Capítulo XXXVIII: Adicto. ₪ Seth POV.

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Hola!!! bueno perdón por la tardanza pero no me iba bien el ordenador y me lo estaban arreglando, en fin aquí os traigo el cap. 38, pero tengo que advertiros de que es bastante picantón...

ATENCIÓN: Este capitulo puede herir los sentimientos de personas sensibles, contiene escenas algo fuertes, no recomendado a menores de 15 años...

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Y allí iba, en su coche rosa con una enorme sonrisa que me había dedicado. El recuerdo de cómo la había visto esta mañana, el dolor que reflejaba su cara literalmente cuando me separaba de ella y la sonrisa que aparecía cada vez que acariciaba su rostro… tan dulce y tan precioso.

-¡Vuelve al planeta tierra! –Agaché la cabeza al intuir que algo iba a estamparse en mi cabeza y una llave inglesa rozó mi pelo-. Al menos aún tienes reflejos…

-Muy buena Quil… pero no te reirás tanto cuando se lo cuente a Claire… -Su cara cambió, era gracioso ver cómo la cría le regañaba por meterse conmigo-. Veo que ya te tiene dominado…

-Al trabajo… -Jake nos miró con una media sonrisa-. Quiero acabar pronto… no me apetece seguir aquí cuando anochezca…


Al rato paramos a comer y pasamos el resto de la tarde trabajando, hasta que Embry recibió una llamada y yo un mensaje que me pilló con la guardia baja.

Espero que llegues pronto a cenar, está todo listo… aunque me imagino que no tendrás problema en llegar en menos de diez minutos… es lo que necesito para cambiarme… Un beso.


Cuando alcé la vista los chicos estaban recogiendo mientras Jake salía del taller corriendo y entrando en fase con urgencia… todos le miramos con preocupación, pero él nos había pedido, más bien ordenado, que no entráramos en fase… Ayudé a recoger y salí lo más rápido posible hacia mi casa, parando en seco frente a la puerta y disfrutando del aroma que salía de mi casa, mi cena favorita con el de mi chica… no podía haber nada mejor en todo el mundo… hasta que abrí la puerta.

Parpadeé al ver la mesa preparada con la tenue luz de las velas, la cena servida… pero tuve que tragar en seco cuando la vi bajar con ese vestido. Diecisiete años… intenté recordarlo y no perder el control cuando su dedo me indicó que me acercara con una dulce sonrisa. Cerré la puerta pensando cada movimiento, controlándome por no correr hacia ella y abrazarla como tanto quería, evitando poder actuar de manera hosca por mi necesidad creciente de acariciarla.

Me acerqué despacio y acaricié su rostro con cuidado, sus ojos brillantes y su sonrisa nerviosa me indicaron que era el momento de besarla, así que lo hice lo más despacio posible, disfrutando del sabor y la suave textura de sus labios.

-Hola…

-Hola… -Rocé la punta de su nariz con mis labios y la miré de nuevo, con esa sonrisa tímida y dulce que me hacía querer suspirar-. Estás preciosa…

-Ya… -Suspiró-. Bueno, lo he intentado, pero no esperes gran cosa, no sé si habrá salido tal y como lo hace Sue… de hecho estoy segura de que…

-Calla… -La besé de nuevo-. Dame dos minutos… me doy una ducha rápida y me pongo algo más decente…

-Estás bien…

-No tanto como tú… -Besé su frente y ella rodó los ojos en un gesto de resignación-. Dos minutos…


Quizá tarde un par de minutos más, pero necesitaba ducharme y ponerme algo más decente que unas bermudas y una camiseta vieja… escogí unos vaqueros y una camiseta negra.

Bajé rápidamente y ella me esperaba sentada en la mesa, me miró con un gesto de aprobación y me senté frente a ella a cenar. No pude dejar de observarla, su pelo rozaba sus hombros descubiertos y eso me hacía perder ligeramente la concentración… hasta que ella se quedó parada mirándome. Dejé lo poco que quedaba de la cena y ella sonrió levemente, extendiendo su mano, la cual tomé.

Se levantó y la seguí, subiendo las escaleras con mi mirada fija en sus ojos, aunque la desviaba fugazmente a sus pies por miedo a que se cayera al subir ladeada. Cuando llegamos arriba me abrazó tiernamente, hasta que me soltó y me arrastró de la mano a su cuarto. Me soltó y la miré intentando no mostrar lo mucho que quería volver a tenerla entre mis brazos y hacerla mía como ya había hecho otras veces. Me quedé plantado en mitad de la habitación y ella cerró la puerta a sus espaldas, apoyándose en ella por un momento mientras se mordía el labio. Se lanzó hacia mí y me empujó sobre su cama, quedando entre mis brazos y observándome con un rubor que me llevó a la conclusión de que estábamos pensando en lo mismo.

Los besos llevaron a las caricias, caricias que cada vez se notaban más templadas contra mi piel cada vez más expuesta. Sus manos me rozaron de un modo que me hizo enloquecer hasta que su mirada me indicó que no debía dar ni un solo paso más. Me besó despacio y me calmé, pero la calma empezó a desvanecerse cuando sus labios tomaron un camino nuevo, el cual paré antes de que llegara a su destino.

Su mirada… negué y ella se quedó algo parada, así que la acerqué de nuevo a mis labios, aferrándola fuerte mientras ella hacía un puchero.

