Capítulo XII: Querida desconocida...

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-Zalamero… -Sonrió-. Es una palabra curiosa…

-No tan curiosa como tu personalidad…

-¿Perdona? Gracias a mi personalidad, apenas se han parado a mirar el moratón de tu frente o la venda de tu mano… -Toqué mi frente con la mano vendada y él sonrió, quitando mi mano-. Apenas se nota hoy, pero seguro que si hubieras pasado el día allí… alguien se hubiera dado cuenta.

-Gracias… creo. Me has librado de que me llamen monstruo por todo el año…

-Mordería a cualquiera que te dijera eso… -Bufó-. Y sabes que soy capaz de noquear a cualquiera que ose meterse contigo…

-Me parece una tontería que hagas eso…

-Pues a mí no… -Le miré algo extrañada-. Es mi deber, tengo que proteger a mi chica…

-¿Tu chica? –Mordió en el mismo instante y se quedó algo paralizado, para después masticar y tragar ruidosamente-.

-Bueno… se supone que esto es una cita, así que, al menos hoy, eres mi chica…

-Pero no queda bien que me lo digas… tú ya tienes una chica de verdad… no deberías ir diciéndole eso a cualquiera…

-No lo digo a cualquiera… de hecho, es la primera vez que lo digo… -Bufé-. Es verdad, ¿no te lo crees? –Alcé una ceja y él sonrió-.

-No voy a picar…

-No quiero que piques… me vale con que te lo creas… -Se quedó más relajado, pero yo notaba algo crecer en mí, quizá furia-. Es la verdad.

-¿Quieres hacerme creer que yo soy tu chica? –Asintió mordiendo de nuevo-. Eso es… -Alzó las cejas y yo suspiré negando-. No deberías ir diciendo eso…

-¿Por qué?

-Porque no es verdad y eso puede hacer daño a las chicas, mira a Kira, pensaba que ella era tu chica ideal, o esa tal Leslie de la que hablaba Jason…

-Nunca les dije a ellas que fueran mis chicas… quizá hubo quien lo dijera, pero no salía de mi boca… así que no cuenta.

-¡Déjalo!

-No quiero dejarlo… No entiendo porqué te mosqueas porque te diga lo que pienso…

-Porque no es la verdad… aunque fuera cierto que lo pensaras, no es así… la realidad y los pensamientos van por caminos distintos, aunque a veces se confundan… -Él me miró serio, con gesto contrariado-. Quiero decir…

-Mira, déjalo… no he dicho nada…

Se levantó algo mosqueado y se quitó la camiseta, lanzándola al interior del coche y metiéndose en el bosque. Me quedé helada, no sabía qué hacer, pero un enorme lobo emergió de los árboles, acercándose a mí despacio. Acaricié su hocico y se sentó, apoyando su enorme cabeza en mis rodillas. Sus ojos me miraban de un modo extraño, que me hizo abrazarlo y frotar mi cara en su pelaje.

Un sonido grave salió de su pecho, le miré y parecía que hubiese una sonrisa en el rostro de aquel lobo. Me lamió ligeramente la cara y volvió a posarse en mis rodillas, dejando que me apoyara yo sobre él.

-Me encanta… eres como un enorme peluche, eres tan suave y cálido… -Suspiré y él me lamió la cara de nuevo-. Me encantaría tenerte de mascota, debe ser genial tener un lobo tan grande, cálido y listo… porque sé que tú me entiendes cuando hablo, aunque ahora no puedas contestarme… no sé. Es genial… -Me abracé al lobo-. Simplemente me encanta…

Estuvimos así por un rato, hasta que el lobo alzó sus orejas y salió corriendo hacia el bosque. Volvió corriendo, buscando su camiseta en el coche y dejándome algo atontada al verlo de ese modo, sus músculos me hacían perder el control de mi mente… no debería ser legal que pudiera hacerme eso.

Se sentó a mi lado y me guiñó un ojo, dejándome escuchar barullo a lo lejos. Pronto unos niños comenzaron a invadir la valla de madera del parador, por lo que entendí porqué él había vuelto a ser Seth humano y no el enorme peluche que abrazaba instantes antes.

Estuvimos allí, mirando cómo los niños jugaban mientras los profesores parecían mirarnos con algo de envidia. Se lo comenté a Seth y él empezó a reír como loco, haciendo que todos los niños que había alrededor se giraran y rieran de su risa.

Los niños desaparecieron media hora después, dejándonos de nuevos solos. Estaba tensa, la conversación que habíamos tenido posiblemente había dejado al descubierto esa parte de mi cerebro que yo intentaba anular. Él se levantó y volvió a desaparecer para reaparecer como lobo.

Me resultaba mucho más cómodo abrazarle cuando era lobo, no había ningún contexto extraño que pudiera surgir del abrazo a un animal, pero sí del abrazo a un amigo, amigo cuatro años mayor… amigo que se mete en tu casa y duerme contigo de un modo que nunca había hecho.

Había dormido con Kevin, pero no se podía comparar, no me abrazaba a él de ese modo, nunca le hubiera dejado a él que me abrazara como sí dejaba que lo hiciera Seth. Pero aún así… los abrazos de consuelo de Kevin no me hacían sentir tan bien como los de Seth. Incluso estando en forma de cánido.

Seth bufó entre mis manos y volvió a desaparecer, apareciendo de nuevo y llamándome a su lado. Le miré extraño y él hizo un gesto para que me apresurase, así que corrí a su lado, escondiéndonos en el bosque.

-¿Qué?

-Es… -hizo una mueca-. He oído un coche… -Hizo un gesto y apareció un coche patrulla. Los guardas forestales dieron un paseo y apuntaron la matrícula del coche de Seth, al cual miré para que me hiciera un gesto para guardar silencio. Los guardas inspeccionaron el parador y se marcharon, lo que provocó la duda en mí y una mueca en Seth-. No sé… voy a recibir una multa por mal estacionamiento o algo así… creo que los profesores les han llamado…

-¿Por qué?

-No quieres saberlo… créeme…

Me resigné y esperamos escondidos por un pequeño rato, hasta que Seth se levantó, acompañándome al coche y diciendo que iba a rastrear la zona. No entendí nada, pero me metí al coche y cerré, por si acaso. Puse la radio y empezó un programa que hablaba de los conciertos del fin de semana, al parecer iba a haber varios debido a San Valentín… lo había olvidado por completo, ese viernes era el día de los enamorados…

-¡Bú! –Di un leve respingo mientras Seth se metía en el coche-. Despejado… -Dijo sonriendo-. ¿Qué escuchas?

