Capítulo XLIX: Me gustan más los marrones…

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Miré mi reloj… las cuatro de la mañana… tendría que empezar a pensar en dejar de estudiar. Me tumbé en mi cama con los esquemas, era algo que había aprendido… Gabriela me lo enseñó y había funcionado en los últimos exámenes…
-¿Aún no te has dormido? –Negué y Michael hizo una mueca-. Deberías descansar… ¿Has pensado ya qué vas a hacer? –Volví a negar y él suspiró-. Bueno… quizá… las decisiones tomadas por impulso son en cierto modo las mejores… espera hasta última hora. Cuando salgas del examen lo sabrás… pero ahora deberías dormir…
-¿A qué hora vendrá Collin?
-He quedado con él aquí a las nueve de la mañana… me ha dicho que Seth le diría el camino… ¿Tu crees que nos encontrará?
-Sí… -Sonreí-. Es de los que no se pierde nunca… -Suspiré-. ¿Tú no duermes?
-Es difícil… -Arrugó su nariz-. Me he acostumbrado y ahora cada vez que tiene un turno de noche… -Suspiró-. No puedo dormir sin ella…
-¿Tienes hambre? –Rió-. Me apetece un gofre… con helado de vainilla y sirope de chocolate, como los que hacen en el puesto de la calle de la biblioteca…
-¿Hacen gofres?
-Sí… han abierto un puesto ahora, saben que necesitamos azúcar a la hora de estudiar… y sus gofres son famosos… -Reí-. ¿Te apetece?
-No… voy a intentar dormir un poco… -Me miró raro-. ¿No pensarás ir ahora hasta allí por un gofre, verdad? –Asentí-. Vale… entonces te acompaño…
-No es necesario, Michael… he ido muchas noches sola hasta allí… nunca me cruzo con nadie, no te preocupes… además, está solo a cuatro manzanas y toda esta zona está llena de estudiantes… no te preocupes…
-Bueno… ¿Tienen crepes? –Asentí-. Dios… me muero por unas…
-Tú preparas unos batidos y yo voy a por la comida…
-¡Hecho!

Cogí un poco dinero y las llaves. Bajé corriendo las escaleras y anduve abrigándome un poco, refrescaba más de lo que había pensado. Llegué al puesto de siempre y sonreí, la mujer con rasgos orientales me atendió y me dio una bolsa con dos cajas, lo que había pedido.
Volví y doblé la esquina para cruzarme con un chico que me miró con una sonrisa que me produjo un instinto extraño… querer salir corriendo. Le miré a la cara y él miró al suelo. Apresuré el paso y dejé el callejón, salí a la avenida. Quizá daría un poco más de vuelta, pero estaba iluminada y al menos pasaban coches. Giré de nuevo para bajar hasta mi piso.
No lo vi salir. Un brazo en mi cuello y sólo pude ver algo brillante y frío posado en mi cuello. Solté la bolsa y puse las manos en su brazo evitando que me cortara, podía notar el filo en el cuello.
-No deberías mirar mal a la gente, preciosa… no es bueno mirar fijamente a los ojos, es de mala educación… ¿No te lo han enseñado tus papis?
-Oye… te daré lo que llevo…
-¿Sí? –Metió su mano en mi bolsillo y miró el billete de un dólar y la calderilla que había sobrado-. ¿Me tomas el pelo? ¿Qué más llevas…?
-No tengo nada más… -Me empotró contra la pared, el ladrillo impactó en mi mejilla y el hombre empezó a registrarme-. En serio…
-¡Cállate! –Me amenazó con el cuchillo-. ¿Quieres hacerme enfadar?
-Yo que tú la soltaría… -Oí un chasquido metálico-. Tú tienes un cuchillo y yo una pistola… creo que llevas las de perder… -El hombre me acercó el cuchillo pero algo le hizo soltarlo. Cerré los ojos y reprimí las ganas que tenía de gritar-. ¿Darlene? –Me giré y Michael me tendió su mano-. Vamos cariño… -Me aferré a él y lloré-. Ya pasó… -Acarició mi pelo mientras seguía apuntando al hombre. Pude oír sirenas y él retiró el arma-. Tranquila cariño… -Me acarició y miró mi cara-. Lo siento, debí haberte acompañado…
-¿Usted ha sido el que ha dado el aviso?
-Sí… así es…
-¿Ella es la víctima? –Asintió y el policía tomó mi brazo pero grité sin querer-. Calma… sólo quiero llevarte a que te vean esa herida… ¿Te ha hecho algo más? –Negué-. Está bien… Agente Hills...
-Hola… -Una mujer amable me sonrió-. ¿Vienes conmigo? Tengo un pequeño botiquín, puedo curarte ese rasguño aquí mismo… así podrás irte antes a casa… -Miré a Michael y me miró angustiado. Miré a la agente y de nuevo a Michael-. Quizá es mejor que vayamos todos al coche…

Nos acercamos al segundo coche pudiendo ver cómo en el otro estaba montado él. Michael tomó mi cabeza y la apoyó en su pecho guiándome hasta el otro coche. La mujer abrió el maletero y me senté allí con Michael. Él le empezó a contar al policía lo que había pasado mientras la chica me curaba el cuello y la cara. Al parecer al ver que tardaba, Michael se asomó a la ventana y vio al chico esconderse en el callejón. Se temió lo peor y llamó a la policía, justo en el momento en el que colgó me vio doblar la esquina, cogió la pistola de su armario y bajó corriendo.
Después me empezaron a hacer un montón de preguntas y, para ser sincera, contesté casi de manera automática y sin pensar. No sería capaz de reproducir una respuesta igual…
Michael me llevó a casa, todos los vecinos estaban asomados a las ventanas por el revuelo de las luces y las sirenas. Pasé junto al mismo callejón y cogí la bolsa, subiendo a casa de manera automática. Me metí en mi cuarto y me senté en la cama, con la espalda pegada al rincón de la pared. Abrí la caja y vi mi gofre destrozado.

No entiendo porqué lo hice, supongo que por la rabia… gruñí y estampé el gofre contra la pared. Empecé a llorar y Michael me abrazó. Mi tía Cyntia no tardó más de un cuarto de hora en llegar. Le gritó a Michael, le dijo que era un irresponsable, que debería haberme acompañado… yo le pedí que lo dejara. Había ido por esas calles de noche decenas o cientos de veces… y nunca me había pasado nada… hasta que había pasado. No era culpa de Michael, al revés… él me había liberado, así que le hice prometer a mi tía que no le reprocharía jamás eso. Ella se disculpó y Michael asintió, pero fue más difícil convencerle a él que a mi tía…
-No digáis nada de esto a nadie… -Me miraron asustados-. No ha pasado nada, me he caído y ya está… soy de naturaleza torpe… me suele pasar.
-¿Qué? –Mi tía me miró pasmada-. ¿Quieres que no les digamos nada a tus padres?
-No… ¿Para qué? Estoy bien… no ha pasado nada. Sólo ha sido un susto… mi madre se preocuparía un montón y mi padre pondría el grito en el cielo… tía, por favor… prométemelo… -Me miró disgustada-. No quiero darle más disgustos a mi madre… por favor…
-Darlene… -Suspiró y lo pensó, ella en el fondo sabía que tenía razón-. Está bien…
-¿Michael? –Él asintió también-. No ha pasado nada… olvidarlo. No quiero oír hablar del tema más… en serio. Estoy bien…

Me levanté y me dirigí a la ducha. Pasé una esponja con fuerza por toda mi piel, dejando unas silenciosas lágrimas caer mientras el agua de la ducha recorría mi cuerpo. Recogí mi pelo con una toalla a modo de turbante y me puse el pijama, tumbándome en la cama y relajándome.
Pude oír unas voces fuera del cuarto, me levanté y la toalla se cayó de mi pelo… estaba ondulado de una forma un poco extraña e intenté aplanarlo. Me miré al espejo y realmente tenía mal aspecto. Mi mejilla derecha tenía un extraño color amoratado, además de tener alguna postilla de los rasguños. Mi cuello tenía un leve corte a la altura de la clavícula, intenté taparlo con un jersey de cuello alto… aunque lo de la mejilla no había manera de taparlo…