-Quiero darte mi regalo de cumpleaños…

-Ya me lo das cada día… -Acaricié su rostro-. No necesito nada más que tu sonrisa…

-No te creo… -Hizo una mueca-. Quiero ser yo esta vez la que de más, siempre me da la sensación de que tú no lo pasas bien… no tanto como yo… -Se sonrojó mucho y eso me hizo sonreír-. Sólo quiero darte algo por todo lo que has hecho por mí…

-¿Crees que no lo paso bien? –La miré divertido pero su mueca me dolió-. No sabes lo que dices… no vuelvas a pensar eso o me enfadaré muchísimo…

-No puedes controlar mis pensamientos ni mis sentimientos, y es lo que pienso y siento cada vez que estamos juntos de esa forma…

-¿Qué tengo que hacer para que cambies de opinión? –Ella alzó la mirada-. Todo menos eso…

-Es lo que quiero… -Negué, pero su mirada triste me torturaba tanto que suspiré derrotado y ella sonrió besándome-. Feliz cumpleaños…

-Espera… -Tomé su rostro y ella seguía sonriendo triunfante-. No es el regalo que quiero precisamente… así que tenemos que hacer un trato… -Ella frunció el ceño-. Tienes que firmar el contrato…

-Vale… -Rió-. Lo firmaré, pero… -Miró el reloj, apenas pasaban un par de minutos de la media noche-. Déjame experimentar contigo durante una hora, al menos…

-¿Una hora? –La miré escandalizado-. Es demasiado…

-¿Tres cuartos?

-Media hora… y me firmas el contrato. Aunque creo que antes añadiré una cláusula más para que no consigas volver a tenerme así…

-Vale… -Me besó-. Será mío durante media hora…


Pensé en contestarle pero ella fue más rápida y me silenció con un apasionado beso, perdiendo mi respuesta conforme el camino de sus besos se abría paso de nuevo hasta llegar a su destino, haciéndome sentir lo mejor y lo peor que nunca había sentido. No pude soportar esa tortura más de veinte minutos, así que olvidé todo lo que me había hecho contenerme hasta el momento y nuestro trato, haciéndola mía cuando el reloj marcaba los veintitrés minutos tras la media noche.


Acaricié su rostro mientras ella me miraba con una enorme y dulce sonrisa, no pude evitar besar su rostro varias veces haciéndola reír levemente y provocando una estúpida risa en mí. Aferró la fina sábana y cubrió nuestros cuerpos, mirándome de nuevo y asomándose a ver el reloj, haciendo una mueca que despertó mi curiosidad.

-¿Qué?

-Feliz cumpleaños… -Me besó despacio-. Tienes que levantarte e ir a tu cuarto, te he preparado una ropa estupenda para esta noche… -La miré raro y ella se mordió el labio evitando una enorme sonrisa-. ¿Creías que te ibas a quedar sin una fiesta de cumpleaños? –Me quedé algo paralizado y ella sonrió-. Jake os va a dar fiesta mañana, sabiendo que hoy va a ser la más monumental de las fiestas… así que ve a vestirte, tienes tu ropa en tu baño.

-¿Van a venir los chicos?

-Va a venir mucha gente… y va a ser muy divertido… -Rió de un modo algo extraño-. Lárgate… tengo que arreglarme para la fiesta…

-A mí me gusta como estás ahora…

-Ya… -Me empujó levemente y rió-. Por el contrario yo prefiero vestirme y que tú también lo hagas… creo que más de una haría lo imposible por quitarme a mi novio si te vieran así…

-Estás sonando muy posesiva… ¿Lo sabes? –Asintió feliz y reí-. Me encanta cuando te pones un poquito celosa, es divertido… -Bufó y masculló algo que no llegué a comprender-. Ya me voy, leoncita… -Besé su frente y al salir de la cama tiré un poco de la sábana, que ella aferro con ganas-. Me las pagarás… cuando la fiesta acabe, no tendrás dónde esconderte… pienso hacer una hoguera con todas las sábanas de la casa…


Ella se sonrojó de ese modo y me tumbé de nuevo sobre ella para besarla despacio, haciendo que se quejara por la hora y después por mi marcha. Cuando vi aquella ropa en mi cama sacudí mi cabeza, se había confundido… me puse unos boxer y cogí la ropa llevándola a su cuarto, donde ella se estaba vistiendo. Alcé una ceja al ver que se tapó rápidamente con la sábana de nuevo y levanté el vestido negro de lentejuelas con una sonrisa amable.

-Te has confundido… -Ella rió alto y negó-. ¿No?

-Es tu ropa, ya te lo he dicho… -Creo que mi cara cambió a completo pánico, pues ella empezó a reír muy alto-. Va a ser divertido… se me ocurrió que estaría bien que por un día vosotros llevarais las faldas y los tacones… aunque no hemos encontrado tacones de vuestra talla…

-Es broma…

-No… -Rió y señaló un traje colgado en el armario-. Yo iré de pingüino… así que no te quejes, tienes que estar bien elegante y las lentejuelas son la mejor elección… -Mi cara debió desencajarse del todo pues ella parecía divertirse de verdad-. Si quieres puedo recogerte el pelo y maquillarte…

-Para, para… no pienso ponerme esto… -Ella me miró de esa manera, esa cara de ángel a la que no podía negarle nada-. No me chantajees… no es justo, tu estás genial con vestidos o con trajes… pero yo no estoy hecho para las falditas…

-¡Vamos…! –Negué ante su cara-. ¿Por favor? –Volví a negar y ella se levantó, corriendo hacia mí con un conjunto negro de encaje que me dejó algo ido-. ¿Por mí? –Me miró aferrándose a mi cuello y sacando levemente su labio inferior-. ¿No vas a hacerlo por mí?

