Capítulo XLIV: El postre.

16:34 1 Comments A+ a-

Holaaaaa ya se que esperabais con ansia este capituloooo y aquí le tenéis para el finde  o así tendréis el próximo si no surge nada :D

ATENCIÓN: Este capitulo puede herir la sensivilidad de la gente por contener escenas algo subiditas de tono XD y como siga así nuestra autora XD me va a tocar ponerle la censura al blog XD jaja...

Bueno naa que ya sabéis dejad comentarios y votad el capitulo abajo...


---

El sonido de la lluvia golpeando en la casa me despertó. Acaricié aquel cálido brazo que me protegía del posible frío y me acurruqué contra su cuerpo, que protegía mi espalda como el mejor de los guardianes. Su brazo me estrechó levemente, un ronroneo salió de su pecho y le imité, era una sensación indescriptible el amanecer cada día junto a él.
Miré el reloj y apenas eran las ocho de la mañana. Casi un mes había pasado desde el regreso de Nessie a su casa y una rutina ajena al nuevo curso había comenzado en mi vida.
-Seth… vas a llegar tarde…
-No importa… -Me abrazó fuerte y besó mi hombro-. Se está mejor aquí que entre tanto coche, el metal es frío y aburrido… -Besó mi hombro ronroneando-. Prefiero quedarme aquí contigo, eres más entretenida que todo lo demás…
-Ya… -Reí y acaricié su rostro que ahora mostraba una mueca pícara-. Pero no quiero que Quil te regañe de nuevo por llegar tarde… ya van muchos días seguidos…
-No me importa… -Besó mi cuello-. Merece la pena oír su repetitivo discurso sobre la puntualidad por quedarme unos minutos más contigo… no quiero salir de esta cama en al menos… -Lo pensó-. ¿Media hora más?
-Me parece bien… -Asentí besándole y reí-. Quédate todo lo que quieras en la cama, yo me voy a duchar –me levanté y él gruñó-, no quiero que Quil se piense que soy una mala influencia para ti…
-No… -Gimoteó aferrándose a mi cintura-. Quédate conmigo…
-Tengo que irme… los chicos llegaran en un par de horas… -Acaricié su rostro disgustado y le besé despacio-. Además, piénsalo bien, cuanto antes vayas a trabajar antes podrás terminar y volver a esta cama… que parece ser tu lugar favorito en el mundo…
-No… -Negó y me besó despacio-. Tú eres mi lugar favorito del universo…
-Seth… -Gimoteé, no iba a soportar cosas así, sabía que otra palabra suya y sucumbiría a la tentación de dejarle llegar tarde-. ¡Lárgate!
-Vale, vale… -Me abrazó y me tumbó en la cama, regalándome un beso apasionado para después sonreírme-. Si es lo que quieres… me iré.
-Largo… -Reí al verle fruncir el ceño por un segundo y levantarse resignado. Me abracé a su espalda y mordí levemente su cuello-. Eres el ser más detestable del mundo… -Me miró con una sonrisa que casi me deja sin respiración-. Pero aún con todo, te quiero…
-¿Quince minutos?

Cogí aire y reí suspirando… no tenía remedio. Le besé y negué, saliendo corriendo hacia mi cuarto y encerrándome en el baño antes de que cambiara de opinión y antes de que él entrara en mi ducha como había hecho en alguna ocasión estos días. Oí cómo intentaba abrir la puerta y gimoteaba al ver que había puesto el cerrojo, reí sin poder evitarlo y le mandé de nuevo a trabajar.
Me duché rápidamente y me envolví en una enorme toalla, abriendo la puerta con cuidado y esperando que ya se hubiera marchado. Suspiré al ver que la puerta no se abría de golpe y salí del baño, siendo captada por unos brazos cálidos que provocaron mi risa. Me besó con ansia y me apoyó en la pared, mordí mi labio cuando me miró de ese modo.
-¿Pensabas que me iba a ir sin despedirme?
-¿Hasta luego? –Negó-. ¿Nos vemos a la hora de comer? –Volvió a negar-. ¿Me voy a trabajar, cariño, te veo luego?
-No… -Chascó la lengua-. Creo que es mejor un… mi vida, mi cielo… te voy a echar de menos a cada segundo… -Se acercó a mí despacio y dejó su rostro a dos centímetros del mío-. Es una pena que tenga que marcharme así… -Tomó su mano y la llevó a su pecho, más cálido que nunca-. Quería demostrarte lo mucho que te voy a añorar… esperaba que me dejaras cumplir mi propósito de hacerte el amor cada mañana… pero si no me dejas demostrártelo así… -Me besó despacio y se alejó un poco-. Te he preparado el desayuno, te he dejado el mapa de la zona con los sitios a los que podéis ir… y sólo me queda desearte que pases un buen día…
-Ya… -Besó mi cuello despacio, haciéndome suspirar-. Entonces haz lo que has dicho… -Le alejé riendo y él mostró su labio inferior-. Que pase un buen día, Señor Clearwater.
-Está bien… -Tomó mi mano y la besó-. Que pase un buen día, Señorita McBrown…

Se alejó con la ceja alzada, cerró la puerta a medias y volvió a abrirla para mirarme de nuevo, seguramente estaría esperando que me lanzara a sus brazos y poco me faltó. Arrugó su nariz y reí negando, no iba a conseguirlo hoy… Dibujó un te quiero en sus labios y yo asentí al verle marchar. Me senté en mi cama y esperé un minuto de reloj, quería asegurarme de que se había ido… pasado el minuto empecé a patalear y a reír, sólo un minuto y ya me arrepentía de haberme negado… y ya le echaba de menos. Abrí el armario y me puse unos pantalones piratas negros y una camiseta de manga larga gris. Me puse las deportivas y bajé corriendo a mi coche, tenía que ir a verla… aunque mis esperanzas de que hubiera salido de la cama eran nulas.
Cuando llegué a aquella valla blanca mi corazón palpitó, siempre tenía la misma sensación, siempre pensaba lo mismo al atravesar esa pequeña puerta. Podía ser yo la que estuviera en la misma situación. Suspiré y Carlisle me abrió la puerta antes incluso de llegar a las escaleras. Esme me sonrió y me acerqué a ella para abrazarla levemente, aunque ella siempre se mantenía algo distante, sabía que apreciaba ese gesto.

