Capítulo XVI: Dolor ₪ Carlisle POV.

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Acudí a casa nada más recibir la llamada de Emmett. Me quedaban apenas dos horas para acabar mi turno, pero mi nieta no podía esperar. Pedí un par de favores y en cinco minutos estaba camino de casa a toda velocidad. Descolgué mi teléfono y llame a Edward.
-Carlisle, ¿dónde estás?
-De camino, llego en dos minutos… ¿qué ocurre?
-No lo sabemos –oía los gritos de mi nieta de fondo. Eso me desgarró el alma-. ¡Nessie! ¡Nessie! –Pude oír como ella calmaba a la familia-. Edward, pásamela, quiero saber qué es lo que siente.
-Está bien… Nessie, es tu abuelo, quiere que le cuentes qué te ocurre…
-¿Abuelo?
-Cariño, dime, qué notas…
-No lo sé, me quema… me duele, me pincha… -entonces gruñó de dolor-.
-Cariño, no te preocupes, estoy llegando, estoy en un minuto.

Cuando llegué todos estaban espantados, mi nieta estaba tumbada en el sofá, aovillada. Bella estaba cogiendo su mano, Esme abrazada a Rose, Jasper estaba cerca intentando calmar el ambiente pero no había manera, demasiada desesperación. Alice estaba sentada en las escaleras sujetándose la cabeza con las manos, imaginé intentando ver el futuro de Nessie aún cuando sabía que ocurriría. Mi hijo me asintió.
-Alice, déjalo, será peor si tú también enfermas. Así que baja aquí ahora, deja de intentar ver su futuro porque es inútil. Ven cariño… -cogí a mi nieta en brazos y la llevé a mi estudio-. Edward, despliega la camilla.

Mi hijo hizo lo oportuno y Bella le ayudó. Estaba calmada, incluso más que su marido, que seguro podía sentir el sufrimiento de su hija en su mente. Me asintió. Mi nieta seguía casi como una piedra aovillada.
-Cariño, ¿puedes ponerte recta?
-No, me duele mucho abuelo, no puedo.
-Inténtalo, sino no podré examinarte… -conforme se iba estirando gritaba, así que decidí darle un calmante… pero no sabía qué dosis darle, no sabía como… vale, sí, había hecho pruebas con Jacob, pero… -. Edward, pásame la morfina.
-¿Qué? ¿Estás loco?
-Le voy a poner una dosis baja, si no le calmo el dolor no voy a poder examinarla, no sabemos qué es lo que tiene, no sabemos si lo que le pasa es humano o no… no me queda más remedio.
Mi hijo gruñó y cargó una de las jeringas. En unos minutos mi nieta no sufría dolores, pude verlo reflejado en la cara de mi hijo.

-¿Y ahora qué? –Bella se empezó a poner nerviosa-. ¿Qué vas a hacer?
-Bella, baja a decirles que ya no sufre dolores, eso calmará a todos.
-No, no pienso separarme de ella…
-Bella, no puedo trabajar y hacerle pruebas estando tú aquí. Por favor, espera a que te llame, en cuanto acabe podrás pasar –mi nuera miró a Edward y este asintió, haciendo que Bella se marchara-. Te avisaré en un momento. Lo prometo.
-Gracias, está muy preocupada…
-Lo sé… al igual que tú. ¿Podrás concentrarte?
-Mientras esté calmada sí… si no… no podré.
-Está bien. Llama a Bella, que esté fuera y le ponga su escudo a ella, así podrás centrarte algo más. Vamos a tener que trabajar rápido y coordinados. Déjame pensarlo…

