Capítulo L : ¿Y qué quieres que haga?

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Seguía tumbada en la misma cama de la que apenas me levantaba, su cama. Ya no tenía obligaciones, las clases habían terminado y yo había podido volver a la casa en la que él quería que estuviera. De algún modo notaba su esencia en la casa, aunque Seth me mostrara que la forma de su cuerpo era más parecida a Taha Aki que al propio Jacob.



La luz comenzaba a salir y a ocultar el cielo estrellado mientras mi madre me acariciaba el pelo intentando transmitirme algo de fuerza que no encontraba por ningún sitio y viendo a mi padre derrocharla paseando de un lado a otro de la habitación.





Llevábamos allí una semana, al menos creo que pasó una semana desde la última vez que fuimos de caza. Charlie había venido junto a Sue, la cual me hablaba de cómo entendía mi dolor, me traía mis comidas favoritas junto a Esme. La nevera había acumulado montañas y montañas de comida que apenas probaba. Cualquier intento por parte de mi familia o de mis amigos por sacarme de la cama era en vano, a excepción de una salida de caza semanal por miedo a dañar a algunos de mis visitantes humanos. Incluso Ryan, Kevin, Casandra y Wanda habían venido a visitarme por petición de Darlene.



Me dolía en el alma ver que ella intentaba como toda mi familia y la manada, hacerme sentir mejor, pero sólo me hundía más al comprobar que mi existencia hacía infelices al resto.





El móvil de mi madre sonó con la melodía que yo hacía tiempo le había puesto especial para Darlene, una canción de su cantante favorita, Anastacia. Gruñí al reconocer la canción que hablaba del amor correspondido… Made for lovin’ you.



Mi padre se volvió a mirar algo que pasó a toda velocidad por el jardín, lo cual reconocí como a mi abuelo corriendo. Mi padre frunció su ceño y salió disparado tras él, dejándome a solas con mi madre que tenía una cara de pánico que me asustó.





Creo que era la primera vez que usaba una velocidad más alta de lo normal para hacer cualquier cosa desde que él se fue. No había querido volver a correr desde entonces. Tomé el rostro de mi madre intentando desbloquear su escudo, pero fue más rápida y se separó de mí.



-Quédate aquí, debo hablar con tu padre.



-¿Qué pasa? –La seguí hasta el pasillo donde me mandó de nuevo al cuarto con el brazo-. ¿No se supone que queríais que me levantara?



-Ahora no.



-¿Qué ha cambiado?



-No me hagas llamar a tus tíos para que hagan de niñera…



-¡Tarde! –Emmett me sonrió desde la puerta de mi balcón-. Ahora que al fin hemos logrado que te levantes, ¿por qué no echamos una partidita?



-¿Qué? –Miré a mi madre que pasó del pánico a la sonrisa en un par de segundos. Me pareció una reacción demasiado lenta, pero era algo probable-. ¿Sólo era por eso? ¿No pasa nada?



-Ness… ¡vamos! –Miré a mi madre mientras Emmett se acercaba, algo iba mal, ella no sabía mentir-. ¿Quieres saber qué pasa? –Miré a los ojos de Emmett que ahora estaban serios y asentí-. Debemos volver a Monroe.



-El abuelo corría en dirección contraria.



-El abuelo ha ido a hacer otra cosa, pero Alice nos necesita a ti y a mí en Monroe.





Mi móvil sonó y lo cogí al momento, Alice parecía gimotear en el otro lado de la línea.



-¡Ness! ¿Puedes venir de compras con tu tía? –Alice gimoteaba de un modo que me pareció real-. Haz que tu padre venga contigo, le necesito aquí también… y a tu madre.



-¿Qué pasa?



-Jasper se ha ido, Charlotte le ha llamado y Esme y Carlisle van a intentar hablar con él, pero Edward, Bella, Emmett, Rose y tú debéis volver, se sentirá incómodo si no estuviera a solas con Carlisle y Esme.



-¿Cómo que se ha ido?



-¡Se ha ido! –Gritó-. No lo sé, necesito que vengáis, por favor…



-Espérame en tu casa…





Bajé corriendo, mi tía Alice nunca había sonado tan abatida. Mamá fue en busca de mi padre y Emmett y yo fuimos a recoger a Rose. Pisé a fondo el pedal, hasta un punto que me dio miedo romperlo así que me sosegué. Emmett y Rose me seguían con el Mercedes a apenas cien metros de distancia. Podía verles hablar estresados y preocupados, me preguntaba cual sería el motivo por el que Jasper podría haber huido con Charlotte… mi mente comenzó a divagar con algún problema amoroso, pero no podía imaginar a Jasper lejos de Alice de ningún modo, más probable sería por una batalla. Pero Alice sólo había mencionado a Charlotte, no a Peter… ¿Una batalla entre la pareja?



