Capítulo LXIII: La señora Burton.

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Holaaaaaa!!! vuelvo a mi trabajo!!! jajajaja
el capitulo de hoy os le traigo iop!!! jajaja, que ya hacia tiempo que no subia naaaa :D  y en breves estare muy muy liadaaa con los examenes peeerooo... hoy que puedo os le pongo :D y naa nuestra Autora favorita esta en clase asique ya dara el visto bueno despues XD 
Bueno que paseís un buen fin de semanaaa... Cuidaroooos!!!!
XAO BS


Me asomé para ver las pequeñas olas chocar con el ferry. Hacía muchísimo frío, incluso podía
ver algún pequeño trozo de hielo por el agua… la gente iba realmente bien tapada, gorros, bufandas y
abrigos gruesos…
Me monté en mi coche cuando estábamos llegando y conduje hasta el vivero, abrí el candado y
sonreí al ver la moto de Collin parar en la puerta. Ashley se bajó en primer lugar y se quitó el casco con
una enorme sonrisa… creo que fue entonces cuando sintió el frío.
-Vaya… -Se abrazó a sí misma-. Sí que hace frío…
-¿Qué haces aquí? ¿No se supone que te ibas a ir con Collin al lago?
-Y hemos ido… -Collin la abrazó por la espalda protegiéndola del frío-. Pero hemos estado
pensando en la fiesta de fin de año…
-En serio… -Sonreí-. No puedo ir… ando muy liada.
-Hace más de cuatro meses que no pisas la reserva… -Hizo una mueca-. Siempre venimos
nosotros si queremos verte…
-Sabéis que estoy muy liada… -Suspiré-. Además le prometí a mi madre que estaría en la cena
familiar del día de nochebuena… no puedo faltar.
-Pero el fin de año… es otro día –Le miré mal-. Venga…
-Ya sé que fin de año es otro día… pero tengo cosas que hacer, en serio. Sin Maca y Ainhoa…
me estoy volviendo loca.
-Por eso vengo yo… -Dijo Ashley encogiéndose de hombros-. Venga… Collin y yo te
ayudaremos hasta que vuelvan… pero no creo que necesites abrir el día de fin de año… ni año nuevo.
¡Vamos! No te hagas de rogar…
-En serio… es mucho trabajo… aún queda el último pedido de árboles de navidad… así que… -
Suspiré-. Bueno… acepto la ayuda sólo porque sé que en eso Collin me va a servir mucho…
-Prometo traer a toda la manada si es necesario… Seth me ha dicho que estará aquí en el
momento que descuelgues el teléfono… -Le miré mal y él suspiró-. ¿Recibes árboles a cuatro días de
Navidad? No lo entiendo…
-De hecho… hoy voy a hacer el último pedido para que me los traigan mañana…
-Vale… te traerán árboles de Navidad un sábado y tres días antes de la gran noche… -Rió-. ¿Hay
gente tan despistada?
-Te sorprenderías…


Reímos y les hice pasar. Estuvimos toda la mañana contando los árboles que me quedaban y
pidiendo los que creí convenientes, Ashley atendía muy bien a la gente y Collin la ayudaba a cargar los
pedidos grandes mientras yo tomaba existencias y preparaba el resto de los pedidos.
A la hora de comer les dije que podían marcharse, que la tarde sería tranquila y que deberían ir a
disfrutar del resto de sus vacaciones… así que me quedé completamente sola… hasta media hora después.

Empecé a reír al ver el todoterreno de Kevin aparcar en la entrada, bajó disfrazado de Papa
Noel y agitando incesantemente una campana. Pero mucho más me reí al ver a las chicas y a Ryan bajar
vestidos de duendes… todo un espectáculo.
-¡Jo, jo, jo! ¡Feliz Navidad! –Le abracé riendo y él sacudió su campana en mi oído-. Traigo
carbón para la dueña de este negocio… me han dicho que ha sido mala a rabiar…
-¿Será dulce al menos?
-De eso nada… lo he rociado con vinagre para que esté malo de narices…
-No le hagas caso… -Cassy le empujó un poco y rió-. ¿Todo bien? –Asentí-. ¿Estás tú sola?
-Sí… Las chicas se marcharon el lunes, les di vacaciones para que pudieran ir a ver a sus
familias y pasaran allí al menos el día de Navidad…
-¿Cuándo volverán?
-No lo sé… cuando quieran. Tienen vacaciones hasta el día de Reyes… pero creo que volverán
unos días antes… -Me encogí de hombros-. Pero no lo sé seguro…
-¿Necesitas que te ayudemos? Si quieres podemos quedarnos… -Wanda se sentó en la oficina-.
Sabes que no me importa estar aquí… ¿Ya has hecho los pedidos? –Asentí-. Bueno… se me da bien
despachar…
-¿Así vestidos? –Reí-. No os preocupéis… estaré bien, yo puedo con todo…
-Bueno… pues recogemos el árbol que te pedí y nos vamos… ¿Vendrás a cenar a mi casa, no? –
Ryan me amenazó-. Le he dicho a mi madre que ibas a venir esta noche…
-Cuenta conmigo… -Sonreí-. Pero no sé si llegaré puntual…
-Pero ven… -Miró a mis espaldas y medio sonrió-. Y recuerda lo que siempre dice mi madre…

prefiero que haya uno más a uno menos… ¿Entendido? –Alzó una ceja con una pícara sonrisa-. Ahora
indícame dónde está mi árbol antes de que te distraigan…
-Ven, anda… -Reí cuando un cálido dedo tocó mi hombro, me giré y una enorme sonrisa en
su rostro me hizo sonrojar-. Hola… -Me quedé algo paralizada hasta que le abracé y le di un beso en la
mejilla-. ¿Qué haces aquí?
-Collin… me dijo que te habías quedado sola… y no quería que estuvieras tú sola toda la tarde,
aunque veo que ya tienes ayuda…
-Sí… -Ryan suspiró-. Pero nos vamos ya… ¿Mi árbol?
-¡Voy, voy! –Suspiré y me dirigí a los árboles mientras los dos reían por mi desesperación-. Y yo
que creía que iba a estar tranquila…
-No te quejes… -Cassy rió con Wanda-. ¡Que a Kevin lo han cogido por banda!
-¿Sí? –Le busqué, la señora Burton estaba dándole sus extensas explicaciones… reí, había
que ser muy paciente con ella y Kevin parecía empezar a desquiciarse. Señalé el árbol-. Es este… ¿Os
encargáis vosotros de cargarlo? Voy a liberar a Kevin o le dará algo… -Reí alejándome con una enorme
sonrisa, Kevin se rascaba la nuca y la señora Burton parecía empezar a estar desesperada-. ¡Señora
Burton! ¿Qué le trae por aquí?
-Pues… -Miró con malos aires a Kevin-. Lo de siempre… pero tu nuevo empleado no me
entiende… -Sonreí y le indiqué a Kevin que se marchara. La señora Burton se cogió de mi brazo como
siempre hacía-. ¿Va a quedarse mucho a trabajar? No me gusta ese chico… no me entendía nada de lo
que le decía… ¿Cómo has podido contratarlo?
-Es sólo un amigo que intentaba ayudarme… -Sonreí-. No se preocupe, pronto volverán las
chicas. Siempre que venga, ya sabe que tiene que preguntarnos a nosotras, que ya la conocemos y
sabemos lo que busca… -Sonreí-. ¿Ha traído el coche? –Ella lo señaló-. Está bien… ¿Y está su hijo en
casa?
-Sí… ha llegado esta mañana de Pasadena… ¡Se ha teñido el pelo de un color más feo! No me
extraña que no encuentre novia con ese pelo… ¿Tú estás soltera, verdad?
-Ya sabe que sí, Señora Burton… si le parece bien, puedo decirle a los chicos que carguen su
pedido para que no se haga daño…
-Te lo agradezco, hija… sabes que mis lumbares no son lo que eran… -Cabeceó con una mueca-.
Así que soltera… ¿Te gusta el pastel de calabaza?
-Me encanta…
-¿Por qué no vienes esta noche a cenar con nosotros? Tengo a medio hacer un enorme pastel…
no creo que los dos solos podamos con él…
-Me encantaría de verdad, pero ya tengo un compromiso esta noche… -Me encogí de hombros-.
Le prometo que un día de estos iré a cenar a su casa, no se preocupe…
-Creo que harías buena pareja con mi hijo… aunque ahora se haya puesto ese color de pelo que
parece una zanahoria… está muy guapo cuando está de moreno y seguro que puedes convencerle para
que se quite ese horrible color…