No puede ser ponzoña, no la han mordido. Vamos a examinarla de todos modos, no podemos dejar pasar ni una herida, ni siquiera una imperfección en su piel.
Su piel estaba intacta, por lo que debía ser algo interno. Su piel era dura, no sabía si podía verlo con una ecografía normal, quizá una resonancia, pero tendría que ingresarla a no ser que lo hiciera con ayuda. Mi hijo alzó las cejas, podríamos hacerlo. Pero era mejor descartar antes otras cosas, no quería arriesgarme, no sabía como respondería ella dentro del tubo.
Su vientre estaba inflamado. Pude ver cómo algo se movía en la fosa iliaca derecha. ¿Qué demonios era eso? Mi nieta gritó.
-¡Abuelo! Sácamelo, por favor, me quema, me duele –no paraba de gritar-. Es como si algo me rasgara desde dentro, por favor abuelo, ¡haz que pare!
-Está bien… -miré a mi hijo que ya tenía la aguja-. No te pases con la dosis… aunque la quema bastante rápido... Aún así, la ajustaremos lo más posible.
-Lo sé, Carlisle, pero debemos hacer la resonancia.
-Vamos.

Bella estaba en la puerta cuando salimos, Edward la besó fuerte en la frente. En las escaleras nos esperaban todos, besé a Esme para calmarla.
-Nos la llevamos al hospital, voy a hacerle una ecografía, a ver si puedo ver algo, si no le haremos una resonancia. No os preocupéis, volveremos en media hora.
Edward se puso en la parte trasera con su hija, dejando que ella volviera a aovillarse. Fui lo más rápido que me fue posible y entramos por la entrada de urgencias. No me gustaba hacer algo así, pero era mi nieta y era urgente. Pedí un par de favores y me dejaron realizarle la ecografía sin ningún problema. No hubo necesidad de nada más. Pude ver qué hacía que mi nieta se retorciera.
-¿Qué es eso? –preguntaba aún sedada-.
-Eso –dijo Edward señalando la pantalla-, es un ovario.
-¿Qué? Pero… ¿tengo de eso?
-Al parecer sí… -contesté-. El problema radica en que tu cuerpo es demasiado duro para cambiar, pero la naturaleza es más poderosa que tu dureza. Estás madurando, Nessie, es lo que te ocurre.
-¿Pero…?
-Sí, al parecer sí. Pero no creo que sea recomendable… pero no lo sé –mi hijo me miraba-. Él es el doctor.
-Abuelo, eso… eso quiere decir que voy a ser… normal… en ese aspecto…
-Eso parece, debo ir haciéndote revisiones. Conseguiré uno de estos para casa, ya que el que teníamos en Forks lo doné al hospital. Creí que no serviría, pero al parecer tu piel no es tan fuerte…
-¿A no? ¿Podrás dejar de usar el diamante?
Los dos nos reímos, aún podía recordar su cara de sorpresa cuando le conté la historia…
-Está bien, volvamos a casa. Allí podré seguir examinándote…
-Pero… ¿y el dolor?
-Se pasará, en el momento que tu cuerpo esté completamente preparado para ese periodo de tu vida… tendré que hacer unas cuántas medidas para poder saber cuánto tardará…

Volvimos a casa y le pedí a Edward que pasaran la noche allí. Quería tenerla vigilada, poder notar cualquier mínimo cambio. Cuando llegamos analicé su sangre, efectivamente había hormonas por doquier. Su LH estaba ligeramente más elevada que en los análisis anteriores, pero no tanto como en una persona normal. Era algo que cambiaba lentamente al parecer…
-¿Eso quiere decir que sufrirá más tiempo?
-No creo… no tiene porqué hijo. Quizá solo sea porque es la primera vez que su cuerpo cambia en ese aspecto. O quizá sea la única vez que lo hace… no podemos saberlo…
-¿No hay ninguna manera?
-Quizá… Alice podría haberlo sabido, pero… dudo que pueda verlo ahora.
-Es odioso tener que esperar a ver cómo evolucionan las cosas sin saber qué va a ocurrir…
-Lo sé, lo sé… ¿Ya se ha dormido?
-Sí, le he dado un poco más de lo que me dijiste para que pudiera dormir… no quiero que se despierte entre dolores. Aún así estaré atento.

