Capítulo LXXIa: Niña apacible.

11:47 0 Comments A+ a-

Aquí va el segundo capítulo del primer final... (vaya lío, ¿no?) Bueno, que sólo me queda a estas alturas agradeceros el apoyo por enésima vez, agradeceros que hayáis soportado la tardanza y hayáis sido comprensivas conmigo... no sé. No me voy a poner demasiado "moñas" porque la Navidad no es mi momento favorito del año a pesar de todo... aquí están.
Catorce páginas para vuestro disfrute personal :D
De nuevo, siento el retraso...

Gracias por todo chicas, sois las mejorcicas.
Silvy (K) ^^



Alice y Nessie me empujaron y me encerraron en el baño. Empecé a ducharme a mala gana, lo único que me apetecía era estar con Seth un rato más y ellas habían estropeado el corto momento en el que podíamos estarlo.
Cuando salí ellas no paraban de mirarse, sabía que estaban teniendo una conversación de la cual yo no me enteraba. Me dieron un pantalón viejo y una camisa, me vestí mientras las fulminaba con la mirada y ellas reían. Tenía ganas de salir para ver a Seth…
-Ni te lo imagines, no está… Jake y Vera han secuestrado a Meg y a Seth…
-Y nosotras vamos a secuestrarte a ti… -Sentenció Alice mientras analizaba mi pelo dándole una forma de bucle-. Creo que suelto estará mucho mejor…
-¿Segura? ¿Qué tal un moño a medio hacer? Media melena suelta y lo demás recogido atrás, en lo alto… -Dijo jugando con mi cabeza-. Así está preciosa…
-Sí, decidido…
-¿Vamos? –Nessie miró a Alice que se quedó ida por unos instantes, sonrió y asintió-. Vale… no quiero saber qué pasará después…

Rieron ante un chiste que evidentemente yo me perdí. Empezaron a revolver mis cajones y Alice acabó bufando, me empujaron escaleras abajo. Cuando salimos Maila empezó a ladrar y a gruñir, correteó a nuestro alrededor y Nessie le tiró algo que ella fue a coger mientras me metía a la fuerza en su coche, Alice la miró fijamente haciendo que asintiera mientras salía disparada difuminándose ante mis ojos.
-¿Qué me pierdo?
-Nada que debas saber… -Dijo riendo-. Ahora… -Sacó una tela negra y me la tendió-. Ponla sobre tus ojos, no quiero que veas donde te llevamos… -Rodé los ojos y la miré mal-. Oye, es una sorpresa…
-Vale… -Suspiré pesadamente poniéndome el pañuelo-. Sé que me habéis hecho una fiesta sorpresa, seguramente Alice haya ido a buscarme algo decente que ponerme… -Suspiré de nuevo-. Creo que el único secreto que podéis ocultarme es dónde va a ser la fiesta…
-Y eso te molesta, lo noto… -Dijo riendo-. Pero tendrás que esperar una hora al menos para saber de qué va todo…
-Genial… -Dije irónica-. Espero que al menos no me estropeéis la noche…
-No, no vamos a estropear eso, no me sentiría bien. Reconozco que he tenido que cambiar los planes ligeramente para darte tu noche a solas con Seth y que puedas darle… -Noté que frenó y unos fuertes brazos rodearme-. Enhorabuena, ahora que puedo decirlo…
-Gracias… creo.
-No te preocupes… -Dijo reanudando la marcha-. Carlisle me ha dicho que el único problema será que quizá tengan que volver a hacerte una cesárea… -Suspiró-. Bueno, cambiemos de tema…
-Sí, no me apetece hablar de temas sangrientos estando a solas con una medio vampiro… -Reí y ella conmigo, suspiré y lo medité-. No me da miedo lo que pueda pasarme a mí…
-Lo sé… -Suspiró y noté su mano en mi rodilla-. Ella estará bien. Te lo aseguro…
-¿Ella?
-O él… -Carraspeó-. Da igual.
-Ya… -Reí-. Gracias por avanzarme algo más…

Nos quedamos en silencio y no pude evitar recordar aquel día, cuando al entrar al hospital nos dijeron que había complicaciones. Yo no paraba de llorar y Seth hacía lo posible para mantener la calma mientras hablaba con los médicos, los cuales no tenían grandes esperanzas de sacar a Meg adelante. Fue por ello que optamos por un parto por cesárea, algo que no terminaba de agradar a Seth, pero yo decidía y no me arrepiento de haberlo hecho así. La pequeña tuvo ligeros problemas respiratorios y estuvo varios días en la UCI, fueron realmente horribles, pero salió adelante. Quizá fue la angustia, algo más bien psicológico o que realmente no podía descansar bien temiendo que algo malo pudiera pasarle a mi pequeña, pero no cumplí las indicaciones de los médicos respecto a mi descanso y a las pautas a seguir tras una cesárea. No lo hice hasta que el médico me advirtió que podía tener problemas realmente serios si no cumplía, podría tener hemorragias graves, perder la capacidad de concebir o incluso tener que someterme a más intervenciones. Vi a Seth realmente preocupado, me suplicó que guardara reposo, se desvivió porque yo me dejara cuidar… sonreí al recordar aquella semana en la que no nos dejó salir de la cama a ninguna de las dos. Cualquier cosa que necesitáramos, él nos la llevaba.
Nessie rió y yo me sonrojé ligeramente, estaba espiando mis pensamientos y suspiró pesadamente cuando recordé el fugaz pensamiento que cruzó mi cabeza aquel día en la consulta. ¿Realmente alguna vez querría más hijos? ¿Pasar de nuevo por lo mismo? La cara de Seth me hizo planteármelo seriamente, pensé que se enfadaría realmente cuando le dijera que no quería pasar por eso de nuevo, pero se limitó a decir que se conformaba con que Meg y yo estuviéramos sanas, no necesitaba más que eso, ya éramos una familia.
-¿Acaso no le conoces? –Bufó Nessie-. Mentiría incluso sobre su nombre si eso te hiciera feliz… va a babear cuando se lo digas.
-No sé si será así esta vez… realmente parecía convencido, como si no quisiera pasar de nuevo por eso, realmente lo pensaba, sus ojos me lo decían.
-Quizá en parte, no fueron plato de gusto para nadie aquellos días, ni para él los siguientes días donde tú dejabas hasta de dormir por vigilar a Meg… pero seguro que se emociona muchísimo cuando sepa lo que viene, esa niña va a ser algo realmente diferente… puedo notarlo.
-¿Algo realmente diferente?
-Tiene un aura diferente… Jasper no paraba de pensarlo cuando he llegado a casa…

Aura diferente… noté que el coche frenaba. Ella bajó dando un sutil portazo, después abrió mi puerta y me ayudó a bajar, me condujo un par de pasos hasta que noté que cargaba conmigo. Me sorprendí, sabía que ella era fuerte, pero no tanto…
Subimos un montón de escalones, no podría asegurar si un piso o dos, fue demasiado rápido como para que pudiera asimilarlo. Me sentó en lo que parecía una banqueta, era cómoda y cuando la toqué su tacto era suave y aterciopelado… en conclusión, caro.
Pronto noté una sutil corriente de aire, un aire que me trajo un olor a flores conocido. Sonreí al escuchar a Alice reír ante seguramente algún mensaje de Nessie.
-Rosalie está al caer, está ayudando a Emmett…
-Genial… -Nessie rió-. Ya queda menos, entonces…
-Podíais ahorraros la conversación… -Sugerí-. Sé que sólo lo hacéis para ponerme más nerviosa, algo que estáis consiguiendo…

Rieron y escuché la puerta… ¿Me habían dejado sola? Suspiré y me acomodé en el asiento, me entraron ganas de quitarme el pañuelo, en el momento en el que lo pensé unas manos sujetaron el pañuelo y en mi cabeza resonó un “Ni se te ocurra”.
Suspiré y asentí, no soltó mi cara hasta que pensé realmente que era mejor esperar… no quería tener problemas con vampiros. Esperé durante unos minutos cuando escuché una dulce risa, una risa infantil e inocente que me encantó, una que me alegraba la vida.
-¡Mami! –Sus brazos me rodearon y yo correspondí al abrazo-. ¡Abre los ojos!
-No sé si puedo…
-Ya puedes… -Dijo Nessie a la vez que escuchaba unos pasos en la madera-. Espera, te lo quito yo cuando todo esté listo…
-¡Abuelos! –Mi hija me soltó y yo me sorprendí-. ¡Woo! ¡Qué bonito! ¿Es para mí? ¿Y ese para mamá? ¡Mami abre los ojos!
-Espera… -Nessie rió tapando mis ojos mientras notaba que el pañuelo caía-. Dale algo más de intriga… quiero que esté nerviosa y emocionada…
-¿Más aún? –La risa de mi madre me emocionó y me puso más ansiosa-. Déjala ya…

