Capítulo LXXXIb: Disimulando...

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Bueno, pues este capítulo contiene un par de cancioncillas... y es que me inspiré ligeramente con ellas y con la película... así que nada, espero que os guste y siento el retraso, el 82 intentaré publicarlo los primeros días de la semana que viene... pero es que estoy se exámenes y ya sabéis que es complicadillo jejejeje


Un besazo y suerte para quien, como yo, esté en plenos examenes!!!


Silvy ^^



Disfruté del viaje algo adormilada… estaba demasiado cansada. Cuando estuvimos cerca de Forks, Seth me soltó, hice una mueca al ver su mirada… tenía que alejarme.
-Voy a tener frío… -Mascullé-. Es un asco…
-Tranquila… -Encendió la calefacción-. No soy tan cruel…

Crucé los brazos en un intento por mantener el calor… y porque me sentía impotente por no poder seguir abrazada a él. Al salir de Forks y tomar la carretera hacia casa él sonrió metiendo su mano entre mis brazos, deshizo el nudo y tomó mi mano dejándolas sobre mi rodilla. Sonreí levemente y cogí su mano con ansia con las dos manos… él sonrió ampliamente mirándome de reojo. Noté que reía cuando acabé apoyando mi cabeza en su hombro.
Gimoteé ligeramente y él rió cuando giramos para coger el sendero hacia casa, me separé a regañadientes y él parecía divertirse, sonreí con ganas. Frenó y yo solté su mano para que parase el coche, lo hizo y me miró, me puse algo nerviosa.
-¿Todo bien? –Asentí y él sonrió-. ¿Me dejas decirte dos cosas antes de que bajemos del coche? –Dijo poniéndose algo más serio. Asentí atenta-. Por lo que ha pasado esta noche, en el concierto… veo que Josh no me ha contado todo al pie de la letra… pero sé que hay algo que ha llamado tu atención y que te explicaré en su debido momento… -Le miré raro, no lo recordaba… él sonrió-. Bueno, eso no importa… la cuestión es que hay muchas cosas de las que tenemos que hablar… pero aunque a veces no sepa qué decirte, o si no actúo como te gustaría… -Suspiró-. Joder, no me está saliendo nada bien…
-Pero… ¿Ocurre algo malo?
-¡No! ¡Qué va! –Rió un poco negando-. Sí que lo estoy haciendo mal… -Suspiró y nos miramos sonriendo tímidamente-. Resumiendo… que me gustaría que volviera a ser como antes, que fuera a mí a quien consultaras todas tus dudas, incluso si tienen que ver conmigo mismo… o aunque sea para criticarme o para decirme que en un momento dado he hecho algo que no te ha gustado… -Hizo una mueca-. No quiero decir que no le cuentes a nadie más nada, sólo que… no me gusta saber por otra persona que estás angustiada, especialmente porque cuando te lo cuenta una tercera persona no te enteras bien de todo, siempre hay algo que la otra persona puede olvidar mencionar…
-Lo siento… pero es que realmente no había hablado con nadie y él apareció en el momento preciso… y bueno. Preguntó…
-Lo sé… -Sonrió y acarició mi rostro-. Si hay algo que no te gusta… sólo dilo –Asentí y él sonrió-. Y eso me lleva a la segunda cosa… es algo así como… una norma general, no sólo aplicable a esto… pero quiero que lo tengas en cuenta. Hay cosas en la vida que desagradan hacer, cosas que pueden parecer odiosas, horribles… y otras que gustan, que apetecen y que no dejarías de hacer…
-¿Cómo besarte?
-Por ejemplo… -Dijo alzando una ceja-. Pero, por mucho que odies dejar de hacer unas cosas y hacer otras… -Frunció sus labios-. No lo he expresado bien… -Suspiró-. Bueno, en resumen…
-Sí, creo que los resúmenes se te dan mejor… -Reímos-. Además me estoy congelando…
-No me interrumpas… o me perderé...
-No por favor… -Reímos-. Bueno, resumiendo…
-Que es importante para mí que hagas todo lo que tienes que hacer. Si tienes que quedar con tus amigos, hazlo… si tienes que hacer tareas… hazlas –Le miré raro-. Vamos, que no quiero que dejes de hacer nada sólo por estar conmigo… porque como me entere… tendremos un grave problema, ¿entendido, jovencita?

