Capítulo LXVI: Flojeras. Seth POV.

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Siento si no está muy bien hecho, pero no estoy para muchas cositas hoy... espero que lo entendáis y bueno, disfrutar el capi y comentar...

Silvy





-¿Y qué vamos a hacer?
-¡Despertar a Seth!
-¿Y qué vamos a pedirle?
-¡Que nos dé de comer!
-¿Y cómo lo vamos a hacer?
-¡Sin despertar a Darlene!
-¡Muy bien! Ahora… bajar la voz mucho, mucho, mucho, como si estuvierais mudos… ya sabéis que tío Seth tiene el oído muy fino…
-¡Como tú! –William rió-. Pero tú eres mejor...
-¡Calla! Vamos a despertarlo antes de tiempo... –Protestaba Ephraim-. Quiero saltar sobre su cama y pisotearlo antes de que me escuche…

Sonreí y mantuve los ojos cerrados esperando a oírlos corretear por el jardín para luego pisar con sigilo el porche y subir de puntillas las escaleras. Inspiré hondo y noté cómo su aroma hacía que mi corazón latiera con fuerza, entonces lo pensé. Pude oírlos subir por las escaleras, ya no daba tiempo… ella se removió en mi pecho y no pude más que hacer que dormía y dejarlo correr. Pude escuchar dos fuertes corazones en la puerta y cuatro más rápidos. Pude oír cómo giraba la manilla y decidí abrir los ojos en un tonto impulso. Cuando la puerta se abrió me llevé los dedos a la boca para que no hicieran ruido, los gritos de los niños se apagaron al instante y los ojos de mi hermana estuvieron a punto de caerse al suelo. Vera estuvo a punto de reír, miró a Leah y estalló en carcajadas, haciendo que los niños empezaran a correr y subieran a la cama pisoteándonos a los dos. Darlene se despertó asustada mientras Ephraim venía directo a pisotearme, lo cogí en volandas y lo estampé contra la cama haciéndole cosquillas mientras Wendy abrazaba a Darlene y Jonás y William me atacaban por la espalda.
-¡Eh, eh! ¡Ayudarme alguna!
-¡Ah no…! –Leah rió-. Yo no me meto en peleas de chicos, la última vez casi me arrancan el… ¿collar? –Vera rió y recordé cuando nos intentó separar la última vez a Sean y a mí… acabé mordiéndole en el muslo… hice una mueca de asco cuando algo duro golpeó mi cabeza con fuerza-. ¡Eh!
-¡William! –Vera corrió a quitarle mi lámpara de la mano a su pequeño demonio-. ¿Qué hemos dicho…? ¿No lo recuerdas?
-Sí… -Ella le dedicó una mirada de reproche-. Lo sé… sois fuertes y parecéis de goma… pero no… -Gimió-. ¡Se va a curar en seguida!
-¿William?
-Jo... –Me miró apenado-. Perdona, Seth… -Me estampó un beso en la cara y Ephraim empezó a reír-. ¿Somos amigos?
-¡Qué tonto! ¡Le ha dado un beso a Seth!
-¿Te recuerdo que tú también se los dabas cuando no eras todo un machote?
-Yo también quiero darle un beso… -Wendy se rió con Darlene y yo acerqué mi mejilla, la niña se soltó del cuello de Darlene para engancharse al mío tirando a Jonás al colchón y me dio un enorme beso-. Ahora vosotras…
-¡Señor! –Leah se acercó a mí disgustada y puse mi mejilla riendo, no recordaba la última vez que mi hermana me había dado un beso-. Ni te lo creas…
-¡Me los da a mí! –Ephraim puso la mejilla y Leah empezó a regalarle un montón de besos-. ¿Ves? A mi me quieren más…
-De eso nada… -William corrió hasta Vera y se amarró a su pierna-. A ti Leah te quiere más, pero a mí Vera…
-¡Y a mí Seth! –Wendy se quedó colgada de mi espalda-. ¡A Jonás nadie!
-Claro que sí… -Darlene le abrió los brazos y el pobre Jonás aceptó el abrazo tan callado como siempre-. Ves, todos estamos ya emparejados…
-Algunos más que otros… -Fulminé a Vera con la mirada y ella rió-. ¿Nos vas a invitar a desayunar o no, primito?
-Sírvete tú sola… No son maneras de venir a desayunar, irrumpiendo así en mi casa como si fuera un bar… -Ella me sacó la lengua-. Venga, todos a por Vera para que os dé un buen desayuno, Leah seguro que le ayuda…
-¡A desayunar! –Wendy me dio un beso y bajó de la cama-. ¡Tonto el último que llegue a la cocina! ¡Seguro que es Jonás!
-¡No!

Darlene se levantó con el pequeño en brazos y salió corriendo mientras Leah retenía un poco a Ephraim, cuando lo soltó salí corriendo empujando a mi hermana e intentando retrasar a Ephraim… me encantaba hacerle rabiar. Cuando llegamos a la cocina Leah bufó al llegar la última y Ephraim empezó a reír, me miró y le puse las manos para que chocara.

