Capítulo LXXXIX: Descubriendo a Darlene McBrown (IV). Peón por dama.

18:22 1 Comments A+ a-

Hola chicas! Aquí está el nuevo capítulo!!! Tengo que avisar que puede herir vuestra sensibilidad... así que nada, que lo disfrutéis!! :P


Silvy ^^

**********************************************





Mi móvil sonaba. Apenas abrí los ojos, sólo palmeé por la mesa hasta encontrar el móvil y descolgué sin mirar.
-¿Dígame? –Dije medio bostezando-. ¿Diga?
-Hola… -Susurró una vocecita-. Sí que llegué bien…
-Claire… -Sonreí-. ¿Te dio tiempo a ver a Quil?
-Sí… aunque apenas hablamos… -Su voz sonaba triste-. Tenía que irse…
-Ha… -Tragué-. ¿Ha pasado algo?
-Bueno… -Suspiró-. Anoche llegaban…
-Entiendo… y… ¿ya lo ha hecho?
-No… Nessie les ha convencido, les ha pedido que esperen… pero por lo que me ha contado ella esta mañana… no tienen intención de desaprovechar la oportunidad. Quieren conocer su potencial… y quieren intentarlo de nuevo con humanos.
-Pero Seth… no es humano.
-Lo es… al menos en parte. Es la carta que está jugando con Jake. Seth le está intentando convencer, está convencido de que ellos al final experimentarán con otros humanos… y que antes de poner en peligro a nadie, es mejor que hagan pruebas con él… -Tragué en seco cuando la escuché llorar-. Estoy aterrada, ¿y si le hacen daño? ¿Y si algo sale mal y la manada se descontrola? No quiero que alguien salga herido…
-Claire… cálmate… -Mi corazón se encogió-. Claire… lo arreglaré.
-¿Cómo?
-No lo sé… pero… pensaré en algo. No te preocupes, ¿vale? –Afirmó de nuevo algo más calmada-. Tengo… -Suspiré-. Tengo que hacer cosas… pero… no te preocupes. Todo irá bien, te lo prometo…
-Darlene…
-¿Sí?
-Que… creo que ya lo sabes, pero… yo también te quiero, ¿vale? –Sonreí-. Aunque me fuera de allí un poco enfadada…
-Lo sé… te llamaré pronto…

Colgué y miré a mi alrededor. Suspiré y puse la cabeza entre mis manos… tenía que hacer algo. Me levanté corriendo del sofá, subí al último piso y me puse ropa de calle. Arrugué el resto de ropas y bajé al primer piso, lo metí en la maleta llevándome todo lo que había traído. En la mochila el dinero, la documentación, el reproductor de música… me di un manotazo en la cabeza. Casi se me olvida… saqué el CD de mi padre y lo guardé junto al portátil. Mi móvil… y la cajita de notas. Tomé mi guitarra, me la puse a la espalda y cerré la puerta de aquella casa.
Anduve durante al menos media hora, hasta la parada que había visto el día que paseé por Jenner… cogería el primero que me llevase a una gran ciudad. Mi respuesta llegó veinte minutos después, un autobús destino a San Francisco… el conductor bajó y se encendió un cigarrillo.
-Perdone… ¿Tiene alguna parada cercana al aeropuerto?
-Claro… -Asintió-. ¿Quieres un billete? –Asentí-. Bien… -Abrió el maletero y me quitó la maleta de la mano-. ¿Me das…? –Señaló mi guitarra y se la tendí-. Bien… -La colocó con su cigarro en la boca-. Salimos en cinco minutos… -Señaló el autobús-. Ahora mismo te cobro…
-Gracias…

Me dirigí con él hasta el autobús. Veinticuatro con cincuenta y seis dólares… Coloqué mi mochila en el hombro y busqué mi sitio, me acomodé en uno de aquellos amplios asientos. Fruncí el ceño con curiosidad, la gente tenía conectados los ordenadores, otros veían películas… me acomodé mejor y saqué mi ordenador. Abrí aquel documento que había escrito, comencé a leerlo y me puse música para inspirarme. Fue el primer momento en el que me fijé en la hora, las tres y cuarenta y dos… Suspiré y seguí escribiendo cosas que quería… casi tres horas después, el autobús llegó a su destino. Cogí todas mis cosas y me aventuré a aquel caos…
Quince minutos después, encontré aquel panel con los vuelos de salida. American Airlines… era el vuelo más cercano. Busqué el mostrador… la chica sonrió y le pregunté por el siguiente vuelo.
-Tenemos asientos disponibles para el vuelo de mañana a primera hora…
-Yo… -Suspiré y puse cara de pena-. ¿No hay algún asiento disponible en el de las nueve menos veinte de esta noche?
-Pues… -Asintió-. Sí, pero… no sé podrás facturar las maletas sin coste adicional.
-No me importa –Dije ansiosa-. Sólo dígame el precio y véndame el billete…
-Claro… déjeme consultar… -La chica llamó y reía hablando de cosas personales, me impacienté y ella me miró alzando una ceja para centrarse en el tema-. ¿Aún no? ¿Cuánto tiempo queda? –Me miró guiñándome un ojo-. Vale, te envío a alguien… -Rió-. No, eso después… -Volvió a reír-. Genial, luego te veo… adiós… -Rió negando y me miró-. Serán doscientos cuarenta y nueve con ochenta y uno… pero tendrás que darte prisa, el mostrador de facturación cierra en diez minutos.
-¡Claro! De acuerdo…
-¿Efectivo o tarjeta?
-Efectivo…

Saqué el dinero y ella me tendió los billetes indicándome la ubicación exacta del mostrador. Coloqué bien mi guitarra, aferré mi mochila y con la otra mano arrastré mi maleta echando a correr. El chico me sonrió amablemente quitando el cartel de cerrado que iba a poner.
-¿A Seattle?
-Sí… -Sonreí-. Creí que no llegaba…
-No te preocupes…

Sentí un gran alivio al ver mi maleta correr por aquella cinta… el chico me indicó dónde podía entregar la guitarra y dónde tenía que pasar el control de seguridad. Llegué a la puerta de embarque exhausta, apenas había dormido y correr de un lado para otro había agotado las pocas energías que me quedaban. Compré un par de sándwich y un café para repostar mientras esperaba a que abrieran la puerta de embarque. La gente comenzó a hacer fila y pagué con prisa para ponerme tras un grupo de chicos y delante de un señor trajeado. Comenzamos a entrar, aquellos chicos se sentaron a mi alrededor, no paraban de bromear y de decir algo sobre mí. Decidí que era hora de ponerme música y descansar… apenas fui consciente del despegue.