-Los conciertos del fin de semana… -Suspiré-. Va a haber muchos en Seattle, al parecer quieren celebrar San Valentín por todo lo alto…

-¿El viernes es San Valentín?

-Sí… -suspiré y subí el volumen de la radio al escuchar al presentador anunciar la siguiente canción-. Esta canción es preciosa…




A mi madre le encanta esta cantante…

-¿Sí? –Asentí escuchando la verdad de sus letras, mi madre siempre me decía de pequeña que sus canciones eran las mejores… y ahora lo entendía. La canción acabo y Seth hizo una mueca-. Canción muy adecuada para el viernes… ¿no?

-Sí… -Reí-. Casi todas sus canciones son adecuadas para el viernes… -El presentador anunció la siguiente y reí-. Esta también aunque tiene más ritmo… -Moví la cabeza y reí-. Me encanta.

-¿Te apetece bailar? –Rió y le miré mal-. No hay nadie que pueda verte aquí…

-Tú puedes verme…

-¿Y? –Sonrió-. ¿Vas a hacer que te lo pida?

Le miré mal y él suspiró, saliendo del coche y haciéndome bajar. Se metió y subió la música, haciéndome ver que iba a cerrar los ojos. Reí mientras él cerraba fuertemente los ojos, pero no podía más que reír. Él se dio la vuelta y reí más, pero empecé a dejarme llevar por la música. Empecé a saltar y a gritar, hasta que me dí cuenta en que él había abierto uno de sus ojos. Paré e hice una mueca, pero una mini Shania se apoderó de mí.

-Oh, I'm gonna getcha, I'm gonna getcha real good. Yeah, you can betcha, oh, I'm gonna getcha
(I'm gonna getcha) just like I should, I'll getcha good. Oh, I'm gonna getcha good! –Me empecé a reír y él conmigo, pero el presentador anunció otro de los conciertos, Colbie Caillat, así que suspiré-. También es muy buena…

-Apenas la he escuchado… -Hizo una mueca cuando el presentador dijo que era una balada-. Bueno, suena a que va a ser una pastelada… pero… -Sonrió-. ¿Bailas? –Me tendió la mano y yo le miré mal-. ¡Vamos!

-Pero no me pises…

-Yo nunca he pisado a nadie bailando… soy el rey de la pista… -Tomé su mano-. ¿O acaso lo dudas?

-No sé…

Me acercó a él y la canción empezó a sonar,




dejándome paralizada. Él sonrió, acercándome más aún a él, riendo por la primera frase de la canción. Bailamos allí, en aquel precioso parador, con esa preciosa canción… con mi precioso acompañante. Nos miramos fijamente, él sonreía y yo no sabría describir mi cara, sólo podía notar el ligero ardor en mis mejillas. Él se acercó ligeramente, apenas un centímetro, cuando mi móvil sonó. Sonrió más ampliamente y alzó sus cejas, estando a sólo diez centímetros de mi cara.

-¿No vas a cogerlo?

-Sí… -Me separé ligeramente y él me miro de una manera pícara… aunque lo más probable es que fueran ilusiones mías-. ¿Sí?

-¿Vas a tardar mucho a volver de tu escapada? Estamos comiendo… pensé que vendrías a las clases de después…

-Bueno… la verdad es que no sabía ni qué hora era… -Nessie rió-. Me imagino que no llego, porque no sé exactamente dónde estamos… pero estamos lejos…

-Ya… -Volvió a reír-. Bueno… cuando regreses de tu escapada, llámame… tengo que pedirte un favor… ¿vale?

-Claro…

Seth me miró divertido, mientras yo no sabía muy bien qué debía hacer. Sentí que era uno de esos momentos que preferiría estar en mi cama, con la colcha sobre mi cabeza. Él abrió la puerta para mí, así que me metí en el coche, escuchando ahora Falling for you. Empezaba a odiar esta emisora… él se metió y subió el volumen sonriendo como si estuviera disfrutando de mi apuro.

No fuimos directos a mi casa, paramos en casa de Carlisle, el cual me revisó la muñeca y la frente. Dijo que podía quitarme el vendaje, que sólo se había puesto así por el golpe y que, con que llevase una muñequera un par de días, estaría perfecta. Me alivié al saber que tendría algo menos que explicar a mi madre.

Fuimos a mi casa, parando el coche en la puerta del garaje, lo que me hizo pensar que él no quería marcharse aún.

-¿Sabes? No creo que sea muy bueno que los vecinos le digan a mi madre que me han visto con un chico en su coche en horas de clase… y mucho menos que ese chico aparcaba en casa como si no le importase nada de lo que puedan decir…

-¿Debería importar lo que digan?

-Siendo que es probable que mi madre acabe sabiéndolo… -Arrancó sin más palabras lo que me hizo reír-. Tampoco hace falta que temas tanto a mi madre… dudo que te diga nada a ti…

-No sé… pero creo que no sería la única de tu familia en enterarse… -Le miré mal-. No le caigo muy bien a tu tía Cyntia… creo que esto haría que me asesinara…

-Es posible… -Dije mientras aparcaba el coche en una casa familiar, la de los tíos de Nessie-. ¿No se enfadarán?

-Puede… pero me dan menos miedo que tu tía… -Bajó del coche y yo le imité-. ¿Quieres que te deje ir primero, para que no nos vean entrar juntos… o algo así?

-¿Estás auto-invitándote a mi casa?

-Bueno… -Se quedó parado y sonrió-. ¿Puedo ir?

-Sí… -Rodé los ojos-. Claro.

Me acompañó a casa y entró. Subió por las escaleras dejándome algo asombrada, bajó rápido y cogió mi barbilla con una mano, mirando mi frente. Él retiró mi pelo con su otra mano, donde llevaba el tubo de pomada. La extendió por mi frente, con una enorme sonrisa de burla que me hizo suspirar, aumentando más su satisfacción.

-¿Disfrutas haciendo esto? –Me miró divertido-. Te encanta hacerme sentir como una inútil o algo así… ¿verdad?

-No es eso… -Resopló-. Me encanta que te enfades cuando tratan de cuidar de ti…

-Esto no es cuidar de mí… -Señalé mi frente cubierta por pomada-. Esto es hacerme sentir como una inútil niña que no sabe abrir el bote de pomada…

-Bueno… eso crees tú. Pero yo prefiero pensar que estoy cuidando de ti… no haciéndote sentir inútil… aunque realmente, verte enfadar como una niña molesta… me resulta divertido…

-Vale… ahora me siento como un mono de feria, o algo así…

-No… -Sonrió- simplemente eres encantadora…

-Zalamero…

Rió y entró conmigo al salón, donde pasado un rato llamé a mi padre y después a mi madre. Al parecer iba a llegar antes del anochecer finalmente, por lo que Seth hizo una mueca.