No podía parar de pensar en eso. Mi nieta sufría, y no podía evitarlo. Era imposible hacer predicciones con una sola medida, o con varias tomadas en un mismo día. Debía esperar al menos cuatro días para poder formar un patrón de conducta. Lo peor era no saber, me mataba. No poder anticiparme, no poder reconocer las cosas como con los humanos. En ellos es mucho más sencillo, hay olores que me indican una patología u otra, pero ahora… ella era especial, ella era única.
-No lo es –mi hijo estaba bajando las escaleras a toda velocidad-. ¿A qué hora vuelve Nahuel?
-Voy a llamarle.

-Nahuel, te necesito en casa ahora. Por favor. Es Nessie…
-¿Qué ha pasado? ¿Está bien?
-Algo así, te lo cuento cuando llegues… pero debo pedirte un favor…
-Cualquier cosa… no puedo negaros nada…
-¿Conoces el paradero de alguna de tus hermanas? Verás, Nessie está sufriendo algunos cambios, y no tengo idea de cómo va a evolucionar esto. Sería más fácil para mí comprender como funcionan los cuerpos de tus hermanas, al menos el de una de ellas.
-No hay problema, puedo localizar a alguna. ¿Es necesario que vaya a casa?
-¿Por?
-Creo recordar que una de ellas vivía al sur de Canadá, llamaré a mi tía para que localice a las hermanas del Amazonas. Volveré al amanecer.
-Gracias Nahuel, significa mucho para todos el esfuerzo. Ten cuidado.
-Lo tendré. Cuidad bien de ella.

Entonces colgó. Oí como el latido del corazón de mi nieta cambiaba su ritmo. Estaba despertando, estaba sintiendo dolor. Subí rápidamente y le puse un gotero. Había podido calcular la rapidez con la que su cuerpo quemaba los calmantes. Había establecido una pauta. Eso mejoró ligeramente mi estado de ánimo, pero no paliaba la culpa que sentía por no preveer los cambios de mi nieta.
-No es tu culpa, nadie hemos podido notarlo. Es especial, es única. Alice no tiene problemas prácticamente para ver a Nahuel, pero no puede ver a Nessie, cada vez le cuesta más.
-Cuando era niña no tenía problemas, ¿no?
-La veía borrosa, pero a veces podía verla. Ahora le pasa lo mismo. A veces tiene visiones muy confusas. Eso la está matando, ella quiere ayudar –mi hijo sonrió-. Nos mata a todos no poderla ayudar, no saber qué hacer, pero lo que le hace especial y única y que nos alegra el alma a todos, es también lo que trae este dolor. Hay que afrontarlo. Nunca vamos a poder poner una pauta para ella, incluso su crecimiento a veces da saltos. Tú mismo lo has notado, al igual que todos.
-He pensado mucho sobre el tema, pero no le veo lógica.
-Es que no la tiene… es simplemente… inclasificable.

El móvil de Nessie sonó. Bella lo tomó.
-Es Jacob, -Bella miraba el mensaje-. Dice que si ha hablado con nosotros del tema. ¿Qué tema?
-No lo sé, no ha pensado más que en el dolor… -Ed se quedó parado y en silencio durante unos instantes. Después pude intuir lo que pensaba cuando miraba a Bella rabioso-. Ese perro… -mi hijo gruñía-.
-Dudo que haya sido capaz de algo así, Ed. Ten en cuenta que él ha estado aquí el fin de semana y no has notado que su amor haya cambiado. Su madurez no va a ser ahora, tiene un proceso y un final. No es el momento de que él sienta amor romántico por ella.
-Voy a llamarle, hablaré con él y le contaré lo que pasa.
-Bella… -puse mi mano en la suya, impidiendo que marcara-, si se lo cuentas sabes que vendrá, que dejará todo por venir a estar con ella…
-Pero debe saberlo Carlisle, no puedo engañarle…

