Capítulo XLIV: Espíritu navideño.

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Bueno pues aqui os le dejo sinto no haberlo puesto antes pero no me a sido posible bueno chiquetas que lo disfruteis!!!

Gwendylow

Mi padre revolvió mi pelo, me indicaba que ya era hora de la cena. Ayudé a mi tía a acostar a la pequeña Abi, mi madre y ella me miraron con cierta sorpresa y sonrieron casi a la vez al mirarse, las miré raro y ellas sonrieron más.
-Algún día serás una madre genial… se te da bien.
-No creo que… -Negué-. Jamás pensé que una criaturita tan pequeña pudiera hacerme sentir tanta confusión y admiración. Es raro.
-Es instinto maternal… -Mi madre sonrió-. Vamos a cenar…
Cenamos tranquilos, reímos y estuvimos viendo fotos del bautizo de Abi, del día en que nació y mi tía nos mostró el cuadro que le estaba haciendo a punto de cruz. Era un dibujo de Campanilla y su nombre, Abigail Judie. Miré el reloj, las diez.
Me levanté y saqué de mi bolso las cuatro entradas para el espectáculo de esa misma noche, me acerqué a ellos y me miraron sorprendidos.
-Sé que hace muchos días que no podéis disfrutar de una salida romántica… -Me encogí de hombros-. Y sé que mamá lo echa de menos, así que había pensado que una cita doble para ir al teatro la noche de navidad, sería buena idea…
-Es el pase de las once… -Michael sonrió y mi tía puso mala cara-. Volveríamos a las dos, como muy tarde… ella tiene razón.
-No te preocupes por Abi J, yo no tengo mejor plan que quedarme a verla dormir… así que quiero que cojas las entradas y te largues a disfrutar de una noche sin preocuparte más que de pasarlo bien… ¿vale?
-Si algo pasa…
-Tendréis que apagar el móvil, yo me encargo de todo. Son sólo unas horas… no pasará nada, ¿vale? Confía un poco en mí… sé donde tienes el número del doctor, cómo prepararle el biberón, dónde están los pañales… y está dormida. Déjame ejercer de madrina y darte una noche de descanso, ¿vale?
-Bueno… -Suspiró y miró el reloj-. Voy a ponerme mona…
-Vamos, corre…

Reí cuando Michael suspiró y lo tres me agradecieron el detalle. Me senté en el sofá cuando se marcharon, me acomodé y saqué el móvil de mi bolso, desplomándome de nuevo para leer los cuatro mensajes distintos que tenía, uno de Kevin y Cassy, otro de Nessie y su familia, otro de Ryan y Wanda… y otro de los chicos. Sean y Kyle estaban esperando a que Seth llegara a Seattle para que pudieran disfrutar de mi regalo, al parecer aún no sabía de qué iba la cosa.
Suspiré y les mandé un correo a todas las chicas, sabía que iban a estar en “Villa Lobos”, como me había dado por llamarle ahora a ese extenso terreno donde todos habían empezado a mudarse. Aunque era más una especie de aldea, todos sabían que Jake no estaría muy contento de estar rodeado, así que habían dispersado las casas lo máximo posible, con un mínimo de un kilómetro de separación cada una… aunque eso no suponía gran distancia para ellos.

Me removí y puse la tele, no hacían más que programas típicos de Navidad… pero no había otra cosa. Miré mi móvil unas diez veces en menos de dos minutos, me quedé algo paralizada al darme cuenta… me aburría mucho. Pensé en cómo estarían pasando la noche mis amigos, me imaginé que se habrían juntado todos en una casa para hacer una de las típicas cenas, a los gemelos, Jonás y Hilda correteando con Ephraim y Leah… Vera esperando a terminar la cena con sus padres para volver corriendo a ver a su William. Sean y Kyle haciendo fila para entrar al festival… Seth intercambiando regalos con la chupi panda… o parte de ella. Sólo con las víboras… ¡Para! No debía pensar así… eran sus amigas y estaban pendiente de él, era normal… y aunque buscaran algo más que eso, era lo que yo estaba esperando, lo que yo había deseado… o al menos una parte de mí. Mi móvil empezó a vibrar, mi corazón dio un vuelco y se paró cuando fui a ver quien era, pero era un número oculto.
-¿Sí?
-Te has pasado… -Su voz hizo que mi corazón latiera rapidísimo, se le notaba feliz y eso me hizo reír-. ¡Qué pasada! Me encanta el regalo, en serio…
-Me alegro… -Suspiré-. ¿Estáis ya esperando para entrar?
-Sí… la verdad es que acabo de llegar, había quedado con ellos en un bar y cuando estaba allí me han llamado y me han dicho que siguiera su rastro…
-Lo único que no sé si habré acertado con la talla de la camiseta, sino puedo cambiarla…
-¿Camiseta? –Murmuró-. ¡Ah! Vale… -Me quedé esperando, parecía estar hablando con los chicos-. ¿Me esperáis? Genial…
-¿Qué pasa?
-Que se han dejado el resto del regalo en el coche… -Rió-. Estoy yendo en su búsqueda, al parecer querían darme el resto del regalo después…
-¡Espera! –Lo pensé-. Es mejor como ellos dicen, hay más cosas y creo que será mejor que las veas después del concierto… ¿vale?
-Después de decirme eso… creo que has avivado las ganas de correr al coche. ¿Hay más cosas?
-Unas cuantas, pero en serio, no son más que tonterías…
-Vale, ¿sabes?, no puedo esperar a después del concierto, así que voy a colgarte para que no puedas decirme nada más y pueda ver mi regalo…

