Capítulo XLIII: Magia.

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Bueno... pues este capi lo subo yo... esta muy mal editado, lo sé... pero ya le he dicho a Ainhoa que cuando quiera lo borre o lo modifique... el caso es que como me he ido de vacaciones y habéis estado todos estos días a pesar de todo por aquí esperando más caps... quería agradecéroslo así...
Espero que os guste a pesar de que esté mal editado (bastante recargado creo...) y bueno, como punto final una sorpresita (también algo pésima xD)
Muchas gracias por todo... ¡¡¡OS ADORO!!!

Silvy









Último día de clase. Miré mi mochila, los papeles de la universidad de Seattle que mi tía vendría a recoger a media mañana. Miré la cama plegable que había a mi lado, preparada como cada dos semanas para él. Hice una mueca al recordar lo que pensé la primera vez que mi padre la abrió… “Sólo será para disimular…”. Pero no había sido así, dormía cada noche en aquella cama, se limitaba a extender su mano para tomar la mía, “No volverá a repetirse, no quiero faltarles al respeto…” había dicho la noche que me pasé a su cama buscando algo más que un abrazo.
Suspiré y me levanté animada, iba a ser la última vez que me iba a levantar de esta cama para ir a clase… una sensación extraña. El desayuno fue parecido, una sensación extraña presente a cada instante… el último día, un final y el comienzo de algo nuevo.

Revisé los papeles durante el desayuno con mi padre, mi tía ya había preparado la habitación para mí en Seattle, aunque Seth seguía buscando un piso más cerca de la universidad para que fuéramos allí los dos… vivir con él… mi padre alzó una ceja cuando lo pensé, mi cuerpo se tensaba cada vez que pensaba en cómo sería vivir con él… no iban a ser una vacaciones, ni un fin de semana, iba a ser una convivencia en toda regla, vería mis defectos claramente, conocería cada pequeña manía que podía desesperar a cualquiera… y eso me asustaba de un modo irracional.
No sabía cómo decirle que me daba miedo, que no quería tener que explicar a mis padres que me iba con él, que una parte de mí ansiaba vivir con él pero otra huía… no había sido capaz aún de decirle que mi tía ya tenía todo preparado para mi traslado.

Cuando llegué a clase pude ver como los chicos se abrazaban a sus novias, ellos h
abían escogido universidades diferentes, era nuestro último día de clase juntos, la última vez que nos veríamos las caras en las aulas. Kevin había elegido Tacoma, algo más lejos que Seattle pero algo más cerca que Ryan, que había escogido Bellingham.
Cuando Nessie llegó todos hicimos una mueca, aún no había dicho qué iba a hacer ella con su vida, no había hablado del tema a pesar de que nos había dado consejos a nosotros sobre las carreras que planeábamos, las carreras que también estaba pensando Cassy para solicitar…

El día pasó bastante extraño, todo el mundo hablaba del baile, de los vestidos, de las despedidas, de sus nuevas vidas… todos con la misma sensación, algo se acababa y un nuevo horizonte se abría paso.
Cuando salí aquel miedo que sentía cada vez que le veía se hizo patente, aunque también la necesidad de abrazarle y no dudé un momento en correr hacia él cuando lo vi sentado en su descapotable dedicándome la mejor de las sonrisas.
-¿Ya tienes el vestido? –Asentí y él miró a Nessie-. ¿Y tú? Podemos ir a dar un paseo por el centro comercial, si quieres…
-No… Alice me va a secuestrar para ir de compras… ya me ha avisado esta mañana… así que… -Reí sin poderlo evitar-. Ya sabéis… -Seth rió y ella hizo un intento, aunque sólo se quedo en intento-.
-No creo que se ofendiera por ver esa dulce sonrisa… -Seth alzó las cejas y sonrió más-. Pero al menos un intento como ese es mejor que nada…
-¡Hola chicos! –Alice revoloteó hasta el capó del coche, deslizándose sobre él, parando al lado de Seth y revolviendo su pelo-. ¡Genial! Nos vamos todos de compras…
-¿Todos?
-¡Claro! Tú vas a acompañarlas… tienes que ir decente.
-¿Yo? ¿De compras? ¡Ni de coña!
-Vamos Seth… -Alice puso cara de ángel-. ¡Genial! –Alice sacudió sus brazos y besó a Seth en la mejilla, algo se revolvió dentro de mí, quizá celos o quizá envidia al ver que ella quedaría mucho mejor al lado de Seth que yo…-. Eres un muchacho encantador…

Creo que mi cara debió reflejar algo de aquello, Nessie empezó a reír de una manera histérica, era la primera vez que la veía reír desde que Jake desapareciera… había visto leves sonrisas, pero nunca carcajadas. Había sido tan patética que la había hecho reír, por lo que no pude evitar acompañarla. Alice palmeó y saltó del coche, metiéndose detrás mientras Seth sonreía al vernos así y rodaba los ojos, sabiendo la que se avecinaba yendo con nosotras tres de compras. Nessie no paró de reír en todo el camino, su risa resonaba mucho más cuando Alice picaba a Seth y él le decía algo que haría y que no podría ver por su naturaleza… no pude evitar reír yo también en alguna ocasión, mucho menos viendo a Nessie desfogarse de ese modo.


Nessie escogió un vestido negro con escote palabra de honor y lleno de volantes, mientras que Alice nos mostraba los zapatos que había escogido para nuestros vestidos… no pude rechazar el regalo, eran mucho más bonitos que los que yo había planeado.

Seth acercó a Nessie y a Alice a su casa y paró frente a mi casa. Le miré y acaricié su frente, parecía realmente acalorado y alcé una ceja extrañada, él negó levemente y me ayudó a bajar las cosas del coche.