Subí las escaleras y la puerta estaba abierta, la misma imagen de siempre. Ella tumbada en la cama aferrada a la almohada y Bella acariciando su pelo mientras Edward estaba desesperado. Hoy estaba sentado en un rincón, aferrando su cabeza mostrando la preocupación por ver así a su hija, sólo cambió de posición para saludarme lo más amablemente posible dada la situación.
Me acerqué a la cama como cada día y me senté a su lado, tomando su mano como ya era habitual. Acaricié su cara y sonreí, aunque ella apenas cambió su gesto.
-Buenos días, chica linda… -Bella hizo una mueca de disgusto, podía decirle cualquier cosa y ella no cambiaría su gesto-. ¿Sabes? Está dejando de llover… casi he notado el sol en mi piel… -Acaricié su pelo y me acomodé a su lado-. Es genial que deje de llover, después de tantos días pensé que esto no se acabaría nunca… pero debe ser que el cielo nos da tregua porque sabe lo que va a pasar hoy… -Ella me miró-. ¿Curiosa? –Sonreí y ella siguió mirándome con ese rostro demacrado-. Vienen los chicos… había pensado que igual te apetecería venir con nosotros, quiero enseñarles la zona y aunque Seth me ha dado un mapa, creo que sería mejor que tú nos acompañaras…
-No tengo ganas…
-Bueno, quizá no ahora, pero aún van a tardar a llegar un par de horas… si quieres, podemos bajar a desayunar, Esme estaba preparando algo que olía genial… luego podrías darte una ducha y ponerte un chándal y deportivas, así podríamos ir a hacer algo de senderismo…
-No, gracias… no tengo ganas…
-No es mala idea… deberías salir… -Edward hizo un gesto derrotista-. Ya han pasado cinco días…
-Aún puedo aguantar dos más… -Hice una mueca y ella cerró los ojos-. Lo siento, de verdad… pero no tengo ganas de ir de paseo…
-Está bien… -Mantuve mi tono de voz como pude y la abracé-. Nos quedaremos aquí contigo… no importa…

Esme subió al poco rato con una bandeja llena de comida, la cual ella apenas probó. Pero al menos cambió la posición para fingir que comía algo… sabía que en el momento que Esme desapareciera volvería a caer en la cama aferrando la almohada. Y así fue.
Empecé a hablarle de cualquier cosa mundana que se me pasara por la cabeza, posiblemente mi parloteo intensivo le molestara de sobremanera, pero a mí me molestaba mucho más verla así y me aguantaba… tendría que soportarlo o levantarse y echarme a patadas.
Seguí con mi monólogo personal hasta que mi móvil sonó, los chicos estaban en casa de Seth y les indiqué que se acercaran a la casa de Jake. Edward indicó a Bella que se marcharan de allí y bajaron al salón con Esme y Carlisle, para que momentos después la habitación fuera invadida. Ryan y Kevin intercambiaron una mirada apenada, como Wanda y Cassy. Hubo un momento de silencio hasta que Wanda sonrió y saltó sobre la cama, a mi lado.
-¡Buenos días! ¿Dónde vamos a ir? Quiero ver un montón de cosas, como la última vez… -Nessie gruñó y todos hicimos una mueca… la última vez estaba él. Hubo un momento de silencio hasta que ella me miró y volvió a hablar con más cuidado-. Darlene me ha dicho que la casa de Emily es preciosa, que es muy hogareña y llena de plantas… podríamos ir allí…
-Es una buena idea… además cocina muy bien…
-Entonces ya está dicho… -Kevin se tiró en plancha a la cama entre Wanda y yo-. Vamos a casa de Emily a comer y a ver plantitas…
-¡Genial! –Cassy saltó sobre Nessie y la abrazó-. Te echamos de menos en Monroe…
-No tengo ganas de salir, chicos…
-¿Estás segura? –Cassy la miró preocupada y Nessie asintió-. Bueno, pues si quieres, podemos ir nosotros a dar una vuelta, así te dejamos un ratito sola para que intentes animarte y luego por la tarde podemos volver a ver si tienes ganas de dar un paseo… ¿Te parece bien?
-Por la tarde volveremos… -La amenacé con el dedo-. Y espero que estés lista para una tarde de senderismo… o lo que sea…

Ella asintió débilmente aunque yo sabía que era por pura cortesía. Cassy la abrazó fuerte y después Wanda. Kevin le dio un sentido abrazo mientras Ryan se acercaba y le daba un pequeño beso en la mejilla. Yo la achuché un poco, la abracé y le di como diez besos seguidos en la mejilla, acunándola entre mis brazos cuando lo hacía.

Como Wanda había pedido fuimos a casa de Emily, que nos preguntó bastante preocupada por Nessie, mientras Leah aparecía con una caja enorme de unas galletas que parecieron emocionar a Ephraim. Hacer una visita al resto de las chicas era mi escapatoria ahora, me había unido bastante más a ellas. Normalmente pasaba la mañana en casa de Nessie, comía con Seth o con las chicas y después volvía por la tarde a verla de nuevo… a excepción de los días en que mi corazón no soportaba verla así y alargaba la visita a Emily o Kim…

Después de comer visitamos la playa y paseamos hasta el acantilado, donde nos sentamos para ver las vistas aprovechando que la lluvia había cesado.
-Esto es precioso… -Wanda se apoyó en Ryan-. Pobre Nessie…
-Tiene muy mala suerte… -Kevin negó apenado-. No creo que se recupere de esto… yo no lo soportaría, posiblemente acabaría arrojándome de un acantilado como este…
-No lo digas ni en broma… -Cassy se enfadó-. Algún día lo superará… -Me miró preocupada-. ¿Verdad que sí?
-No sé… -Negué, yo no podría soportar que Seth desapareciera así… me entraron ganas de llorar de sólo pensarlo-. Ha pasado mucho… mucha gente no llega a reponerse de una pérdida como la que nosotros pasamos… -Ryan cerró los ojos y Kevin hizo un gesto de dolor-. Lo logró, pero ahora… Jake era todo para ella, realmente no le queda nada…
-Estamos nosotros… -Wanda se encogió de hombros-. Eso debería contar… y también tiene más amigos que la quieren… y su familia.
-No es lo mismo… -Negué-. Es difícil que llegues a comprender lo que ella está pasando…
-Ya van dos… -Ryan hizo una mueca de dolor-. No parece que vaya a acabar bien…
-Vamos…

