Capítulo LXXIIX: Descubriendo a Darlene McBrown (Parte III). Juego sucio.

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Aquí está el siguiente capítulo... os vais a llevar una pequeña decepción... pero bueno... espero que os guste! :P


Silvy ^^



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-¿Qué haces aquí? Y no me digas que vienes para que vuelva, porque no lo vas a conseguir… no al menos ahora… necesito estar sola.
-Lo sé… -Sus labios se fruncieron-. Sólo… quería ver si estabas bien… si… no sé. Si nos echabas de menos… o… si necesitabas algo.
-Estoy bien… -Bajé un poco la mirada, mi enfado pasó ligeramente-. ¿Cómo has venido hasta aquí? ¿Cómo sabías que estaba aquí?
-Alice, Nessie… -Se encogió de hombros-. He venido en coche…
-¿En coche? –Asintió-. Pero… son muchas horas…
-Sí, unas cuantas… he salido esta mañana a primera hora, he parado sólo a repostar… y a comer… no quería que se hiciera de noche antes de llegar.
-¿Quieres… tomar algo? No tengo gran cosa, pero… puedo prepararte algo de cenar, o… no sé. Tengo pasta, cereales… -Reímos-. También tengo helado…
-Suena bien… -Sonreí y asentí-. ¿Es de chocolate?
-Por supuesto… -Me encogí de hombros-. ¿Quieres un bol de helado y un vaso de leche? Puedo calentártela si quieres…
-Está bien… yo… -Miró su reloj y suspiró-. Debería llamar a mi madre, estará… estará preocupada –Asentí y me dirigí al frigorífico, escuché un poco la conversación-. No, no te preocupes… estaré bien… Ya, lo sé… pero es que está realmente enfermo, mamá. Ya sé que mañana tengo clase… pero iré el martes… si se encuentra mejor. Sí, lo sé… yo también os quiero. Adiós mami… -La miré por un segundo y volvió a teclear-. ¡Hola! Ya he llegado… Sí, no te preocupes… pero prométeme que Jake le mantendrá de guardia… si se entera de que no voy a clase me matará… y si mi madre se lo encuentra, no te quiero ni contar… -Rió y asintió-. Sí, no te preocupes. Tú… -Me miró-. Sigue el plan. Espera a que volvamos… -Hice una mueca y ella otra-. Intentaré que sea lo más pronto posible… Sí, adiós… -Colgó y me miró con un gesto de inocencia-. Bueno, quizá tú no quieras volver, lo respeto… pero… yo tengo que, al menos, intentarlo…
-Claire… -Suspiré y le tendí el bol-. No me hagas esto, ¿quieres?
-¡Vale! ¡Perdona! –Me cogió de la mano-. A mí tampoco me parece justo todo lo que estás pasando… así que… si quieres preguntarme algo, cualquier cosa… prometo responderte –Alcé una ceja algo incrédula-. Lo que sea… tú fuiste importante para mí, de una manera que igual no alcanzas a sentir, pero… sigo siendo tu amiga.
-¿Y qué pasa con… ya sabes, Jake?
-Ha levantado el pacto de silencio… Y además… -Rodó los ojos-. No tengo obligación de cumplir sus órdenes, Quil sí, pero no yo…
-En realidad… -Medio sonreí-. Empezaba a echar de menos el hablar con alguien… -Ella asintió con una enorme sonrisa y me arrastró al sofá, se sentó y comenzó a comer mientras me miraba atenta-. Es que… estoy… no quiero ni verle, ni hablar con él…
-Estás cabreada… -Dijo saboreando el helado-. Y… puede que sea comprensible, pero no es algo… ya sabes. Él no haría nada que pudiera… hacerte daño. O… no sé.
-Mal tema… -Dije tensándome-. No quiero hablar de él. Ni… de ellos. Sólo… de mí. Y de ti. No sé… cualquier cosa, menos eso…
-Está bien… -Se acomodó con el bol-. Dime de qué quieres que hablemos…
-¿Está bueno? –Ella asintió y me levanté a por la tarrina, me senté a su lado y nos miramos disfrutando del helado-. ¿Cómo era yo… con mis padres?
-Pues… -Suspiró y lo meditó-. No es que… conociera tanto esa parte de ti. Pero… les querías mucho… de maneras distintas. A tu padre… a pesar de que siempre parecía el fuerte, lo querías de un modo muy protector, siempre hablabas de él orgullosa… pero, con un deje… que parecía que fueras tú la adulta… -Reímos-. Aunque… solías hacerlo con todo el mundo. Con tu madre… era diferente. Cuando hablabas de ella… era… -Lo pensó-. No sé…
-Ella sufría mucho, ¿verdad?
-Sí, al principio… pero, cuando todo mejoró… era… raro. Hablabas de ella con orgullo, como te decía… parecía que tú fueras la madre… -Rió un poco y yo seguí escuchando atenta-. Pero todo eso cambiaba cuando hablabas de tu prima… de tu tía Cyntia hablabas como si de una hermana se tratara… y creo que, en parte, la sentías más de esa manera… y por eso estabas tan unida a AJ…
-¿Me podrías guardar un secreto? –Asintió-. Estuve con ellas… -Ella me miró y tragamos a la vez-. Fue muy raro.
-¿Qué… les dijiste?