Ella llamó y le contó todo. La noche pasó en relativa calma, a excepción de los teléfonos que sonaban. Jake y Nahuel, los únicos que no estaban, llamaban cada par de horas. Bueno, Jake lo hacía cada media hora. Era un poco exagerado, demasiado sobre protector… pero era adorable ver cómo se preocupaba por ella.
Tomé una gota de sangre de mi nieta, sabía que no iba a poder hacer gran cosa, que los resultados serían parecidos. No podía haber cambiado todo en unas horas…
Para mi desgracia, en eso no me equivoqué. Los niveles eran prácticamente iguales a los de por la noche. Me desesperé. ¿Qué podía hacer? Ningún libro de medicina que pudiera tener me servía.
Mi mujer apareció, tan bonita como el primer día, con su sonrisa que me devolvía la ilusión. Tan bondadosa, tan amorosa, tan linda… Se sentó en mis rodillas y me abrazo, sonreía para infundirme ánimos, pero estaba tan preocupada como el resto.
-Amor, tu no tienes la culpa, no puedes hacer más.
-Lo sé… -en ese momento me perdí en su mirada, podía ver la tristeza en ellos, pero también esperanza. Podía ver la piedad, la comprensión, el amor…-. Me alegra que estés a mi lado a cada momento. No sé qué haría sin ti, mi esposa, mi amante y mi amiga. Te amo. Te amo con todo mí ser.
-Y yo a ti, amor. Estaré aquí a cada momento que me necesites, al igual que tu lo has estado siempre para mí. Pero no quiero ver como te derrumbas, no lo soporto. Entiendo tu desesperación, pero no puedes dejarte vencer por no saber. Pronto tendrás más información, pronto podrás encontrar las teorías que te lleven a la solución. No te martirices, sólo es cuestión de horas.
Entonces olfateó, yo la imité. No olía muy agradable, pero los dos sonreímos. Bajamos corriendo las escaleras.
-¡Doc!, ¿qué le pasa? ¿Está bien? –su mirada parecía torturada-.
-Sí, al menos de momento. Lo que le pasa es lo que a toda humana, sólo que su cuerpo no está hecho para cambiar de ese modo, por lo que le provoca un intenso dolor. Nahuel ha ido en busca de alguna de sus hermanas.
-Espera, has dicho ¿dolor?
-Sí –su cara se contorsionó de una manera que me recordó a cómo lo había hecho mi nieta horas antes-, pero ahora no le duele. La he sedado y no nota nada. Estamos esperando a las hermanas de Nahuel, ellas pueden darnos datos sobre esta fase de la vida, al menos, podré crear una pauta y preveer los próximos cambios. Me desespera no poder hacer más… créeme…
-Lo sé… -casi gruñía, pero yo sabía que no era hacia mí. Su dolor era más que el mío, posiblemente mayor que el de cualquiera de nosotros-. ¿Puedo…?
-Espera –mi hijo se encaró con él-. Sólo una pregunta. –inspiró, intentaba calmarse-. ¿Has roto tu promesa?
-¿Qué? –Jake pareció confuso, pero luego se enfadó al entender lo que mi hijo quería decir-. ¡No! Claro que no…
-Entonces… el mensaje que le has mandado… ¿Qué tenía que contarnos?
-La fiesta –dijo mirándonos a nosotros. Mi hijo se relajó y se apartó mientras Jake se dirigía a nosotros-. Nos han dado todos los permisos para abrir el taller, queríamos hacer una fiesta de inauguración. Nos gustaría que todos asistierais –se giró hacia mi hijo-. ¿Puedo ahora?
-Claro…
-Espera… -intervine-. Voy a bajarle los sedantes.
-¡No! No hagas que sufra.
-No sufrirá, no la bajaré tanto, pero al menos podrá estar medio consciente y podréis hablar… se enfadaría mucho si no le avisamos de que estás aquí…