Quizá ellos habían discutido y Jasper intentaría mediar… pero entonces no podía comprender la desesperación de Alice ni qué demonios tenía que ver en todo esto Carlisle y Esme.





Cuando me di cuenta estaba entrando en Monroe, miré el reloj y recé porque ningún radar hubiera saltado a mi paso, había llegado en menos de tres horas a casa de mi abuela. Bajé corriendo del coche y entré a la casa para ver a la pareja dándose un arrumaco en el sofá.



-¡¿Qué demonios?!



-¡Nessie! –Alice se incorporó arreglando su blusa e invitándome a sentarme en el sofá contiguo-. Gracias por venir tan rápido… pero ha sido una falsa alarma…



-¿Una falsa alarma? ¿Tú sabes el susto que me has dado?



-Perdona… ¡Te recompensaré! ¡Vámonos de compras!



-No Alice… solo quiero volver a casa…



-Cariño… -Rose me abrazó-. Ésta es tu casa también, ¿por qué no pasas unos días aquí para despejarte?



-¡Vamos de caza! –Alice me cogió antes de que pudiera hablar y me sacó al jardín-. Seguro que hace días que no vas, será divertido, lo prometo… te dejaremos cazar lo que quieras…





No sé cómo, pero me engañaron para que les siguiera el juego y me uní a la caza, aunque ellos parecían bien alimentados, seguramente lo hacían por mí. Jasper me ayudó a animarme ligeramente, aunque mis ánimos podían reflejarse en mi velocidad, completamente humana.



Atacaba a mis presas lanzando ramas que previamente había afilado con mis dientes, no tenía ganas de correr detrás de ellos. El ansia por beber era completamente inexistente, sólo tragaba por puro instinto.





Volvimos a casa y me acurruqué en uno de los sofás, dejándome llevar por el cansancio producido por la adrenalina, el viaje y la caza. Miles de imágenes de lo que acababa de suceder se hilaron y me desperté sobresaltada en plena noche.



-¿Y mi madre?



-Al final se han quedado allí… -Alice me miraba cautelosa-. Edward se enteró de que era una falsa alarma y se evitaron el viaje…



-¡Alice! –me levanté furiosa-. ¿Qué le ha pasado a Darlene? Fue ella la que llamó a mi madre, no tú, ni Jasper, ni nadie de la familia. El tono de llamada era el que yo le puse…



-Yo… -Alice miró a mis tíos, todos estáticos. Comencé a temer lo peor hasta que Jasper me aferró por los hombros y me calmó. Alice hizo una mueca y me sentó en el sofá frente a ella-. Ella está bien.



-¿Entonces?



-Es por algo que han encontrado. Ella y Seth paseaban por la playa y la vi desaparecer, no le di mayor importancia puesto que iba con Seth… pero luego te vi desaparecer a ti y a Carlisle y pude oír la llamada de tu padre a Jasper. Iban a necesitarle de inmediato cuando conocieras la noticia.



-Alice… -Jasper posó sus manos en mis hombros y me miró preocupado. Miré a Alice de nuevo-. Tengo claro que algo malo ha pasado, podré soportarlo, pero odio esta tensión.



-No es nada malo, al menos no a largo plazo. Eso creo.



-¿Eso crees? –Capté su tono y lo entendí-. ¿Qué va a pasar con la manada? –Alice miraba al resto, que se habían agolpado a mi alrededor-. ¡Decidlo ya! ¡Volveré a luchar si es necesario!



-No habrá luchas Nessie… al menos no ahora. Pero tiene que ver con la batalla… -Me miró con temor-. No sé cómo, no sé porqué, ni siquiera puedo entender que eso haya podido suceder…



-¡Alice!



-Darlene… -Emmett me miró y tomó mi rostro-. Darlene y Seth han encontrado a Jacob.



Una descarga se apoderó de mi cuerpo, haciendo que Jasper me soltara en el acto, un nubarrón de pena y angustia me invadió, pero de algún recóndito lugar de mi cuerpo me invadió el consuelo.



-Debo llamar a sus hermanas, ellas querían hacer un funeral… ahora tienen algo que enterrar… habrá que avisarlas para que lo preparen en el prado, seguro que a él le gustaría estar allí con sus padres…



-No Ness… -Alice me miró pasmada-. Le han encontrado.



-Eso… eso. Eso es imposible Alice –una congoja me invadió y las lágrimas salían sin esfuerzo por mis ojos-. Él… él…



-No sabemos cómo, pero él está vivo.