-Sabes que por ti haría cualquier cosa… ¿pero esto? –Suspiré ante su mirada-. Vale, me rindo… pero quiero que me prestes complementos a juego, no puedo ir así vestido y sin nada apropiado a juego…


Su risa resonó en mis oídos mientras me abrazaba feliz, para después danzar hasta el traje y ponerse los pantalones tambaleándose levemente, cogiendo después un colgante negro que puso en mi cuello. Empezaba a sentirme como si fuera una muñeca de Claire… mucho más cuando ella empezó a ponerme su brillo de labios rojo, ese que me encantaba porque sabía a frambuesa… aunque me incomodó mucho menos cuando ella estampó sus labios en los míos saboreándolos con una enorme sonrisa.

Todo quedó en nada cuando llamaron a la puerta y ella bajó corriendo, haciendo sonar sus talones con la madera de las escaleras y riendo cuando oí la puerta. Me miré al espejo y me entraron ganas de pegarme… pero ya era tarde, podía oír las risas de Kim y Kira burlándose de Jared. Cuando bajé me sorprendió ver allí a Rebeca, vestida con unos vaqueros y una camisa de Embry mientras él llevaba un vestido rojo a punto de reventar. Ambos nos miramos raro y empezamos a reír, provocando una leve sonrisa en Rebeca.

Kira rió al verme y señaló mis piernas, comentando algo sobre mis enormes gemelos. Suspiré y me dirigí a la cocina, viendo por la ventana una silueta conocida. Salí y rodeé la casa seguido de mis hermanos, pudiendo oír la risa del alfa resonar.

-¿Y tu traje? Esperaba verte con algún vestidito mono… -Negó y me abrazó bajando sus manos a mi cintura-. ¡No te pases!

-Estás muy guapa, es inevitable… -Sonrió y casi rió, sólo casi-. Voy a ir a hacer unas rondas, sólo he venido para felicitarte… espero que lo paséis de miedo… ya veré un resumen cuando entréis en fase… -Rió levemente-.

-¿Estás bien?

-Sólo… necesito estar alejado de vosotros, dais realmente un poco de grima así vestidos…

-Vale… -Asentí apenado-. Aúlla si necesitas compañía…

-¿Tuya? No tío… -Palmeó mi hombro y nos miró a todos-. Chicos, disfrutad de esta noche… es una orden, Darlene se ha esforzado mucho…

-¿No vas a entrar a saludar a tu hermana?

-No… -Jake negó ante la mirada de Embry-. Seguro que entristecería y quiero que esta noche se olvide de todo…

-No va a poder…

-Mucho menos si yo estoy por allí… cuida de ella… -Embry asintió-. Nos vemos el miércoles…


Empezó a andar de espaldas y nosotros nos giramos para entrar, oyendo su cuerpo rasgarse mientras volvíamos. Me quedé helado al ver ese coche aparcando frente a mi casa. La mano de Quil se posó en mi hombro calmando levemente aquel temblor que nacía del recuerdo de la última vez que le vi. Él me miró raro y Dar salió con una mueca extraña, acercándose despacio a él que le entregó una flor roja que ella intentó poner, aunque al final Jason la puso en la solapa de la chaqueta mientras ella me miraba con temor. Me entraron ganas de arrancarle el brazo cuando ella se aferró a él, pero la mirada de Dar me dijo que debía calmarme… él me tendió la mano. ¿Acaso era una invitación, una provocación para que le arrancase el brazo de verdad?

-Seth… -La mirada asustada de Dar me hizo tenderle mi mano-. Yo… no sé qué decir.

-No tenéis que decir nada… -Dar le miró con sus labios fruncidos-. Sois amigos… simplemente tenéis que tomar un par de cervezas juntos y recordar buenos tiempos… aunque antes deberías subir y ponerte ropa apropiada… -Jason me miró al borde de la risa y negó-.

-Creo que eso se lo dejo al cumpleañero…

-No, de eso nada… -Darlene le arrastró de la mano hacia la casa con una sonrisa-. Es condición indispensable para la fiesta…

-¿Estás bien? –Quil presionó más mi hombro, el temblor se hacía mayor-. Cálmate… no creo que puedas encontrar otro vestido tan chulo como ese…

-Te hace un culo realmente bonito… -Embry palmeó mi trasero, pero mi mirada borró las sonrisas de ambos-. Va… es tu fiesta.

-¿Lo sabíais? –Ambos negaron y miraron hacia la puerta, Kira se acercaba con una mueca de culpabilidad-. ¿Tú lo sabías?

-Ella me llamó para pedirme el teléfono de Jason… si ella le ha perdonado, deberías hacer lo mismo… él lo ha pasado mal… te echa de menos.

-No es cosa tuya…


Me alejé soltándome de la presa de mis amigos, subí las escaleras y ella me miró apenada, casi asustada. Cogí su mano y la metí a mi cuarto, sabiendo que en el suyo estaba Jason.

-Lo siento… -Empezó a decir antes de dejarme hablar-. Pero es tu amigo, quiero que volváis a estar como antes, quiero que le tengas cerca… aunque no te conozca como yo o como otros, has vivido muchas cosas con él y es tu amigo…

-Dejó de ser mi amigo hace tiempo…

-Hemos hablado de eso y se ha disculpado conmigo, incluso cuando le he dicho que no quería sus disculpas…

-No tendría que haber venido… le dije que no volviera.