Cenamos con mis padres y dejé todo preparado para el día siguiente, el vestido, los zapatos, los complementos y el maquillaje listos para cuando me despertara. Seth me miraba sentado en su cama, limpiando el sudor de su frente.
Le miré extrañada y acaricié su rostro, intenté recordar alguna vez que le hubiera visto sudar así… pero a mi mente no venía ningún momento.
-¿Te encuentras bien?
-Sí… -Apartó mi mano de su frente de un manotazo y le miré sorprendida-. ¡Perdón! –Tomó mi mano y la solté cuando noté que hacía demasiada fuerza. Me miró confuso-. ¿Por qué te apartas?
-Me hacías daño, Seth…
-No… no puede ser. Eres un poco quejita a veces… -Rodó los ojos y se tumbó-. Siempre me controlo, sabes que nunca te hago daño…
-¿Estás bien?
-No sé… creo que estoy cansado, Alice es muy pesada e hiperactiva, me pone de mal genio a veces que sea tan alegre… resulta molesto ver cómo… -Negó confuso-. ¿Podrías traerme un poco de agua, por favor?
-¿Estás bien? Seth, me estás asustando…
-Estoy bien, sólo necesito beber algo, debo estar deshidratado o algo, no recuerdo la última vez que sudé tanto…
-Yo tampoco… -Limpié su frente y tuve que retirar la mano-. ¡Estás ardiendo!
-Menuda novedad… -Rió acomodándose en la cama-. Sólo necesito descansar…

Bajé corriendo a por una botella de agua fría, pasando por el baño para coger el termómetro. Se bebió la botella de un trago y me miró raro cuando fui a tomar su temperatura, 45º C.
Mis ojos se desorbitaron, él miró el termómetro y lo dejó caer, su mirada se tornó oscura y me apartó levemente de él, aovillándose y dejándose caer de nuevo sobre la cama.
Mi padre se asomó y le trajo un medicamento mientras le decía a mi madre que preparase paños de agua fría. Les dije que se marcharan, que durmieran tranquilos que yo me quedaría con él… no quería que comprobaran su verdadera temperatura. Los paños de agua fría se secaban al instante sobre su piel.
-Me estoy preocupando, quizá deberíamos ir a ver a Carlisle o…
-No, se me pasará… -Tomó mi mano con fuerza para luego soltar algo la presa-. No te alejes de mí, por favor. No quiero que te alejes de mí…
-Tranquilo… -Acaricié su frente con un paño de nuevo-. No voy a irme a ninguna parte, tú siempre has cuidado de mí cuando he estado enferma… ¿en serio crees que podría dejarte solo ahora?
-¿Pase lo que pase? Me da miedo, sólo recuerdo haberme encontrado así una vez… quiero que te alejes, pero no quiero… me da miedo hacerte daño, pero sé que no puedo estar ahora sin ti…
-Tranquilo… no pasa nada. No me harás daño… descansa…

Pareció dormir y seguí poniendo paños sobre su cuerpo, aunque él seguía desprendiendo calor. Mi casa pareció temblar y Seth abrió los ojos de nuevo, retorciéndose sobre sí mismo mientras agonizaba. Tomé su mano y quemaba más de lo que pudiera imaginar, al igual que su rostro. Tomé su temperatura, 53º C.
Me asusté muchísimo, no era normal que después de todo su temperatura hubiera subido casi diez grados… no poniéndole paños helados constantemente. Tenía que avisar a Carlisle, así que tomé mi móvil sin soltar la mano de Seth que me miraba pasmado, parecía ido y eso me angustió aún más. Gritó y mis padres se asomaron asustados, les pedí que se quedaran en la puerta mientras marcaba.
-Ness, tu abuelo tiene que venir. No sé qué le está pasando a Seth. Está enfermo, tiene fiebre y no sé qué demonios le pasa… por favor, trae a Carlisle…
-No te preocupes, Alice ha llamado, vamos para allá.

Dos minutos más tarde Carlisle llamó a la puerta. Mi padre subió con él y mi madre se quedó mirándole como si fuera una estrella de cine… hubiera reído al ver las caras de mis padres si no fuera por la situación en la que estaba Seth.
-Seth… -Carlisle tocó su frente y retiró la mano mientras Seth gruñía-. ¿Puedes oírme?
-Maldito chupa sangres, aléjate de mí…
-Seth… -Carlisle miró a mis padres y después a mí-. Está delirando, realmente tendría que llevármelo, su temperatura es demasiado alta y no sé qué le pasa exactamente…
-Aléjate de mí, maldito demonio…
-Seth… -Acaricié su rostro-. Seth, tenemos que irnos con Carlisle, él va a ayudarte… hazlo por mí, por favor… no me separaré de ti…

Me miró fijamente y asintió al mirar alrededor, parecía estar asimilando lo que estaba pasando. Al salir pude ver un coche parando al lado del de Carlisle, aunque me metí con Seth sabiendo que Nessie, Bella y Edward nos seguían en el otro coche. Cuando llegamos a su casa, Edward y Carlisle lo sacaron del coche y lo llevaron al jardín, parecían estar sujetándole mientras él se retorcía y gruñía, mirándome angustiado. Posé la mano en el cristal mientras podía oír a Bella hablar por teléfono.
-Sí, Seth está igual… Carlisle piensa que están entrando en fase de nuevo… No sé porqué, ninguno puede saberlo excepto ellos. No le haremos nada, no creemos que sea capaz de atacar… Si ataca tendremos que reducirle y lo llevaremos de vuelta a Forks, haremos lo posible por no hacerle daño, lo prometo.