Baje a la mitad, quería que despertara rápido. Su corazón latió fuerte, pero dejé que sonara fuerte, tampoco quería que estuviera demasiado adormilada. Abrió los ojos e hizo una ligera mueca de dolor, subí ligeramente el goteo, lo dejé en seis segundos. Era suficiente.
-¿Qué tal se encuentra mi paciente preferida?
-Mejor, ya no duele tanto…
-No puedes mentirle a tu médico, y menos si es tu abuelo y es un vampiro que oye tu corazón y puede ver como tus muecas reflejan dolor. ¿Has notado algo mientras dormías?
-No, solo un ligero hormigueo, pero creo que… -se sonrojó-. Bueno, creo que las chicas podrás ayudarme con ese pequeño problema.
-Cierto… -sí, su busto había aumentado ligeramente, pero demasiado para pasar en una sola noche. Ningún humano podría percibirlo en un intervalo de tres días-. Creo que será mejor que llamemos al instituto y digamos que estás enferma. Te daré tres días de fiesta, ¿de acuerdo?
-¿Tendré que estar encerrada aquí tres días? –Sonó algo histérica, era el momento-.
-Sí, pero no vas a estar sola… están todos tus tíos aquí… -rodó los ojos-. Incluso tu tío favorito –le sonreí, ella me miró atónita-. Jake está abajo, ¿quieres que le pida que suba?

Se puso colorada como un tomate y se intentó arreglar el pelo. Se miraba intentando disimular, pero… era evidente que ya no necesitaba la ayuda de un médico, ni siquiera de su abuelo.
-Le diré a Alice que suba, mientras que Emmett haga rabiar un poco a Jake, ¿te parece?
-Abuelo… -me sonrió, era una sonrisa espléndida-. Eres el mejor abuelo vampiro de la historia. Lo sabes, ¿verdad?
-De hecho, creo que soy el único…

Los dos nos reímos, llamé a Alice, no me hizo falta subir mucho el tono. Ella se volatilizó, junto con Rose, Esme y Bella. Besé a mi esposa en la frente y me marché. Oí como se la repartían, Rose el pelo, Esme las uñas y Alice la ropa. Bella sólo podía abrazarla.

-Podrás subir en unos minutos, necesitaba un… tiempo de chicas –estaba muy nervioso, ansioso-. Tranquilízate, ella ya está lo suficientemente nerviosa por los dos.
-¿Ella está nerviosa? -Emmett irrumpió. Justo lo que quería, así al menos se distraería con las gracias de Emmett mientras ella se arreglaba-. Amigo, pronto serás parte de la familia…
-Ya es parte de la familia… -no pude evitar corregirle-.