Suspiré antes de abrir la puerta y salir. Michael me miró con rostro torturado y Collin abrió sus ojos de par en par. Intenté sonreír pero mi mejilla se resintió de aquello y la toqué.
-¿Qué demonios te ha pasado? –Collin me miró sorprendido-.
-Ayer ella…
-Me caí… -Miré a Michael y sonreí-. Me tropecé y di con mi cara en el asfalto… -Hice una mueca y volvió a resentirse. Collin rodó los ojos-. Sí, ya… torpe.
-Mucho… -Se acercó a mí examinando mi mejilla-. Sí que te debiste caer fuerte…
-Con todo mi peso… -Suspiré-. Fui lenta de reflejos y no puse las manos… -Me encogí de hombros-. Qué voy a hacerle… espero que se vaya pronto.
-Si es que… -Rió-. No puedes ir sola a ningún sitio… -Suspiró-. Te he traído algo… -Buscó en su bolsillo y sacó una carta-. Es de la pequeña… prometo que no la he leído, pero creo que es algo de su cumpleaños… -Se encogió de hombros-. Ha estado una semana sin querer ver a Quil ni a nadie… desde que Seth le dijo que no sabía si ibas a poder venir…
-Gracias… -Miré a Michael que estaba algo ido-. ¿Ves como es buen chico, Michael? Hace los recados a las chicas…
-No hace falta que lo intentes… -Michael sonrió mirando un portátil que había en la mesa-. Me gusta el repertorio más de lo que hubiera imaginado… íbamos a ir ahora a ver el local…
-¿Ya está listo? –Asintió y yo miré mi reloj, debería estar yendo a la biblioteca en media hora… pero no pensaba ir con esta cara-. Me apetece ir a verlo…
-¿Y tus estudios?
-No pienso ir a la biblioteca así… -Señalé mi cara-. Además, por un ratito que me pierda por ver tu local… Aunque entiendo que tengo mal aspecto, quizá no debería salir ni de casa…
-Yo te veo bien… -Collin se encogió de hombros-. Un poco amoratada… pero si te pones de perfil… -Cogió mi cara y la giró suavemente riendo-. No, así no se nota…
-¡Idiota! –Le di un manotazo y él rió más alto-. Eres muy, muy, muy pero que muy tonto… -Llamaron a la puerta y Michael fue a abrir mientras enredaba con Collin. Él me miró asombrado y yo tapé mi mejilla de modo automático-. Mark…
-¿Eras tú? –Mark se acercó a abrazarme, seguro que se había enterado, no vivía lejos precisamente…-. Si lo hubiera sabido, yo…
-Tranquilo… fue una caída tonta… -Abrí mis ojos sutilmente y miré a Collin que ahora se sentaba, quería que captara el mensaje-. No creo que vaya a estudiar… tengo cosas que hacer…
-Bueno… -Michael hizo una mueca-. Cojo las llaves y nos vamos…
-Yo me marcho ya… -Mark hizo una mueca y fue a tocar mi mejilla, pero no lo hizo-. ¿Te duele mucho?
-Sólo si muevo la mejilla…
-Ya… -Hizo una mueca demasiado seria-. Entonces… ¿me vas a dejar solo hoy? –Puso cara de pena-. ¿No vendrás ni un ratito?
-No… quedamos luego para ir al examen si quieres… pero no quiero estudiar hoy, me pondré nerviosa y me liaré más…
-Vale… ¿Paso a recogerte a la una? –Asentí-. Entonces… hasta la una… -Intentó sonreír y me abrazó, dándome un beso en la mejilla-. Luego hablamos… ¿vale? –Susurró en la mejilla buena y asentí-. Hasta luego…
-Hasta luego…

Le miré marcharse y pude notar que Collin me miraba raro, seguro que había oído lo de luego hablamos… Michael salió de su cuarto y me sentí salvada por la campana. Entró a mi cuarto y me tendió la guitarra, quería que me la llevara, así que le hice caso y me la llevé.
Me sorprendí al ver que Collin había venido en una moto que no conocía, no la había visto y rió al ver mi cara.
-No es una Harley –Miró a Mark salir disparado con la moto y me miró con gesto perspicaz-. Ni una BMW S1000RR como la de tu amigo…
-Una Honda CBF no está nada mal… -Me miró sorprendido y reí-. Estar todo el día rodeada de tíos que les encantan los motores es lo que tiene… -Alcé una ceja-. Me gusta…

Él asintió contento y yo me metí en el coche de Michael, estuvimos callados casi todo el camino, sólo le dije que no se sintiera mal señalando mi cara, que no era culpable y él asintió. Seguimos callados a partir de entonces, me fijé que íbamos por la 90 y echó el intermitente cuando llegábamos a la salida 13. Pasamos por debajo de la 90 y giramos en la rotonda del final, volviendo hacia Lakemont Boulevard, tomó el desvío para Newport Way, dio la vuelta por aquel camino con una pared de hormigón hasta llegar a un pequeño camino de tierra. Mi boca se abrió al ver lo que había allí.
El camino estaba bordeado por árboles, una pequeña rotonda con unos bancos alrededor de una fuente. Michael sonrió al ver mi cara y dio la vuelta a la fuente para tomar el primer desvío a la derecha. Un cartel “Aparcamiento VIP”, nos daba la bienvenida. Reí y él pasó una tarjeta por un pivote, la puerta se abrió mientras un pequeño cartel luminoso le daba una bienvenida personalizada, “Bienvenido, jefe”. Reí muchísimo y me fijé en que había unas treinta plazas bastante amplias para coches y otra zona distinta específica para motos. Aparcó su coche frente a una de las puertas de aquella nave y me miró.
-Esta es la entrada de los VIP y los empleados… -Asentí mirando los tres escalones que había en forma de semicírculo, dando a un pequeño recibidor que estaba tapado por una persiana metálica-. Vamos, luego abro por aquí, pero quiero que veas la entrada y me digas qué te parece…
-Vamos… -Él sonrió y abrió el maletero dándome la guitarra-. Gracias…

Collin había dejado la moto en la rotonda y parecía algo ido mirando la fachada. No era para menos. Era una simple nave, de acuerdo, pero la puerta era espectacular, enorme como la nave, me recordaba a las de los centros comerciales.
Michael subió la persiana de verjas y nos hizo pasar. Un recibidor pintado en rojo, moqueta verde oscura en el suelo y una barra pequeña, el guardarropa. La puerta del fondo era enorme, de madera oscura con cristales de espejo. Me horroricé al ver mi cara… pero estaba rodeada de lujo y eso me consoló en cierto modo. Abrió la puerta y nos hizo pasar, si mi boca ya estaba abierta, ahora iba a tener que arrastrarla por el brillante suelo.
Baldosas de color gris marengo relucientes, la amplitud de la nave estaba aprovechada hasta límites insospechados. Una barra a cada lado del local, sofás en tonos grises claro a lo largo de la pared, de un tono violeta oscuro. Reí al ver la barandilla que bordeaba a lo que parecía una especie de pista de baile, pero lo que más llamó mi atención fue el escenario. Bajé los cuatro escalones y giré en el medio de la pista, mirando el piso de arriba, sostenido por algunas columnas del color de las paredes.
-¿Esa es la zona VIP? –Michael asintió y Collin vino a verla conmigo-. Es alucinante… es como una especie de palco…
-Se lleva mucho eso ahora… -Hizo una mueca-. Los VIP en el piso de arriba, para que no se mezclen con la chusma… -Le miré mal-. ¿Qué?
-¿Chusma?
-Ya me entiendes…

Negué dramáticamente y me fijé en el escenario, más elevado que la zona de baile y un poco más que la planta de las barras. Enorme. Toda la anchura de la nave…
Michael encendió las luces y ya no pude evitarlo, grité y reí de emoción y Collin se mofó por eso, pero me dio igual. Los mostradores de las barras iluminados de blanco, los frontales con luz de color violeta. Me fijé que en la zona VIP había una barra que mis ojos no habían alcanzado a ver y ahora era evidente gracias a las luces, también blanca pero la luz del frontal era de color verde. El escenario estaba rodeado por unas barras de colores, rojo, verde y azul.
-¿Os gusta? –Asentí emocionada-.
-Es perfecto…
-Pues… voy a dejar lo mejor para el final… vamos a la zona VIP… creo que os gustará…
-Ya me gusta esto… -Reí-. Creo que lo tienes difícil para superarlo…