-Tengo… tengo… -me aferré llorando a ellos para levantarme y di un par de vueltas perdida buscando algo que no sabía qué era. Vi las llaves en la mesa y las cogí para intentar terminar mi frase-. Tengo que volver, no… no puedo… no puede ser. Si es así, tengo que… tengo que verle, yo…



-¡Nessie! –Emmett me aferró por la espalda haciendo una fuerte presa que no me dejaría caer. Sollocé sin saber muy bien porqué-. Nessie, tranquilízate…



-¡Nessie! –Jasper me tomó del rostro y me miró fijamente, pude intuir que estaba haciendo uno de los mayores esfuerzos que había hecho nunca hasta que me calmé relativamente-. Por esto me necesitabas.



-¡Nessie! –Alice me miró preocupada, mientras Rose se apoyaba en su hombro-. Está bien, Carlisle ha tenido que ir para curarle, él mismo ha dicho que no quería que estuvieras allí ahora, debes esperar a que llame.



-¿Ha hablado?



-Sí, con Darlene –Emmett relajó la presa pero sin soltarme-. Seth llamó a Carlisle y le dijo que impidiera que tú llegaras antes que él, que él mismo había pedido eso. Quiere que esperes a que esté presentable… -parecía sonreír- ya sabes.



-Debo ir ahora…





Hice la mayor fuerza que pude soltándome de la aflojada presa de mi tío y escapando de sus agarres, me monté en el coche, corriendo como hacía tiempo no hacía mientras los veía montar en el coche de al lado para seguirme. Me adelantaron intentando hacerme frenar en varias ocasiones, hasta que Emmett saltó de su coche al mío y me echó del asiento del piloto. Frenó derrapando y entrando a una vía que llevaba a Sequim. Ninguno dijo nada hasta que el coche paró.



-Si vas a ir primero debes calmarte… -me miró serio y lo pensé mientras intentaba serenarme-. Y segundo, necesitas una buena ducha y una sesión con tus tías… -parecía ahora mofarse-. No creo que le apetezca besarte si te ve con esas pintas que me llevas de fantasma…





Le gruñí y pareció intentar parar su risa, pero mi gruñido no le debió impactar lo suficiente, porque en cuento bajé la vista avergonzada comenzó a reír.



-Él seguramente diría que estarías guapa de todas maneras… -puso una mano en mi rodilla reclamando mi atención- que lo estás. Pero creo que si te viera así sufriría por ver que tu has estado pasándolo mal… ¿no crees?



-Pararemos en la mansión. Llamad para avisar de que llegaremos en dos horas.



-¡A sus órdenes! –Emmett hizo un saludo militar y bajó corriendo del coche para volver al medio minuto-. ¡Ah, ah! –Quitó mi mano del contacto-. Conduzco yo…





Emmett me daba manotazos al verme morderme las uñas. Nunca lo había hecho, pero esta era una ocasión realmente estresante y ni siquiera Vanesa sabría manejarla. Emmett resopló al décimo octavo manotazo, abriendo seguido la guantera y sacando uno de los maletines. Puso un CD sin mirar a la carretera mientras lo hacía, algo que me impresionó pues mi coche no se ladeó ni un centímetro.



Recordé el CD, el que me había grabado él para el día de San Valentín. Pasó las canciones y puso una directamente, mirándome mientras comenzaba a reírse a carcajadas.



Le miré mal al escuchar atenta la letra de Bubbly, mientras él seguía riendo y movía la nariz como había visto a hacer a la actriz de la película de embrujada. No pude evitar reír ante eso y sentir unas mariposas revolotear por mi estómago.



-¿Qué le digo?



-No lo sé…



-¿Qué debo hacer?



-No lo sé… -me miró apenado-. Lo sabrás cuando estés allí.





Paramos en casa de mis abuelos, haciendo que Alice y Rose me interceptaran antes de salir huyendo. Me llevaron al baño donde me duché a velocidad de rayo, Rose me arregló el pelo mientras Alice aparecía con un vestido. Comencé a gruñir y salí corriendo en busca de unos vaqueros y una camiseta normal, no pensaba ir maquillada y peinada para una gala, sólo quería verle y punto. Salté por la ventana del cuarto de Alice y comencé a correr de nuevo a toda velocidad. Mi padre me interceptó como si fuera un balón de rugby y me llevó al taller.



-Toma… -me entregó mi conjunto de verónicas tallado en madera, el cual me había dejado en su mesilla. Me guiño un ojo y se puso serio-. Ahora no está despierto, y ha estado durante horas sufriendo, ya que Carlisle ha tenido que romper de nuevo los huesos y colocarlos rectos…



-¿Rectos?



-Es mejor que no preguntes…



-Siento haberte enviado lejos… -Darlene apareció con una mueca por la puerta del taller, seguida por Seth que tenía una mueca casi idéntica-. Pero realmente no hubiera ayudado que lo vieras así y él me obligó a avisar a tu madre antes que a ti…



-Ya sabes cómo es… -Seth inspiró-. Hemos tenido que doparlo bastante, hasta límites insospechados… tu abuelo estaba alucinando… está enorme, sigue igual que siempre, como si todos estos meses no hubieran pasado…



-Al menos ahora… -Darlene hizo una mueca que me produjo una sensación de dolor instantánea, replicada por Seth a la perfección-. Tu abuelo cree que despertará en media hora…



-¿Lista? –Mi padre me miro con cautela mientras asentía asustada-. No es para tanto… ahora. ¡Vamos! Sé que te mueres por verle…





Mi madre esperaba en la puerta apenada, seguramente pensando que estaba enfadada con ella. Me apoyé en sus brazos para subir las escaleras y mostrarle que no era así.



