Capítulo LXXXIIb: Sólo es un mal día.

9:28 0 Comments A+ a-

Lo siento mucho por la tardanza chicas!!! Pero bueno, espero que os haya valido la pena y que disfrutéis del capi. No es de mis preferidos, de hecho iba a borrarlo y a reescribirlo... pero, lo que salió en primeras es lo que pongo... no me da tiempo retocarlo ni rehacerlo... XP


Muchas gracias a tod@s por seguir aquí... y que sepáis que esto, a pesar de comenzar como un pasatiempo se está convirtiendo en una parte importante de mi vida... y es gracias a vuestros comentarios y a vuestro apoyo. Y no sigo que me pongo sentimental y tengo que tirar de pañuelo.... jajajajaja

Besitos!


Silvy ^^

--------------------------------

---------------

--------------------------------









-¡Buenos días! –Dijo Bryan cogiéndome del cuello con una enorme sonrisa-. Pareces contenta… -Alzó una ceja en dirección al BMW que ya se alejaba-. ¿Cuánto has tardado a bajar, no?
-Es que la mochila pesaba… -Alcé una ceja-. Y estaba comentándole que quizá venga Josh a buscarme… así que no hace falta que él venga luego…
-Ya… -Rodó los ojos y suspiró acomodando su brazo a mi alrededor-. A mí no tienes que engañarme, ¿sabes? Sé guardar un secreto…
-¿De qué hablas?
-De ti… y de… -Alzó una ceja en la misma dirección-. Ya sabes… que si tú no quieres decir nada, no seré yo quien lo diga… pero… en la pista hubo detalles que no pasaron desapercibidos para mí, como algunos disimulados abrazos… algún guiño de ojo, ya sabes…
-Alucinas…
-No… bueno, sí. Flipo con que al final hayas conseguido lo que te proponías, no esperaba que él estuviera tan loco… -Rió-. Pero vamos, que a alguien de la vieja escuela… no se le pasan esas cosas. Y Josh sólo está ahí de tapadera, ¿me equivoco? –Rodé los ojos y él sonrió acercándome a él-. Mira, estoy seguro de que no acudió ayer, que a quien esperabas era a Seth.
-Repito, alucinas…
-Bueno, entonces deberías considerar que Seth tiene también un lío, porque ayer, cuando volvíamos, su coche misteriosamente se cruzó con el nuestro… y, sorpresivamente, cuando volvía y pasó por delante de mi casa, iba en su coche con una chica bien parecida a ti… -Me quedé paralizada y él rió-. Así que no me equivoco, ¿eh?
-Oye… -Me solté de su agarre y me encaré con él-. Deja de decir tonterías… si tú tomas drogas y ves cosas raras… no es culpa mía.
-Podrías haber dicho que Josh te dio plantón y Seth fue a recogerte… quizá me hubiera sorprendido ver su coche tan rápido, pero hubiera colado… -Sonrió-. Tu enfado, sólo confirma mis sospechas… -Palmeó mi cabeza como si yo fuera una niña con un berrinche-. Pero tranquila, como te he dicho… vuestro secreto está a salvo conmigo.
-Bryan… -Suspiré, apenas había gente ya en la puerta-. No digas nada, nadie lo sabe, si alguien se entera… si alguien de la junta se entera… tendría que volver a Anchorage.
-Lo sé… -Suspiró-. Estate tranquila, pero yo que tú dejaría de usar a Josh como tapadera, cuanta más gente está metida en una mentira, más fácil es que se sepa la verdad…
-Bryan…
-Tranquila… -Sonrió y me tendió la puerta-. Mis ojos no identificaron nada extraño ayer… y tú vienes tan contenta porque ayer lo pasaste genial con Josh…
-Gracias…

Él sonrió, parecía tranquilo, pero yo… estuve toda la primera hora pensándolo, apenas pude concentrarme en el examen no tan sorpresa que la profesora de Sociales nos había puesto. Bryan tenía razón… aproveché el intercambio de clase, salí disparada hacia los baños dejando a mis amigos con cara de sorpresa, me encerré en uno de los cubículos y llamé a Seth… no me lo cogió la primera vez y me pareció raro, volví a llamarle y tampoco contestó. Gruñí y llamé al taller.
-¿Sí?
-¡Quil! ¿Está Seth?
-Sí, espera que… ¡bruto!
-¡Darlene! ¿Pasa algo? Acabo de ver que me has llamado, tenía las manos llenas de…
-Bryan lo sabe.
-¿Qué?
-Bryan… -Susurré-. Vio tu coche ayer cuando volvían, me ha dicho que no lo sabe nadie más… y luego nos vio en tu coche cuando volvíamos… no he sabido qué decir…
-Tranquila… simplemente dile que Josh te dio plantón y que estaba cerca… por eso fui a buscarte…
-Tarde, es lo que me ha dicho él que debería haber dicho, pero me ha pillado tan por sorpresa… que no sé, me he quedado sin habla… me ha prometido no decir nada… y que es mejor que…
-¿Es de fiar?
-Eso creo… -Suspiramos los dos y hubo un silencio raro-. Debo irme a clase… ¿qué hago? Me ha dicho que debería decir eso… quizá sea lo mejor, que diga la verdad… que no estoy con Josh.
-No puedes decirles…
-¡Ya! Lo sé… pero si un día digo que estoy con él y lo ven por ahí… sería peor, es mejor que piensen que no estoy con nadie…
-Bueno… -Suspiró-. No sé, quizá… quizá tengas razón. Mira, ve a clase, diles lo que quieras… y me llamas luego y me cuentas. Cuando llegue a casa ya hablaremos más tranquilos, ¿vale? Pero tú no te pongas nerviosa… -Volvió a suspirar-. No llevamos ni una semana y ya nos han pillado… ¿No habrá sido por lo de esta mañana?
-No… no creo. Bueno, no te agobies… -Dije sopesándolo-. Sólo me he puesto un poco nerviosa y quería consultarte… pero tranquilo, puedo manejar esto, ¿vale?
-Pero… ¿estás bien?
-Sí, de verdad… -Intenté sonar más animada-. Sólo ha sido un pequeño bloqueo… pero en cuanto empiece a contarles que ayer Josh me dio plantón y que creo que no voy a volver a salir con él estaré mucho más tranquila, eso hará que sólo dependa de nosotros…
-Y de Bryan…
-Tranquilo, lo mantendré bajo control… -Sonreí-. Además, puedo decirle que hemos decidido quedar como amigos, que estaba confusa… como con él. No sería la primera vez, ¿no crees?
-Bueno… intentaré ir a buscarte yo, ¿vale?
-No… eso sería peor… -Suspiré-. Dile a Nessie que venga ella, será lo mejor…
-Como quieras…
-Debo irme a clase de nuevo… Pasa un buen día y no te preocupes, como si no te hubiera llamado… ¿prometido?
-Vale… pero, si pasa cualquier cosa, avísame…
-De acuerdo… -Sonreí-. Pero no te preocupes… Luego en casa te cuento más tranquilamente, van a empezar a pensar que estoy loca como siga encerrada en el baño… -Reímos-. Un beso…
-Un beso…