-Es hora de que me vaya…

-Si quieres puedes quedarte a saludar a mi madre… puedes explicarle mi chichón, que me haya picado las clases… lo que quieras.

-No… pero no me iré hasta que ella esté aquí… no me fío de que puedas estar tú sola durante una hora… -Rió-. Posiblemente tropieces con la alfombra y te des otro golpe… así que por si acaso me quedaré…

-Como te decía… siento que soy un mono de feria en las últimas…

Él rió y negó, pasando su brazo por mis hombros y atrayéndome a su pecho, donde me relajé por un buen rato. Él parecía tan tranquilo y relajado como yo, hasta que empezó a ponerse ansioso y se levantó. Era hora de que se marchara y eso me hizo sentir rara, una sensación parecida a cuando vi marchar a papá. Él me abrazó fuerte y me recordó que el viernes volveríamos a vernos, lo que me consoló en cierto modo. Se marchó dejándome algo ansiosa, triste… no podría explicar la sensación que me produjo verle salir de mi casa.

Mi madre llegó apenas unos minutos después. Me abrazó levemente y le pregunté por el viaje, no parecía demasiado animada, así que le puse un poco de entusiasmo a las preguntas, intentando que se animase. Pero era algo inútil. Ella fue directa a preguntar sobre lo que yo no quería hablar con ella, sobre la visita de papá. Le conté todo lo que pude, evitando detalles demasiado alegres que la hicieran pensar que no la había echado de menos.

Cenamos juntas y nos fuimos a dormir pronto, ella no tenía ganas de hablar y yo sólo quería llegar a mi cama, la cual me parecía ahora enorme, incómoda… y fría.

El martes me desperté temprano, preparando un buen desayuno para mi madre, ya que hoy tenía cita con Cameron y después iría a un cursillo que le había recomendado el mismo. Se levantó algo apenada, pero intentaba sonreír a toda costa. Cuando llegué al instituto pude notar alguna mirada extraña, pero lo peor fue la hora de la comida, donde tuve que contarles a los chicos dónde había estado el día anterior. Omití ciertos detalles, pero Nessie parecía saber todo ya, seguro que Seth y Jake habían estado hablando… o compartiendo pensamientos. Ella me dijo que Alice le había pedido ayuda para una obra, por lo que le prometí que le ayudaría en eso.

Mi madre llegó a casa a la hora de cenar, parecía animada por el cursillo, pero había algo en ella que me hacía temer lo peor, parecía que volvía a esconder todo aquello que la aterraba, que no era sincera conmigo… y eso llegaba a molestarme realmente.

Cuando se fue a dormir no sabía qué hacer, pero mi móvil sonó, trayendo con él una voz que me consoló, me escuchó y me hizo comprender que no debía angustiarme por eso. Aunque en el momento en que su voz se apagó, la calma desapareció. Encendí el fuego y empecé a pensar en qué era lo que debía hacer… algo tenía que hacer.

Subí al cuarto de mi madre, quería hablar con ella y hacerle frente a cualquiera que fuera el pensamiento que la estaba trastornando de nuevo.

-Mamá… -Me miró desde su cama-. ¿Podemos hablar?

-Darlene… no es un buen momento…

-Mamá… sea lo que sea lo que te esté pasando por la cabeza… debes contármelo. Puedo asumirlo, puedo llegar a entenderlo… pero necesito saberlo. No quiero que todo vuelva a ser como antes…

-Eso es lo que me pasa… -Se levantó de golpe y parecía muy nerviosa-. Darlene, no lo entiendes, tú y tu padre podéis hacer una vida normal, sois felices, pero yo no sé, no puedo… no lo consigo. Y tú y él hacéis como si nada hubiera pasado, como si ella no hubiera existido y eso me frustra muchísimo… has estado con él el fin de semana y parece que ya nada pase…

-Mamá… no es así.

-¿Qué no? Si incluso cuando te llamé cortaste rápidamente…

-No fue por eso… papá se acababa de ir… no tenía ganas de hablar…

-Déjame, Darlene…

Me sentí frustrada, así que la dejé sola. Intenté consolarme pensando en que realmente al decirlas, se hubiera dado cuenta de las barbaridades que había pensado. No podía parar de pensar, estaba preocupada, pero no podía hacer más… Cogí mi libro favorito y bajé al salón, empezando a leer por enésima vez aquel libro a la luz del fuego.

Mi madre apareció cuando estaba por la mitad, mirándome extrañada y acercándose a mí sigilosa, mirándome recelosa.

-Deberías estar durmiendo, es tarde.

-Mamá… ve a dormir, no te preocupes por mí… necesito leer un poco…

-Es hora de dormir… -Me miró amenazante-. Creo que deberías dormir ya, no es bueno que estés a estas horas leyendo… vamos, hazme caso.

-Mamá… no te preocupes… -Me acomodé de nuevo en el sofá-. Me levantaré temprano, no es la primera vez que trasnocho un poco… -Mi madre me miró mal, pero volví a leer por donde me había quedado. Ella agarró mi libro y lo tiró al fuego-. ¡Mamá! –Intenté cogerlo, pero ya estaba ardiendo-. ¡Mamá! ¿Qué has hecho? Era mi libro favorito.

-Yo… -me miró asustada-. Vete a dormir, Darlene…

-¡Genial! –La ironía salió de mí-.

-Te compraré otro…

-¿Sabes que ese libro es una única edición? ¿Que apenas habían llegado a América unas cuantas copias? No vas a poderlo comprar mamá… -Bufé-. No sé porqué lo has hecho…

Rompí en llanto y subí las escaleras, me encerré en mi cuarto y abracé la almohada. Mi libro preferido, el libro en donde me refugiaba siempre que estaba angustiada… Mi madre llamó a la puerta y entró muy apenada, al borde del llanto. Me abrazó y se disculpó miles de veces, hasta que me di cuenta que tenía que perdonarla, que se estaba esforzando tanto que por mucho que me hubiera hecho daño, debía perdonarla… y así lo hice.

El miércoles, cuando me desperté, mi madre ya no estaba en casa. Me había dejado una nota diciendo que iba a ir al cursillo, pero que necesitaba hacer unas compras antes. Desayuné sola, sintiendo ganas de subir las escaleras y meterme de nuevo en la cama, aunque debía empezar a pensar que lo que realmente quería no era estar en mi cama… si no en sus brazos.