Me levanté de golpe y todos me miraron extrañados, pero me siguieron. Llegué a mi casa y cogí el ordenador de Seth y mi guitarra, Kevin y Ryan me miraron sorprendidos, tenía rabia contenida, rabia por su dolor y por todo… conduje con esa rabia hasta su casa. Edward abrió los ojos de par en par cuando me vio llegar, pero no me impidió el paso cuando subí por las escaleras.
-¿Te piensas levantar? –Ella me miró sorprendida-. Me gustaría que te levantaras, que tuvieras la fuerza que has tenido siempre… si no, que la tomaras prestada de nosotros…
-No tengo ganas, Darlene…
-Lo sé… por eso te traigo esto… -Abrí el portátil en la cama y tomé mi guitarra-. He recordado esta canción cuando estábamos en el acantilado, viendo el sol bajar… y quiero que la escuches…

Busqué la canción y la puse,  mirándola cerrar los ojos intentando ignorarme. Pero a pesar de todo toqué con mi guitarra las partes más importantes e incluso canté para ella esas frases que quería que entendiera.
Sus ojos cerrados desbordaban lágrimas silenciosas, hasta que la canción terminó y el sollozo se hizo patente para mis oídos. Me miró y me abrazó, llorando de un modo que me hizo llorar con ella. Wanda y Cassy saltaron a la cama, abrazándonos y llorando con nosotras.
Seth apareció por allí al cabo de unos minutos, les dejamos a solas porque yo sabía que ella añoraba mucho el calor… y Seth podía ayudar en eso. Cuando bajó parecía apenado, dijo que se había quedado dormida y los chicos decidieron volverse a Monroe a pesar de que iban a quedarse en nuestra casa a dormir.

Al llegar a casa no pude hacer otra cosa que abrazarme a él, nos consolamos mutuamente, su dolor era mi dolor, mi dolor su dolor… mi consuelo era él y su consuelo era yo.

El sábado amanecí sola, no había brazos que me protegieran, sólo una escueta nota en la que decía que volvería pronto. Le llamé y la angustia volvió a mí de un modo escandaloso, estaba en Seattle visitando un apartamento a dos calles de la universidad… Le pedí que regresara y que habláramos de eso más adelante, que aún quedaba mucho tiempo para buscar piso…
-El curso empieza en menos de dos meses… sería adecuado ir buscando ya… tendríamos que amueblarlo y eso no se puede hacer tan rápido como allí… aquí tenemos vecinos…
-Seth, en serio, no es el momento…
-¿Algo va mal?
-Yo… -Suspiré-. No me parece bien –El silenció fue incómodo el primer minuto, hasta que no pude resistirme más-. Mira, quiero que lo hagamos juntos, no quiero que seas tú el encargado de todo, ¿sabes? No creo que sea el momento adecuado, mira cómo está Nessie…
-¿Esto es por Nessie?
-No… Sí… no sé… Seth, en serio, hazme caso. Dame un poco más de tiempo…
-Vale… estaré allí en un momento…

Fui a contestar pero ya había colgado. ¡Genial! Me dolía haberle herido, pero al menos no tendría que explicar todo lo que me pasaba, había entendido que era un “no por ahora” y aunque dolía haberle decepcionado me consolaba en cierto modo saber que me daba tregua. Abrí el armario y suspiré, no entendía cómo podía hacer calor después de tantos días de lluvia… casi un mes. Examiné mis shorts blancos y me los puse con una camiseta amarilla de tirantes cruzados. Me miré al espejo y salí al pasillo mirando al bosque y pensando en él… le había herido y sabía que la tregua iba a ser relativa… no sabía exactamente hasta cuando iba a durar la tregua, pero pronto obtuve la respuesta…
Hasta que llegara a casa… abrió la puerta y me miró algo ceñudo, una mirada de esas que te traspasa y te pone nerviosa, una mirada que sabía estaba viendo mi alma y que no estaba contento con lo que veía. Me desmoroné y me senté en la silla más cercana, cayendo a plomo en ella. Él dejó las llaves con algo de desgana y dio cinco pasos lentos para acuclillarse frente a mí y acariciar mi cara.
-¿Qué va mal? Pensé que te iba a hacer ilusión, quería darte una sorpresa… pero parece que te ha molestado…
-No es eso, Seth…
-Ya veo… -Me miró apenado-. ¿Te estoy agobiando? –Negué-. ¿Va todo muy rápido?
-No sé, Seth. Es un poco todo. Aún no tengo ni los dieciocho, mi mejor amiga está más que deprimida… y yo no sé qué es lo que voy a hacer con mi vida. No sé si he escogido la carrera adecuada… no sé qué va a pasar con mi futuro y eso me angustia…. Y tú… -Noté que me faltaba el aire y él me miró preocupado. Las lágrimas luchaban por salir, tuve que levantarme y salir a la puerta buscando el aire que parecía faltar dentro de la casa-. Parece que tú sólo veas lo que a mí concierne… y yo ni siquiera estoy pensando en los colores de las habitaciones o de los muebles como cualquier chica estaría pensando… pero no me sale, no me nace… y no sé porqué es…
-Vamos… -Me abrazó-. Lo entiendo, no hay problema…
-Sí, sí que lo hay… todo está cambiando y todos los cambios en mi vida siempre acaban mal, siempre todo va a peor y no quiero ir a vivir contigo por eso, sé que aquí tengo mi refugio, sé que si algo va mal podré venir aquí y que tú me consolarás… pero si vivimos juntos no tendré ese refugio, acabarás harto de mí y todo acabará mal…
-¡Eh, eh! –Tomó mi rostro-. Ahora eres tú la que corre demasiado… -Sonrió-. No tiene que ir nada mal, salir conmigo fue un gran cambio, conocerme, mi mundo… ¿Tan mal ha ido eso? –Negué-. Venga… no te angusties… -Tomó mi mano y sonrió de nuevo-. Iremos a dar un paseo por la playa, te calmarás y volveremos a casa como si esto no hubiera pasado, no sacaré el tema de vivir juntos hasta que tú me lo pidas… simplemente pensé que era buena idea… no me apetece que vayas a vivir con algún sonado… -Alzó una ceja-. No quiero perderte, eso era todo…
-No me voy a ir a vivir con cualquiera… me iré con mi tía…
-¿Ya lo tenías planeado? –Rió y me abrazó como si nada-. Vaya con la leoncita y sus secretos… -Revolvió mi pelo y besó mi sien-. Vamos a dar un paseo… quiero que me cuentes todo eso que sé que te está agobiando… te demostraré que todo son tonterías de tu loca cabecita…

