Capítulo LXXXIVb: Descubriendo a Darlene McBrown (Parte I).

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Lo sé, he tardado muchísimo... bueno, no, muchísimo no... lo siguiente jajajajaja






Perdonadme, en serio... pero he estado trabajando mucho y estudiando y tenía mil cosas que hacer y apenas podía sentarme al ordenador a escribir (Necesitaba una tarde de relax escribiendo, la verdad...)






Gracias por las espera y espero que os guste... al menos, este final de hoy no es tan amargo, (o eso creo jajaja) Besotes y gracias de nuevo!!






Silvy ^^


EDITADO: Holaaaaaaaa Sorryyyy por haber abandonado tantisimo tiempooooo jooo pero me e pasado tooooooodooo el añooo estudiando un monton :(

Bueno pero ya e vueltooo y aquiii estoy poniendo bien los videos de los capitulos para que podais verlos mejor y no tengais que salir del blog :D

un saludo y un gran beso!!!!!!!!!

GWENDYLOW







La gente me miraba, Hanna hablaba por mi teléfono con Nessie… Bryan me miraba asustado, como Susan, y Dylan se mantenía detrás de ella acariciando su pelo intentando calmarla. Hanna intentó calmarme a mí avisándome de que Nessie estaba en camino.

El tiempo pasaba… comenzó a llover, oscurecía y yo seguía llorando mientras recibía caricias de mis amigos… Todo me parecía tan irreal… y tan factible a la vez. ¿Había sido fruto de mi imaginación unido a aquella historia? ¿Eran sólo vagas esperanzas de que eso que imaginaba fuera real? ¿O realmente era real? ¿Realmente estaba pasando de esa misma manera? Me aovillé mientras todo el mundo seguía mirando, todo el mundo hacía comentarios sobre aquella pobre chica que estaba tirada en plena calle, rodeada de sus amigos y en pleno ataque de nervios. No quise mirar… no podía seguir pensando en lo estúpida que parecía mientras mi cabeza no dejaba de hilar unas cosas con otras.
-¡Darlene! –Nessie me abrazó-. Vamos, cariño… levántate. Todo el mundo te está mirando… -Me aferré a ella, sabía que tendría la fuerza necesaria para levantarme. Me ayudó a caminar mientras acariciaba mi cabello y calmaba a mis amigos-. Tranquilos chicos, yo me encargo…
-¿Pero qué le ha pasado? –Preguntaba Hanna angustiada-. Estábamos viendo la película… y se ha puesto así de un momento a otro…
-No lo sé… voy a llevármela a casa, le prepararé una tila y cuando se encuentre mejor le pediré que os llame, ¿de acuerdo? Pero ahora tengo que llevármela…
-Llámanos, ¿eh, Ann? –Asentí mientras Bryan besaba mi pelo-. Esperaremos tu llamada…

Nessie me metió en su coche, me colocó el cinturón y me quedé mirando a mis amigos, preocupados por mí y rodeados de personas que veían aquella escena con cara de circunstancia ante aquella lluvia, mi pelo goteó y ni pude mover mi mano para limpiar las gotas de mi cara. Un “Tranquila, pronto llegaremos” resonó en mi cabeza. Apenas pude moverme para dedicarle una mirada de agradecimiento. Pude ver los edificios moviéndose, después árboles… una calma relativa me invadió. No era una calma real… era más bien… una especie de apatía, de indiferencia. No podría describirlo con mayor exactitud… sólo estaba. Estiré la mano del mismo apático modo para poner la radio, el silencio comenzaba a incomodarme.



Escuché la canción mientras los árboles seguían pasando a un ritmo extrañamente lento. Pensé en las veces que había mirado por la ventana yendo con Seth o con Nessie… y no era su ritmo habitual. Iba más despacio. Sentí que lo hacía por mí.
-¿Más tranquila? –Dijo cuando la canción acabó-. No esperaba una reacción así por tu parte… -Suspiró-. Cuando Alice me ha llamado hace una hora, no podía creerlo… -Tomó mi mano-. No tienes que tomártelo así, no es tan grave…
-¿Qué no? –Dije casi chillando. Suspiré y pensé en lo que acababa de decir-. Entonces… él… y yo… ¿Estás confirmando mis sospechas? –Ella suspiró pesadamente, rompí a llorar-. ¿Cómo no me habíais dicho nada antes? ¿Tú sabes… él…? ¡Dios!
-Oye, no dramatices… -Dijo sonriendo débilmente-. Él lo sabía, él nos lo pidió… es cosa suya, así que tampoco es que él lo esté pasando mal… sabía lo que había y lo que eso podría suponer. Incluso si nunca hubierais vuelto a besaros, él lo hubiera asumido. Sólo quiere lo mejor para ti…
-Pero… ¿cómo no he podido recordarlo? ¿Cómo no me he dado cuenta antes?
-Somos muy buenos en lo que hacemos… así que no te sientas mal.
-Todos estabais en el ajo… -Dije asimilándolo-. No puedo creerlo… es… -Empecé a llorar de nuevo-. ¿Qué clase de novia soy que no recuerdo haber estado con él?
-Venga, vamos… -Dijo palmeando mi espalda-. ¿Quieres ir a verle?
-¿Qué voy a decirle? ¡Eh! Ya sé que tú y yo antes salíamos… y por eso has cuidado de mí… y ahora entiendo que no dejaras de estar a mi lado… ¡Gracias! Siento haberlo olvidado todo… -Dije irónica-. Va a odiarme…
-¡Qué va! ¡Va a adorarte! ¡Ya lo verás!

Negué intentando calmarme… seguí mirando el paisaje en un intento de relajación. Suspiré hondo, ordené muchas cosas en mi cabeza mientras Nessie me observaba… intentaba preguntarle cosas pero apenas hablamos. Sus gestos, sus alzadas de cejas y sus risas me contestaron de sobra.