Lo único que me quedaba era llamarle, pero me daba miedo despertarle… no sabía qué hacer, así que lo hice a medias. Le llamé pero sólo dejé sonar el teléfono tres tonos. Siempre lo cogía al segundo, así que colgué. Apenas había colgado y él me llamaba, me preguntó el motivo de que le llamara a esas horas, ya que se había preocupado… y le conté lo que había pasado anoche. Él me escuchó de nuevo y me calmó, aconsejándome que hablara con el Doctor Cameron. Así lo hice.

Le llamé y Cameron me dijo que había estado hablando del tema con él, que mi madre sentía que era la única que la echaba de menos, que se había convertido en una mala madre, en una mala esposa… y pensaba que sería mucho mejor si hubiera sido ella la que se hubiese marchado. Le dije que no era así, que quería que ella entendiera que no era así. Me dijo que si quería podía pasarme por el cursillo de escritura por la tarde y explicarle a ella con palabras escritas qué era lo que realmente sentía.

Estuve en clase dándole vueltas al asunto, no sabía qué iba a hacer… hasta que Alice se cruzó conmigo en el pasillo, susurrándome al oído algo. “Una carta”. Era lo que necesitaba. Cuando salí de clase fui directa a la biblioteca, quería escribir una carta… ¿pero a quién? Empecé a pensar y sólo había una persona a la que debería escribirle una carta así. Comencé a escribir, poniendo la fecha y la primera línea: Querida desconocida.

Empecé a pensar y las palabras empezaron a escribirse sin esfuerzo, tantas cosas quería decir, tantos sentimientos… tanto cúmulo de emociones que quería expresar estallaron en una carta que debía entregar.

Salí corriendo y llegué al edificio donde se impartían los cursos. Llamé a la puerta y mi madre me miró sorprendida, estaba hablando ella y el resto me miraron extrañados. Cameron me hizo pasar y me ofreció una silla, junto a mi madre. La escuché, pero ahora ella parecía cohibida por mi presencia.

-Yo… -me miró y miró después a Cameron, para seguir leyendo su diario-. Esta semana está siendo dura, echo de menos a mi marido, echo de menos la vida que tenía antes. Es posible que ahora estuviera preparando alguna sorpresa para Nick si todo fuera como antes… No sé… -Me miró fijamente y entristeció-. Además me he dado cuenta de que he sido yo la que ha hecho sufrir más a una familia que podía ser feliz, yo he roto la relación que tú tenías con él… le he mandado lejos de ti y os he hecho daño a los dos…

-¿Darlene? –Cameron sonrió-. Puedes contestar, si quieres…

-Mamá… no es culpa tuya. Yo… -Saqué la carta-. He escrito algo…

-¿Quieres leerlo? –Asentí-. Te escuchamos, entonces…


-Querida desconocida.

>>Desconocida sólo en parte. No sé cómo eres realmente, no sé si eres más inteligente que yo, más guapa o más alocada… no sé si eres traviesa, si puedes llegar a sentir el amor que te rodea a cada instante.

>>No sé si hubiéramos congeniado, no sé si hubiéramos sido de esa clase de hermanas que no se separan nunca, como mamá y tía Cyntia, o de ese tipo de hermanas que se pelean constantemente, aunque en el fondo se quieran. No sé si te hubieran gustado los mismos libros que a mí, las mismas películas y series, o los mismos juegos. Quizá hubiéramos podido hacer miles de cosas juntas, cosas que ahora ya no podemos.

>>No puedo contarte todo aquello que me angustia, no puedo peinar tu pelo... una de las pocas cosas que recuerdo de ti. Tu pelo era castaño y rizado, me encantaba jugar con tus tirabuzones y eso nos hacía babear a los tres, ya que sonreías y te dormías, parecías un ángel. Y es que eso es lo que tengo claro, que eras un ángel. No sé si es cierto que los ángeles pueden vernos… pero sí creo que nos escuchan y saben qué pensamos. Por eso quiero que conozcas lo que no pudiste llegar a conocer, todas esas cosas que has dejado aquí, todo aquello que sigue cambiando aunque tú ya no estés.

>>Una de esas cosas que cambia soy yo. Yo he cambiado, he crecido. Pero por más que yo cambie, que mi cuerpo o mi manera de pensar cambie, hay algo que no cambiará nunca… tu recuerdo. Tu recuerdo está presente en nuestras vidas a cada momento. Si pudieras ver lo que te echamos de menos… me encantaría tener una hermanita con la que jugar… y papá… deberías haberle conocido y haber podido disfrutar de él. Es el mejor de los padres, comprensivo y cariñoso, amable… aunque también es un poco autoritario. Intenta conocer cada detalle de mi vida, aunque algunas veces eso me moleste, entiendo que es porque me quiere y porque se preocupa por mí. Siempre se preocupa de su familia. De mí y de mamá. Aún ahora sigue preguntando por ella. Por mamá…

>>Ella no te va a olvidar jamás, es algo que tengo claro. Pero si la vieras… si la conocieras, si supieras cómo es en el fondo. Porque ahora tiene miedo, miedo de cambiar, de perderme, de perder a papá, de perder tu recuerdo. Pero quizá si tú estuvieras aquí ella no tendría ese miedo. Desde que te fuiste el miedo la ha frenado, ha intentado alejarnos de ella, ha intentado ir contigo… pero ahora es cuando más orgullosa estoy de ella. Está volviendo a ser como antes, está empezando a asumir tu ausencia, está empezando a entender que somos una familia… aunque a veces no entiende que una familia debe estar unida, que debe compartir sus miedos y preocupaciones. Aunque quizá también papá y yo tengamos culpa de eso, de no dejarla expresarse como quisiera… pero para eso estamos aquí.

>>Ella es buena, es cariñosa y se preocupa por nosotros. Siempre lo ha hecho, incluso ahora. Por miedo a hacernos daño, por intentar protegernos de su dolor, ella se ha hecho daño a sí misma y ha perdido el control. Pero me siento feliz de ver cómo toma de nuevo ese control, cómo intenta superar el dolor y comparte algunos de sus miedos conmigo.

