Capítulo VII: La acampada. ₪ Alice POV.

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Mi madre llegó desconsolada, nos contó lo que había pasado aquella noche, la petición de Jacob. No podía imaginar al perro gigantón llorando tan amargamente. Me partía el corazón, a mí y a todos. Bueno, menos a Rosalie, que seguramente no le importase mucho si no fuera por Nessie.
Me fui con Jasper a dar un paseo por la noche, pero el olor de hace unos días volvió. Me paré y lo pensé. ¿Noreste o Sureste? El camino hacia el sur desaparecía. Era ella, sin duda. Jasper me miró algo inquietado, había notado como me estaba asustando.
-Creo que debo hacer algo sola, vuelve a casa.
-¿Qué has visto?
-No es nada tontorrón, sólo una visita, a la que debo recibir yo sola. No creo que te vaya a necesitar para calmar a nadie, de verdad. Me gustaría que volvieras a casa.
-Está bien, si tú me lo pides…
-Luego nos vemos.

Le miré a los ojos y le besé en la mejilla. Era el hombre más maravilloso del mundo. Salió corriendo en dirección a la casa, y yo me dirigí hacia el sureste.

Oía un riachuelo y un respirar muy pesado. Ahí estaba ella, comiendo a duras penas un caribú. La verdad es que no tenía estilo alguno para comer, pero tampoco para otras cosas. Dejó su comida y me miró fijamente, respiró hondo y los pelos de la nuca se le erizaron.
-Creo que deberías salir de fase, debemos hablar.
Y en un segundo allí estaba Leah, completamente desnuda, delante de mí, manchada de la sangre del caribú. Se limpió con el antebrazo como pudo, pero solo pudo mirarme fijamente. No hablamos durante unos segundos, mirándonos fijamente intentando saber qué hacíamos allí.
-He visto que mi camino desaparecía en esta dirección. He pensado que estabas aquí por alguna razón, no se cual será… -comencé-. Pero me alegra que hayas vuelto, la manada te ha echado de menos, Seth y tu madre te han echado de menos…
-Ya, si, bueno… Solo vine para traer algo, así que no creo que me quede mucho más.
De repente tuve una visión. Emily en el bosque, paseando con Claire y Ephraim, de repente se anuló esa imagen. Era evidente, Leah iba a verlos.
-Creo que no deberías marcharte tan rápido. Han pasado muchas cosas, que quizá deberías saber. Tu madre sigue echándote de menos cada día. Ella y Charlie no han dado ningún paso, al menos todavía. Tu hermano ha tomado tu papel de beta, de momento, pero en cuanto vuelvas no creo que haya problema en que te lo ceda. Pero hay algo que si no estás advertida puede asombrarte y desequilibrarte –más aún… pensé-. Sam y Emily han tenido un hijo. Es un bebé precioso, crece rápido, pero es normal.

-¿Qué? –se quedó paralizada, miraba ausente de un lado a otro, intentando digerir mis palabras.- ¿Un hijo? –se sentó en el suelo y se acurrucó. Posiblemente le estaba dando un ataque de histeria o algo parecido… ¡genial!-. Bueno… es algo… es normal… para eso sirven las imprimaciones ¿no? –asentí-. Posiblemente, debería irme. Solo vine… bueno, realmente no sé porqué vine…
-Quizá es que ya era hora de volver. Puedes decir que vienes de visita, por si luego no quieres quedarte. Pero tu hermano se enterará de que has estado aquí, al igual que tu madre. Les destrozaría saber que has estado tan cerca de ellos y no has sido capaz de verles.
-No sé… no creo que deba, ellos…
-Te echan de menos –acabé su frase. Hay que ver lo cabezota que podía llegar a ser esta niña. Aunque, a decir verdad, no se si yo sería capaz de volver sabiendo el daño que he causado y que el hombre al que había amado ha tenido un hijo con mi prima… sí bueno, era algo complicado-. Al menos ve a ver a tu madre.
-¿Hay alguna otra novedad que deba saber?
-Bueno… de hecho sí. Creo que deberías volver, porque Jacob va a necesitar un apoyo…
-Jacob…
-Sí, aunque no lo parezca lo está pasando mal. Billy está enfermo, aunque ahora su vida ya no corre peligro se preocupa demasiado. A eso súmale que vamos a tener que irnos dentro de poco, y comprenderás porqué necesitamos que vuelvas…
-¿Necesitáis?
-Sí, aunque no sea algo natural… debo reconocer que ahora es parte de la familia. El sufrimiento de Jake se reflejará en Nessie… -no quería reconocer que en verdad me preocupaba por ese licántropo… era enemigo natural, pero también era adorable-. Deberías pensártelo dos veces antes de volver a salir corriendo.
-Lo haré. No puedo prometerte nada más. –Sus ojos estaban ahora vidriosos. Más aún que antes. Todo lo que acababa de contarle la había dañado, Ephraim, su madre, Seth, Jacob… La miré con compasión y eso le molestó. Comenzó a temblar y entró en fase, salió corriendo en dirección contraria a su casa…
-¡Genial! ¡Vuelve a huir! –grité.