Cuando pasamos su casa… mi corazón se aceleró. Me iba a encontrar con él, tenía mil dudas que se agolpaban, mil palabras que decirle como en un ovillo enmarañado del que no encuentras el extremo para tirar y deshacerlo… y necesitaba deshacerlo y ordenar mis preguntas… mi mano salió disparada para aferrar la de Nessie cuando entramos al sendero, pude ver a Seth, Quil, Claire, Jake, Cora, Vera, Leah, Ephraim… todos reían sentados en las escaleras del porche, brindaban y reían… hasta que el coche de Nessie paró frente a ellos. Pude ver cómo me miraba, a pesar de que los faros habrían deslumbrado a cualquiera… él seguía mirándome. Su gesto cambió en un segundo, como el de los demás. Mis músculos no respondieron, sólo pude llorar al verle.
-Vamos, no llores… vas a asustarles… -Dijo Nessie riendo y bajando del coche-. Creo que la reunión se acabó… la parejita necesita hablar…
-Sí, será mejor… -Escuché a Leah suspirar-. Suerte, enano…
-Sí… -Dijo él abriendo la puerta del coche de Nessie y acuclillándose a mi lado-. Eh… -Dijo acariciando mi pelo-. ¿Qué pasa? ¿Qué va mal? –Sólo pude taparme la cara y seguir llorando, él suspiró y me ayudó a salir del coche-. Vamos, entremos en casa…
-Deberías…
-Gracias Nessie… gracias por traerla.
-Siento no haberte avisado… pero… me necesitaba a mí en ese momento.
-Lo sé… -Dijo suspirando-. Buenas noches, chicos… -Dijo llevándome-. Ven, vamos, siéntate y tranquilízate, ¿vale? –Me sentó lentamente en el sofá y él se sentó en la mesita, mirándome de frente… no podía ni mirarle-. ¿Qué va mal?
-Yo… -Lloré más y le abracé, noté que temblábamos… no sabía si era él o era yo-. Lo siento, no sé… no tengo… yo…
-A ver… -Suspiró y cogió mi cara, nos miramos por unos segundos y él entrecerró sus ojos-. Más o menos puedo saber lo que ha pasado, Nessie… pero no puedo entenderlo… ¿Me lo puedes contar…?
-Yo… -Sorbí mi nariz y suspiré-. Hemos visto una película… y entonces he entendido todo… -Empecé a llorar de nuevo-. Y lo siento, porque yo… no sé… yo debería haberlo sabido… de alguna forma, soñaba con ello, tendría que haberme dado cuenta antes…
-¿De qué?
-De que… soy horrible –Le abracé llorando-. Lo siento, de verdad, lo siento…
-Eso me ha quedado claro… -Dijo medio riendo-. Pero sigo sin entender porqué lo sientes tanto, no es culpa tuya…
-Pero tú… estabas sufriendo… ¿por qué no me dijiste nada nunca?
-Te dije que estábamos unidos… -Se encogió de hombros-. No necesitabas saber nada más… -Sonrió-. Y que te quiero, creo que… ya lo sabías.
-Pero… -Limpié mis lágrimas, él me ayudó-. No lo entiendo. ¿Yo era la chica que se fue?
-Sólo en parte… sigues aquí, ¿no? –Dijo con una sonrisa-. Y, poco a poco, volverá del todo.
-Pero… no sé nada. Sólo… tú y yo… ¿Realmente siempre hemos sido tú y yo? ¿Era yo la primera en tu vida?
-La única… -Sonreía, pero yo no paraba de llorar… me daba rabia-. No es para tanto, nada ha cambiado ni va a cambiar. Estamos bien.
-No… -Dije negando-. No estamos bien. ¿Cuándo vas a darte cuenta de que esto es muy injusto…? ¿No lo ves?
-Lo sé… y lo siento, fue culpa mía… pero tú me enseñaste a ser paciente, a que las cosas buenas acaban llegando… -Besó mis manos-. Y que al final, todo vuelve a su lugar. Todo se va a arreglar…
-¿Y si no me arreglo?
-Pues… -Suspiró-. Viviremos con ello… -Abrió los ojos en un gesto consolador, fue entonces cuando me di cuenta de lo que ambos sentíamos en realidad… al abrir sus ojos, pareció mostrarme su alma… acarició mi pelo y suspiré negando-. ¿No qué?
-Que no quiero vivir con eso. Que no es justo, que no quiero esto… -Me miró confuso-. No quiero seguir preguntándome qué más me pierdo, no quiero… no puedo soportar saber que me estás engañando. No puedo…
-No te estoy engañando… es… sólo… -Se encogió de hombros-. Que estoy esperando al momento adecuado.
-Me engañas, Seth. ¿Acaso no lo has hecho los últimos meses? Yo pensando que sólo éramos amigos… ¡Y pensaba que aún querías a tu ex… que no era tu ex! ¡Era yo! –Rió, pero para mí no era gracioso-. ¿No lo entiendes? ¿No lo ves?
-¿Qué debo entender? ¿Qué estabas celosa de ti misma? Sí, es gracioso… tiene su punto… pero… -Se encogió de hombros-. Todo irá bien…
-¿Qué es gracioso?
-No, no es gracioso… quiero decir que…
-¿Qué? ¿Qué quieres decir? ¿Qué te lo has pasado bien viendo cómo me angustiaba pensar en esa persona sin saber que esa persona era yo misma? ¡Dios! ¡Creo que eso ni siquiera tiene sentido! –Rió y le miré fatal-. No es gracioso.
-No, no lo ha sido… pero ahora que lo sabes, lo es.
-No, no lo es…
-¿Qué quieres que haga? ¿Qué llore como tú? No puedo… -Se encogió y negó en un gesto de indiferencia-. Al principio lo hacía… y mucho. Cuando pasabas las noches en casa de Nessie… me angustiaba mucho… pero ahora que estás conmigo, me da igual.
-No puede darte igual…
-Es así… -Se encogió de hombros de nuevo-. No necesito nada más, con que estés aquí a mi me vale… es simple.
-Pero yo necesito algo más… -Frunció sus cejas, yo suspiré-. Necesito saber más. No puedo seguir aquí sabiendo que tengo una vida pasada de la que no recuerdo nada…

Me levanté llorando y me encerré en mi cuarto, no sabía cómo empezar… ni por dónde… pero tenía que averiguar todo lo posible, tenía que hacer algo. No me podía quedar parada allí, estancada en el mismo punto de siempre… tenía que irme, si no me ayudaban… investigaría por mí misma. Abrí el armario y saqué la mochila de clase, la vacié y empecé a meter ropa pensando en mi primer paso… quizá Jenner era un buen primer destino…
-¿Qué haces? –Me miró asustado, se acercó e intentó quitarme la mochila, pero no la solté-. ¿Dónde crees que vas?
-¡No lo sé! –Dije gritando y llorando, tirando de la mochila mientras él parecía tan alterado como yo-. ¡Déjame! ¡Tengo que irme! Si no quieres ayudarme, está bien… lo haré por mí misma…
-¿Dónde vas a ir? ¿Qué crees que vas a hacer?
-¡Irme a buscar algo, lo que sea! ¡Seguro que podré encontrar algo! Quizá no lo haga tan bien yo sola, pero sé que puedo…
-¿Quieres irte? –Dijo indignado-. No puedes hacerlo…
-¿Vas a retenerme por la fuerza? –Dije desafiante-. ¿Vas a encerrarme en esta casa, en este lugar? ¿Vas a privarme para siempre de mi derecho a saber?
-¿Es lo que quieres? –Me miró paralizado… yo asentí al borde de las lágrimas-. Está bien… -Tragó en seco con los ojos llorosos-. Te ayudaré… sólo… espera hasta mañana.
-¿Para qué? ¿Crees que es un berrinche y que mañana me habré olvidado? –Él negó, pero lo hizo de un modo que intuí que era lo que esperaba, que lo olvidara… Negué indignada-. Voy a irme ahora… si quieres ayudarme, es el momento… mañana no estaré aquí…

