Capítulo LXIX: Panda de tramposos

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Lo prometido es deuda... así que aquí va el capítulo 69... No sé si será por el número algo picantón, o qué... pero en este capítulo se me ha ido un poco la pinza, así que os aviso de que no es apto para mentes sensibles... Quizá después de este capítulo tengamos que censurar el blog para mayores de 18 o algo así xDDD Gwen considerará... xP

El caso, que me apetecía un reencuentro en condiciones, que ha sido demadiaso tiempo el uno sin el otro y eso... pues hay que compensarlo un poco, ¿no creéis?

Pido disculpas por adelantado por si alguien se ofende.

Gracias por el interés...


PD: Pronto pondré la CONTIIIIIIII jajajajajajaja (se me va un poco, ha sido una dura semana...) Os quiero!!


Silvia (K) ^^




Los días… se me hicieron eternos.

El martes tuve clase, después me reuní con el Dr. Wilton para que me aclarase un par de dudas. Comí con Lucy, me quedé con ella hasta la noche estudiando en la biblioteca y llegué a mi casa a la hora de cenar. Mi madre me miró algo especulativa y yo suspiré.
-Pregunta ya…
-¿Habéis vuelto, entonces?
-Eso creo… -Me encogí de hombros-. Aún no hemos negociado muy bien, tenemos mucho de qué hablar… -Miré mi reloj-. Por cierto, voy a llamarle…

-Habéis vuelto… -Mi padre bebió tan pancho de su copa de vino y yo le miré raro-. Tienes la misma cara de boba que tenías a los dieciséis… es una tontería que intentes posponerlo, amortiguarlo… estás coladísima de nuevo –Bebió de nuevo y mi madre y yo intercambiamos una mirada para volver a mirarle a él, que se limitó a sonreír y a concluir-. Asúmelo.
-Lo tendré en cuenta, papá… -Él rió comiendo un trozo de carne y mi madre rió mirándonos, estaba paralizada sujetando aún mi silla y sin erguirme por completo-. Bueno… -Me erguí y solté la silla-. ¿Os importa que me vaya antes? Si le llamo más tarde, quizá esté durmiendo…

Ambos rodaron los ojos y yo salí disparada a mi cuarto, cerré la puerta y vi que ya me había llamado cuatro veces, una estando en clase, dos por la tarde y otra hace unos minutos. Cuando descolgó suspiró pesadamente.
-¿Qué va mal?
-¿Qué? –Sacudí mi cabeza-. Nada, perdona… estaba en clase, luego en la biblioteca y ahora… -Suspiré-. No me hubieras entendido si te hubiera contestado, estaba cenando.
-Vale… -Suspiró-. ¿Todo bien, entonces?
-Pues… -Suspiré y me tumbé en la cama-. Si he de ser completamente sincera, nada va bien. Todo es un asco… no me he enterado de casi nada de la clase de hoy, en la reunión he quedado un poco mal por no haberme mirado uno de los últimos temas y además… -Suspiré de nuevo apenada-. Lo peor de todo, ¿sabes qué me pasa ahora?
-Ni idea… ¿Tan mal han ido las clases? Realmente lo siento… ¿Qué va mal ahora?
-Pues que he llegado a casa, he cenado… y ahora lo peor de todo, que me he dado cuenta de que me he pegado todo el día sin hablar contigo y ahora que hablo contigo… no te tengo aquí. Eso es lo peor.
-Pues que sepas que iba a llamarte en quince minutos y si no hubieras contestado… me hubiera plantado en tu casa. Si quieres… iba a hacerlo realmente, así que no me importaría…
-No me digas eso… -Medio gruñí-. Realmente ha sido un mal día y no quiero contagiarte mi atontamiento… -Reí-. ¿Cómo ha ido tu día?
-Pues… -Rió-. Por una parte bien, he llegado al taller y me han sometido a un tercer grado, después hemos tomado unas cervezas y bueno… luego me he pegado medio día escuchando los cotilleos de Vera y sus amigas, han venido y han pasado la tarde en casa…
-Has estado entretenido por lo que veo…
-Mucho… tengo que hacer eso para no salir corriendo, ¿sabes? –Reí un poco con él-. Te he echado de menos… más de lo que podría llegar a imaginar.
-Bueno… ya queda un día menos para el sábado…
-Cierto… -Pude imaginarle sonriendo pesadamente. Suspiré y él rió levemente-. ¿Te estás quedando dormida?
-No… sólo suspiro. Estoy cansada, pero no tengo sueño, la verdad…
-Igual da… -Rió-. Te dejo descansar, sólo quería asegurarme de que todo iba bien…
-Por cierto… -Sonreí sin poder evitarlo-. Gracias por el mensaje, me ha ayudado mucho esta mañana, me ha alegrado el día –Bostecé sin querer y él rió-. Lo siento, jo…
-Tranquila… descansa. Mañana hablamos.
-Te quiero…
-Darlene… -Deformó mi nombre diciéndolo entre dientes para después gemir y suspirar-. Vale, lo sé. Pero ven el sábado o no me lo creeré del todo…
-Ahí estaré… buenas noches.
-Buenas noches…

Rodé y abracé mi almohada. No podía dormir, definitivamente. Bajé a darles las buenas noches a mis padres, me tomé una tila y me senté con ellos en el sillón durante media hora viendo un aburrido programa de televisión. No sé si fue la tila, el programa o el cansancio… pero me entró sueño. Me tumbé de nuevo y me acomodé en la cama, miré por la ventana y me quedé mirando la luna… hasta que escuché un pequeño crujido. Atendí al sonido y miré la ventana, pronto pude ver unos dedos colarse por el poco espacio que había en la ventana. Estuve por levantarme y bajarla de golpe, instinto defensivo… pero reconocería esa mano hasta pintada de colores.
Abrió poco más de dos palmos la ventana y saltó a mi habitación. Su sonrisa era enorme… y yo negué riendo. Bajó la ventana sin mirar, la cerró con cuidado y se acercó agachado hasta mí, besándome dulcemente mientras se arrodillaba en la cama y se tumbaba sobre mí.
-Tengo que reconocer que he mentido… -Le miré raro-. Estaba en el parque cuando me has llamado, acababa de salir para venir… -Le miré mal y él arrugó su cara-. Lo sé, lo siento… pero además me has dicho eso… iba a dar media vuelta pero…
-Vale… acepto tus disculpas.
-¿Sin más?
-Sí, sin más… -le besé-. ¿Te quedas esta noche? –Asintió despacio y yo sonreí-. Suena genial…

Me levanté corriendo y atranqué la puerta, él negó tumbado en mi cama y volví corriendo a su pecho, inhalando profundamente su perfume. Sus dedos se colaron entre mi pelo y empezó a acariciarme lento y suave, le miré y sonrió satisfecho, sabía que me quedaría dormida en unos pocos minutos.
-Te odio… -Mascullé-. Mucho.
-Eso dices ahora… -Besó mi frente y sonrió-. No lo tendré en cuenta… me quedaré con lo que me dices cuando tu razón no funciona muy bien…
-Idiota… -Mordí su pecho y él gimió muy bajo-. No te vayas a escondidas, por favor… no quiero notas hoy, quiero besos…
-Vale… -Rió y me besó-. Si besos quieres, besos tendrás…

Cuando desperté medio gruñí. Odiaba ver que mis brazos abrazaban una fría almohada en vez de su cálido pecho, pero recordé vagamente que me había medio despertado para despedirse y me había dado un dulce beso mientras yo gimoteaba incongruencias medio dormida.