No sé porqué razón pensé que volvería a casa gracias a mis palabras. Probablemente mi don ahora no era de mucha ayuda, leer mentes hubiera sido mucho más adecuado… Aunque por mucho que mi hermano lea mentes, nunca ha podido con Leah… me recuerda a veces a Bella, el razonamiento lógico no va con ellas, tienen su propia lógica aplastante. Sonreí. No debo pensar esto cerca de Ed, me arrancaría la cabeza si comparase a Leah con Bells… de hecho, debería arrancármela yo misma.
Decidí volver a casa, pensando ahora en Nahuel. Mis visiones sobre él me volvían loca, no estaban tan bien definidas como el resto. Me daban dolor de cabeza.
Seguramente Nahuel estaría ahora mismo cavilando distintas posibilidades, sus hermanas, los amigos que conoció en casa… nuestro hogar. Era la mejor elección sin duda alguna. Quizá Zafrina, se encariñó mucho con él durante ese periodo, pero nunca podría vivir allí, no aceptaban especímenes masculinos. Quería una familia de verdad… ¿su padre? ¡No! Ese científico loco no podría si quiera cuidar de él durante un mes, siempre planeando algún experimento entre especies. ¡Tarado!
-Pero gracias a él pudimos mostrar a los Vulturi lo que era Nessie…
-Ed, no vas a lograr asustarme nunca…
-Lo sé, tu don a veces es algo fastidioso…
-Al igual que el tuyo, hermanito, al igual que el tuyo…
-¿Se sabe ya una fecha exacta para la llegada de Nahuel? Sé que es muy complicado para ti, pero no se, alguna aproximación. Me gustaría prepararme.
-¿Prepararte?
-Sí, posiblemente se me haga muy duro tener a alguien más en la familia, teniendo en cuenta que viene a buscar una madre, como Bella y a una hermana, como Renesmee.
-¿Estás… -me empecé a reír, no pude evitarlo, si fuera posible seguramente se me abría desencajado la mandíbula-, estás celoso?
-No, celoso no es la palabra exacta…
-Hermanito… -dije entre risas-, no va a pasar nada, Bella seguirá siendo tu Bella, y Nessie seguirá siendo tu hija. No hay nada que lo pueda cambiar.

Me miró sonriente, no podía leer su mente, pero conocía esa mirada. Pude visionarlo claramente, iba a perder, él también lo vio, pero no pude resistirme y echamos a correr. Cuando llegamos, iba pisándole los talones, allí apareció mi amor. Sentado en las escaleras, con cara de póquer.
-Y yo pensando que te podía haber pasado algo…
-Jazz… tonto sobre protector… te preocupas demasiado a veces. Debes confiar más en mí.
-De normal lo haría, pero verla te ha causado tanta ansiedad como a mí, y no me digas que no… ¿qué ha pasado?
-Será mejor que entremos.