Soltó la mochila y se quedó parado mirando cómo recogía algunas de mis cosas… cerró los ojos por un momento, yo seguí hasta que él desapareció y empezó a buscar algo en su cuarto. Me asomé con cierto miedo y curiosidad, salió apenado y me tendió unas llaves.
-Son tuyas… -Me miró fijamente, yo estaba en shock-. Te llevaré. Guardé… -Suspiró-. Allí encontraras… prácticamente todo. Guardé todo lo que pudiera recordarte algo allí… así que, si es lo que quieres… te llevaré.
-¿Ahora mismo? –Dije con un hilo de voz. Él no se movió apenas, sólo sus labios se fruncieron ligeramente por el disgusto… así que pude imaginar la respuesta. Cogí las llaves mirándolas atenta, esperando que me susurrasen algo, un recuerdo, una respuesta… pero sólo pude volver a alzar la vista para mirarle al no obtener respuesta-. ¿Vas a llevarme? –Asintió parpadeando, yo asentí con él-. Yo… -Suspiré mirando las llaves-. No sé de dónde son…
-Son… de tu casa –Mi corazón se encogió, fui a buscar un punto de apoyo que no encontré, pero su mano se lanzó para cogerme y sentarme en los pies de la cama. Suspiró-. Voy… llamaré a Nessie… es posible que la necesites allí también…

Asentí y me quedé mirando aquellas llaves. Poco después Nessie apareció y me abrazó, la miré y después miré a Jake y a Seth en la puerta. Jake asintió como un gesto de aprobación, se acercó y besó mi frente, le miré temerosa.
-Prometo que pondré a los chicos a trabajar ahora mismo… y cuando vuelvas de tus “vacaciones”… tendrás una gran fiesta preparada, ¿vale?
-Gracias… -Dije con voz ronca. Miré a Nessie de reojo-. ¿Nos vamos?
-Claro…

Se levantó y besó a Jake, me tendió la mano y me llevó hasta el coche de Seth, él nos seguía con cierta distancia, me resultó algo extraño… pero Nessie me sugirió que él pensaba que le odiaba… que ya no confiaba en él… y que eso le había destrozado por completo. En un intento de arreglar esa situación, le pedí a Nessie que se pusiera en el asiento de atrás. Seth me miró de un modo extraño al verme de copiloto, no supe qué hacer ni qué decir, así que miré mis manos y después a través de la ventanilla. Él lo interpretó como un gesto de impaciencia, lo que en parte era, arrancando y saliendo a la carretera con una velocidad moderada… al parecer, no tenía prisa por llegar. El tiempo pasaba, yo me ponía nerviosa… le miraba a él y parecía no estar en ese coche. Cuando miraba a Nessie… sus ojos no se desviaban, seguía mirando la carretera fijamente hasta que me di cuenta una de las veces que sus ojos se habían cerrado. Fue en ese momento cuando habló por primera vez desde que salimos.
-Deberías hacer lo mismo… -Me miró de reojo-. Aún quedan unas tres horas para llegar… así que no estaría mal que durmieras… necesitas descansar.
-Estoy bien… -Dije bajando un poco el volumen de la radio-. Ahora no necesito descansar… necesito llegar ya.



Me miró de reojo, pude notar que acelerábamos. Apoyé mi cabeza en el asiento y miré la negrura de la noche rodearnos… escuché la suave melodía que sonaba… me mecía. No quería, pero parecía necesitar dormir. Giré mi cabeza y me pareció ver una lágrima rodar por su mejilla.
Recuerdo que me despertaron cuando hicieron una parada… pero no tenía fuerzas para salir del coche. No recordaba cuantas horas habían pasado durante esa parada o durante el viaje… sólo recuerdo despertarme con un incesante pitido, luces y sirenas. Una ambulancia nos adelantó.
-Estamos en Seattle… -Contestó Nessie a mi pregunta no verbalizada-. Ya queda poco.
-Estaremos en quince… como mucho veinte minutos… -Asentí y el suspiró-. Intentaré que sean diez… pero hay mucho tráfico…
-Está bien, no pasa nada…

Asentí mirando mis manos, mirando cada calle que pasábamos… estaba nerviosa y angustiada. No sabía si realmente iba a atreverme a bajar del coche… ¿Y si no me gustaba lo que había hecho en el pasado? ¿Y si, a pesar del viaje, no lograba recordar nada? Salimos de Seattle y mi corazón seguía acelerado, él conducía como si deseara no estar allí… Le miré con dolor, él relajó su gesto y encendió la radio de manera distraída… Medio sonreí cuando me miró buscando una reacción por mi parte.



Mi corazón se encogió cuando noté que frenaba y que paraba a un lado de la calle. Miré aquella casa… era extraño, pero me resultaba familiar. Noté que ambos me miraban esperando algo, Nessie sonrió ligeramente y Seth bajó sin más del coche, se estiró mirando la casa mientras yo bajaba. Me sorprendió ver que la puerta se abría, los miré y ambos sonrieron, Nessie salió corriendo a abrazar a aquella hermosa chica.
-¡Bienvenidos! –Dijo sonriendo. Seth se acercó y la abrazó de un modo extraño, como con esfuerzo… pero con cariño. Ella me miró-. Alice ha llamado… así que he pensado en prepararos un buen desayuno para cuando llegaseis… -Me miró expectante, los tres lo hacían… yo intenté sonreír-. ¿Os apetece pasar?
-Creo que no se siente cómoda… -Nessie rió-. La educación ante todo…
-Ya… -Seth rió, me miró de ese modo que a veces odiaba-. ¿Recuerdas a mi adorada Tania? –Mi boca se abrió ligeramente, ella rió-. Bueno… pues Tania… ella es Darlene… Darlene… ella es Tania.
-Encantada… -Dijo tendiéndome la mano y riendo-. Ahora que ya nos han presentado… ¿aceptas mi invitación a desayunar?