Miré a mi alrededor algo aturdida, uno de los chicos rió, me había zarandeado… habíamos llegado. Sonreí agradecida y me fijé en la hora… casi las once de la noche. Suspiré algo asqueada, seguramente no tuviera ningún autobús…
Esperé resignada la salida de mi equipaje, anduve sin muchas ganas por allí hasta que a la salida mi ceja se alzó. Una amplia sonrisa me recibió.
-¿Cómo ha ido el vuelo? –Su voz característica me hizo reír-. El chico que te ha despertado te ha estado mirando todo el viaje… ¿lo sabías?
-No… -Reí-. Aunque imagino que tú sí… -Asintió sonriendo y suspiré-. Debí haberlo imaginado… no puedo dar un paso sin que tú lo sepas…
-Bueno, en realidad… -Se encogió de hombros-. Te había visto desaparecer anoche, pero… luego volviste a aparecer perdida en el aeropuerto, esperando toda la noche… y después pude verme aquí esperando… creo que es mejor que tu otra opción, ¿no?
-Sí… -Suspiré-. Pero no estoy segura de lo que voy a hacer…
-Lo sé…
-Claro, tú lo sabes todo… -Rodé los ojos y me centré de golpe, mi cara cambió y ella asintió-. ¿No ha pasado nada, verdad?
-No, no de momento… Jasper está allí manteniendo un poco la situación con Nessie… -Negó-. Pero no puedo saber nada ahora. No con tantos híbridos y chuchos metidos en el asunto…
-Entonces… quizá deberíamos darnos prisa.
-Claro… -Me indicó el camino-. Había pensado en venir corriendo, pero después pude ver que te dormías en mis espaldas… así que, ya que vas a dormirte… es mejor que lo hagas en un 911, ¿no crees?
-Gracias… muy considerada –Reí-. Pero… ¿te importa que coma algo antes de irnos?

Ella negó y señaló la cafetería a la que nos dirigíamos. Me sugirió que cogiera algo para llevar, nos fuimos hacia la puerta y ella se quedó ida por un momento. Sonrió y cambió de rumbo, una tienda de recuerdos. La miré raro y cogió una libreta y una pluma, recuerdo de Seattle… Suspiré y asentí, me metí al coche comiendo, ella cargó mis maletas y comenzó a conducir. No habló en todo el camino, supuse que para darme algo de privacidad.

Terminé de comer y miré fijamente la libreta y la pluma, ella medio rió y yo rodé los ojos, busqué en la cajita y saqué aquel contrato… había que modificarlo. Lo reescribí de nuevo copiando algunas cláusulas y modificando otras. Podía oír las risitas de Alice en algunas ocasiones, pero no comentamos nada, sólo reímos. Cuando quedó de modo que me gustaba, lo firmé y doblé la hoja. Alice pareció complacida y yo me acomodé en el asiento. Era hora de dormir.

Abrí los ojos algo aturdida, todo estaba muy oscuro… sólo podía escuchar un arrullo que reconocí, las ramas meciéndose por el aire. Miré a mi alrededor de nuevo, mis ojos se iban acostumbrando a la oscuridad, una enorme ventana dejaba entrar la luz de la luna. ¿Dónde estaba? Me levanté de aquella imponente cama, pronto la puerta se abrió y ella entró corriendo para abrazarme.
-Bienvenida…
-Nessie… -La abracé con ganas-. ¿Qué hora es?
-Aún es de madrugada… Alice me dijo que estabas muy cansada y que no te despertara…
-Cuándo…
-Hace un par de horas, quizá tres… -Asentí y ella me miró fijamente-. No, él no lo sabe… Alice me dijo que tenía que venir con nuestros invitados… -Sonrió-. No, sólo nosotros. Jake se ha quedado allí para vigilarle con Vera… -Suspiró y asintió ante mis pensamientos-. Ellos están de acuerdo… y Jake ya no sabe que hacer, cree que Seth tiene razón y que es su decisión. Lo harán por la mañana –Cerré los ojos, una ligera rabia me invadió-. ¿Estás bien?
-¿Puedo verles?
-Claro… están abajo.

Suspiré asintiendo… comencé a bajar aquellas escaleras sintiéndome mucho más relajada, sonreí a todos y pude ver cómo aquel rostro que apenas recordaba me miraba con algo de miedo. Isabel, a su lado Fernando me miraba más bien curioso… Edith se levantó y me abrazó de un modo que me recordó a Nessie… sonreí un poco más confortada.
-Hola… -Les miré y ambos intentaron una sonrisa-. Yo… -Suspiré y ordené las palabras en mi cabeza-. No podéis acceder a su petición.
-Él se ha ofrecido… -Fernando se encogió de hombros-. Y tenemos la necesidad de conocer el potencial de nuestros poderes…
-No con él. Él no es humano.
-Pero… -Isabel entristeció-. No podemos hacerle algo así a otro humano…
-Sus razones son equivocadas…
-Parece tenerlo claro… -Fernando me miró serio-. Si él cambia de opinión, nos marcharemos… pero no podemos desaprovechar esta oportunidad. Ambos clanes podemos beneficiarnos del resultado.
-No con él… -Medio gruñí-. Retrasarlo.
-Tenemos que regresar dentro de dos días… si queremos asegurarnos tenemos que empezar hoy. Marco no permitirá que nos quedemos más tiempo…
-Yo… -Suspiré intranquila-. Dadme unas horas. Dejadme que hable con él… -Fueron a decir algo pero les corté-. Me lo debéis.