Arrugué la nariz y asentí a disgusto, él sonrió y tomó mi mejilla para besarme, lo hizo despacio y después bajó del coche sonriendo y corrió para abrirme la puerta. Me llevó abrazada hasta la puerta, me di cuenta de lo tarde que era al echar en falta una bienvenida por parte de Maila. Estaba realmente cansada, me aferré a la barandilla de las escaleras para subir y Seth me dio un beso en la mejilla, le miré raro cuando se metió a la cocina… reí imaginando que se zamparía media nevera.
Subí arrastrando los pies, pero al llegar al segundo piso y girarme, algo llamó mi atención. Una enorme luna llena permanecía en lo alto de un oscuro cielo, resaltando su luz de un modo que se me antojó mágico. Sonreí y fui a ponerme el pijama, Seth llamó a la puerta cuando estaba sentada observando aquella estampa nocturna.
-¿Quieres un vaso de leche? –Dijo mostrando una taza-. Está caliente, como estabas tiritando cuando veníamos…
-Gracias… -Me levanté y la cogí saliendo al pasillo, me miró raro cuando me senté frente a la cristalera-. ¡Ven, mira!
-¿Qué? –Señalé la luz, sonrió y me miró sentándose-. Luna llena… yo no estaría tranquila durmiendo bajo el mismo techo con un hombre lobo en una noche como esta…
-Ya… -Reí y apoyé mi cabeza en su hombro-. ¿Sabes? Quizá te parezca una tontería, pero esta noche… -Me sonrojé un poco y reí de forma tonta-. Creo que la magia de la luna me ha ayudado…
-¿Tú crees? –Sonrió-. ¿Crees en esas cosas?
-No sé… realmente no sé en qué creer, por mucho que me hablan de religiones o supersticiones… ningún humano normal cree en vosotros, sin embargo yo… ¿Tú en qué crees?
-Pues… -Suspiró-. Tampoco lo tengo muy claro… -Sonrió-. Pero tengo una teoría mucho mejor para lo que ha pasado esta noche que tú… -Bebió de su taza haciéndose de rogar, bebí de la mía esperando-. Bueno… en la manada hay una vieja leyenda, todos creíamos al principio que era algo irreal, nadie cree en esas viejas historias hasta que realmente pasan…
-¿Y qué leyenda es esa?
-Verás… -Se acomodó a mi lado-. Nuestros hermanos, los lobos, adoraban a la Luna, ella siempre les había dado el camuflaje perfecto, una tenue luz que les daba ventaja ante sus presas. Nuestros ancestros, por el contrario, adoraban al Sol, el cual les daba la luz que necesitaban para sus cultivos, para toda su vida, en definitiva. Cuentan que sólo un puñado de noches al año, el Sol y la Luna compartían un momento mágico, se demostraban su amor mutuo de manera intensa, compartiendo ese amor en forma de luz con todo aquel ser que habitase la Tierra. Cuando nuestros caminos se cruzaron con los lobos, muchos de los Quileute que habían compartido cuerpo con un hermano lobo dejaron de adorar al Sol, comenzaron a adorar a la Luna. Cuenta esa vieja leyenda, que el Sol se enfadó tanto que dejó de iluminar a la Luna durante varias noches seguidas, eso la debilitó, haciendo que, en consecuencia, nuestros hermanos lobo perdieran muchas de sus presas y se debilitaran… entonces la Luna tuvo una gran idea, recompensaría a todo aquel Quileute que en su forma humana adorase al Sol. Estuvieron durante semanas haciéndole ofrendas, pero la Luna cada día se debilitaba más, algunos dejaron de adorarle pensando que no era digno de las ofrendas por su rencor… así que decidieron seguir adorando a la pobre Luna. Otros en cambio, decidieron adorarlos a ambos a la vez, mostrando su apoyo a la Luna e intentando convencer al Sol para que los perdonara…
-¿Y qué pasó?
-Que el Sol se apagó durante un día entero, cuentan que, en ese día de retiro, se dio cuenta de su error, que los celos no habían hecho otra cosa que alejarlo de la Luna… su único amor. Al día siguiente, una luz intensa iluminó todo el oscuro cielo, la Luna recuperó su poder y su amor por el Sol creció, tan felices se sentían, que decidieron recompensar a aquellos que los habían ayudado a ambos en todo momento, a ellos y a todos sus descendientes.
-¿Cómo?
-La Luna y el Sol danzaron durante semanas, pensaron el modo de recompensar a aquellos Quileute de alma incompleta, almas nobles y puras, pero que habían tenido que ser empequeñecidas para poder morar en los cuerpos de los lobos como guerreros. Buscaron durante días, escogiendo los espíritus nobles de grandes almas que pudieran completar a esos espíritus guerreros. Cuentan que, cuando el primer par de almas se juntaron, el Sol lanzó un gran destello que permaneció durante todo el día, siendo reflejado ese mismo destello por la Luna al caer la noche. Todos los hermanos lobo aullaron al unísono para celebrar la felicidad del guerrero y todos los Quileute celebraron ese intenso amor definiéndolo como imprimación, un intenso amor que sólo los descendientes de los guerreros podrían disfrutar. Un intenso amor que, cuando sucediera, el Sol y la Luna celebrarían reencontrándose durante esa noche… -Me quedé maravillada, él sonrió ampliamente-. Así que, ciñéndome a mis creencias… no puedo creer que la magia de la Luna te haya ayudado, sólo está celebrando que dos almas que ella escogió con su amado se hayan encontrado…
-¿Estás diciendo que la Luna y el Sol nos han escogido para estar juntos? –Alzó una ceja evitando una sonrisa, reí-. Es una historia preciosa, en serio… -Me apoyé en él-. Entonces… si ambos lo celebran… ¿Mañana será un día soleado?
-Debería… -Rió-. Pero quizá no podamos verlo, a veces las nubes se ponen celosas…
-Ya… celosas…

Reí abrazándole, terminamos nuestras tazas y me acomodé en su pecho para contemplar la noche, me gustó el hecho de que acariciara mi pelo y besara mi frente sin cesar, parecía no cansarse de hacerlo… y a mí no me molestaba en absoluto.

Los ladridos de Maila no paraban de sonar, gruñí ligeramente molesta… escuché una risotada de Seth fuera de la casa. Me removí metiendo mis brazos bajo la ropa de cama, me envolví en ella y la arrastré hasta la cristalera del pasillo, Seth y Maila jugaban en la parte trasera de la casa, sonreí y me sorprendió la fuerte luz que iluminaba mi visión… demasiada luz para un día de invierno.
Me decidí a salir bajo el rebullo de mantas, di la vuelta a la casa y Maila vino a mí corriendo, Seth se acercó más despacio con una enorme sonrisa.
-Ya era hora… pensé que no te ibas a despertar en tres días… -Me abrazó y rió-. ¿Necesitas tanta ropa para salir de casa?
-Sí… hace frío…
-No tanto… brilla el sol –Sonrió con ganas y yo reí-. Además… -Rodó los ojos-. Estando yo aquí, no tienes que pasar frío, ¿sabes? -Reí y dejé caer las mantas, él rió conmigo y me abrazó fuerte-. Deberías ir pensando en vestirte, tenemos que ir a casa de Quil y Claire…
-¿Ya? –Asintió-. ¿Tan pronto? –Volvió a asentir sonriendo-. ¿Y si no vamos?
-Bueno… -Pareció pensarlo y sonrió-. Si eres tú la que llama a Claire y te inventas algo convincente para que no sepa que sólo quieres quedarte en casa porque así estamos tú y yo solos y puedes besarme… -Rió-. Puedes intentarlo, pero si no lo consigues será peor cuando vayamos…
-¿Y si nos retrasamos un poquito?
-No creo que sea buena idea… estando tan cerca, no hay excusa para llegar tarde… -Arrugué mi nariz y él rió-. Aunque sí podemos ir a la hora… e intentar volver un poco antes…
-Eso suena muy bien…
-Lo sé… -Murmuró besándome despacio-. Pero para eso, debes darte prisa… -Puse morritos y él me imitó-. Estás perdiendo tiempo, en vez de poner caritas… bésame o vístete…

Tomé la primera opción y él rió, me devolvió los besos por un rato, pero luego conforme yo le besaba él me empujaba hacia casa. Reí subiéndome en sus pies, él andaba y yo le besaba, no me parecía un mal pago por el transporte… tampoco a él.
Me duché y me vestí mientras él miraba algo en su ordenador, me preocupó ligeramente no verle tan emocionado como lo estaba yo, no pude dejar de bailotear en todo el rato mientras él seguía sentado en la cama de su cuarto con el portátil en sus piernas. Sólo me miró cuando me paré en su puerta lista para salir, apagó su ordenador sonriéndome y bajamos a su coche como si nada… puse una mueca de evidente decepción mientras él parecía tan tranquilo.