>>Querida Abi, sólo quiero que entiendas, que si te hubieras quedado tendrías la mejor familia del mundo. Porque, a pesar de todo el tiempo que ha pasado, no te olvidamos. Porque, a pesar de que mamá crea que ha destrozado la familia, la ha hecho más fuerte, me ha unido más a papá, pero ahora también a ella. Su esfuerzo me inspira cada día, la admiro. Ella intenta que yo no sufra, pero yo quiero compartir su dolor… porque es lo que hacen las familias. Y yo adoro a mi familia. Sólo espero que, estés donde estés, te sientas orgullosa de nosotros y sepas que no te olvidamos… y nunca lo haremos.

>>Querida hermana, yo te prometo que haré lo posible por conseguir que ellos sean felices, intentaré que ambos dejen marchar la pena… aunque no tu recuerdo. Espero que sepas que te quiero… y que te echo de menos…

Todos los presentes me miraron con lágrimas en los ojos, mi madre me miraba con los ojos empañados y con un intento de sonrisa. Se levantó y me abrazó. Cameron dio por finalizado el taller de escritura y todos se marcharon, excepto nosotras. El Doctor estuvo hablando con nosotras, me di cuenta de que mamá estaba asimilando la situación, pero que echaba de menos a papá, mucho más sabiendo que para estas fiestas preparaba siempre algo romántico, aunque ella no lo hubiera apreciado en estos últimos años. El caso es que comprendí que iba a sentirse sola en estas fechas… y el viernes iba a ser el peor día.

Cenamos y estuvimos hablando sobre lo que hubieran hecho ella y papá si aún estuvieran juntos. Me dijo que posiblemente hubieran ido a los conciertos de Seattle, ya que una de sus primeras citas de San Valentín fue ir a Chicago a verla…

-Recuerdo que eras muy chiquitita, pero tu tía se hizo cargo de ti y pasamos el fin de semana en Chicago… -Sonrió-. Es curioso que ahora él esté a kilómetros de allí, viviendo… y yo esté aquí… jamás hubiera pensado que llegaríamos a separarnos…

-¿De quién era el concierto?

-Bueno… -pareció sonreír, así que había conseguido distraerla de los tristes pensamientos-. Shania Twain… creo que por eso me gusta más aún… entonces simplemente me gustaba porque estaba de moda… pero después de ese concierto empecé a apreciar más sus canciones…

-Ya… -le di un beso en la mejilla y me miró raro-. Tengo que hacer una llamada…

Llamé a tía Cyntia y le pedí que por favor consiguiera dos entradas para el concierto, contándole que sería una buena idea juntarlos en una cita para San Valentín. Llamé a mi padre rápidamente y le conté el plan, pero el alma se me cayó a los pies cuando me dijo que le habían invitado a una cena y no podía fallar. Al parecer su secretaria le había montado una especie de cita doble con su cuñada… aunque a él no le apetecía, no quería ser descortés… además creía que era demasiado pronto para mamá, por lo que no supe que hacer.

Me sentí algo decepcionada y hablé con tía Cyntia, que me hizo ver que mi padre tenía razón, que era muy pronto para juntarlos y que yo no tenía que enfadarme porque él tuviera vida social ahora, que era mejor eso a que estuviera todo el día solo y amargado. En eso tenía razón.

El jueves estuve pensando en qué haría con el concierto, debía ir yo con ella, debería ir yo y pasar una velada madre e hija… aunque realmente no me apetecía demasiado el irme a Seattle y estar todo el fin de semana fuera… gruñí para mis adentros al darme cuenta que lo que me apetecía era ir a Forks… o que ellos vinieran aquí.

Seth me llamó a la hora de comer para preguntarme por mi madre, así que le conté lo que había pasado. Él estuvo diciendo que andaba como un loco buscando un regalo para su chica, que había tenido que hacer miles de llamadas para encargarlo, pero cuando le pregunté sobre el regalo dijo que era una tontería sin importancia y que tenía que colgar porque había quedado con su amiga Ruth. Pensé sobre aquella chica, su nombre me sonaba… hasta que recordé que Ruth era la amiga de Kim que bailó con nosotras en la fiesta, una de las colegialas.

Cuando llegué a casa mi madre parecía nostálgica, así que me decidí a llamar a tía Cyntia para pensar qué íbamos a hacer con las entradas y el concierto. Le dije que igual sería buena idea invitar a alguna amiga de mamá de la terapia, pero tía Cyntia no estaba muy convencida, pues era probable que mi madre se sintiera incómoda estando con alguien poco conocido en un concierto tan especial.

-¿Y si voy yo?

-No cariño… -Tía Cyntia suspiró-. Posiblemente no sepas cómo manejar una situación así, además tu madre se sentiría peor si entristece y te hace sufrir… Iré yo…

-Pero… ¿no tenías una cita?

-Sí… pero no importa. No me apetece mucho ir, la verdad es que es una cita doble, por una amiga… así que le diré que no puedo, que busque a otra… no pasa nada. Prefiero estar con Grace y hacérselo pasar bien...

-Oye…

-Hazme caso… pásamela… me inventaré una excusa genial, como que me han tocado en una porra o algo así… no te preocupes.

-Vale…

Le tendí el teléfono a mi madre y pareció contenta con el plan. Me alegré mucho cuando vi que hacían planes para el sábado también. Miré raro a mamá y ella me tendió el teléfono.

-Conejilla, que sepas que te vamos a dejar sola el fin de semana…

-¿Qué?

-Bueno… el concierto acaba tarde y estaba mirando por Internet que el sábado ponen una película que nos encantaba a tu madre y a mí en un viejo teatro, así que se quedará el fin de semana conmigo…

-¿En serio?

-Sí… no debes preocuparte de nada… si quieres apuntarte, puedes… aunque creo que prefieres un fin de semana con otros planes que impliquen chicos guapos… e indígenas…

-¿Qué?

-Jessica Walton, tu vecina… es amiga mía ¿sabes? ¿Qué hacías el lunes en horas de clase paseando en coche con un hombre? Y mejor… ¿Qué hizo metido en casa casi todo el fin de semana? Ella le vio entrar el domingo por la noche por la ventana y salió con la misma ropa el lunes por la mañana… y tú saliste corriendo…

-¿Es alguna espía tuya?

-Bueno… digamos que como sabía que estarías sola le pedí que te echara un ojo… sólo por si acaso. Bueno… ¿Quién es?

-Ya sabes quien es… él me dijo que no te caía bien… ¿Qué le dijiste?

-Nada en especial… sólo que más le valía cuidar bien de ti… -Me quedé alucinada y gemí-. ¿Qué quieres? Es un chico mayor… y como sé que lo tuyo con los mayores no ha funcionado bien…

-Genial… no es nada como con Omar… sólo es un amigo…

-Con el que habla a las dos de la madrugada… -dijo mi madre gritando-.