Darlene y Vera empezaron a preparar la plancha y la masa de tortitas, mi hermana se puso a colocar a los críos como una sargento y yo decidí ponerme a exprimir naranjas para un regimiento. Por norma general, no me disgustaba tener a los pequeños por la casa, pero que me hubieran sacado de la cama justo hoy… me hubiera gustado tener cianuro a mano para cargarme a Vera o a mi hermana, seguro que había sido alguna genialidad de ellas…
-¿Qué tal has dormido? –Vera me miró tan preocupada como mi hermana, lo que hizo que mi cabreo se pasara-. ¿Más pesadillas?
-Un par… -Me encogí de hombros-. Ya se pasará…
-Papá nunca te hubiera dicho algo así… -El exprimidor se rompió en mi mano. La mano de mi hermana se posó en mi hombro y su mirada arrasó la calma-. Jamás. Sabes bien que nuestro padre estaría orgulloso de ti, muy orgulloso, de hecho… como lo está mamá o como lo estoy yo.
-Lo sé…
-Entonces deja de atormentarte por eso…
-No es eso lo que me atormenta, Leah –Dejé el exprimidor roto y salí de la cocina, necesitaba aire o iba a empezar a temblar hasta estallar. Vera salió a consolarme-. Ahora iré, necesito tomar aire…
-¿Soñabas con que tu padre te decía algo malo? –La miré sin más-. Deberías habérmelo contado, Seth. Yo misma te lo podría haber dicho… deja de atormentarte por eso.
-Ya te he dicho que no es eso… -Noté su aroma en una oleada y me callé-. Déjalo estar, Vera… -Noté el temblor en mis manos-. Déjame solo.
-¿Por qué no nos lo cuentas? Quizá podamos ayudarte con eso…
-¡Cállate!

Salté cuando lo noté, estallé en pleno salto y gruñí. Ella saltó y entró en fase gruñendo también, me arrepentí de haber hecho eso.
-¿De qué vas?
-¡Déjame! ¡Sal de fase!
-¡Oblígame! –El sueño pasó en mi mente y caí sobre mis patas. Mi padre se alejaba y un ancestro llegaba, me reprochaba todos mis actos, mis enfrentamientos con Sean, Quil y cualquier hermano que pensara en ella… incluso con Leah. Me anunciaba una prueba, una prueba en la que me arriesgaría a perderla, a que se marchara y huyera de nuevo-. Seth… es sólo un sueño.
-¿Y si no lo es?
-Los ancestros jamás harían eso, ninguno de ellos habría podido soportar lo que tú has soportado, es normal que estuvieras furioso y que te enfrentaras al mundo… -Lamió mi oreja y bramó-. Levanta, desayunemos…
-Oye…
-No puedo prometértelo, pero intentaré no pensar en ello. Ahora sal de fase y ve a desayunar, si realmente eso fuera a pasar, sería una estupidez que fueras perdiendo el tiempo y no lo aprovecharas con ella… arriba, ¡venga! O me sentaré en tu cabeza…
-Dame aire…

Me levanté y me alejé en dirección opuesta a ella adentrándonos ambos en el bosque, pude ver a Leah meterse en casa y esperé, escuché la voz de Vera pidiendo a los niños que entraran y pude escuchar las ramas bajo los pies de Leah. Se plató frente a mí y tiró mi ropa al suelo, se quitó su vestido sin muchos miramientos y entró en fase.
-Leah…
-¿Qué ha pasado? –Se lo mostré, iba a enterarse de todos modos…-. Bueno, Vera tiene razón. Ponte guapo y entra. Si es que puedes ponerte guapo… -Bufó-. Así que tenías calor con la camiseta… -Rió-. ¿Tan bajo se cae cuando son esos instintos los que te dominan?
-Ya me contarás, hermanita…

Salí de fase y cogí las bermudas y la camiseta… tenía razón, había caído muy bajo sólo por aumentar las probabilidades de que ella rozara mi piel.
Entré y ella me miró preocupada, le pellizqué la nariz y sonreí, lo último que quería era que se preocupara por mí ahora. Me puse a exprimir las naranjas con un tenedor, Leah empezó a ayudarme para acabar echándome, algo que agradecí cuando vi que Vera relevaba a Leah en la mesa y a mí me tocaba relevarla a ella al lado de Dar. La ayudé con las tortitas y me distraje un poco con su cuello. Llevaba un moño medio deshecho que tapaba el tatuaje de su nuca… lo agradecí. Simplemente pensarlo…

-¡Seth! –Me dio un manotazo y me fijé que mi mano estaba aboyando la pila-. ¿Estás bien? –Asentí como un bobo y ella no se lo tragó-. Ve a sentarte con los pequeños, anda…
-No… quiero ayudar…
-Pues… -Señaló un plato de tortitas-. Ayúdame llevándolo a la mesa, ¿vale? –La miré mal y ella sonrió-. No quiero que estropees mis tortitas… vas muy despistado y seguro que las destrozas…
-¡Gracias por la confianza! –Dije con ironía-. Muy graciosa…
-¿Cómo que yo pueda caerme por el hueco de la ventana?
-Tocado… -Rió por mi tono-. Lo dejaremos en tablas…