Ambos se miraron, Isabel apenada y Fernando más bien enfadado. Edward siseó, Nessie gruñó y Edith suspiró a mi lado. Se acercó a ellos, se acuclilló frente al sofá y noté que todos los Cullen cambiaban a posiciones más cercanas a mí.
-Fernando… -Él me miró con rabia, Edith se volvió con una mueca de disgusto y volvió a mirarle-. Sólo os pide unas horas…
-Hermano… tiene razón. Se lo debemos…
-No, no le debemos nada… ella vino a nosotros, ella lo pidió…
-Pero deberíamos habernos asegurado. Reconoce que nos confiamos, que me adelanté y creí tener todo bajo control…
-Ella te lo pidió…
-Y yo podía haberme negado. Pero… la curiosidad por las posibilidades nos pudo. Como dice Edith… son sólo unas horas…
-Marco nos necesita allí en dos días, lo sabes…
-Pero ahora no será tan difícil, ya sabemos controlarnos mejor… -Él resopló poco convencido-. Son sólo unas horas…
-Isabel… -Suspiró y me miró ferozmente-. Medio día. Iremos a verle cuando el sol esté en su zenit. Si no le has hecho cambiar de opinión… lo haremos aunque tú no quieras. Es su decisión. Como tú tomaste la tuya… y no es porque te debamos nada.
-Está bien… -Respiré aliviada-. Gracias…

Tragué y miré a Nessie, ella hizo una mueca y tomó mi mano tirando de mí. La seguí escaleras arriba hasta uno de los baños, sacó mi ropa que olía a limpia.
-Date una ducha… llamaré a Jake para que te lleve.
-Está bien…

Suspiré… ¿Qué iba a decirle para convencerle? Nessie llamó a la puerta y gritó un “ya improvisarás, date prisa”. Medio reí y le hice caso. Salí del baño y cogí las cartas, Jake me esperaba en la puerta principal. Ambos sonreímos y le abracé.
-¿Estás lista?
-Yo… -Suspiré-. ¿Cómo está?
-Decidido a hacerlo. Vera ha estado media noche intentando hacerle entrar en razón… piensa que se ha rendido porque le he pedido a Vera que se marchara a su casa… le he dejado solo… no sabe que estás aquí.
-Vale… -Asentí-. ¿Qué debo decirle para que no lo haga?
-No sé… -Negó y suspiró-. Hace días que no sé qué es lo que le pasa por la cabeza… -Asentí apenada y él sonrió-. Sonríe… -Le miré y agrandó su sonrisa-. Ya está bastante deprimido, si te ve mal… va a sentirse culpable… -Asentí y él se alejó-. ¿Lista?

Asentí de nuevo y esperé a que aquel lobo rojizo saliera de los árboles. Corrió y me dejó en la parte trasera de la casa, me bajé y miré a mi alrededor, desapareció y volvió con su pecho descubierto.
-Está en la parte trasera. En la oficina… -Le miré frunciendo mis cejas y él suspiró encogiéndose de hombros-. Quiere archivar sus recuerdos –Hice una mueca apenada y él suspiró-. Bueno… estaremos aquí un poco antes del medio día… intentaré entretenerlos para darte más tiempo. No quiero que haga algo por una decisión equivocada…
-Está bien, gracias…

