Capítulo XXXI: Porque en una línea recta no debe haber círculos… ₪ Jacob POV.

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Y allí estaba yo, parado y sin poder hacer nada mientras Charlie me miraba apenado. Dos coches calcinados a causa de un rayo… Seth estaba a punto de llorar pensando en todo lo que podíamos perder, Embry estaba desesperado, porque además debía ir con Rebeca al catering. Quil había prometido a Emily ir a cuidar de Claire, que estaba enfriada.

Los bomberos apagaron el fuego y la chica del seguro me tendió unos papeles. Le hice un gesto a Seth para que viniera conmigo, entramos al taller con la chica y nos metimos a la sala de reuniones.


-Debe rellenar todos estos papeles. Volveré a medio día para recogerlos…


-¡Vaya! –Resoplé al ver el taco de folios de aquella especie de cuestionario-. Es bastante, la verdad… Seth, acércame la carpeta de los seguros, está en el despacho.


-Claro… -Seth parecía desolado. No estaba siendo para nada una buena semana. Estábamos preocupados por nuestra pequeña, además ahora esto…-


-No es para tanto… -aquella chica morena de ojos verdes me miraba raro, como si esperase que le pidiese ayuda, creo que me la daría encantada… tomó mi mano para consolarme, pero pude ver que buscaba otro tipo de consuelo. Retiré mi mano de ella-. Puedo ayudarle, con los papeles, si lo desea…


-No, creo que me las arreglaré… -mi móvil sonó y lo saqué-.



Te necesito, necesito que vengas a mí, que hagas lo posible por aparecer en Jenner y consolarme. No necesito un hermano, ni un tío… necesito a mi mejor amigo… te necesito a ti.



¡Genial! Justo hoy me tenía que pasar esto a mí. Justo que ella me necesitaba, tenía que estar aquí encerrado haciendo una montaña de papeles inútiles, la furia me embargó por un pequeño segundo, pero Seth dejó la carpeta sobre la mesa haciendo un estruendo y resoplando. Había un taco bastante grande de recibos, cláusulas y demás… me desesperé al verlo.


-¿Puedo ayudarles en algo más? –la chica no paraba de mirarme de manera que me incomodaba, ella miraba mi móvil-.


-No, cuando pase le entregaré los papeles, no hay problema… -me levanté y le tendí la mano, quizá fuera un poco grosero, pero me daba igual. La muchacha me dio la mano y se marchó algo desilusionada-.


-Le has roto el corazón… -Seth la miraba marchar chascando la lengua-. Quizá podría poner mi teléfono entre los papeles para que me llamase…


-Seth, necesito ayuda… quiero acabar pronto, Nessie me necesita…


-No… ¿tú también te marchas? Tío, no me dejes sólo con este follón…


-Lo sé… pero ayúdame, quiero acabar pronto con toda esta historia…


Saqué mi móvil y escribí un mensaje. No quería que se asustara demasiado… era un incendio, vale, pero todos estábamos bien y sólo habían sido un par de coches… no había porqué alarmarla…



Lo intentaré pero no creo que pueda. Ha habido un problema en el taller, por lo que tengo muchísimo papeleo y bueno… ya te contaré. Pero creo que va a ser imposible. Lo siento… luego te llamo, ¿vale?



Odiaba tener que decirle que no… Comencé a mirar los papeles, memoricé todos los papeles que iba a necesitar y los busqué en la carpeta. Los apilé mientras Seth comenzaba a rellenarlos con los papeles que yo le daba.


-¿Es grave? –me miraba ahora preocupado-.


-Sí, eso parece… -le tendí mi móvil para que leyera el mensaje-. Pero no te voy a dejar sólo, entiendo que esto es mucho para ti…



Estuvimos durante veinte minutos rellenando papeles cuando aparecieron el resto de los chicos. Jared venía de la mano de Kim, al parecer habían pasado la noche en su nueva casa.


-¡Vaya desastre! –Kim miraba la mesa y se lamentaba. Yo estaba a punto de llorar, no quería estar allí, quería estar con Nessie… puse mis manos sobre mi cara para evitar ponerme histérico-. ¿Qué pasa Jake? ¿Es algo grave?


-Creo… -Seth miró y yo asentí, no podía ni hablar-. Es por Nessie, le ha mandado un mensaje… -tiré mi móvil sobre la mesa, recostándome en la silla-. Ya ves…



Kim cogió el móvil y leyó el mensaje. Parecía sorprendida y divertida, yo no le veía la gracia por ningún sitio. Jared tiró levemente de ella para que dejara de sonreír.


-He de reconocer que la chica es lista… -la miré raro-. ¿Cómo aún no le has dado la flor?


-¿Cómo? Si se la di… estaba en el coche…


-Ella me dijo que no le habías dado nada…


-¿Qué? –la miré atónito. Quizá esconder la caja tanto y poner tantas trampas no fue buena idea…-. ¿No las tiene?


-No… estaba indignadísima en la fiesta por eso… creía que ella no era la elegida… no entendía vuestra relación… había creído que era ella, pero ahora no sabía… yo le dije que hablara con Seth o con alguno que supiera algo más, ya que Jared ahora no puede saber cómo piensas… Ella creía que ahora estabas imprimado con Kira…


-¿Con Kira? –rodé los ojos y me eché a reír-.


-Vamos Jake, no paraste de consolarla aquella noche –le dio una colleja a Seth, la verdad es que el chico la merecía-. Y como te vio con ella bailando… ¿Por qué te crees que se portó así?


-Yo creía que simplemente se había enfadado porque no la dejaba beber… porque dijo que la tratábamos como una niña…


-¡Hombres! Ni aún con vuestras imprimaciones acertáis… -se sentó en la mesa y comenzó a ordenar papeles-. ¿Qué haces ahí? ¡Vete!


-¿Qué?