-No les dije que era yo… pero… -Negué-. Me sentí realmente extraña, quería coger a la pequeña y abrazar a Cyntia… me sentí realmente impotente de no poderles decir la verdad… ella no me reconoció ni nada, sólo me pidió que le dijera a mis padres que la llamaran…
-¿Para qué?
-Pues… -Me encogí de hombros-. No tengo ni idea, la verdad…
-¿No tienes curiosidad por saberlo?
-Un poco… pero… ¿Qué hago? ¿La llamo?
-Bueno… -Miró su reloj-. Creo que es un poco tarde… quizá mañana, si quieres… podría hablar yo con ella, no creo que recuerde mi voz…
-¿Harías eso por mí?
-Sí… -Asintió y me miró prudente-. ¿Puedo hacerte una pregunta a cambio? –Fruncí mis labios, pero asentí-. ¿Nos has echado de menos?
-Pues… sinceramente… -Fruncí mis labios-. Apenas he tenido tiempo de pensar en eso, he estado leyendo mucho mis diarios… y no sé. Había momentos en que sí… -Alzó una ceja y suspiré-. Sí, a él en especial… pero no hace que esté menos enfadada, ni que porque le añore a veces olvide todo y quiera volver…
-¿No has pensado en volver, llamarle o algo?
-Sí, bueno… no en volver, pero sí en llamarle o escribirle… -Suspiré pesadamente-. Pero no sabría qué decirle, así que…
-Simplemente lo que sientas, él lo agradecería…
-¿Cómo está?
-Pues… -Se puso triste-. Realmente… -Se mordió los labios-. Te echa mucho de menos. Demasiado… más de lo que puedas llegar a imaginar.
-No… -Negué-. No quiero hablar de eso…
-Está bien, de acuerdo… hablemos… no sé. ¿Cómo decidiste venir aquí?
-Pues… no lo sé muy bien. Me sentía… atascada –Alzó una ceja-. No sólo estuve con mi tía…
-Kevin… -Susurró-. Estaban algo nerviosos por eso…
-¿Alice? –Ella rió y asintió-. Bueno, pues no sé… -Suspiré profundamente y ella sonrió-. No sé… creo que, de alguna manera, me sentí atraída por él… -Alzó sus cejas y rió-. ¿Qué? ¿Tan descabellado es eso?
-No… bueno… -Bostezó ligeramente y negó-. Supongo que… estabas sola, con alguien con quien estuviste muy unida en un pasado… no creo que sea descabellado, pero sí gracioso… Creo que jamás me habías hablado de Kevin en esos términos… -Rió y yo con ella-. Era más como tu hermano, al menos… eso me decías a mí.
-No lo sé… -Suspiré-. Creo que en algún momento de mi vida pasada también había sentido algo como eso… o no sé… -Me encogí de hombros-. Creo que era muy especial para mí.
-No te lo voy a negar… pero… ¿Qué estuvieras atraída sexualmente por Kevin? Lo dudo…
-¿Tú crees? –Rió y asintió dejando el bol vacío en la mesita, bostezando de nuevo-. ¿Estás muy cansada? Si quieres… podríamos ir a descansar.
-Pues… -Chascó su lengua y se tumbó sobre mis piernas-. Sólo necesito estirarme… si no me pides un gran esfuerzo físico… podré seguir hablando… -Reímos y asentí-. ¿Qué?
-Me siento… -La miré y sonreí-. Me resulta raro, cuando estábamos allí… no me sentía tan… conectada.
-¿Conmigo? –Asentí-. Reconozco que en eso soy un poco culpable… -Hizo una mueca-. Me daba miedo acercarme demasiado, siempre tiendo a decir cosas inapropiadas… y no quería decir nada que pudiera herirte, así que… mantenía las distancias. Lo siento…
-No te preocupes… -Me encogí de hombros-. Intentaré borrarlo de mi mente, eso parece fácil para mí, al menos…
-Ya… -Reímos-. Echaba de menos tu humor sarcástico… -Sonreí con ella-. En serio, lo siento… en parte, es una de las razones por las que estoy aquí… sentía que te había defraudado, no quería fallarte en esto también, sentí que tenía que hacer algo al respecto… siento haber tardado tanto, pero…
-¿Pero…?
-Quil me dijo que no debía meterme, que es algo entre tú y Seth… pero… no podía dejarlo estar, eres mi amiga… y cuando… bueno, anoche discutimos… y esta mañana no ha podido impedir que viniera… yo sabía que debía hacerlo y al final lo entendió.
-¿Discutiste con Quil? –Asintió-. ¿Fue muy fuerte?
-Un poco… -Entristeció y se encogió de hombros medio sonriendo-. Pero sé que cuando vuelva me perdonará, al final lo entenderá… siempre lo hace.
-¿Tan fácil?
-Siempre es fácil con ellos… seguramente llegaré… y simplemente me abrazará. Todo habrá pasado. Estará tan asustado ahora que no estoy con él… que simplemente dejará todo correr al verme entre sus brazos… -Sonreí y asentí algo ida-. Oye, cambiando de tema… -La miré menos aturdida-. ¿Quieres saber el nuevo cotilleo de la reserva?
-¡Claro!
-Sue se va a mudar… Vera y Leah van a quedarse solas… creo que incluso hablaron algo sobre una boda, pero… no sé si al final se casarán.
-¿Sue y Charlie?
-¡Sí! Alice está emocionada… por lo que Nessie me dijo, están intentando convencer a Charlie para que le pida matrimonio y deje que Alice y Nessie organicen la boda…
-¿En serio?

