Capítulo LXXb: Un destino diferente.

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Tras una gran espera, aquí tenéis el nuevo capítulo, el primer capítulo del segundo final. Espero que el próximo viernes pueda colgar el segundo, aunque no os lo aseguro porque ni siquiera lo he empezado... :S

Gracias por ser tan pacientes, espero vuestros comentarios.


Silvy ^^



95… ¿a o c? Venga, te la sabes… es c, seguro. 96 b, 97 d, 98 a, 99 a, y 100 b. Giré la hoja y empecé a repasar rápidamente, estaba segura de prácticamente todas las respuestas. Me levanté y me acerqué a la mesa del Dr. Wilton.
-¿Cómo ha ido?
-Yo creo que bien… -Sonreí y le entregué el examen-. El lunes lo sabré seguro…
-Pasa buen fin de semana… -Miró el examen por encima y sonrió-. Seguro que apruebas.
-Gracias… buen fin de semana.

Me giré y me despedí de Lucy con la mano, le indiqué que la esperaba fuera. Salí y llamé a Seth, sabía que estaría tan nervioso como yo y se alegró mucho de oírme tan segura.
-Habrá que celebrarlo, ¿no?
-Claro, esta noche me voy de fiesta con todos los de clase, vamos a recaudar fondos para el viaje de fin de curso… ¿os apetece venir?
-¿Y esta tarde que haces?
-Dormir… -Reí-. Lo necesito. Pero si quieres… podría hacerte un hueco y acortar un poco la siesta… ¿Te parece?
-Veamos… -Murmuró-. Llevo dos semanas sin verte… ¿Hora y lugar? –Reí-. No creo que esta noche pueda salir, pero me gustaría pasarme esta tarde…
-¿No puedes salir esta noche? –Reí-. ¿Tienes fiebre, o qué?
-Algo así… -Suspiró-. Tengo ronda.
-¿Ronda? ¿No tuviste ya anoche?
-Sí… pero bueno, últimamente ha habido movimiento… -Rió-. No te preocupes, esta tarde no te me escapas… ¿Te parece bien que me pase por tu casa a las cinco?
-Perfecto… -Lucy salió y le sonreí-. ¿Seguro que todo va bien? Te noto raro…
-Sólo estoy algo cansado… no te preocupes. Tengo que colgar, hay un cliente esperando… un beso, preciosa. Te quiero.
-Y yo… -Suspiré y colgué, Lucy me miró raro-. Está… raro.
-¿Crees que está con otra?
-No… -Reí-. Eso es imposible… -Ella alzó una ceja incrédula-. Que no, que no es eso…. Bueno, ¿cómo te ha ido el examen?
-Yo creo que no he fallado ni una… -Sonreí y salimos hacia el aparcamiento-. Aunque siempre pienso lo mismo y luego mi nota no pasa del seis… -Rió-. ¿Qué vas a ponerte esta noche? Yo seguramente me ponga una falda negra muy corta y una camiseta extremadamente sexy…
-¿Has invitado a los chicos? –Ella rió asintiendo-. Bueno… entonces imagino que tendré que olvidarme de ti esta noche, estarás rondando a Mark, ¿cierto?
-Tampoco te pases… -Ella rió y se quedó mirando un punto fijo-. Vaya cochazo… -Me fijé, un Mercedes McLaren negro con todos los cristales tintados-. Seguro que ése podría comprar media universidad… -Rió-. O entera…
-Seguro… -Bufé-. Algún niño de papis ricos… -Rodé los ojos-. Bueno, ¿cómo quedamos?
-¿A las once en el Luxury?
-Perfecto…

Sonreí y me monté en el coche, el Mercedes me pasó a la salida de la universidad… realmente era un cochazo. Cuando llegué a casa comí con mis padres y me tumbé en el sofá.
-Vas a quedarte dormida… -Mi padre me besó-. Nos vemos esta noche…
-Si es que se despierta… -Mi madre rió-. Ve a la cama…
-No… -Negué-. He quedado con Seth, si me quedo dormida… despiértame.
-Vale… -Mi madre rió, pero al parecer no me hizo caso-. Sé que habíais quedado… pero me daba pena despertarla…
-No pasa nada… -Noté sus cálidos dedos y sonreí-. Buenas tardes, preciosa… -Me estiré sonriendo y él rió-. ¿Quieres seguir durmiendo?
-¡No! –Le abracé-. Te he echado de menos…
-Bueno… -Mi madre carraspeó-. Voy a mi oficina… me alegro de verte, Seth…
-Yo también… -Sonrió y se sentó conmigo en el sofá cuando mi madre se fue-. Pareces cansada… ¿Seguro que no quieres dormir más?
-¿Te has visto a un espejo? –Sonreí acariciando sus ojeras-. ¿Hace cuánto que no duermes?
-He dormido esta mañana… -Le miré mal-. Un par de horas es suficiente… -Rodé los ojos y negué, él acarició mi pelo con ternura-. No necesito dormir más de lo que necesito verte…
-Seth… -Suspiré y me levanté-. Vamos a la cama… -Alzó una ceja y reí-. No, idiota… Necesitas dormir… y yo también lo necesito…

Él tomó mi mano y me siguió, sabía que si le decía que yo lo necesitaba aceptaría sin rechistar. Mi madre nos miró con la ceja alzada pero no dijo nada, cerré la puerta de mi cuarto y empujé a Seth a la cama, él rió y me acomodé en su pecho… lo había extrañado más de lo que pensaba.
-Va a pensar mal… -Reí y negué-. Aunque realmente me apetecía mucho estar así contigo… -Me abrazó y besó mi pelo-. ¿Vendrás mañana a casa?
-Seguramente… -Sonreí y besé su pecho-. Prometo no salir mucho hoy… así podré madrugar y estar para comer contigo… -Le mire sonriente-. ¿Sabes qué?
-¿Qué?
-Que el lunes es mi último día de clase… -Sonreí y alcé una ceja… él me imitó-. Podía… no sé, quizá podría… -Me hice la interesante y él rió-. ¿Qué te parece si me quedo contigo hasta el miércoles y nos vamos de viaje cuando vuelva de Mónaco?
-Me encantaría… -Dijo arrugando la nariz-. Pero tendré que preguntarle a Jake… -Alcé una ceja-. No creo que me dé vacaciones, así que no te hagas muchas ilusiones…
-¿Tanto trabajo hay?
-Algo así… -Hizo una mueca y le miré raro, pero negó-. ¿No estabas cansada? –Sonrió acariciando mi pelo-. A dormir…
-Seth…
-Te lo contaré mañana, lo prometo…
-Vale… -Le abracé-. ¿Dormimos un ratito? –Le miré, asentía ya medio dormido-. Te quiero…

Él besó mi pelo y no tardó en dormirse. Pronto empezó a roncar y estuve a punto de reír, escuché unos pasos en el pasillo y mi madre abrió sumamente despacio la puerta, reí un poco con ella y se marchó. El pobre estaba realmente cansado… le abracé fuerte y apenas cesaron sus ronquidos.
El ruido de los platos me despertó, miré a Seth que seguía roncando… Sonreí con ganas, hacía mucho tiempo que no roncaba así… pero algo en mí me hizo dejar de sonreír. Quizá estaba haciendo más rondas de las que me decía…
-Seth… -Le zarandeé un poco y él gimoteó-. Seth…
-Cinco minutitos más… -Me abrazó y olió mi pelo-. No quiero levantar…
-Vamos… seguro que mis padres están a punto de cenar…
-¡¿CENAR?! –Saltó de la cama y se puso las deportivas corriendo, salió del cuarto y frenó derrapando, se giró y vino corriendo para darme un beso y salir corriendo-. ¡Te quiero! ¡Buenas noches Grace! ¡Adiós Nick!