-¡Que te vayas! Yo me quedo ayudando a Seth… he estudiado para esto… -levantó los papeles-. ¿Sabes? Así que no te necesitamos… con Seth puedo apañarme, si no encontramos algo te llamamos…


-¡Lárgate ya! –Dijo Seth riendo como un bobo-. O te morderé por no querer ser el mejor amigo de mi sobrina…



Salí corriendo y me miré… no eran pintas para ir a verla. Corrí a mi casa y me puse unos vaqueros decentes, una camisa blanca y cogí el casco de la moto. La llamé pero no contestó… mejor, así sería una sorpresa. Me quedaban dieciséis horas… quizá catorce si corría… Arranqué mi moto y comencé mi camino.



A las doce del medio día ya había llegado a Portland. Tuve que parar para echar gasolina y beber algo, estaba medio deshidratado. Seth me llamó y me dijo que había estado hablando con ella, que parecía estar de mejor humor… pero aún así iba a ir a verla, pero era sorpresa, así que no podía decir nada… No paraba de pensar en lo que Kim había dicho sobre las verónicas, era curioso cómo yo había pensado que no las quería por estar con Allison… me reí ante lo curioso de que yo pensaba que no las quería y ella pensaba que no las tenía… Tomaba mi coca-cola cuando la camarera me miró raro, era una señora mayor con aires malhumorados. Saqué mi móvil y escribí, seguro que pensaba que estaba loco por reír solo…



¿Cómo es que no has inspeccionado tu coche? Creí que te encantaba… de hecho creía que lo inspeccionarías de arriba abajo… que podrías notarlo… pero imagino que estabas demasiado despistada… Siento no haberlo puesto en un sitio más visible… pero creí que le daría más emoción…



Comencé a reír y le dejé a la camarera el dinero en la barra. Cogí mi moto mientras reía, realmente la gente pensaría que estaba loco, pero me daba igual… ella había dicho que quería ser mi mitad…


Mi móvil vibró, pero no podía parar ahora. Esperé hasta que hubo un pequeño descansillo en el que paré. Me había llamado, me preocupé…


-¿Qué ocurre? ¿Estás bien? –No me contestaba-. ¿Nessie?


-A… -Parecía que no pudiera hablar, seguro que había pasado estos días usando casi todo el tiempo su don… le di tiempo-. ¿De qué demonios hablas en el mensaje?


-Bueno… -eso me animó… no había nada grave que ocurriese…-. ¿No has encontrado nada de tu agrado en el coche?


-Jake, no es divertido…


-Reconoce que un poco sí, al menos para mí es divertido… -podía notar la desesperación y la sorpresa en su voz. Pensé en su mensaje…-. Además, los mejores amigos se esconden cosas… pero se supone que la otra persona ha de buscar…


-¿Qué?


-Busca en tu coche, pero busca bien… -Parecía descolocada, así estaría entretenida mientras llegaba-, creí que notarías mi olor cuando Zafrina te dio el coche y tu curiosidad haría el resto… -el olor de aquella sanguijuela del Amazonas habría tapado el mío…- pero me equivoqué.


-Jake…


-Tú busca… -comencé a reír-, si en un rato no encuentras nada, quizá te de una pista…


-Te odio…



Me colgó… debía estar furiosa, por lo que me eché a reír. Pensé en el ramo que le había mandado Seth… siempre podría mandarle otro con la pista…


Me puse el casco y seguí en marcha.



Estaba llegando a Eugene cuando mi móvil volvió a sonar. Paré en otro bar y pedí otra coca-cola y algo de comer… estaba realmente hambriento. Me senté en una mesa que daba a la calle y llamé mientras esperaba lo que había pedido… quizá lo había encontrado ya.



-¿Ya lo has encontrado? –ella me gruñó-. Creo que eso es un no… -no pude evitar que una carcajada saliera, quedándome a gusto. Estaba feliz-. Está bien… ¿Estás en la casa de Jenner?


-Sí.


-Vale… espera unos… veinte minutos, quizá media hora… una pista llegará a tu casa, ¿de acuerdo?


-¿Me la vas a enviar por mensajería urgente? –Me hizo reír, no podía imaginar lo que había pensado. Ella parecía irritada-. Jake… no es divertido… sabes que odio esperar…


-Ya, lo sé, lo sé… -realmente parecía desesperada, mi corazón latía fuerte ante la sensación de que le iba a gustar mi regalo… le hice un poco de chantaje-. Pero bueno, deja que después de todo me divierta un poco hoy… ten paciencia.


-¿Está todo arreglado?


-Bueno, eso creo… -¡Mierda! Se suponía que tenía que estar de papeleos en el taller… tenía que pensar rápido- he dejado a Seth con los papeleos… yo he venido a Port Ángeles a ver a Kira –perfecto, un poco de celos no vienen mal-, me va a acompañar a por el traje…


-¡Genial! ¿Luego soy yo el clon de Alice? –estaba molesta, así que quizá no fue tan buena idea…-.


-Es la boda de mi hermana… -intenté arreglarlo- debo comprarme algo bonito… a la de Jared llevaré lo mismo…


-O sea… que se quema el taller y tú le dejas el marrón a Seth… para irte de compras…


-Sí, bueno… -no era propio de mí, pero un día loco lo tiene cualquiera…- he hecho todo lo que he podido. Solo había que esperar a los del seguro… dar un poco de responsabilidad a Seth no está mal… Además Embry está liadísimo con la boda y Quil estaba cuidando a Claire…


-Jake… no te reconozco…


-Lo sé, pero hoy… está siendo un día raro –y tan raro… llevaba siete horas en la moto…- Tan pronto llueve como hace sol… -no era mala pista… no pude evitar reírme-. Cosas que pasan… Bueno, te dejo, que viene Kira. Un beso pequeña…


-Adiós –colgué para hacerla rabiar…-.