Ella asintió y pude ver de refilón ese dibujo que hacía que mi cabeza y mi corazón se ilusionaran. Me paré y controlé mis temblores y mis ansias, cogí el plato y lo dejé en la mesa, Vera me indicó que me sentara y me distraje con las conversaciones de los pequeños mientras ella ayudaba a Darlene. Escuché el ruido de la rasera apoyarse fuertemente contra la encimera, me giré asustado y ella pareció sorprendida.
Salió corriendo y los niños empezaron a gritar cuando vieron copos por la ventana. Salieron corriendo detrás de ella y Vera y Leah me miraron sorprendidas, salí corriendo y reí al ver a los niños corretear y reír, ella estaba parada mirando la estampa con ilusión.
-Como si nunca hubieras visto nevar… -Reí-. ¿Tienes cuatro años?
-Es que… -Negó riendo-. Creo que es la primera vez en años que puedo ver algo así…
-¿Acaso no ha nevado este año en Seattle? –Reí y ella rodó los ojos-. Es nieve, nada más…
-No es eso, ha nevado, pero no de esta forma tan abrupta, no con copos tan grandes y perfectos. Hacía tiempo que no tenía unas vistas tan preciosas, la nieve aquí es distinta. Es como si estuviera viéndolo con ojos de otro…
-¿De una niña de cuatro años? –Reí y ella suspiró riendo-. Aunque tienes razón, yo hacía mucho tiempo que no tenía unas vistas tan preciosas… -Me miró de reojo y siguió mirando la nieve, podía ver sus mejillas sonrojarse y realmente eso era mejor que la nieve-. Deberíamos ir esta tarde a la playa…
-Seth… -Me miró mal-. ¿No ves que está nevando?
-¿Y qué? Es precioso ver toda la playa nevada, creo que cuajará y es algo alucinante ver la playa llena de nieve, si te gusta esto… -Ella hizo una mueca y miró su coche, me acerqué un poco a ella y sonreí ampliamente-. No había pensado en algo con ruedas para llevarte…
-¡Niños! ¡A desayunar!

Los niños pasaron en tropel separándonos ligeramente y ella rió mirándome. Lo pensó y asintió débilmente para meterse en casa, me miró de nuevo cuando traspasó la puerta y cuando supe por sus pasos que estaba en la cocina golpeé mi cabeza contra la pared mordiendo mi labio.
-Primito… -Vera me palmeó en el hombro y rió-. Frena…
-No puedo evitarlo… -Suspiré-. Es…
-Lo sé… -Ella sonrió y señaló el camino a seguir-. Debes coger fuerzas si quieres corretear después hasta la playa…

Asentí y me arrastré hasta dentro, desayunamos y pusimos una película infantil para entretener a los niños mientras Vera se duchaba y se cambiaba. La verdad es que en el fondo disfrutaba tanto como ellos, Darlene se sentó en un rincón con Wendy a su lado, William junto a su hermana, Jonás en el centro y al lado el preadolescente de la casa. Leah le miraba siempre preocupada, siempre pensando que él sería el siguiente, tomando su temperatura cada día… cuando enfermaba no había manera de sacarla de casa de Sam y por supuesto, la gente ya había especulado con eso. Ninguno de la manada pensábamos en eso, sobre todo porque él no actuaba como los críos de su edad… imaginé que al igual que Claire iba más adelantada, él había sufrido un efecto similar pero opuesto.
Me senté al lado de Jonás imaginando que cuando Vera bajara querría estar entre los gemelos, aunque eso me dejaba bien alejado de ella… mi hermana me miró extrañada cuando gemí muy bajo, alzó una ceja y rió levemente abrazando a Ephraim.
-Ojala sea tan lento para todo… -Mascullé y su mano voló a mi nuca-. Deberías ver una película especial esta noche… -Gesticulé con mis labios-. Virgen a los cuarenta…
-¡Gilipollas…!
-Seth… -Darlene me miró como si estuviera riñendo a un niño y yo puse cara de bueno-. No discutáis o iréis uno a cada rincón… -Rió y se acomodó jugando con el pelo de Wendy-. Que pelo tan bonito tienes…
-Es muy fino… ¿verdad?
-Sí… no como el mío, es un desastre… -Wendy rió y Dar comenzó a hacer una trenza en su pelo-. Sólo espero que mi hija no herede mi pelo…
-¿Hija? –Leah se asomó asombrada-. ¿Acaso estás…?
-¿Qué? ¡No! Sólo… es una forma de hablar, Leah.
-Ah… -Mi hermana la miró raro y Dar suspiró molesta-. Como hace mucho que no te veo, quizá haya habido algo que yo no sepa…
-Leah… -Hizo una mueca de asco-. Vas a ir al rincón.

Mi hermana rió y Darlene también, yo me quedé dándole vueltas… hijos. Jamás la había escuchado decir algo así. Empezó la película y a los pocos minutos podía escuchar un sonido raro, como un tamborileo muy sutil mejor captado por mi oído derecho. Me giré y la vi acurrucada tapando a Wendy y William con una manta mientras ella se quedaba sin cubrir. Vera bajó y me levanté, ella me miró raro y le indiqué que se sentara entre William y Jonás. Me senté en el suelo apoyando la espalda entre los pies colgantes de Wendy y las piernas temblorosas de Darlene. Pronto dejé de oír el tamborileo que sus dientes habían estado provocando, la pequeña puso sus pies en mi hombro y empezó a tirarme de la oreja, soltaba, reía y volvía a tirar.
-¡Au! –Rió y la observé reflejada en el televisor, acercó su manita y giré para morder, apartó la mano y reí acomodándome. Volvió a acercar la mano más temerosa-. Te veo…
-No le tires de la oreja… -Darlene rió y le susurró al oído-. ¿Quieres ver algo muy divertido? –La niña asintió y ella puso la palma de su mano en lo alto de mi cabeza y empezó a mover sus dedos entre mi pelo… no pude evitar ronronear y ellas rieron-. ¿Ves? Además, así, le pidas lo que le pidas, te dirá que sí… no falla.
-¡Ah! Ya lo entiendo… –Darlene dejó su mano quieta y todos miramos a la niña-. ¿Así es como William siempre consigue lo que quiere de Vera…?