Cuando llegamos bajó del coche y saludó a todos, yo bajé algo más retrasada y apenas se giró a ver si había salido del coche… suspiré cerrando la puerta algo más fuerte de lo debido, él me miró alzando sus cejas y yo hice una mueca de disculpa.
No voy a negar lo bien que lo pasé, pero tampoco me agradó demasiado que estuviera tan distante conmigo, aunque tuviéramos que disimular… todos los presentes parecían saber lo que pasaba entre nosotros, me parecía una tontería disimular con ellos. Me senté con las chicas mientras ellos jugaban con la pelota, Seth reía placando a Ephraim.
-Claire llamando a Darlene, Claire llamando a Darlene… -Sonreí hacia ella y rió-. Deberías bajar de las nubes…
-Hoy hace sol… -Reí-. Perdona, estaba pensando en otra cosa…
-Sí, todas sabemos en lo que estabas pensando… -Nessie rió mostrando un recuerdo mío besándome con Seth-. Besitos, besitos y más besitos…
-Deja de meterte con ella, ¿quieres…? -Seth pasó riendo y revolvió mi pelo-. No quieras que diga en lo que piensas tú la mayor parte del tiempo… -Todos rieron, yo seguí algo avergonzada mientras se metía dentro, al salir volvió a revolver mi pelo-. Anda, no te sonrojes tanto… -Se sentó a mis espaldas pero no me atreví a mirarle, besó mi pelo y me sonrojé más, él rió y me abrazó-. Qué mal disimulas, no ha sido mala idea empezar a practicar…
-Vas a hacer que le de un golpe de calor como no la sueltes… -Ainhoa rió-. Pobre chica, déjala tranquila un rato…
-No puedo, me la tengo que llevar ya… -Me mostró su reloj, eran las dos y cuarto-. Tienes que ir a coger una bufanda y guantes…
-Sí… y a vendarme entera para no hacerme daño, no tengo ni idea de cómo se patina… -Todos rieron-. Espero que mis amigos sean más benévolos que vosotros…
-No sé, yo creo que Bryan no va a dejar pasar la oportunidad de reírse de ti… -Seth me estrechó fuerte-. Pero siempre puedes llamarles y decir que te has torcido el tobillo bajando las escaleras… o algo así, eso te libraría de patinar…
-Y la dejaría aquí contigo toda la tarde, ¿no? –Maca rió-. ¡Qué morro tienes…!
-Creo que prefiero hacer el ridículo patinando… -Le miré-. No te ofendas…
-No lo hago… -Rió guiñándome un ojo-. Tienes suerte de poder huir de sus comentarios… -Arrugó la nariz-. Y del olor de Nessie, que por cierto, hoy apesta especialmente…
-Muérete… -Masculló Nessie pegándole mientras Jake gruñía-. Ve a llevarla, al final llegarán puntuales y sino no tendréis tiempo de estar solos…

Él rió levantándose y tendiéndome la mano para ayudarme a levantar. Me aferró de camino al coche, yo sonreí sin poder evitarlo, pero no dije nada. En cambio él…
-Vas a tener que empezar a pensar en apuntarte a teatro o algo así, deberías ser mucho menos trasparente… -Le miré mal-. Ya sabes, aprender a disimular un poco mejor… ha sido obvio que me necesitabas a tu lado nada más que he encendido el ordenador…
-No mientas, anda…
-¿No es así? –Negué distraída-. Bueno, pues cuando has bajado del coche… -Negué y él rió-. Ya, la puerta se te ha resbalado de los dedos, ¿no?

Abrió la puerta para mí mientras yo me sonrojaba, él parecía divertirse con la situación, así que no le di mayor importancia. Al llegar a casa metí en una pequeña mochila la bufanda, los guantes y un gorro que Seth me tendió comentando que se moría por verme patinar mientras reía. Hice un mohín y él sonrió abrazándome, se me pasó el mosqueo cuando me besó suavemente.
Perdí la noción del tiempo, pero supe que eran algo así como las tres cuando escuché el timbre de la puerta. Me separé a disgusto y él sonrió, me acompañó llevándome entre sus brazos a la puerta, remoloneé un poco y él me tuvo que empujar, pero no quería irme.
-Pásatelo bien… y se cautelosa, ¿vale? –Asentí y él alzó una ceja separándose rápido-. Iré avisando a Carlisle para que esté aquí cuando vuelvas… seguro que con lo torpe que eres, vuelves con el pie roto o algo así…
-¡Pero serás tonto! –Llamaron a la puerta y la abrí sonriendo, Bryan y Hanna saludaron muy abrigados-. Hola chicos… -Miré a Seth que parecía disimular una sonrisa-. Deja de reírte de mí… -Le saqué la lengua-. Tú tampoco sabes disimular, ¿eh?
-¿Quién querría disimular? –Me devolvió la burla-. Anda, ten cuidado… -Señaló a Bryan-. Tú… -Bryan se quedó blanco, él sonrió-. Grábalo todo, no querría perderme ni una sola de sus caídas… -Rió cuando bufé y salí, él gritó-. ¡Compraré palomitas para verlas después!
-¡Claro! –Grité de vuelta-. ¡Organiza una fiesta para verlo con todos los vecinos!
-¿En vecinos incluyes a Josh?

No me molesté en contestar, rodé los ojos mientras mis amigos reían y a mí me hervía la sangre. Una cosa era disimular… otra meterme en un berenjenal de preguntas que mis amigos me hicieron a raíz de ese comentario. Evidentemente, tuve que ir improvisando… él decía que era mala disimulando, así que me ceñí lo máximo posible a lo que había ocurrido, cambiando el nombre de Seth por el de Josh y evitando entrar en detalles.