-Pero yo le he invitado… así que si quieres enfadarte hazlo conmigo… -Nuestras miradas se cruzaron y vi en sus ojos mi rostro reflejado, había ira… ella entristeció y bajó la mirada-. Le diré que se marche… le diré a todos que se marchen… -Tomó el pomo de la puerta-. Siento haber estropeado tu fiesta… en serio. Espero que puedas perdonarme…

-Para… -Tomé su mano y miré sus ojos al borde de las lágrimas-. No es… -Suspiré-. No quiero que hagas un sacrificio así por mí, quiero una fiesta normal, no quiero que te sientas incómoda porque él esté aquí… has invitado a gente que ni te cae bien…

-Son tus amigos… y la mayoría de los que están me caen bien… quizá Jason no sea santo de mi devoción, ni Kira… pero son tus amigos y te quieren a su manera, él sólo me dijo eso porque vio que empezaba a ser importante para ti, me ha dicho que le daba miedo perderte… y que pensó que si yo me alejaba de ti volverías a ser el Seth que eras antes de conocerme… quizá ellos no entienden tan bien como el resto lo que tenemos… pero no me importa. No quiero que pierdas un trozo de tu vida por mí…

-Y yo no quiero que te sacrifiques así por mí… si ellos no son capaces de apreciarte y de ver lo importante que eres para mí…

-Jason lo sabe, ahora lo sabe… dale una oportunidad… por favor.

-Haré lo que pueda… -Ella sonrió levemente y me besó en la mejilla de ese modo dulce e inocente que me llenaba de ternura-. Recuerda la de cosas que estoy haciendo por ti esta noche… algún día querré que hagas algo a cambio por mí…

-Haré lo que me pidas… cualquier cosa –Me abrazó-. Ahora sólo quiero una última cosa… -La miré curioso-. Disfruta de tu fiesta y lúcete, estás muy sexy, nena…

-Ya… -Reí-. Qué graciosa estás hoy… ¿no?


Ella alzó una ceja riendo y salió de mi cuarto, dejándome allí plantado, pensando en todo lo que había hecho por mi… había llamado a Kira, había hablado con Jason… y por las voces que oí había invitado también a las chicas… se estaba sacrificando para que yo tuviera un buen cumpleaños, una fiesta normal… bajé y dejé que las chicas se rieran de mis pintas viéndolas vestidas con trajes y comentando la gran idea que Darlene había tenido…


Rebeca seguía apoyada en Embry, que acabó disculpándose y llevándola a casa, despidiéndome de ellos con un gran abrazo. Lo que no me esperaba era ver por allí a mi hermana… cuando llegó con Collin y Brady… las risas no se hicieron esperar. Mi hermana se pegó algo así como tres cuartos de hora tirada por los suelos mientras nos señalaba, haciendo reír con ella a todas las chicas y a Darlene, que no podía parar de reír contagiada por la escandalosa risa de mi hermana.

Cuando las risas se silenciaron levemente y todo apuntaba a una noche sin más burlas, Collin tuvo la gran ocurrencia de poner “She Wolf” lo que dio para otra media hora de risas por parte de las chicas, aunque esta vez decidimos ignorarlas un poco y bailar intentando imitarlas y haciéndolas reír más.


Decidí que era mejor bajar y dejé a Quil arriba bailando solo, el cual me siguió de un salto parándome.

-Eso no se hace, no me dejes solo… vuelve conmigo, nos estamos divirtiendo…

-Mira, que tú estés acostumbrado al travestismo porque tu niña te hace disfrazarte de princesa no quiere decir que yo me sienta cómodo con esto… las lentejuelas se me están clavando por todas partes… me pica todo…

-¿En serio? ¿Tanto duelen?

-Sí… te cambio el vestido… -Él me miró raro y negó alejándose-. ¡Cobarde!

-Con alcohol lo aguantarás mejor… -Me giré y Jason me tendió un vaso de cerveza, hice una mueca y la cogí-. Oye, sé que la cagué y sé que fui un gilipollas y posiblemente no quieras verme más, sólo he venido porque cuando hablé con ella pensé que podríamos arreglarlo… pero si no estás cómodo me iré… no quiero cabrearme contigo.

-¿Sólo traes una? –Me miró raro-. Pensé que los maratones de cerveza conmigo serían inolvidables… -Reímos levemente y asintió-. Vamos… creo que Jared ha tenido una genial idea trayendo un par de barriles…


Bebimos demasiado, agradecí a mi cuerpo quemar el alcohol más rápido de lo normal, pero eso no evitaba tener que aguantar a Jason después… y ver cómo mi novia me miraba raro pensando que aún seguía borracho. Cuando la fiesta acabó me lo llevé a su casa, dejándole en la puerta y recibiendo un abrazo que me incomodó levemente.

-Te quiero tío… no hay nadie como tú y esa chica tiene suerte…

-O yo tengo suerte de tenerla a ella…

-Puede… parece maja… aunque sigo pensando que es demasiado cría… -Le miré mal y él levantó sus manos-. Pero si es tu novia, la respeto… aunque no quiero saber nada cuando el jefe Swann venga a detenerte…

-Ya lo sabe… -Se sorprendió y rió-. Creo que hace tiempo que sabía que era un delincuente en potencia…

-Tío… -Volvió a abrazarme-. Te he echado de menos…

-Vale, venga… vete a dormir… estás demasiado borracho…

-Puede… feliz cumpleaños, tío…


Reí al verle hacer eses entrando a su casa… a mi mente vinieron montones de recuerdos de amaneceres de fiestas con él, de bailes en la comisaría… suspiré y salí disparado a por esa personita que había hecho que a mi mente volviera todo aquello. Cuando llegué la casa estaba en silencio, subí a su cuarto y estaba tumbada sobre su cama con el traje puesto y dormida. Acaricié su rostro angustiado y sonrió del mismo modo que hacía cada mañana cuando me despedía antes de irme… pero hoy no pensaba alejarme de ella. Volví a acariciarla y ella abrió sus ojos cansados, dedicándome una cálida sonrisa de bienvenida. Me tumbé a su lado y me clavé de nuevo las lentejuelas, provocando su risa. Me deshice del maltrecho vestido y la acomodé sobre mi pecho.