La camarera me sirvió y pude ver que tenían ordenadores. Me levanté y busqué una floristería en Jenner. Llamé y encargué un ramo de verónicas, como Seth, seguro que pensaba en él… Les pedí que pusieran una nota y les dí el número de mi tarjeta de crédito.



Después me puse a comer, estaba eufórico, algo que creo que se notaba porque todo el mundo me miraba como si estuviera loco. El sueño empezaba a notarse, así que pedí una tarta de chocolate con un café bien cargado. Estaba terminando, miré mi reloj y eran las dos y media… no tardaría mucho en llamar. Me quedé esperando y me llamó. Esperé a que dejara se sonar, prefería ser yo quien la llamara, seguro que eso la haría rabiar un poco más. Llamé y descolgó a la primera.


-No tiene gracia…


-¿No te ha gustado? –¡Mierda! Seguro que lo había encontrado y no era lo que esperaba, quizá se había pensado que era algo más bonito… menuda cagada…-.


-Jake, debajo del asiento no hay nada…. ni debajo de la alfombrilla…


-¿Pero has abierto el asiento? –Vale, quizá lo había escondido demasiado…-.


-¿Tengo que rajarlo?


-No bestia… -Suspiré. Pensé que no iba a ser tan difícil… se supone que sus sentidos son mejores…-. Vaya susto me has dado, pensaba que no te había gustado el regalo, pero es que ni si quiera has logrado encontrarlo… -Me eché a reír, me la podía imaginar enrabietada-.


-No le veo la gracia…


-Yo sí, eres un poco torpe…


-Jake…


-Vale, vale… -era hora de que lo encontrara… estaría allí antes de que anocheciera… o eso esperaba-, tienes que palpar debajo del asiento, hay un velcro en la costura… dentro está el regalo… ¿vale? –quería llegar ya, saber si le había gustado-. Ahora te dejo, que estoy en el probador…


Suspiré, odiaba engañarla. Pero quería que mi visita fuera una sorpresa, así que pagué y cogí mi moto. Seguí hasta Ashland, donde tuve que parar de nuevo a llenar mi moto.


Seguí rumbo hacia casa de mi pequeña… no, ya no era mi pequeña. Ahora debía ser mi mejor amiga. Ella me lo había pedido así, ella necesitaba eso. Debía de empezar a ser menos protector… estaba creciendo…



No paraba de pensar en ella. Aceleré para intentar llegar antes. Pero mi moto empezó a hacer cosas raras. Paré en Willows, aparqué a la puerta de un bar y revisé la moto. Estaba ardiendo, debía dejarla… había sido un gran ajetreo para un solo día. Me resigné, posiblemente llegaría antes si entrara en fase y me echara a correr, pero… no podía hacer eso. Arrastré la moto a la sombra, si encima le daba el sol se recalentaría mas… No podía mirarle nada, debía esperar a que se enfriara. Quizá media ahora o una hora. Miré el reloj, eran las seis y media. Debía esperar al menos media hora… y tenía más de tres horas de camino… llegaría a la hora de cenar…



Me entraron ganas de llamarla, posiblemente ya habría encontrado el regalo… quizá estaba enfadada… ¿Por qué no me había llamado? Pero no debía adelantarme… Quizá si la llamaba se molestase aún más…

-¿Qué va a ser? –Alcé los ojos y no podía creer lo que veía. Conocía ese rostro… lo había visto antes… ella alzó una ceja impaciente-.


-Una coca-cola, por favor…



La miré irse, realmente me resultaba muy familiar, la conocía de algo… pero… ¿de qué? Me sirvió la coca-cola con cara de pocos amigos… empecé a intentar recordar, pero no me venía nada. La chica parecía cada vez menos molesta, aunque intentaba mirarla de reojo, se debía haber dado cuenta.


-¿Quieres algo más? –ahora parecía hasta amable-. No eres de por aquí, ¿cierto?


-No… tú tampoco, ¿me equivoco?


-No… -parecía curiosa… se sentó frente a mí-. Mira, sé que te va a parecer raro, pero tu mirada… me está volviendo loca. No quiero que pienses que lo hago por todos… pero ten… -me dio una tarjeta-. Salgo a las nueve… llámame…



Miré la tarjeta. Lauren… entonces me acordé. Era aquella chica que iba al curso de Bella. Estallé en risotadas mientras la chica me miraba curiosa. La verdad es que estaba bastante cambiada, pero un poco desmejorada. Eran las siete y cuarto cuando decidí que sería mejor marcharme. Me acerqué a la barra y Lauren se acercó muy coqueta.


-¿Nos vemos luego?


-No creo… sólo estoy de paso… -rasqué mi cabeza, ahora llevaba el pelo corto y realmente había cambiado a cuando me conoció-. Pero me gustaría verte cuando pasaras de nuevo por Forks… -la chica se quedó pálida-. ¡Cuídate Lauren!



Salí y toqué mi moto. Estaba fría. Le hice una revisión rápida y estaba todo en orden. Me puse el casco y Lauren estaba de repente apoyada en mi moto.


-¿Quileute?


-Sí… -me quité el casco-. Así es…


-Tus ojos… sé que te conozco, pero ahora mismo no sabría decir quién eres…


-Black… -sonreí-. Jacob Black… -la chica se quedó boquiabierta-.


-¡Vaya! Es… estás… bueno, estás enorme… has cambiado mucho…


-Lo sé… pero hace muchos años que no nos veíamos…


-Cierto… así que estás sólo de paso… -se mordió el labio, esto estaba tomando un rumbo que no me gustaba-. Es una pena… ¿Volverás a pasarte por el bar cuando regreses?