Asentí algo paralizada, no podía dejar de mirar la fachada de aquella casa… pero especialmente la ventana derecha del segundo piso… era como si algo de aquella ventana me llamase más la atención, como si me susurrase que allí había algo importante. Me quedé parada allí mientras ellos entraban, al ver que no me movía sus gestos de alegría cambiaron… Seth se acercó cauteloso y suspiró.
-Era… es… tu habitación –Asentí como si algo en mí ya lo supiera-. ¿Quieres entrar?
-Claro…

Entré y los tres me dejaron mi espacio. Empecé a recorrer con cuidado el primer piso, mirando cada pequeño detalle. La cocina, el salón… aquellas escaleras y aquella barandilla. Al rozarla fue como si me diera una sensación demasiado fuerte, miles de destellos a la vez… no pude procesarlos todos.
-Puedo ayudarte en eso… si quieres.
-Después… -Sugerí a Nessie con gesto serio, pero su sonrisa no se borró-. Quiero subir…
-¿Estás bien?
-Quiero ver mi cuarto… -Dije obviando la pregunta de Seth y subiendo las escaleras. Ellos subieron detrás, me acerqué a la puerta y al tocar el pomo me pasó algo parecido… como un calambre, como una descarga de información. Sonreí-. Nessie… me gustaría verlo detenidamente después.
-Eso está hecho…
-No he cambiado nada… -Se apresuró a decir Tania-. No he querido entrar en los cuartos… sólo he usado la oficina… y tampoco he cambiado nada de la decoración, todo sigue igual…
-Gracias…

Abrí la puerta con cuidado, una sensación me invadió, como si fuera mi lugar, como si todo mi cuerpo, cada célula, vibrara de alegría por estar allí. Inspiré hondo, sonreí y me adentré en aquel lugar. Observé la cama a medio hacer, un pequeño cazasueños en la cabecera… sonreí acariciando las plumas, notando una sensación de calma muy extraña y placentera. Me giré para ver el escritorio… el ordenador, un marco de fotos… archivadores. Y en la estantería… decenas de libros y cuadernos. Sonreí acariciándolos.
Me dirigí al armario… tuve que agarrarme fuerte, fue algo mucho más intenso. Noté que Seth me sujetaba, sonreí y negué abriendo el armario. Su olor…
-Parece vacío… -Suspiré-. Creí que estaría más lleno…
-Yo… -Seth hizo una mueca-. Estuve vaciándolo un poco, dejé muchas cosas en cajas, en el garaje… allí hay muchas cosas más…
-Bien… -Sonreí y me dirigí al garaje, al abrir la puerta me sorprendió ver allí una cama… y un coche negro precioso… Lo acaricié, me encantaba…-. ¿Era mío?
-Así es… -Nessie sonrió poniéndose a mi lado-. Y mira… -Señaló una estantería llena de cajas-. Ahí tienes cientos de álbumes de fotos y diarios que guardamos… -Se encogió de hombros-. Creo que faltan algunos, pero… están casi todos.
-Genial… -Susurré-. Gracias por traerme aquí… tengo mucho que ver… ¡y que leer!
-Pero primero deberías desayunar… -Dijo Nessie tomando la mano que yo dirigía a una de las cajas-. No es bueno hacer todo de golpe, habrá tiempo más tarde…
-No quiero esperar más…
-Vamos, querida… -Tania sonrió-. Han estado aquí todo el tiempo, no van a moverse de ahí en el poco tiempo que te cueste desayunar…

Miré a Seth, miraba el suelo como ido. Suspiré y asentí mirando todas esas cajas… ¿Podía estar toda mi vida resumida en eso? Negué cuando salíamos del garaje, en la mesa de la cocina había una bolsa de papel con un logotipo, cogí la bolsa y la miré curiosa… Saqué una de las magdalenas que contenía, la probé y me sorprendió gratamente… Seth y Nessie intercambiaron una mirada. Creo que incluso llegaron a sonreír tímidamente. Tania se encogió de hombros.
-Lo siento… mucho tiempo rodeada de tus cuadernos me ha despertado cierta curiosidad… y como no se me da muy bien la cocina… pensé que te gustaría desayunar algo que te gustase.
-Están realmente buenas…
-Eran tus favoritas… -Dijo Seth con una mueca-. Voy al coche, me he dejado el móvil y debería llamar a los chicos…
-Claro…

Le miré marchar. Esto era más duro para él de lo que yo podía pensar… miré a Nessie que hizo una mueca confirmando mis sospechas.
-Nessie… -Dudé-. ¿Podrías mostrarme qué he visto durante este tiempo?
-Claro… -Sonrió tomando un par de magdalenas y tendiéndome su mano-. Deberíamos ponernos cómodas, van a ser muchas imágenes que no sé si podré hilar…

Asentí y la seguí. Nos sentamos en el sofá del salón, apoyé mi espalda en el reposabrazos y ella tomó mi mano concentrándose. Noté que se esforzaba para ralentizar las imágenes que me mandaba. Al tocar la barandilla había visto algunas imágenes con más bien poco sentido… Una niña resbalándose por ella, una mujer subiéndolas bailando, a un joven Seth sentado mirándome apenado… a la misma mujer, mi madre, rodeada de maletas y sentada allí, otra mujer que me resultaba familiar pero no identificaba mirando desde el pie de las escaleras y sonriendo…
-No… no las entiendo.
-Lo sé… -Suspiró-. Date tiempo. Poco a poco…
-Vale… -Asentí-. ¿Puedes mostrarme lo demás?

Ella cerró sus ojos, me mostró cómo me había visto tomando el pomo de mi puerta, viendo a una niña correteando y abriéndola para ponerse a saltar en la cama en un cuarto ligeramente distinto, a mi madre arropándome una noche, a mi padre haciéndolo otra mientras yo lloraba… ¿Porqué lloraba? Ella ignoró la pregunta y siguió mostrándome una especie de batalla, ella y yo peleando contra Jake y Seth… ¿Cuándo había pasado eso? Noté que me mostraba algo más de aquella noche… de repente paró y miró hacia el pasillo. Seth estaba congelado mirando. Miré a Nessie y ella bajó la mirada.
-Lo siento… no quería interrumpir…
-¿Te sientas con nosotras? –Dije amablemente-. Quizá quieras… ver cosas con nosotras.
-Yo… creo que es mejor que vaya… -Señaló sus espaldas-. Os dejo solas…
-Vale… -Miré a Nessie y tomé su mano preguntándome qué le pasaba… ella simplemente contestó que era duro. Hice una mueca-. ¿Qué he visto en el armario?