Reunimos a la familia en el comedor, allí les conté lo que había pasado. En ese momento intenté ver qué pasaría el día que partiéramos a Monroe, mi sobrinita… pero algo nubló mi visión, me comencé a sentir extraña, como el otro día. Mi visión tornaba a tonos blancos, podía ver como Jazz y Edward acudían a mi lado en milésimas de segundo, pero una fuerza extraña me invadió.
¿Ed? Puedes escucharme, lo sé… -él asintió- algo me arrastra como el otro día, es algo extraño. ¿Podrías llamar a Nessie? Creo que tiene que ver con ella.
Mi campo de visión se redujo, entonces todo se volvió blanco. Posiblemente Edward no podría ver mis pensamientos ahora mismo. Pero era muy extraño. Siempre pasaba cuando intentaba visionar el futuro de mi sobrina. ¡No! No era posible que ella me hiciera esto… Pero encajaba. Bella bloquea su mente, Edward las lee y ella puede mostrar lo que quiera, franqueando el muro de Bella inclusive. Es probable que su don descontrolado haya creado todo esto. ¿Es posible? Me sentía frustrada, me dolía la cabeza, pero dí con la clave. Sus poderes aumentaban con su edad, no era una habilidad nueva, era algo que ya tenía, en sus genes. Podía bloquear mis visiones, dificultosas de por sí por su naturaleza híbrida.
Algo cambió, de nuevo la imagen del prado volvió, mi sobrina me llamaba. Pero esta vez había algo distinto. Era ella, pero mayor, con un vestido de color azul cian, una cinta de raso alrededor de su cintura en rosa palo, a juego con la cinta de pelo y las sandalias. Estaba preciosa y sonriente, mirando una foto de Jacob. Las lágrimas resbalaban por sus mejillas, era su visión del futuro, no la real.
La imagen desapareció con un fogonazo, al igual que el otro día, dejándome extenuada y sin poder moverme. Edward me sonrió, señal de que me leía el pensamiento. Sonrió y asintió. Las imágenes que acababa de ver eran imposibles de recuperar con la misma nitidez, pero intenté mostrárselas y le conté mis teorías vía telepática. Miró a su hija y su mirada se tornó seria, preocupada. Le hacía aún menos gracia que a mí ver a Nessie sufrir. Me miró de nuevo y asintió.

Me recuperé al cabo de unos minutos, intentando no pensar en el futuro de mi sobrina, para no quedarme de nuevo bloqueada. Debatimos sobre el tema durante horas, sin llegar a ninguna conclusión. Ese poder era difícil de manejar, no había manera de poderlo controlar. Era una ciega respecto a los licántropos, y una tuerta con los híbridos, ya lo sabía, pero no había definición posible ante el nuevo poder descubierto en mi sobrina.

Pasaron dos semanas, el día en el que Nahuel acudiría a nosotros se acercaba. No más de dos días. Jacob había pasado el mayor número de minutos posibles con Nessie, incluso casi no dormía para no perderse esa visión. Miré el calendario, viernes. Posiblemente el domingo sería el último día que pasáramos en Forks.
Edward estaba inquieto, no le gustaba ver sufrir a Nessie, que estaba más inquieta cada día. No quería irse, pero sabía que debía hacerlo. Se levantó del sofá y se apoyó en el hombro de su padre, haciéndole un puchero.
-Papá, ¿te importa que vaya a mi escondite por un tiempo?
-Había pensado en ir de caza, ¿no te apetece?
-Gracias papi, pero preferiría estar sola por un tiempo.
-¿Sola? No sé si es buena idea cariño…
-Debo acostumbrarme. Es la mejor manera…
-Nessie, cielo –intervine-, en dos días nos iremos, ¿no preferirías pasar el mayor tiempo posible con Jake, Charlie y el resto?
-No se tía Alice…
-Mira, ¿qué te parece si hacemos una acampada? Podíamos ir de pesca con el abuelo, pasar el fin de semana todos juntos de acampada, ¿si? A tu abuelo le encantará la idea…
-Está bien… ¿Pero se puede organizar tan rápido?
-Nessie… -Edward se empezó a reír a carcajadas-, ¿aún no conoces a tu tía Alice?
Nessie se unió a sus risas. En otro momento me hubiera molestado que los dos se rieran a mi costa, pero me alegré de verlos reír así después de dos días de caras largas, así que lo dejé correr.
-En dos horas saldremos.
-Está bien tía… ¿Puedo irme esas dos horas fuera?
-Bueno, hora y media, quiero que vuelvas pronto para prepararte, ¿de acuerdo? –no quería que estuviera tanto tiempo sola…- Mejor, una hora.
-Estaré de vuelta en una hora.
Salió corriendo como un torbellino hacia su escondite favorito… aquella casa árbol en la que tantos momentos había pasado.

