Capítulo XIII: Mi chica. ₪ Seth POV.

16:26 0 Comments A+ a-

Cuando nos reunimos en casa de los Cullen, Jake y Jasper intercambiaron miradas al igual que Alice… estaban todos al tanto de lo que había ocurrido, incluso el propio Edward me lo había dicho antes de salir aquella noche. Comencé a sentir que todos lo intuían y sabían que en el fondo de mí estaba destinado a encontrarla…



Pero todo aquello empezaba a darme igual cuando en mi mente aparecían aquellas imágenes, imágenes de los recuerdos de Jake, viéndola dolida, sabiendo que ahora tenía que enfrentarse a una dura decisión que podría alejarla de mí en cierto modo. Esa decisión que había hecho que su gesto cambiara en la puerta de su casa, esa decisión que me estaba torturando ahora a mí. ¿Habría alguna razón por la cual podía tomar la decisión de quedarse? ¿Habría algo que la retuviese aquí? ¿Sería real lo que estaba sintiendo? ¿Habría sentido ella que era mi imprimación? ¿Se quedaría realmente aquí? ¿Tendría que buscarme la vida para conseguir acercarme más a ella?


-¿Preocupado? –Jasper alzó una ceja y me quedé helado, seguramente estaba notando mi preocupación y mis dudas-. Puedo notarlo, ¿sabes? –Jake comenzó a reír-. Incluso Alice puede…


-Nessie… -Alice se puso seria-. Creo que deberías quedarte un par de días, mientras nos instalamos en Forks por Navidad… Darlene te va a necesitar…


-¿Se va a quedar?


-No… creo que no… -hizo una mueca, había usado el creo, eso significaba que su destino ya estaba unido al mío o al de la manada de algún modo-. Hay más soluciones de las que ella cree, puede pedir vivir sola, tiene dieciséis y es bastante madura… sólo que no tiene independencia económica…


-¿Ella lo sabe?


-No, por eso creo que deberías quedarte, pasar unos días con ella y distraerla, quizá solas en casa. Piénsalo… no es mala idea, además siempre puede ir a vivir con un adulto… -sonrió sin desviar la mirada, pero eso me estaba dando a mí una idea…-. Propónselo.



Nessie se quedó callada, como todos. Pero yo tenía claro que quería que ella se quedase, y si hacía falta que viviera con un adulto… ahí estaba yo. Yo podría cuidar de ella, me haría cargo de sus estudios, de su vida… un sentimiento familiar vino a mí, recordándome aquellos pensamientos que tuve de proteger a mi hermana cuando papá murió.


Jake cogió a Nessie en brazos y se la llevó a una de las camas, para después bajar y mirarme fijamente. Sabía que no era momento de bromear, si no estaría mofándose ahora de mis estúpidas reacciones. Se sentó a mi lado y juntó sus manos, apoyando sus codos en las rodillas. Aquello me recordó levemente a las charlas que me daba mi padre cuando era pequeño, o a todas las veces que la había liado en la manada… pero también a aquellas ocasiones que me sentía mal y Leah le pedía que hablase conmigo porque estaba preocupada.


-¿Qué va mal?


-No sé que pasará si ella se marcha… No puedo dejar de pensar en ella ahora. Pensaba que me había obsesionado con ella últimamente, pero ahora… es mucho más…


-¿Intenso?


-Sí… no sé, os veo todos los días, he visto el modo en el que pensáis en ellas constantemente, pero tú eres el único que ha conseguido alejarse de su imprimación. No sé cómo voy a conseguirlo… No sé cómo voy a llevarlo si se marcha lejos, no sé cómo voy a poder vivir con esto, tengo ganas de ir corriendo ahora y abrazarla, he estado toda la noche evitando el estúpido impulso de abrazarla y consolarla… ¿Cómo voy a soportarlo cuando esté en Forks? ¿Cómo voy a soportarlo si encima ella se marcha más lejos?


-Es algo difícil… pero podrás llevarlo bien…


-No sé… -dudé. Siempre lo había pensado y él lo había oído en mi mente, pero nunca lo había dicho con palabras-. Tú siempre has sido más valiente y más fuerte, has soportado todo por ella, pero yo no creo que pueda hacerlo…


-Claro que podrás. No es cuestión de fortaleza o valentía. Es cuestión de amor. Podrás soportarlo si ella es feliz, tu felicidad ahora ya no es tuya, depende únicamente de ella. Podrás tener un día horrible, pero si ella te sonríe, todo cambiará. Y podrás tener el día más maravilloso, pero si ella no lo comparte sufrirás…


-Entonces, aunque ella se marche a Chicago… ¿Yo estaré feliz?


-Bueno… no lo estarás completamente, porque ella no estará a tu lado, pero si ella es feliz allí… digamos que será más soportable. Ya sabes cómo funciona, tú mismo se lo explicaste a Nessie.


-Sé cómo funciona, sé cómo lo sientes tú, o Quil… o incluso Embry… pero no sé cómo lo voy a sentir yo, cómo voy a llevarlo, cómo… no sé.