Colgué e hice una mueca, ahora le había preocupado a él también… Suspiré y salí del baño, mis amigos me esperaban en la puerta de clase algo preocupados. Sonreí y pasé el resto del día sin mencionar nada… aunque a la hora de la comida, Susan preguntó.
-¿Qué tal tu cita con Josh…?
-No lo sé… -Me encogí de hombros con indiferencia y ellos me miraron raro-. Al final no apareció, tuve que llamar a Seth para que viniera a buscarme…
-¡Vaya! –Susan pareció asombrada-. No parecía de los que da plantones…
-Bueno… imagino que tendría algo más importante que hacer.
-¿No te ha llamado para darte una explicación? –Negué indiferente-. ¿No estás cabreada ni nada? Yo me hubiera plantado en su casa de muy mala leche…
-No sé, ya me dirá algo… -Me encogí de hombros-. De cualquier modo, no creo que… -Suspiré-. No… -Mordí mi labio-. Yo…
-¿No te gusta? –Hanna me lo facilitó-. ¿No quieres quedar más con él?
-No sé, ayer… cuando patinábamos. Lo pasé bien… pero no…
-Yo os vi muy bien… -Susan me miró confusa-. Parecías muy contenta con él…
-En mi opinión… les faltaba chispa… -Bryan suspiró-. Eso que suele pasar cuando te das cuenta de que la persona que te está tocando te gusta de verdad… ese tímido rubor…
-Pues ayer en la pista sí que había chispa… -Dije mirándole fijamente-. ¿No lo notaste? Para ser tan observador… no parece que te dieras cuenta –Él sonrió, creo que malinterpretó mi comentario por lo que aclaré-. Yo creo que ayer… -Miré a Hanna que estaba petrificada, cambié de parecer-. Susan y Dylan lo pasaron genial…
-Es un encanto, ¿verdad? –Dijo con tono de enamorada-. Me lo comería enterito… no sé que voy a hacer todas las Navidades sin él…
-¿Vas a irte todas las vacaciones? –Ella asintió y Hanna sonrió-. Yo no, me quedaré aquí con mis tíos, mis padres vendrán a pasar las vacaciones aquí… en familia.
-Suena bien… -Bryan sonrió-. Yo ya tengo los billetes para irme el viernes 19, nada más que salga… iré directo al aeropuerto… tengo ganas de volver…
-¿No te gusta Forks? –Hanna se sonrojó un poco-. No está mal estar aquí… no sé. Cuando volvamos… yo voy a echaros de menos.
-Yo echo de menos a mis padres… pero reconozco que con Dylan aquí… se me pasan los días volando y cuando mis padres me llaman, parece que los haya visto hace poco…
-Yo echo mucho de menos a mi hermana… -Bryan se sonrojó un poco-. Es horrible como ese pequeño demonio me despierta… pero me gusta saber que su despertador suena cinco minutos antes que el mío sólo para venir a molestarme… -Rió-. Seguro que ha estado durmiendo en mi cama, siempre lo hace cuando yo me voy a clase… como ella entra más tarde…
-¡Qué tierno! –Hanna rió un poco y se sonrojó cuando ninguno dijimos nada, me miró-. ¿Tú también te irás el día 19?
-No lo sé… -Suspiré-. En realidad… aún no he mirado cuando salen los vuelos… pero sí, imagino que iré a casa… -Todos me miraban algo raro-. Tengo ganas... –Todos asintieron con los labios fruncidos, no me había salido muy convincente así que reí-. ¡Echo de menos mi cama! Era muy cómoda…

Todos reímos, pero… yo reía con un ligero sabor amargo. Estuve el resto de la mañana pensando en eso, en mis padres… me dolía no poder apenas recordarles. Cuando Nessie vino a recogerme, captó mi estado de ánimo rápidamente. Tomó mi mano y sonrió mostrándome alguna imagen de mi madre y alguna de mi padre, pequeños destellos de los cuales no podría sacar ni un solo recuerdo, sólo eso, imágenes para poder retener… y ni eso.
-No te angusties… -Sonrió-. Venga, vamos a hacer una cosa… -La miré-. Como sé que esta noche quieres prepararle una buena cena, podemos ir de compras… y así no tienes que ponerte a cocinar, ¿te parece? Además, puedes comprarte algo bonito para ponerte hoy…
-Bueno…
-¡Venga! Seguro que eso te anima…
-Como quieras…

Fuimos a un par de tiendas, ella ojeó un pijama realmente corto, me lo puso por encima y yo alcé una ceja, ella sonrió.
-Oye, hazme caso… si vas a dormir con él habitualmente… vas a necesitarlo… -Rió-. Antes apenas… -Sonrió-. Bueno, que yo… hace mucho que no uso un pijama largo.
-Ya… -Reí-. Pero… ¿no es muy corto? Quiero decir…
-Bueno, quizá le de un infarto si te ve con esto… pero sino, puede que a ti te de un golpe de calor una noche de estas… -Rió-. Además, es mi regalo de Navidad…
-Oye… respecto a las vacaciones…
-Tranquila, está todo pensado. Iréis juntos a Anchorage, aunque Seth se supone que irá con Sue y Charlie a ver a mi familia… -Sonrió-. No te preocupes de nada, tengo todo bajo control.
-Claro… tú siempre tienes todo bajo control… -Alcé una ceja-. ¿Algún consejo con Bryan?
-Sí… -Sonrió-. Mantenle distraído, Hanna es una buena distracción… mientras esté pendiente de cómo se comporta ella, dejará de estar pendiente de ti…
-¡Qué fácil…! –Dije irónica-. ¿Y cómo hago eso?
-Debes ser sutil, dile mañana algo así como… “Oye, ¿no la notas rara?” –Hizo un gesto de autosuficiencia-. Eso seguro que basta, al fin y al cabo… los hombres son muy simples… especialmente los humanos, claro.
-¿Especialmente? ¿Eso quiere decir que… -Miré alrededor- los demás no tanto?
-No, eso quiere decir… -Miró alrededor y sonrió-. Que tendrás que aprenderlo solita, guapa…