Me equivoqué. Michael nos coló por el guardarropa y accedimos al recibidor de la otra zona. Dos puertas como la de la entrada, una de madera oscura, pero la frontal, la que daba a la calle, era blanca. El suelo estaba dividido en dos zonas, una moqueta al principio en color gris claro y madera de color oscuro el resto. La pared de color rojo borgoña me recordó a una sala de fiestas lejana.
Michael abrió la siguiente puerta, una sala con el mismo estilo de la principal pero relativamente más pequeña, más alargada… una enorme escalera de caracol daba al palco.
Subimos y miré la discoteca desde aquella perspectiva. El escenario se veía perfecto, todo era precioso… me giré y vi lo que mis ojos no habían alcanzado desde abajo. Collin ya estaba dentro con Michael mirando el equipo de sonido. Él me miró con una media sonrisa y salió conmigo indicándome que le siguiera. Bajamos las escaleras de caracol y fuimos al final de la larga sala, él empujó una pared y dio a una pequeñita sala, con seis escalones al final que daban al escenario.
-¿Quieres probarlo?
-¿En serio?
-Todo tuyo… -Señaló las banquetas que había allí-. Si necesitas algo más…

Negué y dejé el estuche de mi guitarra en el suelo del escenario. Subí la banqueta y la coloqué en el centro. Realmente era algo espectacular. Me senté en la banqueta y vi a Michael asomarse por el palco saludando, por lo que reí un poco y empecé a tocar la primera canción que iba a abrir nuestro show. Un foco iluminó mi cara, no podía ver casi nada, pero tres pantallas salieron del suelo y tuve que parar de tocar y reír. Una mostraba el lado derecho del local, otra el izquierdo y la que tenía delante el palco.
Collin apareció por el escenario riendo y montó un micro frente a mí, señalando la pantalla y riendo cuando le miré raro.
-Quiero probar como suena… tenemos incluso un karaoke…
-¿Qué?
-Puedo controlar lo que sale en tus pantallas desde arriba, es un equipo genial… puedo enfocar las cámaras desde la cabina o ponerte en pantalla mi ordenador… es genial…
-¿Qué quieres que haga?
-Voy a buscar alguna canción en karaoke… quiero probar cómo suena…
-No… no pienso…
-¿No vas a cantar? –Rió-. Venga, así tendré trabajo adelantado para la inauguración… no seas mala. Por favor… -Puso una carita de pena que no pude resistir y suspiré asintiendo-. Una facilita…

Desapareció y me senté en la banqueta esperando, moviendo el pie del micro a la altura justa. Alcé una ceja cuando vi en las tres pantallas su ordenador, una tía en bikini montada en una Harley…
Reí mucho al ver que buscaba una canción divertida, hablé por el micro y le dije que no pensaba cantar eso, que buscara algo más normal, pero no me hizo caso y pude oír su risa con algo de eco desde la otra punta.
Puso “That don’t impress me much” y no me quedó otra que cantar... al principio a mala gana, pero cuando dije una de las frases del estribillo entendí porqué había escogido esa. Bufé y me molesté un poco, pero luego pensé que quizá había sido elegida por Michael, era una de las canciones favoritas de mi madre y mi tía. Me animé en la segunda estrofa y la verdad es que lo pasé en grande allí subida, no los veía y eso me hacía sentir menos observada, me giré y dejé de mirar la pantalla, mirando a la cortina del fondo del escenario.

La canción acabó y escuché como me aplaudían, me giré y me reí al verlos a los dos asomados en el palco aplaudiendo y haciéndome reverencias. Reí y les imité.
-¡Esto es genial! ¡Me encanta! –Grité-. ¡Quiero que llegue el día de la inauguración ya! Va a ser genial… esto va a reventar de gente…
-¡Eso espero! –Me gritó Michael-. ¡Más vale que llames a muchos amigos y repartas panfletos por la universidad…!
-Michael… -Hablé por el micro-. ¿Acaso dudas de mi poder de convocatoria?
-¡Claro que no!
-Empapelaré la universidad para que esto esté a reventar…

Reímos y después estuvimos tomando un par de refrescos por cuenta de la casa para celebrar que el local nos había encantado. Michael nos dijo que quería poner unas mesas altas por el local y que estaba mirando cuales iban a quedar mejor. Nos enseñó el catálogo y Collin dio una opinión sincera, pareció agradar bastante a Michael. Hablamos de un par de tonterías más y me quedé algo sorprendida cuando Michael le preguntó si tenía pensado trabajar aquí sólo esa noche o más noches. Collin me miró y dudó, le dijo que no lo había pensado y mi tío le ofreció un puesto fijo, a lo que mi amigo contestó que debía consultarlo con su familia, pero que le diría algo pronto.

Cerramos el local y Michael me dejó en casa, diciéndome que tenía que ir a hablar con Mathew sobre algunas cosas del local. Parecía reacio a dejarme sola, pero le dije que estaría bien, que no tenía miedo y que no debía tenerlo él.
La verdad es que sí que lo tenía, un leve temblor recorrió mi cuerpo cuando se cerró la puerta y cerré los ojos para controlarlo. No iba a volver a pasar… no tenía que tener miedo. Abrí los ojos y suspiré mirando a mi alrededor, entonces vi la carta que habían traído para mí. Sonreí y me senté en el sofá para leerla.
Querida Darlene…
Seth me ha dicho que posiblemente no puedas venir… que tienes muchos exámenes y que estás muy atareada… quiero que sepas que en parte lo entiendo, pero que estoy enfadada.
Me gustó mucho tu regalo, lo admito y eso calma un poco mi enfado… pero sigo molesta… pensé que éramos amigas. No sé qué te ha hecho Seth, él no me cuenta nada, ni tampoco Quil… esperaba que tú me lo contaras… sé que son cosas de mayores, pero no puedo evitar estar enfadada con Seth porque no puedo verte por su culpa… y eso me enfada más, porque le quiero, pero también a ti… es una cosa muy difícil…
Quiero que sepas que puedes confiar en mí, que si me cuentas que te ha hecho no le diré nada… bueno, quizá le pegue por tratarte mal, pero realmente estoy preocupada… el otro día dijo que le gustaría no ser lobo para poder saltar por el acantilado… parece que se aburre sin ti, porque los chicos me explicaron que lo dijo porque era algo más divertido si no eras un lobo… aunque no me dejaron saltar. Son muy injustos… yo también quiero divertirme.
Te escribo porque espero que vengas, Seth me ha prometido que hará una fiesta para mí… no pienso ir si tú no vas… si tú estás enfadada con él yo también…
Espero que tengas mucha suerte en tus exámenes y los apruebes todos… así quizá puedas venir algún día de verano a verme… me aburro mucho ahora que todas están con sus bebés… nada es como antes, sólo Ephraim me entretiene y a veces es muy pesado… es un horror… menos mal que tengo a Quil… no sé qué haría sin él…
Mis amigas en el colegio me tienen envidia por él y no me hablan… así que ahora sólo me queda él… y un par de chicos que sólo vienen conmigo porque quieren conocerle… menos mal que ahora Nessie ha vuelto… pero está un poco distraída con Seth… parece que está intentando que te pida perdón, porque se pega todo el día en su casa insistiéndole e incluso le sigue al trabajo y a la playa… es algo así como su sombra. Eso me molesta porque yo quiero estar con Nessie, pero me enfado al ver que está Seth y no estás tú… además ya no es tan gracioso, no se ríe de mis chistes como antes y se está volviendo un poco raro… ¿Te has enfadado con él por eso? Si es por eso, te entiendo…
Espero que lo pienses… me gustaría verte en mi fiesta… Te quiero.
Claire y Darlene, amigas para siempre.

Sonreí y la releí un par de veces. Algo se rompió dentro de mí entendiendo que Seth no había dicho lo del acantilado por divertirse… y sabiendo que Nessie estaba con él, seguramente intentando animarle, no regañarle. Pero dolió mucho más saber que la pobre Claire sufría, que me echaba de menos. Me sentí culpable, no había pensado en que no sólo me alejaba de Seth y del mundo extraño que le rodeaba… también me alejaba de otras personas, de una chica que me apreciaba hasta el extremo de no querer ir a su propia fiesta si yo no iba.
Oí la bocina de Mark, me asomé y saludé, cogiendo mi mochila rápidamente y bajando. Me preguntó qué había pasado y se lo conté algo incómoda. Quiso preguntar muchas cosas pero le pedí que lo dejara, no quería hablar del tema, sólo olvidarlo.
Cuando entramos al examen empecé a escribir y no paré hasta responder la última pregunta. No tenía ni idea de qué me hablaba. Estuve dándole vueltas y mi mente acabó pensando en el concierto por algún extraño motivo. Teníamos que quedar a ensayar.