Mi abuelo bajaba por las escaleras mientras mi abuela esperaba sentada en el sofá. Me miraron con cautela y me dirigí a las escaleras.



-Procura que no se mueva, al menos en un par de días…





Asentí y subí con miedo, abriendo la puerta que mi abuelo había vuelto al salir. Mi corazón se paro y latió rápido en menos de medio segundo. Estaba casi tal y como lo recordaba, obviando los yesos y hierros que tenía. Me acerqué a él y acaricié su mano. El calor era el mismo. Posé mis labios levemente en su frente y le miré, nunca había visto nada más bello en mi vida, de eso estaba segura.



La luz del amanecer comenzaba a posarse en sus ojos, por lo que cerré la ventana ligeramente para que la luz no le molestase. Me senté en una silla que mi madre había subido cuando era yo la que estaba en esa cama.





Mi abuelo subía cada hora y le administraba una dosis de morfina, algo que me alegraba y me disgustaba a la vez. Me alegraba porque así él no sentiría nada y estaba segura de que mi abuelo se lo administraba porque debía de estar sufriendo. Me disgustaba porque no veía el momento en que abriera los ojos y me hablara, o simplemente me mirara.



Mi abuela me subía comida, al igual que mi madre. Dormí en aquella silla durante dos días, pequeñas cabezadas que apenas duraban cinco minutos y que me permitían no separarme de él.



Mi abuelo me zarandeó ligeramente.



-Cariño… tu abuela te ha preparado el desayuno… -miré confusa alrededor y le observé, estaba en la misma posición-. No ha despertado y ahora voy a administrarle una dosis mayor para quitarle todos los hierros… no va a ser agradable y él no querría que estuvieras presente. Baja a desayunar y te prometo que cuando hayas acabado te dejaré pasar…





Torcí el gesto y acaricié levemente su mano, mostrándole que solo iba a ir a comer mientras besaba su frente. Bajé desganada mientras mi abuela y mi madre me ayudaban a bajar las escaleras, me había debilitado mucho el no dormir en condiciones. Mi padre veía las noticias sin mucha curiosidad, me senté a su lado mientras mi madre me traía un plato con tostadas de mermelada de mora y mi abuela un zumo de arándanos. Los cuatro miramos la tele hasta que me fijé en el día. Diecisiete de julio. Hacía ahora un año que había decidido salir de Volterra, y cumplían tres días del letargo inducido de Jake.



Terminé mis tostadas a la fuerza, no tenía demasiada hambre por lo que me costó el doble de tiempo comer. Mi padre relajó su postura y murmuró algo, parecía pensativo. Me levanté y comencé a subir las escaleras cuando mi abuelo salía sonriente de la habitación. Me guiñó un ojo y algo en su sonrisa me dijo que debía correr.





Me asomé a la habitación emocionada, mientras los ojos de Jake me miraban y su sonrisa se dibujaba para mí. Mi abuelo había quitado los hierros y yesos cambiándolos por apenas un par de vendas, lo que hacía parecer que no estaba tan mal como antes… Una venda rodeaba su torso, fijando a la vez su brazo izquierdo al mismo del cual salía el tubo del gotero, mientras su pierna derecha estaba vendada desde los dedos hasta más arriba de su pantalón corto.



-¡Pequeña! –su ronca voz me sorprendió-.



Sonreí pero tapé mi sonrisa con mi mano evitando emitir algún sonido y asustarle. Me miró sonriente y me tendió su brazo derecho. Me aferré al marco de la puerta para traspasarlo con dos pequeños pasos, mientras él seguía sonriendo. Una vez dentro de la habitación, corrí y salté sobre su cama.



-¡Ay! –se quejó abrazándome y llevándome a su pecho mientras reía. Me aferré a él para olerle, para sentir su corazón latir, comprobar que era real, que él estaba aquí. Su mano derecha ligeramente vendada pasó por mi pelo acercando mi cabeza a sus labios. Pude notar su dulce beso en mi cabeza y comencé a llorar-. ¡Ey! ¿Qué pasa? –Intentó captar mi atención moviéndose bajo mi peso así que le miré-. ¿Tan poco te alegras de verme?



-¡Jake! –la risa y el sollozo se mezclaron mientras mi rostro buscaba consuelo en su pecho. Su brazo cálida y dulcemente me aferraba a él-. ¡Te quiero!