Al cabo de una hora y unas cuantas llamadas, conseguí librar a todos de sus planes de fin de semana para una acampada de despedida. Fue una tarde divertida, toda la familia, con Seth incluido, estuvimos viendo a Nessie y a Jacob cazar mientras Carlisle, Billy y Charlie se iban de pesca. Charlie no soportaría ver a su nieta mordiendo el cuello de un animal…
A la noche hicieron una fogata para cocinar el pescado, Nessie comió poco, ya se había alimentado antes, pero Jacob pareció haber salido de una semana de encierro… típico.
-Ness, cariño, mañana vendrás de pesca con tus abuelos, Carlisle y yo te hemos echado de menos… -dijo Charlie mirando de refilón a Jacob… no le hacía demasiada gracia que pasaran tanto tiempo juntos.
-Vale abuelo, pero no tengo caña de pescar, ni sé hacerlo. ¿Me enseñarás?
-Claro pequeña, de hecho… -Charlie se levantó y rebuscó por sus aparejos de pesca, sacó una caña pequeña, se acercó a Nessie y se la tendió-. Es la caña que le compré a tu madre cuando tenía… -se quedó callado, pensativo-, bueno, cuando era niña. Ahora es para ti.
-Gracias abuelo… -le abrazó-. Jacob, tenemos que cambiar nuestros planes, nada de ca…minar, iremos de pesca.
Charlie miró a Jacob con cara de enfado pero éste se limitó a sonreír a Nessie y a asentir.
En ese momento se puso muy rígido, se levantó de un salto. Olisqueé. Miré en dirección a Sue, que miraba a Charlie por el rabillo del ojo mientras hablaba con Billy. Ella estaba aquí.
Seth se envaró, se levantó y se puso frente a unos arbustos, con Jacob detrás. De repente, debajo de un vestido blanco inmaculado, apareció Leah. Sue se quedó paralizada, casi llorando. Seth apretó la mandíbula y los puños, encarándose con su hermana. Ella se limitó a bajar la mirada, intentando franquear a su hermano para ver a Sue. En ese momento Seth levantó el brazo, creo que todos pensamos que iba a darle un derechazo, pero se limitó a acercarla para darle un emotivo abrazo. Sue sonrió al ver la escena, bajó la mirada y comenzó a llorar. Charlie la abrazó y le besó en el pelo.
-Te dije que volvería… -la miró a los ojos y la ayudó a incorporarse mientras Seth se acercaba con Leah a la posición de Sue-. Me alegra que hayas vuelto.
-Y a mí –contestó Leah sonriente mientras miraba a su madre emocionada-. Siento la tardanza, debería haber vuelto antes…
-Lo importante es que has vuelto, cariño –Sue la abrazó-. Me da igual el motivo, pero me alegra que estés aquí –besó a su hija-. Debes contarme todo, con pelos y señales.
-Mañana mamá, mañana. Ahora solo me apetece teneros cerca, sin más.
-A nosotros y a ese pescadito… -dijo Seth riendo, seguido por el resto, Leah incluida.
-Te he echado mucho de menos enano –dijo mientras le despeinaba-. Veo que sigues la moda del corte a lo “alfa” mirando el pelo algo más largo de Seth, pero no tanto como el de Jacob.
-Me alegro de verte, Leah –dijo Jacob abrazándola-.

Leah nos contó historias de su viaje mientras comía con Seth y Sue a su lado. Ellos la miraban y sonreían constantemente y atendían con casi devoción a sus historias. Nessie la miraba, también emocionada, mientras se apoyaba en el hombro de Charlie. Muy disimuladamente, Jacob se ladeó para estar más cerca de Nessie, quien puso una mano sobre su cabellera.

El día de pesca se canceló para seguir escuchando historias de Leah, la cual empezaba a comportarse hosca, pero no tanto como antes de marcharse. Ahora había algo distinto en ella, nos hablaba con más cariño, incluso a nosotros. Sus desplantes tenían otro tono, antes era ira, ahora… no sabría explicarlo, el rey de las emociones era mi amado.
Mientras Leah nos contaba el viaje por California, donde varios chicos habían intentado ligar con ella, lo vi. Nahuel venía de camino, estaba en un hostal de Seattle dudando sobre qué dirección tomar. La visita a nuestra casa y la visita a su padre se cruzaban en su futuro, volviéndome loca. Todos me miraban expectantes, esperando mi explicación. Jasper me cogió de la mano y me sonrió, mientras sentía como fluía la calma a través de sus ojos.
-Sólo es nuestro invitado, aún no tiene muy claro que hará, pero si decide por venir, lo tendremos aquí mañana a la noche. –le susurré a Jasper mientras el resto miraban hacia otro lado. Había que guardar la compostura por Charlie, quien debió de pensar que me apetecía estar con Jasper en la intimidad. La sonrisa de mi hermano afirmó mi pensamiento.