Asintió aún sobre mis piernas. Empezó a contarme cosas también sobre el instituto, le pregunté sobre Hanna y Bryan, ella dijo que se les veía tímidos… que tampoco había visto muestras de cariño excesivas, no era como Dylan y Susan… me quedé de piedra al saber que se lo habían dicho a los padres de Dylan, pero al parecer estaban encantados con la idea. Poco después sus bostezos fueron muy seguidos, me dio pena después del viaje tan largo que había hecho por mí.
-Podemos irnos ya a dormir… mañana podremos seguir hablando…
-Claro… -Bostezó de nuevo y reí-. Voy al coche a por la mochila, he venido con un poco de ropa por si acaso…
-¿Por si acaso?
-Sabía que me iba a llevar tiempo convencerte… tenía una mínima esperanza de conseguirlo a la primera, pero eres dura de pelar…

Rodé los ojos y esperé a que entrara. Subimos a la habitación y le pedí tímidamente que se quedara a dormir conmigo. Ella asintió y se tumbó en la cama, saqué un coletero de mi maleta y entonces una pregunta surgió.
-Claire… -Ella me miró curiosa-. ¿Tú sabes qué es esto?
-Oh… -Sonrió cogiendo el cofre con sus manos y asintió-. Sí, lo recuerdo… es un regalo que Leah y Sue te hicieron, son esencias… -Se encogió de hombros y sonrió-. Ya sabes, algo así como aromaterapia… -Rió-. ¿No has abierto ninguno? –Negué-. Prueba, anda…
-A ver… -Ella rebuscó y me tendió uno, al abrirlo… suspiré-. Me recuerda… -Entrecerré los ojos y ella rió-. Ya… ahora lo pillo… -Reímos y ella se tumbó, yo cerré el bote y guardé el cofre-. Muy original, todo hay que decirlo…
-Ese regalo te encantó… -Dijo abrazándome-. Yo te regalé unos pendientes, me acuerdo que era un poco cría… pero, parecieron gustarte. Aunque creo que sólo era porque los había hecho yo…
-Seguro que me seguirán gustando… no como eso… -Me miró raro-. No me parecen muy útiles unos botes que huelan a él…
-¡Vamos, no seas tan dura! Seguro que lo echas de menos más de lo que quieres reconocer, al parecer, no sólo conservas tu sarcasmo, también tu tozudez…
-No soy tozuda…
-Pues vuelve conmigo mañana…
-¿Te irás mañana?
-La idea es que vengas conmigo… el martes tengo que ir a clase, debería irme mañana antes de comer para no llegar muy tarde a la reserva, me gustaría pasarme a por mi abrazo de perdón antes de que mi madre me castigue por una semana… y me gustaría ver la cara de Seth al ver que vienes conmigo…
-No voy a ir…
-Bueno, mañana hablaremos sobre eso…
-No me vas a convencer…
-Jugaré sucio…

Reímos un poco y ella se durmió al poco rato. Parecía tranquila… pero yo no. Tenía aquel olor metido en la nariz… y pensar que tenía a Claire en mi cama en vez de a él me producía un sentimiento extraño. La odiaba en una pequeña parte, odiaba que hubiera venido… ahora no podía dejar de pensar en él, en lo que había dicho sobre cómo Quil iba a perdonarla. “Siempre es fácil con ellos”… a mí no me lo parecía… pero ella… dormía apacible, con una sonrisa amplia… esa sonrisa que en ella parecía imperturbable, imborrable.

Tuve un sueño extraño, de nuevo soñé con él, era… una estampa un poco extraña. Él me abrazaba y me besaba al volver, pero después no era él, no era yo… eran Claire y Quil.
-¡Buenos días! –Ella rió zarandeándome un poco-. Hace un buen rato que ha amanecido… y he pensado que, ya que estoy en una especie de mini vacaciones, podríamos darnos un baño antes de que me vaya… ¿Te apetece?
-Claro… pero… -Miré a mi alrededor-. No he traído bikini…
-¡Vamos! ¿Qué más da? En ropa interior… nadie nos va a ver ahora… -Se encogió de hombros y rió-. Venga, que me apetece mucho…
-Dame unos minutos… necesito ir al baño…
-De acuerdo, yo iré preparando el desayuno para cuando salgamos del agua…

Asentí y cuando bajé ella dejaba las cosas en la mesa de la terraza. Puso un mantel de tela por encima, dejó unas toallas en las sillas y sonrió corriendo en ropa interior hacia el agua… sonreí y tuve un pensamiento demasiado extraño. Era como… si viera algo en ella demasiado infantil e inocente… aunque, supuestamente, ella era un año mayor que yo ahora… o lo que fuera. Sacudí mi cabeza y me quité la camiseta y los pantalones para correr tras ella.

Nadamos por un rato y nos salpicamos, apenas estuvimos media hora en el agua y salimos corriendo porque teníamos muchísimo frío. Nos envolvimos en aquellas enormes y esponjosas toallas, reímos desayunando y ella suspiró mirando al mar.
-Si ellos estuvieran aquí… -Rió-. Ahora mismo mis pies no se estarían poniendo azules por el frío… -Rió alto y yo con ella-. Le echo de menos…
-Tampoco hace tanto frío… -Alcé una ceja-. Pero sé lo que quieres decir…
-¿No te apetece hacer unos poco kilómetros para entrar en calor?
-Claire… -Rodé los ojos y negué-. Voy a recoger y darme una ducha… no quiero ponerme enferma…
-¿No has dicho que no hacía frío?
-No es por el frío por lo que podría ponerme enferma…