-Lo sé… y yo a ti, pequeña… -su mano apartaba mi pelo de la cara-. No llores… ¿por qué lloras?



-¿Y qué quieres que haga?



-No lo sé… -sonreía y limpiaba mis lágrimas a la vez-. Pero no llores más…



-Lo intentaré… -me abracé de nuevo a él sintiendo cómo inspiraba el olor de mi pelo, imitando el gesto que yo hacía inspirando el olor que emanaba de su pecho-. Te he echado tanto de menos…



-Tranquila… no llores más…





Su mano acariciaba mi espalda y me hacía sentir bien, me hacía sentir en casa de nuevo. Mi abuelo subió un par de veces para comprobar su estado, único momento en el que me separaba de su abrazo para volver a tumbarme a su lado cuando mi abuelo terminaba. La luz del día se tornó tenue, dando paso a la puesta de sol que vimos tumbados desde la cama. Apenas hablamos, simplemente estuvimos abrazados durante todo el día.



Mi madre subía de vez en cuando junto a mi padre para preguntar cómo se encontraba Jake, que respondía con una sonrisa que no podía sentirse mejor.



Mi abuelo subió para hacer la última comprobación junto a mi abuela y se despidieron prometiéndome que no eran necesarias más comprobaciones, que ya estaba bien, sólo necesitaba reposar un día más.





Poco después comencé a notar el cansancio y mis ojos se cerraron. Noté medio dormida cómo mi padre intentaba separarme y Jake se removía, posiblemente también medio dormido.



-No, déjala por favor…



-Está bien… sólo lo hacía para que descansaras… tenerla sobre tus costillas no ayudará a que suelden bien…



-No importa… prefiero eso a no poderla sentir cerca.



-Os ayudaremos a reconstruir el templo, quiero demostrar mi agradecimiento a tus ancestros, a Taha Aki y a los demás, que han permitido que regreses…



-Edward… -la voz de mamá sonó cercana y me pareció sentir sus labios en mi pelo-. Ya hablaréis de eso… ahora déjalos descansar…



-Toma, está aquí… ella no lo ha visto y ni Darlene ni ella le han dicho nada. Estoy seguro de que le gustará… no te preocupes por eso, Alice y Rose se encargarán…



-Gracias.



-Vamos… -mamá refunfuñaba-. Déjalos.



-Descansad…





Con aquella surrealista conversación me mecí en un profundo sueño, sin pesadillas ahora y sin ningún miedo a despertar sola, pues incluso en mis sueños podía notar su presencia conmigo.



Un roce frío me despertó, pude ver a mi abuelo sonreír mientras Jake torcía el gesto.



-No queríamos despertarte… -mi abuelo sonrió y miró fugazmente a Jake- pero estabas encima del vendaje…



-¿Ya estás bien? –le miré y mi abuelo asintió-.



-Pero necesita descansar un poco más… -mi abuelo alzó las cejas con expresión divertida-. Nada de levantarse de la cama, jovencito…



-Usted manda Doctor Col… Cullen.





Mi abuelo sonrió negando y terminó de quitar su última venda, inyectando un líquido en el gotero antes de quitarlo.



-Así seguro que descansas… -mi abuelo me guiñó un ojo-. Cuando despiertes será mejor que comas algo, dulce a poder ser…



-Entiendo… -dije riendo mientras saltaba de la cama directa a la cocina-.





Comencé a preparar una jarra de leche, fruta y unos gofres con chocolate. Mi abuelo me besó y me dijo que era una buena enfermera, mientras sonreía y se marchaba tarareando la estúpida canción que Emmett había puesto en el coche. Torcí el gesto al imaginar lo que todos habrían pensado al escuchar a Emmett contar la historia a su manera… seguro que había incluido algún tonto detalle…



Suspiré y seguí cocinando por lo que me pareció media hora, preparé la bandeja y cuando subía pude escucharle balbucear mi nombre. Sonreí y lo encontré asustado incorporado en la cama, por lo que corrí a dejar la bandeja en la mesilla y a abrazarle.



-Estoy aquí…



-Vale… -me miró asustado mientras acariciaba mi rostro con sus dos manos-. Pensé que te habías ido… he tenido un sueño…



-Pero estoy aquí… -Él me acarició de nuevo y sonrió, besándome lentamente. Saboreé el beso y le tumbé en la cama mientras lo hacía-. Me encantan tus besos…



-¿De verdad? –Murmuró contra mi mejilla mientras mis labios buscaban su cuello-. No estoy muy seguro… tengo algunas dudas…





Me separé con gesto ofendido mientras él sonreía. Le besé de nuevo mientras él acariciaba mi espalda, notando sus cálidos labios captar los míos en una cálida y dulce presa mientras mi lengua pedía peso a través de sus labios, los cuales facilitaron su paso con una sonrisa. Sus manos bajaron a mi cadera y me posó sobre su cuerpo, mientras mis piernas buscaban la comodidad una a cada lado de su cadera.