Reí y la acompañé a su corto paso hasta la caja, repasé con ella el pedido y pareció agradecida a
los chicos por cargar los bultos en su coche. Le regalé una bolsita de semillas de rosal para que se quedara
contenta cuando Seth se acercó con una amable sonrisa hasta la caja.
-Le hemos puesto un plástico en el maletero para no ensuciarle el coche… ¿Podrá descargarlo
usted sola o necesitará que le ayudemos?
-Pues… -Pareció confusa-. Creo que mi hijo podrá hacerlo… es un muchacho fuerte… -Le miró
cautelosa-. No tanto como tú, claro… pero creo que podrá…
-Eso es estupendo… ¿Quiere que la acompañe hasta su coche? –Me miró con una sonrisa-. Hay
un cliente esperando y seguro que es mejor que Darlene le atienda…
-Sí, claro… -La señora se agarró al brazo de Seth-. Además siempre es mejor ir acompañada de
un muchacho fuerte… -Me miró sonriente-. Este me gusta más que el otro… deberías contratarle a él…
-Lo tendré en cuenta…

Reí con ellos y me acerqué al señor Cupe, después me despedí de mis amigos mientras Seth
parecía revisar el coche de la señora Burton. Los miré durante unos minutos y ella pareció irse la mar
de contenta, se despidió de mí con la mano mientras Seth se acercaba a la caja, le devolví la despedida
mientras embolsaba las cosas del señor Cupe.
-Muchas gracias, encanto…
-Pase buenos días, Señor Cupe…
-Feliz Navidad… y hasta el año que viene –Sonrió-. Deberías cerrar estos días… no es bueno
trabajar tanto…

-Es lo que le decimos nosotros siempre… -Seth suspiró a mi lado-. Incluso quiere abrir el día de
año nuevo…
-¡No, por favor! Podremos sobrevivir sin que abras un par de días… -Rió-. Disfruta de estos
días… no todo es trabajar…
-Lo pensaré… -Reí-. Déle recuerdos a su esposa…
-Lo haré…
-¿Ves? –Dijo Seth cuando el señor Cupe salió-. No es necesario que abras el día de Año
Nuevo… no todo es trabajar…
-Seguro… -Reí-. Quizá tengas razón, quizá deba ir a cenar con la señora Burton y su hijo el fin
de año… es un buen plan…
-¿Dejarás la fiesta en Villa Cánido por una cita a ciegas? –Rió-. ¿Cuándo vas a venir a ver
nuestra nueva urbanización? Si esperas un poco más… no vas a reconocer nada…
-He visto fotos y videos… -Me encogí de hombros-. Ashley ya me ha enseñado la casa de Collin,
Gabriela la de Brady… y Ainhoa y Maca ya me han estado contando dónde han comprado el terreno Kyle
y Sean… así que puedo hacerme una idea…
-Pero no has visto las casas… -Alcé una ceja-. Sean ya la tiene casi terminada y Kyle está en
ello… han dicho que quieren que sea una sorpresa para las chicas… -Se sentó en el mostrador y le miré
mal-. Es un secreto… ¿Lo guardarás?
-No sé… -Reí-. ¿No trabajas hoy?
-No… tengo fiesta todo el fin de semana… -Hizo una mueca-. A cambio estaré de guardia el día
de Navidad… pero bueno. No tengo mejores planes, así que…
-¿Tú no tienes mejores planes? –Me sorprendí-. ¿Y eso?
-Pues… Kira y Jason se han ido a Texas para que la madre de Kira disfrute de la pequeña… -
Suspiró-. Mi madre y Charlie se han ido a Olimpia… mi hermana pasará el día en casa de Sam… así que
estaré bastante aburrido…
-¿Y Vera?
-Pues… pasará la noche en Canadá con sus padres y volverá para cuando William esté
despierto… -Se encogió de hombros-. Ya sabes…
-Sí… -Miré el reloj, aún quedaba una hora para cerrar… y no parecía tener prisa-. ¿Qué vas a
hacer hoy? ¿Tienes planes para esta noche?
-Algo así… -Le miré curiosa y él rió-. La señora Burton me ha dicho que estaría encantadísima
de que fuera a probar su pastel de calabaza… -Reí-. No sé… tendré que pensarlo seriamente, de momento
es el mejor plan que me han propuesto…
-Ya… -Reí y suspiré recordando las palabras de Ryan-. Vente a cenar con nosotros… -
Entrecerró sus ojos mirándome con una leve sonrisa-. A la madre de Ryan le encanta tener gente en
casa… así que no se ofenderá porque lleve a uno más a cenar… cocina bien.
-Ya… -Asintió-. No sé… ¿Vas a conducir tú hasta Monroe? –Le miré mal-. ¡Vale, es broma! –
Rió-. ¿Es necesario que me ponga como un pincel?
-No creo que te de tiempo de ir hasta tu casa y volver a tiempo…
-¿Quién ha dicho ir hasta casa? –Le miré mal-. Vale… lo admito. Tengo una mini maleta en el
coche… -Le miré peor-. ¿Qué? Nunca se sabe… lo de la señora Burton podía haber terminado en algo
más serio… -Alcé las cejas y él pellizco mis mejillas intentando hacerme reír-. Si yo te hubiera conocido
con veinte años menos… un muchachote como tú no se me hubiera escapado… -Dijo imitando a la
señora Burton y riendo, cuando me soltó entrecerró los ojos algo confuso-. ¿Te imaginas cómo sería que
su hijo tuviera que llamarme papá?
-¡Seth! –Me alejé haciendo ascos-. Mira que si yo tuviera que llamarte suegro después de todo…

Ambos nos miramos poniendo mala cara y empezamos a reír. Me alejé y me escondí en la
oficina para calmar mis mejillas, estaban ardiendo y no sólo por la risa… siempre que me rozaba me
pasaba lo mismo, mi piel se sonrojaba hasta el extremo durante un buen rato…
Escuché a otro cliente y salí, él alzó las cejas y empezó a reír al verme tan sonrojada, así que aún
me sonrojé más, lo que pareció resultar gracioso al señor Valentine.

Intenté evitarle lo máximo posible, pero era curioso ver cómo se manejaba con los clientes y el
ordenador central, no necesitó preguntarme nada, sabía buscar en la base perfectamente. Cuando despedí
al último cliente cerré la puerta por dentro y me dirigí a cerrar el TPV, pero él ya lo estaba haciendo.
-¿Quieres contar tú la caja? –Le miré raro-. Lo digo porque yo tengo el récord, soy capaz de
contarla en menos de tres minutos…
-¿Tres minutos? –Empezó a contar y me dejó paralizada-. Vale… veo que te apañas con eso, yo
iré a revisar temperaturas… es lo mío…

Recorrí cada sector, comprobé que todo estuviera en correcto estado y programé el riego para la
noche. Al volver él me esperaba sentado de nuevo en el mostrador, el TPV cerrado y el ordenador central
apagado, todo parecía estar bien.
-¿Cómo…?
-Usas el mismo TPV que nosotros, y la base de datos es la misma… -Rodó los ojos-. No es
difícil manejarla… -Se encogió de hombros-. ¿Todo bien?
-Sí… -Me quedé algo ida y él rió-. Voy a cambiarme… -Señalé mi peto de trabajo-. No me gusta
ir así a ver a Abi…
-¿Vamos a ir a verla? –Asentí metiéndome en la oficina y cerrando la puerta, vi cómo alzaba una
ceja por las rendijas de la cortina… las volví para que no pudiera ver nada-. No pensaba mirar…
-¡Por si acaso!
-No creo que me sorprendiera nada… -Rió y yo miré mi muslo, quizá sí se sorprendería… Me
puse los pantalones de pinzas y la blusa roja-. ¿Vas a tardar mucho más?
-No… -Vi el estuche de maquillaje y lo pensé-. Dos minutos…