Me quedé paralizada y empecé a reír. Me tumbé olisqueando la almohada… iba a echarle de menos esta noche. Bajé y mis padres me miraron raro, seguramente buscando algún tipo de explicación a que Seth saliera corriendo de esa manera.
-Tenía prisa…
-Sí, lo hemos notado… -Mi padre hizo una mueca-. No es que yo sea un anticuado ni nada de eso… pero no me parece bien que venga, os metáis en tu cuarto y se vaya así… no es…
-Papá…
-Nick… -Mi madre lo abrazó por la espalda y me miró de ese modo que me hacía querer cavar un hoyo y no salir de él-. Son jóvenes, es normal… y sabes que Seth es buen chico. No te sorprendas de que tu hija quiera estar con él de todas las maneras posibles… no es culpa suya.
-Pero con unos límites… él tiene su casa.
-¡Vamos Nick! ¡Si hubieran estado jugando al parchís, no dirías eso!
-¡Eh! –Levanté las manos-. ¡Que estoy aquí! Y no es nada de eso… sólo estábamos durmiendo, nada más… se nos han pegado las sábanas y él tenía que irse a… una emergencia.
-Da igual… -Mi padre negó-. No me gusta que hagáis eso aquí…
-¿Eso? ¡Dios! –Me levanté frustrada-. ¡Que no hemos hecho nada! Y aunque lo hubiéramos hecho, no es problema tuyo lo que hago o dejo de hacer con mi novio.
-Nick… no seas injusto. No es algo nuevo, lo sabías hace tiempo.
-Pero no que están justo encima de mi cabeza…
-¡Dios! ¡Ya vale! No quiero cenar ya… -Bebí un poco de agua y gruñí-. Que os aproveche la cena, me habéis quitado el hambre…
-Más valía que se te quitara otro tipo de hambre…
-¡Ah!

Gruñí de nuevo y me encerré en mi cuarto. No se escuchó ni una mosca en todo el rato de la cena, yo leía y después escuché a mi padre meterse a la ducha. Mi madre vino a explicarme lo difícil que era para mi padre este tipo de situación, yo sabía que igual no había dado muy buena impresión que Seth se marchara así, pero le expliqué que nunca lo había hecho y que lo conocían lo suficiente como para no juzgarlo de ese modo. Estaba tan enfadada que mi madre me hizo su típico chantaje emocional para que me reconciliara con mi padre… cuando bajé a comer algo y él estaba en el sofá me limité a abrazarle.
-Siento haberte amargado la cena… -Dijo en un susurro-. Te compensaré, lo prometo.
-Me deberás una muy gorda… -Le miré saboreando el helado de fresa y él rió-. Algo así como un viaje para los dos pagado…
-No me hagas enfadar…

Reímos y estuve con él diez minutos más, después me arreglé un poco y me marché al Luxury, reí al ver a Lucy tonteando con Mark en la puerta. Cuando entré las chicas estaban en la mesa de siempre, me senté con ellas tras saludarlas y me uní a la conversación.
-Están raros, definitivamente… -Maca suspiró-. Le he invitado a venir y le he prometido sacarle alcohol y todo… y me ha dicho que no.
-Kyle me ha dicho que tenía cosas que hacer también… -Ainhoa miró a Gabriela que bebía lentamente de su copa-. Desembucha…
-Brady me ha dicho que tenían reunión…
-Esta noche van a decidir quien sale y quien se queda… -Ashley suspiró-. Collin y Brady llevan mucho tiempo fuera, no sé a qué viene todo esto…
-Seth estaba también muy raro… -Fruncí mis labios y las miré-. ¿Deberíamos ir?
-No… -Gabriela frunció sus labios conmigo-. Si son cosas de la manada, debemos darles tiempo y que nos cuenten lo que ellos crean conveniente. No debemos adelantarnos…

Asentí y pronto vinieron algunas compañeras para sacarme a bailar. Estuvimos riendo y bailando durante mucho rato, un chico llamó mi atención desde el palco superior. El chico medio sonrió e hizo un gesto con la cabeza, mis amigas rieron incitándome a que fuera… pero era un estupidez. Yo ya tenía a mi hombre, no necesitaba a ninguno más por atractivo que pareciera.
Dos minutos después, el chico estaba apoyado en la barandilla, mirando hacia el centro de la pista con relativa curiosidad. Me sonrojé por necesidad, aunque intenté no darle mayor importancia y seguir a mi ritmo, las chicas no paraban de cotillear.
-Está muy bien…
-Chicas… tengo novio, ¿recordáis?
-No digas tonterías… -Lucy rió a mis espaldas, agarraba a Mark de la mano-. ¿Qué está haciendo él ahora mismo? Seguramente esté haciendo lo mismo sin que tú lo sepas… -Negué y ella suspiró-. ¿Qué puedes perder? Quizá sólo quiera tu amistad…
-Ya… -Me acerqué a su oreja-. ¿Cómo tú la de Mark? –Alcé una ceja y ella rió-. No, paso… -Le miré y el chico parecía sonreír por la expectación que causaba. Miré a Lucy con desgana y negué-. Definitivamente, paso.
-¿Estás segura? –Asentí-. Pues… deberías planteártelo, porque se acerca hacia aquí…
-Ya… -Me giré y el chico seguía casi en el mismo sitio, apoyado esta vez dentro de la pista-. Para evitarle tentaciones, voy con las chicas…
-¿Tentaciones? –Rió-. ¿A él o a ti?
-Anda… -Le quité la copa y reí-. Céntrate en lo tuyo, guapa…

Me dirigí a la mesa con las chicas y estuve allí por un largo rato, el chico se sentó dos mesas más alejado, solo y con una copa de la que apenas le vi beber. Me levanté y fui a la pista para despedirme de mis compañeras, después a la mesa para despedirme de las chicas. El misterioso chico ya no estaba allí.
-¿Necesitáis que me pase mañana por el vivero?
-No… prefiero que vayas y te enteres de lo que está pasando… -Ainhoa hizo una mueca-. Davinia estará con nosotras mañana…
-Vale… dale un beso de mi parte…
-Hecho.

Sonreí pensando en Davinia, era una chica muy joven, de apenas dieciocho años que estaba estudiando Filosofía. La contratamos para cubrir esos días que yo no podía estar, así que sólo iba con las chicas el día que me necesitaban. Cogí mi abrigo y me despedí de Hayden, la chica del guardarropa.
Mientras me daba mi abrigo, pude ver por el cristal a ese chico apoyado en la pared, sonrió al espejo y yo bufé algo molesta, busqué el ticket para dárselo a Hayden y cuando volví a mirar ya no estaba. Me alegré de que hubiera entendido mi molestia… hasta que salí. El chico estaba apoyado en la barandilla, sus ojos entrecerrados mirándome de un modo extraño, como si fuera una presa a la que cazar, odiaba cuando los babosos hacían eso.
Relinché molesta y me metí al coche para encontrarme una rosa en el asiento del copiloto junto a una nota. Sonreí al recordar que era lo que Seth hacía siempre que se iba sin previo aviso. Abrí el sobre para encontrar una magnolia disecada dentro. Reí y lo dejé allí, seguro que había sido cosa de Mark… arranqué y al salir tuve que pitar para que un tumulto de gente se apartara. Todos miraban emocionados un coche… un Mercedes.