Rió y yo rodé los ojos. Después de aquello nos dirigimos a un restaurante chino, compramos comida para llevar y me dejó en casa a las siete y media. Entré corriendo y pensé en que no me había dado tiempo a hacer las tareas, pero por un día que no las hiciera no importaba…
-¡Bu! –Di un respingo y él rió besándome-. Hola… Así que te pegas toda la tarde de compras con Nessie y me traes cena ya hecha… -Alzó una ceja-. ¿Ibas a intentar engañarme?
-No… -Dije sonriendo y besándole-. Yo nunca te mentiría… Quizá ocultarte cosas… pero no mentirte, eso está feo…
-Ya veo… -Rió conmigo y después se puso algo más serio-. ¿Cómo ha ido? ¿Todo bien?
-Sí, todo bien… -Sonreí-. No te preocupes, lo tengo todo bajo control. Además, Nessie me ha ayudado con eso, mañana distraeré a Bryan para que no esté tan pendiente de mí… está todo hecho.
-Ya… -Me empujó un poco hacia la encimera mientras me besaba-. He pasado un día horrible pensando que te llevarían de vuelta a Anchorage… serían un par de días horribles…
-¡Ah! ¡Qué bonito! ¿Sólo un par de días sufrirías por mí?
-Sí… -Rodé los ojos y él sonrió-. Sólo el par de días que me costaría dejar todo esto y escaparme contigo… y no creo que Carmen o Eleazar pusieran ninguna pega… -Asentí, pero mi sonrisa se borró-. No pondrían pega porque saben que no hay manera de que me separe de ti, vamos en pack, ¿sabes?
-Ya… -Intenté sonreír-. ¿Quieres que cenemos ya?
-Claro… -Hizo una mueca apartándose, nuestro momento se había estropeado-. Voy… me doy una ducha y bajo en cinco minutos, ¿vale?
-Está bien… -Dije girándome algo acongojada-. Voy preparando esto…
-Oye… -Tomó mi rostro pero me aparté, él resopló apenado-. Lo siento… ha sido un comentario de lo más inapropiado.
-No pasa nada… -Negué intentando sonreír-. Vete a duchar… ya que eres tú el que siempre lo dice de los demás, te lo diré yo ahora… apestas.

Rió conmigo y volvió a besar mi frente. Se marchó mientras yo ponía toda la comida en platos, apenas había puesto el último en la mesa cuando él bajó, me quedé sin habla al verlo con esa camiseta de tirantes. Él me abrazó y me besó dulcemente, se acurrucó en mi hombro y puso carita de perro pachón.
-Lo siento, soy imbécil a veces…
-No te preocupes… -Reí-. Ya había notado eso… -Nos miramos fijamente y suspiré-. No importa, lo pasado… pasado está. Seguro que yo alguna vez también he hecho comentarios inapropiados… así que…
-Unos cuantos, sí… -Rió y me besó-. En serio, lo siento…
-Vamos a cenar, ¿vale?

Asintió y me besó de nuevo, fue un beso corto pero intenso, el cual tuvo unas pequeñas réplicas hasta que me hizo sonreír. Le amaba, lo tenía claro. Cené y no me importó nada dejar mis tareas sin hacer por estar con él viendo películas en su cama… pero cuando él preguntó… no pude mentirle. Me miró fatal, tan mal me sentí que me puse a hacer las tareas a las once de la noche… horrible. Cuando las terminé volví a su cuarto, él se había quedado dormido y eso me hizo sonreír.
Me senté sobre sus espaldas, dormía boca abajo con su brazo izquierdo en tensión… lo acaricié, era suave, cálido… y muy sexy. Abrió sus ojos y me fulminó con la mirada.
-¿Has terminado?
-Todos… -Sonreí abrazando su espalda-. Ahora toca ocio…
-No… -Se giró y me sentó sobre su estómago-. Ahora… -Señaló el reloj con su cabeza mientras me cogía de las rodillas-. Es hora de dormir, jovencita…
-¿Una película? –Él alzó una ceja-. Sólo una…
-Una… -Me amenazó con el dedo-. Y a dormir… que te conozco y eres capaz de tenerme hasta las cinco viendo películas malas…
-Bueno… sino, me haces cosquillas hasta que me duerma y ya…
-¿Y ya…? Y mientras tú no paras de dar mal, yo no descanso, ¿no? –Rió y puse morritos-. Anda… -Se incorporó y me besó-. Voy a ver qué tenemos por ahí…

Estuvimos viendo la tercera película de Shrek, me reí un montón con la primera escena del barco… y, aunque intentara negarlo, él también. Cuando acabó, él bostezó enormemente, apagó el ordenador y yo me acomodé en su pecho, le sacudí levemente para que acariciara mi pelo, él rió pero lo hizo.

Los días fueron pasando, el miércoles fue algo especial, no dormimos juntos esa noche pero no dejé de soñar con él… y, aunque los sueños me avergonzaran bastante al día siguiente, en realidad me gustaban… mucho más cuando el jueves por la mañana Seth por una vez no bromeó sobre mis sueños… fue liberador saber que podría soñar lo que quisiera sin que él se riera de mí. El resto del día fue genial, conseguí mantener distraído a Bryan comentándole pequeños detalles de Hanna, era realmente divertido confundirle.