Todos estallamos en carcajadas y yo empecé a asentir como un tonto mientras Darlene aplaudía la ocurrencia de la niña. Nos acomodamos después y Darlene volvió a apoyar su mano en mi cabeza, resultaba tan relajante que apoyé mi brazo y mi cabeza en sus rodillas, quedando mi mano a la altura de su pantorrilla derecha, la cual empecé a acariciar inconscientemente.
Creo que me estaba empezando a quedar dormido de nuevo cuando escuché una risa inconfundible… me debía de haber quedado dormido por completo, no había escuchado entrar a Nessie, Jake y sus invitados.
-¿Estás cómodo? –Dijo Nessie retorciendo el cuello de una manera extraña-. ¿Cómo puedes dormirte así? Tiene que ser incómodo de narices…
-No… -Dije carraspeando-. No estaba dormido…
-¡Mentiroso! –Dijo Wendy desde los brazos de Jake, señalándome como si fuera un pecador-. ¡Estabas roncando tan alto que no he oído la película! –La misma tímida risa me hizo girarme, Jonás estaba tirado sobre ella, ahora era a él al que acariciaba-. ¿A que sí, Jonás?
-Es verdad… -Dijo el pequeño asintiendo-. Roncas más que mi papá… y ya es decir.
-No creo que sea posible roncar más que tu padre… -Miré a Jake que hizo una mueca-. ¿He roncado más que Jared?
-Hombre… -Miró a su sobrina que asentía-. Hay que reconocer que estabas muy cansado…
-Nos hemos dado cuenta de eso cuando Wendy te ha dado una patada en la cabeza cuando Jake la cogía y no te has enterado… -Darlene rió acariciándome la cabeza-. Menuda patada voladora… -Kevin empezó a reír muy escandalosamente y Darlene rió-. No te has despertado ni con su risa… -Negó riendo y señaló su pierna-. Ahora que estás despierto… ¿Dejas que me llegue la sangre a los pies?
-Lo siento… -Me levanté de golpe y ella negó acariciando sus piernas, apoyando sus pies en el suelo y pataleando-. ¿Se te han dormido?
-Un poco… -Rió-. Bueno, ¿avisáis al resto del paseo? –Nessie asintió-. Iré a ponerme ropa de abrigo… -Sonrió cuando Jonás se levantó de su regazo-. A ver, que paso…
-Sí… -Me aparté un poco-. ¿Dónde vamos de paseo?
-A la playa… ¿no?
-Yo que tú iría así… -Kevin rió y Cassy le dio una colleja-. Estás muy guapa con ese pijama de corazoncitos… muy adecuado.
-Sí… -Darlene pasó por delante y le golpeó levemente en la frente-. Ya me reiré cuando veas tu regalo… -Le sacó la lengua mientras subía un peldaño y se paró mirando a Nessie-. ¿Os adelantáis o me esperáis? Lo digo porque posiblemente tarde un poco… -Estiró su pelo trenzado y enmarañado y Wendy gimió-. Así podrás hacerme una mejor…
-Vamos a hacer ronda… -Nessie sonrió-. Los chicos pueden ir a avisar a Quil, Collin y Brady… -Jake asintió-. Nosotras iremos a por Sean y Kyle…
-Nosotras iremos a por las mamás… -Vera sonrió a William-. Así nos pasamos a ver cómo se encuentra Hilda, quizá pueda bajar a jugar…
-¿Qué le pasa? –Jake pareció preocupado-. Anoche estaba bien…
-Sí, pero al parecer se ha levantado un poco enfriada… -Vera se encogió de hombros-. Seguro que no es nada… -Jake hizo una mueca y Vera señaló a Darlene-. ¡Date prisa! Quedamos en el aparcamiento de la playa en… ¿Cuarenta y cinco minutos?
-Casi mejor…
-Una hora… -Dijo Nessie riendo mientras se disponían a salir-. No te olvides los pantalones de nieve y calcetines de repuesto…

Ella asintió subiendo las escaleras al trote, yo me quedé tirado en el suelo, apoyado en el sofá viendo cómo todos se marchaban mientras en la tele podía escuchar la canción de la sirenita.


Reí negando, ¿quién me iba a decir a mí que acabaría un sábado montando una guardería en mi casa y viendo la sirenita…? Subí a mi cuarto y miré mi pelo, también había acabado algo revuelto y mi cara reflejaba las malas noches que había estado pasando. Decidí meterme bajo la ducha, puse el agua helada para despejarme, tenía que hacer demasiadas cosas para la fiesta y seguro que volvíamos tarde de la playa… Apoyé mi frente en la pared de la ducha y dejé que el agua helada corriera por mi espalda. Salí y me puse una toalla alrededor de la cintura, me cepillé los dientes mientras abría la puerta del baño y encendía la radio.
Me vestí y empecé a recoger un poco mi habitación, más bien la de Vera… era un verdadero desastre. Fui a quitar una toalla que había en la silla y volví a dejarla encima al ver el montón de ropa que había debajo. Escuché crujir la madera del penúltimo escalón y un torbellino entró a la habitación.
-Justo con quien quería hablar… -Señalé el montón de ropa-. No vale taparlo con una toalla… quiero que pongas una lavadora ahora mismo…
-Claro, jefe… -Cogió el montón para desaparecer y volver-. ¿Necesitas que te lave algo? –Negué y señalé mi cubo-. Vale… -Rodó los ojos-. Iré a ver si Darlene necesita algo, maniático.
-No soy maniático…

Ella bufó, pero no tenía razón. Era completamente lógico y comprensible, no me sentía cómodo haciendo una colada con la ropa interior de mi prima ni que ella me hic
iera la colada a mí…
Apagué la radio e hice la cama, me dio por cantar la canción que se me había metido en la cabeza, odiaba cuando eso me pasaba… pero al oír su risa y ver su cara cuando abrió la puerta, mereció la pena aunque hiciera el mayor de los ridículos.
-Puedes seguir, si quieres… -Negué amortiguando otra risa y la observé hacer malabarismos con un montoncito de ropa mientras pensaba cómo mofarse de mí-. Sería curioso ver un lobo bajo el mar…
-¿Tanto como verte hacer malabarismos…?