Me desperté poco antes de las ocho, metí algo de ropa en la mochila y bajé a desayunar con mis padres, me marché poco después que mi padre, suspirando por llegar y enterarme de todo lo que estaba pasando. Al llegar a casa de Seth no había nadie, Maila rascaba por dentro de la puerta, al menos alguien me daba la bienvenida. Abrí y se tiró sobre mí, lamió mi cara y yo reí, entré y dejé la mochila en el suelo acercándome a la mesa, pude ver un mapa de la zona con varios círculos dibujados en él.
-¡Ey! –Sus cálidos brazos me abrazaron, sonreí y me hundí en ellos disfrutando de la sensación-. Me ha parecido oír algo en casa… y cuando te he olido…
-Hola… -Le besé y él sonrió, desvió su mirada por un momento al papel y me miró disimulando-. ¿No vas a contarme qué es eso?
-Nada que sirva ahora… -Contestó secamente-. Tengo que irme, los chicos me están esperando –Besó mi frente-. Ponte cómoda…

Rió y yo con él, me besó de nuevo y se marchó corriendo… otra vez. Suspiré y acaricié a Maila, me senté con ella para ver la tele hasta que salió una novela bastante mala donde los protagonistas se besaban apasionadamente. Miré a Maila y sonreí, me levanté corriendo y fui a cumplir su petición… me puse cómoda. Me quité los vaqueros y la camiseta, abrí su armario y saqué una camisa azul claro de manga corta, me encantaba cómo le quedaba. Me la puse y entonces escuché unos estruendosos aullidos, después un par de gruñidos graves cerca de la casa. Salí al pasillo y por la cristalera pude ver a mi lobo arena gruñendo y retando al gran lobo rojizo.
-¡No! –Me quedé sin aire cuando ambos lobos miraron en mi dirección. El lobo rojizo gruñó y pude ver a Seth contorsionarse y caer desnudo en el suelo, aovillado y temblando-. ¡Seth!

Me caí al suelo, mis piernas no me respondían. Sólo pude levantarme cuando le vi poniéndose su pantalón, se levantó y se metió en casa, bajé las escaleras y él estaba sujetando una silla que temblaba como todo su cuerpo, di un paso hacia él, pero me frenó.
-No te acerques ahora… -Un espasmo recorrió su cuerpo-. Siento que lo hayas visto.
-¿Qué ha pasado, Seth?
-¡Es un desgraciado! –Otro espasmo recorrió su cuerpo y yo di un paso atrás por puro instinto, cuando vi su cara apenada bajo la rabia otro instinto hizo que diera dos pasos hacia él-. Me obliga a seguir. Sean y Kyle están exentos, pero a mí me obliga a seguir.
-¿En la manada? –Me miró y asintió una sola vez-. ¿Querías dejarla?
-¡Claro que sí! –Tembló de nuevo-. Es una carga que ya no soporto, me quita demasiado tiempo… y encima ahora va a ser todo más complicado… -La silla se rompió y convulsionó. La tiró a la otra punta de la habitación y yo salté por el susto. Me miró y contorsionó su cara para volver a temblar, salió de casa y yo le seguí-. Quédate dentro, no quiero que…
-¿Qué? ¿Crees que me das miedo? –Me acerqué y tomé su rostro, mis manos temblaban con él-. Seth, que mis sentidos no sean tan buenos y me asuste por ruidos o movimientos inesperados no quiere decir que te tenga miedo. Cuéntame qué te perturba, quiero saberlo… no puedo soportar verte sufrir y saber que me estás ocultando algo que te angustia así.
-Hay movimientos. Desde hace una semana. Alice vio a unos nómadas dirigirse a Volterra para pedirles una guerra contra nosotros, pero ellos no aceptaron, gracias a la votación de los híbridos nos salvamos, tienen gran relación con Nessie y no querían una guerra contra los Cullen. Pero eso no ha calmado las ansias de nuestra sangre a viejos amigos de Laurent, James o Victoria.
-¿Quiénes? –Me sentí perdida y él negó-. Da igual… ¿Quieren aniquilaros?
-Algo así… -Me angustié y él sonrió pesadamente-. Tranquila, no pueden pasar las fronteras, sólo son tres franchutes de momento…
-¿De momento?
-Alice ha visto huir a una de ellas en busca de ayuda, pero le perdió la pista tras cuatro eslabones. Después desapareció en varias ocasiones, los ataques de los últimos dos días.
-Seth…
-Tranquila… no quería decirte nada para no preocuparte, no quería implicarte en esto para que estuvieras al cien por cien en tus clases… pero ahora… -Suspiró-. Estaría más tranquilo si te quedaras conmigo, por favor. No te vayas ahora de viaje, quédate conmigo… a salvo.
-Seth…
-¡Seth! –Leah apareció corriendo-. ¡Es Ephraim!
-¿Ephraim? –Seth puso cara de terror-. Darlene… quédate en casa…
-Pero…

Se alejó y me quedé allí, cuando pude reaccionar entré a casa y cogí el teléfono de la mesilla, marqué con angustia el número de Nessie y pude ver a Maila escondida bajo las escaleras, parecía aterrada. Me levanté y la acaricié cuando Nessie contestó.
-Darlene, no puedo…
-¿Qué está pasando? Necesito respuestas, Nessie…
-Ephraim acaba de entrar en fase. Como tres niños más. Tengo que colgar.

El pitido del teléfono sonó unas veinte veces. Seguía congelada. Dejé caer el teléfono y empecé a llorar, no podía creerlo. Una angustia en mi pecho empezó a crecer, me ahogaba y no podía parar de llorar, apenas podía coger aire. Mis manos temblaban y Maila merodeaba a mi alrededor angustiada.
Conseguí tranquilizarme abrazándola y acariciándola, seguía llorando, pero al menos la ansiedad parecía pasar. Empezaba a anochecer cuando Seth abrió la puerta, su cara estaba distorsionada por la angustia, le abracé y empezó a llorar conmigo.
-Lo siento…
-Tranquilo… -Me miró y medio sonrió llorando, acarició mi cintura y temblé ligeramente-. ¿Quieres que hablemos?
-No… -Negó angustiado y me abrazó-. Quiero disculparme primero… -Me miró apenado y sonrió levemente-. Estaba tan cabreado que no me he fijado en lo preciosa que estás así… -Me besó despacio y me abrazó-. Ayúdame a olvidar este día, por favor…

Le abracé fuerte y besé su cuello, él seguía llorando en mi hombro. Acaricié su pelo de ese modo que tanto le gustaba, siempre se tranquilizaba y así fue. Besé su mejilla con preocupación y él intentó sonreír, besé sus labios con cariño y dejé caer la camisa por mi hombro. Sus labios buscaron los míos, podía notar en su desesperado beso pasión, dolor, culpa y angustia. Acaricié su rostro mientras yo le devolvía un beso dulce y calmado, cogí sus manos y empecé a arrastrarle conmigo, él me siguió como sabía que lo haría. Le tumbé sobre la cama y me senté sobre él dejando caer por completo la camisa, empecé a besarle dulcemente mientras él acariciaba mi pelo, me acomodé en su pecho y me quedé allí acariciándole. Dibujé con mis manos el contorno de su cara y él suspiró cerrando los ojos. Me dediqué a cubrir su rostro de besos hasta que percibí que se dormía. Me quedé sobre él escuchando su apacible corazón hasta que me dormí con él.