Miércoles y jueves pasaron con dinámica parecida, desayuno en familia, conducir hasta la universidad, estudiar durante horas por la mañana, comer con Lucy, estudiar durante horas por la tarde, conducir hasta casa, cena en familia y charla con Seth hasta quedarme noqueada.
El viernes me desperté a las cuatro de la mañana. Repasé los esquemas de los esquemas de los resúmenes… me lo había currado mucho. Desayuné con mis padres, café, tostadas, zumo y un yogurt… la ansiedad me podía, pero estaba segura de que no iba a empezar el día sin energía.
Conduje histérica, con los apuntes en el asiento del copiloto y repasándolos en los numerosos semáforos que se ponían en rojo en mi camino. Cuando llegué Lucy estaba en la puerta fumando, estuve a punto de pedirle uno para tranquilizarme.
Nos sentamos donde nos iban indicando y el Dr. Wilton empezó a repartir los exámenes, se acercó más a mí para desearme suerte. Giré el examen y empecé a leer las preguntas, no me parecían complicadas y además era un examen de test con respuesta única. Le entregué el examen con una sonrisa y él me devolvió un guiño, susurrando que pondría las notas en el tablón a primera hora de la tarde.
Salí y me quedé sorprendida de verle allí. Le miré raro y sonrió apoyándose en su todoterreno jugueteando con las llaves con gesto altivo.
-Tu madre ha estado en casa… -Me miró despreocupado-. ¿Acaso ya no somos amigos? –Le miré raro y rió-. ¿Cómo no me cuentas que has vuelto con Geyperman? –Empecé a reír cuando me abrazó-. Me debes un café y una buena charla…
-Lo acepto, tengo muchísimo sueño… -Le abracé-. ¿Invitas tú, no?
-Claro…

Estuve casi una hora hablando con él, le conté absolutamente todo y él me contó su día de Reyes. Al parecer, había descu
bierto que el padre de Cassy le odiaba ligeramente.
-En serio… me miraba muy mal.
-Son cosas tuyas, Kev… -Reí-. Seguro que te adora, quizá no a tu lado payaso, pero sí adorará cómo tratas a su hija.
-Ya… cómo se nota que tu no tienes problemas con eso… -Hice una mueca-. ¿Le caes mal a la mamá de Geyperman?
-¡Deja de llamarlo así! –Le tiré la servilleta y rió-. No lo sé… realmente no he hablado con ella, apenas la he visto desde que regresé y la única conversación que tuvimos fue por teléfono y Seth la cortó muy rápido, así que… -Suspiré y miré mi taza vacía-. ¿Otro café?
-Sólo si es para llevar… -Miró su reloj-. Tengo que estar en media hora en el trabajo, yo no tengo vacaciones… -Hizo una mueca y sonrió-. Al revés, voy a tener más trabajo… -Alcé una ceja-. Van a darme un trabajo como reportero…
-¿Qué?
-No debería contártelo, por mala amiga… pero sí. Cubriré algún pequeño evento deportivo, no gran cosa, pero… se notará algo en el sueldo. ¡Ya no seré becario!
-¡Me alegro mucho! –Cogí su mano y sonreí-. Venga, a este invito yo, para que no te duermas en tu recién estrenado puesto…

Sonreí y salimos, el cogió su coche y me despedí con la mano. Me quedé allí plantada, bebiendo un café que ardía pero me despejaba y me quitaba el frío. Mi móvil sonó y sonreí, era Seth.
-¿Cómo ha ido?
-Pues… -Suspiré-. Creo que estoy preparándome para la nota… han dicho que pondrán los resultados en el tablón en un rato…
-¿Eso es bueno o malo? –Relinchó-. ¿Cómo crees que te ha salido?
-Pues… no me quejo. Creo que ha ido bastante bien… -Sonreí cuando suspiró-. He estado con Kevin, ha venido a verme muy indignado porque no le haya contado nada…
-¿Por qué todos tienen prisa por saber? ¡Señor! –Reí-. Me molesta mucho eso de que estén todos tan pendientes, Leah y Vera están muy pesadas con el tema…
-Es normal… ¿No crees?
-Pero no quiero que… -Suspiró-. No quiero dar un paso sin consultarlo contigo, ¿sabes? No quiero hacer algo que pueda…
-Oye… -Suspiré-. Relájate. Ya lo saben, no tienes que esconderles nada. No me molestaré, en serio, fueron las primeras en saberlo, así que…
-No es eso…
-¿Entonces?
-Están muy pesadas con que tengo que contárselo a Sue… pero no quiero porque sé lo que dirá y me pedirá que vayamos a comer en plan familia feliz y no quiero que te veas obligada a eso…
-Espera… -Lo pensé y suspiré-. Deja de darle vueltas al tema, mañana hablamos sobre eso y sobre todo lo demás, ¿de acuerdo?
-Oye, no quiero…
-Seth… -Sonreí al ver el coche de mi tía aparcando-. Tengo que colgar, acaba de llegar la cosita más linda del mundo y voy a empezar a babear…
-¿Eh?
-Mi prima… -Dije riendo-. Creo que han venido a ver cómo ha ido el examen… -Vi como mi madre bajaba del coche mientras mi tía cambiaba a la pequeña al carrito-. Te llamo luego, ¿vale cariño?
-Vale… -Dijo riendo-. Disfruta de tu primita. Un beso, cielo.
-Te quiero…