Asintió pesadamente y se alejó. Comencé a caminar pensando en qué decirle. Al verle en aquella caseta, en aquel lugar rodeado de cajas… mi corazón se encogió. Quería echarme a llorar, pegarle por ser tan estúpido… arrodillarme y suplicarle que no lo hiciera… pero todo se esfumó cuando se giró a verme. Parpadeó una sola vez y me miró fijamente, mi mente se quedó en blanco por unos segundos, hasta que reaccioné. Hinché mis carrillos de aire y me acerqué a él decidida, poniendo cara de pocos amigos. Él soltó la caja mirándome algo aturdido, eché mano al bolsillo trasero de mi pantalón y comencé a hablar.
-Eres un idiota, ¿sabes? –Siguió mirándome aturdido, yo me encendí-. No puedes hacer eso, no puedes… -Me quedé sin palabras y él miró a otro lado-. ¡No! Mírame, ¿quieres? –Lo hizo, su mandíbula se tensó-. Dímelo… -Entrecerró sus ojos y le reté-. ¡Vamos!
-Lárgate… -Me quedé de piedra y él suspiró-. No es asunto tuyo, no… no tienes nada que ver en esto, no es tu decisión, no es tu culpa… y no eres responsable de mí. Así que… si te han pedido que vengas a pedirme que reconsidere mi decisión… te pido que te marches.
-¿Por qué lo haces?
-No es asunto tuyo… -Se giró sin mirarme-. Por favor… márchate.
-Eres… ¡Eres idiota! El ser más… ¡Mírame! –Se quedó paralizado y le grité-. ¡Mírame!
-¿Para qué? –Sus ojos destilaban rabia-. ¿Para que me digas que no lo haga? ¿Para que me supliques que no lo haga porque ellos te lo han pedido?
-No… -Alcé una ceja-. Porque yo te lo pido.
-No me hagas esto…
-No lo entiendes, ¿verdad? Quizá… sí, tú debes tomar tus decisiones, no eres mi responsabilidad… pero… -Suspiré-. ¿Has pensado en mí? ¿En qué pasará si algo te ocurre?
-No creo que te importe demasiado ahora… -Dijo girándose-. Así que, me pase lo que me pase, sé que tú estarás bien…
-¡Seth! –Se giró y suspiré-. Estaba enfadada… no lo dije pensando que… no sé. Que te lo creerías. Eres… lo más importante que tengo, ¿crees que habría vuelto si no fuera así?
-Sé lo que Claire te dijo… y…
-No tiene que ver con lo que Claire dijera… no tiene que ver con… la manada, o… con los vampiros, híbridos y demás seres mitológicos –Me miró perdido-. ¿No lo entiendes? Esto… es sobre nosotros. Sobre ti, sobre mí… sobre porqué siempre tenemos que estar sufriendo. He leído tantas cosas, te hice sufrir tanto y tú… sin embargo… -Sus ojos se enternecieron de repente, sonreí levemente-. No me has fallado nunca, a pesar de… que me hubiera ido de tu lado…
-Volviste…
-Y míranos… -Medio sonreímos-. Recuerdas… -Saqué aquel contrato antiguo y sonreí-. ¿Recuerdas esto? –Él lo miró y evitó sonreír más-. Creo… que bueno… -Suspiré acercándome lentamente-. He recordado muchas cosas estos días, ¿sabes? Cosas… de todo tipo. De mis padres, de mis amigos… de mi familia… de ti. Cosas nuestras… -Sonreí parando a dos pasos de él-. Cosas muy nuestras… -Él casi rió al ver mi énfasis en el muy, yo reí-. Y he estado leyendo este contrato una y otra vez… y creo que no me han gustado algunas cosas…
-Ya… -Rió-. Me alegra que… -Señaló el papel en mi mano-. No sé, que te hayas acordado de tantas cosas… pero… -Alzó una ceja-. ¿Qué cambia eso? –Tragué al ver que se ponía algo más serio-. Darlene… te he fallado. Y eso… no se puede cambiar.
-¿Qué me has fallado? –Dije incrédula-. Seth… -Suspiré y cogí su brazo, él me miró apenado y fruncí mis labios-. Vale… quizá… no sé… -Él frunció sus labios y miró al suelo-. Quizá no has sabido actuar… ni yo reaccionar bien a esto… pero… ¿quién hubiera sabido? –Me miró serio y yo sonreí-. Eso no quiere decir que tengas que… -Suspiré y pensé durante un silencio incómodo, estábamos angustiados y yo no sabía qué decir-. Estos días… he recordado muchas cosas. Pero también he tenido tiempo de pensar… pero hasta este momento no he comprendido qué nos pasa…
-¿Qué…? –Me miró confuso-. ¿Qué quieres decir?
-No hay manuales para la vida, mucho menos para las nuestras. Siempre hemos intentado seguir normas o… no sé, o pautas que el mundo dicta… pero… no somos como ellos.
-Pero… hay que hacer las cosas de alguna manera, hay que… darle sentido a las cosas.
-¿Y qué sentido tiene que estemos así? –Le miré con una media sonrisa-. ¿Qué sentido tiene que hayas estado sufriendo estos días? ¿O que yo me haya ido? Nos hemos equivocado en muchas cosas… todo por intentar hacer las cosas de una manera determinada…
-¿Y qué deberíamos hacer, entonces?
-Pues… -Sonreí y me encogí de hombros-. Tú pusiste unas pautas para unas maravillosas vacaciones… y fueron bien, ¿verdad?
-Para nosotros… -Lo meditó y cabeceó-. Sí. Fueron… -Medio rió-. Divertidas.
-Y creo que… algunas cosas más que otras, ¿no? –Reímos y él asintió, había captado a lo que me refería-. Quiero todo eso.
-Pero… -Sonrió tomando mis manos y alzando una ceja-. No estaría muy bien… -Yo alcé otra ceja y el entreabrió la boca, la cerró y suspiró-. No lo veo… correcto.
-¿El qué?
-Eso…
-¿Hacer el amor con tu novia? –Alcé una ceja y él rodó los ojos sonriendo y asintiendo-. ¿Por qué no? No veo que hay de malo… -Sacudí el papel-. Estaba en el contrato, ¿recuerdas?
-Pero… eso fue hace mucho tiempo. No es la misma situación…
-Lo sé… -Sonreí y solté sus manos, le tendí el nuevo y me miró curioso-. Lo he… modificado. Ligeramente.
-¿Ligeramente? –Asentí y él rió incrédulo-. No… -Inspiró y me miró-. No sé si voy a estar de acuerdo… tendré que revisarlo meticulosamente…
-Son nuestras nuevas normas… algunas se han quedado… y hay otras nuevas. Pero es que… -Reí-. El punto cinco de los extras me parece realmente interesante… -Él rió y me miró negando, sonreí y acaricié su rostro que se tornaba un poco triste-. ¿Puedo preguntarte algo? –Asintió-. Cual es la primera norma de tu lista… -Me miró confuso-. De… no sé, que es lo que nunca harías…
-Hacerte daño. No puedo perdonarme…
-Vale, vale… -Suspiré acercándole a mí y apoyando nuestras frentes-. Lo sé, pero… a eso me refiero. No quiero recordar esas cosas como algo pasado, no quiero saber que pude disfrutar de ti en todos los sentidos y que por esta endemoniada situación ahora me niegues lo que antes me regalabas…
-Darlene… -Le besé sin dejar que hablara, su beso fue voraz, sus brazos me acercaron lo más posible a él y fui acomodándome en su amplio hombro hasta que dejó de besarme para permitirme respirar. Sonreímos-. Eres una chantajista de primera. Pero… no sé si me convence el trato.
-¿Te ha dolido este beso? –Rodó los ojos y me miró evitando sonreír-. ¿Te ha parecido algo… inmoral o… que no deberías haber hecho?
-Rotundamente no. Pero no es lo mismo…
-Pero es injusto que no podamos sentir lo que sentíamos antes. No recuerdo bien las sensaciones… pero sé que me gustaba y que tú lo añoras. No quiero privarte de más cosas, has estado tanto tiempo sin si quiera besarme… por una tonta norma moral que no es aplicable a nosotros. No sabes cuánto deseaba que me besaras… -Se mordió el labio, sonreí triunfante-. Así que olvídate de todas esas estupideces… simplemente… quiero saber cómo se siente eso.