Reí señalándola y ella me sacó la lengua, se alejó estirando el cuello como si la hubiera ofendido, negué y me acerqué al ver que algo se le había caído, la avisé y me acerqué para ayudarla, me acaloré al ver un sujetador negro… ella se sonrojó y yo tragué, lo cogió y se alejó sin decir una palabra, pero mi mente ya se había adelantado a cualquier proceso normal y mi temperatura se disparó al menos dos grados al recordar lo bonita que estaba en mi cama, entre mis brazos, con apenas su ropa interior.
-¡Nieve! –No vi venir la bola de hielo que Vera me lanzó-. ¡Uy! –Sacudí mi cara mientras ella hacía una mueca-. Estás realmente colorado… -Se acercó y me tocó-. ¿Estás bien? Si no fuera porque es imposible diría que estás enfermo…
-Os espero fuera, Vera… -Me miró preocupada-. Necesito que me de el aire…
-¿No será por los sueños de nuevo?
-No, os espero fuera.
-Qué borde…

La ignoré y salí al porche, me senté y noté cómo la nieve se derretía a mi alrededor, cuando las chicas salieron se rieron… sólo podía verse un círculo verde en todo el jardín, donde yo me había sentado. Finalmente fuimos en el coche de Dar, estaba emperrada en conducir pero apenas salimos a la carretera paró y me dejó conducir a mí.

Ella no paraba de mirarme en todo el viaje, miraba a Vera y sonreía, después miraba su móvil y me miraba a mí mordiendo su labio… ¿Es que acaso quería que me saliera de la carretera? Rió cuando tuve que corregir ligeramente la dirección.
Al llegar al aparcamiento bajó corriendo poniéndose la capucha del chubasquero rojo, recibiendo algún que otro bolazo de nieve por lo que ella empezó a quejarse por la desventaja. Sonreí desde el coche y Vera se asomó entre los asientos, levantó la ceja.
-¿Por qué la miras así? –Entrecerré los ojos y la miré, ella rió-. Me refiero… jamás había visto que la mirases así… ni en recuerdos del resto. Pareces…
-Acojonado… -Dijo Leah asomándose por la ventana del copiloto-. ¿Bajáis o queréis hacer una sauna en el coche nuevo de mi amiga? –Vera la miró y Leah le hizo un gesto para que saliera, me miró y asentí, pero ella negó-. No creo que…
-Acabaré sabiéndolo, quizá pueda aportar algo… -Me fijé en que Darlene miraba hacia aquí-. ¿Soy de la familia o no?
-Deberíamos ir a dar una vuelta por el bosque… -Ambas se giraron a mirarla y asintieron-. Sois muy disimuladas, ahora apenas sabrá que hablamos de ella… -Negué y salí del coche negando, le mostré las llaves y señalé el bosque, ella asintió mientras Hilda y Wendy tiraban de ella-. Señor…
-Seth… -Leah me cogió del cuello bromeando y rió-. Creo que he podido notar tus huevos ahí y es asqueroso… -Reí con ella-. ¿Qué va mal? Tu mirada es temerosa, llena de duda.
-Yo… -Negué y sacudí mi cabeza-. No sé que se supone que debo pensar. Puedo recordar perfectamente cuando dormir con ella no suponía mayor problema, cuando podía hacerlo sin torturarme o podía verla… -Suspiré-. Desde el día de Navidad me estoy volviendo loco, o antes quizá…
-¿Por las pesadillas? –Vera me miró apenada y asentí levemente-. ¿Hay algo más…?
-Él nunca ha estado bien del todo… -Leah revolvió mi pelo con una sonrisa-. Es algo que todos sabemos, siempre ha sido…
-Siempre ha sido él… -Jake se acercó con el resto de la manada, al completo, Sam iba a su lado derecho cuando andaban. Jake sonrió al ver mi mirada y señaló el acantilado-. Tenemos una reunión, como antaño. Es oficial.
-Aunque el asunto sea extraoficial… -Jared y Paul rieron, el resto no tardaron en unirse-. Entran ganas de entrar en fase para estar todos…
-No importa porque de vez en cuando preguntemos a los demás sin meternos directamente en su cabeza… -Jake sonrió-. Quizá al decirlo en alto, se decida mejor.
-No creo, sólo voy a odiarme más… -Negué y Vera y mi hermana hicieron una mueca-. Realmente, una parte de mí sólo quiere hacer locuras y tomar esa libertad que ella me ha estado dando… pero otra es como que… -Mordí mi lengua y negué-. En serio… tengo la sensación de que la voy a cagar si le sigo el juego. Y no sé si voy a poder soportar mucho más sin…
-¿Qué? –Vera me miró confusa-. No entiendo, si quieres besarla… hazlo.
-No es ése el problema, Vera… -Leah negó con una mueca-. Hay más cosas…
-¿Hablas de…? -Hizo un gesto que no nos gustó a ninguno-. ¡No soy tan niña! Además, ¿acaso no sabéis que veo todos vuestros pervertidos recuerdos?
-Yo no lo haría… -Jared hizo una mueca y negó, estaba hablando en serio-. Habéis dicho que su madre tuvo que medio obligarla porque estaba agobiada…
-Si está agobiada… no es bueno dar un paso cuando alguien está así, ya lo sabes… -Brady se encogió de hombros-. Yo preferiría quedarme así por siempre a dejar que la cosa vaya a más, preferiría ser el amigo al que puede acudir cuando está agobiada que el novio del que huye durante años…
-Muy amable… -Dije irónico-. ¿Y cómo controlas eso?
-No puedes… -Jake negó con una media sonrisa de dolor-. Tendrás que aguantarte o tomar la alternativa de arriesgarte por tener algo más…
-Pues yo creo que deberías lanzarte… -Collin se sentó en una roca-. Sabes que no te mira como a su mejor amigo…
-No eres precisamente su amiguita del alma… -Quil rió-. Tampoco te cuenta todo lo que piensa, se supone que es lo que hacen los amigos. A mi Claire me lo cuenta todo…
-No todo… -Sean rodó los ojos-. Se pegó años hablando con ella a espaldas de todos, así que tampoco digas eso.
-Yo creo que deberías esperar a que ella esté segura y dé el paso… -Kyle suspiró-. No ahora, claro está. Deberías disfrutar de tu mejor amiga, aunque no compartáis absolutamente todo, deberías dejar que ella te cuente las razones por las que anda tan preocupada y cuando las resuelva, quizá sea el momento. Ainhoa cree que es el momento…
-Pero tú no… -Él asintió-. ¿Ninguno lo creéis?
-Hermano… -Leah suspiró-. Siempre has sido un espíritu libre, quizá ella también lo sea. Quizá tengas que soportar eso siempre, quizá no seas el adecuado…
-¡Vamos Leah! –Sean bufó-. Sabes que somos lo mejor, no habrá quien haga más felices a…
-Os estáis preocupando demasiado… -Nessie apareció con una enorme sonrisa, Jake se la devolvió y besó su pelo-. Ella está realmente preocupada por… -Se quedó como ida y Jake la miró con preocupación-. ¡Guerra de nieve!