Colgué y me acerqué haciendo monerías a la pequeña que ya se reía. Le di un montón de besos hasta que mi tía y mi madre reclamaron mi atención. Las besé y fuimos a la cafetería a esperar, empecé a enredar con mi primita y mi tía y mi madre me miraron raro.
-Bueno… -Mi tía carraspeó-. ¿No tienes nada que contarme?
-¡Mamá! –La miré mal y rodé los ojos-. ¿Con cuántos has ido a cotillear?
-Sólo con tu tía… -Alcé una ceja-. Bueno, y con Samantha… -La miré mal-. Bueno, también con la señora Warren…
-¡Mamá!
-¿Qué? Me ha preguntado por el árbol enorme que había en el jardín… tenía que explicárselo de alguna manera, ¿no?
-¡Señor! –Suspiré y miré a mi tía-. No sé qué te habrá contado, pero no hemos hablado lo suficiente del tema…
-Ya… -Mordió sus labios evitando reír-. Hay veces que sobran palabras, ¿no? –Rodé los ojos y las tres empezamos a reír-. Pero es casi oficial, ¿no? Quiero decir, vais a volver…
-No hemos vuelto, no al menos oficialmente… pero podría decirse que sí.
-Tecnicismos… -Negó riendo-. Estáis juntos de nuevo… -Se levantó y me abrazó-. Me alegro por ti, cariño… en serio.
-Gracias… -Jugueteé con las llaves para hacer reír a la pequeña y miré a mi madre-. ¿Te hubieras enfadado si no te hubiera dicho nada?
-No… -Me miró raro-. ¿Por qué lo preguntas?
-Porque… -Suspiré-. Seth no quiere decírselo a Sue todavía, no entiendo muy bien porqué, creo que es porque no quiere que me agobie… pero me parece injusto que todos estén más o menos al tanto y ella no sepa nada.
-Seguro que sabe algo…
-Pero seguro que también prefiere saberlo de boca de ellos… -Mi tía asintió hacia mi madre-. Deberías decirle a Seth que se lo contara. Seguro que se alegra.
-No estoy tan segura… -Mascullé, pero ellas lo oyeron-. Me da un poco de miedo, la verdad. No sé, igual está molesta conmigo por lo que hice…
-Háblalo con ella… -Mi tía suspiró-. Es lo mejor, deberías dar la cara y explicarle todo lo que ha pasado, seguro que sólo sabe la versión que le han dado los demás, pero la única que no sabe es la tuya.
-Pero…
-Tu tía tiene razón. Si hubiera sido Seth el que te hubiera dejado así… -Se encogió de hombros-. Me gustaría escuchar una explicación por su parte. Me gustaría al menos intentar comprender lo que siente la persona que quiere compartir la vida con mi hija… -Asentí-. No debes retrasarlo, es algo que tienes que hacer antes incluso de, como tú dices, hacer oficial la reconciliación.
-En eso tú te has adelantado… -Reímos levemente pero asentí. Miré mi reloj y suspiré-. Mañana iré a verla, os lo prometo.
-¿Mañana? –Mi tía rió-. No irás, estoy segura… -La miré mal-. En el momento que veas a tu hombretón, olvidarás esta conversación.
-¿Qué quieres? ¿Qué me vaya ahora mismo? –Ella lo pensó y miró a mi madre, hubo una pausa y ambas asintieron-. ¿Estáis locas?
-Ibas a ir de todos modos, por eso he venido. Sabía que en cuanto supieras la nota saldrías corriendo a por él… -Mi madre se encogió de hombros-. Vete ya, así hablarás con Sue y ahorrarás tiempo –La miré raro-. Vete…
-No puedo… tengo que quedarme para ver la nota…
-¿Y para qué tienes una tía con el día libre y una madre sin nada mejor que hacer que ayudar a su hija? –Mi tía rió quitándome las llaves y tendiéndomelas-. Vamos, lárgate. En cuanto pongan las notas te llamaremos, prometido.
-Pero… van a ponerlas después de comer, aún quedan tres horas o cuatro…
-¿Qué parte de día libre no has entendido?

Sonreímos y asentí. Cogí mis cosas y me despedí de las tres, achuché un poquito más a mi prima y salí corriendo. Cuando estaba saliendo de Seattle pensé en mi plan… aparecer allí sin más. No era un buen plan… me desvié ligeramente y aparecí por el vivero, las chicas me miraron raro.
-No empiezas hasta el lunes…
-Lo sé… -Sonreí-. Vengo a por algunas cosas, quiero llevarme un par de plantas para un jardín… -Me miraron raro mientras cogía una maceta de tulipanes y otra de pensamientos, los dejé en el mostrador y pude notar sus miradas-. ¿Qué?
-Nada… -Dijo Ainhoa removiendo unos papeles mientras Maca miraba las plantas-. ¿Vas a poner plantas en tu jardín?
-No son para mí… -Alzaron la vista intentando no parecer curiosas y reí-. Son para Sue… -Ambas me miraron muy curiosas y volví a reír-. Creo que Seth y yo vamos a volver oficialmente, quiero ser una buena chica… -Suspiré-. ¿Debería llevarle también unos crisantemos?
-¡No cambies de tema! –Maca se sentó en el mostrador de un salto y cogió mis manos-. Quiero saberlo todo, Sean… ¿Él ya lo sabía?
-Me imagino… -Me encogí de hombros-. Si ha estado en fase con Seth…
-¡Será tramposo! –Gritó irritada-. Ahora le debo veinte pavos… -Le miré raro-. Él había apostado a que volvíais este mes, yo decía que no lo haríais hasta febrero… -Rodó los ojos-. Es igual, me ha hecho trampas… -Bajó y sacó su móvil-. Va a oírme, no pienso pagarle ni un centavo…
-Pero… -Me quedé mirándola, hacía aspavientos mientras le reprochaba ser un tramposo, Ainhoa rió negando y me miró sonriente-. ¿Tú también has apostado con Kyle?
-Sí… -Rió asintiendo-. Pero apostamos con que ella se enfadaría, él dijo que no… así que me acabo de ganar veinte pavos… -Reímos y me miró sonriente-. ¿Todo bien, entonces?
-No sé… -Me mordí el labio-. Me da miedo ir ahora a hablar con Sue…
-No te preocupes… -Sonrió y miró las macetas-. Si le regalas además unas Camelias, seguro que piensa que eres la mejor futura nuera del mundo…

Reí con ella y asentí, cogí las camelias y cargué todo en el coche, mis amigas me abrazaron y me metí en el coche más temblorosa que otra cosa. Paré como siempre en Sequim, comí y bebí algo, llamé a mi madre y aún no sabían nada…
Seguí mi camino y Seth comenzó a llamarme, paré en Port Ángeles pero no le dije nada de dónde estaba, sólo que aún no habían salido las notas y por eso no le había llamado.
Cuando llegué a Forks me di cuenta de que tenía un grave problema, escoger entre la carretera Quileute o la 110… fuera por la que fuera, el riesgo a ser descubierta era alto. Decidí ir por la Quileute, al menos no iba a pasar casi directamente por la puerta del taller…
Tomé otro desvío después para volver a la 110 una vez pasado el tramo de Villa Cánido... ¡Genial! Un lobo blanco se cruzó en mi camino. Aceleré, no quería parar y ponerme a explicarle todo, pero ahora estaba segura de que en pocos minutos mi móvil sonaría.