Ella rió y rodó los ojos, cogió mi mensaje… o al menos, eso creí. Recogí todo y ambas subimos hacia el baño, me relajé bastante con el agua cálida, pero inevitablemente un recuerdo en forma de fogonazo hizo que decidiera cambiar la temperatura del agua. Ella estaba sentada en la terraza mirando al infinito cuando bajé, sonrió y me senté a su lado.
-Apenas recordaba esta playa… hacía muchos años que no estaba aquí…
-Yo no la recordaba, directamente… -Reí y ella conmigo algo más débil-. Pero al parecer he estado aquí bastantes veces… -Hice una mueca al recordar uno de los tantos sueños que había tenido con él, la miré y humedecí mis labios para preguntar-. Eso… -Tragué cuando me miró y bajé la vista-. Yo… -Cogí aire y la miré-. Me gustaría preguntar algo más antes de que te vayas…
-Nos vayamos…
-Lo que sea… -Rodé los ojos y ella sonrió-. Alguna vez… te conté algo sobre… Seth. Algo… íntimo, quiero decir…
-¿Sobre sexo? –Tragué en seco y ella sonrió-. No os gustaba contarme esas cosas porque Quil se enfadaba… pero, según las bromas que a veces oía en el taller… era algo que os iba muy bien… -Rió ante mi sonrojo-. Ya sabes… ellos… hablaban en clave, pero ahora puedo entender la mayor parte de las bromas… -Sonrió-. ¿Por qué lo has preguntado?
-Porque a veces… he soñado con eso –Ella asintió seria-. Me angustia un poco… es… como si una parte de mí supiera, recordara cómo era y lo ansiara… pero la otra parte está atemorizada, es como… que me da miedo que no sea como lo recuerdo o como lo sueño…
-No sé, no te puedo ayudar en eso… -Arrugó su nariz-. Pero puedes hablarlo con él…
-Claire… -Suspiré y le miré molesta-. No voy a volver hoy… no sé si algún día querré volver allí, no me sentí cómoda la última vez.
-Pero… ¡es tu hogar! ¿Cómo puedes decir eso?
-No… -Negué-. La reserva no es mi hogar. Forks no es mi hogar… mi hogar está en Monroe… y en Seattle… y no puedo estar allí porque algo me pasó, algo que aún no llego a comprender, algo que me cambió y me alejó de esa vida. Así que no me pidas ahora que vuelva allí, porque lo único que siento es odio hacia ese lugar.
-No hablas en serio…
-Créeme que sí… no está en mis planes el volver…
-No puedo creerte… -La miré y ella tragó, humedeció sus labios y habló con tono aturdido-. ¿Hablas en serio? ¿Nunca?
-No lo sé… pero no ahora, no de momento, al menos… no por él.
-¿Sabes cómo está? ¿Sabes acaso todo lo que está pasando allí? ¿Te has preguntado acaso qué es lo que me ha traído hasta aquí?
-Supuestamente… -La miré alzando una ceja-. Amistad.
-Sí, eso es… -Me miró y se mordió el labio, se levantó y regresó tendiéndome una cinta-. También quería darte esto…
-¿Qué…? –Cogí aquella cinta-. ¿Qué es esto?
-Creo que deberías verlo, quizá así te des cuenta del error que estás cometiendo… ¿Sabes lo que ha supuesto que te vayas? ¿Has pensado en cómo está él?
-Ya me has dicho que no está muy bien, que está mal… pero no cambia nada… no va a hacer que me sienta mejor el verle ahora…
-Mal… -Suspiró-. ¿Crees que eso puede describir su estado? –La miré algo triste-. Está loco, no sabe… -Suspiró pesadamente y negó con los ojos cerrados-. ¿Sabes por qué he venido?
-Porque quieres que vuelva…
-Así es… pero yo también estaba huyendo. No es justo para nadie… y creo que ya sabes que todos sentimos muchísimo lo que te pasó. Pero… tienes que entender que no eres la única que está sufriendo. Sí, tú no recuerdas muchas cosas… pero nosotros perdimos parte de nuestra vida, Seth está perdiendo la cabeza… y va a conseguir que sus propios hermanos le maten –Alcé una ceja-. Es por lo que he venido, sólo tú puedes convencerle de que no haga alguna tontería, no te pido que vuelvas si no quieres, pero al menos llámale y pídele que entre en razón…
-¿De qué me estás hablando?
-Él quiere hacer algo… -Suspiró y negó. Me miró, su mirada estaba triste y cansada, no pude evitar acercarme y tomar su mano-. Van a acabar matándole. Si no se mata él mismo, harán que lo maten. No quiero que eso pase… nunca he visto a Quil así… y tampoco a Jake. E incluso los Cullen…
-Claire, no entiendo nada…
-Él quiere… que le hagan lo que a ti. Pero no entiende que si va a Volterra no llegaría ni a poner un pie en el castillo, le descuartizarían mucho antes y serviría de pretexto para que los vampiros dieran caza a toda la tribu… acabarían con cualquiera que pudiera poseer el gen… Alice ha visto que lo están esperando, quieren una excusa para esclavizarlos o exterminarlos.
-Él nunca pondría…
-Darlene… -Me miró con los ojos llorosos de nuevo-. Quil y Jake tuvieron que enfrentarse con él. Quil casi acaba con él, toda la manada está alterada… Jake intenta mantenerse imparcial, Vera le ayuda en eso… pero incluso Leah está dispuesta a atacar a su hermano antes de que ponga en peligro a toda la tribu. Quil lo ha visto en su cabeza… y todos piensan lo mismo.
-¿Quil y Jake le atacaron? –Ella asintió-. Y… ¿ahora?
-Ahora… Jasper intenta tenerlo bajo control, Vera y Jake le vigilan… pero ha pedido a Nessie que les llame, ella ha tenido que acceder… llamó a Edith y a Marta para que vinieran con sus hermanos, no les ha explicado las pretensiones de Seth… y va a intentar evitar que Fernando e Isabel se enteren… pero a Marco no le ha hecho ninguna gracia quedarse sin sus dos apoyos en Volterra, sospecha algo y si se entera de que han hecho algo así con la manada…
-¿Algo así?
-Marco no quiere que los dones de los híbridos se… malgasten. No estuvo de acuerdo con lo que hicieron contigo… y han hecho lo posible porque no se sepa… hay aquelarres pendientes de cada movimiento de la nueva alianza de los Vulturi, sólo están esperando que den un paso en falso para levantarse contra ellos… si esto se supiera…
-Y… ¿qué tengo que ver yo en esto?
-¿No lo entiendes? Él sólo quiere terminar lo que empezaste… -La miré raro-. Y en el intento, olvidarte. Pero ni siquiera Carlisle está seguro de que vaya a salir bien, podría acabar realmente mal… podría incluso perder la capacidad de entrar en fase, o mucho peor… no poder salir de fase nunca. Carlisle dice que con su naturaleza tan inestable no puede saber con seguridad qué pasara…
-¿Y qué quieres que haga yo?
-Tienes que hablar con Seth… tienes que convencerle de que…
-No voy a hacerle cambiar de opinión… -La corté-. Es mayorcito…
-Eres la única que puede hacerlo…
-Claire… -Me cubrí la cara con las manos y las pasé a mi cuello mirando al mar, una parte de mí gritaba que fuera… pero el dolor era más fuerte que eso-. No puedo hacerlo, Claire…
-¿Cómo que no? Sólo tienes que ir, pedirle que no lo haga…
-¿Y luego qué? ¿Quedarme allí con él? En el momento que necesite irme de nuevo él volverá a hacerlo… ¿Y si no es lo que yo quiero?
-¿Qué? –Me miró indignada-. ¿No ves que él se está jugando la vida por intentar olvidarte?
-No podría hacerle cambiar de opinión, aunque quisiera…
-¿Aunque quisieras? ¿Qué quieres decir?
-Que igual es lo mejor, que me olvide… no veo que puede tener eso de malo. Él podría seguir con su vida… y yo con la mía.
-¿Qué? ¿Y el resto de la manada? ¿Y su vida? ¿Acaso quieres que él pase por lo mismo que has pasado tú? ¿Quieres que no recuerde absolutamente nada?
-Sinceramente… -Me encogí de hombros-. Es libre de hacer lo que quiera. No me preocupa lo que haga, si ha tomado una decisión no voy a intervenir. No es cosa mía.
-¿Y si algo sale mal? ¿Y si tiene que abandonar la manada para siempre?
-No es cosa mía… -Me encogí de hombros-. No es algo en lo que yo pueda ayudar, él es testarudo… y si lo tiene decidido…
-No puedo creerte… -Me miró pasmada-. Espero… espero que te des cuenta pronto del error que cometes, que recuerdes quién eras tú… porque la antigua Darlene daría cualquier cosa por Seth… y por la manada. Ella jamás nos hubiera dejado en la estacada sin intentar hacer algo…
-Quizá ya no soy quien crees… quizá esperáis cosas de mí que no puedo dar, porque no soy la misma, por mucho que creáis…
-No puedo creerlo… -Me miró a los ojos y pude ver dos lágrimas por sus mejillas-. No vas a hacer nada, ¿verdad?
-Es su decisión, no la mía.
-Veo que… he venido para nada –Se levantó llorando y entró en la casa, cogió su mochila y me miró desde la puerta-. Espero que te vaya bien… y que si algún día decides volver a casa… aún tengas un sitio al que volver…
-Claire…
-Adiós, Darlene…