La miré pasmada, aunque ella se posicionó delante de mí como Esme, impidiendo que viera con claridad qué era lo que iban a hacer con mi novio. Parecía retorcerse de un modo exagerado, convulsionaba y gruñía y yo no paraba de angustiarme aunque algo me calmó, imaginé que Jasper.
Dejé de ver a Carlisle y Edward y apareció un lobo en el lugar donde antes estaba mi novio. Su mirada era oscura, sus ojos no me trasmitían esa sensación de seguridad que solía hacer, si no todo lo contrario. Nessie dio un paso en su dirección y yo tomé su mano, recordaba esa oscura mirada y ese extraño comportamiento, no era mi novio, no era mi Seth, era simplemente el lobo que llevaba dentro y que posiblemente estaría dispuesto a atacar a su amiga. Cuando miró mi mano tomando la de mi amiga, aulló de un modo que me rompió el alma. Salió disparado y miré a Nessie, que ahora miraba a su padre que parecía estar algo confuso.
-Taha Aki los reclama.
-¿Qué? –Me quedé bloqueada y todos seguían como estatuas, parecían no reaccionar-. ¿Qué demonios quiere decir eso?
-No lo sé seguro… parece que hay algo que los ancestros quieren comunicar a la manada, no consigo aclarar los pensamientos de Seth… y lo estoy perdiendo. Veo a los ancestros y entre ellos está… -Nessie le miró pasmada-. Está él.
-Tenemos que ir…
-Sería violar el tratado… -Carlisle abrazó a su nieta-. Cariño… debemos esperar, no podemos dejarte que vayas allí, sería ponerte en riesgo, quizá el llamado sea para que ataquen de nuevo, no podemos hacer nada hasta que no sepamos algo más… es mejor esperar aquí…
-Me adelantaré… -Tomé la mano de mi amiga-. Iré ahora mismo hacia allí, en cuanto sepa algo, en cuanto hable con Seth y sepa que está pasando, te llamaré.

Simplemente asintió algo paralizada y salí corriendo hacia mi casa para coger mi coche. Le dije a mis padres que Carlisle se iba a llevar a Seth al hospital de Forks y que no parecía nada grave, pero que debía ir con él… lo entendieron aunque tuve que insistir en que estaba perfectamente para que me dejaran conducir y no vinieran conmigo.

Cuando llegué una lluvia torrencial caía sobre la zona y la casa estaba vacía, me senté en el sofá y empecé a moverme de manera algo compulsiva, paseando después hasta que la puerta se cerró y Seth me miró con el rostro contorsionado. No pude evitar correr y abrazarle, pude notar que sollozaba ligeramente en mi hombro y le miré pasmado.
-¿Qué ha pasado?
-Él… estaba allí, no hemos podido apenas despedirnos, ha sido como un juicio hacia Jacob, le querían condenar aunque no nos ha quedado claro nada, no han dicho nada por lo que pudieran condenarle a la oscuridad, pero al parecer la transición ha empezado… no era como lo había visto antes, no era él, era más como Taha Aki que como el propio Jacob.
-¿Le has visto? –Asintió-. ¿Habéis hablado con él?
-Tan apenas, simplemente nos han dicho que Nessie puede volver y que tendremos que seguir aquí, protegiendo a la tribu, tendremos que entrar en fase y Leah y yo seremos los encargados de dar paso a la nueva generación… -Se aferró a mi fuerte-. Odio tener estas ataduras… tendremos que esperar a que haya un nuevo alfa para poder dejar de entrar en fase…
-Pero… eso no es tan malo, ¿no?
-No para Leah ni para Quil, pero sí para mí… ahora sí. No quiero más ataduras, no quiero atarme a nada que no sea a ti, no quiero que nada vuelva a hacerme sentir como aquella vez, no quiero tener que sentir el mismo miedo que he tenido hoy al verme descontrolado… pero es el precio que tiene que pagar la manada para que ella pueda volver… y si tú estás de acuerdo así lo haré.
-No va a ser tan malo Seth… -Acaricié su rostro-. Es mejor que seas tú quien la llame y le diga que regrese a su hogar. Se alegrará… -Sonrió levemente-. Todo irá bien, pienso pasar esto contigo, pienso apoyarte en cada decisión que tomes… lo sabes.
-Lo sé… -Acarició mi rostro con una sonrisa-. ¿Crees que realmente querrá volver aquí? Quiero decir… después de todo. Quizá sean demasiados recuerdos…
-Llámala, estará deseando regresar a su casa…

Asintió y cogió su móvil, sentándose en una silla para hablar. Me quedé sentada en las escaleras mirándole, estaba tan emocionado que le costaba realmente hablar, no sabía cómo pedirle a Nessie que viniera, cómo explicarle que no había podido hablar con él, como intentaba explicarle que no parecía el Jake de siempre, que era un espectro, que ya era un espíritu guerrero, sin posibilidad de nada más.

Cuando colgó me levanté y le abracé, se acomodó en mi pecho y lloró de un modo que rompió mi alma. Acaricié su rostro y le acompañé hasta la cama, donde siguió llorando abrazado a mí hasta que se durmió. Empezaba a amanecer por lo que me levanté con cuidado y cogí mi móvil, hablando con mis padres para decirles que todo estaba bien ahora, que no debían preocuparse… mi madre me estuvo contando que habían llamado de la universidad y que había un pequeño problema, que sería mejor que fuera y lo resolviera en persona. Quedé con ella para ir, mostrando cierto recelo a marcharme que ella achacó a que no me quería separar de Seth.
Cuando colgué miré a mi alrededor, llamé a Nessie pero fue Bella la que contestó, Nessie no podía hablar, estaba llorando aferrada a la cama de Jake. Cuando colgué tuve que forzarme para tragar mis lágrimas, no podía imaginar cómo lo estaría pasando yo en su lugar, cómo sufriría si algún día llegase a perder a Seth de esa manera… Intenté por todos los medio no llorar y lo conseguí, conseguí mantenerme serena hasta que oí su voz angustiada llamándome.