La profesora empezó a recoger los exámenes y dejé en blanco la pregunta, mirando que Mark me esperaba en la puerta con cara de fracaso total. Le pregunté y me dijo que había dejado casi la mitad en blanco… hice una mueca de pena y él negó.
-Podré recuperarla…
-Igual apruebas… quien sabe… -Su mueca me mostró que no tenía grandes esperanzas de eso-. Bueno, si no… piensa que pronto vamos a estar subidos en un enorme escenario, con un local lleno de gente… y que tenemos que ensayar muchas horas… -Reí al ver sus cejas alzadas-. Cuando veas el local… es perfecto, genial.
-¿Muy grande? –Asentí enérgicamente-. Entonces… habrá que quedar esta noche para ensayar, ¿ya habrás pensado qué canciones poner, no? –Torcí mis labios y él rodó los ojos-. ¿Cuándo vamos a saberlas?
-No sé… no me ha dado tiempo a buscar… pero podemos ensayar las que ya sabemos que tocaremos…
-Entonces esta noche ensayo… ¿no?
-Pues… -Suspiré-. No sé… tengo un cumpleaños… -Me miró raro-. En Forks, una amiga…
-¿Te vas a ir ahora a Forks? –Me miró sorprendido y miró su reloj-. Son las cinco y media de la tarde… a lo que llegues…
-No sé…
-Bueno, piénsalo… yo voy a quedar con los chicos para cenar esta noche, Aaron nos ha dicho que vayamos a su casa… así que lo más posible es que acabemos tocando algo seguro… así que si tienes ganas… puedo pasar a recogerte.
-Lo pensaré… -Miré a mis tíos que se acercaban cargados con papeles y un cubo-. ¿Qué…?
-No te escapes… -Mi tía Cyntia me abrazó-. Hemos venido a colocar carteles para la fiesta… ¿Nos ayudas? Tú sabrás dónde se verán más…
-Claro… -Miré a Mark-. Luego te digo algo, ¿vale?
-Te esperaré… -Me señaló sonriendo-. Luego nos vemos…

Mi tía alzó una ceja y me miró cuando él se fue, conocía esa mirada y suspiré cogiendo los carteles y llevándolos al tablón más cercano. Empezó a acosarme con preguntas sobre Mark, pero acabé diciéndole que no quería más líos de chicos. No me veía con nadie que no fuera Seth… y ni siquiera podía verme con él ahora.
Ella dejó el tema y seguimos pegando carteles hasta poco más de las seis. Llegué a mi casa realmente cansada, riendo porque me iba pegando por todo como mi tía y Michael. Empezamos a bromear y Michael no tuvo otra ocurrencia que romper en pedacitos uno de los carteles y tirárnoslo… los papeles se pegaron a nuestra piel, era asqueroso.
Me metí al baño y empecé a quitar los papelitos uno por uno, me di una ducha y salí con el pijama puesto. Llamé a Mark y le dije que estaba demasiado cansada como para ir a ningún sitio… me tumbé en la cama, quería dormir.

Estuve examinando mi pelo mientras estaba tumbada, pensando que quizá debería cortarlo. Miré el reloj, las siete y cuarto. Algo se movió en mi corazón cuando mi tía entró para devolverme la carta. Me levanté de golpe y me puse unos vaqueros claros ceñidos, un jersey negro de cuello alto también ceñido y recogí mi pelo en una coleta alta. Abrí mi joyero y saqué los pendientes que ella me había regalado y me los puse. Mi tía me miró curiosa.
-¿Te vas? –Asentí-. Muy guapa te pones… estás preciosa…
-Sí… sobre todo con la cara rasguñada… -Ella hizo una mueca y yo alcé las cejas y suspiré-. Aún así tengo que ir, Claire no tiene la culpa de nada…
-¿Vas a ir a Forks ahora? Ya es casi de noche…
-Lo sé… pero aunque sea tarde tengo que ir a felicitarla… -Mis ojos se humedecieron levemente y mi tía sonrió-. Es una niña… bueno, ya es casi una adolescente… me parece cruel hacerle algo así después de que me lo haya pedido de un modo tan… -Suspiré-. Tengo que ir…
-Bueno… pero ten muchísimo cuidado… llama a tu madre, pensaba que ibas a ir mañana a comer con ella… y llámanos nada más llegar…
-Hecho…

Llamé a mi madre y le dije que posiblemente no me quedara hasta muy tarde, que quería volver a dormir aquí… pero que no iba a poder ir a comer porque, además, ya había quedado para el ensayo. Ella hizo prometer que cenaría con ellos en Monroe a cambio.
Conduje bastante rápido, intentando no sobrepasar los límites de velocidad demasiado, aunque en algún tramo lo sobrepasé. Encendí la radio y sonó una canción que conocía, pero era una versión distinta. Alicia Keys al piano, cantando Empire State of Mind en solitario. Sonreí recordando aquella ciudad, aquella casa en lo alto del edificio con las mejores vistas que había tenido nunca de una ciudad.

Crucé Forks y cuando salí de los límites de la ciudad apagué la música. Quería oír el jaleo antes de llegar, ver las luces como alguna vez había pasado. Me sentí extraña volviendo allí, apenas podía recordar alguna vez que hubiera ido allí sin acabar enredada en sus besos. Cogí el desvío y me extrañó no oír la música alta. Podía ver el coche de Nessie, el de Kira, Jason, Paul, Jared, Embry… la moto de Collin. Me acerqué a la puerta y Nessie me abrió con los ojos de par en par. Saltó a mi cuello y rió, dándome un abrazo que me levantó por los aires y volvió a dejarme para mirar mi cara.
-¿Qué demonios te ha pasado? ¿Qué haces aquí?
-¿Y qué pasa que no suena la música? –Todos se agolparon en aquel recibidor para verme, pero… su cara era una extraña mezcla de preocupación, felicidad y sorpresa-. Oye, dejad de mirarme… -Tapé mi mejilla-. ¿Dónde está la cumpleañera?
-Pues… -Nessie suspiró-. No ha venido. No ha habido manera… por eso no hay fiesta. Estamos esperando a ver si Emily y Quil la convencen… pero… ¿Qué te ha pasado?
-Pues… estaba paseando y no sé… creo que de cierto modo intuí que el suelo necesitaba un abrazo y se lo dí…

Todos empezaron a reír, pronto empecé a notar tantos abrazos que apenas pude reconocer quien era quien. Sólo pude hacerlo cuando ella me abrazó y me dedicó una mirada extraña, como si estuviera molestándola con mi sola presencia. No duró mucho ese momento, Seth tomó mi cara y miró mi mejilla frunciendo sus labios de un modo algo cómico. Se humedeció los labios y dibujó una muy amortiguada sonrisa, sabía que se iba a mofar…
-Escúpelo… -Rodé los ojos y él negó a punto de reír-. ¡Dilo!
-Pues… realmente debió haber mucha pasión en ese abrazo… -Todos rieron y su mirada me hipnotizó levemente, él volvió a examinar mi mejilla y suspiró-. ¿Ayer?
-Sí… ¿Cómo…? –Entonces oí ese sonido milagroso que me hizo desviar la mirada de sus ojos antes de que me deshiciera. Ese ladrido que me hizo reír al verla subida en mi pierna-. ¡Eh! –Me agaché y la acaricié, ella lamió mi mano y Seth se agachó a mi lado-. ¿Ya está bien de la pata?
-Está mucho mejor, es muy fuerte y ya hasta… -Subió la mirada y miré yo también, todos nos miraban y él carraspeó algo que hizo que Nessie hablara a Kim y a Kira y se las llevara de allí, el resto pareció dispersarse-. Genial…
-Sí… -Asentí-. Muy sutiles… apenas se ha notado.
-Yo… -Se sonrojó-. Es que creo que hubiera quedado mal si hubiera soltado que hasta me intenta seguir cuando entro en fase… -Rió-. Suena raro si no sabes…
-Ya… -Asentí-. Jason y Kira… -Él asintió y acarició a Maila-. Está más grande, creo…
-Sí… se zampa los biberones de leche de una forma… -Rió-. Ya le he dado papilla y todo… parece que la tolera y me ha dicho el veterinario que podré darle algo de pienso húmedo en una semana o así. Es valiente, tendrías que verla en el veterinario…
-Seth… ¿Cuándo vas a preparar la cena? –Collin se tocó la tripa-. Me muero de hambre…
-Hay que esperar a la pequeña…
-Dice que no viene, que no se cree que Darlene haya venido… -Se encogió de hombros-. Quiere que la llames.