Sus cálidos labios se posaban una y otra vez en mi pelo, ronroneé en su pecho y me acomodé mejor, mis piernas estaban adormecidas por la postura pero no me importó, las recoloqué a su alrededor y seguí respirando en su pecho. Sus brazos me acercaron más a él y besó mi pelo con fuerza, mi pecho se hinchó por aquel gesto. Un bufido sonó fuera.
-Lárgate, dije que no iría y no iré… -Le miré y él rodó los ojos molesto-. Es Quil…
-¿Tienes ronda? –Torció sus labios y yo asentí-. Dame un minuto… -Me levanté como pude, mis piernas apenas respondían, me puse la camisa y abrí la ventana, un lobo gris esperaba-. ¿Puedes darnos media hora más? –El lobo bufó de nuevo-. Te devolveré el favor con creces, créeme… -Sonreí-. Ve a dar una vuelta, en media hora, Seth te cubre… -Un suspiro extraño salió de su hocico y giró marchándose a un pesado paso, miré a Seth que tenía una mueca extraña-. Mueve tu culo, dúchate y ve.
-No pienso ir… -Cogió la sábana y me dio la espalda cubriéndose con ella, como haría cualquier niño pequeño que no quiere ir al cole-. No soy de la manada, ya no quiero serlo.
-Seth… -Reí-. ¿Ahora tienes cuatro años? –Eso me recordó algo, cuando le miré me di cuenta de que él lo había pensado también-. ¿Cuántos años tienen los nuevos?
-Hay uno de doce, como Ephraim. Los otros dos tienen trece y catorce.
-Son cuatro… -Alcé una ceja-. ¿Vas a dejar que un crío más pase por lo mismo?
-Ya he hecho lo que debía… ahora me toca estar contigo. No es justo que tenga que mantenerme como el resto, ellos tienen años de espera, Jake lo hará por la eternidad… pero no pueden obligarme a hacer algo así, no quiero alejarme de ti.
-No vas a alejarte, vas a cumplir tu misión. No puedes dejar que un niño entre a cubrirte, no voy a permitir que dejes de hacer algo que te gusta porque te separe de mí por unas horas. Voy a estar el resto del tiempo contigo, lo sabes.
-Pero Jake no puede obligarme a hacerlo…
-No puede, es cierto… -Le abracé y sonreí-. Pero seguramente sepa tan bien como yo, que en el fondo, quitando esa parte en la que querrías estar conmigo las veinticuatro horas del día… quieres seguir entrando en fase. Te gusta el barro, reconócelo. Te gusta esa parte de ti, me lo dijiste al poco de conocerme, estabas orgulloso de eso. Te encanta.
-Pero me gusta mucho más estar contigo… -Hizo una mueca-. No quiero perder nuestro tiempo por estar luchando.
-¿Es porque yo voy a acabar más vieja que tú? –Él hizo una mueca y asintió una vez-. ¿Dejarás de quererme cuando esté arrugada, más gorda y canosa? –Él rodó los ojos y bufó-. Vale que no seré tan sexy como dices, pero… tendré algún atributo además de eso…
-Darlene… -Suspiró con una leve sonrisa y me besó-. Aunque estuvieras más arrugada que una pasa, aunque tu pelo fuera más blanco que la tiza… seguirías siendo tan dulce y sexy como ahora.
-¿Y seguirías…? –Alcé una ceja y él rió-. Ya sabes…
-Te haré el amor hasta el último… -Se puso serio e hizo una mueca-. Siempre que tú quieras.
-Bueno, no sé si mis huesos resistirían eso… -Reí con él y le besé despacio-. Tienes un deber con el que cumplir. Tienes que hacerlo, es para lo que has nacido.
-También para hacerte feliz…
-¿Crees que sería feliz sabiendo que por estar conmigo has dejado que un niño sufra algo tan traumático a tan corta edad? –Hizo una mueca, había entendido mis palabras-. Ve a cubrir a Quil…
-Espera… -Se asomó y miró el reloj, reí-. Le has dicho que iría en media hora… sólo han pasado diez minutos… -Alzó una ceja y reí con él, rodó y me besó-. ¿Entiendes porqué jamás podré dejar de quererte?
-¿Por qué soy más inteligente que tú?
-Entre otras cosas…

Reí cuando me besó desesperadamente. Disfruté de su compañía y suspiré cuando olió levemente la camisa que le había tomado prestada y se la puso con una sonrisa, aunque no la abrochó. Se puso las bermudas y sonrió mientras parecía complacido de que le mirase. Me mordí los labios al ver sus abdominales asomar por la camisa, me encantaba cómo resaltaba el tono de su piel en el azul claro. Se acercó para besarme dulcemente y me guiñó un ojo antes de saltar por la ventana. Reí levemente, y me aferré a la sábana echándole ya de menos. Oí unos ligeros aullidos bajo la cama y cuando me asomé Maila estaba tumbada con una pata sobre el hocico. Reí con ganas, no me había dado cuenta de cuándo se había metido ahí.
Salió arrastrándose y la escuché bajar al primer piso, yo suspiré pensando en todo lo que había estado pasando. Me di una ducha rápida y me vestí para salir hacia mi coche. Achuché un poco a Maila antes de irme y dejé una nota por si Seth volvía antes.

Cuando paré mi coche delante de aquella casita algo se movió por mi interior, parecía más oscura que otras veces, como si el aura de alegría que solía desprender ya no estuviera. Bajé y me acerqué, Sam salió a mi encuentro y me saludó con un abrazo.
-Gracias por venir…
-¿Cómo está?
-Encerrado en su habitación, no quiere salir… -Hice una mueca y él otra-. No quiere ver a nadie, ni a Leah… -Negó y suspiró-. Está luchando contra su naturaleza, aunque no le sirva de nada.

Hicimos una mueca de disgusto y me invitó con un gesto a entrar, Leah estaba sentada en la puerta del cuarto de Ephraim, Emily cocinaba. Abracé a ambas y me puse a hablar con Emily. Pasadas dos horas la puerta se abrió y todos nos giramos, Leah se levantó de golpe y él la miró extrañado.
-Tengo hambre… -Emily sonrió levemente aunque Leah seguía paralizada. Él la miró algo preocupado-. ¿Dolerá así siempre?
-No… -Leah negó y medio sonrió-. Irá pasando. Irás cogiéndole el punto, ya lo verás. No es tan malo como crees… a veces incluso es divertido.
-Y eso de que Jake… y tú… -Hizo una mueca de disgusto-. ¿Eres mi jefa?
-Algo así… -Leah rió-. Pero sólo cuando estés en fase. El resto del tiempo sigo siendo tu tía Leah… no puedo darte órdenes que estés obligado a acatar, aunque puedo aconsejarte, como siempre he hecho, lo que debes o no hacer…
-¿Sigo sin poder usar petardos? –Ella rió y asintió-. Vaya asco… -Ella pareció querer abrazarle pero se frenó. Él hizo una mueca y la abrazó-. Gracias, Leah…