Cuando llegamos a la pista… suspiré. Me fijé en ella mientras alquilábamos los patines… iba a ser más duro de lo que creía, había niñas patinando como si fuera algo innato… incluso cuando Susan salió a patinar me sorprendí, Dylan parecía algo más torpe y a Bryan lo perdí entre la gente. Miré a Hanna, parecía tan poco convencida como yo.
La parejita se puso a patinar, Susan tiraba de Dylan mientras reían… Bryan apareció de la nada a una velocidad considerable, derrapó y se sentó entre las dos.
-¡Vamos! ¿Qué hacéis paradas aquí? –Me miró-. ¿No tenías tantas ganas de patinar?
-Sí… pero imaginé que esto sería más sencillo… parece fácil, pero me da miedo que en el momento que me levante me estampe.
-Yo creo que voy a quedarme aquí mirando… -Hanna hizo una mueca y sonrió-. Es más divertido ver cómo la gente se cae a caerse, ¿sabéis?
-No seáis así… -Bryan suspiró-. Tenéis un buen profesor, yo enseñé a mi hermanita en sólo un par de horas… así que venga, vosotras que ya sois mayorcitas deberíais aprender antes… ¿Quién quiere ser la primera? –Ambas intercambiamos una mirada de terror, él rió y se levantó-. Venga, que no tengo todo el día… me da igual quien empiece, luego seguiré con la otra…
-Creo que le cedo mi turno a Hanna… yo aún tengo que mentalizarme un poco…
-¡No, no! ¡No me importa esperar!
-¡De eso nada! ¡Venga, te ha tocado! –Bryan tiró de su brazo y ella se resbaló cayendo de culo, fui a ayudarla y me caí de morros tirando a Bryan, él rió en el suelo y bufó levantándose-. Venga, que esto va a ser un poco más complicado de lo que pensaba… -Me tendió la mano mientras Hanna se acomodaba en el suelo-. ¡Arriba! –Tiró de mí y tuve que hacer esfuerzos para no volver a caer, me aferré a él y alzó una ceja-. ¿Vas a intentar aprender sin soltarte de mí?
-No creas que me apetece abrazarte… pero me caería si no lo hiciera…
-Lo sé… por eso es tan tentador pensar en soltarte… -Se alejó y me aferré a él, rió alto y volvió a alejarse-. ¿Vas a intentar seguirme? –Me lancé para cogerme a su brazo, sin darme cuenta, con el estúpido juego, me había llevado al centro de la pista. Se alejó más rápido-. ¡Vamos! ¡Cógeme o te caerás!
-¡Bryan! –Grité intentando no moverme-. Ni se te ocurra dejarme sola, ¡Bryan! –Él rió, una niña pasó corriendo y gritando que me apartase, lo intenté y me caí… Bryan rió como la niña y se acercó a recogerme-. ¡No me toques! –Farfullé-. ¡Ni se te ocurra!
-Vamos, casi has conseguido cruzar la pista…
-¡Lo siento! –Me giré, Wendy reía mordiéndose los dedos-. Pensé que podrías apartarte…
-Te has equivocado, pequeña… -Yeray rió parando tras ella, sonrió y me tendió la mano-. ¿Quieres que te ayudemos?
-Sí, claro… -Bufé intentando levantarme, hice un par de equilibrios y miré a Hanna que me miraba con una mueca-. Creo que es el turno de Hanna…
-¿Quieres que te ayude a volver? –Bryan rió alejándose un poco-. Puedes intentar cogerme, quizá así llegues al banco…
-No… me las apañaré sola… -Yeray y Wendy rieron a mi lado, suspiré-. ¿Qué hacéis aquí?
-Wendy ha oído patinaje… le ha apetecido mucho… y nos ha convencido. Así que aquí estamos, disfrutando del resto de la tarde.
-¿Os ha convencido? –Le miré mal-. ¿A todos?
-Me alegra no haberme perdido tu primera caída… -Dijo Seth frenando a mi lado-. Ha sido divertido veros caer a los tres…
-Yo creo que no ha sido un mal comienzo… -Josh sonrió dibujando círculos a mi alrededor-. Al menos se ha levantado con algo más de gracia que su amiga…
-¡Y ha sido más valiente que Claire! –Wendy señaló a Claire, sonreí al ver que andaba de forma poco estable intentando seguir a Nessie, Quil la acompañaba de un modo muy protector mientras Jake estaba con los demás mirando desde las gradas. Nos saludaron-. ¡Ahí viene Cora! –La niña patinó con gracia hasta ella, Nessie las siguió y patinaron las tres en fila… me dio cierta envidia. La niña gritó-. ¡Vamos chicos! ¡Seguirnos!
-Sí, claro… dar un par de vueltas y os sigo… -Los tres rieron a mi lado, yo hice una mueca-. ¿Qué es tan gracioso?
-Nada, nada… -Seth rió alejándose un poco, el resto siguieron a las chicas-. Sólo imaginaba cómo te caías intentando seguirlas… ¿vienes? –Me tendió la mano-. Me gustaría verlo en primer plano…
-No, gracias… creo que iré a sentarme… -Alzó una ceja-. Ve a disfrutar de tu tarde de patinaje… yo iré a disfrutar de mi banco… -Me resbalé un poco y él me cogió-. ¡Suelta! Que puedo sola…
-Déjame dudarlo…
-¡Seth! –Me solté-. He dicho que puedo sola… pero si estáis mirándome todos… me pongo más nerviosa. Así que prefiero hacerlo yo sola…
-Bueno, vale… prometo no mirar… -Cerró los ojos alejándose-. Grita si necesitas ayuda…