Cerró la puerta y yo cerré mis ojos. Pude oír el motor de nuevo… pateé la mesa que tenía delante de mí y la volqué. ¿Qué demonios pretendía? ¿Qué podía hacer yo? No podía ir y manipularle, no podía volver para convencerle y después volver a marcharme… era mucho más cruel que dejar que me olvidara… pateé la mesa de nuevo. Todo esto era realmente injusto… Me levanté y aventé la silla, quería destrozarlo todo, romper todo. Me aovillé llorando en aquella terraza… sus palabras resonaron en mi cabeza como ácidos disparos.
No era justo que por mi culpa todos perecieran, no era justo que hubiera un exterminio de la manada por eso… pero no era mi culpa. Era una decisión de Seth… Era decisión de Seth. Acabar lo que había empezado. ¿A qué demonios se refería con eso? Me levanté y recogí la mesa y la silla, no iba a conseguir nada pagándola con los muebles… Necesitaba pensar con claridad, pero tenía demasiadas cosas en mi cabeza, necesitaba desconectar… ahogar mis pensamientos… Miré al frente y obtuve una silenciosa respuesta.

Me quité la chaquetilla y la camiseta, después mis pantalones y comencé a andar. El agua helada tocó mis pies, pero no me importó y seguí caminando hasta que el agua me cubrió por completo. Me sumergí, si mis pensamientos no se ahogaban, me ahogaría yo… ¿Pero qué sentido tenía todo esto? Salí del agua y suspiré nadando de vuelta. Recogí mis ropas y pude ver aquella cinta bajo la silla… Abrí el mueble de la televisión, me sorprendió ver tantas cintas y DVD en aquel mueble… pero me enfoqué en mi objetivo, ver aquella cinta. Empecé a tener frío y subí a por una toalla, me envolví en ella y bajé algo confusa… Claire había venido para contarme todo… ¿Qué tenía que ver aquella cinta con el tema? Suspiré con ella entre mis manos, seguramente fuera algo sobre Seth… hice una mueca dudando.
¿Verla o no verla? Esa era la cuestión… la dejé sobre la mesa y la miré por un rato… seguro que era algún tipo de chantaje emocional de Claire, algo que me haría volver… no debía verla. La cogí y la dejé sobre la televisión cerrando el mueble. Debía quedarse allí. Me giré y decidí que había una manera mejor de pasar mi rato, podía leer, escuchar música… o tocar la guitarra. Fue mi opción.

Tomé la guitarra y salí a la terraza, estuve un buen rato practicando, me sorprendió que la luz perdiera intensidad a mi alrededor… había vuelto a perder la noción del tiempo. Suspiré acomodándome en aquella pequeña terraza… empecé a notar el frío. Entré en casa y dejé la guitarra con cuidado en su estuche, entonces miré a mi derecha… aquel mueble. Aquella misma sensación… como con la cajita. Cerré mis ojos negando, suspiré y me levanté para abrir aquel mueble y poner la cinta, pero gruñí y lo cerré de nuevo, no quería saber nada de aquello… no era asunto mío.
-¿Por qué estás tan enfadada, conejita?