Me di un poco de colorete, un poco de rimel y un color rojo oscuro en mis labios, además de un
poco de brillo encima. Atusé un poco mi pelo, me puse el abrigo y salí suspirando, él se giró y se quedó
algo boquiabierto, aunque pronto reaccionó.
-¿Conduces tú, entonces?
-Sí… -Asentí y cogí mi bolso, cerré la puerta de la oficina y salimos-. ¿Quieres cambiarte tú
también antes de que nos vayamos…?
-Tranquila… me cambio en el coche… -Cogió la bolsa del maletero y se metió en el coche
riendo-. Soy mucho más rápido que tú…
-Claro… -Reí un poco y suspiré cerrando el candado-. Tú eres rápido en todo…
-No en todo… -Me asusté y él rió abrochando los botones de su camisa azul-. Hay cosas que por
muy rápido que sea no puedo hacer… -Alcé una ceja-. Mírate… jamás podría ponerme así de colorado en
tan poco tiempo… -Rió-. En eso me ganas…
-¡Imbécil! –Cerré el candado y él se metió en mi coche sacándome la lengua-. Ya verás… Abi
está enorme… es la cosita más linda que jamás he visto. Siempre que me ve, se ríe… es una pasada, me
tiene loquita…
-No me extraña nada… -Alzó sus cejas y yo suspiré-. Eres su madrina y su prima… es normal,
¿no crees?

Asentí y permanecimos en silencio hasta casa de mi tía, la cual se sorprendió de vernos juntos.
La pequeña Abi empezó a reír nada más verme, estuvimos con ella una media hora, hasta que vinieron
mis padres que reaccionaron como mi tía al ver a Seth.
-Bueno… -Miré mi reloj-. Deberíamos irnos… no quiero llegar tarde a la cena… -Le hice una
pedorreta a la pequeña Abi y me despedí de mis padres y de mis tíos-. Luego os veo…
-¿A qué hora vendrás a casa?
-No lo sé… -Me encogí de hombros haciendo otra pedorreta a la pequeña-. Pero no creo que
llegue muy tarde… mañana tengo que madrugar…
-¿Y qué mas os da? –Mi tía miró a mi madre de forma poco sutil-. ¿No os ibais a quedar a
dormir aquí? ¡Que vaya a casa cuando quiera! Ya es mayorcita… seguro que no le importa tener la casa
para ella sola por una noche…
-Bueno… -Suspiré-. Nos vamos…
-Pasarlo bien…

Mi tía empezó a reír cuando cerré la puerta, Seth se mordió los labios y bajó delante de mí,
yo cerré los ojos y evité la tentación de ponerme a patalear y montarle una escenita a mi tía. Bajé algo
molesta y él esperó a que abriera mi coche para meterse en silencio.
-¿A qué hora abrirás mañana?
-A las nueve… -Me encogí de hombros-. Como siempre… ¿por qué?
-¿Necesitarás ayuda? –Me encogí de hombros-. ¿Eso es un sí? –Volví a encogerme de hombros-.
Vale, lo tomaré como un sí…
-No… -Le miré y suspiré mirando de nuevo la carretera-. No me parece bien, no quiero que dejes
algún magnifico plan por ir a ayudarme…
-No tengo mejor plan… -Rió-. De hecho, no tengo plan… pero si no quieres que vaya, no iré, si
quieres que vaya, iré… y si te da igual… pues iré a ver si me cruzo de nuevo con la señora Burton y me
trae un trozo de ese pastel suyo… -Reí-. ¿Quieres que vaya?

-Me da igual…
-Vale… -Rió-. Iré a ver si viene a verme…
-No creo… -Suspiré-. Pero si quieres ir… -Me miró alzando sus cejas-. No me vendrá mal,
Collin ya ha dicho que irá con Ashley… pero habrá muchos árboles para descargar y cargar… así que no
me importará si, voluntariamente y sin que te sientas obligado, vienes a ayudarnos…
-Me he ofrecido yo… ¿no? –Asentí-. Pues allí estaré…

Cuando llegamos a casa de Ryan su madre se alegró de que llevara a alguien más. Me sorprendió
ver que Jake y Nessie también estaban, nos dijeron que iban a pasar la noche en su antigua casa, así que
me quedé más tranquila… me libró en cierto modo de invitar a Seth a dormir en mi casa…
Reímos mucho en la cena, la madre de Ryan empezó a sacar videos de cuando éramos niños e
incluso vimos algunos de los que Kev había traído… uno del cual yo me avergoncé mucho, el del día de
mi cumpleaños tocando y cantando con mi padre.



Todos rieron al verme con esa cara de felicidad… era extraño, me veía tan sumamente feliz…
recordé esos días y no pude evitar cruzar una mirada con Seth.
-¡Qué rara te veo ahora! –Dijo Kevin riendo-. Ahí aún tenías cara de buena y todo…
-Es que entonces aún era inocente… -Nessie rió y Kevin nos miró sorprendido-. ¡Realmente se te
ve rara ahí!
-Es que estaba emocionada… -Me encogí de hombros algo sonrojada, Kevin rió-. Fue un gran
regalo… así que…
-No cambies de tema… ¿lo de inocente ha ido por donde creo que iba?
-Se hace tarde… -Me levanté de golpe y él empezó a reír-. Mañana madrugo, ¿sabes? Pienso
llamarte nada más que me despierte… a ver si te ríes tanto a las siete de la mañana…
-¿Qué día fue? ¿Lo recuerdas?
-Buenas noches…

Cogí mi bolso y salí corriendo mientras Nessie, Ryan y Kevin reían muy alto con la madre de
Ryan… mis mejillas ardían y estaba enrabietada, era un golpe muy bajo, mucho más teniendo en cuenta
que él estaba delante… Suspiré al entrar a mi coche y me relajé antes de arrancar.
Llegué a casa y me sorprendió que hiciera tanto frío, me dirigí a la caldera e intenté encenderla,
pero no lo conseguí. Estuve a punto de llamar a mis padres, pero era tarde y no quería molestarles… lo
peor fue ver que sólo quedaban dos troncos y los de la leña no llegarían hasta el lunes… empecé a sacar
mantas de mi armario cuando mi móvil sonó.
-¿Sí?
-¿No estarás enfadada?
-No…
-Oye, era broma… no quería que te enfadaras, en serio…
-No estoy enfadada, Nessie…
-Por tu tono, noto que mientes… ¿Qué puedo hacer para que me perdones? En serio, era broma y
no creí que Kevin fuera a…
-Nessie, en serio. No estoy enfadada.
-¿Qué te pasa entonces…?
-Nada… -Suspiré-. Mis padres están en Seattle y me acabo de dar cuenta de que se me ha
estropeado la caldera… Creo que hace más frío en mi casa que fuera…
-¿Quieres que vayamos a ver si podemos arreglarla?
-No, es igual…
-Vamos hacia allí…

Suspiré al ver que me había colgado. Me puse el pijama recio, el albornoz y unos guantes…
estaba realmente congelada. Bajé las escaleras y justo llamaron a la puerta… Suspiré y abrí para
encontrarlos, me miraron curiosos hasta que Nessie empezó a reír.
-Sí que tienes frío…
-Graciosa… -Mascullé-. Que vosotros tengáis equivocado vuestro termostato, no quiere decir
que los humanos normales no sintamos el frío… -Rieron y les hice pasar-. No era necesario… ya he
sacado mantas, así que…
-Vaya… -Jake sacó aire despacio formando vaho-. Sí que tienes frío aquí… ¿Dónde está la
caldera…?
-Bajo las escaleras… -Tirité-. ¿Queréis algo caliente? –Alzaron una ceja los tres a la vez-.