Rió y se giró, esquivó a una pareja que ayudaba a patinar a su hija… suspiré algo molesta e intenté moverme despacio, supuestamente lo más difícil era estar parada… y eso lo había conseguido. Pero estaba equivocada, intentar andar era muy mala idea, así que me deslicé. Una cadena de niñas pasó a mi lado y casi pierdo el equilibrio, Josh me sujetó.
-¿Seguro que quieres ir tu sola hasta el banco? –Alzó una ceja cogiendo mi mano-. Vamos, yo te acompaño…
-Puedo sola…
-Podrías, no lo dudo… pero estando la pista tan llena es muy difícil andar sin chocarte hasta para nosotros… así que deberías dejar que te ayudasen.
-No parece resultaros complicado…
-Bueno, pero lo es… -Sonrió ayudándome a avanzar-. Una vez le coges el truco, es mucho más sencillo… -Se puso frente a mí ayudándome-. ¿Ves? Ahora podrías ir tú sola si la pista estuviera vacía, ya te has puesto en marcha… -Sonrió-. ¿Una pirueta? –Giró a mi alrededor y perdí el equilibrio, me sujetó de nuevo-. Mejor más tarde…
-Sí… será mejor… -Reí sujetándome fuerte a él-. ¿Un descanso?
-¿Ahora que casi lo tienes? –Negó tirando de mí-. ¡Venga! ¡Vamos!

Me llevó alrededor de la pista un par de veces, nos cruzamos con Hanna y Bryan, ella se cayó y Bryan la ayudó riendo… Hanna estaba tan sonrojada que tuve que reír. Seguro que nuestra caída anterior había sido más divertida aún. Susan pasó a mi lado y se giró.
-¿Cómo vas?
-Algo inestable…
-Menos mal que te ayudan, ¿eh? –Alzó una ceja y me sonrojé mientras Josh reía-. Bueno, voy a ver cómo va Hanna… veo que a ti te tienen bajo control… pero no me fío de Bryan.
-Sí, mejor deberías ayudarla a ella… es un pésimo profesor…

Dylan se acercó algo más torpe y se marcharon patinando de la mano, ayudaron a levantar de nuevo a Hanna, me había perdido esa caída y sonreí agradeciendo tener a alguien con más fuerza y más reflejos que Bryan… de no ser por Josh, ya me habría caído un par de veces más…
Dimos un par de vueltas más a la pista, realmente ya lo tenía casi bajo control y hasta me resultó divertido. Pude ver la cadena que el resto de la manada había formado, Seth se separó acercándose a nosotros seguido de Wendy, Yeray, Cora, Vera y William.
-¡Vamos, uniros!
-No creo que ella sea capaz de pilotar una cadena aún… -Josh rió-. Dale tiempo…
-¿Y tú no eres capaz? –Seth soltó las manitas de la pequeña de su cintura, la llevó de la mano para dar la vuelta y empujó a Josh haciendo que Wendy le agarrase, rió siguiéndoles un poco y frenando para girarse hacia mí-. Así que te fías de Josh para que te lleve… y no de que lo haga yo…
-Ya sabes… Hay que disimular…
-Ya… -Rió acercándose de modo poco correcto a mí, me cogió de la cintura para susurrarme-. ¿No decías que te gustaba el riesgo? –Rió cogiendo mi mano y tirando de mí. Me aferré con las dos manos a su muñeca, él parecía disfrutar de mi terror-. ¡Demuéstralo!
-¡Seth! –Grité al pasar demasiado cerca de Nessie y Claire, ellas rieron-. ¡Vamos a estamparnos, Seth, para!

Él rió acelerando más como respuesta, grité y él volvió a reír poniéndose tras de mí, posó sus manos en mi cintura impulsándome aún riendo, yo agarré sus manos y cerré los ojos gritando e intentando frenarle. Le grité que me soltara y lo hizo, abrí los ojos y casi me choco con Bryan y Hanna, él tomó mi mano bruscamente intentando que no me chocara, resbalé y casi me como el suelo. Me ayudó a incorporarme riendo y separándonos de mis amigos, me giró y acabé entre sus brazos, nos deslizábamos mientras me miraba fijamente, me quedé hipnotizada sintiendo unas tremendas ansias por besarle. Sonrió ampliamente, posiblemente escuchando el ritmo de mi acelerado corazón.
-¿Tanto miedo has pasado? –Dijo con algo de sorna-. Parece que estés aterrada…
-Quizá es que tú me das miedo…
-¿Yo? –Sonrió y miró alrededor, hizo una mueca-. Bueno, eso ya me lo dirás después… cuando llegues a casa… -Alzó una ceja de un modo que se me antojó realmente sexy-. Estaré preparando algo realmente bueno para que no estés tan aterrada… y así no quieras salir huyendo…
-Ya… -Me mordí los labios completamente sonrojada-. Algo realmente bueno…
-Exacto… -Me guiñó un ojo patinando de espaldas-. Voy a pedirle a Josh que cuide de ti… tengo muchas cosas que hacer…

Asentí y le vi salir de la pista, sonreí cuando Josh se acercó como una bala. Patiné con él un largo rato, pero no podía dejar de pensar en sus palabras, en su mirada… suspiré algo nerviosa. Josh me distrajo preguntándome cuales eran mis películas favoritas, alguna que me hubiera emocionado, la que más me había hecho reír… hablamos sobre el tema durante un buen rato.
Cuando Hanna comenzó a patinar durante más de tres minutos seguidos sin caerse, nos juntamos todos en una cadena, no entendía porqué la gente las hacía… hasta que nosotros lo hicimos. Me lo pasé genial, Josh iba en cabeza y era realmente rápido… Hanna no paraba de gritar aferrada a Bryan y empujada por Susan.
Poco después me fijé en que todos mis amigos de La Push se sentaban, iban quitándose los patines y parecían dispuestos para marchar. Josh se alejó y volvió diciéndome que los pequeños estaban ya cansados, se acercó despacio y me dio un beso en la mejilla mientras susurraba.
-He oído decir que os ibais a ir a tomar algo después de esto… hazme una perdida, pasaré a recogerte para llevarte a cenar… ¿vale? –Le miré algo raro, él sonrió guiñándome un ojo y alejándose haciendo un gesto-. ¡Llámame!