-Gracias…

-Ya… soy la mejor, lo sé…

-No hay lugar a dudas… -La abracé algo más fuerte y la miré apenado-. Aún no he recibido una respuesta… -Me miró raro-. Quiero el contrato firmado…

-No pienso firmarlo… -Me empujó-. No pienso aceptar obligaciones de ningún tipo… así que si no te gusta largo…

-Pensé que te gustaría… -Ella hizo una mueca que me resultó curiosa-. ¿Qué?

-Quiero cama fría hoy… hace calor…

-Vale… -Besé su frente-. Me voy a mi cama, no te molesto más… si tienes frío… -Asintió medio dormida-. Te quiero, leoncita…

-Lo sé…


Reí y me entraron ganas de abrazarla de nuevo, pero no quería que sintiera más calor y me abstuve, levantándome y conformándome con mirarla mientras se revolvía en la cama. Me desplomé sobre mi cama y abracé la almohada en un intento de consolar mi ansia por abrazarla cuando noté algo debajo. Miré el papel y ella se asomó con una sonrisa pícara dibujada en su cansado rostro.

Revisé aquel contrato riendo mientras se sentaba a mi lado y se acurrucaba entre mis brazos, suspirando y besando mi pecho.

-¿No tenías calor?

-Lee las nuevas condiciones…

-Veamos… -Miré las nuevas líneas-. Punto número siete, el anfitrión deberá perdonar cualquier error cometido por sus amigos y aceptar a todos los que se encuentren en la fiesta…

-Pensé que la encontrarías antes…

-Ya veo… -Reí y besé su pelo-. Punto número ocho, la cliente solicita del calor de su anfitrión aun cuando tenga calor… -La miré con la ceja alzada y rió-. Aunque eso conlleve tener que dormir en una bañera con hielo… ¿Estás loca?

-Por ti… -Me besó-. Ahora el nueve…

-Veamos… -Reí-. Punto número nueve… el anfitrión debe pedirle cada día lo que más desee a su cliente como pago además de los mínimos establecidos… -Reí y ella me miró curiosa-. ¿Quieres que te pida lo que más deseo? –Asintió-. Ya lo tengo… -La besé-. Tú eres lo que más deseo…

-Ya… -Suspiró-. Piensa algo que no sea yo, que desearías hacer, no sé… podemos ir a pasear por la playa por la mañana, sé que te gusta… o puedo prepararte lo que más te apetezca para desayunar… no sé. Simplemente pide…

-¿Cualquier cosa? –Asintió-. ¿Estás segura…? -Volvió a asentir y sonreí pícaramente-. ¿Sigues teniendo calor?

-Un poco, pero no vale pedirme que me aleje… me da igual pasar un poco de calor…

-¿Un poco? –Reí al ver su cara sonrosada-. Estás agobiándote seguro…

-No mucho…

-Ya… creo que ya sé lo que quiero…


La cogí en brazos y la metí al baño, apoyándola contra la pared mientras me deshacía de su ropa. Acaricié con cuidado el encaje y lo quité con delicadeza, haciendo que ella temblara ligeramente. Tomé su mano y la arrastré junto a mí a la ducha, dejando que el agua tibia cayera sobre nosotros. La besé despacio y ella sonrió. Mis manos se movieron por su cuerpo con cuidado, pero ella se lanzó y apenas me dio tiempo a reaccionar. Cuando quise controlarlo ya no pude y ella hacía lo que quería conmigo… siempre iba a ser así, idea que no me disgustaba en absoluto.

El agua se sentía helada cuando caía sobre mí, pero su tibia piel lo remediaba y daba un contraste que me descontrolaba mucho más. Sólo paré cuando ella mordió fuerte mi cuello y arañó mi espalda, momento en el cual la apoyé en la pared de la ducha mientras aún me rodeaba y dejé que el agua siguiera cayendo para calmarme.

Noté un ligero temblor y pronto un castañeteo de dientes, así que cerré el agua y la tapé rápido con una toalla, haciendo que sonriera algo avergonzada.

-¿Cómo no me dices que tienes frío antes? –Suspiré sentándola sobre el lavabo y secando su pelo mientras ella se encogía de hombros-. Me enfadaré como vuelvas a hacerlo…

-Estoy bien…

-Ya… -Alcé una ceja al ver cómo se encogía por un escalofrío-. Vamos a la cama… quiero que entres rápido en calor…


La llevé en brazos y me tumbé con ella, tapándola con la toalla, la sábana, la manta y la colcha. Acaricié su cuerpo intentando que dejara de tener frío, pero era una mala idea teniendo en cuenta la situación. Pronto sobró la colcha y minutos después la manta.

Ella rió y se aferró a mí, haciendo que mi corazón empezara a recuperar su ritmo normal al igual que mi temperatura. Su risa pícara fue de las últimas cosas que escuché antes de dormirme.


Su olor era débil y su corazón no palpitaba cerca de mí. Abrí los ojos de golpe y allí estaba, sentada en la silla, con otro conjunto de encaje rojo, la camisa del traje abierta. Sus pies en la silla y su brazo rodeando sus rodillas mientras con la otra mano se llevaba a la boca una galleta de las que había en la mesa junto a una jarra llena de zumo. Alzó una ceja y sonrió pícaramente.