Noté ceder la presión y abrí los ojos despacio, me quedé sin habla, tuve que tragar y asimilar lo que mis ojos estaban viendo… Rosalie y Alice sonrieron hacia mis espaldas mientras yo me aferraba a la mano de mi madre para levantarme. Ella sonrió mientras mi padre me agarraba del otro brazo y sonreía besándome en la mejilla.
-Tenemos que ir abajo… -Mi padre le tendió la mano a mi madre y yo asentí-. Feliz aniversario… -Me besó de nuevo en la mejilla-. Grace…
-Felicidades cariño… -Mi madre me besó riendo-. Espero que cuentes esto como un regalo doble, por tu cumpleaños y por tu aniversario… -Asentí sin poder hablar aún-. Estaremos abajo…
-No le des más detalles… -Nessie rió a mis espaldas-. Primero deja que asimile lo que ve…
-Mami… vaya cara de tonta tienes… -Reí y la abracé-. ¿Te imaginas? Rosalie me ha regalado el vestido… ¿Te gusta? –Asentí y ella me miró raro-. Me gusta más el tuyo…
-No… -Limpié las lágrimas de mis ojos y abracé a mi hija mirando a esos seres fríos… tan cálidos para mí-. Gracias… no sé qué decir…

Examiné ambos vestidos. No me dio tiempo a reaccionar cuando Rose estaba empujando a mi pequeña cargando con el vestido, me quedé algo paralizada hasta que Nessie aplaudió en mi oreja, devolviéndome a la realidad. Me obligó a sentarme y Alice y ella empezaron a trabajar en mi pelo y en mi maquillaje, empecé a pensar en si Seth sabía algo de esto cuando Nessie rió.
-No podría haberlo sabido… -Nessie suspiró-. Se lo hemos ocultado a todos para que no lo supiera ninguno de la manada, yo sabía que siempre que celebrabas tu aniversario pensabas en algo así… con tu peque de dama de honor…
-Gracias…
-Bueno, esto ya está… -Se concentró y rió-. Vaya cara a puesto cuando Jake le ha enseñado el traje… -Rió de nuevo negando-. Veamos…
-¡No toques ese brillo de labios! –Alice cogió a Nessie de la muñeca cuando iba a retocarme-. Déjame el maquillaje a mí, ¿quieres?
-Vale, vale… Iré a ver qué necesitan abajo…
-Vale, vale… -Alice rió y Nessie le sacó la lengua, cuando se fue me miró y sonrió-. Se le ha pegado esa contestación de Jake… es gracioso, a Bella también se le pegó una buena temporada…
-Sí… -Reí-. A Seth se le quedó mi “Genial”… -Reí y ella asintió-. Alice… -Toqué su fría mano y ella sonrió negando-. Déjame decírtelo, por favor…
-No es necesario, lo sé…
-Pero yo necesito decirlo… -Ella rodó los ojos mientras daba leves pinceladas en mis mejillas-. Gracias por todo. Y cuando digo por todo, es que desde antes de que yo supiera nada de toda esta locura tú ya me ayudaste. Y después… y siempre. No sé cómo voy a poder agradecerte…
-Cállate y cierra los ojos… -Dijo riendo-. Es una buena manera de agradecer nada.
-Sabes que es mucho…
-Cierra… -Suspiré y cerré los ojos-. Siempre estuviste con mi sobrina, desde el principio. Lo vi desde el primer día… sólo te devuelvo lo que tú has hecho por mi familia. No hay nada que agradecer.

Suspiré y ella terminó de pintarme. Me dejó a solas frente a un conjunto de lencería blanco inmaculado y me cambié, ella apareció para cerrar la cremallera del vestido y volver a retocar mi maquillaje. Llamaron a la puerta y Rose la abrió dejando pasar a mi pequeña. Alice masculló algo sobre su maquillaje, pero no pude evitar dos lágrimas y salir corriendo para abrazar a mi pequeña princesita.
-¿Por qué lloras mami? ¿Tan fea estoy? –Dijo riendo-. Vas a estropear tu maquillaje…
-Estás preciosa, princesa…
-Gracias… -Dijo con su risueña risa-. Tú más…
-El novio espera ansioso… -Jasper apareció sonriente y Alice palmeó-. ¿Emocionadas?
-¡Ya sabes que sí! –Alice saltó sobre los brazos de Jasper y le besó-. Sabes que me encantan las bodas… no hay nada mejor.
-Viene alguien, chicos… -Rose adecentó el vestido de mi hija y mi padre se asomó, su cara era de inmensa felicidad y emoción-. Iremos bajando todos a la segunda planta, os esperaremos allí…
-Gracias… -Mi padre les dejó pasar abrazando a su nieta y me miró emocionado de nuevo-. Estás preciosa… -Se acercó y tomó mis manos para besarlas-. Tu madre está emocionada, siempre había querido ver tu boda… y tú lo arruinaste, guapa… -Reímos y le abracé-. Es genial que te hayan organizado esto… estás preciosa y por fin tu madre va a cumplir su sueño…
-¿Sólo ella está emocionada? –Él rió conmigo y tomé su mano-. ¿Acompañas a tu hija al altar por segunda vez?
-No… -Sonrió-. La acompaño por primera vez, para ver su segunda boda con su único amor verdadero…
-Un poco cursi para ti, ¿no crees?

Asintió riendo conmigo y empezamos a caminar. Al llegar a la segunda planta los Cullen al completo estaban allí para darme la bienvenida, me susurraron consejos y palabras agradables, besé a mi hija y algunos bajaron. Fue entonces cuando vi a cuatro personas al final del pasillo. Cuatro personas importantes en mi vida, tanto que solté a mi padre para correr a abrazarles.
-Es verdad que las novias se emocionan demasiado… -Kevin rió y besó mi mano dulcemente-. También es verdad que la novia siempre está preciosa.
-Gracias…
-Enhorabuena… -Cassy me abrazó cuidadosamente-. Preciosa…
-Preciosa es poco… -Wanda me abrazó del mismo modo y sonrió-. Deslumbrante.
-Ahora veremos al deslumbrado… -Ryan rió besando mis manos y me guiñó un ojo-. Déjalo babeando, encanto.

Reí y me giré, cuatro personas más esperaban en lo alto de las escaleras. Mis amigos fueron bajando en primer lugar, Rose y Emmett ayudaron a Meg a bajar, yo esperé hasta que ella llegó a la primera planta. Miré a mi padre y asintió, mis piernas temblaban y una sensación extraña recorría todo mi cuerpo, especialmente en el vientre. Puse mi mano allí, sujetando el ramo contra mi vientre y aferrándome fuerte al brazo de mi padre.
Mis ojos le buscaron antes incluso de bajar las escaleras, Vera y Leah esperaban cercanas a él, mi madre sentada junto a Sue y Charlie… Jake tapándole los ojos y hablándole al oído con una sonrisa. Puse el pie en el suelo y Jake le destapó los ojos, los abrió y tragó mostrándome una enorme sonrisa, noté en sus labios cómo suspiraba para volver a sonreír. Muchos rieron al ver su reacción, mi hija se acercó a él tirando pétalos mientras yo pisaba los que había dejado por el camino. Seth le tendió la mano y la giró mirándola por un corto instante mientras volvía a fijarse en mí.