-Seth… no te angusties.


-¿Qué no me angustie…? –Rodé los ojos y él sonrió. Siempre era lo que yo les decía cuando sufrían por causa de sus mitades-. Muy divertido…


-Bueno… -dijo riendo-. Bienvenido al club… ¿Vamos a celebrarlo?


-¡Genial!



Me levanté suspirando, la verdad es que una fiesta ahora no me apetecía para nada. Me sorprendí a mí mismo pensando que no quería ir a una fiesta… hace tan solo unas horas un pensamiento así me parecía ridículo…


Jacob me llevó a la calle y comenzamos a pasear mientras él me contaba más cosas sobre ella, cosas que Nessie le había contado, sobretodo. Me sorprendí cuando comenzó a aflojar su paso, tanto que se quedo quieto. Inspiró hondo y le imité. Había algo familiar en el ambiente, algo que hacía que mi corazón se acelerase. Jake me dedicó una sonrisa amortiguada.


-Te esperaré aquí… no hagas mucho ruido…



Yo había intentado sorprenderle con la fiesta y ahora él me sorprendía así… no iba a poder pagarle nunca la deuda…


Comencé a andar lentamente, pero cuando observé de nuevo esa casa algo me hizo detenerme. Olisqueé y pude notar la presencia de alguien en el salón… un hombre. No era buena idea entrar por allí… así que ladeé la casa y entré por la parte posterior, accediendo al segundo piso. Caí dentro de una habitación de niña. Quizá fuese su habitación de cuando era pequeña… me recordaba a la habitación de Claire.


Salí y seguí aquel aroma que hacía que mi corazón tuviera serios problemas de ritmo. Abrí la puerta sigilosamente, la madera crujió y me quedé estático. Los ronquidos del padre de Darlene cesaron, pudiendo oír los pasos subiendo hacia el segundo piso. Entré en la habitación cerrando la puerta sigilosamente, pero podía advertir por sus pasos que venía directo hacia aquí… y no quería irme sin verla más de cerca. La puerta del armario estaba medio abierta y una llave colgaba de la puerta. Cogí la llave y me encerré dentro.


Oí al hombre entrar en la habitación, sus pasos se dirigían hacia la cama de Darlene. Un ligero ronroneo salió de boca de mi chica, mientras su padre susurró en voz baja.


-Cariño… no hemos hablado aún…


-Estoy cansada papá…


-Lo sé… siento lo de antes. Pero tenemos que hablarlo, quiero saber si vas a venir… me voy mañana, tengo que saber algo.


-No sé… -Suspiró-. Mira, déjame pensarlo unos días… te diré algo después de Navidad…


-¿Te vas a quedar con tu madre todas las Navidades…? ¿Estás segura?


-Papá… sólo unos días. Prometo que cuando estés instalado te daré una respuesta, pero aunque no me vaya quiero que sepas que no es porque no te quiera y que iré a verte a menudo…


-Eso es que te vas a quedar… ¿no?


-No lo sé. Pero quiero que sepas eso antes de que te diga nada…


-Vale… de acuerdo… -Suspiró-. Creo que voy a irme ya, no puedo dormir aquí y no sé… quiero ir a la oficina a arreglar unas últimas cosas… Descansa pequeña…


-Te quiero papá… -parecía que estaba llorando y eso me dolía en el alma. Quería romper la puerta del armario y abrazarla, pero me limité a morder con ansia mientras aferraba una manta con la mano-. Llama en cuanto llegues y cuídate mucho…


-Cuida bien de ti… y si ves que necesitas ayuda con mamá… volveré.


-Papá… no te preocupes. Todo irá bien, no debes preocuparte por nada, excepto por ti… ¿vale? Te quiero…


-Y yo, pequeña… descansa…



El hombre salió de la habitación y yo me mantuve quieto. Quería salir, pero sería muy complicado explicarle que hacía metido en su casa, en su armario… de noche. Esperé por media hora, los sollozos me habían empezado a angustiar demasiado pero hacía un rato que no la oía llorar, posiblemente se hubiera dormido. Salí sigiloso y la miré, efectivamente dormía. Su pelo corto le tapaba la cara levemente, así que lo aparté cuidosamente. Sus ojos estaban ligeramente enrojecidos e hinchados, sus labios estaban en un estado parecido y sólo me apetecía acariciar su rostro hasta que su dolor pasara. No sé cuanto tiempo pasó, sólo estaba pendiente del cambio de su rostro, que cada vez estaba más relajado y me hacía sentir bien el pensar que quizá fuera por mis caricias.


Un golpe sordo me distrajo, Jake tenía el rostro contrariado y un poco apenado. Me hizo un gesto indicando que estaba a punto de amanecer, así que asentí y volvió a saltar por la ventana. Besé suavemente la mejilla de mi chica, inspirando ese aroma que desprendía y me ponía ansioso. Salté por la ventana y Jake me tendió un pequeño coletero. Tenía su olor en él, le sonreí y lo puse en mi muñeca.