Mordió su labio de nuevo e inspiró. Me miró fijamente y se lanzó a mis labios, podía notar su ansia, sus manos me acariciaban de una manera suave y decidida, le abracé fuerte sin saber muy bien qué hacer. Comencé a notar que tiraba de mí, me levantó y me sentó en la mesa de la oficina, se separó de mí respirando con dificultad, como yo. Acarició mi pelo y me miró serio.
-¿Qué te ronda? –Le miré raro-. Te noto… -Suspiró-. No estoy seguro… y tú tampoco.
-Bueno… -Hice un mohín y él alzó sus cejas-. Es que… lo que recuerdo me gusta. Pero… me da un poco de miedo que… no sea como antes. Técnicamente… no es mi primera vez. Pero no sé si lo es en la práctica… quiero decir… -Suspiré-. No recuerdo si la primera vez me dolió, pero Hanna y Susan dijeron que a ellas sí… así que…
-Ya… -Sonrió-. Pues… -Suspiró y me miró de un modo tierno, acarició mi pelo y sonrió-. No recuerdo que te quejaras al respecto… -Rió un poco y yo con él-. Pero… tienes razón. Quizá no sea igual… y si no estás segura…
-Quiero hacerlo… -Alzó sus cejas y suspiré-. Pero… me da miedo que duela, sólo eso… no tengo dudas de que quiero hacerlo.
-No estoy tan seguro…
-Sólo… -Miré a mi alrededor y después a él-. No quiero sentirme incómoda con esto… y estoy empezando a sentirme mal… -Asintió alejándose un poco y le aferré-. Haz que cambie… sólo… -Arrugué mi nariz-. ¿Podemos hacerlo en otro sitio? –Rió y me miró prudente-. No me gusta la idea de que alguien nos vea…
-Vale…

Rió mordiendo su labio y me miró. Se acercó a mis labios y me besó despacio, me apoyé en su pecho y él acarició mis piernas colocándolas alrededor de su cadera, me estremecí y se alejó un poco sonriendo. Me aupó y me llevó hasta la puerta principal, sonreí al ver que me llevaba a un lugar más íntimo que la oficina. Dejé de sentirme confusa y le besé, noté que sonreía y me quitó la chaqueta dejándola tirada en el recibidor. Maila salió corriendo a recibirnos.
-Dile hola Maila… -Reí-. Ha venido a recibirte…
-Hola Maila… -La miré por un instante y volví a sus ojos-. Adiós Maila…

Él rió y le besé, noté que subíamos las escaleras, pero él no se separó de mis labios. Me sujetó con un brazo y abrió la puerta de mi cuarto, la cerró con el pie posando su mano libre en mi espalda, escuché a Maila ladrando en la puerta y reímos. Él se arrodilló en la cama y se tumbó sobre mí, comenzó a regalarme cortos y dulces besos por la cara y el cuello… yo le abrazaba.
-Tengo calor… -Dije sofocada-. Estás ardiendo…
-Lo sé… -Dijo medio riendo y quitándose la camiseta-. Lo siento…
-No… -Negué besándole-. Me gusta… he añorado tu calor…
-Me alegra oírlo…

Sonrió besando mi cuello y colando sus manos bajo mi camiseta. Suspiré y noté que sonreía, me besó en la boca y me levanté ligeramente para quitarme el jersey. Él me ayudó mientras seguía besando mi cuello, se alejó ligeramente mirándome, miró mis pechos y los acarició. Me mordí el labio suspirando y él sonrió volviéndome a besar tumbándose sobre mí.
Sus manos siguieron acariciando mis pechos, sentía un extraño hormigueo en mi vientre cuando él lo acarició, desabrochó el botón de mis vaqueros y se alejó para quitarlos. Saqué mis zapatillas como pude y él rió al verlo, yo sólo pude sonreír. Mi corazón se encogió al ver cómo sacaba lentamente mis pantalones, acarició mis piernas de una manera que me pareció sexy a la vez que dulce, se acercó de nuevo a mí y me sorprendí al notarle entre mis piernas. Él tragó en seco y besó mi cuello, sus manos en mis caderas fueron subiendo en una suave caricia por mi espalda, sus manos pasaron a mis hombros y recorrieron mis brazos con los tirantes de mi sujetador entre sus dedos.
Sus besos se dirigieron a mi tráquea cuando noté sus manos en mis pechos. Me estremecí al notarlo, enredé su pelo entre mis dedos con fuerza y él mordió ligeramente mi cuello haciéndome estremecer de nuevo. Se acercó más a mí y gemí al notarle entre mis piernas. Reí después, haciéndole reír a él mientras seguía besando mi cuello. Busqué sus labios con los míos y él me los ofreció, mis manos acariciaron su espalda mientras él me abrazaba. Tiré de su pantalón y él sonrió besando mi mejilla, una de sus manos pasó por mi escote y mi vientre hasta llegar a su pantalón, desabrochó el botón y tiré hacia abajo. Su mirada se cruzó con la mía y creo que me sonrojé.
-No corras tanto… -Dijo riendo y besando mi mejilla, se acercó a mi oído y susurró-. ¿Acaso tienes prisa? –Rió besando mi cuello y acariciando mis pechos a la vez. Gemí y él sonrió en mi cuello-. No sabes lo mucho que he añorado oírte así… cuando lo hacías en tus sueños no era ni la mitad de satisfactorio…
-Ya… -Suspiré-. Tampoco mis sueños se sentían así…