Me quedé algo extrañada al ver al maestro de ceremonias, era un hombre con rasgos nativos y vestido de blanco, parecía concentrado en unos papeles. Miré de nuevo a Seth y él se encogió de hombros sin dejar de sonreír, me tendió la mano y mi tembloroso padre cogió la mía para ofrecérsela.
-No puedo decir lo típico… no puedo entregarte a mi hija ya que hace muchos años que ella misma se entregó a ti. Sólo… cuídala como hasta ahora… -Seth asintió con un gesto de enorme felicidad y mi padre me besó dulcemente-. No llores… que te conozco.
-Vale… -Dije riendo con los que lo habían oído-. Gracias por traerme…
-Queridos familiares y amigos de la pareja… -Comenzó aquel señor mientras mi padre se sentaba y Seth me indicaba que hiciera lo mismo en unas sillas preparadas para nosotros-. Estamos hoy reunidos para celebrar la conmemoración de una unión y afianzar los lazos que esta pareja ya se juró –Mi hija se sentó en la rodilla de Seth y miró al señor con curiosidad. Seth apretó mi mano y sonreímos-. Dado que es una ocasión especial, tenemos una banda sonora especial… -Miré a Seth y rió cuando empezó a sonar la canción con la que aquel día había caminado hasta el altar-. Escuchemos las sabias palabras que se dedicaron aquella noche…
-Te quiero… -Susurró Seth de manera casi imperceptible y besó mi mano con dulzura-. Siempre viviré por tu amor…



Nuestra hija nos miró atenta, sonreía y Seth le susurró que estaba preciosa mientras me miraba, nos miramos escuchando aquella preciosa canción. Tras el primer estribillo el señor carraspeó y le miramos a disgusto.
-Pongámonos en pie para escuchar los votos de la pareja… -Nos pusimos en pie y él volvió a carraspear, miró a mi hija y sonrió-. Jovencita, los anillos…
-¡Sí! ¡Perdón! –Mi hija se levantó del tirón y se acercó corriendo a Nessie que reía entregándole una cajita. Mi hija abrió la boca cuando se los mostró y ella rió cerrando la caja y mandándonosla de vuelta-. Aquí están… -Miró a Seth apenada-. Lo siento…
-Dame… -Seth le guiñó un ojo y la acercó a él, ella se encaramó a su pierna mientras Seth abría la caja para sacar mi anillo y se quedaba perplejo. La risa de Nessie resonó y él la miró fugazmente para mirarme a mí-. Vale… tengo que añadir a mis votos que por fin tienes el anillo de casada que te mereces… -Sonrió negando y me los mostró, me quedé helada y él volvió a negar cogiendo uno y dándole la caja a Meg-. Darlene McBrown… -Sonreí con él-. Jamás pensé que hubiera un día mejor que aquel que nos prometimos amor de una manera completamente compulsiva… pero me equivoqué. Convertiste el 16 de marzo en una fecha que recordaría toda mi vida, no sólo por ser la víspera de tu cumpleaños, también por haberme hecho el hombre más feliz del mundo aquel día. Nueve meses después, un precioso día nevado, aquel diecinueve de diciembre volviste a hacerme de nuevo el más feliz… -Seth miró a nuestra hija que sonreía-. Y en eso tú también tienes que ver… -Ella rió y él volvió a mirarme-. Y hoy las dos os juntáis para volver a sorprenderme. Para volver a recordarme la razón por la que cada mañana me levanto con una sonrisa, por la que deseo salir pronto del trabajo y por la que no veo la hora para sentarnos juntos en el sofá a disfrutar de las dos mejores compañías que puedo tener… -Sonreí y él suspiró colocando aquel anillo, sin llegar a ponerlo-. Gracias a nuestros amigos puedo decirte esto y preguntártelo yo… -Reí levemente y él sonrió alzando una ceja-. ¿Quieres seguir haciéndome tan feliz como hasta ahora con tu simple presencia?
-Sí… -Sonreí y asentí-. Claro que quiero… -Seth puso el anillo y mi hija me tendió la cajita, cogí el anillo y tomé su mano como él había hecho conmigo-. Seth Clearwater… -Suspiré-. Cada 16 de marzo desde hace cuatro años he soñado con algo así, con tener a nuestra pequeña presenciando nuestros votos, con poder decirte de nuevo las palabras que acabo de pronunciar y esperando. Esperando poder hacerte al menos una décima parte de lo feliz que tú me haces, esperando poder seguir viviendo tal y como lo hemos hecho, pudiendo seguir con la conversión que has hecho de mí –Me miró raro y sonreí-. Pasé de ser una adolescente hipersensible y enamoradiza a ser la chica que siempre quise, la chica amada por el hombre perfecto, de ahí a volverme loca buscando algo que no sabía qué era, para encontrarme de nuevo a mí misma y volver a ti… y acabar convirtiéndome en lo que ahora soy. Una adolescente encerrada en el cuerpo de una madre llena de amor por el hombre perfecto –Sonrió enormemente y yo alcé una ceja-. Y ahora espero que respondas lo mismo que hace cinco años, lo que llevo esperando tanto tiempo… -Sonrió y asintió antes de tiempo-. ¿Quieres seguir haciéndome sentir todo eso cada día?
-No lo dudes… -Coloqué el anillo y él tomó mi mano fuertemente-. Siempre.
-Siempre así… -Sonreímos, fueron las primeras palabras que me dedicó como esposo-. Siempre.
-Podéis besaros…
-¡Gracias! –Seth se lanzó a mis labios provocando las risas de los presentes y una dulce risa bajo nuestro beso-. Dar…
-No lo digas… -Le besé dulcemente y le miré-. Déjame decirlo a mí primero esta vez… -Sonrió y asintió-. Te quiero siempre así.
-Voy a rectificar nuestro tratado… -Sonrió y cogió a Meg en brazos, la besó y yo hice lo mismo mientras ella reía-. Siempre os quiero así.

Una lluvia de arroz, confeti y serpentina nos lleno a los tres, todos reían y se acercaban a felicitarnos, me fijé en que habían servido una mesa a modo de buffet y todo el mundo cenaba en las mesas ubicadas en el jardín.

Eran las once y media cuando Leah y Vera se acercaron a nosotros y nos felicitaron, diciendo que ahora llegaba su regalo de bodas… llamaron a los niños avisando de que había que salir ya para acampar. Corretearon y el resto del mundo fue despidiéndose. Sue invitó a mis padres a casa de Charlie y se despidieron de mí. Seth sonrió tomándome de la mano y me condujo hasta nuestro coche, me ayudó a entrar y fue él quien condujo hasta casa. Ayudó a sacar mi vestido del coche y rió cuando se enredaron mis pies en él. Maila empezó a ladrar al vernos y correteó a nuestro alrededor. Seth me cogió en brazos y me guiñó un ojo, reí y entramos en casa, cerró la puerta dejando a Maila fuera. Me subió hasta nuestra habitación, me besó dulcemente y me dejó en el suelo.
-Estás preciosa…
-Tú también… -Acaricié sus hombros y empecé a quitar su chaqueta, él rió y se la quitó tirándola sobre la silla-. Déjame deshacerte el nudo… -Tiré de su corbata y rió-. Veamos que hay debajo…
-¿Crees que voy a dejar que me desnudes así por así? –Rió cuando paró mis manos en su segundo botón-. ¿Así de frío? Sin besos ni nada…
-Cállate… -Reí y le besé-. ¿Me ayudas?

Sonrió y asintió despacio. Empezó a ayudarme a quitar su camisa, aunque realmente me ralentizó haciendo que lo deseara más todavía. Acaricié su pecho y le miré, le besé y le abracé. Acarició mi rostro y siguió por mi cuello, mi hombro… suspiré sonriendo cuando acarició mi espalda y pude notar sus dedos cálidos acariciar la piel que iba quedando descubierta al bajar la cremallera del vestido. Su sonrisa era… indescriptible. Imaginé que como la mía.
Me alejé y dejé caer el vestido, lo miré con pena y lo recogí del suelo, él sonrió y besó mi frente, cogiendo mi mano cuando me alejaba para dejarlo bien puesto. Le miré y sus ojos estaban posados en mi trasero, alcé una ceja riendo y él suspiró imitándome. Me acercó a él y me besó dulcemente, acarició mi rostro con cariño y yo su cintura.
Mis dedos aferraron su cinturón y lo quitaron con facilidad mientras él me acunaba, sonrió en mis labios cuando al tirar del cinturón se atascó ligeramente. Mordí su labio y él gruñó, empujándome y dejándome caer con cuidado sobre la cama, bajó sus pantalones y los lanzó de nuevo a la silla, reí.
-No sabes lo afortunado que me siento en este mismo instante… -Sonreí y creo que me sonrojé por su divertida mirada-. He podido casarme por segunda vez con la mujer de mi vida teniendo a todos nuestros amigos y familia viéndolo… teniendo a nuestra hija allí… -Negó-. Nada podrá estropear jamás este día… -Alcé una ceja-. Sé que antes estaba molesto, pero ni eso me importa ya…
-¿En serio?
-En serio… -Sonrió y besó mi nariz-. Realmente estaba molesto porque pensaba que había algo que te alejaba de mí, llevas unos días tan ausente que realmente estaba asustado. Pero ahora he comprendido que sigues aquí, que aunque te guardes tus cosas y que no me cuentes el cien por cien… seguiría siendo feliz con que tú quisieras darme sólo un uno… -Lloré y él hizo una mueca, besó mis mejillas y acarició mi pelo-. Sé que estás preocupada por algo y preferiría que me lo contaras, pero créeme que entiendo que quieras tu espacio. Sólo… -Se encogió de hombros y sonrió-. Deja de llorar y deja de alejarme. Podré soportar cualquier cosa, menos eso…
-¿Realmente crees que quiero volver a alejarte? –Él negó limpiando mis lágrimas-. Más vale que empieces a creértelo de verdad… no voy a irme a ninguna parte.
-No me importaría que te fueras… siempre que supiera que vas a regresar.
-Si me alejara… sabes que siempre volvería… -Sonreí y le besé, él hizo una mueca-. Déjame alejarme dos minutos… prometo regresar…
-Está bien…