-Puede… -pensé en la enrabietada Nessie fulminándola con la mirada. Me hizo sonreír-. Bueno, tengo tu tarjeta…


-La semana que viene voy de mañanas… por si te interesa…


-Está bien… me alegro de verte Lauren… pero ahora debo irme…


-Buen viaje, paisano…


-Gracias



Me puse el casco mientras la chica se iba con el ego aumentado al trescientos por cien. Me puse el casco y me monté en la moto. Pude ver por el espejo retrovisor cómo se asomaba para verme marchar…



Paré mi motor en frente de la casa. El coche estaba parado en la puerta, la cual se abrió con aquel bello rostro de Esme. Me sonreía y me animó a pasar, así que acerqué mi moto y la aparqué al lado del coche. Esme me abrazó, lo que me pilló por sorpresa, pero no quise ser grosero.


-Me alegro tanto… ¿Cómo no has dicho que venías? Entra… te prepararé algo…


-¿Dónde…?


-Está durmiendo… pasa y te cuento…



Entré y me senté en una de las banquetas de la cocina. Ella comenzó a trastear por la cocina, pero no contestaba a mi pregunta. Estaba aquí, podía olerla, pero seguramente no quisiera verme…


-Lo siento… -no sabía qué decir-. En serio, yo pensaba que el regalo iba a hacerle ilusión… pero no he venido por eso, dijo que me necesitaba. Cuando Kim me ha dicho que ella no sabía que tenía…


-Jake –me cortó-. No te preocupes, está bien… me alegro de que al fin sepa que es verdad… ha tenido tantas dudas… -suspiró y me puso un plato de carne con muy buena pinta-.


-¿Dudas?


-Sí, pero será mejor que lo habléis a solas… no debo meterme en esas cosas… -me sonreía-. ¿Qué ha pasado en el taller?


-Nada grave, está casi solucionado… ¿Dónde está?


-Arriba, durmiendo… -la miré extrañado-. Le he tenido que dar unos calmantes… Ha tenido un sueño raro, donde Allison le mostraba que iba a escuchar una canción en la radio. Justo cuando estábamos viendo tu regalo… -miró hacia el sofá. Estaba rasgado y la cajita encima de la mesa, por lo que me asusté-. Justo en ese momento ha sonado la canción que Allison cantaba en el sueño… se ha puesto histérica, me ha costado un montón calmarla… así que luego le he dado un calmante, debía descansar –hizo una mueca y la miré ceñudo-. Se ha despertado gritando y he tenido que darle otro. No se ha dormido hasta las ocho…



Puso sus manos en su hermosa cara ahora rota por el dolor. Parecía desesperada. No pude evitar intentar consolarla, me levanté y rodeé la barra para abrazarla.


-Debí haber venido antes…


-Da igual… estás aquí… quizá sea hora de que me vaya… -hizo una mueca-. No te ofendas, pero prefiero el consuelo de Carlisle, al igual que Nessie prefiere el tuyo…


-Entiendo… -la miré, estaba desolada-. Yo me encargo… -retiré el pelo de su cara-. Si sales ahora llegarás antes de comer… -hice una mueca y ella alzó la ceja-. Ya me entiendes…


-Sí… -nos echamos a reír-. Espera… -Fue a por la bolsa y sacó un par de cosas, poniéndolas en su bolso. Después apoyó la mochila en la barra-. Aquí hay dinero y medicamentos… Sólo por si acaso… de momento hay comida de sobra… pero si necesitáis más ella sabe dónde está el supermercado.


-Tranquila… cuidaré bien de ella…


-Lo sé… -acarició mi mejilla provocándome un escalofrío-. Intentad volver pronto… los chicos la echan de menos…


-Vale…


-Creo… -miró un cuenco con unos manojos de llaves-. Me llevo el coche… Si lo necesitáis volveré a buscarla, ¿de acuerdo?


-No te preocupes… si ella quiere la llevaré a Monroe en moto…


-Ella querrá… -Me miró preocupada-. Jake, sólo tengo una petición… -la miré preocupado también-. Sé que posiblemente al separaros hayamos creado… -dibujó una línea por la barra y al final una espiral-, turbulencias, en vuestra relación. De repente la ves como niña, luego como amiga y a veces… como algo más. Aprovecha esas “turbulencias”… vuelve al punto de partida, deja que las cosas sigan su curso, no quieras saltar la espiral para llegar antes a estar con ella… en definitiva… Sé paciente.


-Lo sé, aún ahora sigo viéndola como mi pequeña, yo mismo me pierdo cuando ella parece querer algo más que amistad… por eso cuando ella me dijo que necesitaba a su mejor amigo vine… quiero ser su mejor amigo, de momento no necesito nada más.



Ella asintió y subió las escaleras. La seguí, Nessie estaba tumbada en la cama durmiendo, parecía tranquila, pero las sábanas estaban destrozadas, al igual que las almohadas. Esme besó la frente de mi pequeña y después me acarició el hombro mientras salía. Pude oír el motor mientras se iba. Cogí la mano de Nessie, tenía curiosidad. Era una escena en la playa, estaban todos sus amigos, pero ella parecía mayor, estaba preciosa. Después hubo una emotiva despedida y ella se revolvió. Me alejé por miedo a despertarla.



Suspiró y volvió a dormir tranquila. Estuve mirándola dormir durante un par de horas. Después bajé a revisar mi moto, si íbamos a volver en ella, quería que estuviera a punto. Después entré en la casa de nuevo. Me tumbé en el sofá rasgado, tenía su olor. Me acomodé y me dispuse a dormir.



Una tenue luz me molestaba. Me revolví en aquel sofá, viendo cómo el mar se iluminaba suavemente. Me despejé con aquella imagen y subí a ver a Nessie. Seguía durmiendo.


Bajé y comencé a trastear con las sartenes. Comencé a hacer un buen desayuno, seguro que llevaba horas sin comer. Busqué una mesa, prefiriendo la de la terraza, así que saqué todo allí. Estaba todo preparado, sólo faltaba terminar de preparar las tortitas. Al entrar me fijé en el jarrón de flores y las saqué a la mesa de la terraza.