-Puede que eso te consuele levemente…


-Gracias…



Nos encaminamos hacia casa de los Cullen y nos despedimos de Nessie, que se iba a quedar sola por unos días para convencer a Darlene de que no se marchara. El dolor que supuso para nosotros fue extraño. Tanto Jake como yo sufríamos, él más intensamente porque Nessie se quedaba y yo por su dolor, pero ambos nos alegrábamos, yo más intensamente ante la perspectiva de que mi chica se quedara aquí.



El sábado por la mañana volvimos a Forks. El viaje de vuelta fue silencioso, y sólo quería llegar a mi casa y tumbarme en mi cama, una extraña sensación de angustia me invadía, algo que hacía mucho tiempo que no sentía… ganas de llorar. Dejé a Jake en su casa y yo me fui a la mía. Estaba casi terminada, subí las escaleras y me tumbé en el suelo de aquella habitación, esa que había creado para las visitas de Kira, pero que ahora mi mente había destinado para albergar a otra persona, esa persona que había estado esperando inconscientemente.


Leah me despertó dándome un golpetazo con un tablón de madera en la cabeza, su sonrisa era enorme, parecía que le producía verdadero placer molestarme.


-Vamos enano… deberías ir a casa y ducharte… quizá dormir en algo más… cómodo.


-¡Lárgate, Leah!


-No creo que puedas dormir mucho más por aquí… -Jake reía desde el marco de la puerta-. Vamos a poner las puertas y el suelo… dudo que te dejemos dormir con los martilleos…


-No… -Me levanté despacio, Leah me había hecho daño y me rasqué la cabeza-. Os ayudaré…


-No así tío… -Leah hizo un gesto arrugando su nariz-. Hueles fatal…


-Sí… yo también te aprecio… -Me levanté y Jake hizo un gesto parecido-. Vale, vale… iré a ver a mamá…



Mi madre me abrazó, sin hacer tantos ascos como habían hecho mis amigos… no olía mal, lo hubiera notado… así que supuse que era una escusa para que viniera a casa. Me di una ducha de todas formas, dejando el coletero en el lavabo y pude ver el reloj. Aún era sábado, sólo había dormido unas horas desde que llegué. Al salir del baño mi madre me miró de un modo extraño, me miré y no vi nada extraño, iba con mis pantalones cortos y sin camiseta, lo habitual… pero ella cogió mi mano izquierda y pude ver porqué me miraba. Un coletero morado se situaba en mi muñeca, ese que acababa de ponerme y que Jake había “sustraído” de la habitación de mi chica. Mi madre alzó una ceja.


-Es de una amiga…


-¿Cuál de todas? –Se echó a reír-. Es raro, ni siquiera he visto que te hayas puesto ni una sola de las pulseras que tus amigas te regalan… y te pones un coletero.


-Bueno… así podré coger mi pelo… es algo práctico y funcional… -Mi madre parecía demasiado curiosa, seguro que Jake había entrado en fase con Leah… por eso estaban tan raritos-. ¿Qué te ha contado Leah?


-Nada… -Comenzó a reír-. Pero tú mismo estás contestando a mis sospechas… -Alcé una ceja-. Te fuiste de fiesta con Nessie y Jake, Leah me dijo algo de que pensabas mucho en ella últimamente y en una chica de su grupo. No vuelves a casa cuando vuelves de allí y ahora llevas algo de alguien… de una chica al parecer… ¿Quieres contarme algo?


-Mamá…


-Estás distinto, Seth.


-Qué va…


-Claro que sí. Ahora mismo habrías dicho algo así como… “Estás loca, sabes que nunca me ataría a nadie”, o ni te hubieras parado a explicarme qué era el coletero, para qué lo querías… o qué era lo que Leah me había dicho.


-Mamá… -Me había noqueado, no podía negárselo…-. Se llama Darlene. Es amiga de Nessie, como te dijo Leah… al parecer todos lo sabían menos yo… o algo así. El caso es que la vi… y todo ha cambiado. No todo, pero… no sé. Tengo ganas de fiesta, pero ahora ya no me gustaría ir porque no estaría en ellas. La habitación de invitados, no la concibo ahora como tal, si no como algo para ella…


-¿Qué te hace sufrir?


-Yo… -me quedé sorprendido-. ¡Hoy estás muy perspicaz…!


-Seth…


-Se va. Bueno, no es seguro, pero sus padres se separan y su padre quiere que vaya con él a Chicago… no quiero que se vaya, quiero que se quede en Monroe, al menos estaría más cerca… aunque claro que preferiría que ella viniera a vivir conmigo…


-¿A vivir contigo? ¿Te estás oyendo?


-Mamá… es raro. No quiero que venga a vivir conmigo porque quiera… no sé, porque la quiera de ese modo, que también. Sólo quiero que tenga un lugar a donde ir, porque por lo que me ha contado Nessie no quiere quedarse tampoco con su madre… y Alice ha dicho que podría vivir sola o con otro adulto que la tutelase si ella quisiera…


-Seth… -mi madre dudó y luego dibujó una enorme sonrisa al abrazarme-. Me alegra que al fin hayas hallado a tu mitad.