Ella sonrió ampliamente. Me mostró cientos de imágenes de Seth, parecía que hubiera estado viviendo en mi armario por mucho tiempo… reí con ella. Estuvimos durante mucho tiempo, quizá horas, visionando cientos de imágenes que había tenido… como fotos… fotos que ella se esforzaba en mostrar como una historia real… como pequeñas escenas de mi vida.
Mis dudas iban creciendo, a veces de par en par… o incluso docenas de preguntas en un solo momento. Ella se esforzaba por contestarlas todas. Pasado un buen rato Tania se acercó con una bandeja llena de comida, más magdalenas, refrescos y patatas… seguimos a lo nuestro mientras picoteábamos. Volvimos a parar cuando Seth nos interrumpió de nuevo, me quedé algo asombrada al ver que ya anochecía.
-Deberíamos… volver a casa. Deberías dormir… e ir mañana a clase. Podemos volver el fin de semana si quieres… puedes decirles a tus amigos que vuelves a Anchorage… y la semana siguiente son vacaciones de Navidad… así que podríamos…
-No… -Negué-. No voy a irme ahora.
-Tenemos que volver… tienes que ir a clase, yo debo ir a trabajar y…
-Si tanto tienes que hacer… vete.
-Darlene… -Nessie tomó mi mano y me miró con cautela-. Deberíamos volver. Jake estará preocupado… y tengo que irme. Y tú mañana tienes clase… como bien dice Seth, podremos volver el viernes por la tarde si es lo que quieres… Creo que ya es suficiente por hoy… y tienes que descansar.
-Tienes razón… Jake querrá verte y saber qué ha pasado… -Miré a Seth-. Y tú debes ir a trabajar… y se está haciendo de noche… -Seth asintió y me tendió la mano. La cogí y la estreché-. Buen viaje de vuelta, llamadme cuando lleguéis…
-¿Qué? –Seth me miró pasmado, rió y negó-. Estás loca si piensas que… no te vas a quedar aquí… ni lo pienses.
-¿Vas a obligarme a seguirte siempre? ¿A hacer siempre lo que tú quieras? He tomado una decisión… no pasa nada porque falte unos días a clase… pero vosotros no os podéis quedar. Así que… me quedo con Tania.
-No, ni de coña… -Seth me levantó de un tirón, le miré pasmada-. ¿Crees que estoy tan loco? Ya has llegado a tu límite, niña insolente.
-¿Qué? ¿Niña insolente? ¡Me lo debes! ¡Tú tienes la culpa de todo esto! ¡Tú les pediste a ellos que no me contaran nada de mi pasado! ¡Así que no te atrevas a insultarme, porque el único insolente aquí eres tú!
-Chicos… deberíais calmaros…
-¿Calmarme? –Seth se encaró con Nessie-. ¿Estás con ella en esto, no? ¿Vas a dejar que lo haga? ¿Te vas a poner de su parte?
-Es lo que ella quiere…
-Si no puedes soportarlo… -Me encogí de hombros-. ¡Lárgate de aquí!
-Que me largue… -Pareció incrédulo-. Genial… -Frotó su frente y se paseó por allí temblando, Nessie se acercó a mí en ademán protector y él se giró bruscamente. Su cara cambió-. No hace falta… será mejor que me vaya… pero… Tania tiene que irse… y tú también. Si quiere hacerlo… estupendo. Pero que lo haga sola.
-No puede hacerlo sola…
-Claro que puede… pero si tú eres capaz de pensar que le haría daño… yo no soy capaz de dejarla aquí sola con vosotras… -Dijo altivo-. Así que bueno… yo también me quedo.

La tensión era palpable… suspiré pensando en la situación. Él seguía queriendo protegerme… creía que después de eso yo no iba a ser capaz de quedarme sola con Tania… por eso me había metido miedo… y sabía que sola me llevaría mucho más tiempo… me retaba. Tania se acercó y rodeó por la cintura a Nessie… también la protegía. Parecía que se iban a poner a discutir de nuevo cuando interrumpí.
-No… -Dije levantando la cabeza. Le miré y después a Nessie-. Debes ir a hablar con Jake, debes estar con él… y seguramente… -Miré a aquella pelirroja-. Tania, quizá quieras hacer algún viaje… quizá visitar a Carmen y Eleazar… -Le miré a él-. Y tú tienes que trabajar… y tienes razón, puedo hacerlo. Así que… me quedo sola.
-¿Qué? –Su cara se desencajó, sacudió su cabeza y sus manos y me miró incrédulo-. No, me voy a quedar contigo… o vienes conmigo… o me quedo.
-No te quiero aquí… -Negué fríamente-. No quiero tener a mi lado al responsable de mi situación, mucho menos ahora, después de esto. Quiero estar sola. Y dado que esta es mi casa… os pido a los tres que salgáis de aquí… -Intercambiaron una mirada, pero no se movían-. ¡Ahora!
-¿Crees que voy a dejarte aquí sola? –Le miré cabreada, bajó la mirada y volvió a mirarme-. Si me voy… si me pides que me vaya ahora mismo… lo haré. Pero quiero que sepas que… tú tomas tus decisiones sin contar con nadie… y puede que yo haga lo mismo…
-¿Es una amenaza? –Reí-. Haz lo que quieras… no va a importarme mucho ahora.
-Estupendo…

Se marchó dando un portazo, Nessie me abrazó, sabía que estaba a punto de llorar y quería contarle a él mis pensamientos, pero le pedí que no lo hiciera y que me dejaran sola. Necesitaba estar sola… necesitaba conocer a Darlene McBrown. Ella asintió y se marchó junto a Tania, me asomé a escondidas para ver qué pasaba en el jardín, Seth abolló su querido coche de un puñetazo, Nessie le abrazó metiéndolo en la parte trasera y consolándole mientras Tania arrancaba. Un par de lágrimas cayeron por mis mejillas al verlos marchar.
-Está bien… -Me dije a mi misma-. Todo irá bien…

El miedo volvió a mí. ¿Y si Darlene McBrown no era la persona que yo había estado imaginando en mi cabeza? ¿Si éramos muy diferentes? ¿Si todo lo que había oído de ella me había dado una imagen errónea? ¿Si no conseguía recordar nada en absoluto?
Me acurruqué durante un tiempo al lado de la puerta que él había cerrado de golpe… cuando me calmé, decidí ir al garaje y seleccionar una de las cajas. Cargué con una de ellas hasta mi antigua habitación, me senté en el suelo y la abrí con cuidado y lentitud… estaba nerviosa. Había un par de chaquetas, debajo de ellas como una docena de cuadernos y una decena de CDs de música. Miré a mi alrededor… encendí el ordenador del escritorio. Me pedía una clave.
-¡Genial! –Suspiré-. No me acuerdo de nada… y voy a recordar una maldita clave…

Negué y lo apagué. Me giré y tomé una de las chaquetas, un par de CDs con las carátulas rotas… parecían ser los más abiertos, quizá serían los que más había escuchado… después un par de cuadernos. Bajé al salón, puse los CDs en el equipo y empecé a leer uno de los cuadernos a mitad.