Cuando estaba acercándome a esa casita mi corazón empezó a acelerarse, no sabía muy bien qué iba a decirle. Quizá con suerte no estuviera en casa. O peor, quizá estaba con Leah. Paré el coche con cuidado y pude verla levantarse con una sonrisa del suelo.
-¡Vaya sorpresa! –Dijo amable sacudiéndose la ropa, yo bajé sonriente y nerviosa… muy nerviosa-. Nadie me ha dicho que ibas a venir… Seth podía haberme llamado, me hubiera puesto algo más decente…
-Lo siento, quizá debí haber llamado… -Me abrazó negando y yo sonreí levemente-. Seth no sabe que estoy aquí… -Ella alzó sus cejas y me puse más nerviosa-. Tengo… -Señalé mi coche-. He traído algo, espero que te guste…
-No tenías que haberte molestado…

Se cogió a mi brazo y abrí el maletero, su cara se iluminó levemente y sonrió mirando las Camelias, parecían gustarle realmente.
-Son muy bonitas…
-Sí… -Sonreí-. Además, creo que son las adecuadas para tu jardín, aguantan bastante bien el frío, como las demás… -Ella asintió mirándolas-. Me alegra que te gusten.
-¿Sabes? Estaba pensando en ti hace un momento… -Alcé una ceja sorprendida-. Tengo un problema con unas orugas, pero no sé si realmente se me estropean por eso o por otra cosa…
-¿Qué planta es? Quizá pueda ayudarte…
-Esta…

Estuvimos hablando sobre su problema con las plantas tranquilamente, le comenté que el problema no eran las orugas si no falta de hierro en el abono. Le prometí que le traería un líquido especial para que pudiera echárselo en el agua de riego y así solucionar el problema. Ella me ofreció después un café y acepté, me senté con ella y justo mi móvil sonó, era mi madre.
-Perdona, Sue… -Descolgué nerviosa y casi grité-. ¿Ya han salido las notas?
-Que sepas que estoy realmente sorprendida, jovencita… -Mi madre empezó a reír-. Tienes un nueve con tres en el examen…
-¿Qué? –Casi grité riendo-. ¿En serio?
-Sí… estoy muy orgullosa de ti… tu padre se ha alegrado muchísimo y quiere hacer una cena, ya le he dicho que la pospondremos al domingo, ¿te parece bien?
-¿Has llamado antes a papá? –Reí-. Bueno, me parece genial, el domingo es buen día… -Sonreí y Sue me miraba con una sonrisa amable-. Aún no me lo creo… mándame una foto del tablón…
-Ahora mismo lo hago, tranquila… ¿Cómo va todo?
-Muy bien… -Sonreí-. Bueno, mamá… gracias por quedarte, dile a tía Cyntia que quiero que ellos también estén el domingo, ¿vale?
-Claro…
-Un beso…
-Pásalo bien…
-¿Buenas noticias? –Asentí-. Eso es que el examen te ha salido bien, ¿no? –Me quedé algo sorprendida y ella sonrió-. Leah me lo contó…
-Claro… -Sonreí-. He sacado mucha mejor nota de la que me esperaba, sabía que me había salido bien, pero no confiaba… -Negué y reí-. Un nueve con tres…
-¡Vaya! Es casi un diez… habrá que celebrarlo, ¿no? –Asentí sonriendo y miré mi móvil, lo guarde por respeto y ella suspiró-. Deberías llamarle, seguro que se alegra mucho… -Me quedé algo noqueada y ella sonrió-. Adelante, no me importa…
-Yo… -Me sonrojé levemente y ella frunció levemente su ceño-. Creo que te debo una explicación. Me he portado muy mal con él, se lo hice pasar fatal y quiero explicarte que realmente yo no quería que él…

-Lo sé… -Tomó mi mano y me consoló de cierta manera-. No te preocupes, todo está bien por mi parte, no soy yo quien tiene que decidir.
-Pero… -Suspiré-. No me gustaría que pensaras que tu hijo es un juguete para mí. Simplemente quiero explicarte que por muy lejos que me haya ido, siempre ha estado presente en mi vida, siempre…
-Lo sé. No te preocupes por eso.
-Realmente yo no quería hacerle daño, simplemente estaba… -Me encogí de hombros-. No lo sé. Me imagino que las dudas me inundaron y me agobié demasiado. No me gusta cuando las cosas no van a mi manera, o al menos no me gustaba…



-Cariño… -Ella cogió mis manos y las besó-. No te culpes por lo que es natural. Yo también hubiera salido corriendo, eras demasiado joven y estabas viendo como tu vida se truncaba, me alegra que lo hicieras… -La miré raro y ella rió-. Leah hizo lo propio en su momento, no lo entendí, pero tras muchos años… es mi hija y entiendo lo que le pasó. Tú eres como una hija para mí, eres la persona que hace feliz a mi hijo, no me importa que hayas huido a la otra punta del mundo, lo que me importa es que has vuelto y que has esperado un tiempo para aclararte y tomar una decisión.
-Créeme que he estado mucho tiempo intentando evitar a tu hijo, pero es que no puedo. No quería volver, cuando llegué a Seattle sólo podía pensar en no verle, en evitarle a toda costa… pero cuando apareció y vi que era débil, intenté alejarlo de nuevo… hasta que no he podido evitarlo. Realmente le he dado muchas vueltas, sé que tenemos que hablar largo y tendido sobre muchas cosas, pero lo he pensado y meditado mucho y no puedo seguir alejándolo de mí.
-Sé que lo has pensado mucho… -Sonrió-. Leah no me cuenta mucho, Seth mucho menos… pero son mis hijos y sé cuando cambian de actitud. Seth hace días que no viene, Leah me evita… sabía que me estaban ocultando algo. Hasta Vera ha dejado de venir.
-Lo lamento…
-Yo no –Volvió a sonreír-. Eso quiere decir que estáis siendo cautelosos, y que tú hayas venido ahora me demuestra que eres valiente. Sabía que no venías sólo por traerme flores… -Reí-. Si lo que buscabas era mi consentimiento, no puedo dártelo. Hace mucho tiempo que no tengo voz ni voto en la vida de Seth, es él quien decide… lo que decidáis, bien estará.
-Pero… ¿no te parece mal? –Negó-. ¿No me odias ni un poquito?
-No… no podría. Si lo hiciera tendría que odiar a Leah… y a Jake, Nessie, el propio Seth… todo el mundo ha huido en alguna situación. No es nada grave. Y pocos son los que tienen el valor de volver a arreglarlo, así que, por mi parte, no puedo darte mi consentimiento… pero sí mi bendición…
-Sue, yo… -Puso un dedo en sus labios y me abrazó-. Gracias…
-De nada cariño… -Acarició mi pelo y se alejó limpiando un par de lágrimas de mis ojos para después contener las suyas-. Llámale, seguro que está nervioso esperando…
-Sí… -Dije riendo y limpiando mis lágrimas. Marqué su número y respiré hondo-. ¿Seth?
-Oh, no… ¿Estás llorando?
-No… -Intenté reír pero seguía emocionada y suspiré-. Oye… ¿sabes qué?
-¿Qué te pasa? ¿Estás bien? –Afirmé pero no pude hablar, Sue me tendió un pañuelo y se dirigió a la cocina-. Oye, si has suspendido no pasa nada, seguro que puedes…
-Seth, tengo matrícula…
-¿En serio? –Afirmé de nuevo y él rió-. ¡Enhorabuena! –Reí de nuevo-. Per… ¿por qué lloras?
-No estoy llorando… -Sorbí mi nariz y reí-. Sólo un poco, pero… no es malo.
-Oye… -Suspiró-. Voy a salir ya… ¿Dónde estás? Quedamos en una hora o así donde tú me digas, aunque sea de alegría, no soporto oírte llorar y no abrazarte.
-Estoy bien… -Carraspeé y suspiré-. No tengas prisa, estoy tomando un café con tu madre… así que cuando salgas puedo ir, o puedes pasarte, me ha dicho que hace días que no vienes…
-Espera… ¿Estás en casa de mi madre? –Afirmé-. ¿En La Push? –Reí-. ¿Cómo no me has dicho…? –Sue me trajo una tila y se lo agradecí-. Voy para allá…
-Seth, no hace falta que… -Miré mi móvil, había colgado-. ¿Corras? –Sue rió y se metió a la cocina de nuevo-. Genial…