Bueno, yo voy a hacerme algo caliente…

Entré a la cocina y puse a calentar un tazón de leche en el microondas mientras sacaba el cacao.
Eché un par de cucharadas y le di vueltas, salí tiritando de nuevo al pasillo mientras Seth maldecía.
-Tendrás que llamar al técnico… no tenemos la pieza que se te ha roto y no hay manera de
arreglarla…
-¡Vaya! Algo que no podéis arreglar… -Reí-. Gracias de todos modos…
-Deberías venir a mi casa… -Nessie hizo una mueca-. Vas a congelarte aquí… -La miré
prudente y ella asintió a mis pensamientos-. No quiero enterarme de que mi mejor amiga ha muerto por
congelación, ¿vale? Coge algo de ropa para mañana… si no quieres cambiarte ahora lo entenderé…
-Vale… -Subí y cogí algo de ropa para bajar corriendo-. Ya estoy…
-Genial… -Miré a mi alrededor y Seth se encogió de hombros-. Se han adelantado para calentar
la casa… -Tirité-. Será mejor que ahora me dejes conducir a mí…

Asentí mientras él reía y me cogía la bolsa, me metí en el coche y me encogí. Él encendió la
calefacción nada más arrancar y me miró riendo y negando. Aparcó en la puerta de Nessie y me dio
miedo abrir la puerta, se estaba muy calentita en el coche y sabía que me iba a congelar nada más bajar.
Tirité nada más abrir la puerta y corrí al ver que Nessie abría la puerta de su casa.
-Sí que tienes frío… -Rió al verme entrar corriendo directa a la chimenea-. ¿Necesitas algo más
para calentarte?
-No… -Me quité los guantes y puse las manos cerca del fuego-. Estaré bien enseguida…
-Estás azul… -Rió poniendo sus manos en mis mejillas-. Estás congelada… te prepararé un baño
caliente, o te va a dar algo…
-Estoy bien… -Ella rodó los ojos y Jake se sentó a mi lado, tomando mis manos-. Gracias… -Él
rió frotándolas-. Se siente bien…
-De nada, somos especialistas en esto…
-Sí… -Seth se sentó a mi otro lado y me quitó los gruesos calcetines, abriendo los ojos de par en
par al tocar mis pies-. Vas a perder un dedo o algo…
-Exagerado… -Reí y acerqué mis pies a su pierna, él dio un respingo y reí-. Perdón, algo
instintivo…
-No importa… -Frotó mis pies con cuidado-. ¿Cómo puedes estar tan congelada? –Me encogí de
hombros-. No quiero imaginar si te hubieras quedado sola… te hubieras puesto mala seguro.
-El baño ya está… y he puesto un radiador para que el baño se caliente un poco más, cuando
quieras, puedes entrar.
-Gracias… -Me ayudaron a levantar-. Ni en un hotel de cinco estrellas… -Reí-. No era necesario,
en serio…
-Sí que lo era… -Nessie cogió mis mejillas e hizo una mueca-. Está a treinta y siete grados… y
tu piel aún está en los treinta y uno, así que la notarás caliente.

Y tan caliente… me costó cinco minutos poder entrar, pero cuando me sumergí… eso era el
cielo. Empecé a notar mis pies, cosa que agradecí, y poco después mis manos… me relajé bastante y
cuando salí la habitación parecía un poco fría en comparación, pero no tanto como mi casa…
Me sequé rápido y volví a ponerme el pijama, el suelo de madera ayudaba a que mis pies no se
congelaran tanto… pero aún así, al salir al pasillo ya los tenía de nuevo congelados. Seth se asomó por la
habitación de los padres de Nessie y sonrió.
-¿Mejor?
-Eso creo… -Sonreí y froté mis pies, él alzó una ceja-. Se calentarán en cuanto entre a la cama,
gracias por haberlos templado…
-Anda… -Suspiró y se acercó-. Vamos… -Me empujó hasta la habitación de invitados y

comprobé que la cama ya estaba abierta, pero con las sábanas extendidas. Al meterme dentro estaba
ligeramente cálida y olía a él… Le miré raro-. No quería que tuvieras frío al entrar…
-Yo… -Me sonrojé y él sonrió metiendo las manos bajo las sábanas para coger mis pies,
haciendo que me sonrojara mucho más-. Gracias…
-Ya me devolverás el favor, lo recordaré… -Rió y se quedó conmigo hasta que mis pies estaban
tan calientes que no notaba el calor de sus manos-. Bueno, creo que ya está… -Acarició mis pies con
cuidado y yo asentí-. Me voy… estaré a unos pasos si necesitas algo… -Asentí y él besó mi frente-.
Espera… -Cogió la sábana y me cubrió hasta los ojos-. Así mejor… -Empezó a reír-. Buenas noches,
preciosa…
-Buenas noches… -Dije evitando tiritar de nuevo-. Que descanses…

Empecé a respirar bajo la sábana, eso calentaba un poco más la cama y era de agradecer. Estaba
a punto de dormirme cuando oí una risotada en el piso de arriba, me revolví levemente en mi cama y
me quedé parada al escuchar otra risotada. Escuché atentamente por puro instinto cuando percibí un
murmullo al final del pasillo, seguido de otra risotada en el piso de arriba y una leve risa del final del
pasillo. Escuché una especie de sonido de meditación seguido de un murmullo y otras dos carcajadas en
el piso de arriba.

Me mosqueé levemente y me levanté cubriéndome con la colcha de plumas, salí al pasillo y todo
quedó en silencio. Me asomé a la habitación de Seth y parecía dormir… escuche otra risotada en el piso
de arriba… ¿Se estaban quedando conmigo? Volví a la cama escuchando otra leve risa del piso de arriba.
-¿Se puede saber qué os pasa? –Susurré-. ¿Qué me pierdo?
-¡Sh! –Nessie abrió la puertecita de las escaleras con cuidado y bajó sin apenas hacer ruido-. Está
hablando en sueños, escucha atenta… -Dijo en mi cabeza-. Es que incluso se ríe sólo…
-¿Qué?
-¡Sh! –Jacob bajó despacio por las escaleras riendo-. Esperad aquí…


No le hicimos caso y le seguimos andando sigilosamente, él se paró en la puerta y nosotras
detrás de él, escuchando atentamente. Nessie tomó mi mano y me mostró los sueños de Seth, podía ver
la playa y el acantilado, soñaba con el día que me tiró con Maila… pero la imagen se interrumpió cuando
Seth se abalanzaba sobre mí en la arena.
-¡Seth! –Nessie empezó a reír cuando él se levantó de un salto-. Baja el volumen… ¿quieres?
-¿Qué? –Pareció confuso y nos miró a todos. Se sonrojó muchísimo y apenas pude entenderle-.
¿Tanto roncaba?
-No, hablabas en sueños… -Nessie empezó a reír con Jake-. Así que nada, sigue soñando si
quieres, pero al menos no compartas tus sueños en voz alta…
-Vaya maneras de tratar a tu perra… -Jake suspiró-. Ya te vale, chantajearla así…
-¿Qué? –Miré a Jake confuso y él empezó a reír mientras desfilaba en calzoncillos hasta su
cuarto, Nessie le miró de forma poco adecuada por lo que reí, pero ella se vengó mostrándome cómo Seth
nos había soñado y empezó a reír siguiendo a su marido-. ¿Pero qué pasa?
-No sé… -Dije viendo cómo Nessie subía a la velocidad del rayo-. Pero creo que tendría que
haberme traído los tapones para dormir… -Mascullé y él me miró raro-. Sigue durmiendo antes de que
oigas algo que no quieres oír…
-¿Qué? –Se escuchó un golpetazo en el piso superior y yo cerré los ojos-. ¡Os vais a hacer daño
como seáis tan brutos! –Empezó a reír y yo suspiré-. ¿Quieres que vaya a buscarte los tapones?
-No… déjalo. Esto es una casa de locos… -Mascullé yendo hacia mi cuarto-. Uno hablando en
sueños, la otra picándome y riendo… y el otro provocando a su mujer… -Me tumbé en la cama y tirité-.
Encima la cama se me ha enfriado y tengo sólo cuatro horas para dormir… genial. Esta sí que es una
buena noche…
-Te quejas demasiado… -Seth se tumbó a mi lado sobre la colcha-. Anda… -Me arropó mejor-.
Quédate quieta un rato y ponte esto si quieres… -Me dio dos trozos de algodón-. Creo que algo hará para
que no escuches… -Señaló el piso de arriba-. Ya verás como te duermes rápido…
-Ya… -Sonrió y le di la espalda-. Seguro…
-Vaya… -Acarició mi cuello y yo me tensé. Se asomó y me miró, no sabía qué decirle, sabía que
lo había visto y esperaba alguna pregunta, algún reproche… pero simplemente sonrió y apagó la luz-.
Buenas noches…
-Buenas noches…
-Por cierto… -Besó mi mejilla y me sonrojé-. Me gusta tu tatuaje…