Medio reímos besando el cuerpo del otro, pero pronto sus labios se alejaron de mi cuello y se posaron en mis pechos. Cerré mis puños en su cuello y resoplé evitando gritar. Enredé una mano en su pelo y la otra la puse en mi boca. Él rió lamiendo uno de mis pechos y retiró mi mano haciendo que me escuchara. Sus manos acariciaron mis costados mientras seguía enredando su lengua en la cumbre de mi pecho, mis manos tiraban de su pelo con fuerza, pero él no se quejaba.
-Seth… -Grité cuando mordisqueó ligeramente y, como si intentara curarlo, besó en el mismo lugar-. Esto es… -Dije respirando como pude-. Es…
-Lo sé… -Besó mi cuello, cuando lo noté entre mis piernas esta vez fue mucho peor, grité y él se acercó más por mi grito mientras ronroneaba-. ¿Demasiado?

Asentí mientras él sonreía en mi piel, siguió besándome cuando su mano se posó entre mis piernas, tragué en seco y me abracé más fuerte a él mordiéndole en el cuello. Me acarició fuerte y grité, noté como gruñía en mi cuello.
-Seth… -Murmuró contra mi cuello acariciándome de nuevo y haciéndome gemir, mordí su oreja y susurré-. ¿Es normal que esté…?
-¿Húmeda? –Dijo sonriendo-. Sólo es el comienzo…

Me acarició fuertemente de nuevo y volví a gemir… me empezaba a desesperar, quería morderle, arañarle… y lo hice. Él contraatacó, me sorprendió notar cómo quitaba mi ropa interior y me rozaba con su piel, grité más fuerte que nunca y él gruñó aferrando mi muslo. Noté cómo sus dedos cambiaban de posición, el pulgar seguía en el mismo sitio, pero otros dos se deslizaron entre mi piel. Amortigüé mi grito en su hombro al notar cómo entraba en mí, mis ojos se abrieron de par en par y él se quedó estático mientras yo intentaba relajarme. Resoplé contra su piel y noté que sonreía mientras besaba mi cuello, besé su mandíbula y no tardó en girar su cara para besar mis labios. Se alejó un poco y besó mi mejilla cuando movió de nuevo sus dedos. Me estremecí de un modo extraño, dándole con mi talón en el trasero. Hice una mueca de disculpa y él sonrió negando y besando de nuevo mi cuello mientras se movía despacio. Cerré los ojos concentrándome en sentir sus caricias, temblaba a cada mínimo movimiento que él hacía, mi corazón latía errático.
Comenzaba a desesperarme, por algún extraño motivo a cada minuto que pasaba odiaba esa sensación, quería más… y en un momento de desesperación se lo hice saber. Él sonrió besando mi cuello y pude notar cómo se deslizaba saliendo de mí, suspiré y grité cuando recorrió el camino de vuelta. Él sonrió besando mi clavícula y deslizando sus manos por mis caderas, sus manos fueron bajando por mis muslos haciendo que mis rodillas se colocaran casi en sus costillas. Me besó en el hombro mirándome de reojo, tragué e intenté respirar tranquila, su mirada me inquietaba.
Siguió besando mi hombro sin perderme de vista, cerré mis ojos al sentirle y todo mi cuerpo se puso rígido. Él se alejó besando mi clavícula, mi cuello, mis labios… cuando mordió mi barbilla me relajé, él volvió a acercarse a mí y temblé ligeramente alejándome. Él gruñó en mi cuello.
-Lo siento…
-Tranquila… -Le miré algo aterrada y él sonrió-. Ven…

Me llevó con él, sus manos en mi espalda… se sentó sobre sus talones y a mí sobre sus piernas. Podía notar el frío entre las mías, tragué en seco ante su mirada, me tenía completamente hipnotizada. Suspiré acercándome un poco más a él, le besé temerosa y me decidí. Levanté mis caderas y él posó sus manos en ellas por mi indicación. Comencé a bajar despacio y él me guió. Clavé mis uñas en su espalda y mordí mi labio con fuerza cuando le sentí.
Su respiración era tan errática como la mía, pero estaba completamente estático. Me abracé más a él y besé su cuello, él nos levantó ligeramente y volvió al mismo sitio. Podía sentir cómo entraba más en mí, resoplé contra su hombro y él acarició mi pelo besando mi cabeza. Comenzó a mecernos, notaba su movimiento y era desesperante a la vez que excitante. Me levanté sobre mis rodillas levemente y me dejé caer, ambos gemimos levemente. Le miré y sonreímos, mi respiración era agitada como la suya, sus labios se estamparon en los míos y medio reí, él sonrió tumbándome de nuevo y besando mi cuello mientas subía y bajaba sus caderas rítmicamente. Empecé a perder la noción de todo, sólo me centraba en sentir sus movimientos, cada vez más rápidos, cada vez más excitantes. Reprimí varios gemidos en su hombro, él gruñó en mi cuello y susurró.
-No hagas eso…
-¿Qué?
-Aguantarte… -Mordió mi cuello y medio gruñí-. Me gusta oírte…

Le mordí yo a él haciendo que gruñera. Cada vez su ritmo avanzaba más rápido, le obedecí y no guarde ni uno de mis gritos, tampoco mis besos, muerdos o arañazos. Simplemente dejé fluir lo que sentía y que mi cuerpo reaccionara como quisiera a sus embestidas. Apenas era consciente de lo que me rodeaba, sólo cuando su cuerpo frenó y él besó mi frente abrí mis ojos para mirar alrededor. Él sonrió y pasó su mano por mi frente, yo la pasé por mi pecho empapado de sudor. Sonreí con ganas y él hizo lo mismo, besó mis labios y siguió besando mi cuerpo… yo simplemente me dejé querer.