-¿Resaca…? –Sonreí y me guardé la respuesta-. Dicen que es bueno beber zumo, beber líquido y comer cosas dulces…

-Dulces… -Me levanté y la besé, notando que estaba tibia-. Sólo puedo tener resaca de ti y la resaca se quita tomando más de lo que te lo ha producido… así que quiero más de ti, más de tus besos… -Me metió un trozo de galleta en la boca y ella comió el otro trozo-. ¿Me estás provocando?

-No, te doy de desayunar… bueno, casi más bien de cenar… hemos dormido casi todo el día…

-Ya… -Tragué y ella también, quedándonos mirando fijamente-. Vas a ver tú como desayuno, como y ceno lo que más me gusta…


Ella rió cuando la levanté y la besé, tumbándola sobre la cama. La besé a conciencia, dejando que ella aferrase mi cuello y jugara con mi pelo. Mis manos acariciaron su cuerpo con cuidado, al igual que ella lo hacía con el mío. Era mi turno de tomar lo que más deseaba, así que me puse sobre ella y sujeté sus muñecas sobre su cabeza, sonriendo y besándola apasionadamente.


Me serví de la otra mano para acariciar su pecho que ahora subía y bajaba rítmicamente mostrando su rápida respiración. Quité despacio la prenda que tapaba su pecho, se sonrojó ligeramente y yo no pude evitar sonreír. Me acerqué despacio y besé su mejilla, después la otra y después sus labios, notando cómo nuestros pechos se rozaban al inspirar y ella se estremecía. Su piel estaba ligeramente fría, así que mi mano acarició cada parte de su cuerpo accesible para entibiarla, mientras ella inspiraba fuertemente cerrando los ojos y mi sonrisa se dibujaba pícara sin poderlo evitar.


Dejé de acariciarla y ella abrió los ojos, así que la besé despacio volviendo a acariciarla. Sus manos forcejeaban por liberarse, pero no podía dejar que ella me tocara, sabía que si la dejaba acabaría perdiendo el control y tenía claro lo que quería.


Mi mano bajó por su vientre, quitando el resto del encaje mientras besaba su mejilla, su cuello y ella se revolvía bajo mi cuerpo. Acaricié sus piernas aún frías, hasta llegar a una zona más cálida en la que mis caricias se intensificaron. Sus ojos se cerraron y sus labios buscaron aire, mis labios se acercaron a los suyos ofreciéndole un aire cálido, aunque además del aire tomó mi boca, buscando mi lengua con la suya. Me alejé antes de descontrolarme, aunque ahora mi boca tenía sed de ella. Recorrí su cuello con la punta de mi lengua mientras ella temblaba, llegando a la cumbre de su pecho donde mi lengua se fijó como si fueran imanes al encontrarse. Su suspiro fue sonoro, lo que me dio la señal para seguir. Tomé sus muñecas y las posé sobre su vientre mientras mi boca bajaba buscando otro lugar donde posarse, encontrando el punto exacto donde detenerse.


Sus manos aferraron mi muñeca en un intento de que parase, pero a pesar de eso seguí acariciándola con mi mano y mi boca que aumentaban el ritmo de sus caricias conforme su respiración se hacía más difícil. Mi nombre salía de su boca entre fuertes suspiros que me volvían loco y me hacían sentir realmente dichoso por conseguir oírlo así.


Los músculos de sus piernas se tensaron y después su columna se curvó, dejándome oír mi nombre de un modo que pocas veces había oído, quizá como nunca lo había oído. Mi cuerpo se llenó de euforia y fui más concienzudo hasta que sus uñas se clavaron en mi muñeca. Ella me llamó con la respiración entrecortada y tiró de mi brazo, así que desistí y la solté.


Suspiró y se revolvió hasta que estuve a su lado y conseguí acomodarla en mi pecho. Se durmió a los pocos minutos, haciéndome el hombre más feliz del mundo.


Unos golpes en la puerta me despertaron, la tapé con cuidado y me puse un pantalón mientras bajaba a abrir la puerta, donde una especie de comitiva de fiestas me esperaba. Kim palmeó al tiempo que me arrollaba para entrar a mi casa directa a la cocina con un par de bolsas, seguida por Jared que se encogió de hombros al pasar. Quil rió al ver mi cara desencajada y Kira me dio un beso enorme en la mejilla mientras arrastraba con ella a Jason.

-¿Qué…?

-Es tu cumpleaños… -Kira rió-. Ahora vendrán los demás… la fiesta sigue, sólo nos hemos tomado un pequeño descanso…

-¿Los demás?

-Collin y Brady están recogiendo a las chicas… y creo que no vienen solas…

-Yo que tú me pondría algo más decente… -Quil señaló mi ropa-. Va a venir también Sam y Emily, tu hermana se quedará con el pequeño… así que hoy no habrá tantas bromitas sobre lo de ayer…

-Eso no te lo crees ni tú… -Kira despeinó a Quil-. Tenemos fotos y nos reiremos de vuestros poco afortunados conjuntos por la eternidad… -Rió y me miró curiosa-. ¿Y tu chica?