Miré el móvil, realmente me había colgado. No pude hacer otra cosa que suspirar y reír, aunque la verdad es que reía más por nervios que por otra cosa. Recordé cómo el día anterior había cerrado un rato antes para que me diera tiempo a prepararlo, compré una caja roja grande para llenarla con regalos y un lazo verde para cerrarla. Dentro había metido una camiseta, un pequeño cofre de Hugo Boss, su colonia favorita, un par de juguetes para Maila, un peluche de un corazón con brazos y otro igual más pequeño para el coche, una cajita con un reloj y un colgante a juego. Cerré la caja y había puesto un sobre con las tres entradas para los chicos con una nota… Recordé las palabras exactas que había escrito.

Un regalo para todo tipo de salidas, para tardes entretenidas con Maila, para noches de fiesta… y para una noche con dos buenos amigos disfrutando de tu música favorita. Espero que así los tres os lo paséis genial, olvidéis todo por unas horas y el resto de la manada disfrute sin vuestra molesta presencia… Gracias por ayudarme estos días, disfruta de tu noche. Con cariño, Darlene.

Recordé la sorpresa de Kyle y Sean cuando les había llamado para que vinieran ese mismo día, había comido con ellos y les había dado las tres entradas y el regalo mientras él estaba con sus amigas. Ambos estaban muy tensos, como si no supieran muy bien qué decir, cómo agradecerme que les eligiera a ellos y la cara que pusieron cuando les expliqué que era porque ninguno de los dos iba a pasar la noche con sus chicas…
-Gracias… es un gran detalle.
-Yo preferiría un billete a Buenos Aires… -Sean suspiró-. Pero también te lo agradezco…
-Sé que vais a conseguir pasarlo bien… -Kyle me sonrió-. ¡Vamos! Cualquier chico normal quiere una noche libre para pasarla de fiesta con sus amigos…
-Cualquier chico normal, pero no es que seamos normales precisamente… -Kyle rió-. ¿No has pensado que quizá él prefiera ir contigo?
-Pero yo no podría, tengo más cosas que hacer… -Suspiré-. Además no sería justo, quiero que los tres lo paséis bien y dejéis de molestar al resto… -Hicieron una mueca y reí-. Todos se angustian porque estáis muy amuermados desde que las chicas se fueron…
-Es algo que entienden… -Sean se encogió de hombros-. A ellos les pasaría exactamente lo mismo, así que…
-Bueno, pues seguro que ellas no querrían que estuvierais toda la Nochebuena así, por eso quiero que vayáis vosotros con él… pero nada de hablar de chicas ni cosas del estilo, sólo música y si acaso las chicas que os rodean… tenéis que prometérmelo o no intercederé por vosotros con las chicas…
-Eso es chantaje… -Sean bufó-. No es justo…
-Bueno, si vais y hacéis lo que quiero, prometo convencerlas a ambas de que tres y cuatro años de diferencia no es tanto… -Alcé las cejas-. O puedo hacer lo contrario.
-Vale, noche oficial de chicos… -Kyle palmeó y Sean hizo una mueca-. Venga, el espíritu es celebrar algo… podemos celebrar que queda un día menos para que las chicas vuelvan…
-Aún así… -Sean suspiró y yo alcé una ceja-. Prometo intentarlo… intentaré pensar que ya sólo quedarán trece tortuosos días para que vuelvan…
-¡Ese es el espíritu! –Dije riendo-. ¿Podréis darle el resto del regalo vosotros? No creo que pueda acercarme, estaré de niñera posiblemente…
-Entonces nuestra misión es de mensajeros y entretenimiento… -Asentí cuando Sean señaló el paquete-. Más te vale ser persuasiva con las chicas…

Mi móvil sonó de nuevo y me lancé a por él como si de una leona cazando se tratara. Descolgué rápidamente y no pude decir nada.
-Vale, te habías pasado con las entradas… pero esto es… -Rió-. ¿Nuestra molesta presencia? Pasaré eso por alto sólo porque es Nochebuena… pero que sepas que no me gusta que hayas comprado tantas cosas… seguro que te has dejado un montón…
-¡Calla! –Reí-. Lo dicho, vete ya a disfrutar de Lenny Kravitz y déjame seguir ejerciendo de niñera, ¿quieres?
-¿Niñera?
-Estoy cuidando a mi prima, mis tíos están en otra noche especial con mis padres… me ha dado por regalar noches especiales este año…
-Ya veo… -Rió-. ¿Y a qué hora terminas tus servicios como niñera?
-No sé, pero tampoco me importa.
-Bueno, pues cuando termines llámame… quiero agradecerte esto, es una pasada…
-De eso nada, es noche de chicos, así que no pienso dejar que interrumpas tu noche de juerga por agradecer nada, quiero que lo pases bien con ellos… -Suspiró-. ¿Qué?
-Que creo que me he quedado corto con tu regalo, tendré que hacer algo enorme para compensar la diferencia, ahora me siento fatal.
-Ni se te ocurra… siempre has sido tú el de los regalos extra fantásticos, déjame lucirme por una vez, ¿quieres? Ahora voy a colgarte, tienes que ir a la fila con los chicos y pasarlo genial. Buenas noches.