-Vale, vale… -la separé ligeramente-. Pero eso no cambia las cosas…


-Me da igual lo que me digas, siempre vas a ser mi pequeño… así que si te quiero dar un abrazo te aguantas… por mucho que me pongas mala cara…


-Vale mamá… -me reí con ella-.


-¿Vas a ir a trabajar a tu casa hoy?


-Claro… -cogí un bollo que había en la cocina, aún estaba caliente-. ¡Están ricos! –Mi madre rió y negó-. ¿Te importaría acompañarme para comprar los muebles de mi casa? No quiero opinión, los elegiré yo… pero no sé… he pensado que igual te hacía ilusión…


-Claro cariño…



Fuimos a mirar los muebles, comencé a pensar en todo, en los muebles del salón, en la cocina… mi cuarto. Sabía lo que quería. Le dije la dirección y me encaminé a mi casa. Me sorprendió que mi hermana viniera corriendo hacia mí como loba, me lamió la cara y Jake aulló como bienvenida. ¡Genial! Ahora todos lo sabían…


Las bromas no se hicieron esperar, así que intenté ignorarles mientras terminábamos de pintar mi habitación, el salón y la cocina. A última hora de la tarde llegó el camión con mis muebles, fue divertido ver descargarlo a aquellos hombres… mucho más cuando se fueron y los fuimos metiendo como si no pesaran nada. Ver eso hubiera destruido su ego, seguro.



El domingo por la mañana terminé de arreglar mi habitación y los chicos me ayudaron con los trabajos de fontanería. Monté mi baño y el del pasillo, pero no sabía qué iba a hacer con la habitación. Jake subió Sam la bañera y la metieron al baño principal. Cuando salieron yo seguía plantado en medio de la habitación.


-¿No sabes cómo decorarla?


-Ni idea… -Me giré y Jake asentía, él había pasado por lo mismo-. No sé ni por donde empezar…


-Sigue el consejo que le diste a él… -Sam rió-. A él le funcionó…


-Ya, pero no vale para mí… él la conoce, la ha visto crecer, cambiar… sabe sus gustos. Yo sé muy poco, aunque la adore… todo lo que sé es por Nessie y Jake…


-¿Cómo la pintarías? –Jake se encogió de hombros-. Por algo hay que empezar…


-No sé… azul… -Fruncí el ceño-. Pero es de chico… ¿no? –Sam y Jake volvieron a encogerse de hombros-. No sé, color tierra… o amarillo… no sé. ¿Blanco?


-Puedes hacerla a rayas… -Sam se echó a reír-. Creo que será mejor que le preguntes a ella…


-Mejor aún… dile a Nessie que la decore. Dile lo que pasa, seguro que ella acierta a la hora de colores y gustos…


-¡No! ¡Ni de coña! Sólo falta que además ella se ría de mí también… no le diré nada del tema, no quiero que lo sepa, no al menos hasta que yo sepa qué voy a hacer con mi chica


-¿Tu chica? –Jacob sonreía y noté que estaba a punto de estallar en carcajadas-. No diré nada… pero que sepas que mi chica… averiguará lo de tu chica.


-Tonterías… más te vale que no te vayas de la lengua…


-Cuidado Jake… -Sam empezó a reír-. Tú empezaste a amenazarme con ese tono… -Ambos comenzaron a reír y se marcharon-.



Por la tarde llegó Nessie, pude ver cómo se abrazaba a Jake y no tuve otra salida que olisquear mi muñeca izquierda… apenas quedaba rastro de su olor, pero eso me bastó. Mi pequeña sobrina alucinaba con la casa, pareció divertirse al ver mi cuarto y mucho más al ver el cuarto vacío.


-Esta habitación quiero que la decores tú… -Me miró dudosa-. Va a ser… -miré a Jake como advertencia-. Espero que sea la habitación de alguien especial… No creo que haya nadie que la pueda decorar mejor que tú… es la última habitación que queda, ésta y la sala de fiestas…


-¿En serio has hecho una sala de fiestas?


-Sí… aunque imagino que con el tiempo tendrá otro uso… pero de momento será mi sala de fiestas. Aquí nadie puede protestar…


-Relájate… -Jake comenzó a reír-. Estamos a poco más de un kilómetro… así que puedo venir a acabar con tu fiesta…



El lunes estuve trabajando en los últimos detalles de la cocina, pero el martes y el miércoles fueron días de comidas que me torturaban. No paraba de echarla de menos, y el coletero ya no me olía a nada… aún así el llevarlo conmigo me consolaba. Veía a todos felices con sus parejas mientras yo intentaba no parecer triste, no quería amagar a nadie… pero pensar en ella, en que ahora estaría sufriendo al pasar las Navidades lejos de su padre… me rompía el alma.