Reí y la llamé, pero no se lo creyó a pesar de hablar a la vez con Collin y Seth. Resoplé y le dije que iba a ir a buscarla, que más le valía ponerse guapa, miré a Seth y le dije que podía empezar a preparar la cena, que yo iba a traer a la cumpleañera. Collin me miró raro y me dijo que me llevaba.
Pensé que iba a hacerlo como lobo, pero no, fue algo ligeramente parecido, pero completamente normal. Me llevó en la moto y aproveché para preguntar conforme íbamos, sabía que él iba a poder oírme pese al casco, el aire y el ruido de la moto.
-Kira me odia, ¿verdad? –Se giró levemente y empezó a frenar, paró y se quitó el casco volviéndose-. ¿Tan mal ha estado Seth?
-Bastante… pero no te odia por eso. Creo que te ha empezado a odiar en el momento que has llegado. Ella… -Hizo una mueca, estaba pensando algo y le insté a que siguiera-. Él lo ha pasado muy mal, sobre todo la primera semana. Estábamos preocupados, incluso… debo reconocer que yo estaba cabreado… un poco. Él nos dijo que te entendía, que querías tener tu vida sin las ataduras que la imprimación conlleva, así que no debíamos culparte… se enfadó mucho cuando… -Hizo una mueca-. Leah es la que está más enfadada. No se hablan desde el día que te fuiste… -Me quedé helada. Él suspiró y negó-. No es culpa tuya. Siendo sinceros, creo que has tomado una decisión coherente… después de hablarlo con alguna amiga… ellas hubieran hecho lo mismo… así que no debes sentirte mal.
-Pero…
-No le des más vueltas… -Se tocó la tripa-. Por favor, tengo muchísima hambre… necesito llegar ya o me desmayaré… -Rió y me guiñó un ojo-. No le des más vueltas, sabes que sigue ahí y seguís siendo amigos… así que él ahora sufre menos. Sabe que sólo es un respiro.
-Vamos…

Se puso el casco y arrancó de nuevo. Era mejor ir con él que con Mark, él estaba calentito y no pasaba tanto frío como cuando iba con mi amigo. Cuando llegamos a esa casa Sam estaba fuera viendo jugar a Leah y Ephraim. La mirada de Leah me asustó un poco, se giró y me dio la espalda mientras Sam me saludaba. Quil salió y me sonrió enormemente, me abrazó y redujo levemente el mal cuerpo que me había dejado la mirada de Leah. El pequeño corrió haciendo eses y me saludó con un leve abrazo, volviendo a los brazos de Leah que me saludó con un seco y rudo asentimiento. Me entraron ganas de llorar, pero un grito me despistó.
-¡Darlene! –Claire me sonrió de una manera que me sorprendió. Corrió y me abrazó fuerte-. Gracias… gracias… -Me miró-. ¿Qué te ha pasado?
-Me caí… soy un poco torpe…
-¿Te duele? –Negué y me abrazó-. Me alegro que estés aquí…
-Feliz cumpleaños, jovencita… -Acaricié su pelo y ella me miraba ilusionada-. ¿No tienes que ir a una fiesta?
-Sí… mi primera fiesta de verdad… -Emily se acercó y me dedicó una amable sonrisa, dándome un abrazo-. ¿Estarás conmigo toda la fiesta?
-No sé si toda… pero prometo que estaré un ratito…
-¡Bestial! –Me abrazó de nuevo-. Quil nos lleva, me ha dicho que iba a llevarme en su coche… ¡que podía ir delante con él!
-Vale… yo… -Collin arrancó y se despidió… sí que tenía hambre…-. ¿Quieres que vaya con vosotros?
-Vamos, Sam… ya es hora de que Ephraim cene… -Leah pasó junto a Quil y susurró-. No la dejes hablar mucho con ella… igual te quedas sin tu osita…

Me quedé algo helada y Quil hizo una mueca de disculpa en mi dirección. Claire comentó algo sobre mis pendientes, monté con ellos en el coche y Quil puso la radio, sonando “California Girls” que Claire y yo coreamos junto a Quil. Claire reía y yo también, era divertido ver a Quil intentando imitar en falsete a Katy Perry… aunque la imagen de Leah me dolía y me quedé callada mirando el bosque.
-¿Me contarás por qué estás enfadada con Seth? –Me miró preocupada-. Si no quieres…
-No estamos enfadados… -Sonreí y me acerqué un poco, ella apoyó su mejilla en el reposa cabezas-. Simplemente es que yo estoy un poco atareada últimamente… no tienes que estar enfadada con él… al revés. Él va a necesitarte mucho ahora… así que debes ser muy amable con él hoy, ¿vale? Sácalo a bailar y todo…
-Entonces… ¿Vas a pasar el verano con nosotros?
-No lo sé… pero no te preocupes por eso. Seguiré viniendo… aunque dejara de hablar con Seth y me enfadara mucho, mucho con él, no dejaría de venir a verte… o siempre podrías pedirle a Quil que te llevara a verme… él seguro que te llevaría…
-Sí… es muy bueno… -Le miró y sonrió-. ¿Sabes que me ha regalado un mp4? Lleno de música que dice que ponen en las fiestas, me lo dio la semana pasada para que me preparase para la fiesta… -Rió-. Va a ser mi primera fiesta… -Hizo una mueca-. ¿Voy bien vestida?
-Estás preciosa… -Quil sonrió y me miró-. Se ha cambiado siete veces de ropa…
-He leído por Internet que las fiestas de noche una tiene que ir muy arreglada… -Le miró mal y me miró apenada-. No tengo mucha ropa bonita… combinarla ha sido difícil…
-Te entiendo… -Reí-. El año que viene iremos de compras y te regalaré un par de vestidos, ¿vale? –Me miró feliz y asintió-. Te lo prometo.

Cuando llegamos pude ver algo de humo, al bajar un olor a hamburguesas me embargó. Entré en casa y Brady servía las hamburguesas mientras Collin ya devoraba una con ansia. Me reí y salí para ayudar al ver a algunos preparando la sala y a otros la mesa. Kira estaba junto a Seth en la barbacoa ayudándole y haciéndole reír. Maila se acercó y se subió a su pierna, ella se agachó a acariciarla y me vio, Seth se giró y saludé, me sentí extraña y podía irme o acercarme… decidí que si me iba parecería que les estaba espiando, así que me acerqué.
-Ya he traído a la cumpleañera… -Sonreí y Kira asintió poco emocionada, mirando a Seth que no me quitaba ojo-. Creo que tu regalo le va a hacer ilusión… estaba como loca… al parecer Quil me ha dicho que se ha cambiado de ropa siete veces…
-¿Siete veces? –Seth rió-. Madre mía… sólo tiene doce años…
-Está emocionadísima con tu fiesta… así que no te metas con ella hoy… -Le apunté con el dedo-. Sé bueno con ella… o Quil no será el único en morderte… -Maila se subió a mi pierna y me agaché para acariciarla-. Adiestraré a Maila para que te muerda… con saña, además…
-Nunca haría eso… es mi cachorrita… la tengo dominada -Seth silbó y la perrita no le hizo caso. Volvió a silbar y ella gruñó-. Oye…
-Sí… -Reí-. Dominadísima… Me encanta esta perrita… ¡Buena chica!
-Eso… -Usó un tono risueño-. Encima anímala…
-Cuando digo que no será buena influencia para Claire… -Leah cogió una bandeja, no la había visto llegar. Miré a Seth y temblaba, Kira nos miraba esperando a que alguien dijera algo-. Creo que vas a ganar con el cambio… me gusta más Maila.
-¡Déjalo ya! –Seth gritó de un modo que me asustó y la perrita salió corriendo. Kira le tocó y pareció asombrarse de su temblor-. ¿Qué buscas? ¿Repetir?
-Chicos…
-¡Leah! –Jake apareció con un tono extraño-. Ephraim te busca. Seth… -La mirada de Seth no se movió de Leah ni la de Leah de él-. Leah…
-Leah, vamos a ver qué quiere el pequeño… -Kira tragó y tomó el brazo de Leah-. Venga, vamos… va…