Salió corriendo y empezó a lanzar un copo tras otro, era realmente rápida, no podía apenas ver de dónde salían hasta que olfateé el aire… un olor dulzón hizo que mi nariz se arrugara, podía oler el aroma de los Cullen en algunas de las bolas, eso era trampa y empezamos una guerra épica, lobos contra vampiros… aunque no me quedaba muy claro de qué lado estaba Nessie, creo que iba contra todos.

Corrí mientras Edward me perseguía lanzándome con Bella cientos de bolas en apenas unos segundos, estaba entrando en su juego de caza, ambos dirigían mi camino hasta que la vi parada con las manos en la espalda, dejaron de lloverme bolas de nieve, por lo que me acerqué a ella. Su sonrisa me jugó una mala pasada, me quedé embobado y recibí como cincuenta kilos de nieve en menos de tres segundos con forma de copos, ella empezó a reír y se acercó a mí mientras yo salía del leve montón de nieve que me rodeaba, se acercó riendo y me tendió la mano envuelta con su guante, reí y la cogí, me estampó una bola en toda la cara, la nieve sabía como ella olía.
-Está rica… -Ella me miró riendo y empezó a reír más-. Sabes… -Me acerqué a ella y dio un par de pasos hacia atrás negando y suplicando-. Me está entrando hambre…
-¡Atacar! –Ella se cubrió pero no hubo ninguna respuesta, olfateé y escuché los susurros que me traía la suave brisa. Sonreí-. ¿Qué…?
-Tus refuerzos están alejándose, algo les ha distraído… -Dejó de reír y yo sonreí más-. Bueno… -Suspiré y cerré los ojos-. Veinte, diecinueve, dieciocho… -Pude oír sus pies hundiéndose en la nieve, corría o al menos lo intentaba. Se dirigió a mi derecha, siguió unos veinte pasos y torció a la izquierda-. Uno… -Empecé a correr en línea recta, la tenía entre mis brazos a los pocos segundos, la plaqué asegurándome de que no se hiciera daño y empecé a echarle nieve por encima-. ¿Contenta? –Empecé a hacerle cosquillas, sabía que iba a quedarse sin aire a los pocos segundos y paré para volver a enterrarla en nieve-. ¿Qué? ¿Me pides perdón?
-¡Lo siento! Pero me engañaron con su encanto… -Dijo riendo y la miré sorprendido-. Los vampiros son muy persuasivos… -Se encogió de hombros y rió-. Y también dan más miedo que los hombres lobo…
-¡Jo, jo! –Me quedé parado y la miré-. ¿Realmente quieres enfadarme para que te ataque?
-Jamás me atacarías… -Ella negó-. Tendrás mas fuerza bruta, pero no me das miedo… además no tienes colmillos tan afilados…
-Mis dientes pueden desgarrar la piel de un vampiro… ¿Lo sabías? –Rodó los ojos como si no fuera gran cosa. Me acerqué a su oído y sonreí-. Todo es cuestión de saber controlar la presión… -Mordí el lóbulo de la oreja despacio y ella suspiro, sonreí y lo solté-. Podría habértela arrancado sin que apenas lo hubieras notado… -Soplé un poco-. Con lo fría que estás, apenas te hubieras dado cuenta.
-No me das miedo, Clearwater… -Me miró y pude tener sus labios a dos centímetros de los míos-. Jamás podrás asustarme más… -Me quedé congelado, ¿eso era una indirecta? Ella sonrió y suspiró, lo que me enloqueció mucho más-. Ahora, si dejas de usar tu fuerza bruta, quizá pueda levantarme de la helada nieve y pueda preparar algo… -Sonrió y se acercó y a mi oído-. Como este año te estás portando bien, quizá tengas un regalo extra para que empieces a gusto el siguiente… -Ella me miró, no llegaba a recordar cuando una simple mirada me había trastornado tanto. Su ceja alzada, una sonrisa pícara y sus labios tan cerca de los míos… Creo que jamás había tenido tal cara de tonto-. Como sigas sobre mí, voy a acabar calada… -Intenté pensar con claridad… nieve y calor. Agua… agua que empezaba a mojar algunos mechones de su pelo pero que jamás podría calmar mi sed, mi sed de sus labios-. ¿Seth? –Cerré los ojos y parpadeé, ella se mordió los labios y me aparté, empezó a reír y se sentó sobre mi estómago tirando un montón de nieve a mi pecho-. ¿Ves como no puedes darme miedo…? –Sonrió y pellizcó mi nariz-. Con una carrera de unos pocos metros, tu corazón parece que vaya a estallar… -Negó, podía notar que ella sabía que no era por la carrera, su sonrisa me lo mostraba-. Sigues sin darme miedo, Clearwater… te falta coraje.