Colgué y me mordí el labio riendo, podía imaginar su cara a la perfección, una mueca extraña entre la molestia y la felicidad con una pizca de ilusión. Me dio rabia haberme perdido su cara, pero el llanto de Abi Judie me distrajo. La acuné un poco y se quedó callada, pero al ir a dejarla en la cuna empezó a llorar de nuevo. Tras cuatro intentos decidí llevármela al salón, me tumbé en el sofá y la puse sobre mi pecho, parecía mirar todo a su alrededor, era tan bonita… acaricié su naricita hasta que por fin se quedó dormida de nuevo y la dejé descansar tumbada sobre mí.
Mi mirada no volvió a desviarse a la tele, tenía algo mucho mejor que ver sobre mí, algo tan bello y tan inspirador que atraía mi mirada mucho más que cualquier cosa que pudiera mostrarme una caja tonta. Mucho mejor y mucho más alentador.

Pude oír pasos y murmullos, una mano fría quitando la mía de la espaldita de Abi Judie, abrí los ojos asustada y mi tía sonrió. Cogió a la pequeña con cuidado y empezó a llorar, la cogí yo de nuevo y la tumbé en la cuna, acariciando de nuevo el puente de su nariz mientras ella me miraba atenta. Mi tía la miró a mi lado, mi madre nos miraba desde la puerta.
-Vas a ser toda una madraza… no voy a cansarme de decirlo.
-No mejor que vosotras… -Sonreí y vi cómo la pequeña se dormía-. Bueno… -La arropé y mi tía sonrió-. Hora de irse…
-Espera… -Me cogió de los hombros guiándome al salón-. No te hemos dado tu regalo… -La miré raro-. No es un regalo como tal… es que el otro día estuve organizando el armario de la habitación de Abi y encontré algo que quizá quieras recuperar… -Empezó a reír alto y la miré mal, Michael empezó a reír también-. Voy a por él…

Cuando sacó aquella pequeña cajita… me llevé las manos a la boca e intenté no sonrojarme por todos los medios. Mi tía empezó a reír de nuevo y yo me limité a intentar cambiar de tema.
-Bueno… ¿nos vamos?
-¿No vas a abrirlo? –Mi padre me miró raro-. ¿Qué…?
-Vamos, dejadla en paz… -Michael se desplomó en el sofá y rió-. Es una caja secreta, con cosas de chicas…
-Déjame ver… -Mi madre fue a coger la caja y la escondí en mi espalda-. ¡Vamos! No puede ser tan malo… -Miró a mi tía y ella rió-. ¿Tú sabes lo que hay?
-Creo que no es para tanto, Darlene… -Mis padres me miraron como si estuviera portándome como una niña escondiendo un examen suspendido… pero esto era peor-. No sé porqué te has asustado tanto, es algo natural…
-Pero qué… -Mi padre me miró raro-. ¿Tan malo es?
-¡Es la caja donde tenía preservativos! ¿Vale? –La cara de mi padre se desencajó y mi madre se quedó algo paralizada-. Ahora… ¿Podemos irnos?
-Claro… -Mi padre parecía querer dar marcha atrás y no preguntar-. Vamos…
-Ven… -Mi madre me abrazó y yo me quedé extrañada-. Muy responsable por tu parte… Aunque ahora tendrás que cambiarlos, seguro que han caducado…
-¡Mamá! ¡Vámonos!
-Claro, claro…

Nos despedimos de mis tíos y yo los asesiné con la mirada mientras reían. La vuelta a Monroe fue realmente abochornante, mi padre miraba por la ventanilla y mi madre reía de vez en cuando desde la parte trasera. Aparqué en la puerta de casa y apenas entré, les di las buenas noches y me recluí en mi habitación. Estaba realmente cansada, así que no tardé a dormirme.
-Darlene… -Susurraron en mi oído-. Darlene… despierta.
-¿Qué…?
-Buenos días, conejita… -Mi madre sonrió enormemente-. Queremos darte tu regalo… Feliz Navidad… -Me tendió una cajita pequeña-. Espero que te guste…
-Aunque te va a parecer una tontería cuando veas el jardín… -Mi padre suspiró sentándose en la cama-. Feliz Navidad…

Abrí la cajita y me encontré un llavero de un osito de bolitas y una cartilla bancaria. Les miré raro y abrí la cartilla, un ingreso de quince mil dólares.
-¿Qué…?
-Es una ayuda… -Mi madre se encogió de hombros-. Sabemos que vas a hacer veintitrés, quizá quieras independizarte o quizá no… es simplemente una ayuda para tu negocio, para una hipoteca -Señaló el llavero- o para lo que quieras… Sabemos que vas a ser responsable con el dinero, así que es decisión tuya cómo usarlo…
-Esto es demasiado…
-No… -Mi padre señaló el pasillo-. Íbamos a esperar a que bajaras a desayunar para dártelo, pero alguien se ha adelantado… -Se encogió de hombros-. Así que queríamos dártelo antes de que vieras lo que te espera…
-¿Qué…? –Me levanté y ellos rieron, caminé por el pasillo hasta tener un ángulo del jardín trasero. Me paré en seco y reí, me acerqué lentamente riendo-. ¿Qué es eso?
-No sé… -Mi padre se encogió de hombros asomándose conmigo a la ventana-. Deberías bajar y averiguarlo, nosotros también tenemos curiosidad…

Reí y bajé corriendo las escaleras, abrí la puerta del tirón y corrí descalza por el césped hasta rodear la casa y llegar al jardín trasero donde un árbol de navidad albergaba una montaña de paquetes. Paré en seco a dos metros y reí, mi padre salió grabando con la cámara y yo volví a reír acercándome corriendo al paquete más grande, el que tenía pegado un sobre de color distinto al resto. Era enorme, al menos de un metro cada lado… cogí el sobre.