Asentí despidiéndome de todos con la mano, Susan se acercó con la típica sonrisa de cotilleo, rió un poco al ver mi cara y suspiró.
-Es realmente adorable…
-Lo sé… -Me sonrojé de nuevo y me aferré a nuestro engaño-. Me ha dicho que pasará a recogerme después…
-¡Qué bonito! –Dijo riendo-. ¡Venga, vamos! Hanna nos necesita ahora…
-Sí… -Reí-. No me quiero imaginar cómo lo ha pasado la pobre antes, que la he dejado sola para que Bryan la maltratara…
-Ya… -Ella rió-. Seguro que lo ha pasado fatal…

Rodó los ojos con una mueca que me hizo sospechar. A partir de ese momento me distraje por completo fijándome en cómo Hanna no quitaba ojo a Bryan, el cual no paraba de hacer el payaso con Dylan. Sonreí para mis adentros recordando la conversación que habíamos tenido en nuestra no cita… quizá Hanna fuera la chica adecuada.
Después de estar durante una hora más patinando y cayéndonos, decidimos devolver los patines y cruzar la calle para ir a la cafetería.

Estuvimos hablando un rato sobre Josh, después nos reímos de las caídas de la tarde, pero conforme el reloj avanzaba… yo me ponía más nerviosa. Intenté dejar de pensar en él para unirme a la conversación.
-¿Y la profesora de Sociales? Es realmente vieja… deberían jubilarla de una vez. Además, está amargada… no hace más que ponernos tareas…
-Bueno, no te preocupes… -Dylan rió-. Seguro que tiene un plan genial para reventaros las vacaciones, a nosotros nos puso un trabajo de investigación para Navidad…
-¡No fastidies! –Bryan bufó de nuevo-. Creo que su alegría es torturarnos…
-¿Ya os habéis leído los capítulos que mandó la semana pasada? Dijo que el lunes haría preguntas por escrito… -Bryan miró a Hanna espantado, ella rió-. Vale, creo que no te lo has leído… puedo pasarte mi resumen, si quieres…
-No… seguro que hace la pregunta más rebuscada del mundo… -Suspiró e hizo una mueca de desagrado-. ¿Y si nos vamos ya?
-Claro… -Dylan rió levantándose-. Además, no quiero llegar a casa demasiado tarde…
-Bueno, si os vais ya… voy a llamar a Josh.
-Josh, besitos, Josh… -Bryan rió-. Dile a ver cuánto tardará… así esperamos a que llegue…
-Claro…

Le puse un mensaje, pero la respuesta se hizo esperar unos minutos… Leí su respuesta y suspiré, diciéndoles a mis amigos que tendría que esperar sólo diez minutos más, así que no me importaba que se fueran… parecieron preocupados por dejarme sola, pero no necesitaba que estuvieran allí viéndome tan nerviosa y soportando sus bromas.

Caminé calle abajo mientras se iban, me fijé en la pequeña librería que hacía esquina… parecía antigua a pesar de estar recién pintada, el interior tenía cierto aire nostálgico… me agradó. Me fijé en los libros que tenían en el escaparate, apenas los había oído mencionar, parecían libros usados y de ediciones limitadas. Miré el reloj, ya habían pasado más de diez minutos… suspiré apoyándome en la puerta, momento en el cual un BMW azul paró frente a mí. Sonreí cuando la ventanilla del copiloto se bajó, me acerqué con mi mejor sonrisa, él se apoyó en el asiento del copiloto devolviéndome el gesto.
-¿Esperas a alguien, preciosa…?
-Supuestamente… a mi novio Josh –Reí levemente cuando él fingió disgusto-. Pero se está retrasando… puede que me decida a irme con el primero que me invite.
-El primero que te invite, ¿eh? –Rió recolocándose en su asiento-. Entonces… -Me miró y alzó una ceja-. Deberías buscar un sitio donde refugiarte del frío, puede que tu novio Josh tarde bastante… y no me parecería bien dejar que te fueras con el primero que te invitase, ¿sabes? Podría ser peligroso…
-¿Un sitio para refugiarme del frío? –Él sonrió asintiendo-. ¿Un lugar cálido, como los brazos de un hombre atractivo?
-Por ejemplo… -Rió-. Pero preferiría que fuera un coche cálido, como el mío…
-¿Eso es una invitación a que suba? –Reímos e hizo un gesto para que subiera, me miró con una enorme sonrisa y yo mordí mi labio-. ¿Vas a quedarte aquí hasta que mi novio Josh venga a buscarme?
-¿Sabes? –Hizo un mohín negando-. Creo que no me gusta ese novio tuyo… deberías buscarte otro… alguien que acuda a las citas que planea…
-¿Alguien como tú?
-Bueno… si realmente quieres, podría secuestrarte… así no tendrías que pasar por el mal trago de dejar a tu supuesto novio…
-Suena bien… aunque… -Arrugué la nariz-. En tu lugar, me lo pensaría… ¿Has pensado que puede que después sufra Síndrome de Estocolmo en grado sumo?
-¿En grado sumo? ¿Te refieres a enamorarte de mí? –Lo pensé, él sonrió y echó los seguros del coche-. Siento decirte que ha sonado demasiado tentador… -Arrancó-. Ahora no tienes escapatoria alguna… no deberías haber tentado tanto a la suerte…

Reímos mientras íbamos en el coche, pero después de estar bromeando sobre mi supuesto secuestro… no pude evitar pensar en lo que iba a pasar al llegar a casa, la curiosidad me podía y quería saber qué había preparado.
-¿Qué te ha dado?
-Nada… -Dije algo nerviosa-. Estaba… no sé, distraída... –Sonreí y él me miró raro tomando mi mano, pareció confuso y me miró de nuevo-. ¿Estás mintiéndome? Pareces nerviosa…
-No… -Tragué en seco y hablé con un hilo de voz-. Sólo… quiero llegar ya a casa.
-Ya… -Rió-. ¿Tienes curiosidad por saber lo que he preparado, eh? -Asentí algo nerviosa-. Pues no me sacarás ni una palabra…

Reímos levemente y nos mantuvimos en silencio hasta que llegamos a casa, se quedó parado en la puerta, me miró sonriente haciéndome esperar… metió la llave con deliberada lentitud y riendo, yo me mordía el labio algo ansiosa. Me pidió que cerrase los ojos, yo hice una mueca y él insistió. Le hice caso y me pidió que los mantuviera cerrados, me ayudó a entrar y me hizo esperar.
-Un segundo… -Escuché un par de chasquidos, fruncí el ceño y noté que me cogía de la cintura-. Venga, ya… -Mi boca se abrió al ver la habitación iluminada únicamente por la luz de dos velas en la mesa, preparada para una cena romántica-. ¿Te gusta?
-Es precioso… -Sonreí-. ¿Me has preparado una cena romántica?
-Bueno… -Se encogió de hombros-. La cena de nuestra primera cita… no fue muy romántica precisamente… -Rió-. Sólo tengo que acabar unas cosas en la cocina… ponte cómoda, si quieres…
-Claro…