-Está durmiendo…

-Pues pondremos música para que se anime… -Jason se metió un puñado de maíz crujiente a la boca y se dirigió al equipo-. Esto es una fiesta…

-Ya, venga… no hagáis mucho ruido, no quiero que se asuste nada más despertarse…

-Iré a avisarla… -Kim corrió y la seguí, poniéndome delante de la puerta antes de que la abriera-. ¡Vamos, quita! Tienes que ir a arreglarte…

-No… no creo que –Me empujó y abrió la puerta del tirón, quedándose paralizada. Cerró la puerta mirándome pasmada-. No has visto nada…

-Vale… -Suspiró riendo-. Es mejor que la despiertes tú…


Hice una mueca y ella bajó las escaleras riendo, abrí la puerta de nuevo y la cerré con cuidado, observándola dormir abrazada a la almohada mostrando levemente su espalda desnuda. Acaricié su enmarañado pelo y ella se revolvió levemente hasta que abrió los ojos. Sonreí enormemente y ella se sonrojó escondiendo su rostro en su brazo.

-Tenemos a una comitiva de fiestas abajo, han pensado que sólo era un descanso… así que ahora la fiesta continúa… -Asintió con pocas ganas-. Si quieres puedo decirles que se vayan a la playa a celebrarlo… así podrás dormir un poco más…

-No… sólo necesito diez minutos… -Asentí y besé su frente despacio, alejándome y quedándome asomado a la puerta para verla incorporarse levemente tapándose con la sábana-. Estás preciosa… incluso con el pelo revuelto…


Ella se sonrojó y me lanzó la almohada cerrando la puerta con el impulso. Reí y bajé para ver la que estaban liando en mi cocina. Todo estaba lleno de poncheras con bebidas de variados colores y pronto la puerta volvió a sonar para dejar entrar a Collin y Brady con Leslie, Ruth y Jeannette, además de unas cuantas chicas más que parecían no quitar ojo a los más jóvenes de la manada.

Me sorprendí muchísimo cuando aparecieron colegas del instituto por allí, mucho más cuando Sam apareció acompañado de Paul, que había dejado a Rachel sólo para venir a felicitarme. No estuvo mucho y comprendí que quería estar con ella en estos momentos… me sentía fatal por estar celebrando mi cumpleaños pero Emily intentó consolarme.

Sam miró mis pantalones y mi pecho, sacudiendo levemente su camisa… una invitación a que me pusiera algo más decente. Asentí y subí corriendo a mi cuarto, Darlene cruzó veloz por el pasillo llevando con ella una prenda arrugada tapándose con la toalla. Me asomé al cuarto alzando una ceja y ella suspiró relajando su postura. Me acerqué a ella para quitarle la toalla pero se alejó mirándome amenazante.

-Vale… sólo venía a por mi ropa… -Ella señaló el armario-. Captado…

-Date prisa, quiero vestirme… -La miré asombrado y ella me indicó que me girase. Suspiré y rodé los ojos, no podía creer lo que oía… pero cuando abrí la puerta la dejé en el ángulo perfecto para poderla ver reflejada en el espejo. Ella dejó su toalla mostrando su conjunto de color rosa. Tomó el vestido azul que había enmarañado y lo sacudió, metiéndolo por su cabeza. Cuando logró sacarla me miró pasmada-. ¡Eh!

-¿Qué? –Reí-. ¿Ahora no puedo ver cómo te vistes…?

-Necesito mi intimidad…

-Vale… ya me voy al baño del pasillo…


Le saqué la lengua como un niño pequeño y ella bufó algo mosqueada. Cuando bajé ella hablaba con Collin al lado del equipo, la miré y evitó mis ojos. La fiesta duró bastante menos que la anterior, sobretodo porque yo no tenía ganas de animar la fiesta y extenderla más, dado que parecía que nunca iba a poder acercarme a ella. Cada vez que lo intentaba me evitaba, intentaba creer que lo hacía sin darse cuenta, pero fueron demasiadas veces como para que no se diera cuenta y eso me estaba comiendo por dentro. Cuando Collin y Brady se dieron cuenta convencieron a Leslie y Jeannette de que dejaran la fiesta, ya que eran las únicas que seguían bailando. Les despedí en la puerta y me giré para verla encaminarse rápido a las escaleras algo sonrojada.

-¡Eh! –Tomé su mano pero ella no se volvió-. ¿Vas a seguir evitándome ahora? –Me miró completamente colorada-. ¿Qué pasa? Si algo va mal, si he hecho algo que te ha dolido… no sé –Ella bajó su mirada-. Oye, lo siento, no sé ni porqué, pero lo siento. Odio ver cómo me evitas, prefiero que me grites o me digas cualquier cosa a esto… al menos me gustaría saber qué he hecho…

-No es culpa tuya… -Alcé las cejas cuando ella me miró y suspiró-. No estoy enfadada…

-Espera… -Su mirada me dio la pista y conforme yo sonreía ella se sonrojaba más-. Dime que no es por lo que creo… -Reí al ver cómo se mordía el labio angustiada-. ¿Tan avergonzada estás que te enfadas conmigo?

-No contigo, conmigo… no fue justo…

-Eres lo peor… -Reí y ella me miró raro-. ¿Crees que aunque lo hubieras intentado hubieras podido hacer algo? –Tomé sus manos y las sujeté en su espalda mientras acercaba mi rostro al suyo-. Soy más fuerte y sólo hice lo que quería hacer… y lo que en el fondo querías que hiciera…

-Seth… -Se sonrojó más y su mirada se desviaba cada segundo-. No empieces…

-Ya… -Besé su cuello y ella suspiró-. ¿Por qué siento que me dices lo contrario a lo que estás pensando? Es injusto que me mientas…


Mi mano tomó su vestido y lo subió mientras acariciaba su pierna. Podía notarla debilitarse a cada centímetro que mi mano subía por su muslo y fue una sensación que me encantó. Dejé de subir mi mano y puse sus manos alrededor de mi nuca, levantándola y llevándola en brazos de vuelta a la cama. Me costó mucho menos tiempo tenerla de nuevo como la había tenido, besándola y acariciándola del mismo modo mientras sus manos aferraban mi muñeca.