Feliz Navidad…

Reí al reconocer su letra en el sobre, lo rasgué y saqué la carta que contenía, mis manos temblaban y me senté en el suelo para leerla.

Bueno, el regalo de este año ya te dije que era pésimo en comparación, pero creo que ya es hora de que tengas todos los regalos que he estado guardándote… pensé que era una locura, pero ahora que has vuelto creo que es el mejor momento para dártelos… ¡Feliz Navidad del 2019… hasta 2016! Todos llevan la fecha correspondiente, así que ábrelos como te plazca… Te adjunto la invitación de la fiesta de fin de año… Con cariño, Seth.

Saqué la tarjeta de invitación, reí nerviosa al ver los distintos paquetes mientras mi padre seguía grabando y mi madre se sentaba a mi lado buscando un paquete.
-¡Deja de grabar!
-No pienso… -Mi padre rió-. Quiero devolverle el regalo, creo que es la primera vez que te veo tan emocionada en Navidad… y quiero que él lo disfrute tanto como yo…
-Creo que deberías empezar por este… -Mi madre me tendió el regalo de la navidad de 2016-. Vayamos por orden cronológico, ¿te parece?
-Sí…

Fuimos abriendo paquetes, navidad del 2016, la caja contenía un libro de botánica con unas bolsitas de semillas secas de distintos tipos de plantas y una agenda.
Cumpleaños 2017, había varios paquetes con esa fecha, fui abriéndolos uno por uno. Un jersey rosa claro de cuello alto y grueso, una boina francesa gris claro, un paraguas, unas chancletas con una toalla a juego… mi madre me tendió un sobre con esa fecha donde explicaba que, como no sabía donde estaba, quería que tuviera todos los tipos de clima cubiertos. Reí.
Navidad 2017, abrí la caja llena de álbumes de fotos, todos vacíos. Al fondo de la caja descubrí un sobre en el que explicaba que le gustaría tenerlos llenos con fotos de mis viajes.
Cumpleaños 2018, tres paquetes, uno de cada tamaño. En la pequeña caja una botella de vino carísima, una almohada de viaje en la mediana y una maleta dura con ruedas en color verde… cumplía mis 21 y me alentaba a disfrutar lo mejor que el mundo me ofreciera.
Navidad 2018, abrí el pequeño paquete, me quedé pasmada al ver fotos de Cádiz, fotos que no sabía que se habían hecho aquella noche…
Cumpleaños 2019… la caja estaba vacía. Mi madre y yo nos miramos raro y mi padre señaló algo que estaba fuera de nuestro ángulo de visión. Reconocí la forma de aquel paquete, quité el papel naranja a tirones y abrí el estuche para ver aquella guitarra roja… una nota entre las cuerdas. “Me recordó a un amanecer contigo…”. Estuve a punto de llorar. Mis padres intercambiaron miradas y no tuvieron que decir nada para que yo supiera lo que pensaban… Mi madre me abrazó y mi padre dejó de grabar para hacer lo mismo.
-Aún queda la última… -Mi madre sonrió señalando el paquete de este año, yo asentí limpiando una furtiva lágrima-. Vamos, Nick… graba que seguro que este chico se ha superado.
-Cuando deje de llorar… no quiero grabar eso.
-Son lágrimas de felicidad… -Mi madre sonrió acariciando mi pelo-. Vamos… ábrelo.
-Voy… -Suspiré y recogí mi pelo tras mis orejas-. No sé que puede ser… ya me espero cualquier cosa… -Reí con mi madre-. A ver…

Abrí la enorme caja y miré a mi madre, ella rió sacando los distintos paquetes. Cogí otro sobre que había pegado dentro de la tapa. 
 
Parte de mi regalo es evitarte el viaje y traer todos los regalos que han dejado en mi casa para ti… los habían dejado pensando en la fiesta, pero creo que es mejor que los tengas antes… aunque el mío se ha quedado en mi casa, así que si lo quieres… espero que vengas a la fiesta. Con cariño y algo de recochineo, Seth.

Empecé a abrir los regalos, un vestido perfecto, unos botines marrones a juego con el vestido, unos pendientes de madera, un colgante a juego con los pendientes atado a unas tiras de cuero… parecía que se habían puesto de acuerdo, seguro que Nessie estaba detrás de todo esto de los regalos.
Me levanté dejando a mis padres ahí, me metí algo aturdida en casa y cogí mi móvil, no me parecía bien llamarle… tecleé el número de Nessie.
-¿Tú sabías esto?
-Buenos días, Feliz Navidad… -Rió-. Pensé que nos verías los regalos hasta el día de la fiesta… ¿Te han gustado? –Afirmé-. Así que has ido a ver a Seth…
-No…
-¿Entonces…?
-¿No sabes nada? –Ella murmuró y negó-. Bueno, digamos que esta noche un hada mágica ha puesto semillas en mi jardín y ha crecido un árbol de navidad con regalos incluidos… -Reí-. Nunca va a dejar que le haga un regalo decente en comparación…
-¿En serio ha hecho eso? –Afirmé-. Bueno… si quieres devolverle el regalo, ponte ese vestido sexy que te he regalado y preséntate en su fiesta. Creo que eso le gustará.
-Pues… -Reí-. Creo que te haré caso. Bueno… feliz navidad para ti y para todos, ¿vale?
-Igualmente…