Subí corriendo y él resopló al verme, corrí a tumbarme a su lado en la cama y me abrazó fuerte, oliéndome como si fuera la primera vez, como si quisiera intoxicarse con mi aroma. Acaricié su rostro y me besó, me besó con urgencia, dulzura y dolor. Me alejé como pude de sus besos, miré sus ojos y entendí que quería mostrarme lo mucho que me necesitaba y me amaba.
-Tengo que ir a verla, además mi madre me ha dicho que tengo que ir a Seattle, que ha habido una confusión con los papeles de la matricula…
-Vale… iremos a ver a Nessie y te llevaré a Seattle…
-No, mi madre va a ir con mi padre a su oficina, hemos quedado allí… sería raro si después de estar toda la noche en el hospital aparecieras allí, ¿no crees? –Asintió apenado-. Quédate descansando… volveré en cuanto todo esté solucionado… -Besé su frente y sonreí-. No olvides lo mucho que te quiero en estas horas…
-Ni tú… -Sonrió levemente-. Creo que será mejor que vayas tú primero a verla, no creo que esté bien que vayamos juntos… además tampoco sé si querrá verme…
-Claro que sí… pero tú tienes que descansar un poco más…
-Llámame cuando sepas algo de la matricula…
-Lo haré…

Acaricié su pelo y le besé despacio, para recrearme después mirando su rostro. Él hizo lo mismo hasta que sentí que debía irme o no podría separarme de él jamás. Cogí el coche y aparqué al lado del Volvo de Edward, el cual abrió la puerta antes incluso de que apagara el motor. Asentí al pasar por su lado y subí las escaleras para encontrarme a Nessie aferrada a la almohada y a su madre acariciándole el pelo… malos recuerdos vinieron a mi cabeza e intenté pensar fríamente.

-¿Qué es eso de que mi mejor amiga no me coja el teléfono? –Ella alzó la vista disgustada y yo hice una mueca-. Acabaré pidiéndole a Claire que sea mi nueva mejor amiga… ella al menos se emocionará cuando la llame y se pegará horas colgada al teléfono conmigo… -Bella sonrió levemente al ver la medio sonrisa de Nessie. Me senté en la cama tomando la mano de Ness-. O quizá me haga la mejor amiga de tu madre… -Hizo una mueca y suspiré-. Oye, quiero pedirte un favor… -Me miró-. Seth no sabe si es correcto que venga, no sabe si quieres verle o si le odias… creo que necesitaría que le llamases y le dijeras que viniera…
-Puede venir cuando quiera… -Bella me sonrió-. Como tú y como el resto, sois bienvenidos siempre…
-Gracias…
-Y no dudes en pedirnos ayuda con los papeles de la matrícula si lo necesitas… -Edward sonrió desde la puerta-. A veces es un jaleo rellenar tantos formularios…
-Creo que podré solucionarlo hoy…
-¿Qué ha pasado? ¿Te ponen pegas para entrar a la universidad? –Nessie alzó su cabeza y asentí levemente-. ¿Por qué?
-Mi madre no me ha sabido explicar muy bien… tengo que ir ahora a Seattle… intentaré volver esta noche, vendré a cenar contigo, ¿vale?

Asintió levemente y los rostros de sus padres se contorsionaron en una ligera mueca de dolor. Pronto Rosalie y Emmett aparecieron por la puerta cargados con bolsas mientras Esme colocaba un pequeño ramito de flores en la mesilla. Carlisle miró a su hijo que asintió levemente con cara de disgusto. Era momento de irse, así que besé el pelo de Nessie y me despedí, bajando y cruzándome con Alice y Jasper, los cuales me repitieron las mismas palabras que había dicho Edward.

Conduje hasta Seattle pensando en el dolor de mi amiga, en el dolor de Seth, en cómo todo se había estropeado. Me retrasé más de media hora, pues la espesa lluvia que caía en la zona de Forks hizo que tuviera que ir más despacio. Parecía que el cielo lloraba también la pérdida de Jake, que reflejaba las lágrimas de todos los que le querían, incluidas las mías.
Aparqué detrás del coche de mi padre y subí a aquel edificio para encontrarme con la secretaria de mi padre, que me indicó que mis padres estaban en el despacho. Llamé y abrí casi al instante, quedándome algo sorprendida al ver a mi madre sentada sobre la mesa mientras mi padre la besaba. Tapé mis ojos y se separaron al instante, no pude evitar reír y mi madre tampoco, aunque mi padre parecía más bien avergonzado. Salimos de allí tras lanzar alguna pulla a mi padre y mi madre me indicó que teníamos que ir a ver a uno de los secretarios.

Me quedé algo alucinada al ver el campus, realmente enorme y bonito, nos costó un poco encontrar el despacho pero una vez allí tuve una agradable sorpresa. Ella sonrió como si supiera que nos fuéramos a encontrar.
-¿Tú también tienes problemas para acceder a la universidad? –Alzó una ceja y la miré sorprendida-. Iba a llamar a tu tía esta tarde…
-¿Vas a ponerte a estudiar otra vez?
-No… yo no, el hijo de un amigo… -Mi madre nos miró raro-. Tu tía me ha dicho que vais a hacer la misma carrera… -Mi madre no dejaba de mirarla hasta que ella sonrió-. Me alegra verte de nuevo, Grace… -Le tendió la mano y mi madre asintió-. Hace mucho tiempo que no nos veíamos…
-Yo… -Mi madre hizo una mueca-. Lo siento, sé que hemos estado juntas alguna vez, pero no recuerdo tu nombre…
-Silvia… -Sonreí a mi madre y volví a mirarla-. ¿Va a hacer la misma carrera que yo?
-Sí… se ha trasladado a casa de su padre hace un par de semanas y había pensado que sería buena idea que conociera a alguien en la ciudad… es un poco reservado… -La puerta del despacho se abrió y salió aquel chico de cabello oscuro, ojos azules y piel dorada-. Aquí está… Mark, te presento a Darlene…
-Hola…
-Hola… -Tendí mi mano y el chico la cogió con lo que me pareció incomodidad-. Así que vamos a ir juntos a clase…
-Sí… al menos a las troncales… -Se encogió de hombros y miró a Silvia-. Me han dicho que me faltan seis créditos, que tengo que escoger una actividad más para poder cursar este año…
-Bueno, ya pensaremos en algo… -Le consoló y me miró curiosa-. ¿Os apetecería tomar algo luego? Así podéis conocer ya la cafetería, yo os presentaré al camarero, hace los mejores sándwich de Seattle… aunque no se lo digas a Michael…
-Claro… -Reí-. No sé cuánto tardaremos… -Miré a mi madre que asintió-. Pero si no os importa esperarnos…
-Claro que no, así podremos repasar las actividades que puede hacer Mark… y nos ahorraremos un viaje si se matricula ya…

El secretario salió a llamarme y me explicó que mi situación era parecida a la de Mark, me faltaban cuatro créditos para poder matricularme y me facilitó un panfleto con todas las actividades extraescolares que podía hacer para conseguir esos cuatro créditos.