Sonreí y caminé bajo su abrazo, aferrándome a su cintura. Le expliqué todos mis temores, clases nuevas, gente nueva, asignaturas de las que no había oído hablar en mi vida, el grupo al que me había unido, el agobio por las horas que tendría que estudiar y no podría verle, el miedo a fracasar y decepcionar a mi familia, a él…
-Ya sabes que jamás podrías defraudarme. Hagas lo que hagas, siempre estaré orgulloso de ti… eres una jovencita impresionante, lo sabes…
-¿Jovencita?
-Sí… -Sonrió-. A veces no me doy cuenta de eso, de que apenas eres una jovencita, porque la mayor parte del tiempo te comportas como la mujer que sé que llegarás a ser… y olvido que aún es muy pronto para muchas cosas… y terminas consiguiendo lo que quieres –Me acunó entre sus brazos y me miró de un modo que debería estar prohibido. Le abracé fuerte y miré el horizonte apoyada en su hombro. Un bulto extraño en la orilla, parecía un hombre-. Seth… Mira allí… ¿Está tomando el sol o…?
-¿Qué es eso?
-Vamos… -Me acerqué y le arrastré de la mano, pero él se quedó parado cuando vio lo mismo que yo. No pude seguir tirando de él y me solté-. ¡Jake! –Me acerqué un poco más y me giré para encarar a Seth, que seguía paralizado. Miré de nuevo aquel cuerpo doblado como si fuera un muñeco de trapo, las olas impactaban con él suavemente-. ¿Es él?
-No puede ser… -Se acercó pasmado-. ¿Respira?
-¡Sí! –Miré su pecho subir y bajar con dificultad-. ¡Respira!
-¡Es imposible…! ¿Cómo puede respirar? Es…
-¡Llama a Nessie! ¡Y a Carlisle!
-¡No! –Su voz salió distorsionada, su cara magullada e hinchada pareció hacer una mueca de dolor mientras Seth salía corriendo entrando en fase-. Al Doctor Colmillos no…
-Tarde Jake… -Me arrodillé y puse su cabeza sobre mis piernas-. Seth ya ha entrado en fase, ella estará aquí en diez minutos… espero que Carlisle llegue antes.
-¿Quieres torturarme? –Gimió-. ¿Tan mal te caigo?
-Hombre… -Abrió los ojos y sonreí-. Me fastidiaste el baile, tuvieron que traer a mi mejor amiga llorando desde Monroe y no ha salido de la cama casi en un mes… desde que Seth le contó lo que pasó… Y ahora apareces… -examiné su cuerpo- así.
-¿Tan mal estoy?
-No sé como estoy aguantando verte… Espero que Carlisle sea más rápido que Ness.
-No dejes que me vea…
-Ya, como si fuera tan fácil… sabes que me tirará sólo con un dedo…
-Llama a Bella y a Edward… ¿Están con ella? –Asentí-. Bien… no la dejarán venir si se lo pedimos… llámalos…
-Está bien… -Saqué el móvil y llamé al teléfono de Bella, que descolgó en dos segundos y le expliqué la situación sin que ella dijera nada y me colgó-. Tranquilo Jake… ya vienen.
-Jacob, hijo… -Carlisle derrapó y se posó al lado de su cuerpo-. ¿Me escuchas?
-Dime que traes mucha morfina en el maletín, Doctor Colmillos…
-No… pero la conseguiré rápido… -Carlisle rió mirándome y haciendo una seña, me giré y toda la manada estaba parada allí, mirándole-. Brady, ve a mi casa, Esme te dará todo lo necesario…
-Carlisle… -Jacob dobló el brazo y gritó, estaba completamente deformado y tuve que cerrar los ojos para no gritar yo también-. No dejes que venga…
-Tranquilo… Alice ya tiene el plan, la tendrán entretenida unas horas…
-Carlisle… -Gritó y Seth se puso a mi lado, cogiendo mi mano que estaba apoyada en el hombro de Jake-. Necesito hablar con Bella…
-¿Te vale conmigo? –Edward derrapó a mi lado y asintió cuando pensé en que necesitaba irme de allí-. Si no es urgente será mejor que cierres la boca, perro, o tu cara quedará deformada para la eternidad… -Entrecerró sus ojos y asintió-. Tienes mi permiso, yo se lo diré a Bella…
-Darlene… -Gimoteó-. Acompaña a Bella, quiero que tú la ayudes a escoger si no le gusta…
-¿Escoger? –Miré raro a Edward que asintió-. ¿Un anillo? ¿Te vas a casar con ella?
-No creo que quiera casarse con él si sigue de esta guisa… -Brady apareció con un maletín en el hocico y Edward cargó en un segundo una jeringuilla-. Dulces sueños, perro…

En apenas dos segundos Jake cerró sus ojos, parecía muerto y pensé que se había pasado con la dosis, pero los chicos le levantaron y lo llevaron a hombros hacia su casa. Seth me indicó que avisara a las chicas y empecé a correr. Jamás había corrido tanto y mucho menos a través del bosque, no sé cómo, pero llegué a casa de Emily donde Kim y Claire esperaban pasmadas.
-¿Qué ha pasado? Sam y Leah han salido corriendo y no han vuelto…
-Yo… -Cogí aire-. Seth y yo… -Jadeé-. Jake…
-¿Qué pasa? –Kim me cogió por los hombros asustada-. ¡Habla!
-Jake estaba en la playa… -Cogí aire de nuevo-. Está vivo… o algo así…
-¿Qué? Eso es…
-Carlisle y Edward lo han llevado a su casa, van a ir a curarle allí… hay que avisar a Rachel y Rebeca… no sé si podrán soportar verle, está realmente mal…
-Kim, relájate o te pondrás de parto… -Emily hizo que se sentara-. Darlene, ve a avisarlas y trae aquí a los pequeños, Kim y yo cuidaremos de ellos si ellas quieren verle… -Asentí-. Toma… -Buscó en un cajón y me dio unas llaves-. Creo que será mejor que te lleves el coche de Sam…
Rebeca
-Gracias…