El jueves Leah me entretuvo en casa, trajo a Claire y a Ephraim para distraerme mientras Nessie se hacía con el mando en mi casa… quizá no era tan buena idea…


Los monstruitos se pegaron todo el día pegándome, haciéndome jugar a cosas tan estúpidas como las muñecas, el escondite… incluso engañaron a Charlie y a mi madre para que, con Leah, jugáramos a las sillas… Aunque a Leah no tenían que engañarla… disfrutaba haciéndolo. E incluso yo, para qué negarlo… no podía resistirme a esas dos criaturitas.


Pero todo eso no me sacaba de la angustia, quería correr y verla, quería poder tener alguna estúpida excusa para que ella no pensara que estaba loco por plantarme en la puerta de su casa.



El viernes los chicos y yo estuvimos en el taller todo el día, trabajar me distraía de esa sensación de angustia, aunque no parase de pensar en ella, en la manera que tenía de sonrojarse, en cómo me sonrió al bajar del coche…


-¡Ay! –Chupé mi dedo y Quil comenzó a reírse-. ¿Qué?


-¿Ahora eres tú también como los Cullen?


-¡Imbécil! –Dijo Jake al darle una colleja-. Deja al chico, está enamorado…


-Ya te digo… -Embry bufó-. Lleva dos horas intentando poner el cárter del Chevrolet en el Ford… -Comenzó a reír mientras me quitaba la pieza-. Tío… estás fatal.


-Es que… no paro de pensar en ella… no sé cómo lo hacéis…


-Práctica, pequeño saltamontes… -Embry me palmeó el hombro-.


-Eso… y que si piensas demasiado en ella y dejas volar tu imaginación puedes hacer enfadar al alfa… ¿no Embry? ¡Ay!


-¡Calla! –Jake le dio otra colleja-. Seth… sabes que yo recurrí a Quil cuando aún podía hacerlo… y otras veces a mi padre o a cualquiera… ¿Qué te ronda la cabeza?


-Que quiero salir corriendo para ir a verla, que me encantaría poder ir a su casa y decirle todo, que la quiero… porqué la quiero… lo que somos. Pero sobre todo verla, conseguir alguna excusa para acariciarla… no sé… consolarla. Estoy imaginándola y sólo puedo pensar en que está sufriendo… eso me mata.


-Bueno… deja de pensar eso… al menos ahora se ha quedado, algo haremos para que os acerquéis un poco más… no le des más vueltas…



La noche se me hizo eterna. Apenas pude dormir y Jared me despertó para que fuera a su casa, se le había parado el coche y ni Quil ni Embry tenían tiempo de arreglarlo…


Me distrajo un poco, pero seguía pensando en lo mismo, si antes pensaba que me iba a volver loco por las imprimaciones del resto… no quería entrar en fase para no volverlos locos a ellos. La tarde fue tediosa, soportando a Leah que se impacientaba por la tardanza de Sam en traer a Ephraim y después a mi madre preparándose para una cita con Sue.



Bajé a la playa para calmarme, pero sólo me venía su rostro a la mente y necesitaba hacer algo, quería hacer lo que fuera posible para que ella confiara en mí. Mi móvil sonó y hablé con Kira, que cuando le conté que me había colgado por una amiga de Nessie… debí haberme frenado.


Se presentó en la playa algo alucinada, su mirada era dudosa y podía notar su pregunta sin que la mencionara, esa pregunta que intentaba evitar hasta que la verbalizó.


-Cuando te refieres a una amiga de Nessie… ¿hablas de una chica de instituto? –Miré el trozo de arena que había bajo mis piernas, cerré los ojos y asentí-. ¿Cómo Nessie?


-Sí… tiene más o menos su edad… -o al menos la que Nessie aparentaba-. Dieciséis.


-¡Vaya! Los de vuestra tribu estáis un poco colgados…


-¿Cómo?


-Jake enamorado de Nessie… y tú de su amiga… -Me quedé noqueado, nunca le habíamos contado nada respecto a Nessie-. ¡Vamos! ¿Crees que no sé cómo trabaja la mente de un hombre? Los he visto juntos… esa niña hace que él se vuelva loco… -Negó-. Deberíais saber que eso no es muy…


-¿Legal? –Le ayudé-. Lo sé, sé que en mucho países estarían dispuestos a colgarme, pero no he podido evitarlo… no es algo que funcione así, no puedo decir ahora te quiero y ahora no… No puedo forzarme a enamorarme ni a desenamorarme…


-Lo sé… Lo siento. Pero me da rabia, parece que me fui a fijar en los asaltacunas de la tribu… -la miré y parecía bromear-. Los dos hombres que más me han gustado han acabado enamorados de adolescentes…


-Yo…


-Lo sé… no puedes forzar a enamorarte ni desenamorarte… ¿no?