-¡Dejarlo ya! No es mi novio, ¿vale? No es para mí, no es adecuado, es mayor, es un poco golfo y además nunca se fijaría en mí. Además sé que está enamorado de una chica, así que es una estupidez que yo piense en él de esa forma… Y esto va para las dos…

-Ya… -mi madre frunció el ceño triste-. Si quieres… puedo quedarme.

-No, quiero que vayas y lo pases bien… además yo he hecho planes con Nessie, vamos a ayudar con una actividad extraescolar… sólo quiero que dejéis de mencionarle… ¿vale?

-Darlene… -mi tía rió-. Suenas convincente para quitarte a tu madre de encima… -Bufé-. Bueno, tranquila, te dejaré que disfrutes de tu fin de semana, no te preocupes. ¿Me pasas a tu madre? Quiero que detallemos algunas cosas para el fin de semana…

-Claro… me voy a dormir… buenas noches.

-Buenas noches, conejilla…

-Buenas noches cariño… -mamá besó mi frente, aún resentida-. Que descanses.

Seth me llamó cuando me iba a meter a la cama. Le dije que estaba un poco triste, aunque la razón real… y es que me había frustrado mucho el saber que él estaba buscando un regalo para alguien especial.

-No lo entiendo… -dijo con tono raro-. Si tu madre está bien y se va de concierto… ¿Por qué estás triste?

-No sé…

-Oye… dime la verdad… algo anda mal, lo noto en tu voz…

-No sé… -Suspiré-. Quizá sea que me da miedo el que mi madre se deprima en el concierto, o que me gustaría que todo fuera como describí en la carta y tener una hermanita correteando y molestando por la casa, que mi padre y mi madre tuvieran una cita… no sé Seth. Simplemente estoy un poco rara… pero se me pasará…

-Ya… -Suspiró-. Lo siento, me gustaría estar más cerca para poder ir a dar una vuelta y distraerte… estoy por aparecer en tu casa en un par de horas con un helado de frambuesa, que sé que te gusta… ¿Te parece?

-No… -Reí-. Es igual… estoy bien.

-¿Seguro?

-Sí… sólo necesito descansar, no te preocupes. A veces me pongo un poco rara cuando estoy cansada… mañana estaré mejor, seguro.

-Eso espero… no te molesto más para que duermas, ¿vale? Buenas noches…

-Buenas noches…

Me tumbé en la cama y ojeé los libros que quedaban, aunque odié el no tener mi favorito. Me aovillé en la cama esperando que el viernes fuera un día mejor… pero no acerté. Un mensaje llegó a mi móvil mientras iba a clase.

¿Qué tal has amanecido? Espero que más animada… nosotros hemos tenido una emergencia en el taller, así que creo que pasaré el día de San Valentín encerrado en el taller en vez de estar con mi chica… Odioso… Espero que acabemos pronto, intentaremos pasar a veros por la noche… si hemos acabado. Besos.

Estoy mejor… -Mentí-. La verdad es que hoy hace hasta un poco de sol, así que parece que va a ser un buen día… espero que puedas llegar a ver a tu chica… Intenta que Jake llegue hoy… sería un detalle para Nessie. Entenderé si no puedes llegar por ver a tu chica, aunque si soy sincera, me apetecía verte. Que pases buen día.

Anduve por el instituto pensando en todas las chicas que presumían por sus regalos, por sus citas o por lo mucho que querían a sus novios. Cuando llegamos a la cafetería Wanda y Cassy se unieron a nosotras con un aura parecida. Nos sentamos en la mesa de siempre, mientras Wanda nos mostraba la pulsera que Ryan le había regalado, Ryan nos mostró un marco doble, dos corazones entrelazados. En uno una foto de Wanda y Ryan y en otra de Meg y Ryan. Un detalle precioso por parte de la pequeña Wanda. Casandra nos mostró los pendientes y el colgante que Kevin le había comprado, de corazoncitos, cómo no… Kevin mostraba feliz unas entradas para una película de acción que llevaba esperando desde hacía años que hicieran, pero de la cual no había podido conseguir entradas para el estreno.

-¿Vienen o vais? –se limitó a decir Kevin mientras Ryan sonreía-.

-No lo sabemos… -Ness suspiró y yo hice una mueca recordando el mensaje que Seth me había mandado por la mañana-. Se supone que iban a venir ellos, pero al parecer a la banda de alguien importante se les ha parado el motor de un autobús esta mañana cerca de Forks…

-Así que como es una emergencia… posiblemente no vengan o vengan tarde.

-¡Una pena! –Suspiró Ryan-. Teníamos pensado hacer una cena en mi casa en plan parejitas, a ver si por fin os lanzabais al ataque con los hombretones… -Kevin y él comenzaron a reír hasta que las chicas nos echaron una mano golpeándoles en el estómago suavemente para que se callaran-. Bueno, que podéis venir igual, mi madre tiene una cita y no le importa que vayamos a casa a cenar todos. Incluso creo que ha dicho que prepararía la buhardilla por si os dejaban quedaros a dormir… -miró a su novia- cosa que dudo.

-Gracias, pero creo que será mejor que lo dejemos para otro día… -Miré a Nessie que parecía abatida… ella quería ver a Jake y a mí me apetecía ver a Seth-. Podemos ir nosotras si ellos no vienen al final…

-No, no podemos –sonó monótona-. Bueno, tú puedes ir si quieres, yo no puedo ir, debo hacer de niñera con tía Alice…

-Es verdad, no lo recordaba… -Nos miraron raro así que me expliqué-. Mañana por la tarde, Alice a organizado con algunos voluntarios una obra en francés para los chicos que se matricularán el año que vienen aquí… nos pidió que le ayudásemos a organizar el decorado del escenario y de la fiesta, a cambio dijo que nos recompensaría con una invitación a comer…

-Sí, algunos de mi clase van a actuar en la obra… -Wanda puso cara de asco-. Alice ha insistido mucho en que teníamos que ir, que iba a ser genial y que después de la obra iba a haber algo especial… así que una fiesta… podríamos ir todos, si queréis…

-No es mala idea… -Casandra asintió-. Si necesitáis ayuda, yo puedo ayudar, no tengo nada que hacer mañana por la tarde.

-Gracias… -Nessie parecía ida-. La verdad es que pensaba que los chicos nos ayudarían, pero si no vienen… posiblemente os necesitemos.