Se apartó y me dejó levantarme. Le miré y me tiré sobre él para besarle, quería que borrase ese resquicio de preocupación de su cara. Me metí al baño y me lavé la cara, justo entonces vi una tarjeta colgando de los pomos del armario. Alice…
Abrí el armario y dentro había un camisón a juego con la lencería que me había proporcionado… suspiré negando y reí, me puse el “trapito” y me miré en el espejo, algo en mi estómago se removió. Lo acaricié y me miré de nuevo al espejo, tenía que decírselo…
Me apoyé en el lavabo y recordé vagamente aquel día de finales de abril. Mi estúpida mente no acababa de recordar el día exacto, sólo que era un viernes. Estaba cerrando el vivero… había sido un día realmente ajetreado. Descolgué el teléfono y marqué su número.
-¿Te queda mucho?
-Sí… -Suspiré-. No creo que pueda ir hoy hasta la reserva… estoy muy cansada y no me encuentro bien, Seth…
-¿Quieres que vaya a buscarte? Yo salgo en un momento también…
-No… tú también estás cansado y no quiero que corras tanto sólo para verme caer en la cama… -Suspiré-. En serio, mañana cuando me despierte te llamo y voy a casa, ¿vale? –Ainhoa me miró raro cuando me tocó la frente-. Tengo que colgar…

Empujé a Ainhoa y salí corriendo al baño tirando el móvil al suelo. Ella me ayudó a levantarme después y me miró preocupada.
-Tienes mala cara… -Hizo un mohín-. Te quedas en casa esta noche, ¿vale? No quiero que te vayas conduciendo hasta Monroe así…
Asentí y mi móvil volvió a sonar, ella sonrió y me instó a que no contestara, pero carraspeé y contesté. Como ella había vaticinado, Seth se preocupó.
-Seth… estaré en casa de Ainhoa y Maca…
-Vale… luego te veo…
-Mañana… -Bufé-. Te conozco vete a descansar y mañana te veo…

Remoloneó pero acabó aceptando mi propuesta, me fui a casa de mis amigas y nos sentamos en el sofá para ver unas películas. Reímos cuando se nos quemaron las palomitas y cuando nos vimos a las tres en el sofá encogidas con una manta cada una…
-¿Y si llamamos a los pequeños? –Maca alzó una ceja-. Seguro que los tenemos aquí en menos de una hora…
-No hace frío… ¿porqué nos tapamos?
-Creo que es algo psicológico… -Reí comiendo palomitas-. Es como una especie de manera de echarlos de menos…
-Seguro que eso es teoría de Gabi… -Maca rió negando-. Voy a por más palomitas…
-No las quemes esta vez… -Dije riendo y ella me sacó la lengua-. Espera… te ayudo.

Ainhoa gritó dos minutos después y pudimos escuchar un par de risas masculinas, cuando me giré Seth esperaba con una mueca apoyado en el marco de la puerta.
-¿Qué haces aquí?
-Ya es mañana… -Mostró su reloj-. Técnicamente, pasan de las doce, así que… -Rodé los ojos y sonrió, le abracé-. Hola, preciosa…
-Bueno… te dejo con tu marido. Que no se quemen las palomitas, eh…

Reí… pero se quemaron. Volvimos al sofá, pero esta vez sin mantas. Seth se sentó en el centro y yo sobre él, Maca y Ainhoa estaban una a cada lado, los chicos sentados en los brazos del sofá rodeándolas con sus brazos pero sin llegar a tocarlas. Diez minutos después me fijé en que ellas había apoyado sus cabezas en ellos y Seth estaba dormido apoyado en mi cabeza. Intenté dormir yo también, pero cuando la película acabó las risas me espabilaron ligeramente. Seth me miró frotándose los ojos y disculpándose, yo negué y le abracé.
-¿Vamos a casa? –Susurró en mi oído con la ceja alzada-. Creo que deberíamos dejarles solos… se supone que somos un matrimonio y ya no estamos para noches locas…
-¿Lo dices en serio? –Reí-. ¿Quieres que seamos ese tipo de matrimonio? –Volví a reír y él sonrió ampliamente-. Creo que acabaré muy aburrida…
-Sólo me apetece estar a solas contigo… -Murmuró en mi cuello-. Y Vera no está en casa…
-Veamos… -Miré a mi alrededor, los cuatro estaban bromeando y parecían ajenos a nosotros-. Quizá se molesten…
-Largaos ya… -Sean relinchó-. Realmente apesta teneros alrededor…
-¡No seas así! –Maca le dio un golpe seco en el cogote-. Deja que hagan lo que quieran… -Me miró y sonrió-. No me molestaré… -Miré a Ainhoa y negó-. Podéis iros tranquilos…
-No tenéis porqué aguantar esta guardería… -Ainhoa rió empujando levemente a Kyle-. Ve a disfrutar de tu fin de semana…

Seth alzó una ceja, ese tipo de gesto que hacía cuando tenía razón. Rodé los ojos y me levanté, nos despedimos de nuestros amigos y caminamos hasta mi coche, me apoyé en la puerta antes de entrar, estaba realmente cansada.
-Déjame las llaves… -Seth me miró haciendo una mueca-. Aprovecha el viaje para descansar, yo ya he dormido un poco…
-Sólo media hora…
-Más que tú… -Besó mi frente y me empujó levemente guiándome hasta la puerta del copiloto-. Vamos, no me hagas usar la fuerza…
-Qué miedo… -Rodé los ojos y me metí riendo, cuando entró empezó a conducir y yo no podía dejar de mirarle, él sólo sonreía y tomaba mi mano-. Aunque suene mal, aunque no debería ser así porque es un poco egoísta y deberías haberte quedado en casa durmiendo… -Suspiré y él sonrió-. Me alegra mucho que hayas venido… tenía ganas de verte.
-Ven aquí conmigo… -Me abrazó levemente y me quedé apoyada en él, que seguía conduciendo con una mano mientras con la otra acariciaba mi pelo-. Descansa, llegaremos rápido.
-Si corres demasiado y…
-Sí, sí… lo sé… -Rió besando mi frente y apoyando su mejilla en mi cabeza-. Yo pago la multa. Pero tú descansa…

Cuando llegamos él intentó sacarme del coche sin despertarme, pero no lo logró. Sonreí acomodándome en su cuello mientras él cargaba conmigo, le besé y él sonrió. Mi estómago hizo un sonido raro y él alzó una ceja, me mordí los labios y le pedí que me dejara en el suelo de la entrada, fui directa a la cocina y él estuvo al segundo sujetando mi frente.
-¿Estás bien? –Negué y él hizo una mueca-. ¿Quieres algo? –Negué de nuevo y él cogió una silla sin soltarme, se sentó y me sentó a mí en su regazo acunándome-. Cuando te encuentres mejor vamos a dormir, ¿vale? –Asentí y él sonrió besándome en la frente-. ¿No te mareas cuando te llevo a lomos y sí cuando te llevo en el coche dormida?
-No es eso… -Susurré casi sin voz-. No me encontraba bien antes, pensé que las palomitas me habían asentado el estómago…
-¿Ahora las palomitas son curativas? –Rió y negó-. ¿Te llevo arriba?
-Pero haz una parada en el baño, ¿vale?