Me puse los tapones escuchando su leve risa… si ya iba a ser complicado dormir… teniéndolo a
mi lado, sintiendo su calor y sabiendo que había visto lo que tanto había escondido… iba a ser imposible.
Noté sus cálidos dedos apartando mi pelo, parecía como si estuviera viéndolo a pesar de la oscuridad,
notaba sus dedos haciendo la forma de aquella flor una y otra vez.
La alarma de mi móvil empezó a sonar, un incesante martilleo que me molestaba, aunque apenas
era capaz de abrir los ojos. Tenía tanto sueño que me dolía sólo intentar abrirlos. Noté que algo se movía
a mi lado y el pitido incesante paró. Me removí levemente hacia el otro lado, cálido y con su olor.
-¡Ey! –Susurró e intenté abrir los ojos, no pude y rió-. Buenos días…
-Lo que sea… -Mascullé frotándome los ojos y gemí-. ¡Cómo escuecen!
-Lo sé… -Rió y noté que besaba mi frente, le miré mal-. Vale, que me mires con tanto odio y
tanto sueño, me da miedo… -Rió de nuevo y suspiró-. Duerme un poquito más, creo que Nessie ya está
preparando el desayuno y si me dejas conducir a mí acortaremos unos quince minutos de camino… o
incluso más, si me apuras.

-Tú pagarás la multa…
-Vale… -Rió de nuevo-. Ahora duérmete un ratito… ¿Necesitas algo? –Negué-. Vale… -Puso
sus dedos en mis párpados cerrando mis ojos-. Entonces descansa un poco más…

Abracé la cálida almohada y me acomodé, estaba realmente cansada porque apenas pude
recordar la conversación cuando su hermosa sonrisa me volvió a dar los buenos días.
-Son las ocho…
-¡Las ocho! –Salté de la cama-. ¿Dónde está mi ropa?
-Aquí… -Rió señalando un pequeño radiador-. He pensado que preferirías ponerte la ropa
calentita, te dejo sola.
-Gracias…

Me cambié rápidamente, casi me caigo al ponerme los vaqueros y cuando me metí en el jersey
atusé mi pelo para salir corriendo mientras me ponía los zapatos. Bajé con uno puesto y el otro sin poner,
Nessie me miró curiosa al verme parada al final de la escalera poniéndome el otro zapato.
-Buenos días…
-Sí, sí, sí… -Busqué mi bolso y ella rió-. ¿Qué?
-Seth te espera en el coche, con tu bolso y tu desayuno… ¡Corre!
-Oye, gracias por dejar…
-Lo sé, vete o llegarás tarde… -Asentí y me lancé a darle un abrazo-. Venga, largo. Si le haces
esperar más se va a volver loco…
-Gracias… despídeme de Jake… y dile que…
-Lo sé…

Rió mientras salía disparada al coche. Abrí la puerta del tirón y Seth sonreía, el coche estaba
calentito y mi desayuno listo para tomar en el salpicadero, mi bolso en el asiento trasero y las llaves de la
tienda en uno de los huecos del freno de mano. Me puse el cinturón con una enorme e inevitable sonrisa y
él arrancó en ese momento. Cogí el gofre y el café y empecé a desayunar mientras salíamos de Monroe.
-¿Tú has desayunado?
-Sí, algo así… -Rió-. Pero ya sabes…
-¿Siempre te quedas con hambre? –Asintió riendo-. ¿Quieres un poquito? –Negó y yo bufé-.
¡Vamos! –Le acerqué el gofre-. Muerde un poquito, sé que quieres…
-No, cómetelo tú…
-Yo no quiero tanto… -Casi se lo metí en la boca-. ¡Muerde! –Reí cuando mordió, realmente
parecía hambriento-. Así me gusta, buen chico…
-Oye, que no soy un perro, ¿vale? –Le miré riendo-. Vale… ya me entiendes.
-Vamos bonito… -Le acerqué de nuevo el gofre-. Muerde un poquito más… -Rió y mordió, esta
vez con más mesura-. Así no vas a hacerte grande, eh…
-¿Más aún? –Rió-. Anda… termínatelo y calla…
-¿Cómo? –Le miré sorprendida-. Que sea la última vez… -Rió-. En cuanto lleguemos a la tienda
vas a ver… puedo ser la jefa más tirana del mundo…
-Ya lo eres… -Rió-. ¿Vas a torturarme además de no pagarme?
-¡Idiota! –Le pegué levemente y rió-. Claro que voy a pagarte… como a Ashley y a Collin, sería
una mala amiga si no lo hiciera…
-No pienso aceptarlo… -Le miré mal-. Anda, págame con otro mordisco de eso tan rico y me
conformo… -Reí y le acerqué el gofre a la boca-. Con esto… -Dijo masticando-. Con esto me vale.
-Ni te lo imagines… -Negué mordiendo y él me miró-. Si no lo aceptas, se lo daré a Jake para
que te lo dé con la nómina del mes…
-Te odiaré si haces eso…
-Tú eliges… -Me encogí de hombros y él suspiró-. ¿Qué?
-Cámbiamelo por otra cosa, por otro favor… -Le miré raro-. Ven a la fiesta de fin de año, sabes
que siempre doy fiestas y me gustaría, no sé… -Me miró algo apenado y volvió a mirar a la carretera-. Me
gustaría que este año estuvieras… Sabes que no será lo mismo si no estás tú… -Le miré mal y cuando vio
mi mirada suspiró-. Sabes que no me refiero a eso, simplemente, me disgustaría saber que estoy dando
una fiesta en la que están todos tus amigos y tú estás aquí, aburrida…
-No estaré aburrida… estaré con mi familia…
-¿Vas a decirme que vas a pasarlo mejor quedándote en Seattle con tus padres y tus tíos?
-Y mi primita…
-¡Vale! Tu prima es un punto a favor… -Rió-. Pero seguro que se duerme pronto y no sé… sería
raro que todos estuvieran menos tú… luego todos te hablarán de la fiesta tan genial que he dado y te darás
de cabezazos por no haber ido…
-Tú no tienes abuela, eh… -Rió-. Además no estarán todos mis amigos…
-¡Claro que sí! Nessie ha invitado a Kevin, Cassy, Ryan y Wanda… ¿No te enteraste? –Me miró
y negué sorprendida-. Quizá lo dijo cuando te marchaste… no sé. Bueno, el caso es que ellos también
estarán… ¿Ahora vas a decirme otra vez que no?
-Pues… no sé. Lo pensaré…
-¿Lo pensarás?
-Bueno… digamos que dependerá de lo bien que trabajes hoy… -Reí-. Toma… -Le di otro
mordisco-. Para que vayas cogiendo fuerzas…