-Pero pensé que tú eras feliz con Hugh…


-Y lo soy… ahora. Pero me ha costado mucho encontrar a alguien que me haga dejar de pensar en cómo sería estar con vosotros… -Me quedé helado, no sabía qué decir. Pero ella sonrió y se levantó, haciéndome un gesto para que la siguiera-. Vamos, creo que quizá esto te ayude… -Me tendió un CD de la radio y sonrió-. Si alguna vez quieres hacerla hablar… pon la séptima canción…


-¿Qué es?


-Una recopilación de la radio, de canciones que me gustan… Tengo que volver… he quedado para cenar con mi chico…


-Pásalo bien…



Me quedé allí en la playa paseando hasta que oscureció. Apenas cené y me quedé dormido en seguida. Las risas de Ephraim me despertaron a media mañana, el pequeñajo se quedó a almorzar con nosotros y con Charlie, todo un derroche de amor para almorzar.


Estuve ayudando a mi madre a hacer la comida, la cual Leah se llevo para comer en mi casa, al parecer no me iban a dejar verla hasta que Nessie hubiera acabado, lo que me dejó más ansioso aún. Me tiré en mi cama y comencé a fantasear con mi casa y con cómo sería vivir con mi chica allí.


Mi móvil sonó y la voz de Jake me trajo la excusa perfecta para hacer lo que ansiaba desde hacía días.


-¿Qué haces, peludo?


-Nada productivo… ¿cómo va mi casa?


-Bien… oye, ¿te importaría hacernos un favor a Nessie y a mí?


-Dime jefe…


-Tienes que ir a Monroe, Nessie ha hablado con su amiga Darlene y la ha convencido para que pase el fin de año con nosotros… lo malo es que no tiene quién la traiga…


-¿En serio?


-Sí, eso creo…


-Jake… ¡Te adoro!



Colgué y fui directo a la ducha, me puse mi ropa especial para citas, mi madre me miró extraño al verme salir y mi hermana comenzó a reír.


-Me voy a Monroe… volveré a la noche… creo.


-Ten cuidado…



Fue lo último que oí antes de encender mi coche y salir pitando en dirección a Monroe. Estaba tan ansioso que pasé el límite de velocidad, aunque no era ningún problema para mis reflejos. Encendí la radio y no paraban de sonar canciones tipo dance y house que me ponían dolor de cabeza. Busqué en mi guantera y encontré el CD de Kira. Lo puse y pude escucharlo entero, escuchando la canción que me había recomendado. La letra era lo que estaba buscando decirle… “You can let go”.


Cuando paré el coche frente a su casa pude oler aquella agradable esencia que me hacía sentir el hombre más afortunado del planeta. Llamé a la puerta y su cara ilusionada me hizo sonreír.


-Creo que soy tu chofer… -Ella asintió y la observé tropezar con sus maletas mientras una joven me escaneaba, así que saludé-. Buenas tardes.


-Buenas noches, casi… -La mujer me tendió la mano y la tomé. Sentí una extraña mirada de parte de su madre, así que saludé con la mano mientras ella parecía maldecirme… Sonreí pensando en que tenía que ganarme a mi futura suegra como fuera posible-. Es un poco arisca, no te ofendas… -La joven sonreía así que no me lo tomé a mal. Cuando vi a mi chica cargar con las maletas se las quité en seguida-. ¿Cuánto tardaréis a llegar?


-Bueno, creo que en unas… cuatro horas estaremos allí. Espero llegar antes de las dos de la mañana…


-¡Vaya! –La mujer alzó las cejas-. Es un viaje largo…


-Un poco, sí… -Cogí las maletas y me las llevé al coche, dejando que se despidieran pero oyendo la conversación que dejaba colgando a mis espaldas-.


-¿Ha conducido cuatro horas? ¿Va a conducir ahora otras cuatro? ¿Y es sólo un amigo?


-Bueno… -Su voz hacía que mi corazón palpitase ansioso por su respuesta-. La verdad es que es el mejor amigo del mejor amigo de mi mejor amiga. Vaya, que es amigo de mi amiga. Así que sí, creo que es mi amigo… Un poco complicado…


-Ya veo… -No se hacía una idea de cuan complicado era…- pero no me refería a eso…


-¿Algo más que cargar? –Darlene negó así que di una palmada para ofrecerle mi brazo-. ¿Vamos?


Mi chica besó a la mujer y suspiró al mirar hacia dentro de su casa, mientras aquella mujer ponía una mirada que me hizo sentir extraño, como si sintiera pena. Pero nada de eso me importó al notar su brazo rozar el mío, aunque hubiera varias capas de tela entre ellos. Abrí la puerta del coche para ella, que parecía algo perdida por la situación. Abrí mi puerta y ella salió corriendo del coche, me asusté pero cuando vi a su madre asomada a la puerta me calmé, sólo quería despedirse.


-Cuídate mucho cariño, llama todos los días…


-Lo haré, lo prometo. Tú prométeme que te cuidarás, que harás caso a tu hermana en todo…


-Lo haré… Haré todo lo posible por cambiar, lo prometo… Quiero que te lo pases genial y no te preocupes de mí, no debes hacerlo, ¿de acuerdo?