Pero el viernes… me desperté de nuevo sola, algo que empezaba a odiar. Arrugué mi nariz y escuché a Seth tarareando en la ducha, me reí un poco y bajé a preparar el desayuno. Maila estaba tumbada en medio de la cocina, parecía triste. Hice una mueca y la acaricié, pero no se movió.
-Buenos días… -Me giré con una sonrisa, él miró a Maila e hizo una mueca-. Eh… -Se agachó y le cogió de la cara, ella apenas reaccionó, me miró raro-. ¿Ha desayunado ya?
-No… yo acabo de bajar…
-Veamos… -Le echó comida y la observamos, no se levantó. Miré algo preocupada a Seth y él hizo una mueca-. Pediré hora en el veterinario…

Seth llamó y quedó en recogerla a media tarde. Eso me dejaba a mí sin mi transporte favorito, así que llamé a Nessie… ella me prometió estar a la hora de la salida. Desayunamos observando los pocos movimientos de la perrita, yo estaba angustiada por verla así… y Seth compartía mi angustia.
Apenas hablamos en todo el camino, no paraba de girarme para verla tumbada en el asiento trasero con apatía. Cuando el coche paró en el primer semáforo me miró, Seth palmeó mi rodilla y sonrió.
-Estará bien, te lo prometo… seguro que sólo tiene un virus o algo así…
-Eso espero…
-Seguro… -Sonrió intentando animarme-. No te preocupes de nada, ¿vale? Ahora mismo voy a dejarla y estará en muy buenas manos…

Asentí poco convencida, él pellizcó mi mejilla suavemente intentando hacerme sonreír. Al llegar al instituto me di cuenta de que aún era pronto, me pasé a la parte posterior para acariciarla un rato, Seth hizo lo mismo desde su asiento.
-Venga, al final vas a llegar tarde… -Seth hizo una mueca-. Te prometo que llamaré cada poco a la clínica y te mandaré un mensaje con lo que me digan, ¿vale? –Asentí apenada-. Ya verás como en unos días nos viene a lamer la cara para despertarnos…
-¡Qué asco! –Dije mientras reíamos-. ¿Me lo prometes?
-Te lo prometo… -Miró hacia la puerta e hizo una mueca rara-. Vamos… o Bryan no dejará de sospechar… te está esperando…
-Vale… -Me bajé del coche y saludé a Bryan con la mano, miré de nuevo a Maila y Seth bajó del coche para sacarla y ponerla delante-. Mándame mensajes, ¿eh?
-Tranquila… -Dijo sonriendo y cerrando la puerta con cuidado-. Pasa un buen día… y no te preocupes por Maila, seguro que esta noche está mucho mejor…
-Vale… -Me daba miedo no volverla a ver… la acaricié por la ventanilla-. ¿Quedaría muy mal si te pidiera un abrazo? –Hizo una mueca y yo asentí-. No he dicho nada…
-Oye… -Pasó su brazo por mi cuello mientras la acariciaba conmigo, rozó mi mano en varias ocasiones y sonreí levemente-. Voy a tener que empezar a plantearme no traerte… siempre consigues lo que quieres y eso no me deja en muy buen lugar…
-Lo siento…
-No pasa nada… -Acarició mi pelo y sonrió levemente-. Ahora vete, antes de que sospeche alguien más, anda… -Me guiñó un ojo y asentí-. Te veo esta noche…
-Claro…

Me alejé mirando cómo él se metía al coche, también me miraba. La pobre Maila sacó el hocico por la ventanilla me despedí de ambos con la mano.
-¡Mary Ann! –Hanna me sonrió a lo lejos, la saludé-. ¿Qué tal?
-Bueno… -Me encogí de hombros y saludamos a Bryan-. Maila se ha puesto mala… me ha dado tanta pena verla así…
-¿Por eso iba en el coche?
-Sí… Seth se la lleva ahora al veterinario.
-Bueno, no te preocupes… -Hanna me animó-. Seguro que pronto está bien de nuevo…
-Si no… -Bryan se encogió de hombros-. Siempre puedes regalarle a Seth otra perra, incluso de la misma raza y color…
-¡Serás bruto! –Hanna le empujó-. No digas tonterías…
-¿Qué…? Sólo doy soluciones a posibles circunstancias… seguro que si no se pone bien, Seth se deprime mucho… -Me miró-. Sólo es una perra…
-Y tú sólo eres idiota… -Hanna entró molesta, la seguí y tomé su mano haciendo un gesto para restarle importancia-. Es que a veces… se me olvida lo imbécil que es…
-¿Pero qué os pasa? –Fulminé a Bryan con la mirada-. Vaya manera de empezar el día…

Rodé los ojos y pasé de él durante el resto de la mañana, Susan nos miró raro sin saber lo que había pasado… hasta que Hanna se lo explicó, ella resopló mirándolo fatal y Bryan se encogió de hombros como si no entendiera qué había hecho mal. A la hora del almuerzo Seth me envió un mensaje, me dijo que estaba mejor y que no me preocupara… pero nada más.
-Seguro que se pone mejor… -Bryan hizo una mueca-. Igual es que tenía el estómago revuelto…
-Tú si que revuelves mi estómago… -Hanna resopló-. Me voy a la biblioteca…
-Pero… -Bryan nos miró confuso, Susan rió y siguió a Hanna-. ¿Qué he dicho ahora?
-No sé…
-Yo creo que le pasa algo… -Le miré alzando una ceja-. Sí, está rara… desde que me lo dijiste no he parado de notar cosas, está… como… no sé. Parece una montaña rusa…

Terminamos de almorzar mientras hablábamos de Hanna y volvimos a clase, yo me había animado bastante al ver que realmente fue fácil llevar a Bryan a mi despiste. Pero como el día había empezado mal… no podía cambiar. La profesora de Sociales empezó a escribir en la pizarra cómo estructurar nuestro trabajo.
-Bien, chicos… como no vamos a tener clase y no quiero que se os olvide la rutina de estudiar… -Señaló la pizarra-. El día que volvamos espero que todos paséis por mi despacho y me entreguéis un trabajo estructurado de esa forma… para la bibliografía podréis usar cualquier fuente de información… pero quiero saber de dónde ha salido, si os lo cuenta vuestro abuelo… pues ponéis el nombre y la edad de quien os lo haya contado.
-¿Y de qué será el trabajo?
-Pues… dado que es una época más bien familiar… -Se encogió de hombros-. Indagad sobre vuestro pasado, el origen de vuestra familia. Remontaros al menos dos generaciones, es decir, hasta vuestros abuelos. También me gustaría algo sobre heráldica si es posible… en un trabajo de un mínimo de cinco hojas y un máximo de veinte. Siempre es bueno conocer nuestras raíces… ¡qué mejor época del año para investigarlas…!