Me giré ligeramente acomodándome sobre mi costado e intentando calmar mi respiración. Tomé sus manos, me di cuenta de que yo estaba temblando.
-Estoy temblando… -Él asintió sonriendo besando mi espalda y abrazándome-. ¿Qué hora es?
-Las diez… -Asentí-. ¿Tienes que ir a algún sitio?
-No… -Negué y me giré sonriéndole-. No hay lugar mejor que este…

Me acurruqué entre sus brazos y su pecho, él sonrió besando mi frente y abrazándome. Me di cuenta de que me estaba quedando dormida cuando me tapó con una fina manta y me abrazó más fuerte.
-No dejes que me duerma…
-¿Por qué no?
-Porque no quiero que te vayas, ni que hagas tonterías…
-Te despertaré antes de que tenga que irme… -Besó mi mejilla dulcemente-. Te lo prometo…
-No me engañes… -Él rió y negó-. Por favor…
-No te engaño, te lo prometo…

Besó mi frente y me acomodé allí. Era cálido, cómodo… era el paraíso, así que me dejé llevar por el sueño.
Me revolví ligeramente, noté sus labios en mi pelo de nuevo. Le abracé fuerte y ronroneé en su pecho, noté que reía y me devolvía el abrazo besando mi pelo. Apoyé mi mejilla en su pectoral y le miré… tenía una enorme sonrisa en su cara, casi tan grande como la mía.
-¿Qué hora es? –Frunció sus labios y se encogió de hombros, rodé los ojos y él rió tomando el reloj y suspirando-. Las doce… creo que ya es hora de que nos levantemos, de hecho… tú deberías estar en clase, jovencita…
-¿No es aquí? –Rodó los ojos y reímos, me acerqué para besarle y me mordí el labio-. Yo creo que he aprendido muchas más cosas aquí de las que podía haber aprendido en clase…
-Ya… -Rió acariciando mi espalda sin descanso, medio reía, pero me miró de reojo con una pícara sonrisa-. Y además de aprender… ¿lo has pasado bien?
-Bueno… -Arrugué mi nariz y reímos, él rodó los ojos mirándome divertido-. No sé, la verdad es que… no ha estado nada mal.
-¿Nada mal? –Entrecerró sus ojos bromeando y suspiró-. Bueno… quizá debería pensar en cancelar el programa de mis clases…
-Hombre… -Rodé los ojos-. No son tan malas…
-¿Han pasado de no estar nada mal a no ser tan malas? –Entrecerró sus ojos de nuevo y reí con él, de repente acarició mi pelo y suspiró-. Ahora… en serio… -Frunció un poco sus labios-. ¿Lo has pasado muy mal?
-No… -Negué y me avergoncé un poco-. Me ha dado un poco de terror… pero… -Me encogí de hombros-. La verdad es que… eres bueno… -Rió muy alto y yo con él-. No, de verdad… no ha sido tan malo como ellas decían, para nada…
-Bueno… -Pareció satisfecho-. Digamos que era un terreno que ya conocía…
-Ya… -Reímos y suspiré. Arrugué mi nariz y me preocupé ligeramente-. Pero eso suena a trampa… ¿sabes?
-No del todo… no sabía si reaccionarías igual… o si te seguiría gustando lo mismo… -Me sonrojé un poco y él sonrió-. ¿Ha sido como esperabas?
-Pues… -Mordí mi labio-. La verdad es que ha sido mucho mejor de lo que pensaba… -Reí y él conmigo-. Ha sido genial… -Recordé sus palabras y reí-. ¡Demasiado! –Reímos y él acarició mi pelo mordiendo su labio. Me preocupé un poco y él me miró ceñudo-. ¿Es muy diferente a lo que recordabas?
-Veamos… -Miró hacia el techo y frunció su gesto para después mirarme y sonreír. Rascó su cabeza y suspiró-. Es diferente… -Dijo finalmente-. No demasiado, pero… sí, distinto.
-¿Distinto? –Asintió y fruncí mis labios-. ¿Cómo de distinto?
-Pues… -Sonrió ampliamente-. No sé, ha sido… genial –Rió un poco y acarició mi pelo-. Tu voz es distinta al hablar, pero… no has cambiado en tus formas cuando… te descontrolas. Me ha sorprendido gratamente… ha sido la mejor sensación que había tenido…
-Ya… -Fruncí mis labios y rodé los ojos-. Claro…
-¡Oye! –Entrecerró sus ojos y yo le miré mal-. ¿Qué tienes ahí?
-¿Dónde? –Me miré el pecho y él siguió mirando fijamente-. ¿Qué?

Hizo un sonido gutural y señaló mi clavícula, le miré raro y se tiró sobre mí para empezar a morder mi cuello. Reí y pataleé, él sólo se quedó sobre mí y me miró sonriendo.
-Ojala pudieras… sentir o saber de alguna manera… -Entrecerró sus ojos y sonrió-. Puedo intentar hacerte sentir lo que he sentido…
-¿Ahora?
-Por ejemplo… -Dijo ronroneando contra mi cuello-. Pero debo avisarte que va a ser mucho más intenso que antes… -Cerré los ojos suspirando y me dejé llevar por su susurro-. Aunque igual debería hacerte esperar… no me gustaría cansarte demasiado el primer día…
-A mí no me importa… -Dije estirando mi cuello para que siguiera besándolo-. En absoluto…
-Lo sé… -Suspiró y se apartó un poco de mí-. Pero hay un problema… -Le miré frunciendo el ceño y él sonrió acariciando mis muslos haciéndome estremecer-. Que tienes que esperar para sentir lo que yo he sentido…
-¿Esperar?
-Todo lo bueno se hace esperar…
-Es injusto…
-Lo sé… -Besó mi frente y suspiró-. Tengo que darme una ducha… tengo que arreglar un asunto, pero puedes quedarte descansando si quieres…