Colgué y marqué su número, pero no me atreví a darle al botón de llamada. Borré el número y bajé de nuevo para empezar a guardar todo lo que me había regalado. Cogí la nueva guitarra y la probé, era genial, pero no atinaba a encontrar una canción adecuada. Me mordí el labio y miré fijamente el móvil, tenía que hacerlo…
-Clearwater al habla…
-Te mato –Dije enfatizando cada sílaba mientras él reía-. ¿Cómo se te ocurre? No podías dejarme a mí por una vez hacer un gran regalo… ¿no?
-No es eso… -Rió levemente-. Es que me molestaban tantos trastos en la oficina… nada más.
-¿Esa oficina que nunca usas?
-Sí… -Rió-. Esa mismo…
-Te odio… -Suspiré-. Pero bueno, dime… ¿Qué tal se presenta tu día de Navidad? ¿Has vuelto a quedar con la chupi… con Ruth y las demás?
-Sí, he quedado con la chupi panda. Claire y Nessie también van a venir, nos vamos a ir a Seattle a hacer cosas nada navideñas…
-Suena genial…
-Sí, va a serlo. En especial cuando vea a Quil morderse las uñas, llevar a Claire a un bar y además vestida tal y como Nessie quiera, seguro que le da más emoción a la salida nada navideña… -Reí y suspiré-. Hemos quedado después de comer, Nessie quería quedarse en casa con Esme… vente.
-No sé… se supone que hoy hay que hacer cosas navideñas. ¿No vas a hacer nada absolutamente navideño hoy?
-No, mi cupo está completo después de montar un árbol de navidad en mitad de la noche… hoy toca marginarme con Maila y después hacer como que no es navidad…
-¿No vas a ir a ver a Leah o a tu madre?
-Pues… creo que iré a ver a Sue, pero no pienso quedarme a comer con ella y con los Cullen… sería raro que lo hiciera…
-¿Raro? Ni que fuera la primera vez que… -Me quedé sin palabras-. ¿Sería la primera vez en años que lo haces? –No hubo respuesta y suspiré-. Mira, Clearwater, tú quieres que vaya a tu fiesta de fin de año, así que yo quiero que celebres con Sue la Navidad. Sino no iré.
-Ese chantaje no vale, ya me has cambiado la fiesta por muchas cosas…
-Pues… ¿No querías que hoy fuera a tu quedada no navideña?
-Eres… -Bufó-. Vale, de acuerdo. Iré a ver a Sue… hemos quedado a las cuatro en Wild Rose Tavern. Más te vale estar allí…

Medio gruñó y me colgó. No pude evitar reír, me era muy desagradable manejarle así, pero no era por mi bien, si no por el suyo y por el de Sue…
Examiné mi armario, quería algo que despertara el espíritu navideño de Seth, saqué mi blusa roja, esa que había parecido gustarle. Mi madre entró y me miró algo picajosa, murmurando y riendo. Le pedí ayuda y me dejó una falda de tubo en un verde azulado muy oscuro.
-Se te ve bien… -Asintió convencida-. Muy sexy…
-Pero nada navideña… la idea es ir con espíritu navideño, no sexy…
-Pues entonces… -Mi madre rió poniéndome un gorrito-. Así estás perfecta, sexy a la par que navideña. Lleva un saco verde y una campaña si quieres… pero esa falda te queda genial, tienes que llevar esa o me harás muy infeliz…
-Mamá…
-Quiero nietos… -La miré mal-. Me da igual con quien los tengas, pero los quiero pronto.
-Por Dios… -La empujé-. Desaparece.

La saqué de mi cuarto y me miré en el espejo de nuevo, realmente ella tenía razón. Me puse de nuevo el pijama y dejé la ropa preparada para después ponerme a tocar esa belleza roja que me había regalado… sonaba genial.
Mi madre me llamó cuando mi tía llegó, bajé para ver a mi pequeña primita y para saludar, poco después nos pusimos a preparar la comida, momento en el cual mi móvil sonó.
-¿Sí?
-Darlene, querida… -Me paralicé ante aquella voz-. Feliz Navidad…
-Feliz Navidad… ¿Cómo le va?
-Pues… creo que es la mejor Navidad que he tenido en años. Por eso te llamo, quería darte las gracias… Seth me ha contado…
-No es nada, Sue. Espero que realmente disfrutes del día… -Mi madre me miró asombrada como mi tía y salí de la cocina-. Es lo justo, no sé cómo compensar todo lo mal que os lo hice pasar…
-Olvídalo… -Suspiró-. Mi hijo quiere hablar contigo… espero verte pronto, pasa un día de estos por casa, ¿vale?
-Prometido…
-Trae… -Seth bufó-. Me debes una salida no navideña y espero que seas puntual, no me hagas enfadar más. Hasta luego…

Miré el móvil. Me había colgado. Lo pensé, se fingía enfadado para que yo me preocupara y llamara, pero a ese juego sabía jugar mejor que él. Apagué mi móvil y sonreí para mis adentros. Cuando volví a la cocina las cotillas de turno preguntaron, pero no les conté nada y me dediqué a cortar verduritas mientras planeaba mi venganza.