Comió una fuente entera de macarrones que Emily había estado preparando, reí pensando que ya era uno más de la manada, al menos en la forma de comer. Estuve hablando con Emily mientras Leah y Sam le explicaban a Ephraim muchas cosas sobre la manada, Sam se acercó a nosotras poco después.
-¿Ha preguntado muchas cosas?
-Sí… -Emily parecía angustiada y Sam se sentó a su lado abrazándola, besó su pelo y la miró con una mueca-. Aún no le ha preguntado sobre los pensamientos de Leah…
-Es más listo de lo que os pensáis… -Sonreí-. Creo que siempre lo ha sabido, no creo que necesite entender nada más, ni ponerle un nombre. Simplemente sabe que ella va a estar siempre a su lado, como ahora.
-Quizá tengas razón… -Emily pareció consolada y sonrió-. ¿Quieres quedarte a cenar?
-No… -Me sorprendí por la hora-. Debo ir a casa… no quiero que Seth llegue antes que yo…
-Creo que ya llegas tarde… -Leah sonrió mientras Ephraim se desplomaba a mi lado-. Hace una hora que empezaba el turno de Jake.
-¡Mi…! –Miré a Ephraim y cerré la boca-. Mi viaje… se supone que debería estar ya en Monroe… -Ellos asintieron-. Bueno… nos vemos pronto…

Me despedí de ellos y conduje hasta casa, cuando entré Seth estaba desplomado en el sofá con mi nota en la mano que colgaba del sofá. Me tumbé en su espalda y le abracé, él se removió y acarició mi pelo con la nota aún en sus manos.
-No quería volver tan tarde… -Besé su mejilla-. Pero me he entretenido un poco con Emily… -Asintió medio dormido y sonreí-. Deberías irte a la cama…
-¿No vienes conmigo?
-No… -Negué y besé su hombro-. Tengo que volver a casa, mañana tengo clase… -Me miró con una mueca y sonreí-. Cuando salga de clase vendré, sólo serán unas horas. No me pasará nada…
-Déjame acompañarte…
-No, ya has hecho tu ronda –Puso mala cara y yo sonreí-. Tienes que descansar para mañana… -Le besé despacio-. Vendré muy feliz o muy triste, tendrás que ayudarme a manejar la situación…
-El examen…
-Eso es… -Sonreí y besé su mejilla-. Vamos… -Me levanté y le tendí mis manos, él las cogió para abrazarme-. A la cama…
-Quédate esta noche y te llevo mañana… -Reí y negué, él besó mi cuello para intentar convencerme-. Anda…
-Mira, te doy a elegir… -Él me miró expectante-. Me voy ahora y vuelvo mañana a medio día… o me voy en media hora y vengo mañana por la noche…
-¿No hay opción a que te lleve yo? –Negué riendo-. ¿Y si te vas en media hora y voy a recogerte mañana a medio día? –Besó mi cuello-. Es una opción mejor…
-Me quedo media hora… -Le amenacé-. Y mañana vengo por la tarde. Es mi última oferta…
-Prepararé una cena especial por tu sobresaliente… -Reí y negué-. ¿Quieres algo especial para acompañar el postre?
-Primero… -Le señalé con el dedo y reí-. No sabemos si voy a aprobar… y segundo. No quiero acompañamientos para el postre… -Le besé-. No necesitas aderezos.

Rió conmigo y disfruté de esa media hora en nuestro lugar favorito. Él no me soltaba mientras yo intentaba vestirme, reíamos mientras me tumbaba una y otra vez en la cama para besarme, yo intentaba escaparme, pero él parecía angustiado por mi marcha. Le prometí estar entre sus brazos a las seis de la tarde y él aceptó arrugando su nariz poco satisfecho. Le besé una última vez y le miré antes de irme, sentado en la cama cubierto únicamente por la sabana que dejaba poco a la imaginación. Mordí mi labio y él rió, corrí y salté sobre él para darle un beso apasionado e irme sin mirar, sabía que si volvía a mirarle no me marcharía de allí jamás.

El grito de Lucy me devolvió a la realidad. Saltaba a mi alrededor con su examen en la mano mientras yo sostenía el mío, la miré y no pude evitar ponerme a saltar y reír con ella. La abracé y saqué mi móvil acto seguido, marqué su número con mis temblorosas manos y él descolgó al instante.
-¡Seth! –Lucy empezó a gritar y yo reí-. ¡Seth! ¡Que tengo matrícula!
-¡Te lo dije! –Rió-. ¡Enhorabuena, preciosa! Sabía que lo conseguirías…
-Ya puedes ir preparando una buena cena…
-No lo dudes… -Rió conmigo y suspiró-. ¿Podrás venir antes?
-No creo… -Arrugué la nariz-. Seguro que mis padres quieren que coma con ellos para celebrarlo y no sé si llegaré puntual a nuestra cita… ¿Te importa que retrase mi llegada a las ocho?
-Pues… -Suspiró-. Bueno, vale. Pero… tendrás que compensarme.
-¿Una semana conmigo te parece bien? –Reí-. Si quieres, cuando vuelva… en vez de irnos de viaje, podría pasar mis vacaciones contigo…
-¿En serio? –Rió-. Entonces te perdono cualquier cosa… pero no llegues más tarde de las ocho y media, que te conozco…
-Vale… -Reí-. Seth… -Miré cómo Lucy abrazaba al Dr. Wilton y sonreí-. Te quiero muchísimo.
-Y yo, preciosa. Disfruta de tu día…

Colgué y me acerqué al Dr. Wilton. Me abrazó levemente y me dio la enhorabuena, me hizo pasar a su despacho y algo en mi mente se nubló. Mordí mis labios y le miré seria, él podía ver en mi mirada que no le iba a gustar lo que le iba a decir.
-¿Vas a decirme que no antes de que lo pregunte? –Sonreí y asentí débilmente-. En estas últimas semanas, pensé que realmente te quedarías…
-Pero hay alguien que puede cubrir mi puesto… -Sonreí-. Lucy ha sacado dos décimas más que yo en el examen, es buena... y tiene buena mano con los estudiantes.
-No sé… es demasiado efusiva para mi gusto.
-Pero eso demuestra pasión… -Sonreí y él después-. Alfred, sabes que no puedes alargar esto mucho más. Sé que lo haces porque no quieres dejarlo, lo entiendo, créeme… pero no lo retrases. Lucy es brillante y no va a estar disponible siempre.
-No tardarán en lloverle ofertas… -Asentí-. ¿Qué vas a hacer tú?
-Creo… -Suspiré-. Necesito un año sabático, quiero parar un año, disfrutar de las pequeñas cosas y barajar todas las posibilidades.
-Sea lo que sea que hagas en un futuro, sé que lo harás bien.
-Gracias… -Me tendió la mano y yo le abracé-. Sé que todo va a irle muy bien. Seguro que con el nuevo tratamiento pronto puede volver a dar clases… -Sus ojos se rasgaron y yo sonreí-. Tenga fe.
-Mi mujer dijo lo mismo respecto a ti… y te marchas.
-Pero le doy una opción mucho mejor… -Sonreí-. Estaremos en contacto, se lo prometo.
-Eso espero…

Al salir Lucy seguía histérica hablando con el resto de los compañeros, ultimando detalles para nuestro viaje de fin de curso a Mónaco. No me apetecía acercarme, así que me despedí a lo lejos con la mano y salí al aparcamiento, me quité la fina chaqueta y dejé que el sol diera en mi cara y en mis brazos, hacía muy buen día. Un par de chicos pasaron comentando algo sobre un cochazo, el mismo coche negro del otro día estaba parado a tres puestos de mi coche. Suspiré y me metí dentro, llamé a mis padres y les dije que iba a ir a buscar a tía Cyntia para después ir a comer a casa. Arranqué y salí, el coche negro aceleró y frené con él. Quedó a dos centímetros de mi puerta, que estaba bloqueada por su coche. Mi corazón empezó a latir a toda velocidad, un destello en el techo del coche llamó mi atención cuando el coche dio marcha atrás a toda pastilla y giró para dirigirse hacia la salida. Mi corazón se paró cuando entendió qué acababa de suceder.