Leah gruñó a su hermano y se giró para irse con Kira. Repetir… esa palabra resonó en mi cabeza. Se habían enfrentado y al parecer no sólo verbalmente. Nessie me tomó por los hombros y me levantó, miré a Seth que tenía los ojos cerrados como sus puños, en uno de ellos había una espátula de madera partida. Jake se acercó y se la quitó, empezaba a oler a quemado.
-Darlene… ¿Vienes conmigo? Kim y yo vamos a hacerle un recogido a Claire… -Me pidió que por favor les dejara solos, que ella me contaría todo después. La miré y me lo prometió-. Vamos…
-¿Tenéis horquillas? –Asintió-. Vale… vamos…

Nessie me hizo subir a mi antiguo cuarto, todo estaba como recordaba. Ella me iba mostrando lo que oía, Jake le decía que comprendía su enfado pero que era su hermana, que no podían pelearse de nuevo, que Sue estaba sufriendo por verlos enfrentados, como el resto. Coló un mensaje suyo en mi cabeza, me dijo que no debía sentirme culpable, que no era mi culpa.
Terminamos el recogido de Claire y bajamos a cenar, se notaba un ambiente un poco tenso, hasta que empezaron a darle los regalos. Peluches, discos de música… e incluso Collin le regaló una Barbie. Ella parecía alegrarse por todos, pero algo decepcionada a la vez. Seth le entregó un paquete y ella lo palpó y sonrió.
-No lo adivinarías… -Seth suspiró-. Ni en dos años…
-Es un peluche, seguro… -Seth negó-. ¿Una almohada? –Volvió a negar-. ¿Ropa?
-Caliente, caliente… Ábrelo… es muy gracioso… -Me miró y me guiñó un ojo, no pude reprimir una sonrisa aunque me fijé en dos miradas poco gratas-. Espero que te guste…
-A ver… -La niña abrió el paquete y abrió la boca emocionada. Rió y se acercó a Seth para abrazarlo-. Gracias… es genial… -Lo enseñó y todos rieron, Quil se sonrojó y después rió levemente-. Creo que sé para quien va a ser el otro…
-Todos lo sabemos… -Collin bufó y le miré mal-. ¿Qué? Es verdad…
-Bueno… el otro que te debo… -Le tendió un paquete-. Espero que te guste también…
-A ver… -Abrió el paquete y sonrió amablemente, me miró y después a Seth-. Gracias… -Me miró de nuevo y sonrió-. No tenía ninguno… aunque tampoco sé usarlo…
-Podemos enseñarte… -Kira sonrió y le tendió una cajita más pequeña. La abrió y era una cajita pequeña de paletas de colores rosas. Ella sonrió y se lo agradeció-. Son otros tonos… podemos enseñarte si quieres… es fácil…
-Vale… ¿Podéis maquillarme ahora? –Me miró-. Vamos a tu cuarto… me gusta mucho el espejo que tienes allí…

Ella tiró de mi mano y la seguí. Kira, Nessie y Kim vinieron conmigo. Nos sentamos en la cama y empezamos a pintarla, después Kira sacó de su bolsillo un par de lápices y fue a retocarse con Kim.
-Me gustan más los marrones… -Me susurró-. Le ayudaste tú, ¿verdad? –Me mordí el labio y asentí-. Es genial…
-Me alegra que te haya gustado…
-Yo tengo otro regalo… -Ella se volvió animada-. ¿Quieres verlo? –Claire asintió emocionada y Nessie bajó y volvió con un paquete-. Adivina…
-No acertaría… -Rió y abrió el paquete, un vestido blanco con rayas en distintos tonos de rosa-. ¡Es genial! ¡Precioso! –Se lo puso por encima-. ¿Puedo estrenarlo? –Nessie asintió y ella la abrazó-. ¡Qué bonito! Me encanta…

Cuando bajamos realmente ella parecía una jovencita muy hermosa. Entró en la sala, estaba llena de globos y con una pancarta, la tarta esperaba en la cocina y Seth encendió la luz normal para Emily, que le pidió a Claire que posara y ella lo hizo con gracia. Quil alzó una ceja cuando Brady le dijo algo al oído y asintió, sonriendo después hacia ella que parecía encantada con la fiesta. Seth puso música y Kira le siguió como si fuera su guardaespaldas. Fui a la cocina y Jason me ofreció algo de beber, parecía querer ser amable y lo tomé. Iba a necesitar beber un poco si tenía que soportar las miradas de Leah y Kira… y si quería ser valiente y disculparme con ellas.
Intenté acercarme en varias ocasiones a Leah, pero ella siempre me daba esquinazo de alguna manera y acabé moralmente agotada. Salí a la puerta para tomar el aire y Maila apareció de nuevo allí para lamer mi mano. Parecía emocionada de verme, como si me recordara.
-¿No te gusta mi fiesta? –Me giré y Claire parecía triste-. Si quieres le pido a Seth que cambie de música… -Negué-. ¿Entonces…?
-Sólo quería tomar un poco el aire… -Sonreí y ella se sentó a mi lado jugando con la perrita también-. Es graciosa… ¿verdad?
-Sí… me cae bien… -Sonrió y miró mi vaso-. Todos bebéis cosas que huelen genial… a mí sólo me dejan beber refrescos…
-Eres muy pequeña para eso, no quieras correr… -Sonreí-. Pero puedes beber algo más que refrescos… -Ella me miró y yo sonreí-. A mí hay algo que me gusta mucho que prepara mi tío y no lleva alcohol… ¿Quieres probarlo?
-¡Claro!
-Vamos… yo cambiaré de bebida… tendré que volver pronto…
-No… -Me abrazó-. Emily le ha dicho a mi madre que me quedo a dormir con ella y me puedo quedar hasta muy tarde hoy… ¡Quédate hasta que yo me vaya al menos!
-No sé… -Suspiré-. De momento, vamos a prepararte un san francisco…

Ella aplaudió ante la idea y entré directa a la cocina. Saqué la batidora y cogí una manzana y un melocotón. Seth me miró raro y yo hice una mueca, pensando que se había enfadado por coger sus cosas, pero cuando le dije que iba a preparar un san francisco me dio una lata de piña en rodajas, zumo de naranja y un par de limones, que exprimió en un vasito y lo echó a la batidora con un par de cucharadas de azúcar. Me quedé algo sorprendida y mezclé todo.
-Creo que le va a faltar algo… -Abrió la nevera y sacó otra manzana más y un puñado de moras-. Te… os gustará más así.
-Gracias… -Claire nos miraba apoyada en la encimera como si quisiera algo-. ¿Qué?
-No sé porqué no os besáis ahora… -Me quedé paralizada, al igual que Seth-. ¿Ya no sois novios, nunca más?
-Pues…
-¿Y tú no deberías estar durmiendo ya? –Seth sonrió y ella alzó una ceja negando-. Yo creo que sí… hay criaturas malignas que pueden morderte una oreja como te descuides…
-No… -Ella sonrió ampliamente y Seth se lanzó a morderla mientras reía-. Vale, para… -Lo apartó y él se marchó riendo-. Lo siento… pensé que…
-Tranquila… -Le tendí un vaso-. Ahora ve a bailar… -Puso cara de pena-. Iré en seguida…

Me acerqué a Leah y ella salió de la habitación. Me giré y vi una botella de vodka, así que condimenté mi san francisco un poco y lo removí. Claire me miró apenada.
-¿No te habla porque ya no te besas con Seth?
-Pues… -Suspiré-. Algo así… -Ella hizo una mueca y yo sonreí-. ¡Venga, a bailar!