-¿Qué me falta coraje? –Reí y rodé, sujetándola por las muñecas y mordiendo su cuello algo más fuerte, la miré y sonreí al ver sus ojos cerrados-. Deberías dar gracias a que este bosque está demasiado concurrido… -Me miró riendo-. ¿Qué?
-Ni que fueras a matarme…
-¿Quién te ha dicho que no vaya a hacerlo? –Ella rió y negó-. Yo que tú procuraría tener siempre a alguien cerca, si hay testigos no puede haber crimen perfecto…
-¿Estás diciendo que debería temer estar a solas contigo? –Asentí y ella rió negando-. No me asustas, Clearwater. No conseguirás asustarme. Nunca…
-No sería la primera vez…
-Pero he aprendido… -Ella sonrió y yo empecé a plantearme de qué hablábamos realmente-. ¿Me dejas levantarme?
-Claro… -Me levanté y le tendí las dos manos para que se levantara, ella las tomó y la acerqué a mí, quería saber de qué me hablaba realmente-. ¿Qué es lo que se supone que has aprendido? –Acerqué mi cara a ella, mi nariz rozó con la suya y ella sonrió ampliamente-. ¿Tendría que tener miedo yo de ti ahora… o cómo?
-Pues… -Acercó su cuerpo a mí y alejó su cara-. Deberías correr. Puede que estén esperando que te distraigas para volver a atacar… ¿sabes?
-Ya… -Olfateé, sólo podía notar su aroma y eso no me ayudaba-. Yo creo que mientes, te estás haciendo la valiente pero sólo quieres salir corriendo…
-¿Yo salir corriendo? –Alzó una ceja y se alejó un poco más-. ¿No has oído lo que te he dicho? –Empezó a andar de espaldas-. He aprendido…

Me quedé parado como un gran gilipollas. No pude mover ni un solo músculo, era como si todo mi cuerpo estuviera paralizado por algún tipo de veneno y sólo pudiera notar calor por todo mi cuerpo y un vacío inexplicable en mi pecho que la reclamaba. Ella andaba ahora de espaldas a mí y se volvió riendo, me indicó con la cabeza que la siguiera y sacudí mi cabeza para hacerlo, ella rió alto, una risa que llenó por un instante
el vacío de mi pecho.
-¿Sabes? –Me sonrió cuando estuve a su lado-. Creo que va a gustarte mi sorpresa… -Alcé las cejas-. No es gran cosa… -Rodó los ojos-. No es nada material… quiero decir, que no es un objeto.
-¿Es algo sentimental?
-Algo así… -Sonrió y asintió apartándose un mechón de pelo cubierto de nieve-. Pero no sé… espero que te haga ilusión.
-No sé… me gustaría algo que pudiera tocar… -Ella me miró raro y yo quería golpearme a mí mismo por decir eso-. Quiero decir… -Ella rió-. Lo siento, no sé qué me pasa hoy…
-Bueno… -Se sonrojó mucho y miró su reloj-. Deberíamos ir con el resto, se hace tarde…
-Sí, creo que es hora de que vayamos a comer… ¿Tienes hambre?
-¿Eso también tiene doble sentido? –Empezó a reír y me empujó cuando me quedé en blanco, negó y siguió andando… iba a volverme loco-. ¿Vas a quedarte ahí parado?
-No… -Negué riendo y me acerqué a ella que me miró alzando sus cejas-. No tenía doble sentido y no, no iba a quedarme ahí parado…
-Ya… -Masculló y pude oír los gritos de los pequeños, ella me miró de reojo y se sonrojó cuando sonrió-. ¿Sabes? Creo que hoy estoy teniendo mucha suerte… -La miré curioso y me abrazó sin más-. Es genial estar rodeada de vosotros cuando hace frío…
-¿Gracias? –La miré y rió, la abracé y seguí caminando, estaba preciosa con un gorro blanco de lana y cubierto por nieve… retiré otro mechón congelado de su cara y ella me miró sonrojándose y apoyándose en mí-. Ya ves… hay quien nace con estrella, ¿no?
-Y hay quien se la encuentra por el camino… -Se encogió de hombros-. No creo en eso de la suerte de por vida, pero hoy parece que va a ser un gran día… nada más.
-Seguro… -La estreché ligeramente y ella sonrió, mirando al frente-. Parece que lo están pasando bien… ¿no?
-¿Acaso no lo has pasado bien conmigo? –Se alejó un poco y empezó a andar de espaldas, asentí-. No pareces muy convencido de eso… -Vi cómo se agachaba a coger nieve y reía-. ¿Estás seguro?
-Estoy seguro de que si me tiras esa bola, tendrás que correr mucho.