Subí a mi habitación y cerré la puerta algo más nerviosa, me puse un vestido de tirantes… cenando con él no pasaría frío… Me sonrojé de inmediato pensándolo… quizá hoy fuera una noche más especial de lo que estaba esperando. Respiré hondo intentando calmar mi acelerado corazón y bajé corriendo para no pensar más de lo debido.
-¡Vaya! –Dijo Seth embobado-. Pensaba en un pijama… -Rió acercándose, me besó despacio-. Estás muy guapa…
-Gracias… -Sonreí-. ¿Qué vamos a cenar?
-Pues… -Arrugó la nariz-. No esperes gran cosa… de primero tenemos una ensalada… -Rodé los ojos y él rió-. Pero he preparado salmón, como a ti te gusta… está en el horno, podemos ir empezando mientras termina de hacerse…
-Vale…

Me ayudó ofreciéndome la silla, sonreí e hice un gesto educado mientras reíamos. Comenzamos a cenar a la luz de las velas, él no paraba de mirarme y yo de sonrojarme. Después sirvió el salmón, alabé su pericia cocinando… aunque también saqué alguna que otra falta sólo por molestarle. Terminamos de cenar y él empezó a recoger... arrugué la nariz y él me miró raro.
-¿Qué? ¿Algo va mal?
-¿No hay más cena?
-¿Te has quedado con hambre? –Preguntó preocupado-. Puedo prepararte algo más…
-No… -Dije algo sonrojada-. Pero esperaba… no sé. Quizá algo de postre, ¿no? –Él sonrió y lo pensó, me miró de reojo y suspiró-. ¿No hay postre?
-Así que quieres postre… -Asentí y él rió-. Veamos… -Lo pensó y me miró-. Había planeado algo al respecto… -Me besó despacio y sonrió-. De hecho… -Se acuclilló frente a mí y suspiró-. Había estado pensando que, si a ti te parece bien… podríamos tomar el postre en la cama, ver un par de películas… y si tú quieres… podríamos dormir juntos –Alzó una ceja-. Aunque no lo tomes por costumbre, creo que te estoy malacostumbrando a que duermas conmigo…
-¿Malacostumbrando? –Él asintió algo preocupado-. No es ninguna mala costumbre… al contrario… con el frío que hace ahora, es lo mejor que podemos hacer, ¿sabes? Podría caer enferma de no ser así… y no queremos eso, ¿verdad?
-Ya… -Rió-. Bueno… -Acarició mi pelo con dulzura-. Ya hablaremos de costumbres mañana, de momento, hoy… haremos lo que tú quieras… -Sonreí con él y suspiró-. ¿Me esperas arriba mientras preparo todo? No tardaré mucho…
-Vale…

Le abracé y subí corriendo, entré en mi habitación y cerré la puerta con cuidado, mordí mi labio revisando la habitación. Dejé las cortinas a medio cerrar, acomodé la almohada y abrí la cama, pensé en meterme pero no sabía exactamente cómo esperarle… me miré al espejo arreglando mi pelo. Entré en la cama, pero me sentía ridícula e iba a salir cuando Seth abrió la puerta. Hizo equilibrios y le miré raro cuando me fijé en todo lo que traía. Salté para ayudarle, le cogí una tarrina de helado y las cucharas mientras él conectaba el ordenador, después se quedó algo alelado mirándome.
-Eh… -Parpadeó y señaló la cama-. Ve acomodándote, yo… -Señaló el ordenador y sonrió-. Espero haber acertado… -Se giró mientras yo me sentaba en la cama algo perdida-. A mí me gusta bastante y la banda sonora es muy buena…
-¿Qué vamos a ver?
-Bueno, un pajarito me ha dicho que te gustó la primera… -Sonrió acercando el ordenador y sentándose conmigo en la cama, puso la película y me ayudó a que me acomodara en su pecho-. Así que he pensado que también te gustará la segunda…
-¿La segunda?



Me reí un montón al ver el inicio, Seth pareció disfrutar de mi risa y se acomodó apoyando su espalda en el cabecero de la cama para que yo estuviera mejor, sujetó en su mano la tarrina de helado y me tendió una cucharilla.
-Un pajarito, ¿eh?
-Sí… un pajarito…
-Hablaré con Josh… eso de que vaya contando nuestras conversaciones no me inspira mucha confianza, ¿sabes?
-No le culpes a él… He tenido que torturarle para que me lo dijera… -Rió y besó mi frente-. ¿Estás cómoda?
-Sí… -Cogí la tarrina-. Pero mejor la sostengo yo, que si no acabará siendo batido…

Reímos mientras él asentía. Vimos la película abrazados mientras comíamos helado, me sentía genial estando rodeada por sus brazos, era como siempre había pensado, no me sentía nerviosa de ningún modo y era algo que no me incomodaba… era natural. Al acabar la película me estuvo hablando de que la banda sonora de la primera le encantaba, especialmente la canción del final. Me la tarareó pero no conseguía recordarla.
-Tarareas muy mal, no sé qué canción dices…
-¿Qué tarareo mal? –Me miró mal y yo asentí-. Ya… claro… -Besó mi frente-. Que no tengas ni idea de lo que es buena música no es culpa mía…
-¿Perdona? –Reí-. Sé lo que es buena música…
-Ya, claro… -Suspiró y puso la canción
-. ¿Ahora sí?
-Ahora sí…