Cogí el coche y conduje a toda velocidad hasta la casa de Rachel, que me pidió que me quedara en su casa con los pequeños para ir a decírselo a Rebeca. Apenas quince minutos después volvía en el coche de Rebeca, indicándome que iríamos a casa de Jake.
Al llegar Embry salió corriendo cogiendo a la pequeñísima Hilda y Paul salió para cargar con los mellizos mientras las dos hermanas subían corriendo las escaleras. Embry y Paul subieron poco después con los pequeños y pude oír algún quejido de dolor por parte de Jake, Seth me miró sorprendido pero feliz, me abrazó y a punto estuvo de llorar conmigo.
-Es increíble…
-Taha Aki… -Edward rió y besó a Bella en el pelo-. No te preocupes, Carlisle lo va a dejar como nuevo… ella ni siquiera notará que ha sido una pelota de Jacob…
-Pero le va a doler…
-No con toda la morfina que le estamos dando… si la sigue quemando así tendré que ir a otro estado a comprar para que no sospechen de que traficamos…
-Sería bueno… -Seth rió-. Vampiros buenos traficantes de morfina para licántropos amorfos… -Le miré mal y rió con Edward-. ¿Cómo harían las celdas?
-¡Seth! –Le pegué pero él hizo una mueca-. No es gracioso…
-Lo sé… pero prefiero bromear que pensar en lo mal que lo estará pasando… creo que no tiene ni un solo hueso bien…
-Sí, los de los oídos parecen estar bien… -Edward hizo una mueca-. Está pensando en lo bien que lo estaría pasando él haciendo una bola contigo y conmigo…
-Ves… -Me miró alzando las cejas-. Aún con todo, él tampoco ha perdido el sentido del humor… -Rodé los ojos-. ¿Qué?
-Darlene, Bella… -Edward hizo una mueca-. Está pensando que quiere que vayáis a cumplir vuestra misión, quiere que vayáis ahora a Port Ángeles…

Asentí y Bella subió para despedirse de él, aunque yo no me atreví y esperé a Bella dentro del Volvo. Cuando llegamos a la dirección que Jake había indicado a Edward encontramos una pequeña tienda de antigüedades, en el escaparate el anillo que él había descrito. Entramos y la dependienta nos dijo que estaba reservado y pagado, que no podía vendérnoslo… le describimos a Jake y la chica pareció no fiarse mucho de que él nos hubiera enviado a por el anillo… pero al final nos lo dio.
En el camino de vuelta miré a Bella algo preocupada y ella parecía seria también, Alice nos había informado de que Nessie se acababa de enterar y que iba como una loca hacia casa de Jake.
-Estará bien… -La miré y ella intentó sonreír-. Ahora que él vuelve a estar aquí, no importará el cómo… no te preocupes…
-Lo sé… pero me angustia cómo haya podido reaccionar y no haber estado allí, me da miedo que no resista lo que le queda… que sea sólo algo pasajero… Confío en Carlisle, entiéndeme…
-Pero el miedo sigue ahí… -Asintió y bajé la mirada, sabía lo que era eso…-. ¿Habéis pensado qué diréis cuando la gente se entere de que Jake ha vuelto? –Negó-. Me da miedo por Ryan y Kevin… hay que inventarse algo convincente y a mí no se me ocurre nada…
-Los expertos son Edward y Carlisle… seguro que se les ocurre algo razonable para explicar esto… si no… Jake tendrá que vivir en las sombras…
-Aunque así fuera… no estaría solo… no sería tan oscuro con ella… -Bella sonrió y asintió, cuando miró por la ventanilla de mi lado y rió-. ¿Qué?
-Te reciben…

Un lobo color arena apareció de entre los árboles y empezó a correr a la par que el coche, mostrando sus dientes de una manera cariñosa con la lengua fuera. Me sentí como una niña pequeña e incluso a punto estuve de aplaudir… pero tuve que esperar a llegar a aquella valla blanca para bajar corriendo a abrazar a ese lobo.
Se agachó levemente, parecía de muy buen humor, así que me subí a su lomo y me agarré fuerte, por lo que él salió corriendo de allí haciéndome reír de una manera tonta. No sé exactamente cuanto rato estuvimos corriendo, sólo sé que mi cara estaba helada cuando paramos de correr y las estrellas iluminaban la noche.
Se tumbó para ayudarme a bajar y abracé de nuevo a aquel lobo, que frotó su pelaje con suavidad contra mi cuello. Se levantó y lamió mi cara, alejándose lentamente y escondiéndose entre los árboles. Salió con unas bermudas y la camiseta en el hombro, su mirada me hipnotizó por completo y no pude moverme. Tomó mi rostro entre sus manos y besó mis mejillas tiernamente.
-Estás helada…
-Suerte que estás cerca… ¿no? –Reí y él me besó despacio-. Me alegra ver que estás de buen humor… ¿Qué ha pasado?
-Carlisle ha terminado, ahora solo hay que esperar a que los huesos suelden… ha dicho que tardará algo más de lo habitual porque está un poco débil… pero que como mucho en una semana estará bien e incluso podría entrar en fase…
-Eso está muy bien… -Sonreí y le besé emocionada-. Te dije que todo saldría bien…
-Ya… -Sonrió-. Tú siempre tienes razón en todo, ¿no?
-Por supuesto… -Puse una mueca interesante-. Soy una jovencita muy adelantada… -Él rió asintiendo y mordiendo su labio-. Así que a partir de ahora, tendrás que hacerme caso siempre… porque siempre voy a tener la razón…
-Claro, Señorita McBrown… -Me besó despacio y se alejó algo ceñudo-. Nessie ha llegado…
-¿Cómo…?
-Cosas de lobos… -Le miré alzando una ceja-. Edward me ha dicho que silbaría cuando leyera sus pensamientos… está cerca. Hay que volver.

Tomó mi mano y comenzamos a andar a una velocidad normal, llegando a casa de Jake donde Carlisle parecía satisfecho. Subí a verle y ya parecía él, parecía estar más grande, su rostro seguía magullado pero podía estar segura de que era él.
-¿Podrán hablar? –Me giré y Carlisle hizo una mueca-. Seguro que ella necesitará hacerlo…
-Le quitaré el gotero… -Tocó uno de los tubos e hizo una mueca-. Aunque posiblemente sufra mucho durante un rato… Si le quito ahora la dosis… puede despertar en media hora… pero le dolerá muchísimo…
-Preferirá el dolor mil veces si al menos puede verla… -Seth me abrazó por la espalda-. Yo lo preferiría… un millón de veces…

Sonreí y le abracé fuerte, por lo que Carlisle cerró por completo el gotero con una sonrisa mientras Esme le abrazaba mirando a Jake. Bella se apoyó en el pecho de Edward, que de repente se puso rígido y salió corriendo. Seth se giró y me miró, ¿me estaba preguntando? Asentí y me cogió en brazos, llevándome hasta el garaje donde pude escuchar parte de la conversación…
-¿Rectos?
-Es mejor que no preguntes…
-Siento haberte enviado lejos… -Me sentía culpable por haberla engañado… pero si le hubiera visto…-. Pero realmente no hubiera ayudado que lo vieras así y él me obligó a avisar a tu madre antes que a ti…
-Ya sabes cómo es… -Seth inspiró-. Hemos tenido que doparlo bastante, hasta límites insospechados… tu abuelo estaba alucinando… está enorme, sigue igual que siempre, como si todos estos meses no hubieran pasado…
-Al menos ahora… -Recordar cómo le había visto me ponía los pelos de punta-. Tu abuelo cree que despertará en media hora…
-¿Lista? –Edward la miró con preocupación-. No es para tanto… ahora. ¡Vamos! Sé que te mueres por verle…