Apunté las condiciones algo paralizada… debía hacer un trabajo sobre mis raíces… ¿Y qué iba a poner? ¿Mis raíces falsas? ¿Mis padres, que realmente no son mis padres, son vampiros? Resoplé pesadamente.
-¿Algún problema, señorita Wilson?
-Bueno… -Hice una mueca-. ¿Si no tenemos abuelos a los que consultar?
-Seguro que tus padres podrán contarte algo sobre ellos de gran interés…

Asentí ante su cara de amargada, me empezaba a caer realmente mal. Al acabar la clase vi otro mensaje de Seth, era idéntico al anterior… suspiré para soportar la última hora del día.
Después de la clase de Matemáticas acabé con la cabeza como un bombo, salí algo mareada incluso. No podía estar más deprimida en ese día… hasta que me sacaron a la pizarra a hacer un problema. Día redondo.
-¡Ey! –Hanna tomó mi mano cuando salía por el pasillo-. Hemos estado pensando en ir al cine… el domingo por la tarde ponen una de mis películas favoritas en nuestro cine favorito… no puedo ir sin mis acompañantes favoritos… ¡y ahí estás tú!
-No sé… es que con lo de Maila… -Hice una mueca-. Ya te llamaré, ¿vale?
-Bueno, si al final te apetece… llámanos, ¿vale? Sino… lo entenderé.
-Gracias… -La abracé-. Luego te llamo y te digo algo seguro, ¿vale?

Sonreímos y me despedí de mis amigos con la mano, sólo tenía ganas de llegar a casa y ponerme a llorar como una mocosa… Nessie hizo un mohín cuando subí al coche.
-¿Un mal día? –Asentí pesadamente-. Bueno, cuando acabe… -Entrecerró los ojos y se quedó callada con los labios fruncidos-. ¿Sabes que le he preparado una sorpresa a Seth? Como ha estado tan distraído hoy y lo hemos visto tan triste… hemos redecorado su sala, está preciosa… hemos pintado todo de blanco y amarillo, hemos cambiado los sofás…
-Vale… sólo quiero tumbarme, estoy cansada…
-¡Genial! Podrás dormir un rato mientras preparamos la cena… Leah y Vera se han quedado terminando de montar una enorme estantería para los CD, seguro que le encanta la sorpresa…
-Sí… -Dije apática-. Seguro…

Suspiré, seguramente ella había visto las razones por las que estaba tan deprimida y evitaba preguntar para tener que responder después mis preguntas. Intenté animarme cuando llegué a casa, Leah y Vera intercambiaron una mirada de preocupación así que les dije que estaba cansada y que me iba a dormir… no paré de dar vueltas pensando en cómo conocer algo más sobre mi pasado, sobre mis padres… sobre mis raíces.
Escuché risas de fondo, parecía ver a todos en la playa, riendo. Me senté para ver aquella escena, casi toda la manada reía y disfrutaba, era algo relajante e inspirador, algo que me hacía sentir feliz de una manera muy extraña e intensa. Entonces la vi. Me vi. Algo tiró de mi cuerpo uniéndome a mi antiguo yo, pasaron varias escenas aceleradas por mi cabeza hasta llegar a la cocina, Seth me miraba de reojo mientras yo hablaba por teléfono.
-¡Conejita! ¿Qué tal estás?
-Bien… ¿qué pasa?
-¿Dónde estabas? Te estábamos llamando… tienes que venir a casa, tengo una sorpresa para ti…
-He estado en la playa… no he oído la llamada. ¿Qué ocurre? ¿Por qué tengo que volver?
-Pues… nos vamos a Galveston… he comprado billetes para que nos vayamos de vacaciones…
-¿Galveston? –Imágenes en forma de fogonazos pasaron ante mí, una niña correteando por la playa con do adultos… intenté fijarla pero se desvaneció devolviéndome al teléfono-. No creo que…
-¡Vamos! Tu madre está encantada con la idea… creo que sería bueno que vinieras con nosotros… sería un viaje familiar… -Rió al entonar la última palabra-.
-¿Familiar? –Seth me miró raro-. ¿Qué está pasando?
-Bueno… tu madre y yo hemos estado hablando… y no sé… creo que sería buena idea que volviéramos los tres allí… para recordar viejos tiempos.
-¿Es una reconciliación? –Eso pareció emocionarme y Seth sonrió a la vez que yo cuando oí las risas al otro lado de la línea-. ¿En serio?
-Estaría bien que vinieras con nosotros…
-Yo… bueno, creo que es mejor que vayáis vosotros solos, como si fuera una segunda luna de miel… ¿no crees? Yo me aburriría viendo cómo os besáis y esas cosas…
-Pero no queremos dejarte sola tanto tiempo… van a ser unas largas vacaciones, me han dado un mes entero de fiesta… así que no queremos que estés sola tanto tiempo…
-No voy a estar sola…
-No pienso dejarte estar un mes entero con él… no estoy tan loco… -Gemí-. Darlene, ya has pasado muchos días allí… no creo que sea apropiado…
-Papá… -Miré a Seth que me pedía el teléfono-. Creo que Seth quiere hablarte…
-No vais a convencerme… pero vale…
-Dame… -Tendió su mano y le di el teléfono, él puso semblante serio-. Nick… -Hubo una leve pausa y Seth hizo una mueca de disgusto, la cosa no pintaba bien-. Ya, lo entiendo, pero a mí no me molesta para nada que se quede conmigo, creo que no será malo un viaje así para Grace… pero sería mejor si fuera una especie de luna de miel como decía Darlene… -Hice una mueca, no era bueno que le dijera eso a mi padre-. Claro, por supuesto… -Me hizo un gesto para que me despreocupara-. Bueno, aunque sea un mes… ella también creo que se merece unas vacaciones y aquí estaría bien, tiene muchas amigas con las que puede estar mientras yo trabajo y no le va a faltar de nada… -Hizo una mueca-. Lamento oír eso, pero es comprensible… -Le pregunté pero él no movió ni un músculo-. Bueno, yo no lo diría así, pero es una forma de verlo… Claro, yo espero…
-¿Qué? –Él hizo un gesto para que me callase-. Seth…
-Claro… -Me tendió el teléfono y me guiñó un ojo-. Quieren hablar contigo…
-¿Qué? –Llevé el teléfono a mi oído mientras él se paseaba feliz hasta la nevera-. ¿Si?
-Darlene, cariño… -Una risa femenina y familiar me encogió el corazón-. ¿Cómo va todo? ¿Te trata bien? –Hice un sonido asintiendo-. Bueno, pues nada… disfruta de tus vacaciones en Forks mientras yo soporto a tu padre lamentándose por ser un vendido… -Rió-. Tendrías que ver cómo se está dando con el marco de la puerta…
-¿Puedo quedarme?
-Sí… -Rió-. Dale las gracias al convincente de tu novio… -Le miré mientras él sonreía bailoteando por la cocina preparando la cena-. Es un gran chico.