Sus manos ascendieron por mi cintura intentando despojarme de mi camiseta, algo que me hizo reír con esa tonta risa mientras él sonreía y se alejaba momentáneamente de mí para arrojar la camiseta al suelo. Acaricié su pelo y le besé de nuevo, momento en el que él aprovechó para rodar y posarse a mi lado, besándome y acariciando mi vientre mientras mis piernas hacían presa en su cuerpo.



Me separé ligeramente para mirar su sonrisa. Sus ojos se posaron ahora en su mano derecha, que acariciaba el contorno de mi cintura ascendiendo después por mi brazo para aferrar mi mano. Le besé sin previo aviso y su mano deshizo el recorrido para que su cuerpo rodase un poco más y se colocara sobre mí. Mis manos acariciaron avariciosas su espalda, trazando con mis dedos el contorno de sus músculos, mientras mi boca buscaba su cuello y la suya el mío.



Rodé sobre él y me incorporé, sabiendo bien que tenía la posibilidad ahora de acabar lo que una promesa estúpida impidió que termináramos nuestra última noche. Ahora él me miraba serio mientras sus manos cálidas rozaban mi cintura. Me estremecí ligeramente ante su tacto y cerré los ojos mientras inspiraba y suspiraba lentamente. Abrí los ojos y le miré sonriéndome, sacando tímidamente su lengua, la cual capté con mis labios.



Pude comprobar que era eso lo que buscaba, besarme de nuevo hasta que ambos dejáramos fluir la pasión y perdiéramos la noción del tiempo y el control.



Le dejé creer que iba a conseguirlo, dejé que rodase para ponerse de nuevo sobre mí, volví a hacer presa con mis piernas y sus caderas, mientras sus manos y las mías jugaban a recorrer la espalda y el torso del otro. Podía notar que su pasión aumentaba, su respiración era más frenética en mi cuello, a la vez que la mía en el suyo. Sus labios recorrían mi cuello de manera suave y delicada lo que comenzó a hacerme perder el control a mí.



Rodé y me puse sobre él de nuevo, pero su abrazo no dejó que me separara todo lo que debería haberme separado. Su mirada me traspasó de tal modo que no pude más que volver a besarle, mientras sus manos descendían de mi espalda a mis caderas. Me levanté en el momento en que sus dedos rozaron mi pantalón. Retiró sus manos suavemente con una sonrisa y las posó en mi cintura.



-Jake…



-No es sólo culpa mía… -alzó las cejas y se incorporó para besarme el cuello riendo. Me encantó verlo tan feliz-. Voy a decirle a tu abuelo que te encierre… -reía mientras besaba mi cuello-. Eres toda una tentación para licántropos recién resucitados… -Me quedé parada y sonreí suspirando… tenía su gracia aunque en parte dolía-. ¿Qué?



-No es gracioso Jake…



-Ahora sí… -dijo besando mi traquea-. Ahora que estás tú conmigo, que yo estoy contigo… lo demás me da igual…



-Pero a mi no… -susurré mientras ronroneaba-. Mi abuelo ha dicho que debes descansar… no debes levantarte de la cama… lo has oído como yo…



-Por eso… ya he descansado -besó mi cuello y susurró-. Y no pensaba levantarme de la cama…



-¡Jake! –retiré mi cabeza hacia detrás, riendo mientras él se alejaba y se tumbaba de nuevo, dejándome sentada sobre él mientras me dedicaba la sonrisa más sexy del mundo-. No me lo pongas más difícil…



-Vale… -dijo riendo mientras acariciaba mi cintura-. Seré bueno… -subió por mi escote acariciando mi cuello y levantando ligeramente mi cara-. ¡Lo prometo! –en ese momento pellizcó mi nariz y me besó en el estómago. Haciéndome caer hacia atrás con él sobre mi vientre-.



-A veces me entran ganas de odiarte…



-¿Ahora? –Asentí riendo-. ¡Vaya! –Chascó la lengua y me besó tiernamente en la mandíbula-. Yo tenía ganas de amarte por encima de todo ahora mismo…



-¡Jake! –Estiré el cuello y pataleé mientras él reía apoyado sobre mí-. No me hagas esto…



-Vale… -me besó dulcemente en los labios-. Cásate conmigo –me quedé helada mientras me besaba de nuevo. Lo miré fijamente y él volvió a besarme-. ¿Qué?



-¿Has… has dicho?



-Sí –dijo con una sonrisa enorme y asintiendo. Me miró fijamente de nuevo-. Cásate conmigo.



-¡Estás loco! –dije riendo e incorporándome para sentarme en el borde de la cama, mientras él seguía sonriente, tumbado de lado y observándome-. Es broma… ¿no?