Bella esperaba en la puerta, parecía preocupada pero Nessie tomó su mano y ella sonrió, quizá siguiera preocupada por ella… Entramos con ella y Carlisle seguía bastante satisfecho…
-Procura que no se mueva, al menos en un par de días…

Ella asintió algo asustada y subió las escaleras. Miré a Seth que sonrió, para después mirar a Edward que parecía bastante pendiente de los pensamientos de Jake y Nessie.
-No lo soportará… ya está empezando a notar el dolor… -Edward hizo una mueca y Carlisle asintió-. Puede olerla, sabe que está allí… incluso ha notado su tacto… creo que es suficiente…
-Bueno… -Me levanté del sofá y miré a Seth-. Creo que es hora de ir a dormir…
-Más bien de despertarse… -Alice apareció con una sonrisa-. ¿Todo bien?
-Todo bien… -Edward asintió-. No sé aún la respuesta… pero tú misma puedes verlo…
-¡Genial! –Palmeó y me miró-. Practica mucho, van a pedirte un favor… -La miré dudosa y miré a Edward que asintió-. Creo que Claire me va a pedir los vestidos de color pastel… los estoy viendo… -Miró a Rose y a Esme-. Necesitaré ayuda…
-Eso está hecho… -Rose hizo una mueca-. Jamás hubiera creído que estaría feliz por algo así…
-Vamos, vamos… -Alice los empujó fuera-. Hay demasiada gente en la casa y mucho trabajo por hacer… manos a la obra…

Reí y me despedí, era hora de que nosotros también nos fuéramos. Cuando llegué a casa me desplomé en el sofá, suspirando y dejando que el cansancio se hiciera patente en cada músculo de mi cuerpo. Pude notar su cuerpo posándose sobre mi espalda, apenas notaba el peso pero sí el calor… demasiado calor. Giré levemente mi cabeza y alcé una ceja riendo, por lo que él sonrió y se encogió de hombros mientras besaba mi nuca.
-No… -Me miró preocupado y reí-. No es posible…
-Oye… no te rías… no es gracioso, ¿sabes? –Pareció sonrojarse un poco y reí-. Es culpa tuya, no debería ser legal que pudieras llevar esos pantalones cortos… mucho menos cuando vas a caer así en un sofá… -Acarició mis muslos y reí-. Estás tensa…
-Estoy cansada… -Acomodé mi rostro en mis antebrazos-. Si me dejas dormir un poquito prometo ser buena cuando despierte…
-¿Ser buena cuando despiertes? –Me miró raro y alcé una ceja pícara que le dejó algo noqueado-. Eso también debería ser ilegal… lo sabes, ¿no? –Reí y asentí escondiendo de nuevo mi rostro-. No creo que vayas a descansar bien así…

Alejó su torso de mi espalda y comenzó a acariciarla con sus manos. Levantó mi camiseta poco después para acceder mejor a la piel de mi espalda, dándome un masaje que relajó todos los músculos de mi espalda. Sus manos bajaban peligrosamente a mi trasero cuando empezaba a quedarme dormida, por lo que gruñí un poquito y él rió. Bajó sus manos a mis muslos y empezó a masajearlos, bajando después a mis gemelos dejando mis piernas completamente nuevas. Volvió a subir hacia mis muslos y se entretuvo un rato allí, pero yo no podía dormir ya, no teniendo sus manos acariciándome con esa temperatura… gruñí de nuevo y él rió un poco, colocándose de nuevo sobre mí y posando sus manos en mi espalda.

Me giré y le encaré, notando que no había sido la única en fantasear con sus masajes. Él alzó una ceja y aferré su cuello acercándole a mí y regalándole un beso largo, tan largo que casi me quedo sin aire. Sus manos se posaron en mi cintura y subieron hasta alcanzar el comienzo de mi camiseta para tirar de ella y quitármela con calma. Me tumbé de nuevo y él se quedó mirándome, sus ojos vacilaban entre mis pechos y mi mirada, hasta que volvió a besarme y acarició con suavidad lo que no podía dejar de mirar.

Sus besos descendieron por mi cuello y no pude silenciar el sonido que salió de lo más profundo de mi pecho, algo que hizo que sus manos se cerrasen y me aferrasen más fuerte, provocando la misma reacción. Mordió mi cuello y volví a repetirlo, haciendo que sus manos descendieran por mi vientre y se metieran por mis pantalones, dejándome algo ida y sin apenas poder respirar.

Me removí bajo su cuerpo, mis manos fueron directas a la parte más baja de su espalda, notando la tensión de sus músculos a los que me aferré con fuerza, acercándolo a mí. Intenté deshacerme de sus pantalones, pero apenas podía moverme, sus caricias me daban poco margen de acción, por lo que él me ayudó haciendo que mis ansias por él aumentaran más aún.

Su mano aferró mi muslo y volví a emitir el mismo sonido, momento en el cual él me hizo suya, temblé y me quedé sin respiración cuando lo hizo, mientras sus labios rozaban cuidadosamente mi cuello. Aferré su pelo con una mano y su hombro con la otra, quería tenerlo lo más cerca posible y él accedió a mi silenciosa petición.

Su cuerpo temblaba de manera desmesurada, mi pecho no encontraba el aire necesario y eso parecía hacerle temblar más. Me quedé sin aire y clavé mis uñas en su hombro, haciendo que él gruñera y acelerase el ritmo llevándome al lugar donde siempre conseguía, aquel lugar que me hacía perder la razón, la noción del tiempo y de mi propio cuerpo, lugar al que me acompañó con un leve gruñido.