Rió y me llevó hasta el baño, me cepillé los dientes con fuerza y él seguía con sus manos en mi cintura, mirándome como si fuera una modelo posando en un cuadro… y sin embargo estaba horrible, unas marcadas ojeras, el pelo algo revuelto y un color blanco amarillento en mi piel.
Me enjuagué la boca y él me guió de nuevo hasta el cuarto, me tumbé y me acurruqué a su lado, apenas se quejaba ahora cuando notaba mis helados pies enredarse en sus piernas, aunque siempre daba algún pequeño respingo.
Pasé una noche horrible, me levanté al baño unas cinco veces y Seth parecía preocupado. Me tumbé con él en la cama, aunque no podía dormir al menos descansaba. Vi cómo amanecía y él seguía ahí despierto, acariciando mi pelo y besando mi frente de vez en cuando. Me abracé fuerte a él y él hizo lo mismo, pero no ayudó mucho y tuve que salir corriendo de nuevo al baño. Seth suspiró y mojó mi nuca levemente, pareció ayudar… pero aunque él me sujetaba yo quería caer en el suelo y ponerme a llorar.
-Ven… -Me abrazó-. Volvamos a la cama… -Empecé a llorar y él suspiró-. ¿Quieres que vayamos al médico?
-No… -Gimoteé mientras él limpiaba mis lágrimas y me abrazaba-. Quiero que se pase.
-Vale… -Dijo sonriendo y besando mi frente-. Entonces, para que se pase, vamos al médico. Seguro que puede darte algo para que te encuentres mucho mejor…
-Cuando deje de llorar…
-Vale… -Rió levemente y me abrazó-. Eres como una niña pequeña cuando estás enferma, ¿lo sabías? –Le miré mal y él rió-. Si no fuera porque lo pasas tan mal, incluso creo que disfrutaría de esto…
-No mientas… -Alzó una ceja y apoyé mi mejilla en su pecho-. Ya estás disfrutando…
-Sólo un poco… -Acarició mi pelo y me hizo mirarle-. Siempre te pones así de tontorrona unos días al mes… y me encanta… -Sonrió y fue entonces cuando pensé que tenía una semana de retraso, mi sonrisa se borró. Él me miró extrañado y borró su sonrisa poco a poco, como a cámara lenta. Fue a decir algo y cerró la boca, miró al suelo pensativo y volvió a mirarme a mí-. Ya has dejado de llorar…
-Creo que quiero empezar de nuevo… -Tragué y él me miró con una leve mueca-. ¿Y si…?
-Pues… -Inspiró y después acumuló el aire en sus mejillas, lo soltó de golpe y se encogió de hombros, evitando una enorme sonrisa-. Tampoco sería algo malo… ¿no?

Empecé a llorar de nuevo y él hizo una mueca de dolor. Me acompañó hasta la cama y sollocé en su pecho por mucho rato, tanto que acabó sonriendo diciendo que al menos el susto me había hecho mejorar. Cuando abrí los ojos ya era de noche, Seth miraba por la ventana y acariciaba a Maila que estaba parada junto a la cama. Le miré y él hizo una mueca, parecía preocupado por algo.
-¿Has estado aquí todo el rato? –Asintió una sola vez, eso era mala señal. Cuando sólo asentía una vez, algo malo pasaba-. ¿Qué va mal?
-¿Estás mejor?
-Sí, pero no intentes cambiar de tema. Suéltalo, Clearwater.
-Te has disgustado tanto… -Hizo una mueca y acarició mi pelo-. ¿Tan malo sería si…? Quizá no sea el momento adecuado, estoy de acuerdo. Pero… parecías aterrada.
-No sé… -Suspiré-. Mi sobrina me encanta, en serio… y me lo he planteado.
-Pero sigues aterrorizada con la idea, ¿no?
-¿Y si algo malo le pasara? No sé si podría soportarlo, mi madre acabó loca… y yo no sé si podría superar algo así.
-Jamás dejaría que le pasara nada malo, velaría sus sueños para que tú pudieras descansar tranquila –Hice una mueca y me miró preocupado-. ¿Qué?
-No sé si estoy preparada.
-Ya hablamos de eso hace un tiempo… -Sonrió-. No me cabe la menor duda de que vas a ser la mejor madre del planeta, ahora o dentro de un tiempo. Sea cuando sea… -Se encogió de hombros y volvió a sonreír-. La mejor…
-No me queda tan claro… -Le abracé-. Al menos, tú estarás conmigo…
-No dudes eso ni un segundo… -Besó mi pelo y su estómago rugió, reí y él conmigo-. ¿Tienes hambre? ¿Quieres que prepare un poco de arroz?
-¿No has comido nada en todo el día? –Negó y yo reí-. Deberías preparar un par de kilos para saciarte… -Reí con él y me incorporé-. ¿Preparas la cena mientras me doy una ducha?

Asintió entrecerrando sus ojos y se marchó. Yo suspiré y me metí al baño, realmente tenía mejor aspecto que horas antes. Me metí a la ducha y él apareció minutos después, reí y me dijo que la cena estaba haciéndose, pero que prefería ducharse conmigo que ver hervir el agua… pero sólo consiguió que a mí me hirviera la sangre con sus besos.
Me ayudó a ponerme el pijama y me bajó en brazos a la cocina, cené poco y reí viéndole engullir, él gimoteó fingiendo estar ofendido por mi mirada, aunque sabía que a él también le resultaba gracioso. Le ayudé a recoger a pesar de que apenas me dejaba moverme, al terminar le abracé y me miró fijamente, suspiré viendo la duda en sus ojos.
-¿Hay tiendas abiertas a estas horas?
-En Port Ángeles seguro… -Hice una mueca y él otra-. Dame unos minutos, estaré de vuelta en menos de media hora… -Besó mi frente y me guió hasta el sofá, me tumbé y volvió a besarme acuclillado frente a mí-. Veinte minutos…

Sonreí y cuando se fue yo empecé a ser un manojo de nervios. Acaricié a Maila durante un cuarto de hora, era relajante pero no conseguía calmarme. Me levanté y subí al piso de arriba, entré al baño del pasillo y eché un tapón entero de jabón para después llenarla de agua tibia. Seth puso su mano sobre la mía cuando cerraba la llave.
-¿Vas a darte un baño ahora? –Asentí y él alzó una ceja-. ¿Ya?
-Estaba nerviosa… -Me encogí de hombros y extendí mi mano-. Dámelo y nos daremos un baño mientras esperamos.

Me hice la prueba y entré con él en la bañera, me acurruqué entre sus brazos y miré aquel palito con angustia, él tabulaba su mirada entre el objetivo de la mía y mi rostro. Cuando sonó la alarma de su reloj le miré angustiada, besó mi frente y estiró el brazo para coger la prueba, no dejó de mirarme mientras lo hacía, me la tendió.
-¿Quieres…?
-No… -Me acurruqué con él y la cogí, le miré y apoyé mi cabeza en su hombro. Cuando la giré las dos rayitas nos daban nuestro positivo. Sus manos recorrieron mis brazos y tomaron mis manos, besó mi mejilla y esperó a que yo hablara-. ¿Vamos a ser papás?
-Eso parece… -Me miró amortiguando una sonrisa y yo hice lo mismo. Una lágrima cayó por mi mejilla y él la limpió-. Todo irá bien, lo prometo…
-Lo sé… -Empecé a llorar y le abracé-. ¡Vamos a…! –Reí y le miré, parecía extremadamente feliz y cauteloso a la vez-. No sé qué vamos a hacer, Seth…
-¿Estás feliz? –Asentí y él sonrió ampliamente, me besó frenéticamente y reí con él-. Tú sólo encárgate de disfrutar de cada momento… -Me besó dulcemente y sonrió-. De lo demás me encargo yo.
-Pero… ¿Qué vamos a hacer? No sé si podré dejar…
-No tienes que dejar nada. He estado pensándolo al volver, nos mudaremos a Seattle.
-No quiero que tú dejes… -Negó-. Seth, aquí tienes tu casa, tu trabajo… tienes tu vida, no es justo que siempre… -Me besó silenciándome, yo gimoteé-. Seth…
-Tú eres mi vida.
-¿Estás…? –Suspiré-. Estás loco. Pero te quiero.
-¿Siempre así de loco? –Sonrió-.
-Siempre así…

Sonreí recordando los dulces besos que me regaló aquella noche y cómo vimos amanecer abrazados el uno al otro. Suspiré y me miré al espejo, tenía que hacerlo. Salí y él me esperaba tumbado en la cama, su sonrisa se borró quedándose impactado, me sonrojé.
-Vaya… -Se incorporó y se sentó en el borde de la cama cogiendo mi mano y acercándome a él para cogerme de la cintura-. ¿Cuándo te has caído del cielo, mujer? –Reí y le besé, puse una rodilla a cada lado de su cintura y me senté sobre él-. Espero que mañana no tengas nada que hacer… -Me besó y reí-. Mataré a aquel que ose perturbar nuestro descanso…
-¿Descanso?
-Sí… mañana por la mañana necesitarás descansar…
-¿Mañana por la mañana? –Alcé una ceja y él sonrió, besó mi cuello y suspiré-. ¿Y por qué no por la tarde?
-Porque te aseguro que cuando amanezca me suplicarás que te deje dormir… -Reí y él mordió mi oreja-. Y quizá esto no sea Jenner, pero voy a estar haciendo lo mismo que aquellas dos semanas…
-Suena bien… -Ronroneé y le abracé, él acarició mi espalda y noté que su cálida piel ya no lo era tanto, le miré y él sonreía dulcemente confuso-. Creo que tenemos que hablar. Quiero contarte lo que me preocupa…
-No es necesario, no te lo he dicho para me lo cuentes… sólo…
-¡Cállate! –Puse un dedo en su boca y sonreí, él hizo lo mismo y asintió-. Realmente… -Suspiré y me puse algo más seria-. También tiene que ver contigo…