Se arqueó como lo había hecho horas antes y tiró de mí del mismo modo, aunque esta vez aferró mi rostro y lo acercó al suyo, besándome con urgencia mientras mi mano seguía acariciándola, haciendo que suspirase en mi boca pudiendo saborear su dulce aliento. Mordió mi labio y me aferró con sus piernas, haciendo que nuestros cuerpos se unieran instantáneamente y ambos nos estremeciéramos.


Rodé y la dejé sobre mí, ella parecía completamente fuera de sí, algo que me encantó. Seguí acariciándola mientras ella subía y bajaba sus caderas, no podía apartar mi mirada de su rostro, sus ojos cerrados y sus dientes mordiendo su labio.

Intensifiqué el ritmo de mis caricias y me pidió que parase pero no podía hacerlo, ya no podía hacer otra cosa que seguir mi instinto. Apoyó sus manos en mi pecho cerrando fuertemente los ojos, empecé a acariciarla más fuerte y quizá no medí mi fuerza.

Curvó su espalda alejándose pero yo la seguí mientras pedía que parase. La acerqué a mí y ella me empujó tumbándome, haciéndome enloquecer mientras ella luchaba por respirar hasta el punto de que un grito salió de su pecho hasta desgarrarle la voz. Se apoyó en mi pecho y yo frené bruscamente pensando que le había hecho daño, pero pronto me di cuenta de que no había sido así y no llegue a parar del todo.

La dejé tumbada sobre mi pecho, temblando mientras nuestros cuerpos seguían unidos. Sus manos aferraron mis hombros y me abrazó fuerte, suspirando mientras acariciaba su espalda.

Apenas pude dormir, seguía preocupado por haberla dañado aunque ella parecía dormir tranquila y feliz sobre mi cuerpo. La leve luz empezó a inundar la habitación, debía irme a trabajar pero no quería separarme de ella sin cerciorarme de que estaba bien.

Acaricié su rostro hasta que abrió levemente sus ojos, parecía feliz… se acurrucó en mi pecho y dejó un beso a la altura de mi corazón, suspirando y acomodándose allí volviendo a cerrar sus ojos.

-Darlene… -Ella asintió sin abrir sus ojos-. Debo irme… tengo que ir a trabajar… -Me aferró más fuerte y asintió, parecía no querer separarse de mí-. ¿Estás bien? –Asintió contra mi pecho de nuevo y acaricié su pelo hasta que me miró-. ¿Seguro? –Volvió a asentir con una leve sonrisa-. Bueno… puedo quedarme un poquito más hasta que te duermas, si quieres… -Su abrazó me indicó que quería que me quedase-. Vale, lo capto…

Reímos levemente y la abracé fuerte. Cuando se quedó dormida de nuevo me levanté con cuidado, acomodándola sobre una almohada y acariciando su rostro. Mi corazón palpitaba dolido por tenerme que marchar, la ansiedad me inundaba por tener que alejarme de ella, de mi chica, de la razón de mi vida… tomé un folio y un bolígrafo, sentándome junto a la cama y mirándola mientras escribía.

Dejé la nota en la mesilla y salí de la habitación cogiendo mi ropa, no quería molestarla así que me duché en el baño del pasillo. El agua caía sobre mí y no pude evitar los recuerdos, cómo se sentía el agua y su piel a la vez, sus labios mordidos… cambié al agua helada intentando desterrar esos pensamientos que me iban a llevar a despertarla para hacerla mía de nuevo. Salí y me miré al espejo, mi cara parecía ahora distinta, la de un extraño, un Seth adicto y necesitado de su dosis de amor, de su dosis de ella… salí disparado hacia ella y besé su frente con angustia, haciendo que ella se revolviera y sonriera.

-Te quiero, no sé que haría si no existieras… no entiendo cómo he sobrevivido todo este tiempo sin ti… -Ella sonrió-. Descansa cielo…


Besé sus labios levemente y ella se acomodó de nuevo en la almohada, quizá ni se había dado cuenta de la despedida, pero podría leer todo cuando despertara…

Espero que os haya gustado el cap. y siento la tardanzaaaa!!!


3 comentarios

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YOAN Mextli
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16 de abril de 2011, 19:30 delete

hola, me parece imperdonable no haber dejado mi comentario la primera vez que lo lei, disculpa, seguramente estba algo distraida o corta de tiempo; sabes he empezado mi propia historia de seth y su impronta, nada me haria mas feliz que lo leyeres; onegai!!!!!*.* n.n
bueno luego me actualizo leyendo todo lo que no he leido y te dejo mas comentarios; sigue haciendo lo que mejor haces(osease escribir)

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Gwendylow
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16 de diciembre de 2013, 16:58 delete

Hola YOAN Mextli nos gustaría que te animaras a compartir tu historia sobre seth... te animas???

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Anónimo
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16 de noviembre de 2014, 19:47 delete

Hola,soy YOAN Mextli con unos años más; si escribí mi historia de seth,pero no tuve donde publicarla;no vi estos comentarios hasta que empecé a releer el blog,perdí el link y no tiene tanto que lo encontré; no se.
Ame cada capítulo de la historia, me gustaría que la autora y sus colaboradoras lo supieran;aun ahora sigo amando el fic y por eso regreso a leer.
bueno, hasta luego :D

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