Terminamos de comer a las tres de la tarde, mis tíos decidieron irse, ya que aún estaban cansados del día anterior. Mi madre me miró y preguntó a que hora había quedado, me miró raro cuando le dije que a las cuatro seguido de un “voy a darme un baño relajante”.
Estuve tres cuartos de hora en la bañera, salí y peiné mi pelo con calma, lo enrosqué en la toalla y salí a mi habitación. Lo sequé y maldije mi pelo extraño, decidí ponerme unos rulos para darle algo de forma y puse el secador un par de minutos en cada rulo. Miré el reloj, las cuatro y media. Encendí mi móvil, tenía tres llamadas suyas y tres mensajes.

No llegues tarde.

Estás llegando tarde…

¿Dónde te has metido? ¿Estás bien? Me estoy empezando a preocupar…

Lo pensé, había sido un poco cruel, quizá debería dar señales de vida… pero no me apetecía que supiera que estaba de camino, sólo que estaba bien. Le llamé y colgué al primer tono. Él volvió a llamar pero le colgué con una maliciosa sonrisa extendiéndose por mi cara. Finalmente me puse unos vaqueros y la blusa, fui soltando los rulos, acomodé mejor mi pelo y me maquillé en un tiempo récord. A las cinco menos cuarto estaba cruzando la puerta mientras ponía a saltos mis zapatillas a la par que atinaba a darle al botón para abrir mi coche.
Eran las cinco y media cuando conseguí aparcar justo a diez metros de la puerta del bar. Cuando traspasé la puerta pude verlo sentado de espaldas, todos me miraron menos él. Estaba segura que sabía que había llegado, mucho más cuando Claire salió disparada hacia mí gritando. Ella me hablaba atropelladamente, como siempre, pero mis ojos tabulaban entre ella y la nuca de Seth. Nessie se levantó y me abrazó, mostrándome la cara de ilusión que se le había puesto cuando “el aire se había llenado con mi dulce aroma”. Reí por sus palabras.

Quil y Jake se acercaron a saludarme, la chupi panda apenas me saludó con la mano sin hacer amago de levantarse, así que hice lo mismo. Claire golpeó una mesa de billar con un taco llamando la atención de todos, propuso una competición al billar.
-Vamos a ganar nosotras, pero queremos entreteneros un rato… -Señaló a Nessie-. Vas conmigo.
-Así cualquiera, tramposa… -Mascullé-. Me pido a Quil… -Me abracé a Quil y ella me miró mal cuando le saqué la lengua-. Seguro que así tengo alguna posibilidad…
-¡Yo con Seth! –Me giré ante tanto entusiasmo, Ruth cogía del brazo a un sonriente Seth-. Somos muy buena pareja…
-Pero Jake y yo vamos a puliros… -Jeannette sonrió tendiéndole el palo a Jake-. Aunque espero que luego su mujer no haga lo mismo conmigo…
-No te acerques mucho a él por si acaso… -Dijo Nessie riendo-. Podría morderte si le tocas más de la cuenta…

Jeannette rió pero yo no. Claire me miró atenta y captó el mismo mensaje que yo, tampoco reía. Empezamos a jugar por rondas y Quil y yo jugamos contra Claire y Nessie. Teniendo en cuenta que jugábamos contra Claire, no había sido buena idea escoger a Quil como pareja, le daba pena hacer buenos tiros porque ella ponía morritos… así que acabamos perdiendo. Fuimos a ver como iban los otros, pero eso no sentó nada bien a Ruth, ya que Seth pareció más torpe de lo habitual y perdieron. Reí al ver que se sonrojaba cuando Ruth le echaba la bronca. Me acerqué a él cuando ella se fue a pedir a la barra.
-¿Te has distraído por algo? –Me miró intentando parecer enfadado-. No me gusta que me cuelguen el teléfono… lo sabes.
-A mí tampoco que me chantajeen…
-Sé que no estás enfadado, así que deja de poner esa cara de mono… -Le golpeé en el puente de la nariz con el dedo índice-. Hoy es Navidad, es día de felicidad… -Él me miró confuso y siguió mi mirada cuando me quedé alelada por la situación de Claire y Quil-. ¿Quieres ver cómo hoy es un día especial? –Señalé el muérdago que estaba a dos pasos de ellos y él rió-. ¡Claire! –Ella me miró-. Ven un momento…
-¡Idiota! –Ella se acercó pero, como yo supuse, Quil le cogió de la mano-. ¡Déjame!
-¡Quietos los dos! –Grité y me miraron raro-. Tenéis que besaros…
-¿Qué?
-Mirar hacia arriba… -Seth rió al ver cómo se sonrojaban-. ¿Feliz Navidad?
-¡Vamos! ¡Demostrarle el espíritu navideño a Seth! –Le empujé levemente y rió-. Lo necesita… ¿Qué hay más navideño que besos bajo el muérdago?