Entrecerró sus ojos divertido y yo me asusté mucho. No sabía cómo decírselo. En principio, todo iba a ser mucho más fácil, esta vez no teníamos que buscar un piso pequeño en Seattle, ya teníamos una casa familiar y ya no éramos novatos. Pero aún así me asustaba mucho, ya no era sólo por mí, estaba preocupada de que algo fuera mal en el embarazo o en el parto y volviéramos a sufrir como aquellos primeros horribles días. Tenía miedo de que Meg se sintiera mal, que tuviera celos cuando hubiera alguien más… Él se puso realmente serio y tenso. Le miré, estaba convirtiendo algo que se suponía una buena noticia en algo malo, no podía hacer lo que siempre hacía, tenía que pararlo.
-No te equivocabas en cierto modo… -Suspiré e intenté sonreír, él me miró confuso-. Creo… bueno. Hay algo que nos está separando.
-¿He hecho algo mal? –Me sorprendí y él me miró serio-. Cambiaré lo que sea… sólo dímelo.
-Bueno… -Estuve a punto de reír y él pareció divertirse al verme reír-. Digamos que hiciste algo mal… -Reí y él se quedó en blanco-. Y sí, tendrás que cambiar alguna cosa…
-¿Qué…? –Se quedó congelado y yo sonreí-. ¿Nos está separando? –Asentí al ver una pequeña sonrisa en su boca-. ¿Ahora mismo? –Volví a asentir y rió incrédulo, sus ojos empezaron a brillar y me miró emocionado-. ¿En serio?
-Pues… creo que nos seguirá separando durante siete meses más.
-¿Estás…?
-Sí, estoy segura. Por eso me he ido a la hora de comer, he ido a hablar con Carlisle… -Sonreí mientras él no paraba de reír-. Y al parecer, según Nessie… va a ser una niña.
-¿¡Otra niña!? –Rió y me abrazó-. Eso es… -Me alejó y me miró, miró mi vientre y lo acarició-. ¡Qué idiota soy…!
-Lo siento, debí habértelo dicho antes, es normal que estuvieras molesto, realmente te huía…
-No… -Negó sonriente-. No me refiero a eso. He sido un tonto pensando que no podías hacerme más feliz… y acabas de hacerlo –Sonrió ampliamente y me besó-. Rodeado de mujeres… -Rió-. ¿Quién dice que no existe el cielo?
-Seth… -Reí mirando sus ojos, una lágrima cayó-. ¿Estás llorando?
-No sabes… -Cogió mi mano y la llevó a su pecho-. Me estoy ahogando… -Rió y yo limpié sus lágrimas-. Realmente te juro que… -Tragó y suspiró-. No sé qué decir.
-Pues… podrías decir que me quieres. Y que todo va a salir bien…
-No sé… -Negó y me besó-. Mejor te digo que te amo y, no que todo irá bien… todo irá genial. Que… tengo ganas de… no sé qué hacer para demostrarte cómo me estoy sintiendo.
-Prométeme algo… -Me miró emocionado-. Que no pasará como la última vez… -Negó y apareció mi pelo-. No quiero sentir que tú te alejas de mí…
-Ven… -Me cogió de los muslos y me acercó más a él-. Esto es lo más lejos que vas a estar de mí hasta mañana por la tarde… -Sonrió y me besó-. Y más vale que te acostumbres… -Acarició mi espalda llevando consigo el camisón y tirándolo lejos-. Porque te quiero así de cerca cada noche…
-Hombre… -Hice una mueca y reí acariciando mi vientre-. Cada día nos alejará un poco más…
-Yo creo todo lo contrario… -Me acercó aún más a él y noté su calor en mi piel-. No voy a ponérselo fácil, te lo aseguro…

Me besó y yo sonreí. Fue delicado en cada caricia, se tomó su tiempo para amarme durante toda la noche, sólo con la luz del alba pausó sus caricias. Sonreí acariciando sus tensos brazos que soportaban su propio peso para no aplastarme. Depositó un dulce beso en cada uno de mis pechos y después en mi boca.
-Hora de dormir…
-Creo que realmente… es hora de despertarse, ¿no crees?
-Bueno… -Bajó besándome y acarició mi vientre mientras lo besaba-. No quiero que me odie antes de tiempo por no dejarla descansar…
-No se ha quejado… -Reí-. O al menos eso parece…

Negó y me besó, me contentó hasta que me acomodé en su pecho para ver el sol, aspiré el perfume de su pecho y noté que algo se revolvía en mi vientre… le miré y sonrió.
Sus dulces y cariñosos besos me despertaron con la mejor de las sonrisas, me ayudó a levantarme y examinó mi cuerpo desnudo, hizo una mueca de apreciación y reí abrazándole.
-No me importaría que fueras así siempre… pero creo que es mejor que te vistas para que vayamos a celebrar tu cumpleaños… -Me besó en la mejilla pausadamente-. Feliz cumpleaños de nuevo… -Susurró-. Ahora deberías echarme para que no estropee la fiesta sorpresa que le han preparado a mi chica… -Me abracé a él más y rió-. Como sigas pavoneándote desnuda te arrepentirás mucho esta noche… ¿sabes?
-Ya… ¿Y Meg?
-Tengo todo planeado… -Lo pensó-. Ponemos una cama en la oficina y le decimos que es su nueva tienda de campaña…
-¡Seth! –Le empujé y él rió abrazándome de nuevo-. Más te vale que sea broma…
-Sí… -Dijo fingidamente-. Claro, sólo… esperaremos a que se duerma. Podemos… ¿Insonorizar la habitación? Sería un buen plan B… digo… A.
-¡Qué tonto eres! –Reí besándole-. Vamos… quiero verla ya…
-Lo sé… -Puso un gesto de interesante-. Por eso he ido a buscarla… está abajo, merendando y esperando a que su mami baje a explicarle algo.
-¿Se lo has dicho ya?
-No… -Sonrió-. Quería esperarte, pero tampoco quería despertarte… así que sólo le he dicho que teníamos una sorpresa para ella…
-¿Y si se pone celosa o algo así? –Negó sonriente-. No quiero que se sienta mal…
-Lo sé… por eso he ido de compras antes de recogerla…
-¿Cuánto rato llevas despierto?
-Unas tres horas… -Rió-. Le he comprado la bici que quería…
-¡Seth! –Le miré molesta-. ¿Vamos a regalarle todo lo que quiera cuando no sepamos cómo actuar? No puedes hacer eso…
-Lo sé… -Dijo con una extraña mueca-. Pero te he comprado un bonito vestido para que no te enfadaras…
-Seth… -Le miré mal y él arrugó su nariz y me besó-. Tenemos que hablar de eso…
-Sólo quería teneros contentas… estoy tan feliz y emocionado que tenía que compartirlo…
-Más te vale que aprendas otro método… -Alcé una ceja-. O cada vez que hagas eso dormirás tú en la oficina… ¿Te queda claro? –Arrugó su nariz disgustado y reí señalando la puerta-. Ve a vigilar a tu hija… que no me tienes nada contenta…
-¿No? –Me abrazó y besó mi cuello-. Si quieres…
-¡Seth! –Me alejé riendo-. No me hagas enfadar, Clearwater…