Estoy realmente agobiada… le quiero, eso lo sé… pero quizá mis padres tengan
razón. Todo esto ha sido una locura, necesito sentir algo por alguien
distinto, saber si es realmente tan bueno como lo siento. Es lo mejor de mi
vida… pero quizá podría tener algo mejor… o quizá me equivoque, quizá yo
esté equivocada… y el resto del mundo. O quizá debería probar algo distinto,
como dice Mark. Él me ha enseñado a ver las cosas de distintos modos… no
sólo de uno. Las perspectivas cambian con el tiempo… con el tiempo y la
distancia. Quizá deba distanciarme, dejarle… pero le quiero tanto.
¿Cómo voy a saber lo que hacer? Tanta felicidad me está agobiando… ¿Es eso
posible? Ya nada es como antes, sigue sorprendiéndome… pero siento que nos
hace falta algo más. Como si todos sus esfuerzos por mantener esto fueran en vano, ya no siento su calor de igual manera, ya no me siento tan bien como antes… me siento sola, como si lo único que tuviera fuera a ellos, la manada… Mark parece comprenderlo, entiende que estoy agobiada y me da más espacio… también es solo mi amigo, Seth es mucho más… ha sido mi vida. Pero desde la boda de Nessie… todo está cambiando. Siento que me estoy volviendo fría con él… no se lo merece.
¿Cómo puedo explicar a alguien todo esto? Simplemente no puedo… todos pensarían que estoy loca… y el único que puede comprenderme es él… y haría su corazón añicos si se lo contara… Sólo puedo esperar a que pase…



Me sorprendí y comencé a preguntarme quién era Mark… abrí el cuaderno por la primera página, parecía un diario… sonreí al ver que comenzaba el primer día del año, pero seguía sin saber de qué conocía a ese tal Mark. Lo bueno fue conocer cómo fue mi llegada a Londres… conocer parte de la historia. El siguiente cuaderno hablaba sobre eso… aquellas palabras me hacían sentir angustia, no lo entendía… subí de nuevo a mi cuarto cuando acabé con el segundo cuaderno… al rebuscar en la caja vi un par de DVD… los bajé para verlos. Me sorprendió ver aquella casa… Gabriela. Gabriela estaba conmigo en Londres… y Maca, Ainhoa, Ashley… eran ellas. Lloré… por fin sabía la verdadera historia de cómo las conocí… y se lo contaba a Claire. A la pequeña Claire, como se refería a ella la chica del video… como yo me refería a Claire.

Después de aquel video estuve leyendo un poco más… me fijé en el nombre del otro DVD, primera Navidad en Londres… Me entró curiosidad. Estuve leyendo un poco más para descubrir qué había pasado… sonreí y puse el video, mi corazón se encogió al verlo.



Parecía feliz al principio... pero demasiado triste cuando comenzaba a cantar. Un profundo sentimiento de pena me embargó. Empecé a pensarlo, a repasar las páginas de aquellos cuadernos… ¿Había sido yo la que le había dejado? ¿Qué había pasado? Y lo que más curiosidad me provocaba de todo, aún no lo sabía… ¿Cómo le había conocido? Busqué en la caja, pero no había ningún libro de años anteriores, todos eran posteriores… bufé hasta que una foto se cayó de entre las páginas del cuaderno verde. Una foto mía, junto a un cartel de la universidad… con él. Había muchas más hacia el final de aquel cuaderno… comencé a leer el principio sentada en el suelo al lado de esa caja. Me apoyé en la cama para seguir leyendo el comienzo… ¿Él me había rechazado el primer día del año? Me sorprendió tanto que busqué en los cuadernos anteriores… Quería saber qué había pasado, desde Londres hasta que él me rechazase. Estuve cerca de dos horas leyendo… pero cuanto más leía… menos sentido encontraba a las cosas, a que me rechazase… y a que yo le hubiera dejado.

¿Estaba haciendo ahora lo mismo? Me quedé mirando fijamente el suelo… Cogí mi móvil y lo miré, quizá debería llamarle… Desvié por un segundo la mirada viendo una pequeña cinta… Navidad del 2019. Todo había ocurrido aquel año… quizá el video podría aclararme algo…
Dejé el móvil en el suelo y cogí la cinta. Bajé corriendo al salón, pero no encontraba ningún aparato que pudiera reproducir ese tipo de cintas… Gruñí. Busqué por la oficina, por mi habitación… abrí la única puerta que seguía cerrada, algo en mi pecho se encogió y me frenó en seco cuando entraba corriendo a la habitación. las lágrimas se agolparon en mis ojos y algo se cerró en mi garganta haciendo dificultoso respirar, hablar… o incluso llorar. Entré lentamente, dejé la cinta en la enorme cama, acaricié la cómoda de madera oscura cubierta de polvo… una foto de ellos, una foto con dos niñas… Ésa era Abi. ¿Cómo podía haber olvidado el mismo rostro de un ángel? Y mis padres… Me senté en la cama acariciando aquella foto cuando me fijé en una antigua cámara de video que estaba tras un jarrón. Cogí la cámara… la cinta encajaba. Investigué aquella cámara… conseguí ver aquel video.

Darlene McBrown corriendo por el césped… parando en seco al ver aquel enorme árbol. Miró a cámara con una enorme sonrisa y se acercó despacio… Escuché la voz de mis padres, pude verme llorando de emoción… aquel gesto era realmente bonito, todos aquellos regalos… Una guitarra roja… algo que me emocionó mucho. Reí mientras lloraba. Me levanté directa a mi habitación, cogí el móvil del suelo… quizá me había equivocado. No pretendía retarme… sólo mi primera pesquisa era cierta, pretendía protegerme, le daba pavor que me quedase yo sola con Tania… nada más.






Lo siento… siento haberme puesto así, pero… estoy bien. Espero que no estés
enfadado…




Suspiré al ver la hora, las cinco de la mañana… me tumbé en aquella cama viendo de nuevo aquella cinta. Mi reacción fue casi la misma… la puse otra vez… y me quedé dormida.
El sol en su zenit me despertó. Pensé… muchos recuerdos se habían manifestado como sueños completando algunas dudas que me habían provocado las visiones de Nessie y las lecturas de mis diarios… miré a mi alrededor, como si algo mágico me hubiera hecho recordar… este lugar, mi casa… Rodé en la cama y abracé la almohada mirando aquella caja… en una de las solapas pude ver escrito con rotulador una fecha… lo pensé y bajé corriendo al garaje… Saqué una caja, estaba fechada. Miré otra de la otra punta… miré aquellos estantes… parecía como si alguien hubiera estado archivando mis recuerdos, como si alguien los hubiera almacenado de forma que algún día yo pudiera verlos y pudiera empezar por el orden correcto… Guardé las cajas que había descolocado… cogí la más alta colocada en el lado izquierdo… 1996-1998. Algo se encogió en mi corazón… Abrí aquella caja, pude encontrar ropita de bebé… mi partida de nacimiento, Darlene McBrown… sabía mi fecha de nacimiento.