Esa tarde Edward sugirió ir a un lago cercano, imagino que motivado por las ansias de pesca de su suegro. Cuando llegamos Charlie, Billy y Carlisle se dirigieron al espigón, ya que con Jacob, Seth y Leah haciendo el bruto en la orilla, iba a ser muy complicado pescar.
Nessie se acercó a la orilla y se sentó, observando a Jacob que acudió en seguida a buscarla.
-¿Vienes al agua pequeña?
-No, no me apetece mucho. Prefiero quedarme aquí, viendo como disfrutas con la manada.
-No puedo ir si no vienes. –Jacob se sentó al lado de Nessie, cogió una piedra y la lanzó, dándole a Leah en la cabeza. Esta le miró con muy mala cara pero en seguida sonrió.- Si quieres puedo enseñarte a lanzar así –le propuso a Nessie mientras se reían-.
-Me gustaría que estuviera aquí Claire y Ephraim. Lo pasarían bien.
-¿Quieres que vengan? –Nessie miró al horizonte haciendo un puchero. Jacob se levantó de un salto y desapareció entre los matorrales.
Edward suspiró al verlo y miró a Jasper, que me cogía de la mano.
-No me gusta verle así, Jazz, los dos están fatal. ¿No puedes hacer nada? –le pedí-.
-Algo así no es controlable, no es como un enfado o una desilusión, la separación les produce daño tan real como si fuera físico, algo que no puedo controlar. No paro de intentarlo sin conseguir nada, lo siento Edward, se que tú también te angustias al verlos así, pero… ojala pudiera hacer algo, de verdad.
-No importa Jazz, lo sé. –Ed cogió una mantita y se acercó a Nessie, le puso la manta sobre los hombros y se acercó a su oído. Agudicé el mío y Ed me sonrió viendo mis intenciones.- te prometo que sólo será temporal, como mucho un par de años, pero volveremos. No sé si podremos hacerlo todos juntos, pero no perderás de vista a Jacob.
-Pero me da miedo papá. Sé que soy su niñita favorita, sé que me quiere, pero con el tiempo se olvidará de mí…
-¿Crees que tú vas a olvidarle?
-No, eso nunca pasaría, él es mi Jacob, mi lobito.
-Te aseguro que él piensa lo mismo, siempre vas a ser su sobrinita, su niñita preferida.
-No es lo mismo, él se casará y tendrá niños, y yo seré entonces sólo un vago recuerdo. –Lágrimas cayeron por las rosadas mejillas de mi sobrina, cuando Jacob se volatilizó a su lado.
-¿Por qué lloras mi pequeña?, yo venía con visita y tuve que dejarlos atrás al sentir que algo andaba mal.
-Me entró tierra en los ojos. Pero ya saldrá. ¿Vienen Claire y Ephraim?
-Sí, así es.

Todos miramos a Leah, quien miró hacia la otra orilla del lago en el momento que oyó el nombre del nuevo miembro de la manada. El hijo del hombre al que amaba y de su prima. Seth se acercó y le puso una mano en el hombro. Agudicé de nuevo mi oído.
-No vuelvas a irte, por favor. Y menos ahora. Y menos por eso. Hace tiempo que debías haberlo asimilado. Afróntalo ahora que puedes, mira lo que es y olvida lo que nunca será.
-No… -Leah bajó la mirada y miró enfurecida a su hermano, o al menos lo intentó-. No vuelvas a darme consejos sobre algo de lo que ni siquiera has experimentado.
-Sólo sé que no quiero que te vayas, hermana, nada más. No huyas de nuevo.
-Ahora iré, voy a darme un baño.
-Leah…
-Ves, he dicho. Ahora iré, déjame mentalizarme. No voy a abandonaros de nuevo, pero necesito ver las cosas de distintos ángulos, y este lago ofrece muchos –dijo riendo-. Te lo prometo Seth.

Seth se acercó a la orilla alternando su mirada a Ed y a su hermana. Ed asintió y Seth se relajó.
Justo en ese momento percibí el olor a humano, y allí aparecieron Emily, Sam y Ephraim, también con Claire en brazos de Quil. Nessie corrió para abrazar a Claire y dar un beso en la cabecita de Ephraim. Noté como Sam se ponía tieso ante ese gesto espontáneo de mi sobrina, y sonrió al ver reír a su hijo. Pero Emily no se movió. Tenía su vista fija al lago.
-Ha vuelto… pero… ¿Cuándo?
-Lleva ya un par de días por aquí, si no me equivoco… -le dijo Sam-. No creí que volvería en verdad.
-Ninguno lo creíamos –le interrumpió Seth-. Guardaba muy bien las distancias, pero su olor es inconfundible. Creí que daría media vuelta, pero anoche apareció en la cena, sin más. No nos ha dado ninguna explicación, pero realmente creo que ni mi madre ni yo la queremos, sólo queremos que se quede.
-Es… lógico –dijo Emily mirándola con pena-. ¿Creéis que es correcto que lleguemos aquí así, de golpe? ¿Ella sabe que Ephraim existe?
-Sí –intervine-, yo misma se lo conté. La encontré hace unos días y le puse al corriente de todas las novedades. Imagino que si ha vuelto, es porque lo habrá pensado.
-Dadle tiempo –intervino Ed-. No creo que sea muy relajante que estemos a la expectativa de si viene a veros o no, eso la va a presionar más. Relajaros.