Abrí los ojos aturdida… miré a mi alrededor, estaba sola. Ahora estaba sola, pero no aquella vez… sonreí y cerré los ojos al recordarlo, podía ver a una pequeña Darlene pateando la puerta de su armario, su padre acudió rápido y su madre poco después.
-¿Qué ha pasado? Me has asustado… pensé que te habías hecho daño.
-Hay un monstruo en el armario… él ha robado mi libro…
-No hay ningún monstruo…
-¡Sí!
-¡Ay, señor…! –Mi madre rió y lo abrió, buscó en lo alto del armario y me tendió el libro-. No hay ningún ser extraño en el armario, tu madre lo había escondido… Perdona…
-¿Por qué?
-Porque siempre que lo lees acabas llorando… y pensé que no te gustaba…
-Es mi preferido…
-No creo que debieras haberle comprado ese libro, Nick…
-Pero a ella le gustó, estaba en la sección infantil, no pensé que fuera tan triste…

Abrí los ojos riendo, había recordado algo que no había leído en ninguna parte… y ese libro… ese libro era uno de los que había visto en la estantería de mi cuarto. Lo pensé, quizá lo había traído y por eso me había acordado… rebusqué en la maleta pero no estaba…
Suspiré y medio sonreí, me sentía de algún modo orgullosa de mí misma, de haber recordado algo así sin ayuda. Visualicé los libros y comencé a respirar con dificultad, poco a poco iba recordando quién me lo había regalado o dónde lo había comprado. Lloré leyendo las reseñas de cada uno de ellos, pudiendo recordar mis tramos favoritos al hacerlo a pesar de que no los había leído. Aquella cajita volvió a brillar… la miré y la sujeté mientras me decidía, un escalofrío me recorrió. Subí a mi cuarto y me quité la ropa mojada, me puse el pijama y miré aquel cofre… Suspiré, una parte de mí tenía gran curiosidad, quería saber si era capaz de recordar más. Saqué uno de aquellos pequeños botes y bajé de nuevo encendiendo la música, comencé a leer las notas de la cajita mientras humedecía mi dedo pulgar con aquella esencia con una mano y con la otra sostenía una de las decenas de notas. Deslicé mi dedo por la cara interna de mi muñeca, dibujando círculos en ella mientras releía aquellas notas. Casi todas eran notas cortas de buenos días, pero había cuatro más largas… releí la que había leído en la terraza… y seguí.


No ha sido un sueño, esto da fe de ello… al menos espero que no lo haya sido y
si lo es… no me despiertes. Sería muy cruel… no tener tus besos, tus caricias…
no sentir tu respiración en mi pecho mientras duermes, no ver cómo tu cuerpo se
revuelve cuando me alejo de tu lado y sigues buscándome mientras duermes.
Realmente me duele ver lo mucho que sufres cuando me alejo, pero tengo que
hacerlo… me aterroriza que algún día cuando despiertes te enfades tanto conmigo
que no quieras volver a compartir tu dulzura conmigo… espero que el desayuno lo
compense… Estaré en el taller esperando a que mi dulce chica venga a decirme que
me perdona… Te quiero, leoncita. Firmado… un soñador despierto.

Leoncita… arrugué la nota entre mis manos recordando aquella vez que me había llamado así y que yo no había entendido el porqué lo hacía… me acuné con la nota arrugada entre mis manos, mis manos apoyadas en mi cabeza, era desesperante. La dejé a un lado y tomé la siguiente.


Estabas tan cansada que no te has enterado ni de cómo te subí a la cama, ni cómo
te puse el pijama… tampoco cuando ha sonado mi despertador, ni cuando ha llamado
Jake… o Kim. Me daba pena despertarte, así que espero que hayas descansado bien… estaré en el taller todo el día… si quieres puedes venir a comer con nosotros o
bien puedes llamar a Kim, que me ha dicho algo de que iba a quedar con Rebeca y
las chicas y que lo pasarías mejor con ellas…
Realmente preferiría comer contigo… pero si quieres ir con ellas lo entiendo y no me enfado… pero la hora de cenar es sólo mía... Es lo que establece el contrato, que por cierto no es susceptible de modificaciones… Espero que esté firmado antes de la hora de la cena… puedes dejarlo sobre mi cama si no prefieres entregarlo en persona… Te
quiero.


Sonreí recordando aquel contrato, el cual había leído tantas y tantas veces. Recordé aquel sueño, un sueño que era un recuerdo real, de cómo mis padres habían confiado en él para que pasara mis vacaciones con él.



Contrato de vacaciones en La Casa del Amor…
En el siguiente documento se establecen los términos y condiciones para que usted consiga las mejores vacaciones de su vida, las cuales son inmodificables a no ser una necesidad de fuerza mayor. Para su mejor entendimiento se dividen en los servicios
esenciales, obligaciones y extras que pueden ser beneficiosos para sus maravillosas vacaciones.
Servicios esenciales:
1. Cada día obtendrá, sin coste adicional, una pequeña dosis de amor, que puede ser ofrecido de distintas formas.
2. Régimen de comidas completo.
3. Cama cálida o fría, a escoger.
4. Caricias y besos diarios (Servicio indispensable).
5. Transporte, ya sea en coche o en un enorme lobo encantado de llevarla.
6. Notas a la cliente más apreciada de la casa.

Obligaciones:
1. Cada día debe al menos sonreír durante una hora (el máximo son 24 horas al día).
2. Cada noche debe despedirse del personal, mínimo con un buenas noches y un tierno beso en la mejilla (no hay máximos establecidos para este punto).
3. Cada día debe disfrutar al máximo de sus vacaciones.
4. Deberá cenar un mínimo de seis noches a la semana con su anfitrión.
5. Debe dejarse querer, no son válidas las malas caras ni los desprecios hacia una muestra de cariño, ni tampoco pueden ser rechazados ninguno de los piropos, halagos o zalamerías que se reciban.
6. El pago de los servicios será indispensable, éste se realizará en base a la satisfacción del cliente, estableciendo un mínimo de cuatro besos por día (no hay máximo) y un mínimo de un abrazo tierno por día (tampoco hay un máximo).
7. Deberá reclamar todas las muestras de atención que considere pertinentes… no hay opción a que el cliente se sienta insatisfecho en ningún momento del día… o de la noche.