Me desperté con las sábanas enrolladas a mi alrededor, hacía demasiado calor. Bajé y busqué, la casa estaba completamente vacía, la calefacción al máximo, comida preparada en la cocina… eran las siete de la tarde. Suspiré y me senté en el sofá de la nueva sala, empecé a pensar en lo que había pasado, en el día tan horrible que había tenido…

Me tumbé, no tenía sentido… ¿Había sido un sueño recordando o un sueño provocado por mi estrés? Lo segundo era lo más probable, una explicación lógica dado que había estado pensando en mis padres durante los últimos días, también había estado algo preocupada por Seth… por alejarme de él. Sabía que ellos estaban muertos, quizá ese sueño buscaba reconfortarme, llevarme a pensar que estar con Seth hubiera hecho felices a mis padres…
-Hola… -Dijo susurrando-. Menudo cambio… -Sonrió y miró la habitación con curiosidad, le observé con cierto ánimo hasta que volví a mis pensamientos. Me miró ceñudo-. ¿Estás bien?
-Sí… eso creo… -Sonreí-. ¿Y Maila? –Él hizo una mueca que no me gustó-. ¿Dónde está?
-Ha tenido que quedarse… quieren tenerla allí hasta mañana por la mañana, iré a buscarla a la hora de comer… ¿Querrás venir conmigo? –Asentí preocupada, me besó y se acuclilló frente a mí-. Un mal día… ¿eh? –Asentí con una mueca y él suspiró mirándome realmente apenado-. ¿Quieres contármelo?

Negué y estallé en lágrimas. Sus ojos se desorbitaron, le abracé fuerte y lloré en su hombro de manera desconsolada, no entendía muy bien qué me estaba pasando, el cúmulo de emociones por hoy me había trastornado del todo y él fue mi válvula de escape. Se sentó en el sofá, me sentó en su regazo y me acunó angustiosamente hasta que fui capaz de hablar.
-Lo siento, de verdad… sé que teníamos un trato, sé… -Suspiré limpiando mis lágrimas al igual que él-. Sé que ya hemos hablado muchas veces y no quiero comenzar de nuevo otra discusión… sólo… -Sollocé y él acarició mi pelo-. No me gusta la idea de no tener familia… de no saber de dónde vengo… -Él hizo una mueca de angustia-. Sé que no puedes decirlo, que Jake lo está pensando… y de verdad te digo que lo estoy llevando bien…
-No me mientas… -Hizo una mueca de disgusto-. Mírate, esto es culpa mía…
-No… -Negué intentando calmarme-. Simplemente hemos tocado el tema en clase, han propuesto un tema sobre familia y… no sé.
-Lo siento… es…
-Sólo ha sido un mal día, nada más… ahora que estás aquí todo mejorará, seguro…
-Pero… -Suspiró pesadamente-. Voy a hablar con Jake, ¿vale?
-No, en serio… si hablas con él pensará que no estoy lista todavía… ¿no lo entiendes? No le digas nada, por favor… además, sé que últimamente estáis… distantes. No quiero que te enfades con él por mí… así que, si es por eso…
-No es por ti… -Sonrió-. Y si tengo que morderle el culo al alfa por ti, te juro que lo haré… -Reí con él-. Sólo dime qué hacer… y lo haré.
-¿Puedes darme un beso?
-Claro…

Sonreímos y me besó dulcemente, después me abrazó durante un largo rato hasta que me fui olvidando de la razón por la que lloraba. Esa noche no cenamos, no recuerdo la razón ni el momento en el que decidimos irnos a dormir, pero… sí recuerdo su sonrisa mientras subía abrazada a él las escaleras, la forma en la que me arropó y se tumbó sobre mis mantas, cómo acarició mi cara mientras me miraba como si no hubiera nada más que le importase.
No dejé de tener sueños extraños, sueños con él y con mi yo pasado, con mis padres y con Nessie que me hablaba de Seth. Cuando me desperté estaba completamente sola. Hice una mueca, busqué por el resto de la habitación pero todo estaba en su sitio… todo menos una nota colgada en cabecero de la cama. Reí despegando el celo con cuidado y leyendo dos palabras que me dejaron algo atontada. Había hecho y dicho mil cosas que parecían gritarlo, pero jamás había sido tan directo, nunca había escuchado de sus labios esas dos palabras. Me gustaba la idea de que las hubiera escrito… y me imaginé mil escenas diferentes en las que me las decía…

Estuve toda la mañana haciendo mis tareas, se acercaba la hora de limpiar un poco en casa y hacer la comida… quería aprovechar la tarde con él, quizá también la noche. La noche. No podríamos ir a ningún sitio realmente… no como yo quería. Una pena.
Di un repaso a la nueva sala, se notaba que Seth había estado mirando el equipo, supuse que por la mañana, dado que había manchas de pisadas en el suelo… alcé una ceja, don perfecto no se había dado cuenta de que había dejado su rastro. Reí débilmente y examiné la enorme estantería, al parecer habían colocado cientos de CDs en ella, e incluso algún disco de vinilo. Me llamó la atención la última columna de la estantería, rompía con la fluidez del color, comenzaba en un color naranja hacia tonos vainilla y la última en un color azul llamativo, sonreí al ver en esa columna algunos CD que me habían ido gustando a lo largo de estos meses con ellos, incluso había nuevas aportaciones que me interesaron, especialmente uno que estaba firmado por Gabriela, música que solía llevar puesta en su coche cuando me llevaba a clase. Hice un recorrido por todas aquellas canciones y lo puse de nuevo desde el principio, lo subí al máximo y me puse a limpiar la cocina, pensé en preparar algo para comer.
Al abrir la nevera me di cuenta de algo, mis dotes culinarias no eran extremadamente buenas, así que recurrí a algo fácil y rápido. Pasta. Dejé el agua calentando mientras repasaba aquella enorme estantería al ritmo de la canción que sonaba.