Mi marido intervino. Todos nos reímos al notar la entrada en escena de mi amado. Pero funcionó, todos nos desperdigamos a lo largo de la orilla. Sue se sentó con Esme hablando sobre los chicos, mientras ambas miraban embobadas hacia el espigón. Sam fue a unirse con ellos a la pesca, mientras Emily se unía al “club de las mamás” y Claire iba con Quil, Seth, Jacob y Nessie a jugar con las piedras.
Estuvimos así durante una larga hora, y Leah seguía nadando de un lado a otro. Pero Claire, se acerco a la orilla y se quedó quieta mirándola.
-Quil, ves a buscarla, quiero abrazarla.
-Pero pequeña…
-Por favor, Quil, hazme ese favor.
Quil rodó los ojos y se metió al agua para ir a buscar a Leah le dio alcance, le hizo su petición y se volvió. Leah siguió nadando, sin hacer caso a la petición de Quil, entonces Claire comenzó a llorar. Leah se giró y miró a la niña y comenzó a nadar a una gran velocidad hacia la niña. Quil enfureció y casi pega a Leah cuando salía del agua, casi, porque Jacob lo agarró. Leah se arrodilló frente a la pequeña Claire y le secó las lágrimas mientras la abrazaba.

-Perdona, creí que era una broma de Quil, perdona pequeña.
-Te hemos echado mucho de menos. ¿Por qué nos abandonaste?
-Porque… bueno… porque he sido una estúpida y me equivoqué, pero ahora he vuelto pequeña, me voy a quedar aquí, te lo prometo.
-No te vayas nunca más.
-No lo haré pequeña, no lo haré…

Emily se acercó, pero Leah negó con la cabeza. Emily se quedó quieta en el mismo sitio, mientras Sam acudía al lado de su mujer y Quil alejaba a la pequeña. Seth se acercó a su hermana, que estaba temblando y la abrazo. Jacob ayudó a Seth cogiéndola por el otro flanco, mientras tiraban de ella intentando alejarla. Emily dejó a Ephraim en los brazos de Sam y se acercó a Leah. La miraba fijamente a los ojos mientras se acercaba y gesticulaba con los labios “Lo siento. Siento tu sufrimiento” una y otra vez. Cuando llegó a su altura los temblores de Leah se hacían más fuertes y Ephraim comenzó a llorar.

Leah dejó de temblar. Ahora sólo sonreía.
-Él es… él…
-Mi hijo –dijo Sam con los ojos abiertos-. Nuestro hijo –dijo mientras miraba a Emily la que sonreía.-
-Es precioso. Es…
-¡Increíble! –interrumpió Seth-. ¿Todos vamos a pasar por esto?
-No, eso no es así, yo no… -Leah balbuceaba-.
-No puedes negarlo –dijo Ed-. No al menos en mi presencia. Aquí tienes la razón por la cual te sentías tan atraída a volver, por eso no podías huir. No era por Claire o por mi hija, era por él.

Todos nos quedamos muy tensos, pero mi amado manejó en seguida la situación. Leah se había imprimado del hijo de Sam. Al parecer las leyendas se cumplen con mayor frecuencia de lo que cabe esperar. Estuvimos en el lago hasta que los últimos rayos de sol alumbraban el cielo. Nos dirigimos cada uno a nuestra casa, añadiéndose a nuestra familia nuestra mascota personal.
Cuando llegamos Ed y Bells decidieron pasar la noche en la cabaña, iba a ser la última noche que estuvieran allí. Mañana Nahuel llegaría. El chucho se fue con ellos.

A la mañana siguiente vinieron a desayunar, toda la casa olía a chocolate y gofres, también había leche y zumos variados. Esme cocinaba siempre varios platos para Nessie, sabiendo que lo que ella no comiera acabaría en el estómago de Jacob. Cuando llegaron todos sonreían, todos menos Ed. Jacob y Nessie siguieron el rastro de olores hacia la cocina y Bella sonrió, le dio un beso a Ed en la mejilla y le sonrió, mientras él abría los ojos de par en par. No se acostumbraba a leer los pensamientos de su mujer. Se oía como Bella reía en la cocina mientras Jacob y Nessie engullían el desayuno.