Señalé la puerta y él se fue con una sonrisa. Realmente me deshice, no me cansaría de él jamás… pero tenía que bajar al mundo real y recordarme a mí misma que mi pequeña estaba abajo para no salir corriendo como Dios me trajo al mundo y suplicarle que me devolviera a nuestro lugar favorito.
Suspiré y miré la caja en el escritorio. Me metí a la ducha y me envolví en la toalla, me vestí y vi aquella caja. Tenía que reconocer que el vestido era precioso, me lo puse y dejé mi pelo suelto y mojado, bajé las escaleras y escuché los pasos apresurados de mi pequeña, que me abrazó antes de que pudiera terminar de bajar.
-¡Hola mami!
-¡Hola princesa…! –Me agaché para besarla y sonreí, Maila apareció y la acaricié también-. ¿Cómo lo has pasado?
-¡Genial! Hemos estado durmiendo en tiendas muy viejas, hacía mucho frío… pero dentro se estaba muy bien. Hemos dormido todas las chicas con Vera y Leah se ha quedado con los chicos… ha sido muy divertido, de verdad. ¿Me dejaréis ir a la próxima?
-Lo pensaré… -Sonreí y acaricié su pelo-. ¿Te has bañado ya?
-Sí…
-¿También el pelo? –Miré a Seth que hizo una mueca, ella hizo otra y yo suspiré cuando asintió despacio-. ¿Y esta hoja de aquí?
-¡Jo! ¡Es que papi me da muchos tirones cuando me lo desenreda él!
-Vamos… -Señalé las escaleras-. Sube ahora mismo a lavarte el pelo… -Miré a Seth mientras ella subía pesadamente las escaleras-. Ya te vale…
-No quería amargarla… se disgusta mucho cuando le cepillo yo el pelo…
-¡Arriba tú también! Ya te vale…

Reí al ver subir a los dos al mismo paso, miré a Maila que bostezó y se tumbó sobre la alfombra mirándolos con desgana, andaban como si hubieran sido sometidos al peor castigo del mundo. Subí detrás dándoles palmadas para que corrieran más, pellizqué a Seth en el trasero y corrí para coger a Meg cuando llegó arriba y llevarla en brazos. Ella decía que le encantaba que la hiciera volar… siempre extendía sus brazos y gritaba con emoción cuando cargaba con ella.
Lavé su pelo y puse su suavizante preferido, de sandía. Lo aclaré con cuidado y la senté sobre mí para cepillar su pelo, Seth se quedó sentado en la alfombra con Maila mirándonos… sus ojos destilaban emoción y yo suspiré sonriendo.
-Deberías ir aprendiendo a cepillarle el pelo sin darle tirones… -Él asintió y se sentó a mi lado, le tendí el peine y Meg se escabulló-. Quieta ahí, jovencita…
-¡Me va a hacer daño!
-No… si te lo hace, yo le tiraré del pelo a él… -Hizo una mueca y se apartó cuando Seth pasó el cepillo, yo tiré del pelo de Seth y ambos me miraron extrañados-. Si le haces daño… yo tiraré de tu pelo. Así sabrás lo que se siente y aprenderás antes…
-Menuda se me espera… -Negó y cepilló con más cuidado-. Sometido al yugo femenino hasta el final de mis días… -Meg y yo reímos, Maila ladró-. Encima de víctima, bufón de los verdugos.
-No te quejes tanto… -Me apoyé en la cama y tragué, un ligero ardor subió por mi boca y Seth me miró preocupado-. ¿Papi te ha dicho que teníamos algo que contarte, verdad?
-¡Sí! ¿Qué es?
-Pues… -Suspiré y sonreí mirando a Seth-. ¿Recuerdas hace unos meses, cuando fui a buscarte al cole y estaba la mamá de Kathy?
-¿Cuándo Kathy me presentó a su hermanito? –Asentí-. Sí…
-Pues… -Suspiré y miré a Seth-. Nosotros…
-¿Te gustaría una hermanita a ti también? –Seth se lo soltó de golpe y ella nos miró asustada-. Alguien con quien jugar…
-¡Pero Kathy dice que sólo llora y hace caca! –Se encogió de hombros indignada-. Pensaba que sería como una muñeca… pero dice que no, que huele muy mal –Me reí con ganas y Seth también-. Os hará mucha gracia… pero a mí ninguna. No quiero que mi casa huela mal… -Me llevé la mano a la boca para reír y Seth se rascó la frente riendo-. ¡No es gracioso!
-Vale… -Seth la quitó de mi regazo y la sentó en sus rodillas, agradecí el gesto ya que mis ardores se calmaron-. ¿Y si hacemos un trato? –Ella le miró raro-. Nosotros te prometemos que no olerá mal… -Rió levemente al decirlo-. Si tú prometes ser cuidadosa con ella y quererla mucho.
-¿Podré jugar con ella sin que huela mal? –Seth asintió expectante-. Bueno… entonces sí que me gustaría. Delia tiene una hermana mayor y juega mucho con ella, le deja todos sus juguetes y la peina muy bien… ¡y la lleva a la playa!
-Claro… tener hermanas está genial… -Seth sonrió-. Sólo que tú serás la mayor…
-Entonces… -Lo pensó y me miró-. ¿Le tendré que dar mis juguetes?
-No… -Sonreí y negué acariciando su pelo-. Pero podrás jugar con ella, siempre serás más lista que ella y podrás enseñarle cosas… -Sonreí mirando a Seth-. ¡Y podrás peinarla para que no sufra como tú con tu padre!
-¿Y yo que gano?
-Pues…
-Algo que ella jamás podrá quitarte… -Seth me guiñó el ojo para sacarme del apuro-. ¿Recuerdas cuando fuimos a comprar con Vera para la acampada? –Ella asintió-. ¿Algo que te gustó?
-¡No! –Abrió los ojos-. ¿La bici? –Seth asintió y ella le abrazó, me abrazó y empezó a saltar en la cama, se colgó de Seth y besó su mejilla-. Te quiero papi, te perdono todos los tirones… ¡Genial! ¡Quiero una hermanita! ¿Y mi bici?
-¡Vamos a por tu bici!

Seth se levantó y la llevó a sus espaldas, les seguí y ella empezó a gritar cuando vio la bici, se montó en ella y empezó a pedalear, yo miré a Seth mal y él me abrazó contento mientras veíamos a Maila correr tras la bici de nuestra pequeña, ambos parecían emocionados… aunque yo le hice una mueca a Seth, no me gustaban los chantajes.
-Es una niña… -Puso cara de bueno y suspiró-. No le des más vueltas…
-Y tú un mal criador… -Suspiré y le besé-. Pero te quiero muchísimo…

Seth empezó a correr detrás de ellas, reía y yo no pude evitar disfrutar de mi momento en familia pensando que pronto seríamos uno más. Una más…


***

Me revolví en la cama buscando una postura cómoda. Seth hizo una mueca acariciando mi abultado vientre y yo otra por no encontrarme cómoda. Me puse de lado dándole la espalda y temblé de frío, él me rodeó con sus brazos. Minutos después sonó su despertador, las siete de la mañana, lo apagué de un golpetazo.
-Puedo quedarme… -Seth besó mi mejilla-. Puedo llamar a Jake y decirle que no has pasado buena noche… es sábado, no creo que…
-No… -Negué y le miré sonriente-. En serio, estoy bien.
-Me siento culpable… -Sonreí y negué, él me miró apenado-. Llamaré a mi madre y le llevaré a Meg, así podrás descansar…
-Es muy temprano para despertarla…
-Ya dormirá allí… no te preocupes. Además ella puede soportar madrugar un sábado, pero dudo que tú hoy puedas seguirle el ritmo –Sonrió y me besó-. ¿Quieres que me quede hasta que te duermas?
-Por favor…

Le besé dulcemente y me acomodé con su cálido cuerpo rodeándome. No me costó demasiado dormirme, estaba realmente cansada.
Noté un suspiro en mi cara, unos dedos acariciándome con cuidado, apenas me rozaban. El pelo de mi cara me hizo cosquillas al ser apartado, unos labios cálidos besaron mi frente.
-¿Seth? –Abrí los ojos y él estaba saliendo, se giró e hizo una mueca-. ¿Qué hora es?
-Las nueve. Sólo quería ver cómo te encontrabas, no quería despertarte… -Se acercó y me besó de nuevo-. Duérmete un poco más… volveré para comer, ¿vale? Mi madre me ha dicho que preparará ese salmón que tanto te gusta y lo traeré…
-Dale las gracias de mi parte… -Le besé-. ¿Tienes que volver ya? –Negó sentándose a mi lado-. ¿Puedes retrasarte un poco más?
-Depende cuánto…
-¿Diez minutos? –Alcé una ceja y le besé, suspiró hondo y me miró sonriente-. He soñado contigo… y te he echado de menos…
-No vas a convencerme ahora. Ya lo hiciste anoche y mira… -Acarició mi pelo y yo hice una mueca de disgusto-. Me quedo para que duermas…
-¡Jo! –Gimoteé y me acomodé de nuevo, él rió besando mi cuello-. ¿Puedo convencerte?
-No… -Besó mi pelo y rió-. Pero cuando hayas descansado realmente llámame y volveré…
-Suena bien…