Empezamos a bailar y me fijé que ella le pidió que bailara en el círculo y dejar a Ephraim con Sam. Cuando estaba bailando empezó a girar cogida de su brazo y me cogió la mano para que bailáramos juntas, miré a Claire y siguió bailando con Nessie.
-Oye yo…
-Todo lo que digo es porque lo siento. Me parece que eres una egoísta y mi hermano es idiota por creerse lo que le dices. Pero tú eres peor que él, no entiendo cómo puedes cambiar a mi hermano por ese motero niño de papá…
-Oye no…
-No vas a convencerme, puedes decir lo que quieras, pero pude ver cómo os abrazáis… encima vienes y con tus reapariciones sólo le desmontas más… nos harías un favor a todos si no volvieras, al menos así Kira tendría alguna oportunidad de hacer un poco feliz a mi hermano.
-Leah… -Nessie la miró mal y ella bufó marchándose-. No le hagas caso… está enfadada, pero lo que realmente quiere no es eso… además está enfadada con Seth por otras cosas… no por eso… en serio. Créeme… no le hagas caso…
-Yo… voy a tomar el aire…
-Quieres que…
-No. Prefiero estar sola un rato…

Salí pero no estuve sola. Maila estuvo a mi lado a los dos minutos de salir. Seguí bebiendo de mi vaso hasta que no quedó nada. No quedó nada… y a mi no me quedaba nada más por hacer aquí, había venido para felicitarla y ya lo había hecho… entré y cogí mi bolso, debía irme y no volver, llamaría Claire para explicárselo como pudiera… pero no llegué a mi coche cuando él me cogió de la mano.
-¿Te ibas sin despedirte?
-No me gustan las despedidas… -Me encogí de hombros-. Es mejor que me vaya ya… no quiero crearte más situaciones incómodas… -Sonreí o eso intenté-. Es mejor que me vuelva a Seattle…
-Uh… -cogió mi mano y me quitó las llaves-. No después de haber bebido… -Le miré mal-. Pensaba que te ibas a casa de Jake… hasta allí sí… ¿Pero hasta Seattle? No… estás cansada y el alcohol no ayuda en eso…
-Tengo que volver, Seth…
-Mañana… -Se giró y se marchó-. Te devolveré las llaves cuando amanezca, lo prometo…

Suspiré y me resigné, sabía que llevaba las de perder. Me metí y bailé con las chicas, incluso me reí muchísimo cuando Claire me hizo caso y sacó a bailar a Seth… pero no me reí tanto cuando fue Kira la que lo hizo. Realmente parecía que arrancaba alguna malograda sonrisa en su rostro… y no se había portado nada mal con Claire… se llevaba bien con todos… y era mucho más guapa que yo.
Emily se marchó sobre las cuatro de la mañana, el resto empezaron a hacer lo mismo excepto Kira, Nessie, Jake, Collin y Brady. Empezaba a clarear, así que le exigí a Seth mis llaves… “No sin que hayas comido algo”… después de desayunar le reclamé las llaves y negó, diciendo que me iba a dormir por el camino. Le dije que me acababa de tomar un café pero dijo que no era suficiente. Collin se ofreció para llevar a Kira y yo le dije que Brady podía llevarme a mí…
-Bueno… nosotros nos vamos… -Jake rió-. Apañaros, aunque si necesitáis algo… ya sabéis…
-¿Te veo pronto? –Nessie me miró de un modo extraño y asentí-. Más te vale…
-Bueno… y nosotros tenemos que irnos ya si quieres que te lleve, le dije a mi madre que estaría antes de que amaneciera en casa… así que debería estar de camino…
-Vale… -Se bebió el café de trago-. Hasta mañana chicos.
-Vale, ya es hora de que me vaya… -Seth negó y miré a Brady-. ¿Me llevas?
-El caso es que… -Le miré mal-. Tengo que ir a trabajar en una hora… te juro que te llevaría de no ser así… pero Seth puede llevarte…
-No, lo que tiene que hacer es darme las llaves e irse a dormir, que entra a trabajar en dos horas… -Él bebió de su taza como si con él no fuera la cosa-. ¿Seth? –Me miró mientras bebía-. Mis llaves, por favor…
-Bueno… no puedo hacer más… me marcho…
-Cobarde… -Mascullé pero él se encogió de hombros, dándome un beso en la mejilla-. Menos besos, lobo… -Suspiré y miré seria a Seth-. Tengo que estar allí a la hora de comer… me gustaría llegar antes a casa y dormir antes…
-Y yo quiero que duermas antes de volver… -Se encogió de hombros-. El orden de los factores… -Se levantó y cogí su mano intentando abrir su puño-. ¿Crees realmente que vas a poder? –Parecía divertido, pero yo me estaba enfadando-. Además… no están ahí…

Sonrió y abrió su otro puño enseñándomelas. Me lancé a por ellas pero él subió el brazo riendo, no era gracioso y le miré mal, pero me dijo que no iba a dejarme conducir así. Se dirigió a las escaleras y yo hacia la puerta, me miró divertido y abrí el cajón del mueble del recibidor, pero sus llaves no estaban ahí. Rió alto y sacó sus llaves del bolsillo, mostrándolas feliz.
-¿Por qué en vez de intentar escaparte de aquí intentas dormir? Con que duermas dos horas te dejaré marchar…
-¿Por qué quieres que me quede? –Me miró sorprendido-. Parece que estés buscando que me quede aquí… ¿Qué quieres?
-Pues… simplemente no tener que ir a recoger tus restos de entre un montón de chatarra… creo que es sencillo… -Me enfadé mucho, no sé porqué, pero me lancé sobre él dispuesta a arrancarle la mano si era necesario. Él alzó los brazos y me miró molesto-. Si realmente no tuvieras sueño, ya podrías haberlas cogido…
-¿Ahora también sientes si tengo sueño o no?
-Puedo notarlo… pero además hubieras tenido los reflejos suficientes de haberte subido a la escalera… -Negó y se dio la vuelta subiendo las escaleras-. Dos horas durmiendo y te las daré…
-Eso has dicho antes… -Me enfadé tanto que subí corriendo y tiré de él, dio un traspié y bajó dos escalones, mirándome divertido mientras intentaba coger de nuevo las llaves. Me agarró de la cintura y me cabreé-. ¡Suéltame!
-No quiero que beses el suelo de nuevo… mi suelo tiene el cariño que necesita… -Rió y le pegué. Me arrepentí en el momento que oí el sonido de la bofetada. Él se quedó con la cara ligeramente vuelta-. Y ese es el cariño que merezco yo…
-Perdona… -Hice una mueca y él negó-. Sólo quiero mis llaves…
-Y yo sólo quiero que duermas… -Cogió las llaves y se las metió al bolsillo-. Dos horas, no pido más… luego te las daré…

Parecía tan enfadado como yo. Me giré resignada y subí las escaleras pisando con rabia, cerré la puerta de mi cuarto y me pillé el dedo. Gemí de dolor y ya le tenía sujetando mi mano y negando.
-Luego dirás que no tienes sueño… -Negó mirando mi dedo, salía sangre de una pequeña herida y me llevó al baño para curarme-. Puede que te escueza un poco… -No un poco… mucho. Me quejé y él rió mofándose un poco, pero soplando en la herida-. Ya está… -Buscó una tirita y la puso con cuidado-. Ya estás lista…
-Gracias… -Hice una mueca y ahora lo que dolía era mi cara, él me miró preocupado-. Aún duele un poco…
-Si quieres… -Señaló el botiquín-. Ya que está aquí…
-Está bien… la verdad es que duele un poquito… -Asintió con aire divertido-. ¿Qué?
-Tiene pinta de doler bastante… además del golpe tienes herida… y además en la mejilla, que se mueve para todo… -Negó-. ¿No pusiste las manos…? –Negué intentando reír y me miró raro. Tomó mis brazos y tocó mis rodillas-. ¿No te duele nada más? –Volví a negar y él me miro preocupado-. ¿No te caíste, verdad?
-Me di con una pared… -Me encogí de hombros-. Pero es prácticamente lo mismo…
-Ya… ¿Cómo fue?
-Seth… no sé. Simplemente me tropecé… -Me miró raro-. Ya sabes… soy un poco torpe… -Asintió extraño-. Bueno, ¿vas a darme las llaves? –Negó-. Entonces me voy a dormir…
-Que descanses…

Me tumbé en la cama y me puse de lado, apoyando mi mejilla sana en la almohada. Me sentía extraña en esa cama, hacía muchísimo que no dormía sola allí… no paraba de moverme inquieta e incómoda, me levanté y busqué algo para dormir en el armario… sólo encontré el ligero camisón que alguna vez había usado… no había nada mejor. Me cambié y me tumbé de nuevo, tapándome hasta el cuello y esperando dormirme pronto.