Fui a guardar el móvil y al levantar la cabeza la puerta se abrió del tirón y me miró sorprendido. Sonreí y me encogí de hombros, momento en el cual dos brazos enormes me abrazaron dejándome casi sin poder respirar. Me levantó y pataleé en el aire riendo, me dio un sonoro beso en la mejilla y me dejó en el suelo para sujetar mi rostro con delicadeza y sonreír. Besó mi mejilla de nuevo y miró hacia la cocina, Sue sonreía algo sonrojada.
-Hola mami… -Se acercó y le dio un beso en la mejilla-. ¿Y Charlie?
-Con Ephraim… -Seth rió negando-. ¿Quieres un café o algo? –Seth me miró y asintió levemente-. Vale, pondré otra cafetera…
-Genial… -Seth me miró sonriente y susurró-. Muy sutil, lo de la cafetera… -Me besó riendo despacio y yo me aferré a él-. Estás preciosa… -Me sonrojé muchísimo y él sonrió besándome de nuevo-. Si no fuera porque está Sue… -Suspiró riendo y le empujé levemente-. Guapa.
-Idiota… -Le acerqué a mí para besarle y coló sus manos por mi camiseta acariciando mi cintura, le aparté un poco y él rió-. Seth… -Miré a la cocina y me acerqué para darle un beso realmente apasionado, él se quedó estático y yo reí-. No juegues conmigo, Clearwater… ya has estropeado mi plan, así que encima no intentes tomarme el pelo…
-¿Tu plan?
-Sabía que hoy te irías a casa temprano esperando que regresara, seguro que te hubieras quedado dormido porque ayer trasnochaste… así que tenía mi juego de llaves en el coche para ir a despertarte con una sorpresa… -Le besé y él tembló levemente-. Así que pórtate bien o te dejaré sin sorpresa… -Tragó en seco y sonreí, me asomé de nuevo para asegurarme de que Sue seguía en la cocina y le besé despacio, él medio gruñó y me acerqué a su oído-. Sé amable con Sue… -Bajé mi mano por su cintura y acaricié su entrepierna haciéndole dar un respingo que me resultó divertido, mordí el lóbulo de su oreja y reí-. Ahora siéntate, no quiero que tu madre piense que soy una pervertida… -Miré su pantalón a punto de reír y él suspiró rodando los ojos-. Sé bueno…
-Te odio… -Pellizcó mi trasero y se sentó cuando Sue salía, juntó la silla lo máximo posible a la mesa-. Gracias, mamá…
-¿Cómo están los chicos…?
-Como siempre… -Cogió la taza de café y puse mi mano en su rodilla desnuda, se tensó levemente-. Ya sabes… no hay gran novedad… -Me miró cauteloso y yo sonreí-. ¿Cómo va Ephraim? ¿Charlie ya le ha enseñado todas las leyes del estado?
-Algo así… -Reímos y yo subí levemente sus bermudas para acariciar el interior de su muslo, por alguna extraña y retorcida razón me gustaba provocarle. Noté su temperatura subir y sus músculos tensarse-. Al menos ya sabe que no se ponen petardos en el pavo de su madre…
-Sí… -Carraspeó un poco y me dedicó una sutil mirada que ignoré-. Oye… ¿No tendrás de esas galletas tan ricas que haces?
-¡Claro! –Dijo riendo y levantándose-. Ahora las traigo…
-Guay… -Hizo un gesto al decir eso, sacudió su cabeza y me miró cuando Sue desapareció-. Ya vale, por favor… he captado el mensaje –Apoyé mis codos en la mesa y me acerqué un poco a él-. ¿Quieres matarme o algo?
-Es que me gusta ver cómo te sonrojas… -Sonreí y le besé despacio-. Eso me hace feliz, pero si te molesta… -Negó embobado y sonreí, besándole de nuevo muy despacio. Sue carraspeó y me alejé algo sonrojada, hice un gesto de disculpa y Seth seguía embobado-. Perdona…
-Aquí las traigo… -Negó en mi dirección-. ¿Quieres probarlas antes de que Seth se coma todas?
-Claro…

Cogí una y Seth volvió en sí, apenas se comió dos galletas y Sue le empezaba a mirar con preocupación. Le preguntó algo sobre el hijo de una vecina y seguía mirando las galletas, tuve que darle una pequeña patada en el tobillo para que reaccionara. Le contestó con algo de dificultad y bostezó disimulando, se disculpó diciendo que tenía sueño. Negué con Sue y empezamos a hablar, yo puse mi mano de nuevo en su rodilla acariciando su pierna cada vez más tensa y cálida. Estuvimos hablando por al menos dos o tres horas, tuve que volver a darle pequeñas patadas cada vez que Sue se dirigía a él, en la última ocasión tenía una galleta en su mano y la hizo añicos, pude notar su pierna temblar y paré.
-¿Te encuentras bien? –Negó-. ¿Queréis quedaros a cenar, así no tienes que preocuparos por hacer nada? –Negó-. Si quieres llamo a Vera para…
-No –Abrió sus ojos como si estuviera drogado, me miró y después a su madre-. Le dije que cenaríamos en casa… además, seguro que quieres aprovechar la guardia de Leah… no quiero estropearte una noche que ella no está en casa molestando…
-No molestáis…
-Sí, bueno… -Me miró-. Es mejor que nos vayamos ya, imagino que Charlie estará al llegar y mi madre querrá hacerle una buena cena… -Sue se sonrojó levemente y me miró-. Y tú estarás cansada de tanto estudiar…
-Un poco… -Sonreí y miré a Sue-. Te he entretenido mucho, ¿cierto?
-No te preocupes… -Sonrió y negó, me levanté y ella hizo lo mismo recogiendo la mesa, me puse la chaqueta y Seth se levantó rápidamente para besarme como un loco, le separé cuando Sue carraspeó de nuevo, me giró y me abrazó por la espalda, llevándome delante y dejando que notara lo mucho que le había provocado. Empezaba a plantearme que quizá me había pasado-. Me alegra veros bien… -Sonrió y nos acercamos a la puerta, ella la sostuvo y me abrazó, pero Seth no me soltó. Él le dio un beso en la mejilla-. Te llamo mañana, me tienes algo preocupada…
-No pasa nada, sólo necesito echarme un rato y comer… -Sonrió y me empujó-. Vamos, no quiero que Charlie me vea, seguro que me culpa de lo del vecino…
-Seguro que tienes algo que ver… -Sue y yo reímos-. Gracias por todo, Sue…
-No hay que darlas… -Sonrió y asentí-. Vuelve cuando quieras…
-Cuando tenga el líquido, te lo traeré… ¿vale? –Asintió y me despedí con la mano al igual que ella mientras Seth me empujaba haciéndome notar lo mucho que quería salir de allí-. ¿Tienes prisa?
-Un poco… -Dijo casi gruñendo-. Empieza a rezar…