-Entonces está hecho…

La tarde pasó aburrida, ayudando a mi madre a hacer las maletas y despidiéndola cuando se iba. Entré en casa y miré mi móvil, ninguna señal de Seth… tampoco de Nessie. La llamé, pensando que Jake habría venido finalmente pero me dijo que estaba aburrida en casa. La invité a mi casa y le dije que podíamos celebrar San Valentín a nuestra manera.

Estuve esperando durante un buen rato, me dio tiempo a ducharme y ponerme el pijama. Escuché un motor cuando iba a la cocina a preparar algo de cenar, así que salí para ayudar a meter las cosas de Nessie en casa. Decidimos que no debíamos cocinar, que era mejor que nos sirvieran la cena, así que llamamos al tailandés y ella me dio un CD que le había regalado su tío Emmett. Ella me contó que había saltado sobre su coche y casi había suplicado que se quedara con él un rato. Reí pensando en ese musculoso hombre suplicando por un poco de atención. Encendí el fuego mientras sonaba “To love somebody” y me senté en el silloncito para seguir escuchando el repertorio: I promise you, I will be rigth here waiting for you, Down with my baby, Nothing’s gonna change my love for you, Have you really loved a woman?, Everything I do… paramos la canción cuando sonó el timbre. Pusimos la mesa y servimos la comida, volviendo a poner el CD.

-Tu tío sabe impresionar a una mujer… -Reí-. Son canciones realmente bonitas…

-Me ha dicho que las del final nos gustarían más… ¿las pasamos?

-No… si las ha grabado en un orden, será porque quiere que las escuchemos en ese orden, ¿no? –Fruncí el ceño-. No seas impaciente, Nessie…

Comenzamos a cenar mientras sonaba Fix you, seguida de Always on my mind y Eternal Flame. Lo paré antes de que siguiera haciendo que Nessie me mirase impaciente, por lo que reí. Terminamos y recogimos la mesa, sentándonos en los silloncitos a comernos la tarta de Esme y el helado de fresa que Nessie había traído. La siguiente canción nos hizo sonreír, de hecho las tres siguientes eran de Colbie Caillat, por lo que me acordé inevitablemente de Seth. Bubbly, The little things… pero la que más nos emocionó fue Realize. Nos miramos como si supiéramos lo que estaba pensando la otra, así que Nessie sacó un bote de gena que le había regalado su tía Rosalie y nos pusimos a hacer dibujos mientras sonaban de nuevo las tres canciones. Me fijé en el anillo de Nessie y lo copié en mi tobillo mientras ella se tatuaba una J y una N entrelazadas en el interior de su muñeca. Y ella seguía sin reconocer que le gustaba… Suspiré.

-¿Por qué no se lo dices ya? –Me miró como si estuviera loca-. Se nota mucho que vosotros dos… no sé, Seth y yo hemos hablado del tema alguna vez y según él, Jake cree que tú no estás en ese punto, pero yo creo que quieres estar con él desde hace tiempo… ¿Quién tiene razón?

-Es curioso… -Cogió una cucharada de helado y me miró divertida-. ¿Seth y tú habláis de Jake y de mí? ¿Por qué no habláis de vosotros?

-¿Qué?

-¡Vamos! ¡Estás loquita por él! –Negué pero se rió, era tontería que lo negase a estas alturas…-. Jake opina lo mismo que yo… Pero yo no pienso decirte una palabra de lo que él me cuenta sobre Seth hasta que no admitas que te gusta…

-No me gusta… -Rodé los ojos, no iba a picar, seguro que ella decía algo para animarme, pero yo sabía que él estaba algo así como comprometido. Ella rió cuando la ignoré y seguí dibujando-. ¿Qué?

-¿No has pensado nunca en él?

-Claro que pienso en él, es mi amigo… -Alzó las cejas, no se refería a eso…-. ¡Ness! No sé. Mira, lo sabes… tú mejor que nadie has visto lo que pasa por mi cabeza… pero también debes saber que por muy bien que se porte conmigo, sé que lo hace porque soy tu amiga…

-No es sólo porque eres mi amiga…

-Lo sé, pero al principio era sólo eso, aunque ahora nos hemos unido mucho… -suspiré y ella sonrió ampliamente-. Nos hemos unido mucho como amigos –Lo aclaré al ver su mirada-. Además, a veces me trata como… no sé…

-¿Claire? Quil y Claire están muy unidos también… de hecho ya es seguro que se van a casar… así que…

-¡Ness! ¿Qué dices? Si Claire es una niña… Quil la trata como me trataba mi primo Robert de pequeña… hace años que no lo veo… debería llamarle ahora…

-Dar… no cambies de tema. No veo qué tiene que ver Claire, Quil o tu primo Robert en todo esto… ¿Te gusta o no?

-Tú eres la que ha empezado cambiando de tema… -alzamos las cejas y nos miramos curiosas, hasta que comenzamos a reír-. Sabes que sí, quizá me guste un poco, pero ya hemos hablado muchas veces sobre el tema Ness… no estoy hecha para él… Es algo así como un… -No había palabras para definir a esa maravilla de hombre-. No tengo nada que hacer, más sabiendo que Kira está loca por él, al igual que la tal Ruth, Leslie, o cualquier amiguita suya tipo súper modelo…

-¿Y si yo te dijera que él está loco por ti?

La idea no me desagradaba en absoluto, pero no podía creerlo… así que negué y comí helado para quitarme el mal sabor de boca que me había dejado esa estúpida ilusión. Miré aquella bonita flor dibujada y acerqué el pie al calor del hogar, dejando que se secara mejor. Nessie se levantó de golpe y la miré raro, así que se puso a bailar, haciendo que la siguiera de un modo completamente ridículo al ritmo de Bubbly, acabando sentadas de mala manera en los silloncitos y riendo.

-Estás loca por Seth… -Me lo soltó de sopetón, confiada y relajada, no era ninguna pregunta, ya era algo oficial-. Es algo que no puedes negar…

-Y tú por Jake… -Ella sonrió y yo me reí al ver que su cara era como la mía. Se unió a mis risas, pero la luz se apagó-. ¡Mierda! Han debido de saltar los plomos…

Me cogió de la mano y me arrastró al armario de debajo de las escaleras. Me tapó la boca antes de que gritara y me mostró que había alguien arriba. Le miré asustada, ¿habían entrado ladrones? Pero no eran ladrones… si no algo que debía de haber imaginado… los chicos. ¿Querían asustarme? Pues yo se la iba a devolver… abrí la puerta y acerqué la cara de Nessie a mi cuello, comenzando a gritar. Ella me siguió el juego y comenzó a gruñir, provocando que las luces se encendieran y los dos aparecieran aterrorizados frente a nosotras. Empezamos a reír y ellos pasaron de un ligero color blanco a su color normal, aunque Seth estaba un poco rojo por el susto. .