Reí y terminé mi desayuno cuando montamos en el ferry. Él desapareció por un momento y
volvió con una bolsa del restaurante del ferry.
-¿Aún tienes más hambre? –Reí y él asintió feliz-. ¿Qué te has comprado ahora?
-Pues… -Sacó una de mis magdalenas favoritas y sonrió-. Me he comprado una mañana con la
jefa contenta… -Reí con él-. Medio gofre no es desayuno… y traigo otro café, ya que apenas has podido
dormir por mi culpa…
-Un café no es suficiente…
-Bueno… a media mañana te llevaré otro si quieres… -Reí y él sacó otro café, por lo que le miré
raro-. ¿Qué? Yo tampoco he dormido demasiado…
-A que no me rindes nada hoy… -Reí y él negó-. Seguro que has dormido más que yo… -Alzó
una ceja y me quedé paralizada-. ¿No has dormido nada?
-Algo… -Hizo una mueca al ver mi cara de disgusto-. Venga, cómetela ya, que vamos a llegar en
diez minutos…
-Seth…
-Oye, me fui a dormir cuando te quedaste dormida… pero los ruidos de la pareja no me han
dejado dormir… ¿Vale? Como no podía dormir y oía tus dientes castañear… me he tumbado un rato y a
los veinte minutos ha sonado tu despertador… No ha sido culpa tuya…
-¿Seguro? –Asintió pero no me dejó muy convencida-. No sería por… -Señalé mi cuello y
entristecí. Él cogió mi mano y negó con una leve sonrisa-. Fue una tontería, no sé porqué lo hice…
-Vale, quizá eso me dejara un poco… -Hizo una mueca-. Pero no fue la mayor razón, sólo estuve
un rato pensándolo e imaginé que lo hiciste cuando pensaste que no ibas a verme más, como al resto de
tus amigos… -Acarició la serpiente de mi cuello-. ¿Debería darle más importancia?
-No… pero me siento mal, tendría que haberte dicho algo…
-No, en serio. No fue por eso, simplemente no pude dormir, no por preocupación, simplemente
mis sentidos y mi naturaleza no dejaron que me durmiera más profundamente, ¿vale?
-¿Seguro, seguro?
-¡Que sí…! –Suspiró-. Venga, come y calla…
-Seth… -Alcé una ceja-. No me digas lo que tengo que hacer…
-Vale, jefa…

Reímos levemente y desayunamos en el coche, apenas salí para mirar las olas chocar contra
el ferry como solía hacer normalmente… seguía con el frío en los huesos y estar en el coche con él me
mantenía más cálida que mirar por estribor.
Cuando llegamos al vivero abrí el candado y empecé a echar las luces, comprobar
temperaturas… al salir del invernadero pude verle en el ordenador y me acerqué curiosa, estaba mirando
el pedido que había hecho y sacando una copia… le miré raro.
-Es para compararla después con el albarán… -Asentí algo paralizada-. ¿No lo haces así?
-Bueno… sé lo que he pedido, así que no me hace falta sacarlo en papel… -Reí al ver su cara
descolocada-. Pero bueno, te lo agradezco…
-Pero yo no sé que has pedido… y si tienes tanto jaleo como ayer, tendré que comprobarlo yo…
sólo era por eso…
-Ya… -Reí y cogí el papel-. ¿Sabrías distinguir una rosa inglesa de una silvestre…?
-¿Acaso lo dudas? –Alzó una ceja desafiante-. Claro que puedo…
Rosers David Austin "TRADESCANT" Rosa Inglesa. David Austin 1993 Pictures, Images and Photos
-¿Con los nombres científicos incluidos? –Asintió seguro-. Ya… ¿entonces puedo confiar en que
sepas cuántos Dianthus tienen que venir?
-Claro… -Reí al ver su cara-. Vale, quizá no sea tan inteligente como tú, pero sólo quiero
ayudarte, dime qué hacer y lo haré… perdona la ignorancia de este tonto…
-No es eso… -Reí y me senté en su pierna-. No es que seas tonto, es que tú a tus motores… y yo
a mis flores. Es como si tú me hablaras de coches… algo sé, pero… -Su mirada me hizo levantarme de
golpe-. Lo siento… no debí… no sé por qué…

-Tranquila… -Sonrió ampliamente-. No me molesta…
-Ya… -Suspiré-. Aún así, no debí haberlo hecho…
-No empieces… -Se levantó y me amenazó con el dedo-. Si no dejaré que descargues tú sola los
35 abetos, 50 ramilletes de muérdago… y todo lo demás –Asentí apenada-. Te he dicho que no me ha
molestado, así que deja de darle vueltas…
-Precisamente porque no te ha molestado me siento peor… -Él rodó los ojos-. Hablo en serio…
no quiero que pienses…
-¿Qué? ¿Qué te sientes cómoda conmigo? –Le miré preocupada-. Pues déjame decirte que me
sentiría peor si no fuera así, me molesta más que te pongas así ahora que lo que has hecho.
-Pero no es eso, no quiero…
-¿Darme esperanzas? –Hice una mueca y asentí débilmente, ambos suspiramos-. Lo sé, pero
seguro que si te hubieras sentado encima de Kevin no hubieras reaccionado así… -Alzó una ceja con una
sonrisa y cogió mis mejillas con un leve pellizco-. No le des más vueltas.
-Vale… -Dije mientras él sacudía mi cabeza-. Pero lo siento…
-A ver… -Cogió mi cara con más cuidado y me miró fijamente-. Vuelve a arrepentirte por algo
así y te prometo que haré que te arrepientas de haberte arrepentido… ¿Vale? –Me quedé paralizada y él
sonrió-. Bien, veo que has cogido el punto… -Me soltó con una sonrisa-. ¿Qué tengo que hacer, jefa?
-Pues… -Apoyé mi brazo en el mostrador y apoyé mi cara en mi mano tapando lo máximo
posible mi rostro-. El pedido llegará sobre las diez… tengo que abrir en cinco minutos y tengo una lista
enorme de tareas que hacer… -Ojeé las tareas de apertura y él me las quitó-. ¿Qué haces?
-Entre tu rubor, tu mano en la boca y que apenas puedes hablar… doy gracias a tener un oído
fino… -Rió y golpeó mi frente con la carpeta delicadamente-. Veamos… -Ojeó las tareas-. Déjame a mí
lo de limpiar, tú ves haciendo lo demás…

Se alejó con la carpeta y me dejó apoyada en el mostrador sumida en un sentimiento realmente
extraño, avergonzada y feliz a la vez que culpable. Reaccioné dejándome caer sobre el mostrador, era un
completo desastre, en cinco minutos tenía que abrir y estaban todas las secciones sin escobar… encendí
mi TPV y corrí hacia la cámara para sacar los ramos que ya me venían preparados… tendría que hacer
unos cuantos más…

Corrí de la cámara al mostrador con los ramos, Seth empezó a reír cuando salía con la escoba
de la sección de fertilizantes, le miré mal y me imitó corriendo, así que le gruñí mientras me seguía con
la escoba riendo y se metía a la sección de decoración. Cargué dos viajes de ramos cuando salía directo
hacia las plantas ornamentales. Me quedé tan sorprendida que casi me tropiezo, cuando coloqué los diez
ramos él salía hacia la última sección, el invernadero… yo me dirigí a abrir la puerta justo cuando Collin
y Ashley llegaban.
Collin se quitó el casco y olfateó, me miró sorprendido y empezó a reír mientras Ashley nos
miraba raro… era normal que le gruñera, pero no tanto.
-¿Qué me pierdo? ¿Por qué te gruñe tanto hoy?
-Porque no está sola… -Empezó a reír mientras Ashley me miraba curiosa… mi rubor volvía a
aparecer-. Vaya manera de sonrojarse, hacía tiempo que no te veía así… creo que te había visto roja de
ira, de nervios, de enfado… pero avergonzada de verdad, nunca…
-Púdrete…
-¿Qué? –Ashley me miró con los ojos abiertos-. ¿Estáis…?
-¡No! –Ella se quedó algo paralizada y miró hacia mi espalda… me giré con una mueca mientras
él parecía sonreír. El coche de la señora Burton paraba en el aparcamiento y le miré raro al verle reír-. No
es posible… ¿cómo…?
-Soy un muchacho encantador… -Dijo riendo y pasando a mi lado para dirigirse al coche-. ¿No
lo sabías? –Se giró y ayudó a la señora Burton-. ¿Cómo está hoy? Ha venido demasiado pronto, aún no ha
llegado el pedido, no vendrán hasta las diez…
-No importa… -Dijo aferrándose al brazo de Seth-. Seguro que no me aburro aquí…
-Seguro que no… además he visto un jarrón perfecto para usted… -Seth me miró mientras
avanzaban al paso de Melisa y me guiñó el ojo-. Creo que le gustará…
-¿Sí? –Me miró-. Buenos días, Darlene… ¿Se sabe algo de las chicas?
-Aún no… -Sonreí-. ¿Cómo va su espalda?
-No mucho mejor… -Se agarró a mí-. ¿Ya le has puesto en plantilla?
-Pues… -Reí al ver cómo miraba a Seth-. No… pero creo que empezaré a planteármelo…
¿Quería un jarrón? ¿Cómo no me lo dijo?
-La verdad es que estabas tan atareada…
-No se preocupe, sabe que siempre tengo tiempo para usted… ¿Cómo fue la cena con su hijo?