Me reí mientras él cogía la tarrina vacía y las cucharas para llevárselas, me reí un montón al verlo salir bailoteando… aunque lo mejor fue cuando volvió, abrió la puerta de golpe sacudiendo sus brazos y la cabeza. Yo, en vez de reírme hasta ahogarme, me puse de pie en la cama imitándole hasta que, al intentar mover las caderas, perdí el equilibrio cayendo sobre la cama estallando en carcajadas. Seth saltó sobre mí, la cama nos meció por el impulso y nos miramos riéndonos. Me besó de improviso, fue algo completamente apasionado, quise alargarlo todo lo posible, consiguiendo no separarme de él aun cuando la luz de la pantalla del ordenador dejó de iluminarnos.
-Vamos… -Dijo zarandeándome levemente-. Tengo que irme a trabajar y aún tengo que llevarte a clase… ¡Venga!
-Voy… -Mascullé contra la almohada-. ¿Dos minutos?
-No, ni uno… ¡ya! –Dijo riendo tumbándose sobre mí y besando mi hombro-. O te levantas ya, o esta noche cada uno duerme en su cama…
-Eso creo que es chantaje…
-Bueno… -Sonrió-. No es así, yo prefiero decir que se trata de un refuerzo positivo, ¿sabes? –Rodé los ojos-. Como quieras, no voy a insistirte, como si quieres quedarte toda la mañana durmiendo… tú misma, bonita…
-Entonces… que tengas buen día… -Dije abrazando la almohada-. Total, no ibas a dormir conmigo de ninguna manera esta noche… -Me miró confuso-. Lo dijiste ayer, que no ibas a malacostumbrarme, así que…
-Um… -Puso una mueca de reflexión intensa, alcé una ceja esperando esa revelación-. Como quieras, yo estaré disponible para llevarte hasta dentro de quince minutos… después de ese tiempo de cortesía no te llevaré, tendrás que llamar a Nessie… porque yo me iré a trabajar.

Se levantó y salió con aire de suficiencia, arrugué la nariz y me metí a la ducha corriendo, me vestí y preparé la mochila, bajando al trote las escaleras. Él me esperaba con una sonrisa, un tetrabrik de batido en una mano y un sándwich en la otra. Me arrojé a su cuello y le besé sin coger nada, él rió alzando una ceja cuando se separó y me empujó ligeramente hacia la puerta mientras yo seguía besándole.
-¿Vas a seguir así mucho rato más? –Dijo riendo-. Lo digo porque deberías ir llamando a Nessie para que te lleve ella si quieres seguir besándome…
-¿Me estás vacilando?
-Puede… -Dijo acercándose y besándome-. ¿No vas a enfadarte por eso, verdad? Es una tontería, no pensaba dejar que Nessie te llevara pudiendo hacerlo yo…
-Déjame pensarlo… -Fingí enfado, después lo medité con una mueca graciosa y él se rió-. Me debes una muy gorda… ¿sabes?
-Bueno… si quieres puedes seguir besándome durante dos minutos más…
-¿Dos minutos? –Lo pensé y me lancé a sus labios-. Voy a aprovecharlos al máximo…

Nos besamos un poco más hasta que se separó, yo lo hice a regañadientes. Cuando abrió la puerta, me colgué de su espalda y me tendió el sándwich, me llevó a cotenas hasta el coche y reí cuando me bajé de un salto en la puerta, la abrí mientras él corría para montarse también, me tendió el batido y arrancó. Sacó el coche del sendero con una mano mientras ponía un CD con la otra, rió subiendo la música y reí con él al escuchar la melodía, más propia de un día soleado que de un día gris.


Le di un bocado a mi desayuno y bailoteé en el sitio como él mientras bebía mi batido, le ofrecí y mordió ligeramente. Bajó la música cuando la canción acabó, parando en el primer semáforo que me indicaba que estábamos cerca del instituto. Suspiré y sacudí mi cuerpo en el asiento, él me miró alzando una ceja y riendo.
-No quiero ir a clase… -Dije gimoteando-. ¿Por qué no me secuestras hoy también y volvemos a casa para… no sé, besarnos hasta que nos aburramos?
-Tienes que ir a clase… -Dijo con tono amable-. Y yo tengo que ir a trabajar… y por muy tentador que suene tu plan… tiene un fallo... –Alzó su ceja arrancando-. Y es que yo, señorita, jamás me aburriría de besarte… -Mordí mi labio algo ruborizada-. Y tú tampoco te cansarías de que yo lo hiciera, por lo cual… es mejor que no probemos por si acaso.
-No me importaría morirme de inanición por besarte…
-Ya… -Reímos-. Pero a mí sí que me importaría… me encerrarían por irresponsable, ¿sabes? –Reímos, yo suspiré al ver que paraba en la puerta del instituto-. Bueno, señorita… hemos llegado.
-¿Estarás en casa cuando salga?
-No lo creo… -Negó con una mueca-. Si puedo, vengo a buscarte… pero en principio hoy no salgo hasta las ocho…
-Qué asco, ¿no? –Asintió con una dulce sonrisa-. Si quieres… puedo preparar algo de cenar, así cuando llegues… cenamos y… no sé. Hacemos algo.
-Bueno… deberías hacer los deberes antes de que llegue, así luego cenamos y podemos… no sé… ¿Ver otra película? Aún nos quedan dos más… -Rió y asentí-. Luego nos vemos, ¿vale?
-Vale… -Le miré, no quería bajar y él alzó una ceja al notarlo-. ¿Quién vendrá a buscarme si no vienes tú? –Me miró riendo-. Lo digo… pues…
-¿Por alargar la conversación e intentar llegar tarde? –Me sonrojé y él rió-. No sé, se lo diré a Nessie… o puede que a Josh, quizá quieras pedirle explicaciones por el plantón de ayer…
-Quizá… -Reí con él y suspiré-. Bueno… que tengas un buen día… -Hice una mueca mirando la mochila en el asiento de atrás-. Yo me aburriré mucho… y pensaré en cuando odio no poder darte un beso de despedida… ¿sabes?
-Ya… -Él miró alrededor, hice una mueca al ver que se sentía incómodo y fui a coger mi mochila, él se acercó a mí y me dio un rápido y dulce beso, intenté amortiguar la enorme sonrisa mientras él carraspeaba y me tendía la mochila-. Pesa mucho… y necesitabas ayuda.
-Ya… -Reí-. Es una buena excusa… -Asintió sonriendo-. Bueno… luego te veo…
-Hasta la noche, preciosa…

Me guiñó un ojo cuando bajé, yo miré alrededor disimuladamente para cerciorarme de que nadie había visto nuestro beso.