Reí y me soltó al lado de la puerta, rodeó el coche y entró encendiendo rápidamente, me despedí de Sue de nuevo mientras él salía a todo gas de allí. Paró dos kilómetros más abajo, frenando de golpe en el arcén y lanzándose sobre mí para besarme. Estaba temblando y gruñendo, mordí su oreja y casi convulsionó, algo que me hizo sonreír.
-Seth… -Le empujé levemente y me miró con la mandíbula tensa y los ojos desorbitados-. Tenemos que ir a cenar con Vera… -Señalé el reloj-. Hay que prepararle la cena, se lo has prometido…
-¿Hablas en serio? –Asentí con una sonrisa amortiguada-. ¿Quieres matarme?
-No… -Le besé despacio y volvió a temblar-. Sólo te pido que esperes un poco, quiero que cenemos con Vera y durmamos juntos…
-Eso es mucho…
-En cuanto te duermas y prepare mi sorpresa… -Gruñó de un modo que me hizo temblar a mí, se lanzó a mi cuello y empezó a besarme haciéndome perder un poco el hilo, pero logré frenarle cuando metía su mano bajo mi camiseta-. Seth… -Mordí su oreja sonriendo-. No seas malo…
-¡Vale! –Se alejó y apoyó su cabeza en el volante, realmente me hizo gracia y reí-. Dame al menos unos minutos… -Empecé a preocuparme al verlo aferrando el volante y temblando-.
-Seth… -Acaricié su pelo y gruñó de nuevo-. ¿Estás bien?
-Dame dos minutos… -Intenté evitarlo con todas mis fuerzas, pero una enorme carcajada salió y tuve que cortarla cuando me miró algo rabioso-. ¿Te resulta gracioso?
-Un poco solo… no gracioso, curioso más bien –Alcé una ceja y él volvió a besarme de nuevo, parecía más desenfrenado aún y tuve que pensar rápido para frenarle-. Recompensa –Paró en seco y me miró-. Pídeme lo que quieras a cambio, pero quiero que esperes… -Gruñó y bufó, se apoyó en mi pecho y empezó a resoplar-. ¿Seth…?
-Venganza… -Masculló entre mis pechos haciéndome reír. Me miró serio y alzó una ceja-. Ya puede ser una buena recompensa…
-No sé… -Lo pensé y sonreí-. Después de mi sorpresa… tendrás todo el fin de semana para hacer lo que quieras conmigo… -Su mandíbula cayó y cerró sus ojos suspirando despacio. Besé su mejilla y reí susurrando en su oído-. Lo que quieras –Tembló entre mis brazos y él se esforzó por controlar su respiración, así que me mantuve abrazándole sin mover un músculo-. Sólo tienes que ser paciente… y si hay alguien, ser amable. No quiero que eches a Vera cuando lleguemos… te conozco.

Él se mordió los labios y cerró los ojos despacio, me miró y le besé despacio haciendo que gruñera. Le insté a que encendiera el motor y siguiéramos. Paramos en casa y había luces encendidas, él se golpeó con el volante y yo reí, acaricié su pierna de nuevo y él me miró mal.
-Sé amable con ella… -Asintió y me acerqué-. Nada de gruñir, ni malas contestaciones… -Negó conmigo y le besé despacio. Se quedó paralizado y yo acaricié su entrepierna de nuevo haciendo que gimoteara-. Compórtate, Clearwater…

Se quedó como ido y yo sonreí bajando del coche. Corrió y se puso tras de mí, cuando pasamos la puerta corrió a desplomarse en el sofá, aovillándose y mirándome mal. Saludé a Vera y ella me besó y después saludó a Seth. Él saludó con la mano y sonrió, Vera le miró raro y se fue a la cocina. Me senté con él y empe
cé a acariciar sus tensos gemelos. Él rodó su cabeza y dejó caer su rostro contra el sofá haciéndome reír.
-¿Prefieres que vaya a ayudar a Vera?
-Sí, por favor… -Dijo contra el sofá haciéndome reír-. ¿Te importa traerme algo de beber?
-¿Qué te apetece?
-Me da igual… cualquier cosa muy fría y con hielo… -Vera salió y nos miró raro-. Por favor…
-Vale… -Reí y me levanté, dándole una palmada en el trasero mientras Vera reía y me dejaba pasar a la cocina-. Está cansado…
-La verdad es que es un poco vago y le gusta demasiado que le sirvan… -Ella rió negando-. Casi me atropellas antes… ¿no me has visto? –La miré y me quedé helada-. ¿Tenías prisa?
-Iba a ver a Sue…
-¡Ah…! –Asintió y negó-. Entiendo… ¿Qué tal con ella?
-Bien… -Empezó a sonar el teléfono-. Seth, ¿lo coges?
-¡Vera! Para ti…
-¡Voy!

Me quedé algo parada intentando escuchar, al parecer Nessie había planeado una excursión a última hora con los pequeños y William la reclamaba… miré a Seth y medio sonrió… ¡tramposo!

Me giré y me apoyé en la encimera, Vera se acercó y me miró algo preocupada, sonreí y me dijo que se iría nada más cenar, le dije que fuera a hacer la maleta… craso error. Apenas escuché la puerta de su cuarto y ya lo noté en mi espalda, puso sus manos en mis caderas y se acercó mucho a mí. Apartó con una mano el pelo de mi nuca y besó mi tatuaje, me giré con el cuchillo en la mano y él rió.
-No me obligues a usarlo… -Él alzó una ceja y se acercó más a mí, sentí que mis piernas eran de goma-. Seth… -Le alejé-. Hay que cenar y dormir…
-¡Mátame ya…! –Dijo riendo y acercándose a besarme, dejé que lo hiciera y luego le amenacé de nuevo con el cuchillo-. Vamos…
-Estás perdiendo puntos –Susurré-. Has sido amable, pero has hecho trampas para que se vaya… y ahora me estás acosando.
-No estoy acosándote… -Me besó-. Sólo te recuerdo con besos lo mucho que te quiero… -Mordió mi oreja y sentí que volvía a perderme-. Y no ha sido trampa, no la he echado, la han llamado para que se vaya…
-Me da igual… -Le alejé-. Guarda las distancias o te quedas sin recompensa…
-Cruel… -Sonreí y me giré-. Muy cruel…
-Ve a sentarte a la mesa… la cena estará en un momento…
-Date prisa… -Mordió mi cuello y me besó en la mejilla-. Quiero irme a dormir pronto…