Él dibujó una línea con sus labios y negó. Algo vio en mi cara que le hizo sonreír de una manera sexy, con la gloria reflejada en su rostro. Se incorporó ágilmente y abrió el cajón de la mesilla, sacando una cajita oscura de terciopelo, la cual abrió y me mostró. Me quedé congelada al ver el anillo de platino, con un diamante central y seis más pequeños alrededor formando una especie de estrella que me recordó al día que cacé un copo de nieve perfecto.



-Le pedí a Darlene que lo comprara y tu madre le acompañó. Lo vi un día paseando por Port Ángeles y creí que sería perfecto… -le miré asustada-. Si no quieres casarte ahora puedo esperar… a no ser que no quieras casarte nunca… -Jake me miraba divertido, seguramente intentando sacar algún gesto o palabra de mi boca. Pero fueron mis ojos los que comenzaron a llorar mientras le aferraba y me abrazaba a él-. ¡Eh! ¿Estás llorando? –me miró sorprendido-.



-¿Y qué quieres que haga?



-Pues… -comenzó a reír ante mi tonta pregunta-. ¡Di que sí!





Asentí mientras él limpiaba mis lágrimas y me arrancaba a besarle. Él puso el anillo en mi dedo y sonrió, volviéndome a besar de nuevo de un modo dulce. Pero algo en mí hizo que todo eso cambiara. No quería más besos tiernos ahora.



Le besé tumbándole sobre la cama mientras él me aferraba de la cintura. Mis piernas volvieron a su posición inicial, rodeando sus caderas mientras mi beso se hacía más intenso. Un escalofrío me recorrió desde la punta de mis pies a mi cabeza, haciendo que perdiera la poca cordura que me quedaba.



Rodé para ponerle sobre mí, besándolo y metiendo mis manos por su torso con la dirección concreta de desabrochar su pantalón. Él interceptó mis manos y me sonrió.



-No era por esto…



-Lo sé –él alzó las cejas-. Pero es lo que ahora quiero yo. Ya no me apetece odiarte, sólo me apetece amarte ahora.



-¿Ahora? –Me miró divertido-.



-Sí, ahora… -me incorporé y le besé-. No veo mejor momento que antes de desayunar…



-¡Ajá…! –Sus labios besaron mi cuello y sus manos recorrieron mi cintura para acabar en la punta de mis manos-. ¿Segura?



-Jake… -le miré decidida mientras él hacía un esfuerzo por tragar saliva al ver mis manos directas a su objetivo-. Hace tiempo que no tengo nada tan claro.





Él se quedó estático, posiblemente tenía más miedo que yo lo que me resultó muy tierno. Sonreí mientras él intentaba asimilar lo que acababa de decirle y aproveché para ponerme sobre él y besarle. Estuvo a punto de preguntarlo de nuevo, pero mis labios le confirmaron que seguía segura de mi decisión. Rodé para tenerlo de nuevo sobre mí, mientras su mano desabrochaba mi pantalón.



Tantas fueron las vueltas que dimos el uno sobre el otro besándonos y acariciándonos, que no me dí cuenta de cuándo mis pantalones o los suyos cayeron al suelo. Seguíamos besándonos abrazados, acariciándonos hasta que llegó un punto que incluso la ropa interior nos molestaba.



Me miró por un instante mientras besaba delicadamente mi cuello y sus manos se deshacían del sostén, dejando mis pechos a merced de sus labios. El calor que desprendía su cuerpo era mucho mayor de lo habitual, sus caricias enviaban descargas a cada centímetro de mi piel.



Besó mi cuello y acarició mi pelo, mientras su cuello quedaba a merced de mi boca. Besé su cuello mientras podía notar sus cálidas manos deshacerse de la parte inferior de mi ropa interior. Temblé ante el contacto de sus dedos.



Se tumbó sobre mí mientras yo me cercioraba de estar en igualdad de condiciones. Parecía temblar entre mis brazos mientras acariciaba la parte más baja de su espalda, notando su entrecortada respiración, como la mía, en la base de mi cuello. Besó delicadamente mi cuello y me miró fijamente, mientras sus manos recorrían cada centímetro de mi vientre y de mi torso. Besó mi frente delicadamente, volviendo a mirarme de ese modo que me hacía sentir el ser más amado del planeta. Besó la punta de mi nariz dibujando una sonrisa con esa mirada. Besé decidida sus labios mientras mis manos se aferraban a sus hombros y mis piernas acercaban sus caderas a las mías. Mi gesto fue brusco pero él lo frenó, besando mi cuello y uniendo nuestros cuerpos de la manera más delicada del mundo. Frotó su mejilla con la mía y me miró temeroso, pero mi sonrisa pícara hizo que me besara delicadamente mientras nuestras caderas comenzaban a moverse a ritmo cada vez más rápido.