Saqué los álbumes de fotos, era un bebé realmente adorable… reí al ver las caras de payaso de mi padre, sonreí viendo las fotos en las que mi madre me miraba como si nada más importase… Escuché el ruido de un motor… me levanté asustada pensando que venían a por mí… me asomé por la ventana y me quedé algo parada… un chico se bajó de un todoterreno, se acercó al bordillo y dejó una flor blanca… miró la casa suspirando, temí que me viera pero negó y volvió a su coche marchándose… Me quedé algo aturdida, no entendía aquello… salí cuando el coche desapareció, me levanté y recogí la rosa, mire alrededor y suspiré llevándola conmigo dentro.

Me empezó a entrar algo de hambre… era hora de comer, pero no había nada en aquella casa… hice una mueca y, rebuscando en los cajones de la cocina a ver si había algo comestible, encontré un folleto de un restaurante tailandés. Me fijé en que algunos platos estaban marcados, como si fuera un papel de mi último pedido… fruncí mis labios y tomé mi móvil para llamar. Pedí los mismos platos que habían sido marcados…

Mientras esperaba estuve revisando la siguiente caja, desde 1998 hasta el 2000. Reí viendo muchas fotos de una pequeña niña, algunos de mis juguetes, incluida una pequeñita guitarra con la que posaba en algunas de las fotos. Veía mucha más gente, pero no identificaba a nadie… suspiré y fui a coger la otra caja cuando llamaron a la puerta. Me quedé un poco parada al darme cuenta que me quedó más bien poco dinero tras pagar la comida… necesitaría algo de efectivo… y eso requeriría hablar con él… o quizá pudiera recurrir a Nessie. Suspiré y dejé la comida en la mesita del salón, volví al garaje y cogí la siguiente caja, del 2000 al 2002, me senté en el suelo, apoyando la espalda en el sofá y comiendo mientras veía algunas cosas graciosas, fotos… algunos cuadernos de colorear. Me quedé algo paralizada y reí al ver una imagen clara en mi cabeza, esa niña de las fotos, sentada en una posición parecida a la mía y coloreando junto a sus padres… me emocioné, sentía que aquel recuerdo era real…

Tomé la siguiente caja, la del 2002-2004… Sonreí al encontrar mi primer diario. Eran palabras de una niña, escribiendo lo que para ella era más importante… y ella quería una guitarra… Reí.
La caja del 2005… fue algo más complicada, era una niña que contaba ya cosas de sus amiguitos, de sus primeros días de clase, libros que le habían gustado…

Aquella noche llegué hasta el 2007… Tuve que dejar de leer, me emocionaba demasiado ver cómo esa pequeña niña sufría… jamás hubiera podido imaginar aquello… Suspiré y subí para desplomarme en mi cama, aquella caja… aquella fecha. Sonreí meditado quien podía haber ordenado todas aquellas cajas para mí…

Al día siguiente desayuné los restos de la cena… estaba bueno hasta frío, reí pensándolo… al menos me seguían gustando las mismas cosas. Eso era algo que consideraba bueno… Suspiré y seguí por donde lo había dejado, era duro leer aquellos diarios de una pequeña niña que escribía con dolor y de una forma que parecía ser mucho mayor… era injusto… y sentía aquel dolor de una manera extraña, no como si fuera algo que leía… era como si realmente algo en mí pudiera recordar y sentir ese dolor…

Sonreí cuando llegué a aquel cuaderno… el cuaderno en el que por primera vez le mencioné. Me dio rabia no conocer la clave de mi ordenador… quería ver las fotos que mencionaban aquel cuaderno. Me quedé algo parada con la última de las cajas… la siguiente era la que tenía en mi cuarto, pero aún quedaban tres cajas más… no lo entendía. Subí y revisé bien la caja de las navidades de 2019, sonreí releyendo y viendo de nuevo aquel video… entonces me di cuenta de algo. La chaqueta y el jersey… eran los regalos que veían en el video. Faltaban muchos más… bajé corriendo al garaje intuyéndolo, abrí la siguiente caja, una maleta aguardaba a ser abierta. Me apresuré a hacerlo, hallando álbumes de fotos, pero no estaban vacíos, sino llenos de fotos. Los aparté a un lado y seguí mirando, una botella de vino, un libro de botánica, una bolsa con semillas… Sonreí. Ya había oído hablar de mi afición a las plantas.

Comencé a mirar aquellas fotos de los álbumes, algo me sorprendió de una forma exagerada… su letra. Había un pie de foto en cada una, como si me explicara qué estaba pasando en ese momento… No había otra manera, había sido él quien había organizado todo esto para mí… Suspiré.
Reí viendo que en algún pie de foto ponía “En esta me contaste que…”. Reí, se había esforzado mucho en no dejarse ni un solo detalle, había algunas que el pie de foto ocupaba media página. Era brutal… Aquellas fotos de Londres, aquellas fotos en una playa perdida… aquellas fotos en una discoteca… todo pareció hilarse en mi cabeza.

Suspiré terminando con el primer álbum, abrí el siguiente y mi corazón se encogió. Era él… estaba casi segura. Llevé la mano a mi pecho, suspiré pasando la primera hoja y sonreí… comencé a leer la tierna historia que narraba en la primera hoja.



No sé… creo que él se merece un álbum aparte. No sólo por todo lo que hizo por
ti… si no porque él te trajo de vuelta a tu hogar… y creo que es una de las
cosas que más me duele. Haberle alejado de ti. Según me contaste, esta foto fue
de un día que él estaba enfadado con sus padres, Samantha y John fueron a
visitaros y él no quiso entrar en plena rabieta. Tu madre salió para hacerle una
foto, tú decías que siempre le animaban las fotos… y que por eso tu madre lo
hizo. A pesar de todo él no sonreía, no posaba como solía… así que tú decidiste
darle un beso para hacerle reaccionar… Creo que tu madre hizo un gran trabajo
capturando este momento, me resulta realmente tierno… He seleccionado algunas
fotos… Espero que te gusten.






