Sonreí y preparé la cena, Vera bajó cuado estaba lista y cenó con nosotros, Seth estaba sentado en la mesa y apenas levantaba la mirada del plato, Vera miraba la tele distraída y yo seguía con una mano bajo la mesa acariciando la pierna de Seth. No sé cómo soporté la risa, realmente se le notaba acalorado y Vera no se daba cuenta… o disimulaba muy bien. Cuando pensé eso dejé de acariciarle la pierna, cené con calma y Vera sonrió cuando acabó.
-Estaba muy bueno, Dar…
-Gracias… -Sonreí y ella recogió los platos-. No importa… no hay prisa.
-Es que me tengo que marchar ya…
-Tranquila, recojo yo, no te preocupes… -Ella sonrió y me besó, después besó a Seth y salió disparada a por su mochila, bajó corriendo y se despidió con la mano-. Pásalo bien…

Seth gruñó en el momento que se cerró la puerta. Le miré y le amenacé con el dedo, le dije que se fuera a dormir mientras recogía, se levantó y no pude evitar mirar su pantalón…
Reí al verle subir pesadamente las escaleras, empecé a recoger corriendo y subí las escaleras rápido, abrí la puerta de mi habitación y él estaba tumbado en la cama. Me miró y me quité el jersey con descaro. El gruñó.
-No estás dormido… -Me quité los pantalones haciendo una mueca de disgusto-. Deberías dormir… -Gateé en la cama y me tumbé sobre él, besé su mejilla despacio y él tragó en seco-. Dulces sueños, encanto…
-¿En serio crees que voy a poder dormir?
-Tú mismo…

Me encogí de hombros y empecé a acariciar su nariz. Hizo grandes esfuerzos controlando su respiración, cerró los ojos y estoy segura de que lo intentó. Cuando pareció más calmado empecé a besar su pecho bajando hacia sus pantalones, los desabroché y él cogió mis muñecas haciendo que le mirase. Tragó de nuevo y negó.
Subí hasta sus labios y llevé sus manos bajo la almohada, le miré y bajé mi cadera para rozar la suya, gruñó y se removió bajo mi cuerpo haciéndome sonreír.
-No puedes tocarme… -Besé su mejilla y mordí el lóbulo de su oreja-. Es el trato.
-No habíamos hablado de eso…
-Tampoco de que llamaras a Nessie para que te dejara vía libre el resto del fin de semana… -Besé su tensa mandíbula y tragó de nuevo-. No te muevas…

Bajé besando su pecho, después su abdomen y desabroché su pantalón. Gruñó cuando lo bajé liberándole de la presión, sonreí ampliamente y comencé a besarle despacio, se retorció a cada beso y yo esperaba cada vez a que se calmara. Me encantaba verle así, era como si en mi pecho creciera algo, el ego o el orgullo… las ganas de él. Paseé mi lengua con lentitud mientras él aferraba con sus manos la almohada, cuando aumenté el ritmo sus manos salieron disparadas al cabecero de la cama, la madera crujió levemente tras un gruñido. Paré y esperé, para después seguir donde lo había dejado. Su pecho emitía gruñidos sin parar y la madera se rompió bajo sus dedos.
-¡Para, Darlene! –Presioné un poco más y él gruñó-. Por favor… no puedo… -Le acaricié y le miré-. No puedo…
-No me importa…

Volví a pasear mi lengua por su piel mientras gruñó de un modo que jamás había oído, hizo un rápido movimiento arrastrándome y poniéndose sobre mí, apartó mi ropa interior en el mismo movimiento y entró dentro de mí gruñendo mientras notaba su calor en mí. La madera volvió a crujir y él empezó a convulsionar, le empujé y le dejé de nuevo bajo mi cuerpo sonriendo. Besé su abdomen despacio mientras le miraba, volvió a posar sus manos en el cabecero mientras convulsionaba levemente de nuevo, estaba paralizado buscando el aire, cerró sus ojos y soltó el cabecero, trozos de madera cayeron a su pelo y sonreí.
-Dar…
-¿Sí? –Dije besando su ombligo-.
-¿Puedo pedirte algo? –Asentí besando su estómago-. Ven… -Posó sus manos en mi cintura y tiró de mí para besarme en los labios con cuidado-. ¿Es hora de mi venganza? –Negué sonriendo-. Has dicho que cuando acabaras…
-Calla… -Puse un dedo en sus labios y él me miró, podía ver el deseo en sus ojos-. Ahora vamos a darnos una ducha, después… dormiremos. Luego seré toda tuya.

Apenas acabé de decirlo y ya me llevaba en brazos a la ducha. Reí y besé su cuello, me dejó en el suelo y me acercó a él cogiéndome del trasero. Empezó a besarme mientras me llevaba a la ducha, abrí el grifo nada más entrar pero no pareció molestarle, siguió besándome como si en ello le fuera la vida. Me terminó de desnudar sin separarse de mi labios, sólo los dejó para seguir besando mi cuello, momento en el que estiré mi brazo para coger el jabón.
Le eché por el pelo y él cerró sus ojos fuerte, empecé a reír y él se abalanzó sobre mi cuello mordiéndolo y besándolo con furia. Reí y empecé a enjabonar su pelo, él se metió bajo la ducha para aclararse. Cerré el grifo y empecé a enjabonarle el cuerpo, él hizo lo mismo mientras me seguía besando dulcemente. Abrió el grifo y me metió bajo el chorro de agua, lamió mis labios y los besó de nuevo, mi lengua empezó a jugar con la suya y él se apoyó apartándonos del agua.
-Creo que ya estamos muy limpios…
-Ahora toca dormir… -Reí al ver su cara y le besé-. ¿No estás cansado? –Acercó su cintura a la mía para darme la respuesta. Me quedé boquiabierta y el alzó las cejas-. ¿Sería muy cruel…? –Suspiré y le miré, le besé frenéticamente y le separé tirando de su pelo-. Rápido –Él rió-. No es broma… -Besó mi cuello y me perdí por unos minutos-. Quiero estar durmiendo en media hora… una hora como mucho…
-Una hora… -Susurró mientras entraba en mí. Grité por la sorpresa y por lo que me hizo sentir. Él sonrió ampliamente y me besó despacio-. Una hora y te dejo dormir lo que quieras… -Lamió mis labios despacio y sonrió-. Pero cuando despiertes no pienso dejarte hasta la noche…