Extras (usted puede solicitar cualquiera de estos servicios sin coste fijo adicional):
1. Masajes relajantes y spa personalizado.
2. Restaurante y chef personal.
3. Calefactor para noches frías.
4. Burlas y bromas (Este servicio puede ser adquirido sin haberlo solicitado, siendo en este caso recompensado si lo considera necesario).
5. Posibilidad de obtener un acompañante para cualquier ocasión, ya sea para una cena romántica, para un baile, una tarde paseando por la playa, alguien que vele por sus sueños… aunque también puede solicitar otros servicios, el anfitrión estará dispuesto a hacerle el amor si usted lo desea… (Servicios disponibles las 24h del día)
6. Usted puede burlarse del anfitrión, pegarle, morderle, arañarle e incluso apuñalarle sin que éste se queje y siga dispuesto a adorarla a cada minuto del día.

Este contrato puede ser ampliado a petición del cliente, añadiendo más servicios
adicionales o extras, pero sin posibilidad alguna de modificar los servicios
esenciales ni las obligaciones. Esperamos comunique su acuerdo con el presente
contrato estampando su firma y añadiendo además el deseo de que se cumplan todos
y cada uno de los términos del contrato, especialmente el punto 5 de los extras…
Atentamente el anfitrión de La Casa del Amor y su esclavo personal, Seth
Clearwater.

No podía evitar reír al leerlo, no podía evitar sentir una punzada enorme en el pecho, pensar en lo mucho que parecía quererme a través de esas notas… y no pude evitar llorar escuchando aquella canción. Me aovillé en el sofá llorando, con aquel contrato entre las manos…

La luz me daba en la cara, pero no molestaba. Mi espalda estaba fría, pero pronto unas cálidas manos la acariciaron. Abrí los ojos y su sonrisa me dio los buenos días.
-¿Qué haces aquí?
-¿Acaso crees que soy de los que huyen cuando las cosas se ponen feas?
-¿Estás enfadado?
-No… -Sonrió de ese modo, no pude evitar devolverle la sonrisa-. Sólo quería despedirme…
-¿Te vas?
-Tengo que irme, sí…
-No lo hagas…
-Me gustaría quedarme… te lo aseguro… -De nuevo aquella sonrisa me atontó por un segundo-. Pero tengo que cumplir… es mi obligación.
-Creía que tu obligación era hacerme feliz…
-¿No te hago feliz?
-No… si te vas no soy feliz –Alzó una ceja sin borrar su sonrisa, se acercó y me besó dulcemente-. Quédate… -Puse morritos y me aferré a él-. No tienes que irte…
-¿De verdad quieres que me quede? No pareces muy convencida… -Sonrió de nuevo-. Creí que me odiabas… y que por eso escapas de mí siempre a la menor oportunidad…
-No es eso, de verdad. No quiero que te vayas, no quiero perderte… -Le abracé fuerte-. No quiero que te hagan daño por mi culpa… no quiero que hagas tonterías porque yo ya no esté.
-¿Y qué más puedo hacer?
-Quédate conmigo, enséñame todas esas cosas que he olvidado…
-Tengo que irme… me hice una promesa a mí mismo, tengo que hacerlo…
-No… no te vayas… -Se levantó y besó mi frente-. Seth, no te vayas… -Me sonreía desde la puerta, la playa brillaba a sus espaldas-. Seth, espera… -Grité-. ¡No vayas!

Pasé la mano por mi pelo, miré a mi alrededor aturdida. Aquella estúpida canción seguía sonando y se había colado en mi sueño.




Me levanté de golpe… aquella canción. Suspiré y apoyé mi espalda en el sofá, respiré hondo y salí a la terraza algo atontada aún por aquel sueño.
Sus brazos me cogieron cuando traspasé la puerta e impactamos contra la pared riendo, mientras sus manos se posaban en la curva de mi espalda y me besaba despacio.
-¿Sabes cuántos días hace que no te hago el amor?
-Pues… -Lo pensé mientras él besaba mi cuello-. No tantos…
-¿No tantos? –Me miró sorprendido y se alejó un poco-. Vaya, yo pensé que era demasiado tiempo… -Hizo una mueca y se encogió de hombros-. Pues nada, iré a darme un baño y te dejaré dormir… -Besó mi frente-. Ahora subo…
-¿En serio vas a darte un baño y me vas a dejar sola? –Él hizo una mueca de disgusto y cogió mi mano llevándola a mi cara… estaba cálida, pero cuando llevó mi mano a su torso… ardía-. ¡Vaya!
-Sí… ¡vaya! –Rió y negó-. No tengo remedio, qué le voy a hacer… -Me besó de nuevo levemente-. Vale, me voy o no respondo de mis actos… -Reí y me aferré a su cuello, le besé y me elevó por los aires por unos segundos para dejarme después en el suelo-. Darlene…
-Vale… -Reí-. Te espero arriba… -Alcé una ceja y él cogió aire mirándome mal al ladear su cabeza, resoplando después-. ¿Qué? Si prefieres te digo te espero en la cama… -Él rodó los ojos-. Pero puedo decirte otras cosas, si quieres…
-¿Si?
-Sí… -contesté en el mismo tono juguetón y él echó la cabeza hacia atrás resoplando y me miró mal-. Oye, que no soy yo la que está medio desnuda… -Él alzó una ceja-. Así que me voy, te dejo que te des un baño en el mar mientras yo subo a darme una ducha… -Cerró los ojos y suspiró, por lo que me acerqué a su oído-. Luego escogeré un pijama corto, muy corto, y esperaré impaciente a que vengas a dormir conmigo… -Resopló de nuevo y reí al notar el calor impactando en mi cuello-. Pásalo bien…

Noté una sensación extraña en mi vientre, me apoyé contra aquella pared… la sensación de hormigueo en mi bajo vientre subió hasta mi garganta para convertirse en una especie de sollozo. “Él sólo quiere terminar lo que empezaste…”. Aquella frase resonó en mi cabeza de un modo extraño… lo que había empezado… Fruncí el ceño y entré aturdida a la casa, no entendía exactamente a qué se refería, quizá… suspiré con mala gana y abrí el mueble para poner la cinta.