Nessie rió y arrastró a Jake bajo el muérdago para darle un beso a modo de muestra. Claire se sonrojó y le dio un tímido beso a Quil en la mejilla, él se sonrojó muchísimo y la chupi panda, Seth y yo empezamos a reír. Justo aparecieron Kyle y Sean y se quedaron sorprendidos, hasta que les explicamos lo que había pasado y empezaron a reír.
Se acercaron a mí y me dieron un abrazo enorme cada uno, después me hablaron del concierto y pidieron una canción a la camarera con la que al parecer Seth se había emocionado. Nos sentamos a tomar algo y yo pedí ponche de huevo, Seth me miró raro y pedí otro para él.
-Esto es asqueroso…
-Es navideño… -Le amenacé con el dedo-. No protestes y bebe, o le diré a Ruth que te arrastre bajo el muérdago…
-Preferiría que lo hicieras tú, sería mucho más navideño…
-Más quisieras, guapo.
-Por eso te lo pido… -Rodé los ojos y me dirigí a la mesa mientras él reía-. Bueno, ¿Os han llegado a todos las invitaciones? –Todos asentimos-. Va a ser genial, habrá sorpresas especiales para todos y cada uno, que lo sepáis… -Su móvil sonó y masculló algo mientras salía a hablar, cuando volvió hizo una mueca y suspiró-. Tengo que irme… al señor Banner se le ha estropeado el coche a veinte kilómetros de Forks…
-¡Qué faena! –Ruth hizo un puchero-. ¿Quieres que te acompañe?
-No, tranquila.
-Oye, nosotros nos íbamos a ir en un rato… -Nessie se levantó-. Vamos nosotros, Jake se encargará… tómalo como un regalo de Navidad. Ahora que parece que le has vuelto a coger el gusto, no quiero que te la amarguen…
-No, en serio…
-Cállate y no desobedezcas a la jefa consorte… -Jake se levantó y puso una mano en el hombro de Seth obligándolo a sentarse-. Si se enfada, te morderá.
-¿Jefa consorte? –Nessie rió y Jake los miró mal, Seth levantó las manos en gesto de rendición-. No diré nada, sólo que gracias.
-Sí, ya…

Empezamos a reír y a hablar, la verdad es que estaba pasándolo genial cuando Sean y Kyle hicieron una especie de maullido y Seth rió. Los tres empezaron a corear la canción que habían pedido, Seth negó suspirando mientras Sean y Kyle le animaban a unirse con ellos. Me reí muchísimo, desafinaban un montón, pero entendí porqué le gustaba la canción al escuchar la letra.


Parecían pasarlo bien, así que no hice mención de aquello, simplemente me reí con la chupi panda y con Claire y Quil… reírme con la chupi panda era lo último que pensaba que haría esa tarde.
Estuvimos allí hasta tarde, los camareros empezaron a retirar algunas mesas para hacer sitio a la gente que empezaba a apelotonarse allí para contonearse con la música.

Empezamos a comentar cómo algunas parejas buscaban acercarse al muérdago, era divertido. Hubo una chica que cogió a un chico de la camiseta y lo arrastró literalmente hasta debajo del muérdago, miré a Seth y ambos nos empezamos a reír. Lo mejor vino en ese mismo momento, cuando un inconsciente de mi edad se acercó a la mesa y se acuclilló en el hueco que había entre Claire y yo.
-Creo que estas Navidades por fin alguien ha oído mis peticiones… -El chico le tendió la mano a Claire que se quedó algo embobada-. Me llamo Graham...
-Encantada… -Dijo algo titubeante-. Soy Claire…
-Claire… un nombre perfecto para la persona que va a iluminar mi vida a partir de ahora… -El chico le besó la mano y yo pude ver otras manos temblar y otras dos moverse rápido para posarse sobre las temblorosas-. ¿Te apetece bailar? Es lo único que te pide este humilde servidor, que promete ser tu esclavo para siempre…
-Oye tío…
-Darlene… -Ella me miró con una sonrisa y pude ver a Quil rojo de furia-. Verás… ¿Graham? –El muchacho asintió-. Siento decirte que no me apetece bailar contigo, ya tengo demasiados esclavos que me hacen la pelota… mira esta mesa. Pero realmente deberías creerme cuando te digo que, de no ser así, serías el último tío con el que bailaría en el mundo entero.

Al chico se le borró la estúpida sonrisa mientras en la de Claire se dibujaba una enorme. Todos la miramos embobados y ella rodó los ojos mientras el chico se alejaba al sorprendido.
-¿Qué? Señor… -Ella suspiró y le lanzó una bola de papel a Quil-. Relájate, ¿quieres? Creo que ése chico no va a volver y no creo que ninguno se atreva como te vean esa vena del cuello… -Quil no se calmó y ella se levantó, abrazándole por la espalda y besándole en el cuello-. No te enfades, sabes que después de criarme rodeada por vosotros he aprendido lo suficiente para cuidarme solita…
-Pero…
-¡Cállate! –Claire le miró fijamente-. Esto no habría pasado si me vieran bailando con alguien… así que haz algo por mí y sácame a bailar, ¿quieres?
-Claro…
-¡Cuidado con el muérdago! –Gritó Seth cuando se alejaban y ella le sacó la lengua-. Vaya con la pequeña Claire…
-Ha crecido… -Suspiré y nos miramos-. Parece que fuera ayer cuando vino corriendo por la playa para saludarme…
-Parecéis dos padres nostálgicos… -Sean bufó-. Es una adolescente…
-No sé como Maca te soporta… -Reí-. Bueno, creo que voy a irme ya, es tarde y quiero cenar pronto, mañana madrugo…
-Espera… -Seth se levantó a la par y me tendió la mano-. Concédeme un último baile navideño. No quiero que cuando salgas algún pedante te asalte…
-¿Un pedante como tú? –Puso cara de pena y suspiré asintiendo-. Una canción.
-No pido más… -Me cogió de la mano y nos metió entre la gente para bailar, justo empezaron a poner una lenta  y yo suspiré-. No has puesto reglas, sólo has dicho que una… 