Sonreí acariciando esa foto y volviendo a ver a aquel chico. Kevin. Ya había leído sobre él, pero al ver las fotos era como si de verdad empezara a recordarle… a él y al resto. El siguiente álbum la letra cambiaba… su firma estampada al final de la hoja me hizo sonreír. Nessie había preparado otro, era algo más detallado que el de Seth, contando momentos de muchas fotos con Megan, Allison, Mary, Ryan, Sullivan, Casandra, Wanda… me alegró poderles poner una cara a todos y poder tener ligeros destellos de recuerdos sobre ellos.

Abrí el siguiente… Una foto de aquella mujer. La había visto antes, en fotos de mi infancia… Empecé a leer, era una pequeña biografía de mi tía… y de mi sobrina. Un fogonazo me trajo la clave, aquella mujer, aquella niña riendo en casa de Seth… Me invadió una angustia tremenda. Comencé a llorar viendo fotos de ella y de la niña, la preciosa Abigail Judie. Según Seth había escrito, para mí, Abi J.
Me calmé ligeramente conforme pasaba más y más páginas de aquel álbum, era algo… estupendo. Era estupendo saber que tenía familia. Seguí mirando el contenido de aquella caja… quedaba la última… era realmente pequeña. Sonreí al abrirla, era una pequeña cajita con fotos de carnet, imaginé que las fotos que se podían llevar en una cartera… las llaves de un coche. Le di al botón de abrir y las luces de aquel Toyota se encendieron. Sonreí cerrándolo y viendo otra llave. Una llave antigua, como de un cofre… miré a mi alrededor, no había nada allí…

Busqué por toda la casa, pero no encontré absolutamente nada, ni en puertas, ni cofres… nada. Me apoyé en el marco de la puerta de la oficina algo resignada… suspiré y observé que algo colgaba del techo. Hice una mueca y tiré… me aparté al ver unas escaleras desplegarse y encenderse una luz arriba. Una pequeña nube de polvo invadió todo… lo aparté de mi visión y subí con cuidado. Un enorme cofre estaba al final de aquél desván… me acerqué con cuidado y la llave encajó.
Lo abrí lentamente… mi corazón se encogió al ver aquella funda con forma de guitarra… pero no era la guitarra roja que esperaba. Era una de madera clara… parecía muy cara. Sonreí pensando en lo que había leído sobre la boda de Nessie… esa guitarra. Suspiré rebuscando, apareció una caja de terciopelo y un precioso juego de gargantilla y pendientes… era muy caro. Fue entonces cuando la vi. Una funda morada, encima una negra. Me acerqué apresuradamente, dentro de la negra estaba la guitarra roja… en la funda morada la azul. Mi reacción fue estúpida, porque lloré como si hubiera encontrado algo que llevaba siglos buscando.

Me daba miedo incluso tocarlas, apenas rocé un par de cuerdas y pareció que mi mente quería recordar… pero no tenía ni idea. Tendría que volver a aprender… parecía que era lo que mi yo más interno me rogaba. Suspiré y las dejé intrigada por lo que podía contener ese cofre tan bien escondido… seguí rebuscando y encontré una cajita más pequeña encima de un sobre. Abrí la cajita, parecía la de un anillo… pero estaba vacía. Alcé la ceja curiosa y abrí el sobre… empecé a mirar aquellos papeles hasta que mi corazón se paró. Empecé a reír de manera nerviosa, después lloré y después volví a reír…
Toda mi documentación. Absolutamente toda. Incluida una cuenta corriente en la que había más de veinticinco mil dólares. Miré esa foto mía… apenas me parecía, quizá… la boca, o un poco la nariz… sólo algo llamó mi atención. El color de mis ojos. Era distinto, ahora los tenía mucho más claros. Suspiré y reí de nuevo, bajé las escaleras negando mientras leía una y otra vez los datos de aquella cuenta… ¡Y yo pensando que tendría que llamarles para pedirles dinero! Reí desplomándome en el sofá cuando el ruido de un motor me despistó de nuevo, me asomé por la ventana y ahí estaba aquel todoterreno.

Lo pensé, mi corazón se encogió cuando puse la mano en el pomo de la puerta principal, no debía salir… pero cuando se acercó y dejó la rosa allí… abrí la puerta. El chico hizo un asentimiento a modo de saludo, frunció sus labios y se dirigió a su coche. Me angustié, no podía gritarle su nombre… ni podía hacer nada… pero mi boca se adelantó antes de que mi mente tramara un plan.
-¡Mira que eres payaso! –Grité y tapé mi boca, él se giró y me miró incrédulo-. Perdona… yo…
-¿Qué es lo que has dicho?
-Que… -Hice una mueca-. Que creo…
-¿Me has llamado payaso? –Dijo confuso y divertido a la vez… Asentí casi riendo-. ¿A mí? –Dijo riendo y asentí-. ¿Puedo saber al menos porqué?
-Bueno… pareces… no sé. simplemente me lo pareces.
-¿Tanto me conoces?
-Puede… -Me encogí de hombros y suspiré-. ¿Por qué dejas la flor? –Me acerqué un poco y él se apoyó en el coche-. Ayer dejaste otra…
-Y ya no está…
-La recogí… me daba miedo que se helara…
-¿Tenías miedo de que la flor pasara frío? –Rió-. ¿Quién es el payaso ahora, dime? –Reí con él, suspiró y se puso algo serio-. ¿Te has mudado hace mucho aquí?
-Pues… -Asentí y él hizo lo mismo-. ¿Vas a contarme lo de la flor?
-Bueno… -Sonrió y me guiñó un ojo-. Otro día, ahora tengo algo de prisa…
-¿Mañana?
-Quizá mañana…

Suspiré y miré aquella flor en la acera… volví dentro dejándola allí esta vez, no quería que esa sensación desapareciera. Empecé a limpiar un poco, no me gustaba que las habitaciones estuvieran así… Tania se había encargado bien de lo demás, pero no de las habitaciones… limpié a fondo, algo que me hizo recordar algunas cosas cuando veía algo como un libro, una foto, una prenda… era un sentimiento realmente especial. Pero fue algo realmente intenso cuando intenté organizar algo mejor mi armario. Seguí por mi estantería… aquel libro. No entendí muy bien la razón, la portada me sonaba… y el nombre de aquella escritora. Entonces lo recordé, la librería… el día que le esperaba. El libro que llamó mi atención era de aquella escritora…
Leí la dedicatoria y recordé aquel momento, ese momento del que había leído pero apenas podía imaginar… fue algo claro por primera vez.

Desvié la mirada y pude ver la flor, aún permanecía allí… sonreí. Busqué entre las cajas sacando las semillas y el libro de botánica… escogí las adecuadas y salí al jardín con una pequeña pala. Puse las semillas en el jardín, lo más cerca posible de aquel bordillo… deseaba que creciera muy rápido para que Kevin la viera al día siguiente…