Sonreí al entender cada una de las frases, volví a ponerla mientras examinaba la columna de un color más oscuro, parecían recopilatorios gravados por el propio Seth… suspiré al ver que estaban todos titulados con fechas y nombres de fiestas ridículas. Los dejé de nuevo y me puse a danzar por la habitación al ritmo de la música, Seth me sorprendió apoyado en la puerta del recibidor con su ceja alzada, reí al darme cuenta de que no sabía cuánto tiempo había estado observando.
-Didn’t I mention I love you? –Canté-. Did I forget to say? –Él rió y salté sobre él, me cogió al vuelo-. Cause I heard you mentioned you loved me... –Le besé rápidamente-. And... Oh! I feel the same... –Reí con ganas y le besé más apasionadamente. Cuando me separé sonreía ampliamente-. ¿Qué tal tu día?
-Un asco hasta hace diez minutos…
-¿Llevas espiándome diez minutos?
-Nueve… he tardado uno en llegar… -Rió-. Además, no espiaba… sólo…
-¿Me mirabas sin que me diera cuenta? –Reí y él se quedó algo estático, mi ceño se frunció al notar una ligera sensación de deja vu, él me bajó al suelo mirándome serio-. ¿Nos había pasado esto antes? –Él asintió cauteloso-. ¿Cuándo?
-En la boda de Nessie… nos pasó algo parecido… -Sonrió levemente y acarició mi pelo-. También estabas muy guapa ese día… ¿sabes? –Sonreí y él me miró aún serio-. Quiero llevarte a un sitio… deberías coger ropa de abrigo.
-¿Dónde me vas a llevar? –Sonreí-. ¿Me llevas a una cita?
-No… -Me miró de un modo que dejé de sonreír. Se rascó la cabeza y miró a la cocina-. Es… -Suspiró y se acercó apagando el fuego-. Coge un abrigo, ¿vale?
-Claro…

Me quedé algo asustada, subí corriendo las escaleras, me puse un anorak y bajé, él ya estaba fuera, con el coche en marcha. No habló en ningún momento, yo cada vez me sentía más rara, nerviosa e incluso comenzaba a asustarme. Tomó un desvío, nos adentramos en un sendero en el que apenas podía distinguir qué era carretera y qué vegetación, todo cubierto con un manto verde que se me empezaba a antojar algo tétrico. Paró al entrar a una pequeña explanada, intenté identificar una estructura al fondo, Seth se bajó del coche y le seguí, andaba muy despacio, yo acompañé su ritmo. Conforme nos acercábamos, aquel lugar comenzaba a hacerme sentir muy extraña, no era pánico, ni miedo… sólo… ansiedad. ¿Qué pintaban seis columnas de madera sujetando un tejado hexagonal en medio de la nada? Seth se paró a escasos diez metros, me paré a su lado y le miré extrañada, él… sus ojos. Parecía derrotado, angustiado… bajó su mirada y se humedeció los labios mordiéndolos después.
-He hablado con Jake… -Mi ceño fruncido por la confusión se relajó por la sorpresa-. Yo… -Tragó saliva y me miró a los ojos, parecía indeciso-. Realmente, no sé cómo empezar… no sé cómo debo explicarte esto… pero, cuando ayer me contaste lo que había pasado, te vi tan angustiada por tus verdaderas raíces… que creo que te mereces saber algo más por esa parte… -Tragó de nuevo y miró a aquel lugar-. Pensé que sería más fácil aquí… pero…

Lo entendí todo. O al menos… parte. Ese lugar significaba algo de mi pasado, me estaba mostrando algo de mis raíces… me acerqué lentamente, pude ver en aquel suelo tres losas equidistantes, mi corazón se paró en aquel mismo instante, me giré para ver cómo Seth se acercaba lentamente. Se situó a mi lado, me miró apenado.
-Realmente, no sabía qué debía hacer en aquel momento, todo era confuso… y pensé que esto era lo mejor para ti, lo más… adecuado. Pensé que te gustaría que ellos… descansaran en un lugar bonito… un lugar relativamente cercano y no muy fácil de encontrar para los que no saben dónde está.
-¿Son…? –Asintió una sola vez-. Pero… hay tres.
-Lo sé… -Suspiró y me miró-. Tu tatuaje. No todos eran amigos. La primera letra…
-Una A… -Asintió y miré, Abi McBrown. Miré la fecha de nacimiento y la de su muerte… mi corazón se encogió y miré aterrada a Seth-. Abigail… -Susurré-. Nicholas McBrown… Grace Marie McBrown… ¿Ése es mi verdadero apellido?
-Quizá… no puedas presentar un trabajo sobre el apellido McBrown… pero, si realmente quieres, puedes investigar sobre tus verdaderas raíces.

Asentí lentamente, él me observaba mientras yo miraba aquellas losas, memorizaba las fechas, los nombres… pero allí no había nada más. Mi pasado, para mí, se reducía a ese pequeño rincón. Miré a Seth, parecía angustiado. Me abracé a él mientras releía una y otra vez la misma información.
-Ellos… murieron el mismo día. Ese día… -Suspiré-. Es lo primero que recuerdo, cuando estaba encerrada en aquel castillo, en la tele, salía una fecha, era el día siguiente a aquel día. ¿Por eso me pasó… lo que me pasó?
-En parte… -Suspiró y me miró angustiado-. Te he mentido, te he estado mintiendo. No fue un accidente de tráfico, no… -Suspiró de nuevo, yo le miré pasmada-. Fui yo. Fue culpa mía.
-¿Qué?
-Si yo hubiera estado más atento, si no me hubiera despistado, si no hubiera ido al aeropuerto… si no hubiera empleado a los chicos… ellos… yo…
-¿Qué estás queriéndome decir?
-Los asesinaron. Fue mi culpa. Fue culpa de todos, pero especialmente mía. Llevo todo este tiempo queriéndotelo decir, no puedo dejar de sentir que todo lo que te pasa es culpa mía, desde que me conociste sólo he hecho tu vida más difícil y me odio por eso.
-¿Qué estás diciendo? ¿Qué pasó? –Me miró, no respondía… le sacudí levemente y no hizo más que mirarme apenado-. Seth, quiero saberlo, necesito saberlo…
-Buscaban hacernos daño. Fueron víctimas inocentes de una guerra a la que no pertenecían, fue culpa mía dejar que se acercaran tanto a vosotros…
-¿Guerra? ¿De qué demonios me hablas?
-Vampiros. No lograban llegar a nosotros, no lograron entrar en nuestro territorio ni dañar a ningún miembro de la manada… se encenegaron, supieron que te relacionabas con nosotros y te vigilaron… tú te ibas de viaje, los chicos y yo fuimos a despedirnos al aeropuerto…
-Unos… -Híper ventilé, él me sujetó-. Quiero irme de aquí. Sácame de aquí…