Llamé a Kevin de camino a la cafetería y me dijo que era un desastre, que en su universidad lo ponía bien claro y que se había tenido que llenar de tontas actividades para poder cursar primero sin poner asignaturas de otros cursos.

Cuando llegamos el chico parecía asqueado mirando las asignaturas de cursos superiores, así que mientras mi madre y Silvia hablaban de mi tía y de Michael, yo miraba las actividades extras que podía hacer. Me alegré bastante al ver que por estar en un grupo de la universidad dieran cuatro puntos, por lo que me decidí a mirar los grupos musicales a los que podía entrar.

Mark sin embargo lo tenía más complicado, tenía que escoger dos actividades mínimo o una asignatura de otro curso, así que empezó a desesperarse. Yo sentencié que me daba igual si tenía que acabar metida en la banda más patética de la facultad, pero nada de lo que quedaba me gustaba… sólo música… y no había un amplio abanico donde elegir.
-Vaya nombres tienen los grupos…
-Hay alguno bueno… al menos he escuchado algo de los que había en la lista… -El chico buscó en la lista y señaló un nombre, Final Disease-. No están mal…
-Pero buscan sólo vocalistas y batería…
-¿Batería? –El chico se emocionó y bufó-. ¿Sólo cuatro créditos? Qué asco…
-¿Tocas la batería?
-Hago mis pinitos… -Se encogió de hombros-. Pero no me sirven de nada cuatro malditos puntos… necesitaría dos más…
-No hables mal, tu padre se enfadará conmigo… -Silvia miró el papel y señaló algo-. Taller de escritura, sólo es una hora semanal y te dan tres créditos…
-¿Escribir? –El chico bufó-. Antes soy capaz de meterme a animadora… -Rodó los ojos-. ¿No hay nada más interesante?
-También puedes enrolarte en el taller de manualidades, dan cuatro créditos por dos horas semanales…
-¿Y no hay nada de seis? –Negué algo apenada, el chico parecía reacio a coger otra asignatura más-. Qué asco… ¿En serio voy a tener que cogerme dos actividades extra? ¿Cómo esperan que estudie así…? Luego mi padre se quejará…
-Tu padre no se quejará si haces lo que puedes, además, un grupo de música y manualidades te dan tiempo suficiente, el grupo sólo ensaya dos días a la semana… y no te coincide con el taller… es lo mejor si no quieres otra asignatura puntuable más…
-¡Genial! –Bufó con sarcasmo-. Espero que al menos mi padre me regale el BMW que me prometió, si no voy a acabar loco con tanta vuelta… el taller está aquí pero el grupo ensaya en Edmond… está lejos… además no sé ni si quiera si van a cogerme…
-Eres bueno con las baquetas… no seas pesimista. Llámales…

El chico llamó y yo empecé a revisar la lista. Había un grupo al final de la lista, creado con un año de anterioridad y que buscaba una guitarrista. Iba a ser raro, muy raro… pero me animé a llamar. La chica parecía entusiasmada con que alguien hubiera escogido el último grupo de la lista… reí un poco y me dijo que vivía en Bothell, cerca de mi tía, por lo que quedé con ella después de comer. Mi madre me acompañó a Monroe para recoger mi guitarra y alguna de las partituras que creí adecuadas… cogí las que sabía que me iban a salir bien.

Llamé a Seth y me contó que había estado con Nessie, aunque tampoco habló mucho del tema y se emocionó preguntándome cosas sobre el grupo y sobre si por fin iba a poder matricularme… así que le conté que todo iba a depender de si me aceptaban en el grupo o si tenía que matricularme en alguno de los tantos talleres que no llamaban mi atención.

Volvimos a Seattle y recogimos a mi padre, para luego ir a casa de mi tía donde ella y Michael nos prepararon una comida de celebración, decían que era lo menos que podían hacer para celebrar que su única sobrina se hacía universitaria… cuando terminamos mi tía sonrió de un modo extraño y me indicó que mirase el cuarto de invitados. Reí al ver las paredes cambiadas de color, no eran los que más me gustaban, pero fue gracioso ver una pared de cada color, rosa, amarillo y naranja, la única que seguía siendo blanca era la pared del armario, que apenas se veía.
-No era necesario que cambiaras nada…
-Había pensado que igual el rosa era muy de niña… por eso también he puesto más colores… son tonos suaves, así que si no te gustan se pueden cambiar…
-No… está bien… -Sonreí-. ¿Estás segura de querer tener a tu sobrina todo un año aquí? –Reí y ella asintió convencida-. Vale…
-Creo que van a ser tus padres a los que no les haga gracia…
-Siempre puedo irme a vivir con Seth… -La cara de mi padre se descompuso mientras mi madre y mi tía reían-. Era broma…
-No juegues con eso… -Mi padre alzó las cejas-. Pensaba que lo decías en serio…
-No… -Negué y miré la habitación, quedaba claro que no era buena idea ir a vivir con Seth ahora…-. Me gusta…
-Puedo hacerte unas cortinas y una colcha a juego con los colores… -Mi madre me abrazó sonriendo algo apenada-. ¿Te parece bien?
-Claro… -Sonreí y miré el reloj de la mesilla-. Pero ahora tengo que irme… no quiero llegar tarde y jugarme el ir a talleres del aburrimiento…