Me quedé paralizada y aferrada a él, mientras él no paraba de regalarme tiernos besos y leves caricias que me hacían temblar, mi piel ahora era hipersensible a sus dedos y él lo sabía.
-¿Estás bien? –Dijo con una sonrisa mientras me acariciaba y me hacía temblar-. Parece que tengas frío… -Mordí mi labio y arrugué mi nariz haciéndole reír-. ¿Qué?
-Eres cruel… -Alzó las cejas poniendo cara de ángel-. Te había dicho que quería dormir un poquito… y no me has dejado…
-¿Yo? –Se hizo el sorprendido-. Yo solo quería que te relajaras para que pudieras descansar mejor… -Besó mi cuello despacio-. Pero tú has elegido otra forma distinta de relajarte…
-¡Qué idiota! –Le pegué y rió en mi hombro-. Sabías lo que iba a pasar… seguro…
-No… ¿Realmente crees que hubiera hecho eso? –Alcé una ceja, era evidente… él rió para poner cara de ofendido-. ¡Qué poco me conoces, McBrown…!
-Yo creo que te conozco demasiado bien… -Bajé mi mano por su torso, acaricié la parte más baja de su vientre y alcé una ceja cuando él dio un respingo-. ¿No crees, Clearwater?
-Bueno… -Frunció el ceño algo confuso y reí-. Quizá deberíamos… no sé… -Hizo una mueca mostrando una fingida curiosidad-. Quizá podríamos conocernos un poco mejor…
-Ya…

Empecé a reír y él rodó, cayendo al suelo y haciéndome reír mucho más. Él empezó a reír y gruñó, acercándose a morder mi cuello y arrastrándome con él, cayendo en su cuerpo en el punto exacto haciendo que mi risa cesara y se cambiara por la sorpresa mientras él parecía satisfecho y me miraba sonriente y pícaro.
-¿Esas tenemos? –Se movió un poco bajo mi cuerpo y me hizo temblar mientras reía y yo mordía mi labio-. Creo que aún queda mucho de mí que no has visto, Clearwater…

Me lancé a sus labios y él sonrió vencedor, pero conseguí tenerlo en un punto donde las tornas cambiaron, él mordía su labio y yo sonreía, alejándome de él cuando parecía dispuesto a volver al paraíso donde antes habíamos estado. Tras repetir lo mismo como cinco veces, miró la mesita y la apartó, rodando sobre mí y llevándome con él de regreso al paraíso.

La luz inundaba el salón, pero su brazo cálido no me molestaba. Dormía a mi lado, su otro brazo haciendo las veces de nuestra almohada, la fina sábana que solía tener apoyada en el sofá sobre mi cuerpo. Acaricié levemente su rostro con la punta de mis dedos, su respuesta fue automática, besando mi hombro y acariciándolo con su mejilla.
-Buenos días… -Susurré con cuidado y él me mostró la mejor de sus sonrisas sin abrir los ojos, mordí mis labios y suspiré al observar su bello rostro. Abrió los ojos y alzó las cejas-. Estás tan tierno cuando duermes… -Acaricié su pelo y él besó mi hombro despacio, acomodándose como si quisiera dormir allí de nuevo-. Es sorprendente… -Me miró curioso-. Me gustas de cualquier manera, Clearwater… eres perfecto…
-¿Tú crees? –Asentí ante su mirada curiosa-. Creía que ayer te habías enfadado por algo… aunque no recuerdo muy bien el porqué…
-Cierto… -Sonreí y él me miró confuso-. Estoy muy enfadada, no me dejaste dormir…
-¿No? –Se acercó y me besó despacio, subiendo su mano para acariciar mi cara pasando lentamente sobre la sábana que cubría mi pecho-. Yo no lo recuerdo exactamente así… pero si así lo crees, puedes hacer lo mismo cuando lo creas necesario… -Se acomodó pasando su antebrazo por encima de mi otro pecho y sonriendo-. Yo no me enfadaré…
-Lo sé… -Suspiré y él sonrió cerrando los ojos. Le miré y no me moví, hasta que al poco rato él abrió un ojo para mirarme divertido, seguro esperaba que yo le molestara-. ¿Estás cansado?
-Un poco… -Se acercó a mí y se acomodó-. Bastante…
-Entonces es mejor que descanses… -Me miró sorprendido, aunque recompuso el rostro rápido-. Esperaré a que despiertes… -Acaricié su rostro y le miré seria-. Pero no vuelvas a hacer lo de ayer… no me gusta que no me dejen dormir cuando estoy tan cansada… -Él sonrió, seguro que no lo había dicho tan seria como pretendía-. Conocerás mi ira… y para eso necesitas haber descansado mucho…

-Creo que no estoy tan cansado…
-Pues no es lo que has dicho hace un momento… -Negué torciendo el gesto-. Aunque no me preocupa lo cansado que estás ahora, sino cómo estarás después… -Él abrió su boca para decir algo pero puse mi dedo en sus labios, girándome y acercándome a él. Su mano se posó en mi espalda e intentó dirigirla a mi pecho, aunque desvié su trayectoria con mi brazo-. Ahora descansa…
-Estoy empezando a conocer lo cruel que puedes ser… -Susurró algo serio-. Vas a matarme…
-No… -Negué y le besé despacio-. Aún no es momento de que me vengue… cuando despiertes… -Sonreí y me tumbé boca arriba a su lado, apartándome un poco-. ¿No estabas tan cansado? Aprovecha ahora que puedes dormir… no lo harás en mucho tiempo…
-Cruel…

Se abalanzó sobre mí y me besó sin que yo pudiera evitar reírme. Me miró con una sonrisa pícara y colocó sus manos en mi rostro, bajándolas y rozando mi pecho con la sábana mientras la bajaba lentamente. Sus manos subieron deshaciendo el camino y dibujando una espiral con sus dedos buscando con cada una de sus manos alcanzar el punto más alto mientras besaba mi cuello. Me quedé sin respiración cuando llegaron a su destino y él se alejó mirándome serio, dibujando círculos con sus dedos mientras me miraba. Me quedé sin aire y vislumbré aquel paraíso al que siempre me llevaba, momento en el cual se quedó quieto. Cerró los ojos e inspiró, por lo que acaricié sus muslos con mis manos, aunque él las cogió cuando había subido unos centímetros de sus rodillas.

Cogió mis muñecas y las dejó sobre mi cabeza, tumbándose sobre mí y suspirando levemente, abriendo sus ojos y mirándome serio. Me besó despacio y acarició con suavidad mis brazos, no pude evitar sentirme cada vez más cerca de aquel fantástico paraíso mientras sus cálidas manos recorrían cada centímetro de mi piel lentamente y su mirada seguía fija en mi rostro. Siempre dejaba de acariciarme un instante antes de dejarme sin aliento, siempre cerrando sus ojos de un modo que me hacía pensar que tenía que controlarse para no hacer lo que yo ahora mismo tanto ansiaba.