Hicimos el amor en la ducha, aunque creo que estuvimos más de una hora regalándonos besos y caricias. Apenas era consciente cuando salimos, él me llevaba en brazos a la cama y creo que me dormí en sus brazos.
Me removí ligeramente, notaba unos cálidos dedos en mi rostro. Abrí los ojos despacio y allí estaba, tumbado a mi lado observándome.
-Buenos días, preciosa…
-Buenos días… -Sonreí y besó mi frente-. ¿Qué hora es?
-No sé… -Se encogió de hombros despreocupado-. ¿Tienes hambre? –Asentí levemente-. Yo también… -Me besó y sonrió-. ¿Puedes esperar unos minutos?
-Seth… se supone que íbamos a hablar hoy… ¿no?
-Cierto… -Se acomodó suspirando y acariciando mi pelo-. Dime qué te preocupa.
-Creo que tengo que pedirte perdón –Negó y yo asentí-. Te dejé tirado, te rechacé como… millones de veces… y cuando tú me rechazaste no lo respeté…
-A ver… -Suspiró-. ¿Sabes la razón por la que te rechacé? –Negué-. Sabía que estabas agobiada, me daba miedo que tomaras una decisión por puro instinto… no fue por otra cosa. Quiero que entiendas eso, pero que estaba deseoso de que hicieras lo que hiciste. Tuve miedo de que no volvieras, pero cuando lo hiciste… fui el hombre más feliz del universo.
-Me costó mucho volver… quiero que lo sepas.
-Lo sé, también sé que llevas meses pensándolo… -Se encogió de hombros-. Sólo me indica que es una decisión tomada con seriedad, no por impulso de una noche loca, por eso no quise hacerlo justo esa noche, no quería dejar que el agobio y el alcohol estropearan los meses que llevábamos arreglándolo.
-¿No me odias por todo lo que te he hecho?
-Darlene… -Suspiró y sonrió pícaramente-. Déjame que te enseñe lo enfadado que estoy ahora mismo… ¿vale?
-Seth… -Cogí aire y él alzó una ceja, suspiré y asentí-. No seas muy cruel…
-¿Yo cruel? –Me besó y acarició mis pechos con cuidado, suspiré en su boca cuando lo hizo-. No es el concepto exacto, creo…

Pellizcó mis pechos y no pude evitar un sonoro suspiro. Él sonrió y se dedicó a seguir con esas caricias mientras me miraba fijamente. Intenté parar sus manos pero era inútil, sólo provoqué que negara y se sentara sobre mí cogiendo mis muñecas.
-¿Quieres algo?
-Que pares… -Negó riendo-. Dame tregua…
-No sé… -Lamió mi pecho y me retorcí bajo su cuerpo-. No pienso hacerte caso a no ser que digas la verdad… quiero que me digas lo que quieres a cada momento…

Empezó a lamer mis pechos y a acariciarlos, era realmente una locura, yo quería tenerlo dentro de mí, pero cuando se lo pedí negó, se limitó a bajar una de sus manos para acariciarme despacio, era una verdadera tortura y él lo sabía. Tuve que pedirle que lo hiciera más rápido y me lo concedió, me volví completamente loca y le suplique que se entregara, pero a cambio bajó sus labios y empezó a besar mi zona más sensible, mandando escalofríos por todo mi cuerpo. Me revolví como él hacía la noche anterior, le supliqué que le quería en mí y coló sus dedos haciéndome perder la cordura.
Me costó recuperar el aire suficiente para ser más específica y él me concedió al fin lo que llevaba tanto rato esperando, fue lento y tortuoso hasta que le pedí que no lo fuera, marcó un ritmo más acelerado y me llevó al cielo, aunque cuando todo terminó su mirada seguía algo perdida.

Nos besamos y acariciamos por media hora más, era placentero notar sus dedos por mi piel, me relajaba mucho y me encantaba cómo me miraba en ese momento. Me abracé fuerte a él y me recostó sobre su pecho, le besé allí en numerosas ocasiones.
-¿Tienes hambre? –Asentí enérgicamente y él rió-. Vale… ¿Vas tú o voy yo?
-Ya voy yo… -Le besé en los labios y sonreí-. Déjame agradecerte esto de alguna manera… -Le besé despacio y él sonrió-. ¿Tortitas?
-No… -Negó y acarició mi pelo-. Algo más rápido…
-Déjamelo a mí…

Salté de la cama y me puse mi ropa interior y una camiseta de tirantes. Bajé
a la cocina y empecé a tener frío, temblé levemente mientras exprimía unas naranjas. Noté su calor en mi espalda, me abrazó y besó mi cuello despacio. Me apoyé en su hombro y seguí haciendo zumo, sus labios empezaron a entretenerse con mi cuello y acarició mi nuca, empezando a besarla. Su mano acarició mi vientre y empezó a subir a mi pecho, el cual acarició por encima de la tela haciéndome suspirar. Sonrió y volvió a hacerlo algo más fuerte, mis piernas flojearon.
-Si quieres desayunar… hazlo ya… -Echó el zumo en dos vasos sin soltarme y se bebió el suyo en dos tragos, me quedé algo pasmada y él me miró-. ¿No quieres desayunar? –Negué algo aturdida y él sonrió-. Tú misma…

Me giró y empezó a besarme frenéticamente, sus manos se movían en mis pechos de igual modo. Acarició mis muslos y me levantó tirando todo a la pila para sentarme en la encimera, justo en el borde. Se apretó a mí y empezó a lamer mi cuello mientras sus manos se colaban bajo la tela comenzando con el mismo proceso de antes. Se deshizo de mi camiseta y empezó a lamer mis pechos, apoyé la cabeza en la pared y grité sin poderlo evitar.
-Seth… -Tragué y cogí aire-. Termínalo ya, por favor…
-Tranquila… -Me besó y sonrió, acariciando mis muslos y llegando a la tela donde hizo algo de presión provocando que me removiera y temblara-. Todo a su tiempo…

Siguió etapa por etapa, me cambió de la encimera a la mesa para regalarme intensos besos hasta que finalmente me hizo suya. Me quedé algo deseosa de él, parecía seguir controlándose y usé mi arma, sabía cómo provocarle y lo hice. Le pedí que me hiciera el amor de nuevo y cuando estaba preocupado en mis necesidades empecé a susurrarle cada pequeño detalle que quería, hasta que finalmente logré que perdiera el control con una frase.
-No quiero que pares hasta que recorras cada rincón de la casa haciéndome el amor… -Le besé y él gruñó-. Te lo suplico, Seth. No quiero que quede ni un solo rincón de esta casa que no te recuerde esto… -Me cerré a su alrededor y gruñó-. Por favor…
-Darlene…

El modo en que lo dijo me volvió loca, gruñó mi nombre mientras se lanzaba a mi cuello y cargaba conmigo hasta la sala. Estuvimos en el sofá de la sala, en el mueble de los CD, después me llevó al sofá del salón, acabando en el suelo. Cuando terminó allí me dio un descanso, para luego empezar de nuevo y parar en las escaleras, algo que fue ligeramente incómodo aunque sus brazos lo hicieron más llevadero. Lo mejor vino en el pasillo, podía notar que él estaba completamente entregado y me dejé llevar con él, me cercó y me apoyó contra la pared.
-Seth…
-¿Darlene? –Dijo besándome y lamiendo mi cuello-. ¿Alguna petición?
-Que dejes de pensar… -Mordí su cuello y enredé mis piernas en su cadera-. Que me demuestres lo mucho que me has extrañado en esos casi novecientos días…
Empezó un ritmo frenético y salvaje, gemí en su oído adrede, gruñó y me embistió mucho más fuerte… Fue la mejor sensación de mi vida, con las mejores vistas del bosque Quileute y el mejor de su tribu llevándome al paraíso.