¿Ya le ha convencido para que se cambie el pelo?
-No creo que pueda… -Hizo una mueca-. Vaya disgusto, hija, vaya disgusto… -Suspiró-. Resulta
que ahora dice que es la moda en Pasadena… ¡Y se ha echado una novia golfa! –Mis ojos se abrieron y
a punto estuve de reír, Seth y yo nos miramos aguantando la risa-. Sí, sí… me enseñó unas fotos de la
chica… no me gusta nada… ¡unos pechos! ¡Unos escotes!
-Entonces es guapa… -Dije soportando la risa-. ¿No?
-No, no… -Negó-. No son suyos…
-Bueno, pero si es guapa…
-No, eso no es belleza, hubiera preferido lo natural, así como tú… más discreta pero elegante,
¿sabes? –La miré sorprendida… me consideraba muchas cosas, pero no elegante-. O como tu amiga… -
Dijo mirando a Ashley que caminaba a mi lado-. Ella tiene un bonito escote y lo luce… pero no lo enseña
todo, es más discreta.
-Gracias… -Dijo Ashley riendo-. Son naturales…
-Se nota, son pequeñitos y coquetos… -No pude evitar reír al ver la cara de Collin y la de
Ashley-. No te rías, no… prefiero eso a lo que ella tiene…
-No será para tanto…
-Que sí, que sí… -Cabeceó-. Mucho mejor los vuestros… tú deberías ponerte más escotes como
ella, tú que estás bien dotada deberías mostrarlos un poco más… -Me sonrojé muchísimo y Ashley rió
con ella-. ¡Seguro que a estos chicos les alegrabas mucho más estos fríos días…! ¿Verdad joven?
-¡Segurísimo! –Collin empezó a reír al ver a Seth algo sonrojado… no quise fijarme mucho por
pura vergüenza-. Debería decirle que enseñe más las piernas también…
-Idiota… -Mascullé-. Bueno, pero al menos seguro que pronto se va de boda…
-No creo, mi hijo no es de los que se casan… -Negó-. Después de treinta y cinco años, no lo
casaré nunca y creo que me moriré sin nietos… -Negó apenada-. Una pena…
-Quién sabe…
-Nada, hija, no importa. Ahora, teniéndole tan lejos, me he acostumbrado… ya sabes que para
mí vosotras sois como mis nietas y me alegro mucho de que ver que os visitan estos chicos tan guapos…
-Palmeó el brazo de Seth-. Él es muy guapo… -Seth sonrió amablemente y Melisa suspiró-. Si tuviera
menos años y la espalda bien… -Negó-. Tu novia tiene suerte…
-Está soltero… -Collin sonrió-. Seguro que puede llevarle a cenar…
-Cuando ella quiera… -Seth sonrió-. Ya se lo dije ayer, me encantaría probar ese pastel de
calabaza del que tanto me habló…
-¿De verdad estás soltero? –Seth asintió y Melisa me miró-. ¿Y no te gusta ella? Seguro que si
se pusiera un buen escote te volverías loco… ¡eso sí que son dos buenos pechos y no lo de mi nuera! –
Collin y Ashley empezaron a reír y Seth se mordió los labios reteniendo una carcajada… yo miré mis
pies-. ¡Vamos, hija! ¿No te irás a avergonzar ahora? Si yo fuera joven, ya hubiera hecho locuras por un
muchacho como él… -Miró a Seth-. Es buena chica… muy amable y agradable…
-Lo sé…
-¡Ves! –Melisa tiró de mi brazo-. ¡Ponte una falda, un buen escote y al ataque! ¿A que tú la
llevarías a cenar con agrado?
-Claro que sí, pero es que ella no quiere… no hay manera –Le miré mal-. Es muy terca… no
acepta ni ir a mi fiesta de fin de año…
-¡Cómo es eso! –Melisa me miró como si la hubiera pisado-. ¡Vamos hombre! ¿No quieres ir a
cenar con él?
-Es que tengo mucho trabajo, señora Burton…
-Eso son tontas excusas, no se puede poner el trabajo antes que lo demás, es algo completamente
ilógico, se trabaja para vivir, no se vive para trabajar. Te lo dice una mujer que estuvo media vida
trabajando y ahora tiene a su marido bajo tierra y a su hijo a cientos de kilómetros, sola como una perra
vieja, amargada y sin más que hacer que cuidar mis plantas.
-No es para tanto…
-Claro que sí, aunque ahora que sé tu situación… me he encontrado un nuevo entretenimiento,
no descansaré hasta emparejarte con alguien.
-¡Mire! –Seth señaló el camión-. Hoy está de suerte…
-Ya sabía yo que tenía que venir pronto… el madrugar siempre es bueno, mucho más si puedo
hacer de celestina y ver a un muchachote guapo como tú…

Reímos levemente y yo me acerqué algo mosqueada a saludar al repartidor. Seth y Collin
empezaron a descargar antes de que yo empezara a comprobar nada, Ashley seguía hablando con la
señora Burton… ¡vaya día!
Llamé a mis padres para decirles lo de la caldera, pero la conversación empezó a degenerar y
acabaron preguntándome lo que no quería responder, así que les colgué cuando la cosa empezó a pintar
mal y me dirigí a recoger el pedido.
La verdad es que cuando intenté levantar uno de los árboles… casi se me cae. Hice fuerza pero
no se movía, Seth me imitó haciendo que no podía cargar con el árbol y le miré mal, rió cogiéndolo con
una mano y me mosqueé tanto que al moverlo se tambaleó y casi se me cae encima… pero él lo sujetó

con la otra mano antes de que me golpeara la cabeza y empezó a reír.

La mañana fue caótica, apenas pude parar a comer y agradecí que Seth desapareciera y trajera un
par de bolsas con comida. Me sentí mal, Collin y Ashley tampoco pararon de trabajar… cuando cerramos
nos desplomamos en el suelo riendo.
-¡Vaya día! –Suspiró Collin abrazando a Ashley-. ¿A qué hora tienes el concierto?
-Tarde. Aún nos da tiempo de ir a mi casa a dormir un poco, cenar y darnos una ducha antes de
cambiarme y salir corriendo hacia el Luxury.
-Eso suena genial, sobretodo lo de darnos una ducha…
-¡Eh! –Seth puso cara de asco-. ¡Que aún estamos aquí!
-Envidioso… -Collin rió-. Ya nos daremos tú y yo luego un baño en el río, en plan guarro, con
barro y todo, como a ti te gusta…
-Más quisieras, pájaro.
-Bueno, seguid con vuestro flirteo, yo voy a realizar una llamada… -Me miraron raro-. Necesito
una ducha y si no está arreglada la caldera me ahorraré el viaje y me iré a casa de mi tía…