Rieron y me acompañaron hasta una de las casas de la décima avenida, eran bastante parecidas, hasta que encontré la que tenía ladrillo en la fachada, como la chica del teléfono me había indicado. Llamé con cuidado a la puerta, la casa parecía vacía, aunque pronto oí unos pasos correteando hacia la puerta. La chica me sorprendió, una enorme sonrisa en una cara redonda, con pelo negro con mechones de colores variados, rojo, rosa y morado… un pendiente de aro en su labio y otro en su nariz.
-Hola… -Miró mi guitarra-. ¿Darlene?
-Sí…
-¡Genial! –Tendió su mano sonriente-. Yo soy Tara, pasa… -Me hizo un gesto y había cajas por todas partes, apenas un par de muebles-. Siento el desorden, pero es que me acabo de mudar aquí con Gabriela y Aaron… el resto de componentes de The Flattery.
-No te preocupes… no me asusto fácilmente…
-Mejor… -Rió-. Hemos hecho un pequeño estudio en el sótano… bueno… no es un estudio como tal, sólo un sitio que hemos insonorizado para poder tocar…
-Suena bien…
-No te esperes gran cosa…

Rió y abrió una pequeña puerta, bajé las escaleras y me fijé en que todo estaba recubierto con una especie de corcho, paredes, techo… sólo había unas pequeñas rendijas en las paredes, nada de luz natural… sólo unos fluorescentes y unos focos puestos frente al espejo que había en la pared del fondo. La batería y el teclado colocados de modo que pude ver que ensayaban frente al espejo. Al fondo una pequeña barra con taburetes y una mesita rodeada por sillones.
-No está nada mal…
-Gracias… -Sonrió-. El dueño nos dijo que no le importaba qué hiciéramos con el sótano, que se conformaba con que no tirásemos ningún tabique y con que pagásemos a tiempo… -Rió-. Así que era la casa perfecta… los tres vivíamos en residencias… y además pagábamos un montón por un pequeño local donde tocábamos… así que esta era la mejor solución…
-¿De dónde sois?
-Yo soy de Yakima, A
aron es de Nampa y Gabriela de San Antonio… nos conocimos en la universidad… aunque realmente empezamos a hablar porque íbamos a un bar donde hacían conciertos y coincidíamos en gustos musicales… y hará como ocho meses que decidimos montar el grupo… por eso no teníamos guitarrista, todos tenían ya grupo y no podíamos coger a nadie que no fuera de la universidad si queríamos obtener créditos… así que esperamos a este año… ¿Tú de donde eres?
-De Monroe…
-Eso está cerca, ¿no?
-Sí… más o menos media hora o así…
-Eso es mejor… te ahorras el traslado… aunque te dejarás todo el dinero en gasolina…
-Bueno, realmente sí que me voy a mudar, voy a ir a vivir al piso de mi tía, está a un cuarto de hora de aquí, en Kirkland… sólo tengo que cruzar el puente para ir a la universidad… -Reí-. Pero aún así creo que iré todos los días en coche…
-Sí… nosotros iremos juntos con el de Aaron… tiene una furgoneta... así en plan hippie… -Reímos y negó algo dramática-. Algún día se le caerán las puertas…
-Tranquila… si eso pasara… mi novio tiene un taller cerca de Forks…
-Es bueno saberlo… -Asintió y se sentó en el sofá, indicándome que me acomodara-. Bueno… muéstrame qué es lo que sabes hacer…
-Bueno… no es que sea muy buena… -Me encogí de hombros-. Tocaba cuando era niña y hace poco volví a empezar… así que… -Hice una mueca-. A ver qué te parece…

Decidí que iba a tocar “Sober”, la misma que un día toqué para mi madre… la chica puso una mueca, parecía querer conocer la canción, aunque no fuera ese el caso. Hice una mueca yo también y paré, sabía que era mejor que tocara alguna que pudiera ser reconocida, así que me decanté por tocar “I’m yours” de Jason Mraz, la cual pareció gustarle bastante. Aún no había terminado de tocarla cuando sonó un extraño timbrazo y se encendió una luz naranja que giraba. Me asusté un poco y ella rió.
-Es el timbre… si no desde aquí no se oye… menos cuando estamos ensayando… -Asentí y reí, esperando a que volviera. Un chico que me recordó a Kevin por la manera de moverse alzó la mano a modo de saludo mientras la otra chica de pelo castaño y sonrisa amable se acercó a tenderme la mano-. Ella es Gabriela y él es Aaron… ellos se encargan de la batería y el teclado…
-Y yo espero que esa guitarra que llevas suene mejor que la última que escuché… -Aaron rodó los ojos-. Nos vino un chico que yo creo que era un poco gay… y quería impresionar a alguien… pero como no fuera desafinando…
-Como te pasas, Aaron… -Gabriela rodó los ojos-. El pobre chico le ponía ganas… -Me explicó-. Pero al parecer le acababan de regalar la guitarra y no tenía mucha experiencia…
-Era malo de narices…
-Aaron… -Tara le miró con gesto de reproche-. A mi parecer, ya tenemos guitarrista… pero creo que será mejor que vosotros juzguéis también…
-¿Qué tal se te da interpretar partituras? Aquel chico del que te hablo no sabía ni cómo colocarla… era patético…
-Bueno… -Reí-. Creo que colocarla sabré… tocarla puede que sea algo más complicado, pero puedo practicarla… he traído algunas que ya he tocado alguna vez… pero puedo intentar otras…
-Veamos… -Gabriela cogió las partituras y sonrió-. Esta te gustará, Tara… Coldplay, The Scientist… la hemos tocado unas cuantas veces… -Rió-. ¿Necesitas la partitura?
-Prefiero tenerla cerca, por si acaso…
-Vale… coge un taburete si quieres…