Me puse a terminar el desayuno cuando oí que algo se movía arriba. Unos pasos apresurados bajaron las escaleras y se quedaron parados a mitad. Sonreí pero no me volví, podía imaginar su cara de sorpresa o de decepción, así que preferí imaginar la de sorpresa.


-Bueno días…


-¿Jake? –Me giré y su cara mostraba inmensa felicidad, estaba parada, agarrada a la barandilla-. ¿Cuándo has venido? ¿Y mi abuela?


-Bueno… llegué anoche, y ella… -rodé los ojos-. La empujé a que volviera a Monroe, le tuve que prometer unas cuarenta veces que cuidaría de ti… -jugaba con la espumadera-. Así que por fin pude echarla…


-¿Por la noche? –se irguió sorprendida-. ¿Cuándo saliste?


-Bueno, poco después de decirte que no podía venir… Kim apareció por allí y me dijo que podía venir, que ella se encargaba de ayudar a Seth…


-Pero… ¿no estabas de compras?


-No, de hecho estaba en Portland, descansando… -hice una mueca para verla sonreír de nuevo-. Pero bueno, que puedo llamar a tu abuela para que vuelva si quieres… -Oí unos pasos acelerados bajar las escaleras y saltó sobre mi costado, agarrándome de la cabeza y besándome mil veces en la mejilla. Me volví hacia ella y sonreímos-. Sí, bueno… -hice un gesto de duda-, yo también me alegro, creo…


-¡Idiota! –me abrazó y se perdió en mi pecho. Me encantaba cómo se sentía eso-. ¿Por qué no me has despertado antes?


-No… tu abuela me dijo que llevabas días sin descansar… era mejor prepararte un buen desayuno… -miré hacia la terraza y siguió mi mirada, pero desde ese punto no se veía-. No es un desayuno con diamantes pero…


-¡Es mejor! –me miraba sonriente-. Es un desayuno con Jake…


-Me alegro de verte más contenta… -empecé a oler a quemado-. ¡Mierda! –intenté arreglarlo mientras ella me miraba boquiabierta-. ¿Qué?


-¿Qué vocabulario es ese?


-Olvida que lo he dicho…


-No, no quiero… me gusta… -me miró satisfecha, mientras yo alzaba una ceja-. Siempre has intentado moderar tu lenguaje conmigo… pero un amigo no le importaría que escuchara esas palabras… me gusta.



Negué con la cabeza mientras intentaba arreglar el desayuno. Serví los platos y los cogí, mientras ella sacaba zumo de la nevera. La miré y rodó los ojos, sacando también leche. Nunca le había gustado, pero a mí me encantaba. Siempre me ponía cara de asco cuando me veía bebérmela a gusto…


Comenzamos a desayunar con el mar de fondo. He de reconocer que la casa era preciosa… cuando terminamos de desayunar me ayudó a recoger, pero cuando estábamos fregando parecía rara, incómoda, se movía raro, no sé…


-¿Qué te pasa?


-¿Qué? –alcé las cejas y ella se sonrojó-. Nada… cosas de chicas…


-Si quieres… me pongo una peluca, no sé… -se echó a reír-. ¿Qué te pasa?


-Que creo que necesito algo nuevo… -hizo una mueca-. Espera, voy a mirar…



Desapareció y desde el piso de arriba oí cómo se encerraba en un baño, supuse. Podía oírle refunfuñar mientras se duchaba… normalmente la gente cantaba, pero era ella, así que me hizo reír. Después oí cómo salía refunfuñando de nuevo, me iba a desquiciar…


-¿Se puede saber qué demonios te pasa? –chillé, pero un ruido sordo sonó a mi lado. Había saltado las escaleras de un salto y llevaba algo en las manos-. ¿Qué pasa?


-Necesito ir de compras… -parecía disgustada-.


-Pensé que ahora te gustaban… -se dirigió hacia mí-.


-No me gusta ir a comprar estas cosas… -abrió el cubo de la basura y tiró como cinco sujetadores. Ella me miró divertida, mi cara debía ser un cuadro-. Si quieres voy sola…


-No, bueno… no importa… -la verdad es que el que estaba incómodo ahora era yo. Ella parecía divertida-. ¿No tienes más?


-No, sólo el que llevo ahora… Alice lo puso por si acaso… debí haberlo imaginado…



Rodó los ojos divertida y se sentó en la encimera, mirándome de cabeza a pies. Me miré y mis vaqueros estaban manchados de grasa, ¡genial! Además la camisa estaba arrugada por haber dormido en el sofá. Ella comenzó a reír.


-No tiene gracia… vamos a tener que ir de compras también para mí… con las prisas no cogí más ropa que la que llevo…


-¡Vale! Me parece genial… el problema es que debemos ir a Santa Rosa… Es el único centro comercial decente… y está a una hora…


-Pequeña… -miré el reloj-. Son las nueve de la mañana, da tiempo de sobras…


-Vamos ya… así acabaremos antes…


-Vale, vale…



Levanté las manos haciendo gesto de rendición y ella me empujó suavemente a la calle. Abrí el pequeño maletero y le tendí su casco. Antes de las diez estábamos en el centro comercial de Santa Rosa. Recorrimos un par de tiendas, hasta que ella encontró unos vaqueros negros y una camiseta gris que yo también aprobé y unos vaqueros claros y una camisa a cuadros blanca y azul.


Me dio miedo, porque ahora tocaba llevarla a ella de compras… creo que parecía un tomate mientras estábamos en aquella tienda de lencería. Ella estaba del mismo modo al principio, pero luego comenzó a tomarme el pelo con lo que se relajó. No vi, ni quise ver que es lo que había comprado… demasiado para mí por hoy…



Después salimos y estuvo mirando un vestido que le encantó.