 
-Ni se te ocurra arrastrarme debajo del muérdago, te juro que seré capaz de abofetearte en vez de besarte… -Él miró disimuladamente el techo y deshizo los dos últimos pasos que había dado-. Chico listo.
-No iba a hacerlo, pero gracias por la idea. Creo que pondré unos cuantos de esos por mi casa, quizá forre el techo con ellos… sería un puntazo que tuvieras que ir besándote con el que está al lado a cada paso que das, seguro que sería algo memorable.
-Me quedaré fuera… -Él alzó la ceja divertido y reímos-. Oye… -Le miré cuidadosamente-. Que sepas que aún con todo, sigo enfadada contigo, te has pasado… -Me miró confuso-. Los regalos…
-Ya te he dicho que los tenía guardados, así que no empieces a darle vueltas. Además, por eso has hecho que convenza a mi hermana a ir a comer con vampiros y has hecho feliz a mi madre… así que digamos que ha sido una manera de avivar el espíritu navideño, ¿vale?
-Vale, me conformaré con eso, aunque no pienso olvidarlo –Él asintió sonriendo, esa típica sonrisa suya, sexy y segura… Me mordí el labio sin poder evitarlo y él empezó a reír-. ¿Qué?
-¿Quieres que vaya hacia el muérdago? Lo tomaría como una tradición navideña, nada más –Le miré mal y empezó a reír, abrazándome más fuerte y obligándome a poner mi cabeza en su hombro-. Sé que no debería decírtelo y todo eso, pero voy a echarte de menos esta semana…
-Yo también… -Le abracé fuerte y le miré con una leve sonrisa-. ¿Intentas que te diga que des cuatro pasos a la izquierda? –Puso cara de ángel y reí, pensé algo y lo solté-. ¿Los hubieras dado si yo no te hubiera dicho nada antes?
-Pues, no sé, nunca lo sabremos… -Asentí y él me miró confuso-. ¿Realmente me hubieras pegado si lo hubiera hecho?
-Pues… no sé… ¿Nunca lo sabremos? –Reí cuando él rodó los ojos-. Puedes probar ahora… -Le empujé ligeramente a la izquierda y reí-. Ya sólo son tres pasos… -Di otro más y él tragó en seco-. ¿Dos?
-McBrown… -Se acercó a mi oído-. No juegues con fuego… -Me giró y me llevó a la derecha, abrazándome y susurrando en mi cuello-. No querrás que comience el mayor incendio de la historia en medio de un bar bajo un símbolo tan navideño… -Me mordió levemente y se alejó sonriendo-. Creo que tenías que irte, ¿no? –Rió cuando me di cuenta de que la gente empezaba a bailar otra canción distinta y me sonrojé-. Feliz Navidad…
-Sí, claro…

Me giré y cogí mi bolso y mi abrigo, me despedí de todos y Claire me dijo que me acompañaba hasta el coche, salió sin abrigo a pesar de que Quil le reprochara que así lo hiciera. Me miraba sonriente abrazándose a sí misma mientras andábamos hasta mi coche. Cuando llegamos me abrazó y me miró algo enfadada, curiosa.
-¿No vas a contarme qué ha sido eso?
-Un baile con un amigo…
-¿Un baile con un amigo? ¿Desde cuando los amigos bailan tan abrazados y se dan mordisquitos en el cuello? Eso no es…
-Vas a coger un pasmo… venga, largo.
-Tiene razón… -Quil le puso la chaqueta encima y ella lo fulminó con la mirada-. Tu madre y Emily acabarán conmigo como te enfríes…
-Aguafiestas…
-Pasarlo bien… -Le di un beso a Claire-. Nos vemos...
-¡Espera! –Seth se acercó corriendo-. Te dejas el móvil… -Me lo tendió mientras Quil y Claire desaparecían-. ¿Te veo el martes que viene?
-Lo pensaré… -Él hizo una mueca-. ¿Qué?
-No voy a decírtelo más… -Me dio un beso en la mejilla y la acarició-. Venga, métete al coche que estás congelada…
-Sí… -Negué y él me miró raro-. No…
-¿No qué? –Me acerqué y le abracé, le di un beso muy sonoro en la mejilla y le mordí el cuello levemente empezando a reír-. ¿Tablas?
-De momento… -Acaricié su mejilla y besé la otra-. Pasa buena semana, cachorrito.
-Cachorrito… -Masculló y suspiró negando-. Desaparece de mi vista, misina.
-¿Misina? –Alcé una ceja y él negó rodando los ojos-. Creo que hace mucho que no practicas eso de los golpes bajos…
-Lo sé, me han ablandado demasiado, debe ser eso del espíritu navideño que me ha dejado aturdido o algo… -Reí con él y suspiró mirándome-. Pasa buena semana, seguro que no estarás tan atareada como estos últimos días… -Le miré raro-. Es una intuición de cachorrito…
-Ya… -Reí y abrí la puerta del coche-. Cuídate.
-Y tú… -Me metí y cerró la puerta. Dio tres pasos atrás y abrí la ventanilla llamándole-. ¿No te arranca por el frío?
-No, sólo quería decirte algo que se me ha olvidado antes… -Me miró confuso y señalé su camiseta-. Te queda muy bien…
-Lo sé… -Señaló mi blusa-. No es tan sexy como eso, pero…

Rió y se alejó guiñándome un ojo. Lo vi mirar una vez más antes de entrar al bar, momento en el que arranqué notando esas mariposas que ahora mismo me desquiciaban.