Ella se sentó en la batería y Tara me puso una banqueta cerca del teclado, al cual se puso junto a Aaron mientras él colocaba el micrófono frente a ellos. Gabriela golpeó sus baquetas y Aaron empezó a tocar el teclado, indicándome que le siguiera y así lo hice. El chico no cantaba nada mal y Tara sonreía mirándole de un modo que me pareció demasiado romántico para ser simple admiración, aunque lo dejé correr y me concentré en la partitura que tenía delante.
Cuando acabó la canción Gabriela reía al igual que Tara al ver hacer una mueca al chico, que parecía poco convencido.
-Creo que estás dentro… -Sentenció Tara mientras yo miraba raro al chico-. Simplemente esperaba que fuera un chico el que entrara al grupo, no le gusta estar en minoría…
-Tranquilo… buscaremos un chico para que ocupe la otra habitación, así no te sentirás menos hombre… -Bufó Gabriela-. Hay que ver…
-Bueno... ¿Tienes algo que hacer ahora? –Negué-. Será mejor que vayamos ya a informar de que estás dentro, aún nos da tiempo de ir… si es que quieres dejarlo resuelto antes de que nos vayamos…
-Claro…
-Entonces bienvenida… -Suspiró-. Y el premio por entrar es un viaje en mi maravillosa furgoneta… de la cual no puedes quejarte, por cierto.
-Nunca… -Sonreí-. Mientras me lleve… me conformo…
-Algún día ni nos llevará… -Tara bromeó y Aaron le lanzó una mirada de resentimiento-. Vamos, gruñón… luego tenemos que volver para arreglar un poco el desastre que tenemos arriba…

La furgoneta… sí, era un verdadero desastre comparando con los coches que yo solía ver… pero no estaba del todo mal. Era un poco vieja y de colores poco afortunados… al igual que las cortinas que había en las ventanas que le daban ese toque retro del que Tara me había hablado… Llamé a mi padre para pedirle que me recogiera después en la universidad, así que él insistió en que iba a reservar mesa para cenar de nuevo juntos y celebrar por todo lo alto mi ingreso en la universidad y que todo se hubiera arreglado. Suspiré y no me pude negar, así que avisé a Seth, que se alegró un montón y me dijo que iba a ir de nuevo a casa de Jake para estar con Nessie y le explicaría porqué no iba a llegar a cenar.

Me ayudaron bastante a la hora de rellenar los papeles e incluso pasé de nuevo por la cafetería para tomar algo con ellos, que me explicaron que querían dejar la casa preparada antes de volver a sus ciudades con sus familiares y amigos… volverían a finales de agosto para empezar el nuevo curso. Fueron realmente amables e incluso intercambiamos los números de teléfono para ponernos en contacto a su regreso.

Mi padre vino a recogerme y nos unimos a mi madre y mi tía que trajeron mi coche al restaurante donde Michael trabajaba. Fue una pena que no pudiera cenar con nosotros, pero al menos eso dio pie a alguna mofa de mi tía y mía, era muy divertido verle tan forma
l sirviendo mesas y lo poco correcto que era cuando se acercaba a la nuestra…
-¿Desde cuando un camarero tiene permiso para besar a una cliente?
-Desde que la cliente es mi futura esposa… -Me contestó sonriente-. Que aproveche…
-¿Qué? –Le miré irse satisfecho mientras mi tía se mordía el labio y reía asintiendo-. ¿Cuándo?
-Bueno… no queremos una gran boda, ni nada parecido… ni siquiera hemos puesto fecha, pero hemos decidido vivir juntos… era algo que quería hablar contigo, porque ahora te incumbe… tú vas a vivir con nosotros y si no quieres que él venga, no lo hará.
-Es tu casa… no tienes porqué pedirme permiso…
-No es permiso, es saber si tú te vas a sentir incomoda, si es así, no dejaré que venga… no me importa esperar un poco más…
-No, me parece bien… -Sonreí-. ¿Y cómo habéis decidido ir a vivir juntos tan pronto?
-Bueno… llevamos hablando del tema un par de meses, pero no nos decidíamos… el caso es que la semana pasada un antiguo compañero de otro bar le dijo que quiere abrir una discoteca el año que viene… y le propuso ser socio del local… así que lo que ahorremos al dejar de pagar su alquiler irá destinado al proyecto… fue como una especie de señal…
-¿Y si la discoteca esa no va bien? –Mi madre torció el gesto-. Es muy arriesgado…
-Como cualquier otro negocio… -Mi padre se encogió de hombros-. Además… ya sabéis que mis seguros son muy buenos… puedo ofreceros buenas pólizas a precios razonables…
-Lo sé… -Reímos y mi tía miró a mi madre que seguía preocupada-. Mathew tiene buen ojo para los negocios, sería el tercer local que abre… sólo necesita alguien de confianza que se encargue de él… tiene un local en Bremerton y otro en Olympia… es un halago que haya pensado en Michael para este proyecto, será su segundo al mando… y sólo tendrá que ocuparse del local de Seattle…
-¿Y si va mal?
-Yo no voy a dejar mi trabajo… -Sonrió-. Además, tiene un buen currículum, dudo que le costara mucho encontrar trabajo de nuevo… no te preocupes, Grace…

Michael se acercó poco después y propuse un brindis por su nueva vida, su nuevo proyecto de futuro y por mis nuevos compañeros de piso. Terminamos bastante tarde y cuando miré mi móvil tenía ya un par de llamadas de Seth… estaba preocupado y le avisé que estaría en su casa en unas dos horas. Conduje despacio, era de noche y no me atrevía a correr como lo hubiera hecho de día, así que paré un momento para llamarle y avisarle, no quería que volviera a preocuparse.
Cuando llegué a su casa me abrazó fuerte y me levantó por los aires, bajando mi guitarra del coche mientras bromeaba sobre lo sexy que estaría tocando desnuda para él.

Nos sentamos en el sofá y me pidió una descripción detallada de mi día, así que le conté todo lo que había pasado con pelos y señales hasta que me atreví a preguntar.
-¿Qué tal va Nessie?
-No ha dicho nada… sólo me ha mirado y me ha dejado abrazarla… -Sonrió levemente-. Incluso ha dormido un rato… Edward ha dicho que ha sido por mi temperatura… aunque creo que Jasper también ha tenido que ver…
-¡Vaya! –Le abracé-. Me alegro…
-Yo también… me siento mal por haberla dejado sola tanto tiempo y me hace sentir un poquito mejor saber que he ayudado en algo…
-Claro que has ayudado… -Acaricié su rostro apenado-. Y no sólo la ayudas a ella, a mi me ayudas constantemente. Gracias a ti sé que voy a hacer con mi vida, gracias a ti he sido valiente y he elegido una carrera… gracias a ti mi vida está llena de magia y tiene sentido…
-No es así… más bien es al revés… -Besó mis labios con cuidado-. No sé si hubiera sido capaz de volver a ser yo sin que tú estuvieras a mi lado… no sé cuando voy a hacerlo, pero algún día te recompensaré por todo lo que te hice pasar meses atrás.
-Está olvidado, no pasó… quedamos en eso…
-Pero sigue ahí… no puedo olvidarlo tan fácilmente… quiero hacer algo para compensarlo…
-Olvídalo… es lo único que quiero… que lo olvides.