Gimoteé viendo cómo se metía al baño y sonreí. Recordé algún detalle de aquel encuentro, pero entonces mi cabeza volvió a su sitio. Me giré para mirarle ligeramente asustada cuando salió del baño.
-¿Pasa algo?
-Has dicho que tienes que arreglar un asunto… -Hice un mohín-. ¿Con ellos? –Él suspiró y asintió-. ¿Qué les vas a decir?
-Pues… -Se encogió de hombros sentándose a mi lado y acariciando mi cara-. No mucho, simplemente dejaré que hagan su… cosa –Entrecerré los ojos-. Sólo espero que no duela mucho… y que no me deje en fase constante, no soportaría no poder estar contigo de nuevo…
-¿Vas a hacerlo? –Le miré perpleja-. Pensé que lo habíamos hablado y que habíamos decidido que no lo harías…
-No recuerdo esa parte… -Dijo mirándome con perspicacia. Suspiró y negó tomando mi mano-. Me alegra que estés aquí conmigo, pero di mi palabra de que lo haría. No puedo dejar que a alguien más le pase lo que a ti… no puedo permitirlo. Y… sinceramente, es algo ligeramente egoísta. Si esto saliera bien… hay cientos de posibilidades.
-Pero Seth… no eres humano.
-Claro que lo soy…
-No es lo mismo, el mismo Carlisle reconoce que es una locura…
-Cariño… -Suspiró tomando mis manos-. Todo va a ir bien. Y si algo pasara… la manada cuidaría de ti… y tú de mí.
-No quiero que nadie me cuide, sólo tú… y no quiero tener que cuidarte, no quiero que te pase nada… no puedes hacerlo –Suspiró y me miró fijamente. Pude verlo en sus ojos, estaba completamente decidido, más por sus hermanos que por él mismo… lo pensé y le miré fijamente-. No es por ti… es por todos, ¿no es así? –Me miró con cautela y asentí-. Lo sé, un día tomé yo esa decisión… y fue mía, ¿cierto? Puedo comprender eso… -Asintió-. Pero fue mía… no tuya. Así que… si alguien tiene que hacerlo, seré yo.
-De ninguna manera… -Rió-. Jamás lo permitiré.
-Yo no pierdo mucho… -Me encogí de hombros-. ¿Qué podría pasar, que perdiera la razón? –Dije con ironía-. Tú has sido mi memoria de seguridad… si me formatean de nuevo… puedes darme una sobredosis de información… Esta vez sé lo que puede pasar, sé que eres el único que puede cuidar de mí… yo no sabría por dónde empezar contigo.
-No pienso dejar que lo hagas.
-¿Vas a sacrificar al caballo en vez de al peón?
-No digas tonterías…
-No es ninguna tontería… -Me encogí de hombros-. Eres mucho más valioso para el mundo que yo, tienes tu fuerza, tu don… yo sólo tengo esto, la oportunidad de sacrificarme por ti. No me quites eso.
-No voy a dejar que lo hagas, es una locura.
-No… piénsalo bien… -Sonreí-. Estoy sólo a una casilla del final del tablero… es cuestión de estrategia, simple y pura estrategia. Será mucho más efectivo, después de ti siempre tendrían que usar a otro humano, no hace falta que te antepongas de escalón, Seth…
-Darlene… -Noté como temblaba-. No puedo permitirlo. Si viera cómo te tocan, cómo… -Tembló de nuevo y suspiró-. Está fuera de mi control… -Olfateó y cogió su ropa, me vestí con lo primero que encontré y le seguí escaleras abajo-. No puedo dejar que lo hagas.
-Ni yo tampoco… -Le agarré del brazo cuando salía de casa-. Deja que ellos decidan. Opinión neutral. Tú y yo jamás nos pondríamos de acuerdo… -Negó frunciendo sus labios-. Seth… piénsalo fríamente, es lo mejor.
-¿Fríamente? Contigo no puedo hacer eso… estás por encima de cualquier cosa, ¿no lo entiendes? No soy razonable cuando se trata de ti. Si no fuera porque Jake me lo prohibió habría cogido un avión y les hubiera exterminado aquel día…
-¡Qué decidido! –Nos giramos para ver a Fernando resoplar. Isabel iba de su mano y de la de Edith, Nessie y Jake al otro lado de Fernando-. ¿Estás listo o retiras tu promesa?
-No la retira –Dije-. Pero lo haréis conmigo.
-De ninguna manera… -Seth me miró fríamente-. Por encima de mi cadáver…

Se giró hacia ellos y miré a Nessie fijamente, ella entrecerró los ojos y rozó a Jake antes de dirigirse hacia Seth. Apenas pude ver un borrón, Nessie se subió a sus espaldas y le dio un codazo en la cabeza. Me quedé pasmada mirándole, Jake suspiró pesadamente y rodó los ojos. El resto, como yo… estábamos simplemente congelados. Ella me miró y suspiró encogiéndose de hombros.
-No hubiera atendido a razones, más fácil noquearlo. Jake, encárgate de él… -Me tendió la mano-. Lo haremos en la mansión, será más seguro si Carlisle anda cerca…
-Pero… -Me acerqué a él y ella suspiró-. Seth…
-Estará bien… -Nessie rodó los ojos-. Vamos, seguramente se despertará en diez minutos. Me odiará y querrá asesinarme, así que me gustaría estar algo más lejos para que se le pase un poco el cabreo antes de que me pille…

1 comentarios:

Write comentarios
Anónimo
AUTHOR
20 de diciembre de 2011, 1:23 delete

awww me tienes perdida leyendo q mala!!!!! si no publicas desde mexico ire a buscarte para q me cuentes la historia°°°° esta padrisima
muchas gracias :D

Reply
avatar