Las chicas bajaron corriendo por las escaleras, excepto Bella que se quedó arriba. Jacob subió acelerado, a los minutos Bella bajaba.
-Buena estrategia, Carlisle… al menos se ha distraído, pero le has dado demasiado en lo que pensar… -Ed hizo una mueca-. Pero creo que ella no está preparada, sólo que no quería que él se preocupara en exceso al verla con ese aspecto.
-Bueno, pero pasará. No creo que tarde demasiado…
-Al menos ¿tendré un par de años para mentalizarme?
-No creo que tengas tanto tiempo, hijo… el dolor de uno es el dolor de otro, de una manera muy parecida. Sus corazones laten casi al unísono ahora.
Nahuel interrumpió nuestra conversación. Con él venía una joven, los ojos eran idénticos a los de su padre, como los de su hermano. Era innegable el parentesco. La chica bajó la mirada, nada típico en un vampiro.
-Ella es Odamae, ellos son los Cullen, mi familia de acogida.
-¡Hola! –saludó cabizbaja-. Ante todo, quiero agradecerles que cuiden de mi hermano. Me ha contado que tenéis alguien como nosotros en la familia, ¿es así?
-Sí, pasa, nos gustaría hablar detenidamente de ello…
-De acuerdo.
-¿Quieres tomar algo? –Mi mujer, siempre tan acogedora-.
-No, Esme, ella sigue la dieta normal –dijo Nahuel con una mueca-.
-Muchas gracias, de todos modos. Lo cierto es que mi hermano me ha venido contando algo por el camino, pero, dime, ¿quiénes son los padres de la criatura? –Señalé a mi hijo y a su esposa-. ¡Vaya! Bueno, creo que mi hermano me ha dicho algo de unos cambios, es lo normal, los cambios son algo acelerados, ¿no os lo ha dicho él?
-Sí, él nos lo explicó, pero hay ciertos puntos que Nahuel no puede aclararnos… -me miró confundida-. Los respectivos a la madurez de la mujer.
-¡Ah! ¡Claro! Sí, bueno, eso es algo ligeramente más… complejo. La verdad es que la primera vez creí morir del dolor. Estuve dos días sin poderme mover, no sabía que era lo que me pasaba. Pasaron unos meses y volví a tener molestias, pero no tan salvajes. Lo peor fue casi al año, la verdad es que… hace sólo mes y medio que me pasó por última vez y aún me duele recordarlo.
-¿Podrías decirme más o menos cada cuanto tiene lugar?
-Bueno, aproximadamente son unos ocho meses. Estás dos días con dolores horribles, luego los dolores menguan y se quedan en una ligera molestia. A los tres meses volví a tener molestias, pero eran distintas, más leves… lo peor es alrededor del quinto o sexto mes… -veía como mi hijo se ponía rígido y pude notar como tragaba, algo veía en su mente, algo le mostraba Odamae, posiblemente era evidente… sangre-.
-¿Cuánto tiempo dura esa… fase?
-Algo así como diez días. Es horrible, es como… me tenía que alejar para que ningún vampiro se acercara. Tu propia sangre te da sed… es horrible. No creo que debáis tenerla aquí durante esos días… será una prueba demasiado dura para todos. No creáis que os engaño, es casi imposible controlarse.
-¿Te importaría si… te hiciera unas pruebas y unas preguntas más exhaustivas?
-¿Qué tipo de pruebas?
-Bueno, he comprobado que el diamante funciona con vuestra piel, seguís teniendo venas y corre sangre por ellas…
-¡No! Eso es imposible. No puedes hacerme eso…
-No quiero obligarte, Odamae, pero sería muy útil para mi estudio y podría incluso ayudarte a ti también. Por favor.
-¡No! ¿Acaso crees que soy una cobaya? –miró a Nahuel enfurecida-. ¿Y tú te quejabas de papá? ¿Tú decías que estaba loco? ¿Y ellos?
-No es lo mismo Odamae, no es lo mismo. Papá lo hacía por orgullo, por ambición, ellos lo hacen para evitar el sufrimiento de Ness, incluso el tuyo, Carlisle es un buen médico, podría ayudaros.
-Estás loco si crees que alguna de nuestras hermanas van a ayudarte. Estás completamente loco…
-Odamae, por favor, no hagas un drama…
-No vuelvas a pisar mi territorio, no vuelvas a buscarme, no me consideres tu hermana… eres un monstruo, todos vosotros los sois, sois la misma escoria que mi padre.
-Odamae, no te vayas, no quería ofenderte –no podía irse así, la había ofendido-. Mi intención simplemente es que mi nieta no sufra, nada más. Si no quieres ayudar con las pruebas lo entiendo, pero por favor, ayúdame a conocer más vuestras fases, los tiempos…
-¡No! No puedo. Lo lamento por esa niñita, de verdad, pero no puedo –se dirigió hacia la puerta. Se paró y se giró-. Sólo os pido que no la tengáis con vosotros en el quinto mes, mandarla lejos, donde esté sola. No vais a poder resistirlo, ninguno, tú menos Nahuel. Si la queréis tanto, mandarla lejos.
Entonces desapareció. Desapareció sin disipar todas mis dudas, pero al menos sabíamos algo más que antes.

Me fui directo a mi despacho. Quizá no eran suficientes los datos que tenía, quizá funcionaba distinto en cada una de ellas, eran muchas las probabilidades de error, pero no podía estar de brazos cruzados. Comparaba un ciclo normal con los tiempos que ella nos había contado, debía haber una pauta, debía haber una relación entre ambas.