-Sois… -Seth nos miraba ofendido, mientras Jake reprimía una carcajada-. Casi nos matáis del susto…

-Es de mala educación entrar en casas ajenas sin ser invitados… Mucho más si es para intentar asustar a dos chicas que están solas, por mucho que una de ellas sea todo un prodigio de la naturaleza… Debería denunciaros…

-Puede que le diga esto al jefe Swann… -Nessie parecía seria, por lo que Seth torció los labios y yo sonreí para mis adentros-. Allanamiento, escuchar conversaciones ajenas, asustar a jovencitas… te costaría unos días en el calabozo…

-Ha sido idea suya… -Jake le señaló, haciendo un gesto de rendición-. Lo sentimos mucho… ¿verdad Seth? –Seth parecía frustrado y Jake le dio una colleja-. ¡Seth!

-Sí, claro… -Seth clavaba su mirada furiosa en Ness-. He estado a punto de entrar en fase… no vuelvas a hacerme algo así en la vida…

-Eso no suena a disculpa… -Parecía divertida-.

-Ness… -Jake la miró como siempre que discutían-.

-Vale… no lo haré más…

-No te disculpes… -¿Encima teníamos que disculparnos nosotras? ¡Increíble!-. Tendrán que hacer algo muy bueno para que les perdonemos esto… además casi nos dejan plantadas, ¿no lo recuerdas?

Alcé la barbilla y entré a la cocina, por lo que ella me siguió con los chicos detrás. Una imagen pasó por mi cabeza, los chicos sirviéndonos por miedo a represalias… no era mal plan. Comencé a reír y Jake bufó rodando los ojos, relajado… aunque Seth seguía enfadado.

-Creo que hoy nos toca dormir en la casa del perro… -masculló Jake-. Algo me dice que tendremos que tener un ojo abierto mientras dormimos…

-¡Bienvenidos a la casa de los horrores! –Palmeé en el hombro de Seth y fui a mirar qué podíamos hacer esa noche-. Coged lo que queráis de la nevera…

Saqué las cartas y Seth apareció con el helado de frambuesa que quedaba y una enorme sonrisa, señalándolo.

-¿Puedo?

-Claro… -Él sonrió y yo negué-. No pienso jugar más a eso… la semana ha pasado, así que ni lo pienses…

-Pero…

-¿Vas a decir algo después del susto que me has dado? –Me miró asombrado-.

-¿Quieres un poco? –Le miré dudosa-. Seguro que sí… es tu preferido… ¿Voy mejor a por un bol? ¡Y cucharas!

-En la cocina…

-Claro… -Sonrió y se dirigió a la cocina, le seguí despacio-. Deberíais dejar de hablar de nosotros y venir a ver la película… -¿Hablaban de nosotros? ¿Por eso había salido casi huyendo a la cocina?-. ¿Qué armario, Dar?

-¡Hombres! –Suspiré un poco melodramática, haciendo que ellos rieran y no dijeran nada del tema-. Seth, deja de intentar ayudarme si no sabes donde está nada… no vamos a perdonaros lo que habéis hecho…

-Eso nos pasa por juntarnos tanto con ellas, Jake… -Seth negó divertido-. No recuerdo haber sido tan cotilla nunca, me hace sentir como un perro…

-Seth… -¿Cotilla? ¿Nos habían escuchado? ¿Cuánto habían escuchado?-. Llevas años siendo un perro…

Eso me hizo reír y distraerme un poco, pero aún así… me sentía un poco ridícula, aunque él ya hubiera oído hablar del tema con Leah, no era lo mismo que oír salir de mi boca casi una afirmación de que me gustaba… o al menos, no negarlo, que para el caso era lo mismo. Me giré y cogí las bolsas de palomitas para el microondas, intentando no mirar a Seth que ahora me miraba de un modo raro. La había cagado… eso me había quedado claro.

Subí a mi cuarto y me siguieron, Seth entró y miró los ligeros cambios de mi habitación, había recogido mi cuarto mientras venía Nessie. Se sentó en la cama y parecía cómodo allí.

-No te hagas ilusiones, vas a dormir en la entrada… -¿En serio pretendía dormir conmigo? No parecía molesto por mi comentario…-. Ness, te necesito arriba… bueno, ¡qué demonios!, chicos, bajar la cama que hay en el desván para Nessie…

-Sí, señora –Seth se levantó y se puso firme, haciendo un saludo militar-. Vamos Jake… a ver si nos perdonan de algún modo…

-¿Desde cuándo eres tú el que da las órdenes…?

Las dos nos reíamos al ver salir a los chicos peleándose. Nessie me miró preocupada y yo asentí, sabía que estaba preocupada por mí, pero si él no estaba molesto… era una tontería que yo lo estuviera, ¿no? Los chicos desplegaron la cama frente a la mía, dejando un pasillo de diez centímetros entre el pie de una cama y el de la otra. Pusimos la película, obligando a los chicos a sentarse en el suelo mientras les acariciábamos el pelo como si fueran verdaderos perros domésticos, aunque ninguno de los dos parecía ofendido por eso. De vez en cuando alguno de ellos gruñía y lo callábamos estampando un puñado de palomitas contra su boca. Los chicos comenzaron a reír con la frase “Tócala otra vez Sam”, algo que no entendí muy bien. Nos reímos cuando los cuatro coreamos “Presiento que este es el comienzo de una gran amistad”.

Después de aquello los chicos se miraron y salieron corriendo hacia el piso de abajo, dejándonos heladas por un instante y siguiéndolos después. Y allí nos los encontramos, Jake sentado en una banqueta de la cocina con las manos en la encimera y Seth apoyado en ella poniendo ojitos.

-¡Tócala otra vez, Jake!

-I kiss you goodbye at the airport… and you’re so closed to me and said…

-¡Esa la tengo! –Salí corriendo al salón y puse en el equipo un antiguo CD de éxitos de verano, “Summercat”-. ¡Es genial!

Comenzamos a bailar allí, en mi cocina, como si no hubieran escuchado nada. Seth me dio una vuelta mientras sonaba la música, haciéndome sentir algo incómoda, pero él parecía tan relajado… no pude evitar olvidar el tema y ponerme a bailar sin pensar en nada más, ni en mamá, ni en papá, ni en Abi… sólo bailé.