-¿A qué hora llegará? –me preguntó mi hermano-.
-No lo sé exactamente, pero veo que estaremos llegando a Monroe por la noche.
-Si nos ves, quiere decir que Jacob se queda finalmente.
-Sí, así es. ¿Por qué esa cara tan larga?
-Lo dos sonríen por no hacer sufrir al otro. Nessie comenzó a llorar cuando llegaron a la casa. Le dijimos que durmiera pero no se quería separar de Jake, así que le pidió que durmiera con ella. Ninguno de los dos ha dormido más de media hora seguida, ambos han tenido pesadillas pero cuando se despertaban Jake siempre sonreía. Sabía que separarlos iba a hacerles daño, pero me está llegando a trastornar a mí. No sé como puedo arreglarlo Alice –en ese momento la voz de mi hermano se rompió por el dolor. Seguramente si fuera humano, estaría llorando-. No sé si Nessie lo soportará.
-Debemos irnos Ed, no hay otra solución. Hemos vivido separados, pero ahora Nessie es un vínculo que nos une demasiado. Carlisle y Esme, al igual que Bella no tendrán elección en el momento que Nahuel venga. Y yo creo que tampoco. Lo veo en mis visiones, está perdido, desorientado y muy asustado. Debemos ayudarle Ed, quizá sea un año duro para ellos, pero tendrán una eternidad de felicidad.
-Y todo eso…

-Compensará, hermano. Mírate a ti y a Bella, ambos estuvisteis mucho tiempo sufriendo, pero ahora todo es mucho más fácil. Si nos quedáramos y Nahuel no pudiera controlarse sería la guerra, lo sabes, y eso sí les haría sufrir de verdad.
-Tendremos que ayudar a Nahuel constantemente. Quiero que regresemos pronto, quiero que sufran lo menos posible.
-¿Sufran? ¿Ambos? ¿Has cogido cariño a ese chucho? –pregunté con cara irónica, intentando tomarle el pelo-.
-Como todos Alice, no olvides que veo vuestros pensamientos, y Nessie nos contagia el amor que siente por Jake…
En ese momento Rose entró a la cocina y se oyeron un centenar de besos muy seguidos, mientras comentaba lo guapa y mayor que estaba Nessie hoy.
-¿Incluso ella? –pregunté. No imaginaba a Rose teniéndole cariño al perrito.
-Incluso ella, a su manera…

Las horas pasaron, después de comer salimos al jardín para ver jugar a Emmett y a Jacob con Nessie. Jasper estaba sentado a mi lado, cogiéndome la mano pero moviéndose como si estuviera bateando también.
-Anda, ves con ellos.
-No, no quiero separarme de ti.
-Ves, o te arrepentirás. Sabes que va a ser de las últimas veces que puedas disfrutar así. Ves.
-Eres…
-La mejor, lo sé… -dije riendo. Él me sonrió y se lanzó a jugar con ellos.
Bella y Ed rodearon la casa para meter las maletas de la cabaña en los coches. No querían ver sufrir más a Jake y a Nessie. Bella se unió al partido, abrazando a Jake a cada oportunidad que tenía mientras mi hermano, que se sentó junto a mí, gruñía por lo bajito cada vez que los veía.

-No gruñas tanto, hermanito, sabes que lo hace porque pasarán días hasta que se vuelvan a ver.
-Por eso no me levanto de aquí, bueno y quizá porque Jazz lo entiende mejor que yo y me calma algo –dijo mientras mi amor nos miraba y sonreía-.
-Él también lo va a echar de menos…
-Al igual que Emmett… todos lo vamos a echar de menos. A toda la manada.
-¿Imaginas que cara hubiera puesto Ephraim Black si viera esto ahora?