Me llevó a casa rápidamente, sin más palabras, sólo miradas de angustia mientras yo me consumía. Vampiros. Como los Cullen, como Carmen o Eleazar… ¿Mi familia? ¿Cómo podían ser mi familia? ¡Ellos los habían matado! Era una completa incoherencia, era una locura. ¿Y Seth? ¿Qué pasaba con él? ¿Se sentía culpable? Todo mi mundo empezaba a desmoronarse.
Me encerré en mi cuarto, no podía ni llorar, mi cabeza iba millones de veces más rápido de lo que hubiera podido imaginar jamás. Vampiros. Hombres lobo… familia, amigos y enemigos. ¿Qué mierda era todo eso? ¿Qué mierda de mundo era esto? Un mundo en los que los bebés mueren, la gente inocente muere en guerras absurdas. ¿Qué tenía que ver yo con la manada? Por mucho que fueran mis amigos, mis padres y yo no pintábamos nada. Yo no era nada más que una simple humana, una chica normal, posiblemente ignorante de todas estas locuras e inocente de cualquier guerra entre esos dos bandos sobrenaturales. ¿Qué demonios estaba pasando? ¿Esto era posible o estaba en el infierno? ¿Me había muerto en algún sitio? ¿Qué tipo de broma era mi vida?
Seth seguía acuclillado frente a mí, no me tocaba, no me hablaba, no intentaba consolarme… sólo me miraba y eso me ponía enferma. Le miré con odio, con rabia… él bajó la mirada y se levantó, apenas me miró cuando cerraba la puerta de mi cuarto. Llamaron minutos después, cuando Nessie apareció y se acercó yo me alejé de ella lo máximo posible.
-Lo siento. No fue justo, pero tampoco es justo que pienses que soy culpable. En cierta medida lo soy, pero compartir especie no te hace igual que un semejante. No todos los humanos son buenos, ni todos son malos, Darlene.
-¿Qué clase de buena persona, buen vampiro… o buen lo que sea haría algo así?
-Nadie bueno. Pero… ¿qué ser malvado trataría de protegerte de tu propio pasado? ¿Qué ser cuidaría de ti en todo momento si fuera mezquino?
-Creo que estoy rodeada de ese tipo de seres.
-¿En serio lo crees?
-Es igual de cruel arrebatar la vida a una persona que arrebatarle su pasado. Y vosotros no dejáis de hacerlo conmigo.
-No creo que sea así… y no creo que lo pienses. Entiendo que el odio te guíe ahora, que te ciegue la ira… pero en el fondo sé lo que piensas.
-No me manipules.
-No lo hago, ni lo haré. Te conozco, Darlene. Fuimos amigas mucho antes de que conocieras mi naturaleza, fuiste a la primera humana a la que conscientemente le confesé mi condición. ¿Realmente me crees capaz de hacerlo? –Dudé-. Sé que no. Al igual que sé que en el fondo, a pesar de tu bloqueo… sabes que no está bien que le odies por algo de lo que no tiene culpa, no es justo que le alces culpable, en el fondo sientes que no lo es…
-Él mismo lo ha dicho. Fue culpa suya.
-¿Realmente lo crees así?
-¡Márchate!
-No pienso hacerlo…
-Está bien… lo haré yo.

Cogí mi anorak y salí corriendo de la habitación, bajé corriendo y Seth se levantó, pero apenas dio un paso. Tomé mi bolso y salí corriendo de aquella casa, corrí todo lo que pude hasta salir a la carretera, lloré mientras andaba por ella. Aceleré el paso al notar que un coche frenaba, me seguía lentamente, paró a mi lado y bajó la ventanilla.
-Sé que me odias… pero deja que te lleve.
-No necesito que me lleves…
-Hace frío… -Suspiré, odiaba que así fuera-. Déjame explicártelo, ven a casa y hablemos calmadamente… por favor. Te lo suplico… -Su mirada me llegó directamente al pecho, sentí que algo se movía en él, suspiré-. Deja que te lleve de vuelta, por favor.
-Sólo… dime porqué.
-¿Porqué qué?
-¿Por qué quieres que vuelva contigo? No hay nada que hablar.
-Necesito saber lo que piensas, que me hables… que me digas qué es lo que sientes… Necesito que vuelvas conmigo.
-¿Para qué? ¿Qué vamos a solucionar? No puedo dejar de pensar que te odio… y parece que te da igual que lo haga. No entiendo para qué necesitas que vuelva.
-Porque… no me importa que me odies. Porque no me importa lo que pienses de mí en este mismo momento, porque… entiendo que quieras odiarme. Pero eso no me importa nada, aunque me siguieras odiando toda tu vida, aunque pienses que soy el ser más horrible del universo, yo… yo no podría dejar de quererte.

Algo tiró de mí. Sentí… como si una fuerza extraña tirase de cada célula de mi cuerpo en varias direcciones y las soltaran de golpe. Una sensación extraña de paz me invadió, no veía odio por ningún lado, no veía ira, frustración o rabia. Sólo veía a aquel hombre con ojos de niño suplicando que fuera con él, diciéndome que me quería.
-Tú… ¿Me quieres?
-Más de lo que jamás puedas imaginar… -Miré al suelo y después a él-. Por favor, sube al coche.

Subí muy despacio, él pareció aliviado… pero apenas se movió, se alejó para darme mi espacio y me miró como si esperase que me bajase de un momento a otro. Le abracé. Él inspiró fuertemente, me estrechó entre sus brazos y besó mi pelo en repetidas ocasiones, me miró con cautela apartando mi pelo de la cara sin separarme de él.