Aceleré sin tener la claridad de haber dado la orden exacta a mi cuerpo para pisar el embrague y meter primera, mucho menos de pisar el acelerador y meter segunda. Me salté la señal de ceda el paso de la salida del aparcamiento y conduje como loca, no sabía hacia donde. Paré en medio de una avenida, huía hacia mi casa, pero no podía hacer eso.
Pensé rápido, arranqué y aparqué cien metros más abajo, no quería salir de aquella avenida. Tenía miedo, estaba aterrorizada y no sabía a quien debía llamar. Cuando fui a coger mi teléfono el ruido de unos nudillos en mi cristal me hizo gritar. Un guardia me pedía que bajara el cristal.
-¿Se encuentra bien?
-Sí… perdón, me ha asustado…
-Lo lamento, pero no puede estacionar aquí… -El guardia me miró, seguramente mi cara reflejaba el terror-. ¿Seguro que se encuentra bien?
-Sí, lo siento. Ya me marcho…

El guardia me miró raro y arranqué, pero algo llamó mi atención. Una mujer elegante, con una chaqueta fina de manga larga, vaqueros caros… un pañuelo cubriendo su cabeza, gafas de sol enormes y guantes. Sólo podía ser ella. Alzó su mano y algo en mí se calmó, abrí el seguro y se deslizó dentro de mi coche de manera armoniosa. La abracé temblando.
-¡Alice!
-Arranca o te pondrán una multa. Cálmate… -Asentí y ella se despidió del guardia con una enorme sonrisa-. Dos calles más abajo, gira a la derecha. Para allí.
-Está bien… -Seguí sus indicaciones y paré, ella se quitó las gafas de sol y me miró seria-. ¿Qué está pasando?
-Jasper se está encargando de él. No te preocupes.
-Alice…
-Enhorabuena –Sonrió, pero mi pánico seguía-. Disfruta de tu día, nosotros te guardaremos las espaldas. No tienes de qué preocuparte, tenemos todo controlado… -Un coche negro paró delante de nosotras, reconocí el coche de Edward-. Seth no tiene que saber nada, no necesita angustiarse más de la cuenta, no ayudaría nada a la situación de allí… además, si se lo dices te quedarás sin ir a Mónaco, no te dejará ir –Suspiré y asentí, ella tomó mi rostro-. Sigue queriendo irse y si se entera de esto vendrá a protegerte cuando es más necesario allí… -Asentí mirando el coche-. Y recuerda… -Sonrió cuando la miré-. Huir ya no es tu estilo. Sé valiente, sigue tus instintos y todo irá bien.

Me quedé paralizada mientras ella cambiaba de coche y el coche desaparecía de allí. “Huir ya no es tu estilo”. Tenía razón. Ellos habían dicho que tenían todo controlado, no debía tener miedo, no debía huir… tenía que seguir con mi plan.
Arranqué y me dirigí a casa de mi tía, respiré profundamente varias veces. Bajé y llamé a la puerta, mi tía me miró raro y yo intenté sonreír, la abracé y me dirigí a abrazar a mi pequeña sobrinita. Tenerla en brazos me consoló y me angustió a partes iguales.
-¿Estás bien? Tienes mala cara…
-No… -Sonreí-. He sacado matricula… -Ella se sorprendió y me felicitó-. Sólo que viniendo para aquí casi me choco con un coche… -Ella se asustó y negué-. Ni me ha rozado. Ha sido sólo un susto, no tiene que saberlo nadie, ¿vale?
-¿Pero estás bien?
-Sí… un poco asustada, nada más.
-Te haré una tila… -Asentí y miré a la pequeña, ya estaba más grande de lo que recordaba-. Pensar que pronto va a cumplir su primer año…
-Crece rápido…
-Sí… -Sonrió y suspiró-. Pronto tendré que atarla a la cama para que no salga con chicos… -Reí con ella abrazando a Abi-. Ojala pudiera tenerla siempre así de pequeñita… -Mi tía me miró raro, sonreí ante la idea-. ¿Qué?
-Nada… -Negué-. Estaría bien…
-¿Estás embarazada?
-¿Qué? ¡No! –Reí y negué-. Sólo que estaría bien… cuando crezca va a ir viviendo tantas cosas que… da miedo imaginarla de adolescente –Reí de nuevo-. Sólo eso…
-Estás rara… -Negó tendiéndome la tila-. Tómatela y nos iremos…

Me tomé la tila meditando mientras sostenía a mi pequeña sobrina, cuando terminé nos encaminamos hacia mi casa, el coche de Michael y el de mi padre ya estaban aparcados allí. Abrazos y besos me dieron la enhorabuena, Kevin llegó poco después con sus padres y Cassy, después Ryan y Wanda. Mi madre había avisado a todos para celebrarlo.
Comimos juntos y seguí algo perdida en mis pensamientos, todos me miraban pensando seguramente que estaba loca, o quizás con ganas de irme a cientos de kilómetros al oeste. Miré a mi familia y empecé a ponerme algo nerviosa, varias frases escuchadas en las últimas horas venían a mi mente, repeticiones. Podía ver a todos moverse a mi alrededor, felices y celebrando conmigo un logro, pero no me quitaba de la cabeza esa mano saliendo por la ventanilla, aferrando el techo del Mercedes negro y brillando bajo los rayos del sol.
Me levanté de golpe y todos me miraron. Carraspeé y las miradas de sorpresa empezaron a tornarse en preocupación.
-No he aceptado el puesto… -Todos me miraron sorprendidos-. Quiero disfrutar de un año libre de preocupaciones, sólo quiero disfrutar de mi tiempo con vosotros y con el resto…
-Con Seth… -Dijo Kev riendo. Su risa se borró y me miró ceñudo-. ¿Estás embarazada?
-¡¿Estás embarazada?! –Mi padre se sulfuró, yo negué-. Entonces… ¿Qué dices de un año sabático? ¿Para qué?
-Pues… -Suspiré-. Para pensar qué voy a hacer.
-¿Vas a mudarte con Seth? –Mi madre me miró angustiada-. ¿Es eso?
-No lo sé, mamá… tengo que pensarlo… -Sonreí y suspiré-. De cualquier modo, no me iría tan lejos… sólo son unas horas en coche.
-¿Vais a casaros o algo? –Mi tía me miró raro sosteniendo a Abi. Yo negué y me acerqué a coger a mi sobrina-. ¿Simplemente pensar?
-Sí… -Sonreí y dejé a mi sobrina en el parquecito-. Sólo pensar qué haré y disfrutar del tiempo libre… nada más.

Salí del comedor acariciando el dulce rostro de mi sobrina, sonrió como siempre. Subí las escaleras pesadamente, al llegar a mi cuarto cerré la puerta y quise llorar, salir corriendo y llegar hasta los brazos de Seth. “Huir ya no es tu estilo”…
Me acuclillé apoyada en la puerta y puse mi frente en mis manos, quería llorar pero ya no debía ser mi estilo. Mi cabeza empezó a dar vueltas, se sentía como una espiral que me hacía pasar por el miedo, la angustia y la desesperación. Quería llamar a Seth, pero Alice… quizá estaba en un mal momento. Quizá estaban siendo atacados y yo estaba disfrutando de mi día. No… ellos me habrían avisado. Me levanté y cogí mi móvil, quería saber si estaba bien, sólo quería eso.

¿Todo bien? ¿Cómo va mi cena? Un beso… Te quiero.