Mi mueca de disgusto se borró en cuanto aquella chica apareció en pantalla, ojos llorosos, cara sonrojada e hinchada… y un pañuelo arrugado entre sus manos. Me senté en la mesa, no sentía que mis piernas fueran capaces de dar ni un solo paso.
-Yo… -Se limpió una lágrima-. Sé que no vas a estar de acuerdo con lo que voy a hacer… -Miró a cámara-. Te quiero, Seth. Eres lo mejor que ha podido suceder… no sólo a mí, en la vida de cualquiera. Sé que tú has estado dispuesto a darme todo, has renunciado a tantas cosas por estar a mi lado… y quiero compensarte. Sé que te sentirás culpable, siempre lo haces… -Sonrió levemente y negó-. Pero es mi decisión. Lo llevo pensando unos días, quería hacerlo por ti. Quería poder brindarte la oportunidad de hacer lo que más te gusta además de estar a mi lado, quiero que sigas con tus hermanos. Sé que es lo que te llena, lo que te apasiona y no te importa hacer… es la segunda parte más importante de tu vida. Tú me diste mi espacio, ese espacio que tú no quieres tener… así que la única manera es esta. Poder aprovechar cada momento a tu lado, poder alargar la única parte de mi vida que permanece intacta y me hace feliz. Era algo que ya había pensado, lo iba a posponer pero ahora ya no importa… -Negó-. Nada me importa ya excepto tú… y sé que no voy a volver a tener una oportunidad así, no voy a volver a estar tan cerca de ellos y tan lejos de ti. No me importa lo que pueda pasarme, aunque no llegara a verte de nuevo. Quiero que sepas que tú… tú has cambiado mi vida, Clearwater… -Sonrió limpiando sus lágrimas-. Y sólo quiero intentar compensarlo porque… -Su voz se rompió y volvió a limpiar sus lágrimas-. Te quiero. No lo olvides nunca… eres lo único que me queda. Y no veo otra razón mejor para hacerlo… Quizá con esto se descubra que todas pueden hacerlo… ¿Te imaginas? –Sonrió débilmente-. Podríamos ser algo así como Nessie, pero sin genes de vampiro… -Negó y secó sus lágrimas de nuevo, se acercó a la cámara y miró de nuevo sonriendo-. Te amo, te quiero… te adoro, Clearwater… no lo olvides.

La pantalla se quedó nevada. Mi corazón congelado. Aquella chica… aquella chica era yo. Era la chica de la que todos hablaban. La tarea pendiente de la que hablaba Claire, lo que yo había empezado… Noté mi cara arder, noté cómo se humedecía pero no podía reaccionar, apenas podía respirar, apenas podía moverme. Volví a repasar aquel discurso una y otra vez en mi cabeza, notaba la habitación moverse hasta que me di cuenta de que era yo misma la que se movía. Me acunaba a mí misma en un intento de tranquilizarme, pero no podía… Sujeté mi cabeza y me serené, me levanté y apagué la televisión subiendo de forma casi automática al tercer piso. Puse el tapón en la bañera y dejé el agua correr. Me desnudé y me metí allí, acurrucándome mientras el agua tibia caía sobre mí y la bañera se llenaba. De nuevo, sin darme cuenta, volvía acunarme a mí misma. Cerré el agua y allí me quedé, empapada, bloqueada… sin saber que hacer.
-¡Eh! –Me giré y él ya estaba cerrando la llave del agua y abrazándome-. Tranquila… -Me abracé a él-. Ya está…
-Lo siento…
-Tranquila… -me miró con una sonrisa, que salía en su cara forzada, intentando arrastrar la pena-.
Vamos… ven…

Me sacó de la bañera, cargó conmigo y cogió una toalla donde me envolvió. Me llevó hasta mi cuarto, sentándose en mi cama y acunándome mientras yo le pedía mil veces perdón. Cada vez que me disculpaba él se esforzaba por decirme que no estaba enfadado, o que todo estaba bien, o lo que a la parte más estúpida de mi cerebro más le gustaba. Estoy aquí.

Parpadeé y cerré mis ojos volviendo a acunarme. Aquel recuerdo, aquel fogonazo… suspiré abriendo en tapón de la bañera, me vestí de nuevo y cepillé mi pelo delante del espejo cuando mi estómago rugió. No había comido nada en todo el día. Bajé para prepararme algo de cenar… de nuevo cereales, no tenía ganas de complicaciones. Mascaba, más bien rumiaba mi cena, cuando una canción sonaba de fondo, no había apagado la música.



Sonreí levemente, era como si mi padre siguiera allí, ayudándome… me sentía reconfortada por él, como si lo tuviera a mi lado. Era una sensación realmente indescriptible.
Terminé mi cena y tomé el portátil comenzando a escribir… no sabía muy bien qué poner, así que me dejé llevar… escribí lo que quería.

Lo leí al terminarlo, casi reí… y entonces pensé en ella. Busqué mi móvil y marqué su número, cinco tonos y su buzón de voz.
-Yo… -Suspiré-. Sólo quería saber si habías llegado bien. Imagino que estarás durmiendo… porque es realmente tarde… -Pude ver cómo el sol comenzaba a salir-. O pronto, según se mire… -Medio reí-. La cuestión es que… bueno… espero que me perdones, no he sido muy amable… y no quiero quedarme con esta sensación… de verdad te agradezco que hayas venido. Y bueno… aunque no lo haya demostrado, te quiero. Gracias, de verdad… espero que… bueno, que me digas si estás bien. Un beso.

Suspiré y me acomodé en el sofá… podía escuchar los pájaros, como una suave nana…

1 comentarios:

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Anónimo
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19 de abril de 2013, 14:30 delete

hola, soy YOAN Mextli; te acuerdas de tu lectora loca? siento tantas cosas cuando vuelvo a leer esto... es mas creo los voy a volver a leer uno por uno, te dejare comentarios otra vez!!! wow; es una historia maravillosa

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