Parecía que me estaba perdiendo algo en toda esta conversación, quería saber a qué se refería con lo de cambiar, porqué una despedida de un viaje por unos días la hacía llorar y sufrir… Ella se volvió hacia mí y me sonrió levemente, así que hice lo mismo. Al caminar se tropezó de nuevo y no pude evitar recordar mis torpezas de días atrás… quizá ella sentía lo mismo que yo al verla.


Me centré en conducir para evitar la tentación de preguntarle y parecer demasiado cotilla o grosero, pero no podía evitar mirarla de vez en cuando. Apenas reparé en que seguía sonando el CD, hasta que la canción que Kira me había recomendado sonó. Pude ver las lágrimas salir de sus ojos y me puse nervioso, intenté controlarme pero no podía evitar preocuparme.


-¿Estás bien? ¿Quieres que volvamos?


-No… no pasa nada…


-¿No estás segura de querer ir a Forks? No importa si quieres quedarte, en serio… estoy acostumbrado a los rechazos… -intenté bromear para hacerle sonreír, aunque si quisiera dar la vuelta no sabría qué hacer-.


-No, quiero ir… pero se me hace difícil dejar a mi madre sola, estos días…


-¿Tu padre ya se ha marchado? –Pareció sorprendida, quizá incómoda-. Bueno, la otra noche contaste que no sabías con quién quedarte…


-Sí, se ha marchado. Pero todo es más complicado que eso… -complicaciones…-. Es una larga historia…


-Tenemos unas cuantas horas de camino… -Sonreímos pero ella negó-. Aunque si no quieres hablar del tema, lo entiendo…


-No, no sé… es que siempre soy yo la que habla y cuenta su vida a los desconocidos… -Desconocido…-. Aunque te conozca por lo que me cuenta Ness, no es lo mismo, no sé…


-Ya… bueno, no es lo mismo contar algo a un desconocido a que te lleve como chófer, ¿no? –Bromeé pero ella parecía ahora avergonzada-. Lo siento…


-No, no es eso. Aunque en verdad… no eres tan desconocido. Me da la sensación de que te conociera de hace años.


-Lo sé… -Me pasaba lo mismo ahora que la tenía cerca-. De todos modos puedo entender lo que dices, tengo muchos amigos con los que voy a fiestas, pero sólo unos pocos que me conocen de verdad… cuesta el abrirse a alguien… Aunque en la reserva casi todos conocen mi historia, en Forks pocos la conocen…


-Y… ¿cuál es tu historia?


-Todo el mundo me ve como ese chico fiestero que va detrás de todas las chicas guapas del lugar, que es un… golfo –Parecía curiosa, lo que me hizo animarme-. Es lo que más me gusta de estar con Ness, con ella y con mis hermanos y hermanas…


-Creí que sólo tenías una hermana…


-Sí, Leah. Es mi única hermana de sangre, pero para mí, mis amigos son mis hermanos, al igual que sus parejas. Ellos ven ambas partes de mí, el Seth fiestero y el Seth de siempre, con lo bueno y lo malo. Saben porqué no me gusta celebrar las vacaciones de Pascua, porqué soy… yo.


-¿No te gustan las vacaciones de Pascua?


-No… -Debía contarle algo así para que confiara en mí…-. Mi padre falleció en esas fechas.


-Yo… lo siento.


-No tienes porqué sentirlo… gracias a él soy como soy, soy un poco… especial –era un lobo gracias a él…-. Su marcha me trajo el descubrimiento de esa parte de mí, el dolor me convirtió en lo que soy… y yo no lamento lo que soy.


-Vaya…


-Lo sé, mis hermanos estuvieron preocupados por mí hasta que descubrieron que realmente me sentía bien con lo que había aprendido, siempre puedes sacar algo bueno de todo lo malo… -Al menos era lo que siempre decía mi padre-. Y cuando no puedes verlo, compartir tu historia con desconocidos le puede dar un nuevo punto de vista… o con amigos, si lo prefieres…


-Gracias…


-No he hecho nada…



Sonó la siguiente canción, una de Lenny Kravitz que me encantaba. “Lady” hablaba de un amor obsesivo quizá, pero amor real.


-Habla de un flechazo, ¿cierto?


-Sí… algo así…


-¿Estas… -Pareció dudarlo- enamorado de alguien?


-Algo así… -La miré, pero no era momento de contarle todo o me tomaría por loco- la verdad es que pienso algo así de alguien, es preciosa… y me hace gracia la canción porque habla de que desde que la conoce no mira a más mujeres, algo como lo que me ha pasado a mí… -Me miró curiosa y proseguí-. Mis hermanos siempre me han hablado de que cuando ves a la mujer de tu vida nunca más ves a ninguna otra, al menos no de esa manera. Y es cierto, ahora lo sé.


-Me alegro… pero ahora entonces tu fama de fiestero…


-Seguirá siendo la misma, al menos de momento… -Aunque no quisiera fiestas, si eran con ella si que me apetecían…- creo que a ella le gusta esa parte de mí… Además no puedo dejar de ser un fiestero ahora, Nessie y tú lo necesitáis…


-¿Nessie?