Aún no he empezado, pero pronto iré a casa a preparar todo. Tengo ganas de verte
y darte el abrazo que te mereces, preciosa. Disfruta de lo que te queda,
porque
después no podrás separarte de mí…

Me gusta la idea...

Sonreí, estaba bien y él no había notado mi angustia. Alice había dicho que seguía angustiado, lo pensé. Si le decía que quería tomarme un año sabático seguro que de alguna manera se culpaba, seguro que dijera lo que le dijera acabaría pensando que era culpa suya, que él me había hecho pensar que no tendríamos tiempo suficiente… tiempo. Sonreí pensando en la frase de mi tía, ojala siempre pudiera quedarse así… ¿quién no querría? Me daba envidia pensar en Jake y Nessie… o cualquiera de los Cullen. Mi padre llamó a la puerta.
-Te estamos esperando para sacar el postre…
-Bajo ya mismo…

Saqué la maleta para prepararla cuando la gente se marchara. Me despedí con especial cariño de mi tía y de mi sobrina, empecé a poner ropa de verano en la maleta, alguna prenda de entretiempo. La dejé medio preparada y llamé a Lucy, habíamos quedado todos el miércoles a las cuatro de la tarde en la puerta de la universidad.
Cogí una bolsa más pequeña, me despedí de mis padres y conduje esas odiosas malditas cuatro horas que me separaban de la persona más importante de mi vida. Apenas toqué el suelo cuando llegué, me abrazó tan fuerte que me hizo incluso daño, aunque no me quejé y le devolví un abrazo con toda mi fuerza, él se mofó.

Cuando me llevó dentro, todo el salón estaba iluminado con velas, la mesa servida y Maila tumbada en un rincón. Vera bajó corriendo, pasó tapándose la cara y riendo.
-Buenas noches, pasarlo bien…
-Buena ronda…
-Sí, sí, sí… me alejaré lo máximo posible de aquí… -Silbó y Maila la siguió-. Me la llevo a la oficina, pero no me la traumaticéis más, por favor…

Me sonrojé mucho, aunque Seth se limitó a reír. Cenamos y pasamos la noche juntos, cuando me desperté él ya se estaba vistiendo.
-¿Tienes ronda…?
-Sí… -Suspiró mientras se apoyaba en la cama para besarme-. Siento tener que irme, pero al parecer Leah va a ir con Ephraim a hacer una ronda y Jake quiere que cubra con ella un rato… por si las moscas -Hice una mueca y él sonrió-. Bueno… tres horas y vuelvo.
-Más te vale… -Alcé una ceja y él rió-. No te rías tanto… si me das plantón, puede que decida quedarme una temporadita más en Mónaco, ¿sabes?
-Ya… claro –Rió y besó mi frente-. No durarías ni dos semanas sin mí, encanto.
-Yo creo que sería más bien al revés… -Reí y él asintió algo disgustado-. Seguro que eres capaz de ir nadando sólo para que vuelva… -Reí y él me besó-. Vas a llegar tarde.
-Vuelvo en tres horas. Deberías aprovechar para despedirte de los demás antes de que vuelva… no me apetece soportar a nadie más…
-Vale…

Sonreí mientras él se marchaba por la puerta dedicándome la mirada que siempre hacía que, instintivamente, mis dientes salieran disparados a morder mi labio inferior. Me levanté de manera pausada, me duché tranquilamente y me vestí para después conducir hasta casa de Quil, pité cuando llegué. La joven Claire salió correteando, Quil se asomó para verla marchar y ella retrocedió para darle otro dulce beso, reí y pité de nuevo haciendo que Quil me fulminara con la mirada y Claire riera.
Se montó suspirando y reí con ella, cuando mi coche paraba frente a su casa, Nessie ya tenía un pie fuera y corría hacia nosotras. Me abrazó fuerte, angustiada. Me mostró lo mucho que se había angustiado al ver una visión muy diferente de Alice. El coche negro no paraba.
-No debes pensar en eso. No es seguro… -Susurré mirando de reojo a Claire, que parecía ajena-. Estoy bien, no debe saberlo nadie más.
-Lo sé… -Me abrazó de nuevo-. Sólo quería que supieras que me alegro de que estés bien… -Suspiró y miró a Claire, la abrazó y después suspiró-. ¿Dónde vamos, chicas? ¿Os apetece ir a Port Ángeles de compras?
-Quil me matará si salgo del perímetro… -Claire chascó la lengua en un gesto de evidente molestia-. ¿Qué tal un día de playa? Hace bueno…
-La playa no es muy segura… -Nessie hizo una mueca. Sus ojos se quedaron fijos en el suelo y sonrió-. Vera tiene un gran plan…

Me quitó las llaves de las manos y se metió a mi coche, una loba blanca parada al borde del bosque aulló, me metí en la parte trasera y dejé que Nessie condujera. Cuando llegamos me quedé algo sorprendida. Claire y yo nos miramos y empezamos a reír.
-¿Desde cuando hay una piscina aquí? –Nessie se giró y alzó una ceja, reí-. ¿Alice?
-¿Te sorprendes? –Negó dramáticamente cuando vi unas figuras difuminadas-. Ahí los tienes… disfrutando del agua…
-Tendré que creerte… -Dije al ver las gotas de agua volar-. Sé que hay alguien, pero no distingo quien… -Claire rió conmigo cuando las figuras se quedaron estáticas, sonrientes, como si posaran para una foto. Los hermanos Cullen al completo, sólo faltaban Esme y Carlisle-. ¿Y tus abuelos?
-De viaje diplomático… si es que puede llamarse así…

Bajó del coche y yo la seguí, disfruté de un rato genial hasta que decidimos que ya era hora de regresar. Al llegar a casa no pude más que reír al ver a todos plantados delante de la casa, Seth vino corriendo hasta el coche y me besó cuando bajé.
-¿Creías que iba a dejarte sin fiesta de despedida?
-Sólo me voy poco más de una semana… -Reí y negué abrazándole-. Volveré en diez días.
-Más te vale… -Besó mi mejilla y sonrió-. Será una tortura, te lo aseguro... –Hizo una mueca y suspiró-. Realmente preferiría que te quedaras aquí, conmigo, protegida…
-Seth…
-Lo sé, no vas a hacerlo ni voy a pedírtelo… es tu viaje de fin de curso y te mereces ir, aunque eso haga que yo tenga grandes quebraderos de cabeza. Quizá sea mejor que estés lejos de todo esto… -Se encogió de hombros-. Pero quiero llamadas constantes, ¿de acuerdo?
-Seth… -Suspiré y sonreí-. Todo va a ir bien, Alice puede confirmártelo… -Reí levemente y él arrugó su nariz-. ¿Mensajes cada dos o tres horas serán suficientes?
-¿No puede ser cada hora…? –Reí con él y negó-. Pásatelo bien. Con que me contestes cuando yo te llame, me sirve.
-Lo prometo…

Disfruté de una comida con mis amigos, de una tarde de juegos y risas… de una noche de pasión junto al hombre de mi vida. Me costó más de lo habitual despedirme, le dije millones de veces lo mucho que iba a echarle de menos, lo mucho que le quería… y que esperaba que fuera la primera persona que viera cuando pusiera un pie de nuevo en Seattle.
Conduje mientras él corría a mi lado, sabía que podía ser más rápido incluso que mi coche, pero decidí ir más despacio sólo por disfrutar de verle corriendo al lado. Me acompañó hasta casi Sequim, fueron dos horas y media de trayecto. Paré y él apareció sonriente, le besé de nuevo y me despedí mientras él parecía angustiado y mirando en todas las direcciones posibles.
-Estaré bien…
-Vale, no quiero agobiarte… -Besó mi frente y sonrió-. Buen viaje.
-Disfruta de tus días de Rodríguez… -Sonreí y le abracé-. Pásalo bien tú también…