-¡Vaya! Vamos… -me cogió de la mano y me llevó corriendo dentro. Comenzó a tocar el vestido-. ¡Me encanta! Toca… -rodé los ojos-. ¡Toca! –cogió mi mano y la llevo al vestido. Alcé las cejas-. Es lino…


-¡Ah! –asentí como si supiera de qué me hablaba y ella se echó a reír-. Quieres un vestido de lino marrón… ¿cierto?


-¡Chocolate! Es color chocolate…


-Vale, mini Alice, quieres un vestido de lino color chocolate…


-Exacto… vamos… quiero probármelo…



Me llevó al probador y cuando salió me quedé sin habla. Estaba preciosa, parecía mayor… no sé… sacudí mi cabeza y ella se echó a reír, diciendo que era perfecto…


Después volvimos a Jenner, mientras ella me abrazaba fuerte… me encantaba esas sensación de velocidad, más aún con ella abrazándome. Cuando llegamos le costó soltarse, parecía adormilada y me reí.


-Se estaba bien… calentita… -dijo sonriente mientras se encogía de hombros-. Me ha dado un poco de sueño… -bostezó mientras yo me reía a carcajadas-. Bueno… ¿Qué vamos a hacer hoy?


-No sé… lo que tú quieras… Pero antes deberías llamar a casa… y yo a Seth…



Nos sentamos en el sofá y hablamos por el móvil, luego nos intercambiamos el teléfono ya que Seth quería hablar con ella y Bella conmigo. Suspiramos cuando después de una hora pudimos colgar… su estómago rugió y levanté una ceja mientras se sonrojaba.


-¿Qué te apetece comer?


-Me da igual… lo que quieras cocinar…


-¿Debo cocinar yo? –ella asintió-. ¿Nunca vas a cocinar tú? –Ella negó-. Vale… luego no te quejes cuando me ría de lo pequeña que eres… -ella me sacó la lengua-. Muy maduro…


-Es que siempre me lo dais todo… así es imposible aprender… ¿Me enseñas? –Suspiré y asentí-. ¡Genial! ¿Qué va a ser?



Buscamos por las despensas y no se me ocurrió nada mejor que hacer una pizza casera. Fue divertido, la verdad… nos pringamos con la masa, con el tomate… acabamos sucios pero la pizza estaba riquísima. Después me dijo que quería dar un paseo… así que le dije que necesitaba un cuarto. Ella hizo una mueca y me pidió que durmiéramos en una habitación doble, con dos camas… no pude negarme. Dejé mis cosas allí y ella también. Después me fui a la ducha y salí rápido, me resultó raro no salir con el pelo chorreando, me estaba acostumbrando…


Salí tocando mi pelo y ella me miró divertida. Lo acarició y lo miraba maravillada, pero luego hizo un gesto extraño.


-¿Qué?


-Me gusta más largo… no tanto como en tus años rebeldes… pero no tan corto…


-Sí señorita asesora de imagen… -me eché a reír mientras ella rodaba los ojos. Me encantaba ese gesto en ella-. ¿Voy bien para el paseo o debo cambiarme?


-Creo que estás bien… -me dio un beso en la mejilla y desapareció en el cuarto de baño mientras yo sonreía-.



La esperé abajo, mientras ponía una sábana tapando el sofá… se había puesto triste cuando lo vio rasgado, así que mejor cubrirlo. Bajó y estaba preciosa, con el vestido que habíamos comprado por la mañana y el conjunto de verónicas, algo que hizo que mi corazón se desbocara. Me miró y asintió. Me había puesto la camisa a cuadros abierta y la camiseta gris debajo, con los vaqueros claros.


Salimos a la playa y paseamos por la orilla. La brisa sopló suave y ella se quedó quieta, sintiéndola, mientras yo la miraba embobado… estaba preciosa. Abrió los ojos y me miró sonriente, cogió mi mano y comenzó a correr y a saltar arrastrándome con ella, después me soltó para dar vueltas en la arena como una bailarina, para caer sentada sobre la arena, con los ojos cerrados y la misma sonrisa. Me senté a su lado y contemplamos la puesta de sol.




Pasó el tiempo y la brisa seguía soplando cada vez más fuerte, así que me quité la camisa y se la puse encima, algo que la hizo entristecer. La miré confundido…


-Jake… -ahora estaba seria-. Yo… -parecía buscar las palabras adecuadas, así que le tendí la mano, sabía que sería más fácil pero ella negó, así que esperé desesperando-. ¿Sigo siendo la pequeña Nessie, verdad?


-Bueno… -eso me dejó noqueado… Apoyé los brazos en mis rodillas y miré la arena mientras lo pensaba-. Si te soy sincero, no lo sé… -la miré y parecía decepcionada-. Debo reconocer que no es lo mismo que hace un par de años… No eres como Claire… -ella rodó los ojos, mal ejemplo…-. Me refiero a que ya no siento lo que Quil siente hacia Claire, o lo que Leah por Ephraim… -ella sonreía levemente. Suspiré-. Pero dudo que sea el momento para sentir lo que el resto… -su gesto se torció, pero asintió-. Es complicado… pero no creo que sea lo adecuado… aunque ya no seas una niña, sigo viéndote en cierto modo como mi pequeña… aunque a veces veo algo que me hace dudar… -hice una mueca reprimiendo una sonrisa, igual que ella-. No sé… no quiero que te sientas frustrada ni nada parecido…


-No, está bien… -ahora sonreía levemente, comprensiva-. Al menos me alegra saber que no soy sólo yo la que se siente confundida… -hicimos una mueca extraña, así que nos echamos a reír-. La verdad es que es muy raro, pero será mejor que lo dejemos estar así… no creo que sea una buena pareja ahora, incluso dudo que pueda ser una buena amiga… -parecía triste-. Por eso dije que necesitaba a mi mejor amigo… porque me siento un poco perdida…