-Bueno, digamos que está un poco… liada… -No pude evitar reír al pensar en Jake y Ness-. Va a volver loco a Jake algún día de estos.


-¿Por qué?


-Pues porque aunque a ojos del resto del mundo Ness es una jovencita adorable, para nosotros es nuestra niña, además es muy joven aún… No es por ofender, creo que tenéis la misma edad, pero… Jacob tiene veintidós años…


-¿Sólo veintidós?


-Bueno, creo… -hice una mueca, quizá le habían mentido en eso…-. ¿Tan viejo parece?


-Bueno… yo le echaba unos cuantos más… -levanté una ceja-. Veinticinco, mínimo.


-¡Vaya! Entonces… ¿yo? –me indicó con la mano que imaginaba algo parecido para mí-. Me siento viejo… -Reí-. Sólo tengo veinte.


-Entiendo… ¿sois todos tan grandotes en La Push?


-Pronto lo verás…



Sonó una de esas canciones que le gustaban a Kira y que parecía desagradar a mi chica. Me acerqué a ella para sacar el maletín de la guantera y me pareció que se ponía nerviosa, pero dejé de pensar en eso para centrarme en la carretera. Se lo dí para que escogiera uno y escogió uno de mis favoritos.


-Te gusta mucho por lo que veo…


-Sí, bastante. Tiene canciones de todo tipo, todas muy buenas a mi parecer… mira… -Busqué una que siempre me había gustado y se la canté, aunque ella no pudiera ni imaginar que la había escogido por ella-. Es genial… “I’m old enough to see behind me, but young enough to feel my soul. I don’t wanna lose you baby, and I don’t wanna be alone… Don’t wanna live my days without you, but for now I’ll have to be without you… I’ve got a pocket full of money, and a pocket full of keys that have no bounds, but then I think of loving, and I just can’t get you off of my mind…” ¡Yeah! –comenzamos a reír al ver cómo desafinaba-. Sí, lo sé, soy muy malo cantando…
-Malo se queda corto…

Nos pasamos el resto del viaje hablando sobre nuestros grupos musicales, sobre Nessie y Jake, ningún tema realmente profundo. Era muy tarde y llevaba sin comer desde el medio día. El cartel hacia Port Ángeles me dio la idea, iríamos a cenar al restaurante de Kira, así se la presentaría.
-Esto es Port Ángeles… creo que a estas horas sólo podemos ir a un sitio… ¿Te apetece cenar?
Ella asintió y me metí por el desvío. Cuando entramos al bar ella pareció sorprenderse, mucho más cuando Kira aplaudió al verme y reír al verla a ella tras de mí. Me abrazó y yo a ella, para después sentarnos los tres en una mesa y cenar.
Kira no paraba de examinarla y yo quería saber qué pensaba, así que le recordé a Darlene que tenía que llamar a casa. Ella se alejó ligeramente y Kira sonrió.
-Es maja… -Asintió-. Pero muy joven…
-Lo sé… no es que quiera nada ahora con ella, no de ese modo… pero no sé… ¿Qué opinas?
-Esperaba otro tipo de chica… -Alzó las cejas y yo le miré molesto-. Quiero decir, que es mona… pero no sé… esperaba que fuera una de esas espectaculares adolescentes…
-Es preciosa… -eso me había cabreado y ella se dio cuenta-.
-No digo lo contrario…

La miré y su cara mostraba dolor. Me levanté y sus ojos parecían estar a punto de desbordarse. Me giré y Kira asintió, dejé el dinero en la barra y me despedí de Kira que pareció preocuparse por ella también. La aferré y la llevé al coche.
-Tranquila, en una hora estamos en casa de Jake, quizá menos…

Le ayudé a entrar al coche y salí de allí pitando, quizá ella no sentía esa confianza que sentía yo, pero sabía qué podía hacerle bien, sabía que con Nessie podría desahogarse. Apagué la radio y sólo pensaba en llegar para que Nessie pudiera hacer algo por ella. Puse mi mano en su rodilla, intentando consolarla. Ella intentó disculparse.
-Lo siento… yo… es una larga historia.
-No importa, pronto verás a Ness, seguro que te sentirás mejor cuando se lo cuentes… ¿es grave? ¿Puedo ayudar?
-No… -hizo una mueca y encendió la música, cambiando a la radio-. Pero creo que con una buena fiesta se me pasará…
-Eso está hecho, tengo que inaugurar mi casa…
-¿Tu casa?

Eso parecía distraerla, así que le describí mi casa y le conté lo curioso que estaba por haber dejado a Ness acabando con la decoración.


Nessie salió corriendo al vernos y se abrazaron, Jake la saludo y vino a ayudarme con las maletas. Ness cogió su cara y la miró, haciéndola llorar. La arrastró al interior y la sentó en el sofá mientras yo me quedaba congelado por verla así.


-¿Qué va mal Dar?