Nuestras respiraciones iban acompasadas, mi boca no cesaba de repetir su nombre y la suya el mío, nuestros corazones latían frenéticos y nuestros besos recorrían nuestro rostro y nuestro cuello buscando el lugar correcto donde encajar.



Un dulce toque de su lengua en mi cuello me hizo perder el control y clavé mis dientes en su cuello, dejando que su dulce sangre invadiera mi boca y que un gemido saliera de su boca, frenando poco después el acelerado ritmo de nuestras caderas, haciéndolo lento y delicado, mientras besaba el lugar donde mi locura había hecho que mordiera.



Jake me miró y rodó, mirándome serio y quizá preocupado. Le besé y pareció relajarse, incluso juraría que dibujó una leve sonrisa en sus labios mientras temblábamos abrazados. Le besé de nuevo y la sonrisa apareció de mano de la mía, mientras volvía a besarle y me posaba sobre su pecho.



Sus manos seguían acariciando mi espalda en el momento en el que cerré los ojos y me dejé ir.





Abrí los ojos temerosa de estar sola. Miré el sol en lo alto del cielo y su corazón latió en mi oído izquierdo. Miré sin moverme, no quería que supiera que ya había despertado, me sentía extraña ahora. Él suspiró y posó su mano en mi espalda de nuevo, acariciándola levemente y besando mi pelo.



Comprobé que seguíamos en la misma posición que un par de horas antes. Miré mi mano y el anillo seguía en él. Sonreí aliviada y suspiré, no había sido un sueño.



-¡Ey! –Jake ladeó su cabeza para mirarme con una pequeña sonrisa-. Buenos días, pequeña…



-Buenos días… -alcé las cejas y apoyé mis brazos en su pecho, mientras él parecía ahora más sonriente que hace unos segundos-. ¿Pequeña?



-Pequeña… -él rodó los ojos meditando el error-. Sí.



-¿Cuándo vas a dejar de llamarme pequeña?



-Mmm...… -puso cara de concentración-. Considerando que te llamo pequeña porque siempre me ha costado controlar mis instintos contigo… -lo meditó-. Nunca.



-Pero ahora ya no tienes que controlarlos… -alcé las cejas-. Vamos a casarnos… -Su rostro se iluminó- ¿no?



-Hummm...… -me miró con el rostro colmado de felicidad-. Señora Black… suena bien… -me miró y rió ligeramente-. ¿Quieres desayunar, Señora Black?



-Bueno… y después un baño.



-Como quieras… Señora Black.



-Jake… -rodé los ojos mientras él se reía-. Vale, sólo por brevedad, prefiero pequeña.





Jake comenzó a reír y me agarró de la cintura, tumbándome sobre sus piernas y mirándome a los ojos. Me besó apasionadamente al principio, para separarse y besarme dulcemente después.



-Renesmee, Nessie, Ness, Carlie, Vanesa, Señora Black, pequeña… sea como sea que quieras que te llame, mañana mismo prometo jurarte amor eterno.



-¿Mañana? –Lo pensé, diecinueve de julio, domingo…-. Alice y Rose están en el ajo, ¿verdad? –Asintió-. ¿Sabes que van a montar la boda del siglo?



-O del milenio… -Se encogió de hombros con gesto despreocupado- pero… ¿Y qué quieres que haga?



-Que me beses…



Y con aquel beso antes del desayuno, después de entregarnos en cuerpo y alma el uno al otro y prometernos matrimonio, quedó claro que él me iba a pertenecer para siempre.



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Espero que hayais disfrutado tanto como yo lo hice la primera vez que lo lei
:D
Para consolaros en breve subire una historia que es practicamente la misma,salvo que es desde el punto de vista de Darlene...

GRACIAS POR ACOMPAÑARNOS EN ESTA AVENTURA



3 comentarios

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alexa
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23 de febrero de 2011, 10:31 delete

Me Encanto Tu Historiaa (L) porque no ases la continuacion yo me ofreceria para darte ideas ya que tambien tengo un blog dedicado a ness y jake ojala respondas kuidate..BYE

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Ashley_Silvy
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24 de febrero de 2011, 2:10 delete

Gracias por tu comentario, si te ha gustado esta quizá te guste la historia que estoy haciendo sobre Dar y Seth... :)
De momento de Jake y Nessie sólo hay otro de dos capis, no sé si lo habrás visto, es malo... pero weno... espero que sigas pasándote por aquí! :D
Muchas gracias :)

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Anónimo
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29 de septiembre de 2011, 8:56 delete

ME ENCANTO ESA HISTORIA TODA DESDE EL PRINCIPIO HASTA EL FINAL, ME GUSTARIA SI ES POSIBLE QUE ME LA EMBIARAS A MI CORREO ELECTRONICO PARA TENERLE EN MI PC GRACIAS DE ANTEMANO

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