Le besé y me tumbé sobre él, haciendo que riera levemente. Era lo único que quería hacer, escucharle sonreír, sentir sus dedos en mi piel y demostrarle lo mucho que le amaba, lo poco que me importaba lo pasado o lo futuro… sólo nosotros, sólo ahora. Nada más.

Pronto estuvimos enredados en una dulce danza de besos y caricias, las yemas de sus dedos parecían plumas acariciándome, dando calidez a mi tibia piel.
Los minutos parecían segundos, algo que no me preocupaba, tenía claro que pasaría mi vida mirándole, que podría ser feliz pudiendo simplemente acariciarle hasta mi último día. Quité su camiseta y observé su pecho, su respiración pausada me calmó, su mirada segura me hizo sentir a salvo… su sonrisa me hizo sentir en el mejor de los paraísos.

Acaricié sus mejillas, aumentando sin querer su sonrisa y dibujando otra en mi rostro, sus ojos se cerraron y besó el interior de mi muñeca, mientras mi otra mano se posaba sobre su pecho. Su corazón latía tan pausado como su respiración, tenía claro que él estaba ahora manteniendo el control.

Me acerqué despacio para rozar mis labios con los suyos, los cuales se movieron despacio rozándome con suavidad. Sus manos se colaron dentro de mi camiseta y acariciaron mi piel sin prisa para deshacerse de ella, su mirada estaba llena de amor, no podía ver otra cosa en ellos.
Besé de nuevo sus labios mientras nuestras manos buscaban más ropa de la que deshacerse, quedando completamente expuestos el uno ante el otro al poco rato. No había prisa, no había miedo, no había ningún tipo de obstáculo. Mi cuerpo y el suyo se unieron del modo más dulce, con la seguridad y la confianza de saber que la otra persona es lo que más amas en el mundo y que eres lo más amado por el otro. No podía haber nada mejor, no podía encontrar ninguna otra sensación mejor a esa, mejor a lo que producía su mirada y sus caricias en mí.

Me relajé en su pecho y él acarició mi pelo despacio, no hacían falta palabras, nos podíamos decir todo con miradas y caricias, con leves besos que expresaban la mayor admiración y el amor más profundo del mundo.

La luz empezaba a llenar el salón, apenas eran las seis de la mañana y aún no había sido capaz de dormir. No podía dejar de pensar en todo a la vez y en nada. La universidad, los cambios, los nuevos amigos, el grupo, las nuevas clases y profesores, vivir fuera de casa… vivir fuera de casa.
Miré a la persona que más amaba, no podía decirle que tenía que olvidar lo que más ansiaba, no podía decirle ahora que no era capaz de vivir con él, no podía decir que tenía miedo ahora… pero lo tenía.
Recordé todas aquellas noches que había soñado con algo así, con un amor duradero, con alguien sin miedo a comprometerse, con un amor de película que me propusiera algo como lo que él había hecho, vivir juntos. Todo aquello con lo que había soñado se había hecho realidad, sin embargo el miedo era más fuerte de lo que podía llegar a creer… el miedo a los cambios es algo innato, pero en mi alcanzaba su máximo exponente. Y ahora todo iba a cambiar, todas y cada una de las cosas que conocía como rutina, como algo corriente… todo iba a desvanecerse y a ser algo nuevo. Todo cambiaría, nada antiguo a lo que recurrir, ni una sola de las escapatorias que había tenido hasta ahora iban a ser factibles… sólo él iba a seguir siendo mi refugio, era lo único que podía tener seguro… y me daba miedo.

Le miré… descansaba tranquilo y confiado, acaricié su rostro con cuidado y se removió ligeramente para que su rostro se adaptara sin problemas a mi mano. Siempre había sido así, siempre había sido él quien se adaptaba a mí… recordé cada ocasión que había cambiado todo por mí, cada ocasión que se había adaptado a mí, todas las cosas que me había regalado, materiales o no… Suspiré y él inhaló el aire como si de un acto reflejo se tratara, lo nuestro era magia. Mucho más que eso… era cada sentimiento que pasaba por mi mente, cualquiera de ellos me lo recordaba y me llevaba a alguna de las situaciones vividas. Miedo, furia, amor, deseo, felicidad, indignación, tristeza, angustia… cualquiera de esas cosas me recordaba un instante con él.

Me levanté con cuidado y él se acomodó en el sofá, llegué hasta mi guitarra y abrí el estuche, observando aquella maravilla que en tiempos había sido mi refugio. Volviendo al pasado, me alegré de encontrar algo que era como él, que era mi refugio, algo a lo que podía recurrir cuando el miedo me invadía.
Me senté a los pies del sofá y apoyé mi espalda cerca de sus pies. Observé su cuerpo desnudo y acaricié mi guitarra, él iba a verme del mismo modo y, a pesar de todo, aún me daba miedo que viera algo en mí que rompiera lo que teníamos. Mis manos se movieron solas, haciendo sonar la guitarra mientras Seth abría los ojos y dibujaba una enorme sonrisa. Dejé que mi voz saliera sin pensarlo, apenas era consciente de qué cantaba, sólo podía ver su sonrisa mientras se acercaba a acariciar mi rostro con sus suaves dedos.




1 comentarios:

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YOAN Mextli
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21 de agosto de 2010, 14:17 delete

ok no se ha acabado yo entendi mal y sip me encantaria una continuaacion
p.d: asley no estas loca orque yo tambien siento que las quiero
bueno estoy de rapido asi es todo sayo

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