-Bueno… -me recosté en la arena-. Todos nos sentimos perdidos alguna vez en la vida, hay veces que los cambios producen ese efecto… es entonces cuando más se necesita a los amigos y a la familia… -la miré-. Deberías volver a casa y superar todo esto… -ella entristeció, no pude evitar erguirme y protegerla entre mis brazos-. En serio, no me gusta verte llorar, pero hazlo si debes hacerlo, grita, patalea… haz lo que sea, pero no te quedes en la cama de ese modo… -Se aovilló poniendo su rostro fuera de mi visión. Eso me angustió y cogí su barbilla para que me mirase-. Nessie… es comprensible que haya días que no quieras levantar, incluso se puede consentir que lo hagas un día… pero si te sientes perdida llámame, o llama a quien sea… pero no te guardes todos esos pensamientos para ti…



Se refugió en mis brazos y comenzó a llorar mientras me mostraba imágenes, sus amigos en el lago, sus sueños, sus pesadillas… todo en menos de dos minutos. La abracé con fuerza, pudiendo entender su angustia.


Estuvimos así durante media hora, hasta que dejó de llorar y miraba la luna entre mis brazos. Intentó levantar y me levanté primero para alzarla en brazos.



La llevé aferrada a mí todo el camino, mientras ella caminaba ausente, pensativa. Llegamos a casa y subimos las escaleras del mismo modo. Abrí la puerta y se separó de mí para tumbarse en la cama bocabajo, mirando hacia mi cama. Me tumbé del mismo modo mirándola a ella, que estiró su mano para que la tomara, mostrándome que quería que acariciara su mano. Dibujé espirales sin sentido en el reverso de su mano, mientras ella cerraba los ojos.


Después de un rato abrió los ojos, parecía realmente cansada. Me pidió ayuda para levantarse, así que la ayudé. Me pidió que le acercara el pijama, así que lo dejé a su lado y me dirigí a la puerta.


-Jake… -me giré, parecía realmente extenuada-. ¿Me ayudas? –Suspiré mientras negaba-. Por favor, como amigo… -sabía que no quería más que eso, que le pusiera el pijama, no había mala intención, sólo puro cansancio y ganas de ser mimada. Suspiré, su familia me mataría…-. Por favor…


Me acerqué a ella y la levanté, mientras ella se giraba para que desabrochara la cremallera del vestido. Llevaba un conjunto del mismo color del vestido, pero intenté no fijarme demasiado en eso, así que miré fijamente sus ojos. Cogí la camiseta del pijama y metí su cabeza, luego muy desganada metió los brazos por las mangas. Se dejó caer en la cama y me reí, lo que provocó un intento de sonrisa en su rostro. Le puse el pantalón del pijama subiéndolo hasta los muslos, después la levanté de nuevo y subí el pantalón intentando no rozar su piel… Dejé mis manos en su cintura y ella intentó sonreírme. Puso su mano sobre la mía y me mostró lo mucho que me lo agradecía.


-Recuérdalo cuando te pida que me salves de tu familia… -ella intentó reír y apoyó su cabeza en mi hombro. Besé su cabeza para ayudarla después a tumbarse en la cama. La arropé-. ¿Necesitas más mantas?


Ella negó y yo volví a tumbarme en la cama de al lado. Dejó caer su mano para que volviera a cogerla, mostrándome que quería que estuviera un poco más cerca. Me levanté y me miró raro, pero sonrió cuando empujé mi cama hacia la suya, dejando diez centímetros de separación.


-Esto no rompe nuestra promesa… ¿no? –ella sonrió y negó-. Dormimos en camas separadas…



Me tumbé y cogí su brazo, acariciándolo desde el reverso de su mano hasta el codo. A los pocos minutos ella estaba dormida, así que intenté hacer lo mismo.



Unos dedos acariciaban mi estómago suavemente. Podía notar cómo los dedos dibujaban espirales en mi tripa y cómo la camiseta hacía cosquillas al moverse con sus dedos. Abrí los ojos y miraba al infinito, pero cuando me moví me sonrió.


-No pensamos en comprarte un pijama…


-No importa, estoy bien… -la miré sonriendo-. ¿Cómo estás?


-Mejor, menos cansada… la verdad es que hoy he dormido bastante bien, no he soñado nada… -suspiró, aún estaba cansada-. ¿Qué hora es?


-No sé… tampoco me preocupa… Pero tus ojeras sí… descansa un poco más…


-No creo que pueda… la verdad es que me apetecería estar en casa, con mi familia… -me miró preocupada-. ¿Te importa si te hago volver hoy?


-No… además ya es viernes, incluso puedo quedarme en Monroe hasta el domingo, si quieres…



Ella asintió, pero no se movió. Comencé a acariciar su brazo como ayer y enseguida se volvió a quedar dormida. Aproveché para bajar a llamar a Bella, le conté que Nessie dormía y que en cuanto estuviera despierta iríamos a Monroe. Le conté lo de Lauren mientras reíamos y me dedicaba a preparar el desayuno.


-En serio Bells, tendrías que haber visto su cara cuando le dije quien era… me dio incluso su tarjeta para que la llamara si volvía… -en mi visión periférica pude ver a Nessie plantada en medio de la cocina-. Como si creyera que la iba a llamar… -me acerqué a Nessie y besé su frente-. Se acaba de despertar, ¿te la paso?


-Claro –dijo Bella en un tono mucho más serio-.


-Toma, es tu madre…



Nessie parecía abatida, se enzarzó en una conversación con su madre bastante corta y después vino a ayudarme con el desayuno. Cuando terminamos se quedó mirando el mar, como si añorase o esperase algo de él. Me levanté y entré en casa. Busqué por los armarios y encontré una botella de cristal bastante bonita. Ella me miró raro mientras salía directo al mar. Llené la botella con agua de mar y después se la entregué, sonriéndome como respuesta, algo perdida.