Abrí los ojos lo que a mí me pareció poco después, pero ya eran las diez y media. Le llamé y él suspiró riendo, le supliqué que volviera y estuvo en casa a los cinco minutos. Rió cuando le besé desesperadamente y me dijo que no podía quedarse mucho, que les había dicho a los chicos que me había dado un urgente antojo. No mentía, tenía un gran antojo de él. Y por lo que me demostró, él de mí.
Me abrazó fuerte después y nos cubrió con la sábana, estuvo diez minutos acariciándome y regalándome dulces besos, puso su oreja en mi tripa y sonrió.
-¿Se oye bien?
-Su corazón está calmado… -Sonrió-. Debe ser la costumbre…
-Es buena chica… -Acaricié mi vientre y él asintió-. Será una niña realmente apacible…
-Ayer estuve mirando el libro de los nombres… -Sonrió-. Creo que debería llamarse Damara… ¿Qué te parece?
-Es un poco… raro, ¿no?
-Bueno, no sé. Fue una idea furtiva… -Rió y se alejó-. Te veo luego, ¿vale?
-¿Ya tienes que irte?
-He dejado un coche a medias… y no me gusta dejar nada a medias. Por eso he vuelto aquí, como te prometí… pero tengo que volver.
-Pero… –Puse morritos-. ¿Volverás a la hora de comer?
-Y antes si me lo pides con esa vocecita… -Sonrió besándome-. ¿Necesitas algo? –Alcé una ceja y él rodó los ojos-. Ahora vengo… -Me besó y se marchó para volver con batido de vainilla y un helado de chocolate-. ¿Qué tal esto?
-¡No sabes lo que te quiero…! –Reí y le besé-. Me apetecía muchísimo…
-Lo sé… y no quería irme sin hacerte feliz… -Me besó dulcemente-. ¿Está bueno?
-Me gustan más tus labios… -Sonrió y me besó de nuevo-. Pero me conformaré… -Comí una cucharada-. ¿A qué hora comeremos? Me apetece muchísimo el salmón…
-¿Vuelvo en hora y media? –Asentí-. Espera… -Desapareció y volvió con mi libro favorito, dejé el helado en la mesilla y le empujé hacia mí, tensó sus brazos para no aplastarme y me besó apasionadamente-. ¿Eso es porque me quieres mucho o porque te apasiona el libro?
-Ambas… -Reí y él rodó los ojos-. Hora y media, guapo…

Asintió y se marchó, seguí comiendo mi helado de chocolate y bebiendo helado de vainilla mientras leía. Mi hija se revolvió, algo poco habitual. No paró hasta que me levanté, bajé y vi el libro de los nombres, busqué el significado por curiosidad y reí. Cogí el teléfono y me senté en el sofá, acaricié mi enorme tripa mientras Maila apoyaba su cabeza en mi regazo, él descolgó al segundo tono.
-¿Va todo bien?
-¿Niña apacible…? –Reí-. La verdad es que la niña apacible me está dando un día muy movidito… ¿Cuándo vuelves?
-Sólo ha pasado media hora… -Le imaginé sonriendo-. ¿Cómo va todo? ¿Estás mejor? –Me entró muchísima calor y resoplé-. ¿Hola?
-Seth… ¿para qué has puesto la calefacción tan alta?
-No quería que pasaras frío… -Me levanté y la apagué-. Por cierto, me ha llamado Kira. Vendrán a pasar el fin de año con nosotros, pero las navidades van a ir a Texas…
-Eso suena genial… -Me senté y suspiré, me acomodé escuchando los detalles de la visita cuando me sentí mojada-. ¡Mierda!
-Bueno, si no quieres que vengan…
-No… no es eso Seth. ¿Tienes mucho trabajo?
-Un poco… pero dime qué necesitas.
-Creo… -Suspiré y miré el reloj-. Creo que nuestra comida de salmón va a tener que esperar… no te asustes, ¿vale?
-¿Qué pasa? ¿Te estás mareando o algo? ¿Quieres un antiácido o algo así?
-Seth… creo que acabo de romper aguas.
-¡¿Qué?!

Treinta segundos después la puerta se abrió de un golpetazo y Seth me miraba pasmado. Empecé a respirar calmadamente, él se quedó paralizado y yo le llamé.
-Seth… -Sus ojos se posaron en los míos-. Necesito que me ayudes a levantar… tenemos que llegar hasta el coche e ir al hospital –Se quedó parado por un momento hasta que reaccionó y tomó mi mano, aunque en vez ayudar a levantarme se agachó y me levantó en volandas. Me sacó corriendo al coche y me metió con cuidado, fue a poner las llaves al contacto y se le cayeron-. Seth, tranquilo, ¿quieres? No me apetece estar pensando en que voy en un coche con un hombre lobo desquiciado.
-Vale… tú tranquila. Inspira, espira… inspira, es…
-¡Seth! –Grité-. ¡Arranca de una vez!
-Claro…

Arrancó y tomó mi mano, empezamos a respirar juntos y yo empecé a ponerme muy nerviosa, me daba miedo que algo saliera mal.
-Tranquila… todo va a ir bien.
-Es raro… -Respiré-. No es normal… -Volví a respirar-. Ha estado demasiado intranquila hoy…
-Porque va a nacer…
-Se adelanta de nuevo, es como si volviera a pasar… -Empecé a ponerme histérica y lloré-. ¡No quiero parir, Seth!
-¡Eh! –Frenó y paró-. ¡Eh, escúchame, mírame…! –Cogió mi cara-. Vamos a llegar allí, vas a dar a luz y todo va a salir genial. ¿Vale? ¡Genial! Y dentro de un par de días estaremos en casa, nos reiremos de esto… así que venga, respira conmigo… -Seguí su respiración y él pareció relajarse conmigo-. Bien, sigue así… -Tomó mi mano-. Ahora voy a arrancar y vamos a llegar calmados allí, todo va a ir bien.

Todo fue un caos cuando llegamos. No estaba el tocólogo de guardia, la matrona estaba asistiendo en otro parto y yo empecé a desquiciarme. Seth no paraba de gritar a todo el mundo, creo que no había escuchado tantas veces en mi vida la palabra incompetente seguida de tantos tacos. Pero cuando se giraba y me miraba se deshacía en palabras dulces que intentaban relajarme, aunque cuando grité por el dolor todo aquello desapareció y empezó a chillar de nuevo, una enfermera vino corriendo y nos dijo que acababa de llegar la matrona de guardia, los celadores me separaron de Seth y me desesperé.
El parto fue rápido, pero yo no paraba de llorar angustiada por oír un llanto. Cuando vi a aquella niña colgada de los pies mi corazón se paró y no volvió a latir hasta que lloró. Creo que me desmayé en aquel momento.
-¡Enhorabuena padrazo!
-Baja la voz… aún duermen…
-Vaya preciosidad…
-Deja que su tía la vea… -Abrí los ojos ligeramente para ver a Vera y Leah sonriendo y la espalda de Seth-. ¡Qué ricura! –Leah me miró sonriente-. Gran trabajo…
-¡Eh! –Seth se giró sonriente y entonces la vi-. ¿Quieres cogerla? –Asentí acomodándome y me la dio, lloré al verla y Seth lloró conmigo, besó mi pelo y acarició su carita-. Está perfecta. Dormida, pero muy sana… -Besó mi pelo de nuevo-. Mírala… -Dijo cuando abrió los ojitos. Él cogió su manita y la movió-. Hola mami… -Rió y le miré, le besé y me apoyé en él para mirarla-. Ya estoy aquí…
-Nuestra niña… -Le miré y él sonrió-. ¿Y Meg?
-Está de camino… -Sonrió y besó mi frente-. Viene con su abuela y al parecer está emocionada por conocer a su nueva hermanita…
-Damara… -Susurré y me acomodé de nuevo en mi marido que asentía-. Nuestra niña apacible…




Espero que hayáis disfrutado de este final... para las inconformistas, pronto subiré el otro final... pero ya sabéis, ando fatal de tiempo y tardaré algo más... un beso para todas y gracias por acompañarme en este viaje. De corazón, no puedo más que verle cosas buenas a esto... sólo por compartir una ilusión con vosotras, por vivir pensando en que mi tiempo vale la pena para alguien, aunque sólo sea para entretener a alguien que está en otro continente a un océano y miles de kilómetros de distancia... o que está en el mismo país que yo a unas cuantas horas en coche. Ha valido la pena la experiencia sólo por estar rodeada de gente tan maravillosa como vosotras, chicas. Os adoro y os deseo lo mejor para el próximo 2011 :)
PD: Que si alguna me quiere regalar un Seth para Reyes... ¡por favor! Podéis hacerlo... ¡escribir ya la carta! XP