Pasaron horas cuando oí unos gritos. Ella estaba sufriendo. Fui a toda velocidad y le subí el goteo. Le dí algo más de lo que debería, pero necesitaba descansar.
-¿Otra vez ensayo y error, Doc? –era una mueca extraña, no era de enfado, si no de resignación-.
-Algo así Jacob, no puedo hacer más. Pero Odamae nos ha dado datos que pueden ayudar.
-Sí, hemos oído la conversación. ¿En serio será tan duro para vosotros? ¿Correrá peligro aquí?
-No lo sé, Jacob, no te puedo contestar. Yo he olido su sangre, pero para mí no resulta tan duro como para el resto. Quizá Edward pueda contestar a tu pregunta.
-Podríais mandarla con nosotros, en Forks no correrá peligro por eso.
-Yo no tengo decisión sobre eso, debes hablarlo con sus padres. Además, no creo que sea agradable para Charlie…

Mi hijo apareció en la habitación junto a Bella. Bella se tumbó con su hija y la mecía, la acariciaba y la besaba. Era un amor tan profundo el que ella sentía… pero ¿y si ella no pudiera aguantarlo? ¿Y si había alguien de la familia que no pueda soportarlo? Mi hijo gruñó, me avergoncé de mis pensamientos.
-No lo hagas, tienes razón. He visto lo que Odamae ha recordado, ella misma quería morderse, fue duro para ella. Pero Nessie ha aguantado bien todos sus análisis, no veo la razón por la cual se pueda desesperar tanto…
-Quizá… la falta de sangre en su organismo le cree más sed, quizá sería buena idea sobrealimentarla esos días, para que no sufra tanto. No sé qué es exactamente lo que Odamae ha vivido, además ella no lleva nuestro estilo de vida, como ha dicho Nahuel.
-No creo que debamos arriesgarnos… no al menos la primera vez. Creo que no sería tan mala idea lo que Jacob ha pensado, pero dudo que Charlie comprendiera bien la situación de Nessie. Si realmente le crea tanta sed como he visto en los recuerdos de Odamae, es posible que ella misma sea un peligro para Charlie –pude ver como Bella se encogía y abrazaba más a su pequeña-.
-Eso tiene solución…
-No perro, ni lo pienses…
-Pero sería la mejor opción, de hecho, creo que es la única.
-¡He dicho que no! –mi hijo parecía furioso, gruñó y se puso en posición de ataque. Jacob comenzó a temblar-. ¡No te dejaré!
-No es sólo tu decisión, no creo que sólo dependa de ti…
-¡Chicos! –Bella se incorporó y se puso en medio-. ¿Qué es lo que Jacob piensa? Ni Carlisle ni yo podemos ver vuestros pensamientos, así que ser algo más considerados… -miró a su marido que estaba cegado por la ira. Se giró hacia Jacob que estaba ahora algo más calmado-. Jake… ¿qué has pensado?
-Bueno, ella… podía venir a Forks. Si realmente puede llegar a ser un peligro para Charlie, yo podría cuidar de ella… sabéis que puedo llevarla de caza, y aunque me atacara no pasaría nada, no me mataría como le gustaría a tu marido –ahora Bella era la que gruñía, estaba parada, no se había movido ni un solo milímetro, pero gruñía-.
-Chicos, es vuestra hija, es vuestra elección –intervine-. Pero creo que al menos por esta vez, es la mejor opción. Tenemos cinco meses a partir de ahora. Mandarla durante un mes a Forks no creo que sea tan mala idea…
-Carlisle… no me pidas que la deje ahora con él.
-Edward… es la única solución posible ahora. Además, si ella lo supiera, si ella supiera que es posible que causara sufrimiento a cualquiera de la familia, ya sea a nosotros por nuestra sed o a Charlie por la suya… sabes bien que lo elegiría.