-Sé que una parte de ti no quiere irse… así que es mejor que te lleves una parte de este sitio contigo… -Acaricié su mejilla y ella presionó su rostro en mi mano-. Podemos irnos cuando tú quieras, no tengo prisa…


-Quiero hacer algo antes… -miró el mar de un modo extraño-. ¿Me ayudas?



Asentí y ella se levantó y se marchó al piso de arriba. En un par de minutos bajó con una toalla atada a su cuerpo. Miró mi ropa y pude entender lo que quería… Salí a mi moto y saqué las bermudas que llevaba en la moto siempre, por si acaso entraba en fase sin querer... Me cambié mientras ella esperaba en el sofá. Cuando bajé me miró de un modo extraño, sorprendida. Le tendí mi mano y la tomó, levantándose y arrastrándome al agua. Paró en la orilla y soltó su toalla, mostrando un bikini rosa que me provocó una mini parada cardiaca. Cuando el agua llegaba por sus rodillas se paró y cogió más fuerte mi mano. Yo la aferré con mi otra mano y la cogí de la cintura, acompañándola mientras entraba con miedo.


Llegó un momento en el que no tocaba el fondo y ella parecía nerviosa. La acerqué a mí y la cargué a mi espalda. Después de un rato parecía más confiada, se bajó de mi espalda pero tomó mis dos manos, mirando hacia el fondo muy seria.


-¿Sabes que, si quisiera, ahora mismo podría entrar en fase?


-¿En el agua? –Asentí y ella se empezó a reír-. Sería divertido ver cómo luego intentas salir…


Alcé una ceja y me eché a reír… no sería la primera vez que me pasaba algo así con ella. Rodé los ojos y la acerqué más a mí, mientras ella se abrazaba a mi cuello. Me mostró que quería sumergirse, pero le daba miedo. Me miró a los ojos y algo en mi rostro hizo que quisiera sumergirse. Nos hundimos lentamente pero ella comenzó a ponerse nerviosa, así que salí.


-¿Estás bien? –Asentía pero parecía histérica-. Será mejor que salgamos…


-No Jake… quiero estar aquí, quiero superar éste estúpido miedo… y dudo que pueda hacerlo con nadie mejor que contigo…



Eso me rompió el alma, sabía qué decir para conseguir lo que quería… Suspiré y volvimos a sumergirnos, mientras ella se aferró a mí con sus piernas y miraba alrededor, buscando algo. Subí a la superficie de nuevo dejándola respirar. Ahora fue ella la que nos hundió, parecía más relajada, por lo que me hizo sonreír. Cuando salimos ella sonreía, volvió a sumergirnos y me abrazó bajo el agua, aferrándose a mí con piernas y brazos. Cuando salimos besó mi mejilla y comenzó a reír.


-Parece que estés loca, ¿lo sabes?


-No lo he visto… me daba miedo verlo, pero no lo visto esta vez… -volvió a sumergirnos y se soltó tomando ahora sólo mi mano. Se giró y puso mis brazos alrededor suyo. Cuando salimos a la superficie reía a carcajadas-. ¡Me encanta esto!



Apoyó su cabeza en mi hombro y disfrutamos de las corrientes de agua, que nos mecían a su antojo. Cuando el sol estaba en el punto más alto, decidí que era hora de ir a casa. Cuando salíamos ella no soltó mi mano, yo cogí la toalla y la envolví en ella.


-¿Estás bien? –Asintió-. ¿Seguro?


-Sí, me he sentido bien… me ha gustado… -miró el mar y me abrazó-. Gracias Jake…


-No debes darlas… -Suspiré-. Ahora debemos ir a casa…



Salimos nada más comer, hicimos noche en un hotel de Salem, donde avisamos de que nos retrasaríamos, ya que a Nessie le apetecía ver aquel lugar.


Estábamos dando un paseo por la mañana cuando decidimos que comeríamos antes de salir hacia Monroe. Entramos en un restaurante pequeñito, pero muy acogedor. Pedimos y mientras comíamos miró por la ventana, después me miró a mí con cara divertida.


-¿Qué ocurre? –Su alegría me estaba contagiando, así que quería saber a que se debía-.


-Es… -rió débilmente-. Es mi primer viaje contigo…


-No… hemos hecho muchos viajes antes, de acampada y…


-El primero –me cortó-. El primer viaje decente que hacemos, no lo niegues. Siempre han sido escapadas cortas, de caza, o con más gente. Pero es el primer viaje que hacemos solos, nuestro primer viaje, oficialmente. Hemos dormido muy lejos de casa…


-Es cierto… -lo pensé y me uní a su alegría. Después hice una mueca-. Acabarás aburriéndote…


-¿De qué?


-De todo, es demasiado…


-No te entiendo…


-En cinco años has vivido cosas que gente no vivirá en toda su vida… y tienes más tiempo que nadie… acabarás aburriéndote… de mí sobretodo…


-No creo… -cogió mi mano y sonreía-. Nunca me aburro contigo…



Después de comer partimos a Monroe. Ella me abrazaba fuerte de nuevo, de vez en cuando la notaba suspirar mientras me abrazaba más fuerte y aflojaba su presa. Era entonces cuando palmeaba su mano, la cual besaría si no fuera por mi casco.


Cuando llegamos sus padres y su familia la abrazaron. Pasé el resto del sábado allí, Charlie había venido al saber que volvíamos, lo que mitigó a Edward y a sus ganas de asesinarme cuando Nessie bajó con el mismo pijama que le había puesto… fue imposible evitar el recuerdo.



El domingo fue una despedida emotiva, pero sabía que la iba a ver pronto… si no la veía este fin de semana la vería al siguiente, en la boda de Kim y Jared. Dos semanas…