a mirar y reírse de los chicos. Pero al son de su música, bailaba realmente bien. La envidié, sus caderas y sus hombros seguían acompasadamente la melodía.


Sacó a bailar a Ness y después a mí, con una sonrisa que parecía reflejar que lo estaba pasando en grande. Me asusté bastante ya que no era lo mío eso de bailar en público, prefería la soledad de mi habitación. Seguimos bailando al ritmo de la música, aunque yo intentaba salir de aquel espectáculo a toda costa pensando en mi amigo, ése que se había pasado la noche cuidando de mí y que apenas me había hablado en toda la tarde. ¿Estaba acaso enfadado? No entendía nada, sólo podía verle babeando por las chicas como uno más, como si no fuera el mismo. Ness me miró y se acercó a mí, mientras yo temía que se hubiera dado cuenta del cambio de mi humor.


-¿Qué te pasa?


-Nada… -dije disimulando-. ¿Por?


-No sé… te veo… rara. Como triste… cohibida, más bien.


-Bueno… es normal que me quede más retirada… míralas –dije señalando a Meg, Allison y Mary-, mírate… y ahora mírame a mí… No pinto mucho.


-¿Perdona? ¿Cómo que no pintas mucho? –Creí que me torturaba al mirarme así-. Eres nuestra amiga, igual que ellas. Incluso, he de confesarte, que para mí mejor que ellas. No entiendo porqué dices esas tonterías… -observé a los chicos, que seguían babeando y me salió una mueca-. Ellos son… -Suspiró -. Son niños, no le des importancia a sus tonterías o a sus babeos. Son muy inmaduros, en serio…


-Ya, bueno, para ti deben serlo… ¿todos tus amigos eran de la edad de Jake? Me refiero a tus amigos de Forks…


-Sí, la verdad es que casi todos son mayores. Bueno, los pequeños tienen unos diecisiete… pero ellos son diferentes. Todos. A veces parecen críos peores que ellos –sonreía nostálgica-. Pero cuando se trata de algo importante, parecen siempre más maduros, te consuelan como un hermano mayor, pero mejor, porque son tus amigos… es algo muy extraño…


-Los añoras, ¿verdad? –Asintió-. De todas maneras, te envidio… por lo que me cuentas debe ser algo genial tener unos amigos así, que te cuiden y te hagan reír.


-Ellos serán iguales, son buena gente… Sólo les falta un poco más de madurez…


-A veces Kevin es como esos amigos a los que describes, es un encanto, en serio… pero en el momento que se junta con ellos y se ponen en plan “hombretón”… no lo soporto…


-Donde haya más de dos hombres, siempre va a haber demasiada testosterona en el ambiente… -Allison se unió a la conversación mientras Mary y Meg seguían bailando-. Pero por eso debemos pasar de ellos cuando están así, es lo mejor. Pásalo bien y deja de amargarte por tres niños, en serio… -Allison me agarró por la cintura y me sacó a bailar-. En serio, son unos niños.


-No es sólo por eso… -entristecí-. Todas estáis preciosas, sois guapas y sabéis cómo sacarle partido a eso… yo sin embargo…


-¡Para! No me hagas decirte lo que creo… Está bien… -Suspiró-. Te veo mucho más guapa incluso que Meg… me parece incluso hortera a tu lado –Flipé con eso, aunque entendí que lo decía por animarme-. Lo digo en serio. Odio ver cómo la gente se compara unos con otros y odio hacer comparaciones, pero es lo que creo… no vuelvas a decir tonterías similares…



Me sentí estúpida por estar arruinando su fiesta, así que me limité a pasármelo bien. Bailé y me reí como nunca, pero decidí que sería mejor irme pronto. Kevin quiso acompañarme pero me negué, por lo que él me dio un abrazo tan grande que me hizo sentir bien de nuevo, era mi tato otra vez, no ése chico que me sacaba de mis casillas.