-Si encontráis una solución mejor, la aceptaré. –Jacob se encogió de hombros-. Preferiría que aceptarais la mía, dudo que nadie pueda cuidar de ella como podría hacerlo yo… pero si hay otra solución que no implique ningún riesgo para ella… la aceptaré.
-Yo… -Bella estaba dudando, se había relajado-. Edward… sabes que Jake tiene razón… -le miró a los ojos y cerró los suyos, seguramente dejándole ver sus pensamientos. Él asintió y se relajó-. Está bien. Pero también sería un riesgo para Billy, en todo caso. Deberéis estar en la cabaña.
-Bueno… yo… -Edward suspiró y negó con la cabeza dramáticamente-. Van a vender el terreno de al lado del taller. Estaba pensando en hacerme una casa allí, para mí, para estar cerca del negocio y… -Edward volvió a suspirar-, bueno, estar lejos de la manada también, a veces me desquician… sería un buen lugar, no hay casas cercanas, sólo el taller por lo que estaré cerca siempre. Incluso si necesitara ayuda, que lo dudo; Seth, Embry y Quil estarán allí trabajando y gorroneando comida, seguramente. No estará sola en ningún momento…
-Está bien, Jake… -Bella sonrió y miró a su marido intercambiándose una mirada. Este le sonrió a duras penas y asintió-. Sé que no vas a querer aceptarlo, pero lo vas a hacer te guste o no. Mi regalo de navidad será ese terreno y contrataré a alguien para que construya la casa…
-No, de eso nada…
-Jacob, te voy a ceder lo que más quiero en este mundo, te vas a llevar mi felicidad, casi toda –dijo Bella mirando a su marido y a mí. Le sonreímos los dos-. Al menos déjame hacer algo por lo que me sienta mejor…
-Bella, no puedo aceptarlo, quiero que esa casa… -miró a Edward-. Quiero que esa casa sea nuestra futura casa, quiero que sea mía, nuestra…
-Pues entonces la tendréis que pagar a medias, como ella ahora no puede, lo haré yo por ella. ¿Entendido? No quiero excusas perro.
-Eres…
-Es muy testaruda, pero lleva razón –Ed ahora sonreía ampliamente-, no voy a dejar que construyas la casa de mi hija para que se vaya con un perro arruinado. Con el taller tienes muchos gastos ahora… tómalo como un préstamo…
-¿Mamá? –Mi nietecita hablaba en sueños, le reduje el goteo por si quería despertar-.
-¿Está bien? –preguntaron mi hijo y Jake a la vez. Yo les sonreí y asentí. Bella se volvió a tumbar a su lado, acariciándole el pelo de nuevo-.
-No creo que pueda aceptarlo, Bells, sabes que va contra mis principios...
-También creí que iría contra tu orgullo el jugar al cucú durante horas, pero dado el momento lo hiciste –dijo riendo-. Esa excusa no vale, ya te he dicho que no me vas a convencer de lo contrario…
-¿Y si ella finalmente no quiere venir conmigo?
-Entonces… será un regalo por todos los cumpleaños que no me has dejado regalarte nada de lo que quería… aceptaste la moto de Rose y no la mía, eso es una grave ofensa…

Todos nos reímos pero Jacob no tanto, sólo de pensar en que ella no pudiera ir con él… me dolió. Si Esme no quisiera estar conmigo, mi vida no tendría sentido después de tantos años. Los lazos de la imprimación son más fuertes aún que el amor mismo… si Nessie decidiera no ir con él… pero eso era imposible… ¿no? Bueno, si ella pudiera rechazarle… ¿se volvería a imprimar? O ¿acaso Nessie no tenía elección? Mi pobre nieta, nacida en un mundo de fantasía, más bien de terror. Ahora miraba su cara y solo podía pensar en su dolor. Dolor físico, dolor por la distancia con sus familiares, dolor por la distancia de su amigos… dolor por él… dolor por Jacob.