Estaba medio dormida cuando noté algo húmedo en mi cara. Me revolví un poco y empecé a notar lo mismo en mis pies, algo se movía encima de mí y abrí los ojos para ver a Maila pisoteándome. Suspiré y ella se apoyó a mi lado, emitiendo un quejido lastimero, parecía que quería jugar. La acaricié y ella se revolucionó, empezó a ladrar y la puerta se abrió.
-¡Mierda! Maila… -Seth la recogió y me miró algo pasmado-. Lo siento… la estaba buscando y no sabía dónde se había metido… -La olisqueó-. No… -Se asomó a mi baño y miró a la perrita-. ¿Qué has hecho? –La perrita lamió su cara-. No, ahora no me chantajees… voy a tener que recoger esto, ¿sabes?
-¿Qué…? –Me levanté y miré el baño. Un desastre, mi champú preferido extendido por el suelo, toallas y papel higiénico por el suelo… un desastre-. No he oído nada…
-Seguro que lo ha hecho cuando estábamos con la música y se ha escondido en la ducha… -Rodó los ojos-. Es especialista en eso… -Me miró-. Siento que te haya despertado…
-No pasa nada… -Acaricié a la perrita-. Ya he descansado un poco…
-Ah, ah… -Negó-. Dos horas… sé buena chica…
-¿Crees que puedes hacer lo que tú quieras con nosotras tratándonos así? –Cogí a la perrita y él me miró raro-. Sólo quería jugar… nada más… Y yo ya estoy bien, he dormido un rato…
-Ni media hora…
-Suficiente. Ahora haz lo que tú quieras, yo iré a jugar un rato con ella y me iré en una hora, me dejes o no… sé que a las ocho sale un autobús hacia Seattle…

Cogí a la perrita y me fui mientras él nos miraba confuso y divertido. Dejé a la perrita en el suelo y bajó a saltitos las escaleras, la seguí hasta la puerta y la arañó un poco, cuando la abrí salió y correteó de un lado para otro. Oí el silbido de un juguete y Seth me lo tendió guiñándome un ojo. Ella vino como una bala y dio saltitos al verla. Lancé el juguetito y lo trajo rápidamente. Me giré pero Seth ya no estaba, me quedé algo ida y entonces vi salir un lobo color arena del costado de la casa.
Maila se volvió loca literalmente. Salió como una bala directa a la pata de Seth y la mordió, me asusté un poco pero él la cogió con sus dientes y la apartó, dejándola frente a él. La perrita empezó a ladrar como una loca y pude ver una especie de sonrisa en el hocico de Seth, que se puso a gruñir haciendo que Maila se quedara callada hasta que dejó de gruñir, momento en el cual ella volvió a ladrar.
Seth salió corriendo y ella intentó seguirle, pero él giraba una y otra vez volviéndola loca, no pude evitar reírme con ganas al ver cómo ambos jugaban como si fueran dos niños pequeños… ella tenía excusa, pero él no… simplemente se le veía feliz.

Me senté en las escaleras y cuando la perrita se cansó me miró y salió corriendo hacia mí. Seth se acercó más despacio y se sentó a nuestro lado, aunque cuando intentaba acercarse más la perrita le ladraba. Al final él acabó gruñendo un poco y yo reí al ver cómo reaccionaba la pobre perrita.
-No te dejes… gruñe tú también… -Ella me miró raro e intenté gruñir, provocando un sonido extraño mientras el lobo se tumbaba y rodaba… ¿Se estaba riendo? Al menos eso parecía-. ¡Eh, tú! ¿Qué pasa? ¿Quieres pelea? –Subió sus orejas, parecía retarme-. ¡Vamos Maila! ¡Ataca!

Me lancé sobre el lobo y la perrita me siguió, ella le mordió de nuevo la pata y yo me encaramé a su lomo, pero aún con todo apenas lo movimos. Él apartó a la perrita y se movió de un modo que tuve que montar en él para no caerme. Fue extraño estar montada en él así, siempre que lo había hecho llevaba pantalones, no un ridículo camisón… Creo que me sonrojé cuando lo pensé. Él salió corriendo y me agarré a él, la perrita nos siguió ladrando y Seth dio una vuelta a la casa, creo que cuando llegamos a la parte trasera ella salía y Seth se paró. Me dejó bajar y empecé a reír, pero me quedé sin habla cuando salió de fase y me cogió de la cintura, acechándome hasta que estuve pegada a la pared. Me miró de un modo que pude ver que quería besarme, me asusté tanto que sus ojos se entrecerraron y después me miró confuso. La perrita llegó y él salió corriendo completamente desnudo mientras la perrita lo seguía.

Reí un poco y me sujeté a la pared… oí un gran gruñido y la perrita volvió corriendo hacia mí y súper asustada, por lo que reí más. La acaricié y la cogí, Seth volvía con los pantalones puestos y en la mano la camiseta.
-Pobrecita… -Besé a la perrita-. Normal que luego te muerda…
-Ya… -Metió su cabeza en la camiseta y me miró a punto de reír. Le miré raro y alzó una ceja-. Tendrías que verte ahora… -Creo que me sonrojé mucho y él rió, acercándose para coger a la perrita y quedándose demasiado cerca-. Estás muy sexy…
-Eres… -Él alzó las cejas curioso y yo no supe qué decir-. Si tuviera dientes como los de ella, ahora mismo te mordería…
-¿En serio? –Se acercó un poco más y mi espalda topó de nuevo con la pared-. Venga… -Puso su cuello a mi alcance-. Te dejo…
-No… sé que no te haré daño… -Se señaló con la mano y negué por la locura que iba a hacer. Le mordí con ganas, con rabia… hasta incluso se quejó. Me alejé y parecía divertido, parecía que había conseguido algo que quería y eso me enfadó y volví a morderle, por lo que él se volvió a quejar pero seguí mordiendo hasta que me cansé. Le miré alzando las cejas por un segundo y él asintió-. ¿Qué?
-La segunda casi me ha dolido… ¿sabes? –Rió y le empujé. Él dejó a la perrita en el suelo y ella salió corriendo, él rió y tomó mis brazos alzando las cejas-. Ahora me toca a mí…
-No… de eso nada… -Se acercó directo-. ¡No!

Grité y él mordió suavemente, intenté apartarlo pero no pude más que reír, me hacía cosquillas y me daba como repelús. Pero dejé de sentir eso para sentir una necesidad apremiante de sus labios y él pareció pensar lo mismo. Dejó de morderme y colocó sus labios a milímetros de los míos. Se quedó allí y a punto estuve de acercarme lo poco que me quedaba, pero Maila ladró y bajé la cabeza…
-Amo a esa perrita…
-Sí… -Masculló alejándose un poco-. Yo la odio… -Le miré pero no parecía molesto, hice una mueca y él asintió-. ¿Por qué una parte de mí siente que no te quieres ir y la otra que quieres salir huyendo? Es… raro.
-Sí… -Asentí-. Es mejor que me vaya…
-Pero una parte de ti se quiere quedar… -Me miró curioso-. ¿Por qué no le haces caso a esa parte, al menos por un día…?
-Porque no va a cambiar nada… sólo va a hacer que no sé… complicará todo… -Se acercó mucho a mí-. Estaría mal, tu hermana me odiaría… -Negó y dejó sus labios tan cerca que no pude evitar probarlos. Pero como una buena adicción que era, no se puede sólo probar un poco… así que el beso se hizo irracional, desesperado y pasional, hasta que la cordura volvió a mi cabeza-. Vale… para…
-¿Qué?
-Está mal…
-Yo no lo siento nada mal… -Sonrió y pareció entenderlo-. Vale… pero mi hermana no te odia… ni te odiará por esto… no tiene nada que ver contigo… -Alcé una ceja-. Bueno, un poco…
-Ya… -Asentí disgustada-. Yo me voy a odiar por esto…
-No lo hagas. Ha sido culpa mía… -Negué-. Bueno, no importa… pero yo no pienso odiarte por esto… sólo espero que no me odies tú a mí…
-Ha sido culpa mía… y lo siento… -Negó-. Bueno… creo que iré a cambiarme y me marcharé… es lo mejor –Asintió apenado-. Tú deberías ir a trabajar…
-Claro…