Mi madre me dijo que todo estaba resuelto con la caldera, que podía ir allí así que cerré y me
despedí de Collin y Ashley, aunque Seth se quedó algo parado apoyado en su coche. Suspiré y le pregunté
poco convencida.
-¿Qué plan tienes?
-Pues… -Se encogió de hombros-. Ruth me ha dicho que me llamaría esta noche, que iban a salir
por Seattle y que me diría dónde van a parar. La llamaré ahora, creo que me dijo que estaría de compras.
-Suena bien… -Asintió y me miró preocupado-. Pásalo genial…
-Lo haré –Sonrió-. ¿Necesitas algo más, o puedo marcharme, jefa?
-No, puedes marcharte –Reí-. Que pases buenos días, feliz Navidad y todo eso que se suele decir
–Le abracé-. Gracias por ayudarme hoy y por todo.
-No tienes que darlas, ya sabes que siempre que me necesites voy a estar aquí. Tan simple como
que me llames o me entere que me necesitas.
-Gracias… -Le abracé más fuerte-. ¿Te veré pronto?
-No lo sé, pero espero verte antes de mi fiesta, aunque no sé cómo andaremos de tiempo –Noté
su risa en mi hombro-. Pero te veré en mi fiesta.
-No lo sé, en serio… -Me separé y sonreí-. Te prometo que intentaré ir, pero ya sabes que desde
que me fui, mi madre está muy pesada con las cenas familiares, no sé si podré ir seguro.
-Te esperaré allí, así que más vale que aparezcas o le diré a la señora Burton lo mala que eres con
su muchacho favorito…

Reí y asentí levemente, él se metió en su coche con una enorme sonrisa, mirándome de esa
manera que podía saber que estaba pensando en bajar del coche y besarme. Me alejé para que no lo
hiciera sin perder contacto visual, levantó su mano al arrancar el coche y salió aún mirándome. Suspiré y
sonreí, despidiéndole de nuevo… hasta el año siguiente. O eso había pensado.

Me dirigí al centro comercial, tenía que comprar los regalos de navidad y aún no había
empezado, tenía dos horas para comprar regalos para todos… iba a ser casi imposible, pero cogí un
carro y empecé a recorrer secciones. Un nuevo vinilo de coleccionista de los Beattles para mi padre,
un libro sobre psicología para mamá, unas pulseras para Cassy y Wanda, un disco antiguo para Ryan,
ropita de bebé para mi sobrina y mis tíos, un peluche enorme… y al final encontré algo que me recordó
a mi juventud por completo. Unas horrorosas zapatillas que siempre llevaba Kevin cuando era niño, eran
realmente feas pero le encantaban hasta que Samantha las tiró… menudo berrinche cogió. Las eché al
carro riendo y me propuse buscar un gran regalo para Claire.
Pagué todo y me dirigí con el carro repleto hasta aquella pequeña tienda, quedándome
algo paralizada al verle dentro. Reí y empujé mi carro suspirando cuando él se puso firme y se giró
sorprendido, realmente no esperaba encontrarle ahí y él a mí tampoco.
-¡Vaya! –Rió-. Si que vas cargada…
-Regalos de última hora… -Me encogí de hombros-. ¿Buscando algo para Claire? –Asintió
riendo y Ruth apareció emocionada, se quedó estática al verme-. Hola…

-Hola… -Dijo con pocos ánimos y se dirigió a Seth-. He encontrado esto… -Mostró un osito rosa
bastante infantil-. Es perfecto para ella, ¿no crees?
-No sé… -Seth hizo una mueca-. Tiene millones de osos…
-Es bonito… -Me miraron y sentí que no debí haber hablado, al menos por la mirada de Ruth-.
Creo que no tiene ninguno rosa…
-¿Qué vas a comprarle tú?
-No sé… -Reí y él alzó una ceja-. Vale, el otro día vi algo, pero no pienso decirte qué… luego se
lo comprarás tú y me dejarás sin regalo…
-Sería justo, tú me quitaste el regalo la última vez, así que…
-No perdona, la última vez conseguiste un regalo gracias a mí… -Reí y señalé un bolso blanco
bastante grande-. Va a ser mi regalo. Creo que no tiene muchos bolsos, había pensado en regalarle un
bolso y llenárselo de cosas imprescindibles…
-Tú le compras el bolso y me dices cosas que le pueda regalar para llenarlo… ¿Te parece?
-¿Ves? Ya estás yendo a lo fácil… te cuento mi idea y me la quitas… -Negué dramáticamente y
él rió-. Había pensado en comprarle el neceser a juego y llenárselo con cosas para chicas, un conjunto de
ropa interior, un pequeño bote de colonia, un peine, un espejo y una barra de labios…
-¿Ropa interior?
-Para emergencias… -Ruth rió-. Qué poco sabes del bolso de una mujer cuando se va de fiesta…
yo siempre llevo por si conozco al hombre de mi vida…
-¿En serio lleváis eso? –Hice una mueca cuando ella asintió y negué cuando no me miraba-. No
sé si es información que quiero retener en mi cabeza…
-Bueno, te lo pondré fácil… -Suspiré-. Sólo voy a cogerle el bolso, luego iré a comprarle un
conjunto de Women Secret… así que tú puedes llenarle el neceser de otras cosas, creo que Ruth podrá
ayudarte en eso…

Le pedí a la dependienta el bolso y lo pagué, me lo envolvió en una caja y después me acerqué
para despedirme mientras miraban cosas para meter en el neceser, aunque pude notar que su mirada se
desviaba en varias ocasiones hacia mí.
-Bueno… -Sonreí-. Me marcho a completar la lista…
-¿Aún te queda mucho más? –Negué sonriendo-. Porque necesitarás otro carro…
-No, sólo un par de cosas más y ya estaré lista… -Sonreí-. ¿A ti te queda mucho?
-La verdad es que tengo casi todos los regalos ya, sólo me faltaba el de Claire y Vera, por lo que
ahora ya sólo me falta el de Vera. Espero no tardar otra hora como con el de Claire…
-¿Una hora? –Reímos-. Vale, creo que Vera es más fácil, vive contigo así que sabrás qué
necesita, ¿no? –Hizo una mueca que me hizo reír-. Vale, retiro lo dicho.
-No necesita nada, es feliz con su… cosa -Se mordió los labios-. No tengo ni idea.
-Pues cómprale algo que le recuerde a su “cosa” -Reí-. Seguro que así aciertas.
-Gran idea… -Asintió pensándolo-. ¿No hay nada más que decir, como qué puede ser lo que le
pueda gustar de verdad?
-Seth… -Suspiré negando-. Me marcho, aún tengo muchas cosas que hacer… -Le besé en la
mejilla y palmeé su hombro riendo-. Suerte, vas a necesitarla.
-Gracias… -Puso cara de pena-. ¿Ni una pequeña pista? –Reí negando-. Eres cruel, pensé que
eras una jefa tirana pero veo que, además, eres una amiga tirana.
-No va a colar, no pienso ayudarte más.
-Vale, jo… -Puso cara de pena y me dio otro beso en la mejilla-. Ya te diré qué elijo al final, a
ver si te parece bien –Asentí-. Lo peor es que aún tengo que pensar algo para la fiesta también. Un asco.
-En eso sí que no puedo ayudarte, ya me contarás qué planeas, ¿vale? –Asintió y me despedí de
Ruth-. Pasarlo bien y no dejes que te vuelva loca, es capaz.
-Lo sé, lo conozco desde hace muchos años… -Asentí ante ese dardo envenenado, me lo
merecía-. Pásalo bien tú también.
-Gracias… Hasta luego…

Me alejé algo incómoda, su comentario me había sonado a algo parecido a “Yo iba tras él
cuando tú aún jugabas con Barbie®”. Cuando terminé mis compras fui hacia casa, paré en uno de los
semáforos y seguí dándole vueltas al tema hasta que vi algo que me hizo sonreír muchísimo. Paré cuando
pude y retrocedí andando para llegar a las taquillas que habían puesto en medio de la plaza, todo para
conciertos y noches navideñas… Perfecto para mi idea.