Los dos intentamos imaginarlo y nos reímos a la vez intentando imaginar a un Jake envejecido y serio… esa imagen no cabía en nuestra cabeza. Pero las risas cesaron pronto, tan pronto como el aire nos trajo un efluvio conocido. Nessie soltó el bate y miró a Jake, quien puso cara de angustia. La despedida definitiva se acercaba. Nahuel apareció por el este, vestido con unos pantalones de pana marrones y una camisa blanca que resaltaba sus rasgos. Llevaba el pelo recogido en una trenza, como la última vez que lo vimos. Se quedó parado en los límites de el jardín, dudando.
-Bienvenido, Nahuel. Llevábamos días esperándote –le dijo mi hermano-. Ya conoces a todos, aunque debería volverte a presentar a Renesmee –dijo con una sonrisa-.
-¿La pequeña Nessie? ¡Cuánto ha crecido! -Se acercó a la niña y se puso de cuclillas, mirándola a los ojos-. Esperaba verte más grande, pero no tanto…
-Es que crezco muy rápido –dijo Nessie-. Como tú, ¿no es así?
-Bueno, yo ya no crezco, pero sí, crecí tan rápido como tú… solo que no lo recordaba tan acelerado –dijo mientras sonreía-. ¡Querida Alice! –dijo cuando nos acercábamos a su encuentro-. Me alegro de verte de nuevo.
-Y yo también. Aunque, ciertamente, los últimos días me has causado un ligero dolor de cabeza –dije con una mueca divertida-. Me alegro de que al fin te decidieras a venir. Pero debemos hablar de algo muy serio. Carlisle y Esme están en la casa, y Rose llegará en seguida. Será mejor que entremos.

Rose se había marchado nada más comer para hacer unas compras. Ed y yo reímos porque sabíamos qué iba a comprar, pero no el resto. El amor que sentía hacia Nessie le había llevado a hacer un gesto que ni de lejos nos hubiéramos esperado. Cuando llegó nos sentamos en la mesa mientras Nessie agarraba la mano de Jake.
-Papá… ¿podemos irnos nosotros? –dijo Nessie con cara de pena-.
-Sí, pero no tardéis demasiado.
-Lo prometo papi.

Bella le dio un gran abrazo a Jacob y un beso en la mejilla, al igual que a su hija. Ambos se marcharon por el jardín, posiblemente a la casa árbol.

Todos estábamos sentados en la mesa cuando Carlisle comenzó a hablar.
-Nahuel, sabemos la situación en la que te encuentras y queremos ayudarte, pero nosotros tenemos unas reglas, un tratado que debemos cumplir. Si quieres formar parte de la familia, debes acatar las mismas reglas que el resto.
-Supuse que me propondríais algo parecido. De hecho, llevo unos cuantos días alimentándome de depredadores, e incluso probé la comida humana, aunque no me entusiasmó demasiado.
-No sólo es nuestra dieta. Tenemos un tratado con la manada de La Push, el cual debes conocer. Aunque ahora se haya modificado, debes conocer toda la historia. Hemos decidido mudarnos, ya que aquí está la familia de Bella, interactuamos con humanos y eso te complicaría las cosas demasiado en tu abstinencia. Esta noche nos dirigiremos a Monroe.

Carlisle le contó la historia del tratado y las nuevas modificaciones realizadas por Jacob gracias a Nessie, como también le contó la situación que tendríamos en Monroe, la distribución de las nuevas familias, las relaciones que tendríamos cara a los humanos y el resto de la parafernalia: Carlisle trabajaría en el hospital, Edward haría medicina de nuevo, Emmett estudiaría Biología y Jasper Ciencias Políticas, mientras que Rose montaría una tienda de ropa y yo la ayudaría.

Edward también le explicó la historia de Nessie y la imprimación de Jacob, la cual Nessie no debía conocer aún.

Emmett trajo un camión de mudanza, había muebles que Esme quería conservar, además de los que Jacob había creado para el cuarto de Nessie. Reciclamos la cómoda, pero la cuna se había cambiado por una cama bastante grande, pero con los mismos grabados. También un armario grande, con un espejo dentro de la puerta y un escritorio con cajones. Todos los tiradores eran con forma de corazón. Los había escondido en su garaje para que le diéramos una sorpresa a Nessie.
Comenzamos a cargar el camión y los coches con las maletas, cuando de repente Ed se envaró y salió corriendo hacia el jardín, seguido del resto de la familia. Nessie venía corriendo, llorando y todos nos angustiamos. Ella nos mostró, ya que no podía hablar, la escena que acababa de vivir.
Se veía feliz jugando con Jacob, dando un paseo montada a lomos de un gigantesco lobo rojo. Se apoyaron en el tronco de la casa árbol cuando Jacob comenzó a roncar y ella se había quitado la chaquetita y se la había dejado al lado. Después acarició su espesa cabellera y corrió hasta casa.
Todos entristecimos, ella no quería despedirse de él, no podía. Quería evitarle el sufrimiento de la despedida.
Estábamos montando en el coche cuando la manada, a excepción de Jacob, apareció. Salimos con los coches y nos siguieron a modo de despedida hasta el límite de Forks. Se oyeron aullidos al unísono mientras veía a Nessie en el coche de delante mirando por la ventanilla con los ojos llenos de lágrimas.