Me acompañó hasta el coche y me marché de allí, cuando le perdí de vista algo empezó a molestarme en el estómago, ansiedad… quería volver a sus brazos. Una sensación de deja-vu me invadió, como si esta fuera a ser la última vez que le veía… empecé a llorar sin darme cuenta. Sólo cuando paré en uno de los semáforos de Seattle me sobrepuse, Una madre cruzaba de la mano de su niña, pensé en mi sobrina… la angustia volvió de nuevo, aunque intenté calmarme.
No era para tanto, habíamos estado muchos días sin vernos por los exámenes… aunque sabía que si le necesitaba estaría a tan sólo una hora y media de camino. Ahora iba a ser distinto, era como si una parte de mí no pudiera parar de pensar en aquel vampiro del coche negro. Pero no podía hacerme nada ahora, Alice había dicho que se habían encargado de él… y sabía lo que eso quería decir.
Mi mente comenzó a divagar, ¿y si algo le pasara a Seth? ¿O a alguno de la manada? ¿Si algo malo pasara y yo estuviera a miles de kilómetros, a muchísimas horas lejos de ellos? Alguien pitó, el semáforo estaba en verde. Tenía que seguir… tenía que seguir. Como Alice vaticinó, el pánico se apoderaba de mí… pero ella misma lo había recalcado. Tenía que seguir, todo iría bien, tenía que confiar en ella, siempre llevaba razón.

Cuando llegué a casa y vi los cuatro coches aparcados en la puerta sonreí. Otra comida de despedida… ¿Acaso se habían confabulado para hacerme sentir mal y que no me marchara? Suspiré y apagué el motor, bajé y me introduje en aquel muro de abrazos que me despedía. Me pidieron regalos, fotos, llamadas… nada fuera de lo normal. Me ayudaron a bajar mi maleta hasta mi coche, me dieron más abrazos y les pedí que se quedaran en casa, no quería que me acompañaran… odiaba las despedidas. Cuando cogí a mi sobrina para despedirme de ella… mi corazón empezó a palpitar. Miré a mi tía y mi bombilla se encendió. Me metí al coche sonriendo, mi instinto me había hablado en forma de idea. Los pros y contras pasaron por mi cabeza de manera estrepitosa, tuve que volver a despedirme de todos, esta vez de una manera más sentida.
Lo pensé mientras conducía, Seth no podría sospechar nada por estar tan lejos… y si salía bien… si salía bien iba a ser un punto a favor para la manada. Una manera de asegurarles la victoria contra cualquiera que pudiera atentar contra ellos. Estarían al completo.

Lucy parecía realmente emocionada cuando llegué, algunos se despedían de sus familiares mientras cargábamos las maletas en los cinco coches. Cuando estuvimos todos repartidos salimos hacia el aeropuerto, al llegar a la puerta alcé una ceja y me quedé parada. La estampa era un tanto extraña, aunque familiar… tuve que reír.
Dos chicos, más bien parecían guardaespaldas, parados uno a cada lado de las puertas de entrada… morenos, fuertes y con los brazos cruzados mirando, más bien examinando el aparcamiento. Intentaron no sonreír a la vez y yo reí mientras pasaba por la puerta central asintiendo.
Estábamos dejando nuestras maletas cuando le vi apoyado en una mesa de la cafetería, se tapó con un periódico y cruzo sus piernas… como si no pudiera reconocerle sólo tapando su cara.
Dejé mi maleta suspirando, Lucy me miró raro y señalé la mesa, pero ya no estaba. Fruncí el rostro y examiné aquella enorme sala llena de gente. Gente haciendo filas para dejar sus maletas, gente haciendo fila para el baño, gente haciendo fila en la cafetería, tirada en el suelo esperando que su vuelo saliera… ¿Quién usaba a estas alturas una cabina de teléfono? Le señalé de nuevo y Lucy rió, me acerqué y conforme yo me giraba él también lo hacía, evitando que le viera el rostro. Me apoyé en la pared y alcé una ceja, cuando me miró su cara tenía una mueca que me hizo reír.
-¿No se supone que no me ibas a seguir más?
-Es que… el perímetro de nuestras rondas ha crecido levemente…
-¿Te traes a los pequeños para protegerme? –Reí y él frunció sus labios-. Eres todo un desastre, deberías enseñarles primero a pasar desapercibidos… -Le abracé riendo y él suspiró. La congoja que sentí en ese momento me atropelló inesperadamente. Si algo salía mal… no podía pensar en eso, simplemente tenía que hacerlo, nada de huir de mis instintos-. Estaré bien.
-Sólo quería asegurarme de que no te siguen… no sé porqué, pero estoy algo… -Suspiró-. Promete que tendrás cuidado… -Cogió mis manos y yo asentí, mis ojos se retiraron de su intensa mirada, sabía que podría ver en mí el miedo. Tomó mi barbilla y me obligó a mirarle, metió su mano al bolsillo y puso algo en mi mano-. Úsalo.
-¿Qué…? –Abrí mi mano y vi un mechero-. Seth…
-Lo sé… -Dijo poniendo un dedo en mis labios-. No lo digas, sólo cógelo… -Asentí seria y le miré, parecía realmente angustiado, me entraron ganas de llorar pero me aguanté, le abracé fuerte y me limité a acariciar su pelo con cuidado-. Te veo en diez días…
-Diez días… -Le miré y sonreí como pude-. Ahora márchate… en serio.

Besó mi frente de un modo angustioso y se alejó soltando mi mano y metiendo las suyas en sus bolsillos. Me alejé mirándole, él se giró dos veces para mirarme, le sonreí y susurré.
-Diez días…

No dejé de fijarme en las nubes y el sol mientras sobrevolábamos el océano. Lucy y el resto de compañeros cantaban, reían… se notaba que tenían ganas de disfrutar de un gran viaje.
Intenté disfrutar con ellos el salto del océano, pero no podía parar de pensar en lo que me deparaba al llegar al aeropuerto de Niza, no tomaría el tren a Mónaco con mis amigos…
Reí y gocé del viaje tras pensar que quizá todo lo que Alice me había dicho tenía un sentido diferente al que creí en ese preciso momento, un sentido diferente… un destino diferente.

Sé que lo estáis esperando...

18:15 0 Comments A+ a-

Bueno chicas, os comento...

Ya sabéis que últimamente he estado hasta arriba de trabajo, ahora he estado unos días malita... y ahora me vienen unos horribles días, porque tengo los exámenes en febrero...

Ya sabéis que los últimos capítulos los subí muy rápido... estaba muy inspirada en esos días... pero ahora, como en la vida de todo el mundo, la verdad es que no estoy en mi mejor momento... y la inspiración tampoco anda en uno de los mejores momentos... pero ahí estoy, trabajando cada ratito que tengo en el capi. Por vosotras.

Aquí llegamos al puntó donde quería yo llevaros... El capítulo 7o-b... Estará colgado el viernes (eso quiere decir que lo colgaré esté como esté... aunque esté horrible o sin terminar... lo colgaré xD)
Espero que seas tan pacientes como hasta ahora, que sigáis ahí aunque tarde tantísimo... y bueno, os deseo lo mejor.

Con cariño... Una paje que no aún no ha encontrado la estrella... xD

Besitos lindas.