Besó mi cuello con cuidado y volvió a acariciarme, sabía que esto seguiría durante mucho tiempo si no conseguía romper esa concentración que parecía tener. Mordí el lóbulo de su oreja y paró en seco, sabía que ése era el momento y volví a morder, haciendo que él me mirase y negase. Podía ver en su mirada que él lo deseaba incluso más que yo, fruncí el ceño… estaba imponiéndose su propia tortura.
-Seth… -Me besó con pasión, intentando acallarme-. Seth, ya basta… -Me miró asustado-. Para esto…
-¿Estás cansada? –Parecía ahora preocupado-. Siento si me he pasado…
-No… -Negué y sonreí acariciando su rostro, era como un ángel… estaba fustigándose el mismo y yo apenas me había dado cuenta…-. Vale de torturarte… -Me miró sorprendido y rodé para ponerme sobre él-. Lobo tonto… -Mordí su cuello y tembló en un intenso espasmo-. No me refería a eso…
-¿No? –Me miró confuso-. Yo creía que…
-¿Qué estaba enfadada porque te aprovechaste de mí? –Asintió confuso-. Pues sí… pero mi idea no era vengarme haciéndote sufrir… -Acerqué mi cuerpo al suyo consiguiendo lo que tanto estaba esperando y él cerró los ojos mordiendo su labio y elevando su barbilla al intentar echar su cabeza hacia atrás. Besé su mandíbula y me acerqué a su oído-. Mi venganza va a ser todo lo contrario…

Gruñó cuando rodó sobre mí y toda su concentración desapareció, pudiendo comprobar su pasión desbocarse de un modo inesperado,  la presa se había roto dando paso a la parte más irracional de su ser y obteniendo la misma respuesta por mi parte.

Pude ver cómo anochecía desde aquel suelo y cómo empezaba a amanecer… pero no podía recordar cómo había llegado a mi cama ni cuándo me había puesto un camisón. Miré a mi alrededor y me fijé en la hora, las siete y media de la tarde. El grifo de la ducha que había estado escuchando se cerró y apareció un sonriente Seth empapado, cubierto sólo por una toalla alrededor de su cadera. Se acercó a mí secando su pelo con otra toalla más pequeña y besó mi frente sonriendo.
-Bueno días, preciosa…
-Buenos… -Carraspeé y él rió- días…
-¿Quieres algo de beber, comer…? –Me miró curioso y yo alcé una ceja mirando su torso y provocando su risa-. De eso nada…
-A mí me gusta empezar por el postre… -Alzó sus cejas cuando volví a carraspear y rió al ver mi mueca-. Vale… -Dije con voz ronca y poniendo cara triste mientras él dejaba de secar su pelo preocupado-. Creo que mi voz no es muy seductora ahora… ¿no?
-No va a colar… -Me tiró la toalla pequeña a la cara-. Primero a comer… -Alzó una ceja cuando hice un puchero y se quedó parado por un momento, sacudiendo su cabeza y señalando la puerta-. ¡A la cocina! ¡Tira!
-Vale… -Dije con la cara más triste que pude, aunque él se quedó señalando la puerta-. ¡Te odio! –Grité como hubiera hecho cualquier niña cuando hace algo porque la obligan. Cogí la manecilla de la puerta y su mano se posó encima, notando cómo las gotitas de su pecho se secaban en mi ropa y sus labios rozaban mi cuello-. Ahora te odio un poquito menos…
-Si sólo es un poquito… -Se alejó sonriendo y yo me aferré a él haciendo que riera-. No, no vas a convencerme fierecilla, quiero que bajes ahora mismo a la cocina… -Me giré y saqué mi labio inferior, por lo que él acarició mi pelo-. Venga…
-¡Madre mía! –Me quedé helada al ver el reflejo del espejo. Mi pelo… parecía que había metido los dedos en un enchufe, mi cara tenía marcas de las sábanas al igual que el resto de mi piel…-. ¡Qué pintas…! –Me acerqué al espejo e intenté peinarme mientras veía a Seth sonreír a mis espaldas-. No tiene gracia… estoy horrible… ¡Márchate! –Grité nerviosa-. ¡Largo!
-A mí me gusta… -Posó sus manos en mi cintura-. Sobre todo cuando pienso en el trabajo que va a llevar desenredarlo… seguro que tenemos que estar un montón de rato los dos juntos en la ducha para poder arreglarlo… -Mi cara cambió, era un buen motivo-. Pero no sin que antes bajes a comer algo…

Dio una palmada en mi trasero y se metió de nuevo en el baño, por lo que bajé a toda prisa a la cocina para comer lo primero que vieran mis ojos que fuera comestible… pero una presencia captó mi atención y me asustó sentada en la encimera de la cocina con la ventana abierta a su espalda.
-¡Señor! ¡Qué susto!
-¿Has visto tu pelo? –Dijo graciosa-. Buenas tardes, Seth…
-Alice… -Seth entró a la cocina aún con la toalla, sacó de la nevera una manzana, mordiéndola con ganas y dirigiéndose de nuevo escaleras arriba-. ¡Come algo!
-Claro… -Mascullé rascando mi cabeza mientras Alice reía-. ¿Tendré que cortarlo?
-No creo… -Suspiró-. Sólo vengo para avisarte de que será el domingo… No puedo ver nada de la boda, pero sí que ése día estaré con Rosalie preparándolo todo… así que… -Se encogió de hombros-. Creo que quizá querrías saber que vendrá el sábado por la noche a pedirte algo… imagino que Seth irá a hacer ronda ese día, porque he podido verlo claro… te veo algo desesperada, así que he preparado una lista que quizá te ayude… -Dejó un papel bajo un imán en la nevera-. Ahora tengo que irme… tengo que coser unos cuantos vestidos…
-¿Necesitas ayuda? –Alzó una ceja y rodé los ojos-. Vale… ¿Te veo el domingo?
-Espero… -Sonrió-. Voy a ver cómo va Nessie…
-Dale recuerdos…

Asintió y salió por la ventana con bastante gracia. Me acerqué a la nevera y miré la lista, veinte canciones… ninguna de mi gusto… suspiré y la dejé ahí por si acaso no encontraba nada mejor, abriendo la nevera y cogiendo otra manzana, subiendo algo enfadada a mi cuarto y reprochándole a Seth que no me avisara de la visita de Alice… él rió y me confirmó que la había “olido”… gruñí levemente mordiendo la manzana mientras él reía por mi tonto berrinche, que no duró más de cinco minutos… lo que me costó terminar la manzana y comenzar con el postre.

1 comentarios:

Write comentarios
YOAN Mextli
AUTHOR
30 de agosto de 2010, 18:14 delete

n0otas rapidas poco tiempo
ni se te ocurra censurarlo
oye no quiero que se acabe
me deben un seth pov(por ser fiel seguidora)
y por favor porfavor porfavor el epigolo
con mucho cariño
Y.O.A.N

Reply
avatar