Lo pensó y rió, me miró fijamente y la lanzó. La esquivé y alcé una ceja, ella empezó a correr y la seguí, la plaqué de nuevo y rodamos en la nieve que sustituía a la arena, pronto tuve encima a la guardería al completo, tuve que soltarla porque las vigilantes, Leah y Vera, se pusieron de parte de los pequeños… cómo no. El caso es que acabé peleándome con Leah y Vera mientras Hilda y Wendy abrazaban a Dar y se sentaban cada una en una pierna, los chicos gritaban y me lanzaban algún que otro bolazo, así que acabé rindiéndome.
Emily nos llamó y acabamos comiendo en casa de Jake… al parecer lo habían hecho para no molestar a Leah, que aún seguía poniendo mala cara ante el ligero aroma que quedaba en la mansión Cullen debido a algunas fugaces visitas.

Nessie correteaba con sus sobrinos por la nieve junto a todas las chicas, aquello se convirtió en una pequeña guerra campal, las chicas y los niños contra Quil, Kyle, Sean, Kevin y Ryan. Jake sacó una caja de cervezas y nos sentamos en el pequeño portal para verlo.
-Voy a unirme… -Brady se levantó-. ¿Alguno viene?
-No… -Negué-. Ya he tenido mi ración diaria de nieve… con arena incluida, ¿sabes? Prefiero mirar… la verdad.
-Yo me apunto…

Collin se levantó con Brady y me fijé cómo corrían para revolcarse en la nieve con sus chicas… Darlene me dedicó una fugaz y sutil mirada, para después gritar y animar a los niños a que les lanzaran bolazos a los nuevos enemigos. Suspiré y cinco pares de ojos se posaron en mí, alcé las cejas y me apoyé en la barandilla para beber otro trago de mi cerveza.
-Si alguien me hubiera jurado que el pequeño Clearwater iba a perder la cabeza por una mujer… -Sam rió con el resto-. Tarambanas…
-Si alguien me hubiera dicho que mi hermana iba a acabar con tu hijo…
-Touché… -Dijo brindando conmigo-. Creo que si me lo hubieran dicho antes de saber todo esto… me hubiera vuelto loco –Rió-. Pero es lo que tiene…
-Sí… quitando Alice, nadie sabe qué pasará en esta vida… -Embry suspiró-. Tiene suerte.
-No si nos incluyes a nosotros… -Jake bebió y sonrió-. Se vuelve loca cuando le digo que voy a darle una gran sorpresa a Nessie y no sabe qué haré…
-Aún así… -Negué-. Si hubiera sabido todo lo que iba a pasarme, creo que hubiera intentado evitar cruzarme con ella antes de saber lo que se siente. Y hubiera perdido mucho…
-¿La hubieras evitado? –Jared me miró incrédulo-. No lo creo, hermano…
-¿Si antes incluso de conocerla me hubieran dicho todo? ¿Sin haber si quiera olido su aroma? ¿Sin haberla visto ni una sola vez y sentir cómo mi corazón se sentía vacío sin ella?
-No te engañes… -Sam rió-. Apuesto a que si alguien te hubiera dicho todo lo que iba a pasar, hubieras ido mucho antes a buscarla…
-No sé… -La miré y después los miré. Todos alzaron una ceja y yo reí asintiendo-. Creo que me hubiera atado con cadenas a ella… -Jake carraspeó y se irguió levemente, sacando una cerveza y tendiéndosela a ella, que venía riendo-. ¿Ya te rindes?
-Jamás… -Dijo cogiendo la cerveza y sentándose a mis pies-. Sólo me tomo un descanso en las trincheras… ¿Nos tenéis miedo o qué?
-Mucho… -Sam rió con el resto-. No hay nada peor que una mujer con ganas de pelea, es algo que he aprendido.
-Te equivocas… -Jake negó-. No hay nada peor que una híbrida con ganas de pelea…
-No sé… -Dijo Paul cuando reímos-. Creo que habría que dejarlo en que no hay nada peor que una imprimación con ganas de pelea… -Me atraganté cuando todos, incluida ella, rieron-. No excluyamos a mi hijo… mira a Vera…
-Vaya manada de metamorfos… -Darlene rió y se apoyó en mis piernas-. Sois unos flojeras, entiendo que Jake pueda tener miedo de Nessie… pero vosotros tenéis ventaja.
-Gracias… -Dijo Nessie riendo mientras se acercaba-. Lo tomaré como un cumplido… -Subió las escaleras y se tiró sobre la espalda de Jake, que le tendió un refresco-. ¿Para mí no hay cerveza?
-¿Qué edad tienes? –Nessie le mordió en el cuello y él cedió-. Vale, vale…
-Flojeras… -Mascullé, pero aún así todos me miraron y carraspeé mirando la pelea. Tosí y mascullé de nuevo-. Flojeras…
-¿Algo que decir? –Nessie alzaba una ceja y me mostró como su padre le había mostrado mi cara al verla en la persecución-. ¿Y bien?